Muy buenos días, amados amigos y hermanos presentes y los que están a través del satélite Amazonas o de internet en diferentes naciones; y a todos los ministros juntamente con sus congregaciones; y también un especial saludo al doctor Miguel Bermúdez Marín, y también al doctor Salomón Cunha allá en Jerusalén y a su esposa doctora Kélita Machado de Cunha, que Dios les bendiga grandemente y les use grandemente en Su Obra en este tiempo final; y un feliz cumpleaños para Humberto Pérez, Julio Cruz, Joel Lara, Jesús Barrolleta, y demás personas que están cumpliendo años en este mes de noviembre. Que Dios les bendiga grandemente.
Aprecio y agradezco mucho el respaldo que continúan dándole al proyecto de La gran Carpa-Catedral, y el empujón grande que le van a dar en diciembre 25, sábado 25 de diciembre; en algunos países no sé si también van a darle un empujón fuerte, antes en el mes de noviembre, en este mes de noviembre que ya Miguel con los ministros de diferentes países saben acerca de si hay un empujón grande también antes en algunos países, pues todo este año se ha estado dando un empujón fuerte al proyecto de La gran Carpa-Catedral, y llegará al máximo en diciembre 25. Deseamos que pronto esté ya en Puerto Rico La gran Carpa-Catedral, para luego montarla conforme está programada.
También aprecio y agradezco mucho el respaldo que le están dando a la obra misionera y evangelística, obra que comenzó desde los días de los apóstoles bajo el mandato de Cristo cuando dijo: “Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura; el que creyere y fuere bautizado, será salvo, mas el que no creyere, será condenado.” Ahí están los resultados de la labor que Cristo mandó a llevar a cabo a todos los creyentes en Él, llevar el Evangelio por el mundo entero. “Y el que creyere y fuere bautizado será salvo;” y por consiguiente vivirá eternamente, mas el que no creyere será condenado y dejará de existir, será condenado, será juzgado en el juicio divino y no podrá vivir eternamente. Tan sencillo como eso es el resultado de esa gran labor en donde se le da la oportunidad a toda persona para que obtenga la Vida eterna por medio de Cristo recibiéndolo como único y suficiente Salvador, siendo bautizados en agua en Su Nombre y recibiendo el Espíritu de Cristo y así obteniendo la Vida eterna y entrando al Reino de Dios que se encuentra, y que está en la esfera espiritual.
También aprecio mucho el respaldo que le están dando a AMISRAEL. Ustedes han estado viendo las labores de AMISRAEL, los proyectos y el éxito que se ha estado obteniendo.
Por lo tanto, adelante trabajando con AMISRAEL, los que están como agentes de la paz; y los que no están pueden estar como agentes de la paz también, registrándose como agentes de la paz y trabajando como agentes de la paz, no solamente registrándose sino trabajando como agentes de la paz en armonía con el delegado en cada país o del país al cual usted pertenezca.
Ya está por irse este año 2010, y como que los años cada año pasan más rápidos. Cuando éramos niños los encontrábamos largos, pero ahora los encontramos muy cortos los años. Es como cuando nos daban unas cuantas monedas, encontrábamos que nos dieron mucho dinero; pero ahora nos dan mil dólares y encontramos que es poco para todas las cosas que queremos comprar; es así porque cuando niños no veíamos muchas cosas las cuales se podían comprar, pero los niños piensan en juguetes y piensan en dulces, son de las cosas en las cuales más piensan; pero hoy en día los padres no están para juguetes ni para dulces, sino para enfrentarse a las necesidades de la vida diaria de su familia; y por consiguiente se necesita más dinero para los gastos del hogar, casa, comida, ropa, escuela; y si sigue enumerando, no sobra para algunas cositas de gusto que uno desea obtener; o sea, que ya encontramos que aun lo que las personas ganan es poco para como están las cosas en la actualidad. Antes con diez o veinte dólares a la semana se comía bien, se vivía bastante bien; ahora con diez dólares o veinte dólares a la semana no da ni para el teléfono (los que tienen teléfonos y que lo usan bastante), casi ni da o no da para el pago mensual del teléfono.
Pero en números de por ciento, en por cientos, encontramos que la humanidad está más o menos como estaba cientos de años atrás en cuanto a sus gastos, las cosas costaban menos y le sobraba algún dinerito; ahora algunas veces sobra menos, el poder adquisitivo del dinero que tenemos y que nos sobra en la vida.
Así que, podemos ver esa situación y podemos ver la crisis mundial que hay, que ha afectado la economía, no solamente de las naciones sino de las familias, y por consiguiente nuestros niños son afectados por esa situación económica que existe; y eso nos hace pensar que necesitamos una cosa para que se acaben esos problemas por completo y es el establecimiento del Reino de Dios en la Tierra, donde ya las necesidades serán suplidas completamente para los que vivirán en ese Reino.
Es importante que las personas entren al Reino de Dios para que tengan la esperanza de una vida mejor y eterna, y tengan paz, la cual pueden comenzar a disfrutar desde que entran al Reino de Dios, que son reconciliados con Dios por medio de Cristo y Cristo es nuestra paz que de ambos pueblos hizo uno.
Y ahora, veamos en la Escritura un pasaje muy importante y muy conocido por todos con relación al Reino de Dios, ese Reino teocrático que va a ser establecido en la Tierra, y que encontramos que estará ahí fusionado con la monarquía en cierto sentido.
En San Lucas, capítulo 1, versos 26 al 38, nos habla sobre este Reino, dice:
“Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,
a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María.
Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres.
Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta.
Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios.
Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.
Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;
y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.
Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón.
Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.
Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril;
porque nada hay imposible para Dios.
Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.”
Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
Tomando los versos 31 al 33, donde dice:
“Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.
Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;
y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.”
Tomando esos tres versos, tomamos como tema:
“EL ESTABLECIMIENTO DE LA TEOCRACIA .”
Y eso será en el establecimiento del Reino del Mesías en la Tierra.
A través de la escritura encontramos a los profetas hablando de ese Reino que va a ser establecido en la Tierra. Encontramos también a Juan el Bautista y a Jesús hablando de ese Reino; y encontramos también a los apóstoles hablando de ese Reino que va a ser establecido en la Tierra y que el Mesías Príncipe será el Rey que gobernará sobre el pueblo hebreo y sobre todas las naciones, teniendo como capital Jerusalén y como Distrito Federal todo el territorio de Israel.
Este Reino será universal, será mundial, pues como Hijo de David el Mesías Príncipe es el Rey de Israel, heredero al trono de David y reino de David. El reino de David es el Reino de Dios en la Tierra y el Reino de Dios celestial gobierna el universo completo, el reino de David representa en la Tierra al Reino de Dios, el Reino celestial; y el trono de David es el trono terrenal de Dios que representa al Trono celestial de Dios; y Jerusalén es la Jerusalén terrenal de Dios que representa la Jerusalén celestial, la Jerusalén celestial donde está Dios sentado en Su Trono.
Así que podemos ver la representación de la Jerusalén celestial, Trono celestial; y todo esto celestial lo podemos ver representado en la Jerusalén terrenal ahí en la tierra de Israel y en el trono terrenal de Dios, que es el trono de David.
Y ahora, el Mesías Príncipe será el representante de Dios en la Tierra y Su Trono el Trono representante del Trono celestial de Dios. Encontramos allá en [Primera de] Crónicas, capítulo 28, verso 5, el rey David hablando cuando está introduciendo a su hijo Salomón como el heredero al Trono, dice:
“Y de entre todos mis hijos (porque Jehová me ha dado muchos hijos), eligió a mi hijo Salomón para que se siente en el trono del reino de Jehová sobre Israel.”
Aquí podemos ver que Dios eligió a Salomón, hijo de David, para sentarse en el Trono del Reino de Dios terrenal. Y dice:
“Y me ha dicho: Salomón tu hijo, él edificará mi casa y mis atrios; porque a éste he escogido por hijo, y yo le seré a él por padre.
Asimismo yo confirmaré su reino para siempre, si él se esforzare a poner por obra mis mandamientos y mis decretos, como en este día.”
Aquí podemos ver quién es el heredero al Trono de David, luego que David entregara el Trono de Dios terrenal y Reino terrenal de Dios, el cual entregó a su hijo Salomón, en el capítulo 29 de este mismo libro de Primera de Crónicas, capítulo 29, versos 22 al 23, dice:
“Y comieron y bebieron delante de Jehová aquel día con gran gozo; y dieron por segunda vez la investidura del reino a Salomón hijo de David, y ante Jehová le ungieron por príncipe, y a Sadoc por sacerdote.
Y se sentó Salomón por rey en el trono de Jehová en lugar de David su padre, y fue prosperado; y le obedeció todo Israel.”
Y ahora, ¿en qué trono se sentó Salomón? Dice:
“Y se sentó Salomón por rey en el trono de Jehová (o sea, de Dios) en lugar de David su padre…”
Hemos visto cómo el trono de David, en el cual se sentó el rey David, es el trono terrenal de Dios y el reino de David es el Reino terrenal de Dios, y lo heredó Salomón; y ahora para el Día Postrero conforme a la promesa dada a la virgen María, el Mesías Príncipe, el Hijo de David descendiente del rey David, es el heredero al trono de David; y por consiguiente el Reino de David, que es el Reino de Dios en la Tierra; por eso el Ángel Gabriel le habla a la virgen María acerca del trono de David y reino de David.
Y ahora, encontramos que ha transcurrido el tiempo y millones de seres humanos han estado esperando la Venida del Reino, la restauración del reino de David, la cual está señalada para el Día Postrero.
El Día Postrero, que es el milenio postrero de Adán hacia acá o séptimo milenio de Adán hacia acá, tipificado en el día sábado, es el tiempo para el establecimiento del Reino de Dios en la Tierra, del cual Cristo dijo a Sus discípulos que orando dijeran entre las cosas que les dijo que hablaran en su oración, les dijo que orando dijeran: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea Tu Nombre; venga Tu Reino; hágase Tu voluntad, como en el Cielo, también en la Tierra.” [San Mateo 6:9-10]. O sea, que el mismo Jesucristo dijo que pidiéramos la Venida del Reino de Dios.
El Reino de Dios en la esfera espiritual es el Cristianismo compuesto por todos los creyentes en Cristo y por consiguiente la Iglesia del Señor Jesucristo está en el Reino, en la esfera espiritual del Reino, por estos dos mil años que han transcurrido de Cristo hacia acá; pero vendrá la manifestación del Reino en la esfera literal o física con el establecimiento del Reino de Dios en la Tierra físicamente, en donde el Mesías Príncipe se sentará sobre el trono de David como Rey y restaurará el reino de David, traerá la paz a Jerusalén y de ahí saldrá para todo el territorio de Israel y para todas las naciones.
Ya estamos en el ciclo divino en donde ha de ser establecido el Reino de Dios en la Tierra; y por consiguiente todas las cosas se están moviendo en pro de la Venida del Reino de Dios. El pueblo creyente en Cristo sabe que estamos al final del camino, los judíos también saben que estamos en el tiempo en que el Mesías vendrá; pero vendrá Elías, y saben que será no el Elías que vino miles de años atrás, no Elías Tisbita, sino un hombre de este tiempo ungido por el Espíritu Santo operando el ministerio de Elías en un hombre del tiempo final.
Ese hombre vendrá proclamando la paz imperecedera, y por consiguiente vendrá anunciando que el Reino de Dios está cerca, la restauración del reino de David está cerca, en el cual recibirá la paz imperecedera el pueblo hebreo y todas las naciones que entrarán a ese Reino. Ese Reino será judío porque el Mesías Príncipe viene de la línea del rey David, un descendiente del rey David.
El mismo Jesucristo dijo a la mujer samaritana que la salvación viene de los judíos; por lo tanto la única salvación para las naciones, los pueblos como naciones, será la venida del Mesías y el establecimiento del Reino del Mesías, pues las naciones han estado viviendo por algunos miles de años bajo el imperio o reino de los gentiles que comenzó con la cabeza de oro de la estatua que Dios le mostró al rey Nabucodonosor en sueño y esa cabeza de oro es nada menos que el rey Nabucodonosor con su reino, o sea, el imperio babilónico.
Y luego pasó el reino de los gentiles a otra etapa, segunda etapa, representada esa segunda etapa en el pecho y los brazos de plata que representa al imperio Medo Persa. Luego pasó a otra tercera etapa en el vientre y los muslos de bronce de esa estatua que representa el imperio Griego, el imperio de Grecia con Alejandro el Grande; y luego pasó a una cuarta etapa representada en las piernas de hierro, que es el imperio Romano; y luego pasa a los pies de hierro y de barro cocido que contiene todavía el hierro, o sea, que es parte del imperio Romano cubierto con barro. Luego de la caída del imperio Romano sobre los pies de hierro y de barro cocido, que lleva ya una cantidad grande de años, es la etapa más larga del reino de los gentiles los pies de hierro y de barro cocido.
En la parte de las piernas de hierro o etapa del imperio Romano de los cèsares, se cumplió la Venida del Mesías llamado Yeshua o Jesús, el cual tenía que ser rechazado para poder tomar nuestros pecados y morir como el Sacrificio de Expiación por los pecados del ser humano.
Por lo tanto, no podemos culpar al pueblo hebreo de lo que sucedió, era un Programa Divino para tener misericordia de todos, para llevar a cabo la Obra de Expiación para la reconciliación del ser humano con Dios; por eso es que Cristo estando en la Cruz del Calvario dice hablando de Su pueblo Israel: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.” No sabían que un Programa Divino se estaba llevando a cabo allí.
Y ahora, podemos ver que para el Día Postrero la Venida del Mesías será como Rey y va a ser recibido por el pueblo hebreo, lo van a ver y van a decir: “Este es el que nosotros estamos esperando.” Por eso fue que Cristo dijo en San Mateo, capítulo 23, versos 37 al 39. “No me veréis más, hasta que digáis: Bendito el que viene en nombre del Señor.”
Ya Él había tenido Su entrada triunfal en el capítulo 21, de San Mateo y fue rechazado, así tenía que ser para bendición de la raza humana.
Luego encontramos que Él habla de una nueva entrada triunfal a Jerusalén y eso corresponde a la segunda Venida del Señor, la segunda Venida de Cristo para los Cristianos, para el pueblo hebreo será la primera Venida porque la primera Venida no la vieron, no la entendieron y la rechazaron. Por lo tanto, para el pueblo hebreo esa será la única Venida del Mesías la cual están esperando; pero para el Cristianismo será la segunda Venida de Cristo. Cristo significa: “Ungido,” “el Cristo,” “el Ungido,” “el Mesías.” O sea, Cristo, Mesías y Ungido es lo mismo.
El Ungido con la presencia de Dios en toda Su Plenitud, el Ungido con el Ángel del Pacto en Él manifestado en toda Su plenitud; eso vendrá a ser el cuerpo del Ángel del Pacto, cuerpo físico, como fue dos mil años atrás, pues antes de tener ese cuerpo físico que fue creado en el vientre de María, el Espíritu Santo, el Ángel del Pacto donde está Dios el Padre, estuvo usando hombres temporeramente o temporalmente como Adán, Abel, Set, Enoc, Matusalén, Noé, Abraham, Isaac, Jacob, José (hijo de Jacob) Moisés, Josué, los Jueces, terminando los Jueces con Samuel, David como rey, los profetas, llegando hasta Juan el Bautista y Jesús.
En Jesús estuvo Dios con Su cuerpo angelical, que es el Ángel del Pacto, estuvo ahí en toda Su plenitud, la plenitud de la divinidad corporalmente en ese joven carpintero de Nazaret llamado Jesús, ahí estaba la plenitud de Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo; por eso era que Jesús decía: “El Padre y Yo una cosa somos, el que me ha visto a mí, ha visto al Padre.” (San Juan, capítulo 14, verso 6 en adelante).
Y ahora., encontramos que también Él decía: “Las Obras que Yo hago no las hago de mí mismo, el Padre que me mora en mí Él hace las Obras.” Y también Él decía: “El Espíritu del Señor está sobre mí,” aun cuando fue bautizado por Juan el Bautista Juan vio el Espíritu Santo descender en forma de paloma sobre Jesús y permanecer sobre Él, o sea, que estaba Dios el Padre y estaba el Espíritu Santo en Jesús. Ahí tenemos a Padre, Hijo y Espíritu Santo, la plenitud de Dios en medio del pueblo hebreo, la plenitud de Dios, por consiguiente, en medio de la raza humana para llevar a cabo el Programa de Redención en favor de Su pueblo Israel y de todo ser humano; “porque la Salvación viene de los judíos,” dice Cristo a la mujer samaritana.
Y ahora, todos están esperando que algo pase en este nuevo milenio en el cual ya tenemos diez años, y dentro de pocos días, un mes y algo, ya en enero primero entraremos a un nuevo año del nuevo milenio que ha comenzado, según el calendario gregoriano; conforme al calendario hebreo es un poco diferente por algunos años.
Y ahora, Cristo dijo que todos los creyentes en Él, por supuesto los que han muerto físicamente, Él los resucitará en el Día Postrero. San Juan, capítulo 6, versos 39 al 40; y también ese mismo capítulo 6, versos 41 al 58, nos menciona unas dos veces que en el Día Postrero Él los va a resucitar; y también en el capítulo 11 de San Juan, cuando Cristo está allá en la tumba, frente a la tumba de Lázaro, Cristo le dice a Marta: “Tu hermano resucitará,” capítulo 11, verso 21 al 27 Marta le dice: “Yo sé que resucitará, en el Día Postrero.”
Marta ya sabía que la resurrección será efectuada en el Día Postrero para todos los hijos de Dios, para todos los creyentes en Cristo. Lázaro es tipo y figura de los creyentes en Cristo que morirían y que serán resucitados en el Día Postrero. Cristo clamando a gran Voz y llamando a Lázaro fuera de la tumba, representa, esa Voz fuerte, la gran Voz de Trompeta o Trompeta final que en el Día Postrero estará sonando para dar la fe a los creyentes en Cristo para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero y para los muertos en Cristo ser resucitados en cuerpos eternos, cuerpos glorificados iguales al cuerpo glorificado de Jesucristo.
El Día Postrero está señalado en la Biblia para los grandes eventos correspondientes a la Venida del Señor en el tiempo final; por eso es que tenemos que conocer cuál es el Día Postrero, porque los días Postreros comenzaron desde los días de Jesucristo, pues Cristo nació unos tres a siete años antes de comenzar los días postreros; porque los días postreros son los milenios postreros que son quinto milenio, sexto milenio y séptimo milenio; y Cristo nació unos tres a siete años antes de comenzar el quinto milenio de Adán hacia acá; por eso es que San Pedro y San Pablo hablan de los días postreros comenzando en el tiempo en que ellos estaban viviendo. San Pablo dice en Hebreos, capítulo 1, que Dios ha hablado… Dice, vamos a leerlo para que tengan el cuadro claro y para que sepamos cómo es que Dios habla.
“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas…”
Dios habla por medio de Sus profetas a los cuales viene la Palabra, el mensaje de Dios para ese tiempo y ellos lo comunican al pueblo. Esa es la forma de Dios hablar; por lo tanto es fácil escuchar la Voz de Dios para el tiempo en que la persona vive si consigue el instrumento, el profeta que Dios tiene para ese tiempo.
Recuerden que Cristo dijo que Él enviaría profetas a Su pueblo y eso es para el tiempo de la Dispensación de la Gracia en medio del Cristianismo, Él dice que Él enviaría profetas. Ahora los profetas del antiguo Pacto, del antiguo Testamento llegaron hasta Juan el Bautista; pero Cristo es el profeta más grande de todos los profetas, más grande que Juan el Bautista, el mismo Juan el Bautista dice que después de él viene uno mayor que él del cual Juan dice: “No soy digno de desatar la correa de Su calzado, Él les bautizará con Espíritu Santo y Fuego.”
Así que cuando Cristo dice que los profetas hasta Juan profetizaron se refiere a los profetas bajo la Ley; pero los profetas bajo la Dispensación de la Gracia estarían en medio del Cristianismo, serían mensajeros de Dios, mensajeros de Cristo ungidos con el Espíritu Santo; porque es el Espíritu Santo el que habla en todos los tiempos, habló Dios por medio de los profetas.
Ahora, veamos aquí cómo Zacarías, capítulo 7, nos muestra la forma en que Dios habla al pueblo, capítulo 7, verso 11 al 12, dice, de Zacarías:
“Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír;
y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas primeros; vino, por tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos.”
¿Cómo Dios el Padre hablaba a Su pueblo? Por medio de Su Espíritu Santo que es el Ángel del Pacto, por medio de Su Espíritu a través de Sus profetas. Siempre tiene que usar un velo de carne en cada tiempo para hablarle a Su pueblo; por eso cuando nos dice San Pablo en Hebreos, capítulo 1, verso 1 en adelante:
“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas…”
Vean la forma en que Dios hablaba: por medio de los profetas, era el Espíritu Santo en esos profetas.
“…en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo,” (o sea, por Jesucristo).
Y ahora, dice:
“…en estos postreros días…”porque ya cuando Cristo está predicando, cuando Cristo comienza Su ministerio Mesiánico, ya se está viviendo en los postreros días, el primero de los postreros días. Y recuerden que: “un día delante del Señor es como mil años y mil años como un día,” dice Segunda de Pedro, capítulo 3, verso 8; y el Salmo 90, verso 4. Un día delante de Dios para los seres humanos son mil años.
Y ahora, “en estos Postreros días (dice San Pablo) nos ha hablado por Su Hijo,” está hablándonos de aquel tiempo diciéndonos “en estos postreros días,” diciéndonos que ya en aquel tiempo estaban viviendo en los Postreros días y que Dios estuvo hablando por medio de Jesucristo. Dice:
“…en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo…”
Y ahora, el heredero de todo es Jesucristo. Él es el heredero al trono de David, Él es el heredero al Reino de David, Él es el heredero al planeta Tierra, Él es el heredero al Reino celestial de Dios también, Él es el heredero al Trono celestial de Dios; por eso es que cuando está siendo juzgado por el Concilio del Sanedrín, en el capítulo 26, de San Mateo, verso 64, el sumo sacerdote le hace una pregunta muy pero que muy importante, y dice verso 63 al 65, de San Mateo, capítulo 26, dice:
“Mas Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios.
Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.”
Aquí Cristo, vean, está hablándonos que Él va a sentarse en el Trono celestial de Dios; por eso también en San Marcos, nos habla la Escritura acerca de Cristo en ese mismo juicio que le estaban haciendo, y dice en San Marcos, capítulo 14, verso 61 en adelante:
“Mas él callaba, y nada respondía. El sumo sacerdote le volvió a preguntar, y le dijo: ¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?
Y Jesús le dijo: Yo soy; y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.”
Luego encontramos en el libro del Apocalipsis, capítulo 3, a Cristo diciendo que Él se sentó y está sentado en el Trono de Dios, capítulo 3, del Apocalipsis, verso 20 al 22, donde dice:
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.”
Y ahora, Cristo se sentó en el Trono celestial de Dios, ese es el lugar más importante del Cielo; y Cristo está sentado en el trono de Dios; y ahora nos preguntamos: “¿Y el Padre?” Porque Cristo dice: “Me he sentado con mi Padre en Su Trono.” Y Cristo en San Mateo, capítulo 28, versos 16 al 20, dijo: “Todo poder me es dado en el Cielo y en la Tierra.” Es que el que está sentado en el Trono es el que tiene el poder, el Rey, y es el Rey.
Y ahora, el Padre está en Cristo, el Padre estaba en Cristo en Su ministerio terrenal y era el que hacía las Obras; y ahora, al Cristo estar sentado en el Trono del Padre, el Padre está en Él. El cuerpo glorificado de Cristo es el cuerpo físico de Dios; el cuerpo angelical de Dios es el Ángel del Pacto, pero el cuerpo físico de Dios es el cuerpo glorificado de Jesucristo que está sentado en el Trono celestial.
Y ahora, encontramos que Cristo es el heredero de todo, a quien constituyó heredero de todo: de los Cielos y de la Tierra, del mundo visible y del mundo invisible también; aun por medio de Cristo, el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo, el Logos que era con Dios y era Dios, y se hizo carne por medio del Ángel del Pacto, que es el Logos, que es el Espíritu Santo, Dios creó todas las cosas. Vamos a ver, dice:
“…a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;
el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,
hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos.”
Y ahora, podemos ver quién es Jesucristo: es el Rey de reyes y Señor de señores y está sentado en el Trono celestial de Dios.
Cuando una persona recibe en su hogar a un alcalde o al gobernador de su Estado, o al presidente de su nación o al rey de su nación, es el privilegio más grande que esa persona tiene de recibir una persona terrenal; pero cuando una persona recibe a Cristo como su Salvador, tiene el privilegio y bendición de recibir a la persona más importante del Cielo y de la Tierra, la persona más importante del universo completo, el cual es el Señor Jesucristo sentado en el Trono celestial, desde donde Él gobierna sobre el universo completo.
Y cuando la persona escucha la Voz de Cristo que a través de las diferentes etapas de la Iglesia es el Evangelio de Cristo proclamado por Sus mensajeros, tiene la oportunidad de abrir la puerta de su corazón, de su casa, para recibir a Cristo como único y suficiente Salvador, tiene el privilegio y bendición de recibir al heredero de todo, de toda la creación, por el cual Dios a través de Él creó todas las cosas.
Por lo tanto, toda persona que ha recibido a Cristo como su único y suficiente Salvador, ha tenido ese privilegio, el privilegio más grande que les es dado al ser humano, y que le da la oportunidad de entrar a la Vida eterna recibiendo a Cristo como Salvador, le da la oportunidad a la persona de recibir el perdón de sus pecados, ser limpios de todo pecado con la Sangre de Cristo, ser bautizado en agua en Su Nombre y recibir el Espíritu de Cristo y obtener el nuevo nacimiento, nacer en el Reino de Cristo que está en la esfera espiritual.
Cristo dijo a Nicodemo en el capítulo 3, de San Juan: “De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca del Agua y del Espíritu, no puede entrar al Reino de Dios.” Todo ser humano tiene la oportunidad de entrar, pero hay una forma, un orden establecido por Dios para entrar: naciendo del agua y del Espíritu, nacer del agua es nacer del Evangelio de Cristo, el cual escucha siendo predicado, nace la fe de Cristo en su alma; porque la fe viene por el oír la Palabra de Dios, el Evangelio de Cristo; y con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
Por lo tanto, la persona tiene la oportunidad de confesar a Cristo como su único y suficiente Salvador para obtener la salvación y Vida eterna; por eso Él dijo: “El que me negare delante de los hombres, Yo le negaré delante de mi Padre; mas el que me confesare delante de los hombres, Yo le confesaré delante de mi Padre que está en los Cielos.” (San Mateo, capítulo 10, versos 31 al 33).
Y ahora, a través de las diferentes etapas de la Iglesia, del Cristianismo, se ha estado entrando a la esfera espiritual del Reino de Dios o Reino de los Cielos; y esas son las personas que luego van a entrar a la esfera física con cuerpos glorificados, cuerpos eternos, igual al cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador, para estar ahí como Reyes y Sacerdotes, y Jueces con Cristo gobernando, reinando, o sea, que será el gabinete de gobierno del Mesías, pues la Escritura dice en Apocalipsis, capítulo 1, y el capítulo 5, y el capítulo 20, del Apocalipsis, que Cristo con Su Sangre nos ha limpiado de todo pecado y nos ha hecho para nuestro Dios Reyes y Sacerdotes, y dice: “y reinaremos con Él,” dice que reinaremos con Él por mil años y luego (no se acabará todo) y por toda la eternidad continuaremos reinando con Cristo.
Los creyentes en Cristo nacidos de nuevo serán los miembros del gabinete de gobierno del Mesías, de ese Reino que será establecido en la Tierra, de ese establecimiento de la Teocracia que tendrá su capital en la tierra de Israel, y será la ciudad de Jerusalén; esa es la ciudad eterna, la ciudad de Jerusalén; por lo cual Cristo dijo que no juraran por Jerusalén porque es la ciudad de Dios, la ciudad del Rey.
Toda persona que ha recibido a Cristo como Salvador ha recibido a la persona más importante del universo completo y ha recibido la Vida eterna.
Si hay alguno que todavía no lo ha recibido como Salvador, lo puede hacer en estos momentos y estaremos orando por usted para que Cristo le reciba en Su Reino, le dé la Vida eterna y tenga la esperanza de vivir eternamente con Cristo en Su Reino.
Usted tiene la oportunidad de obtener la Vida eterna a través del que tiene la exclusividad de la Vida eterna que es Jesucristo, para lo cual puede pasar al frente y estaremos orando por usted.
Los que están en otras naciones también pueden venir a los Pies de Cristo, pueden pasar al frente donde ustedes se encuentran, en el auditorio o en la iglesia donde ustedes se encuentren para que queden incluidos en la oración que estaremos haciendo por todos los que estarán recibiendo a Cristo como único y suficiente Salvador.
Los niños de diez años en adelante también pueden venir a los Pies de Cristo.
Todos tienen la misma oportunidad.
Si oyes hoy Su Voz no endurezcas tu corazón, Él te está llamando porque tú eres una oveja del Señor y has estado escuchando Su Voz y ha nacido la fe de Cristo en tu alma, por lo cual crees en Cristo y ahora tienes la oportunidad de dar testimonio público de tu fe en Él, recibiéndole como único y suficiente Salvador.
Ustedes que se encuentran allá en Venezuela, en Colombia, en Ecuador, en Perú, en Bolivia, en Chile, en Argentina, en Uruguay, en Brasil, en Paraguay, en la República Mexicana, en Panamá, en Costa Rica, en Nicaragua, en Honduras, en El Salvador, en Guatemala, en el Caribe, en Norteamérica y demás naciones, pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo para que queden incluidos en la oración que estaremos haciendo dentro de algunos minutos.
Si nos pueden pasar… estamos esperando también que se complete en los diferentes países el grupo de las personas que están recibiendo a Cristo como único y suficiente Salvador. Dios tiene mucho pueblo en el Continente Americano y los está llamando en este tiempo final.
Lo más importante es la Vida eterna, y solamente la podemos obtener en el Reino de Dios que está en la esfera espiritual y solamente la tiene Cristo, la Vida eterna, para otorgarla a aquellos que lo reciben como único y suficiente Salvador.
Vamos a estar puestos en pie para orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo nuestro Salvador. Ahí estamos viendo en la pantalla a Santa Cruz, el grupo de Santa Cruz, el auditorio o congregación de Santa Cruz. Dios tiene mucho pueblo allá en Bolivia, los está llamando (a los que faltan) para completar Su Iglesia, así como está llamando en todas las naciones para completar en este tiempo final Su Iglesia.
Cuando estén listos en México, en Villahermosa y demás lugares, nos pueden hacer saber, hacerlo saber para ya orar por las personas que han estado viniendo a los Pies de Cristo nuestro Salvador. ¿No se si tienen la conexión de Villahermosa?
Ya vamos a orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo, todos puestos en pie en todos los países; y con nuestras manos levantadas al Cielo, a Cristo, y nuestros ojos cerrados, repitan conmigo esta oración los que han venido a los Pies de Cristo nuestro Salvador:
Señor Jesucristo, escuché la predicación de Tu Evangelio y nació Tu fe en mi corazón, creo en Ti con toda mi alma, creo en Tu primera Venida, y en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por nuestros pecados, creo en Tu Nombre como el único Nombre bajo el Cielo dado a los hombres en que podemos ser salvos.
Reconozco que soy pecador y necesito un Salvador, doy testimonio público de mi fe en Ti y Te recibo como mi único y suficiente Salvador. Te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado, y produzcas en mi el nuevo nacimiento. Quiero nacer en Tu Reino, quiero vivir eternamente. Sálvame Señor, Te lo ruego en Tu Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén.
Con nuestras manos levantadas al Cielo, a Cristo todos decimos: ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén.
Cristo les ha recibido en Su Reino, ha perdonado vuestros pecados y con Su Sangre les ha limpiado de todo pecado, y les ha recibido en Su Reino que está en la esfera espiritual. Ustedes me dirán: “Quiero ser bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo”, porque Él dijo: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” “¿Cuándo me pueden bautizar?” Es la pregunta desde lo profundo de vuestro corazón. Por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón, bien pueden ser bautizados. Y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento; y nos continuaremos viendo por toda la eternidad en el Reino glorioso de Cristo nuestro Salvador.
El bautismo en agua es tipológico, el mismo Cristo fue bautizado por Juan el Bautista. Juan no lo quería bautizar, pero Cristo le dice, Jesucristo le dice a Juan: “Nos conviene cumplir toda justicia,” y entonces lo bautizó.
El bautismo en agua en el Nombre del Señor es un mandamiento del Señor que es a la semejanza de la muerte, sepultura y resurrección de Cristo en donde nos identificamos con Cristo y por consiguiente Cristo se identifica con nosotros. Cuando la persona recibe a Cristo como Salvador, muere al mundo; y cuando es sumergido en las aguas bautismales por el ministro, tipológicamente está siendo sepultado; y cuando lo levanta de las aguas bautismales, está resucitando a una nueva Vida en el Reino de Cristo, el Reino que está en la esfera espiritual.
Por lo tanto, bien pueden ser bautizados y así identificarse con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección. Y que Cristo los bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento; y nos continuaremos viendo por toda la eternidad en el Reino glorioso de Cristo nuestro Salvador.
Que Dios les continúe bendiciendo a todos.
Dejo con ustedes al reverendo José Benjamín Pérez, para que les indique cómo hacer para ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo; y a cada ministro en cada país también lo dejo para que haga en la misma forma y sean bautizados los que han recibido a Cristo como único y suficiente salvador.
Continúen pasando todos una tarde feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador.
“EL ESTABLECIMIENTO DE LA TEOCRACIA.”