La voz del Espíritu Santo a las Iglesias

Muy buenas tardes, amados amigos y hermanos presentes y los que están en diferentes naciones.

Un saludo muy especial para la doctora Kélita Machado en Jerusalén y para el doctor Salomón Cunha, el cual está con nosotros aquí. También un saludo para el doctor Miguel Bermúdez Marín allá en Venezuela y para todos los ministros y sus congregaciones en todas las naciones.

Aprecio y agradezco mucho el respaldo que le están dando al proyecto de La Gran Carpa-Catedral; y también el respaldo a la obra misionera y evangelística; y el respaldo que le están dando a AMISRAEL y a todos los proyectos de AMISRAEL.

Ustedes han visto que funciona muy bien todo lo que hace AMISRAEL, todos los proyectos los lleva a cabo muy bien. Siempre ha tenido éxito AMISRAEL en todos los proyectos y continuará teniendo.

Para Colombia esta semana AMISRAEL tiene el proyecto de la donación de sangre, lo cual es “Donar sangre, un regalo de vida.” Donar sangre ¿qué es? Un regalo de vida; usted le está dando vida a otra persona. Y tenemos el Maestro que nos enseñó a donar sangre, Él donó toda Su Sangre para darnos Vida eterna dos mil años atrás.

Por eso la humanidad sigue existiendo, porque hubo un donador de Sangre divina, de Sangre perfecta, que la donó allá en la Cruz del Calvario. Tan sencillo como eso.

Ejemplo tenemos, y ahora nosotros podemos también ayudar en este campo de la donación de sangre en estos proyectos que AMISRAEL lleva a cabo a nivel nacional en diferentes naciones, y en algunas ocasiones en todos los países a la misma vez.

Para esta ocasión esta semana en Colombia se tiene el proyecto de la donación de sangre en todo Colombia, en todas las ciudades, comenzando desde hoy y toda la semana, y se concluirá, se clausurará, la clausura será en Bogotá el domingo en la tarde, ahí se cerrará el proyecto de la donación de sangre de esta semana.

La semana comienza los domingos, así que desde hoy domingo ya comenzó la semana de la donación de sangre, la donación de vida, allá en Colombia, y se cerrará (cumplirá) domingo próximo. Por lo tanto, todos los Agentes de la Paz tienen mucho trabajo allá en Colombia, y todos los ciudadanos de Colombia la oportunidad de donar sangre, donar vida para sus semejantes.

Están invitados todos los colombianos a donar sangre durante esta semana en la República de Colombia. Todos los Agentes de la Paz también donando sangre en este proyecto y buscando también a las personas que van a donar sangre, trabajando en ese proyecto también todos unidos, es un proyecto de AMISRAEL.

En este proyecto de la donación de sangre AMISRAEL ha tenido éxito en todos los países. El lunes de la otra semana, lunes 6 de diciembre, será el concurso: “Un Poema para Cristo,” en la República de Colombia, en Bogotá, Colombia, será lunes 6 de diciembre a las 8:00 de la mañana, por lo tanto, están invitados allá en Colombia a este evento importante, tendrán allí también el libro: “Un Poema para Cristo,” escrito por diferentes personas de diferentes países, y estará disponible para todos los que allí lo van a ver, y allá le dirán la contribución que aportarán para obtener el libro, por obtener el libro.

Este es un proyecto de la iglesia “El Sol de Justicia,” y la editorial “San Pablo” de Bogotá. La Asociación “El Sol de Justicia,” y la Editorial “San Pablo” de Bogotá tienen este proyecto, yo estaré también allí. Será, este concurso y el lanzamiento de este libro “Un Poema Para Cristo,” en el Salón Elíptico del Congreso de Colombia. Tienen que estar temprano para que consigan lugar, porque solamente tiene cupo para 400 personas el lugar.

Será un éxito grande este evento, les estaré acompañando y también estaré dirigiendo algunas palabras en ese evento tan importante: un poema para el hombre más grande que ha pisado este planeta Tierra, para el donador de Sangre más grande, un poema para Jesucristo, ese es el personaje más importante que ha pisado este planeta Tierra. Él es el hombre modelo para todos los seres humanos, el ser, la criatura, la persona modelo para todos los seres humanos.

Escuchamos al doctor Salomón Cunha leyendo un pasaje en el capítulo 5 de San Mateo, donde Cristo dice: “Yo no he venido a quebrantar la Ley, sino a cumplirla.” Él la cumplió perfectamente, y enseña que todos cumplan la Ley divina: “Ni una tilde, ni una ‘Jota’ (dice) pasará de la Ley y los profetas.”

Ahora, leemos un pasaje en Apocalipsis, capítulo 3, verso 20 al 22, y dice de la siguiente manera:

“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.”

“LA VOZ DEL ESPÍRITU A LAS IGLESIAS.” O sea, “LA VOZ DEL ESPÍRITU SANTO HABLÁNDOLE A LAS IGLESIAS.”

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

Toda persona desea escuchar la Voz del Espíritu Santo, y todos se preguntan: ¿cómo puedo escuchar la Voz del Espíritu Santo? Porque hay muchas religiones en el mundo, y hay muchas personas que dicen que tienen la Palabra de Dios, porque han leído la Biblia.

La Voz del Espíritu Santo es la Voz más importante que un ser humano puede escuchar. Para cada tiempo Él ha estado hablando a Su pueblo, y le habla a los buenos y a los malos, y les enseña y recomienda que tomen el camino de la Vida entrando por la puerta de la Vida. Él les enseña que hay una oportunidad de vivir eternamente y que cada persona, por cuanto Dios le ha dado libre albedrío, luego de escuchar la oportunidad que Dios le da a todo ser humano de vivir eternamente, luego la persona tiene la responsabilidad de su propia vida, de elegir la Vida eterna si quiere vivir eternamente; le toca a cada persona hacer la elección.

Dios da a conocer en Su proyecto de redención los derechos que tienen los seres humanos para vivir eternamente, y les da a conocer cómo obtener esos derechos, cómo hacer uso de esos derechos; pero el ser humano tiene que hacer la elección, por eso fue que cuando Cristo habló al enviar a Sus discípulos a predicar el Evangelio a toda criatura, dice: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”

Porque le corresponde a la persona elegir, le toca a la persona creer o no creer, porque el ser humano tiene libre albedrío, los animales no tienen libre albedrío, los animales ni tienen la oportunidad de decidir dónde van a vivir; el ser humano tiene la oportunidad y el derecho de vivir en la casa que deseen, compra una casa: “Quiero vivir en esta casa,” y si la están vendiendo, la compra, o hace una o se va a vivir a otra ciudad, porque el ser humano tiene libre albedrío, y se va al lugar que más le conviene, porque el libre albedrío la persona tiene que usarlo en favor suyo, no se va a ir a vivir donde no le conviene, porque eso significaría que usó el libre albedrío incorrectamente, y tendrá que pagar las consecuencias.

Y todos queremos buenas consecuencias, por lo tanto tenemos que saber elegir. Así es en el matrimonio también, los jóvenes eligen con quién se van a casar, así es todo en la vida; una persona quiere ser médico o abogado, entonces tiene que escoger estudiar en la universidad y estudiar la carrera de medicina si quiere ser médico, o si quiere ser abogado, tiene que tomar la carrera de derecho.

Hay un orden, en todas las cosas de la vida hay un orden que viene a ser el plano el cual usted puede tomar para obtener lo que usted quiere, y en el campo espiritual también es así. Aquí nos enseña la Escritura que el Espíritu Santo habla y dice: “El que tiene oídos para oír, oiga.” ¿Oiga qué? “El que tiene oído para oír, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias.” O sea, el mensaje para todas las Iglesias.

Hay un mensaje de parte de Dios para todas las Iglesias, no pueden decir unas: “No, nosotros creemos a nuestra manera.” El mensaje de Dios es para todos, y es dado por Dios a través del Espíritu Santo. En Zacarías nos muestra la forma de Dios hablar (Zacarías, capítulo 7), dice verso 11 en adelante…

Ahora recuerden, no toda persona desea escuchar lo que el Espíritu habla, así sucedía en medio del pueblo hebreo en los días de Moisés, de Josué y de los profetas, dice:

“Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír…”

Ahora, ¿cómo Dios estaba hablando y dice que no quisieron escuchar? Dice:

“…Y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas primeros.”

¿Cómo Dios le hablaba al pueblo? Por medio de Su Espíritu Santo a través de los profetas, por eso los profetas hablaron inspirados por el Espíritu Santo, lo cual es: el Espíritu Santo habló a través de los profetas. Tan sencillo como eso.

Por eso cuando Dios le dijo a Moisés en Deuteronomio, capítulo 18 que levantaría profeta como él (como Moisés), veamos lo que dice Moisés, capítulo 18, verso 15 al 19 de Deuteronomio, dice:

“Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis.”

Dios levantaría profeta como Moisés, y dice: “A él oiréis,” ¿por qué? Porque Dios le estará hablando a Su pueblo por medio de Su Espíritu Santo a través de ese profeta, como habló a través de Moisés y le dio al pueblo hebreo los diez mandamientos y leyes y estatutos para el pueblo hebreo allá en el monte Sinaí. Dios le habla al profeta, el profeta recibe esa Palabra y luego, ungido por el Espíritu Santo, ese profeta le habla al pueblo o en palabras más claras: el Espíritu Santo le habla al pueblo a través de ese profeta. Primero le habla al profeta y se hace carne en ese profeta esa Palabra, viene a ser parte de ese hombre esa Palabra, y por eso algunas veces algunas personas dicen: “No, es ese hombre hablando esas cosas.” Pero es la Palabra que Dios le dio a ese hombre que se hizo parte de ese hombre, y entonces ese hombre, ungido por el Espíritu Santo, habla eso que Dios le dio, eso es la Palabra de Dios para el pueblo: “A él oiréis,” dice Dios, le dijo a Moisés, y Moisés lo dice al pueblo.

Ese es el hombre a través del cual Dios habla al pueblo de etapa en etapa, y por eso son conocidos como profetas de Dios, esa es la forma del Espíritu Santo hablarle al pueblo: por medio de un hombre, no hay otra forma, “porque no hará nada el Señor sin que revele sus secretos a sus siervos, sus profetas,” Amós 3:7, y luego ese hombre, ese profeta, lo revela al pueblo, y eso es Dios por medio de un hombre hablándole al pueblo, Dios por medio del Espíritu Santo manifestándose a un hombre y luego hablando a través de ese hombre al pueblo.

Las personas que estarán escuchando a ese hombre, estarán escuchando la Voz del Espíritu Santo para el tiempo en que están viviendo. Todo lo que Dios tiene para dar a conocer, lo dará a conocer en la misma forma que ha dado a conocer las cosas que ya han sido reveladas en tiempos pasados: siempre por medio de un hombre, un profeta, los cuales tienen las dos conciencias juntas, y por consiguiente pueden oír y ver en otras dimensiones.

Por eso la Palabra viene a los profetas, para cada edad, para cada tiempo al que Dios tiene en ese tiempo. No hay otra forma para escuchar la Voz de Dios; el mismo pueblo hebreo en el monte Sinaí le dice a Moisés: “No hable ya Dios más con nosotros porque vamos a morir, habla tú con Dios, y Él hable contigo, y tú nos hablarás a nosotros lo que Dios te diga.” Vamos a verlo aquí, continuamos leyendo en el capítulo 18 de Deuteronomio, pasamos al verso 16 (ya leímos el verso 15), dice:

“Conforme a todo lo que pediste a Jehová tu Dios en Horeb el día de la asamblea, diciendo: No vuelva yo a oír la voz de Jehová mi Dios, ni vea yo más este gran fuego, para que no muera.

Y Jehová me dijo: Han hablado bien en lo que han dicho (Dios aceptó esa petición del pueblo).

Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú (y ahora, Dios dice que va a levantar en favor del pueblo profeta como Moisés); y pondré mis palabras en su boca…”

Así como Dios puso Su Palabra en la boca de Moisés, ahora Dios pondrá Su Palabra en la boca de cada profeta que Él envíe a Su pueblo.

Muchas personas quieren conocer la Palabra de Dios, quieren oír la Palabra de Dios, la Voz de Dios.

¿Dónde Dios coloca Su Palabra? En la boca del profeta que Él envía para el tiempo en que las personas están viviendo. Por eso Él ha enviado profetas en los diferentes tiempos:

“…y él les hablará todo lo que yo le mandare.”

Por lo tanto, los que estarán escuchando a ese profeta, ¿qué estarán escuchando? Lo que Dios le ha mandado a hablarle al pueblo, y lo ha colocado en la boca de ese hombre para que lo hable al pueblo, y así el pueblo esté escuchando la Voz de Dios, la Voz del Espíritu Santo, y “el que tiene oídos para oír, oiga lo que el Espíritu Santo dice, habla, a las Iglesias.” Es un mensaje para todas las Iglesias. Así ha sido a través de la historia del Cristianismo, y sigue siendo así en nuestro tiempo:

“Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta.”

Cualquier persona puede decir: “Yo no voy a escuchar lo que ese hombre está diciendo.” ¿Qué estará sucediendo ahí? Pues no quiere escuchar lo que el Espíritu Santo está diciendo a través de ese hombre, no quiere escuchar la Voz del Espíritu Santo. El Espíritu Santo siempre ha tenido instrumentos, mensajeros, profetas, y para escuchar la Voz del Espíritu Santo hay que escucharla a través del profeta, del mensajero que Él tiene para el tiempo en que la persona está viviendo.

Para escuchar la Voz del Espíritu Santo hablándole a las Iglesias, hay que escuchar lo que el Espíritu Santo ha revelado a Sus mensajeros, cada cual en el tiempo en que ha enviado a cada mensajero.

Por lo tanto, para nuestro tiempo, si el Espíritu Santo va hablar, tiene que tener un instrumento. Si queremos escuchar la Voz del Espíritu Santo en el Día Postrero, tenemos que conocer la forma en que Dios estará hablando, y tenemos que descubrir cuál es el instrumento que Dios tendrá en este tiempo final.

Por lo tanto, para este tiempo tenemos la promesa de que Dios va a estar hablando, tenemos la promesa de la gran Voz de trompeta o trompeta final, tenemos la promesa ahí en Primera de Corintios, capítulo 15, verso 51 al 58, de la gran Voz de Trompeta; eso es la Voz de Dios hablándonos con un mensaje dispensacional, que es el mensaje del Evangelio del Reino, del cual el mismo Cristo dijo en San Mateo, capítulo 24, verso 14:

“Y será predicado este evangelio del reino para testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin.”

La predicación del Evangelio del Reino es la gran Voz de trompeta o trompeta final, es también el mensaje del Evangelio eterno que predica este Ángel que viene con el Evangelio eterno en Apocalipsis, capítulo 14, verso 6 al 7, que dice:

“Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo,

diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.”

Este Ángel mensajero, recuerden que un “Ángel” significa “mensajero,” y viene con el Evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la Tierra. Y si viene para predicarlo a los moradores de la Tierra, tiene que ser un predicador, y si viene con el Evangelio eterno, viene con unas buenas nuevas, unas buenas noticias del Cielo, en donde estará enseñando a la gente que adoren a Dios, que busquen a Dios, y estará también diciéndoles que la hora del juicio divino ha venido, o sea, el ciclo divino donde Dios juzgará a la humanidad, ha llegado.

Eso nos habla de la fiesta de las trompetas, es en el cumplimiento de la fiesta de las trompetas donde se estará tocando esa gran Voz de Trompeta y donde se estará anunciando el juicio divino. Dice Levítico, capítulo 23, verso 24 al 25, Dios le dice a Moisés:

“Habla a los hijos de Israel y diles: En el mes séptimo, al primero del mes tendréis día de reposo, una conmemoración al son de trompetas, y una santa convocación.”

Tenemos unas cuantas fiestas, digamos siete fiestas hebreas, de las cuales ya algunas se cumplieron; por ejemplo: tenemos la fiesta de la pascua, la cual fue cumplida por Cristo, Él es el Cordero pascual que murió para la preservación de la vida de los primogénitos de Dios escritos en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero.

También la fiesta de las primicias, porque Él es primicia de los que durmieron al resucitar el día de la fiesta de las primicias, que fue domingo, Él viene a ser la gavilla mecida; y la fiesta de las semanas, esas fiestas ya se cumplieron, el Día de Pentecostés, allí vino el Espíritu Santo y por lo tanto ahí se cumplió. O sea, que se han cumplido: la fiesta de la pascua, la fiesta de los panes sin levadura, la fiesta de las primicias y la fiesta de las semanas, se cumplieron; y ahora faltan: la fiesta de las trompetas, la fiesta del día del perdón y la fiesta de los tabernáculos, las cuales corresponden, para su cumplimiento, al proyecto divino de la Venida del Señor en el Día Postrero.

En los días de Jesús o Yeshua, los que seguían a Jesús no entendían que se iban a estar cumpliendo esas fiestas que se cumplieron ya, así en el Día Postrero algunas personas no estarán al tanto que se estarán cumpliendo las tres fiestas restantes; pero habrá un grupo de personas que van a tener conocimiento de lo que estará pasando en el Programa Divino, y estarán entendiendo la relación de esas fiestas con las profecías de la gran Voz de trompeta o trompeta de Dios o trompeta final para la resurrección de los muertos y la transformación de los vivos.

Esa gran Voz de trompeta o trompeta final, siendo la predicación del Evangelio del Reino, la predicación del Evangelio eterno, que está prometido para ser predicado para testimonio a todas las naciones, o sea, un mensaje para todas las naciones y por consiguiente también para todas las religiones; cubre, por consiguiente, al Cristianismo completo, al Judaísmo también y a todas las religiones, a todas las naciones y a todos los seres humanos, para lo cual el Espíritu Santo estará hablando, estará hablando ¿qué? El mensaje final, el mensaje del Evangelio del Reino, del Evangelio eterno, lo cual es un mensaje dispensacional. Con ese mensaje van a recibir la fe para ser transformados los creyentes que estén vivos, creyentes en Cristo.

El mensaje del Evangelio de la Gracia gira alrededor de la primera Venida de Cristo, y el mensaje del Evangelio del Reino gira alrededor de la segunda Venida de Cristo; el mensaje del Evangelio de la Gracia gira alrededor del Mesías como Cordero de Dios y Sumo Sacerdote; el mensaje del Evangelio del Reino gira alrededor de la Venida del Señor para el Día Postrero como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores y Juez de toda la Tierra. Tan sencillo como eso, es sencillo.

Con la predicación del Evangelio del Reino o Evangelio eterno o gran Voz de trompeta estará sonando la trompeta final, y por consiguiente se estará moviendo a cumplimiento la fiesta de las trompetas, la fiesta de Levítico, capítulo 23, verso 24, y esa fiesta estará ligada al pueblo hebreo, esa trompeta sonando la va a escuchar Israel.

Por eso no ha escuchado Israel la predicación del Evangelio de la Gracia, porque el mensaje para Israel es el Evangelio del Reino, el Evangelio eterno que presenta a Cristo como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo, y ese misterio lo conocerá el mensajero que viene con el Evangelio eterno, que viene con el Evangelio del Reino predicándolo.

Y a través de ese mensaje es que Dios nos abrirá el entendimiento para conocer el programa de Dios correspondiente al Día Postrero, por consiguiente el Cristianismo y el Judaísmo tendrán una bendición muy grande; el mundo religioso, de todos los grupos religiosos, tendrá la bendición más grande de todos los tiempos: la oportunidad de oír la Voz de Dios por medio del Espíritu Santo a través del mensajero que vendrá predicando el Evangelio eterno, el Evangelio del Reino, y el que tiene oído para oír, oirá la Voz del Espíritu Santo dándonos a conocer todas estas cosas.

Lo que el mensajero estará hablando al pueblo, será lo que ya Dios le habló a él, él recibe primero directo de Dios el mensaje, y lo transmite al pueblo. Cuando ustedes están escuchando en estos momentos por medio de los equipos de amplificación, ustedes están escuchando directamente mi voz, pero por medio de estos equipos, porque los que están allá atrás no podrían escuchar y entender bien sin el uso de estos equipos.

Por lo tanto, se usan estos equipos para escuchar mejor y para que quede grabado todo también, y luego que todo queda grabado, también se puede imprimir y las personas continuarán escuchando lo que ya ha sido hablado. Así es en el Programa Divino, por eso tenemos la Biblia escrita de lo que ya Dios ha hablado, y de lo que Dios ha prometido que va a hacer en nuestro tiempo, también está aquí contenido.

Por lo tanto, tenemos las promesas para nuestro tiempo, por eso en cada tiempo los líderes religiosos no pueden decir: “Yo voy a buscar (yo mismo) para que Dios a mi mismo me revele lo que debo hablarle al pueblo.” Para recibir lo que Dios quiere que el pueblo escuche, Dios tiene un orden y nadie puede alterar ese orden. “No hará nada el Señor sin que revele sus secretos a sus siervos los profetas,” ese es el orden divino.

Cualquier persona puede decir: “Yo también leo la Biblia, yo también estudié en seminarios, yo también conozco, por lo tanto, no necesito que Dios me hable a través de un profeta, de un hombre,” pues usted no está interesado en oír la Voz de Dios, la Voz del Espíritu, Moisés dice: “Profeta como yo os levantará el Señor vuestro Dios de entre vuestros hermanos, a él oiréis.”

¿A quién dice Dios que escuchen? Al profeta que Dios envía para cada tiempo. Si se levanta otra persona diciendo que él tiene revelación y no es ese mensajero, pues no se le puede prestar atención. Si le presta atención, estará escuchando las opiniones de esa otra persona, pero no estará escuchando lo que el Espíritu Santo está diciendo para las Iglesias.

Es un mensaje para todo el Cristianismo y para todas las religiones, para toda la humanidad; cuando el Espíritu Santo habla, trae el mensaje para todos.

Tampoco le podemos hacer la guerra ni al mensaje ni al mensajero que Dios envía para cada tiempo. Los que le hicieron la guerra en tiempos pasados al mensajero, estaban haciéndole la guerra a Dios y al mensaje que Dios tenía para el pueblo, y tuvieron problemas, no entraron a la tierra prometida esas personas, fueron reconocidas o señaladas en la Biblia como personas que se rebelaron en contra de Dios.

Moisés decía: “De aquí a poco me van apedrear;” tenían el profeta más grande para su tiempo, un profeta dispensacional, pero vean, hubo problemas en su tiempo, Dios estaba guiando al pueblo a través de ese profeta, y muchos no estaban de acuerdo en la forma en que estaba siendo guiado el pueblo. Pero la forma mejor siempre ha sido la de Dios, y se llegará a la meta siempre.

Por lo tanto, tenemos que escuchar la Voz del Espíritu, “el que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias.” Cualquier otra cosa que no sea lo que el Espíritu está hablando en el tiempo en que a la persona le toca vivir, entonces la ponemos a un lado porque no tenemos tiempo para escuchar otra cosa, para escuchar opiniones, para escuchar cosas que no nos convienen, porque el tiempo lo queremos para escuchar lo que el Espíritu Santo está diciendo, está hablándole, a las Iglesias.

La bendición grande es escuchar, el que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. Para cada tiempo el Espíritu Santo ha estado hablando y así está señalado para acontecer en este tiempo final.

El reverendo William Branham en una ocasión en que predicó acerca de las etapas o edades de la Iglesia, dice en ese estudio hablando acerca de la Iglesia de Laodicea, dice:

“El que tiene oído, oiga (o sea, en singular) lo que el Espíritu dice a las Iglesias.’

Note aquí que Jesús por el Espíritu en cada edad se dirige solamente a una persona con relación a la Palabra para esa edad. Solo un Mensajero en cada edad recibe lo que el Espíritu tiene que decir a esa edad, y aquel Mensajero es el Mensajero a la Iglesia verdadera, él habla por revelación de parte de Dios a las Iglesias, tanto a la verdadera como a la falsa (o sea, habla para todos).

Así que el mensaje es transmitido a todos, pero aunque es transmitido para todos los que están al alcance del mensaje, el mensaje recibido individualmente solo por un cierto grupo calificado y de cierta manera. Cada individuo en aquel grupo es uno que tiene la capacidad para oír lo que el Espíritu está diciendo por medio del Mensajero.

Aquellos que lo están oyendo, no están recibiendo su propia revelación, ni tampoco está (el grupo) recibiendo su revelación colectiva, pero cada persona está oyendo y recibiendo lo que el Mensajero ya ha recibido de Dios.”

O sea, que cuando el mensajero de cada edad trae el mensaje para las Iglesias o para el grupo de su edad, está trayendo lo que Dios por medio de Su Espíritu le ha revelado a él, le ha dado a él, para el pueblo, y él lo cree y lo da a conocer al pueblo, porque si no lo cree, pues no lo va a dar a conocer al pueblo.

El mensajero cree lo que Dios le ha dicho por medio del Espíritu Santo y lo da a conocer al pueblo, porque es para el pueblo el mensaje, él solamente se queda con aquello que es para él; lo que es para él, él lo guarda, eso no se lo pasa al pueblo, porque él tiene que tener algunas cosas que no puede revelar al pueblo y que le son reveladas a él, porque él tiene que tener un conocimiento mayor que el pueblo.

Con ese conocimiento mayor que el pueblo él puede trabajar y hacer la obra que le es encomendada. Hay cosas que él no puede dar a conocer, si las da a conocer, entonces se levantan otros diciendo que son mensajeros también. Pero si no las da a conocer, les va a faltar, eso que él guarda, les va a faltar a las otras personas y no podrán, aunque traten de imitar, no tendrán éxito y no serán respaldadas por Dios.

Moisés tenía muchas cosas que conocía, pero no las podía dar al pueblo, y con todos aquellos que se levantaban en contra de él mucho menos; si las llegaban a conocer… piense usted, si Moisés daba a conocer el secreto de cómo funcionaba cuando Moisés levantaba sus manos con la vara en su mano y la batalla se ponía en favor de Israel cuando estaba peleando contra Amalec, si los que estaban en contra de Moisés llegaban a conocer ese secreto, pues iban a hacer lo mismo en contra de Moisés.

¿Ven? Hay cosas que no pueden ser dadas a conocer, que solamente el mensajero correspondiente a cada edad conocerá, y es para que él las guarde para sí. Si no las guarda para sí, entonces lo van a imitar y entonces la vista del pueblo va a ser puesta sobre otras personas y no sobre el mensajero que es sobre el cual tiene que estar la vista del pueblo; porque en el mensajero que esté el Espíritu Santo hablándole al pueblo las cosas que el pueblo debe escuchar, para que el que tiene oído para oír, oír el mensaje, la Palabra de Dios para el tiempo, las escuche.

Dios tiene un orden, y nunca le podemos pasar por encima a ese orden. Aarón y Miriam quisieron pasar por encima a ese orden, y dijeron: “¿No ha hablado Dios también por nosotros?” Y la ira de Dios se encendió sobre Miriam y quedó leprosa, criticaron también a Moisés por su casamiento con una mujer cusita y entonces todo eso les trajo problemas a Aarón y a Miriam que eran hermanos mayores que Moisés, y pensaron que porque habían ayudado a Moisés en muchas cosas o Moisés los incluyó en el programa, pensaron que ya eran los que mandaban en medio del pueblo, y ellos estaban sujetos a Moisés. Después Aarón estaba muy nervioso y le pide a Moisés que ore a Dios, y le dice: “Hemos cometido un grave error, hemos pecado.” Sí.

Por lo tanto, tenemos que mantenernos siempre unidos, siempre amándonos unos a otros, evitar las discusiones, hemos sido llamados a la paz y al amor. Estamos muy cerca de la resurrección de los muertos en Cristo y de la transformación de los vivos, y a medida que vemos que ese momento se acerca, tenemos que estar más unidos y más amorosos el uno con el otro.

Estamos viendo lo que está sucediendo en este tiempo final, estamos viendo que la humanidad está clamando por la Venida del Mesías, el pueblo hebreo también está deseando la Venida del Mesías. Es que hemos llegado a un ciclo en que se hará realidad esa promesa.

Debe cumplirse esa promesa y el establecimiento del Reino debe hacerse realidad, de acuerdo a lo que yo he visto, y no vamos a decir que es una profecía, sino de acuerdo a como se ven las cosas, se debe hacer una realidad en los primeros 50 años del séptimo milenio de Adán hacia acá, o tercer milenio de Cristo hacia acá. O sea, en el primer siglo, en la primera mitad del primer siglo del Día Postrero se debe hacer realidad cada una de esas promesas; pero no lo vamos a decir como una profecía, vamos a decir: “Según estamos viendo las cosas, las probabilidades son más del 50%… y más del 75%.”

Vamos a dejar un 10% por si acaso alguien dice que no se deja un tiempito, por si acaso, para que… siempre ustedes ven que algunos, pues dejan un tiempito, vamos a dejar un 10%.

Lo más probable es que sea en la primera mitad del primer siglo del milenio postrero, o séptimo milenio de Adán hacia acá o tercer milenio de Cristo hacia acá; y mi deseo es que sea lo más pronto posible, porque no queremos ponernos viejos y morir, queremos ser transformados lo más pronto posible.

El calentamiento global y demás problemas de la humanidad empeoran la condición de la familia humana. Por lo tanto, lo más pronto posible deseamos nuestra transformación y la ida con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, para lo cual, pues estaremos escuchando la Voz del Espíritu Santo. “El que tiene oído para oír, oiga lo que Espíritu Santo dice a las Iglesias.”

Estamos en el tiempo en que lo que dice en Cantares, capítulo 2, verso 8 al 17 y capítulo 1, verso 4, donde nos dice: “La voz de mi amado…”

Eso es la Voz del Espíritu Santo. También el verso 12 dice:

“Se han mostrado las flores en la tierra,

El tiempo de la canción ha venido,

Y en nuestro país se ha oído la voz de la tórtola.”

La Voz de la tórtola es la Voz del Espíritu Santo, y esa es la Voz de la cual dice la Escritura: “El que tenga oído para oír, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias.”

Estamos en el tiempo más glorioso de todos los tiempos, por lo tanto, estemos bien unidos los unos con los otros, y los ministros de todos los países en sus países y con los demás países estén bien unidos; todos los ministros y todas las personas en cada congregación estén bien unidos en amor, amándose los unos a los otros, hablando todas las cosas buenas del uno para con los otros.

Y cualquier cosa que no sea buena, pues se la dice a Dios, ore a Dios para que Dios tenga misericordia de las demás personas. Siempre amándonos obtendremos la victoria en y del Amor divino en la edad del Amor divino que es nuestra era, nuestra edad.

La edad del Amor divino es la más importante, es a la edad que hemos subido, es la edad de la cámara del Rey, del aposento del Rey, el cual está tipificado en el Lugar Santísimo, y recuerden que la Iglesia, siendo un Templo espiritual, el Lugar Santo han sido las diferentes etapas de la Iglesia, y el Lugar Santísimo es la etapa de la piedra angular o Edad de la Piedra Angular; esa es la edad de oro, ese es el aposento del Rey, como es el aposento del Rey, de Dios en Espíritu Santo en el Lugar Santísimo sobre el propiciatorio, en el templo que construyó Salomón y en el tabernáculo que construyó Moisés, esa es la cámara del Rey.

Y ese lugar es el más importante del Cuerpo Místico de Cristo. “La Voz de mi amado,” esa es la Voz de Cristo por medio de Su Espíritu Santo en medio de Su Iglesia:

“He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.” (San Mateo, capítulo 28, verso 20.)

Esas son las palabras habladas por Cristo. Él estaba, está y estará en medio de Su Iglesia en Espíritu Santo todo el tiempo, y estará hablando, y nosotros ¿qué? Escuchando, escuchando la Voz del Espíritu Santo: “El que tiene oídos, oiga lo que el Espíritu Santo dice a las Iglesias.” Esa es la Voz de mi amado, la Voz de Jesucristo.

Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes.

Y adelante trabajando en todo el Programa Divino, trabajando también en el programa o programas de AMISRAEL.

Mis felicitaciones al doctor Salomón cunha y a la doctora Kélita Machado por las labores tan importantes que han llevado a cabo en AMISRAEL y con AMISRAEL. Ninguna otra persona podía hacer esas cosas, pero fue el Espíritu de Dios a través de ellos, y continúan siendo instrumentos del Espíritu Santo para esas labores de AMISRAEL.

El pueblo hebreo depende de esas labores, ellos son instrumentos en favor de Israel en esas labores que están llevando a cabo, por lo cual deben ser apoyados por todos ustedes que están aquí presentes y que están en otras naciones. Se está trabajando a la segura en esas labores de AMISRAEL.

Bueno, que Dios les bendiga y les guarde, y les continúe usando grandemente en Su Obra en este tiempo final.

Dejo por aquí al doctor Salomón Cunha con ustedes para continuar y finalizar, y ya nos continuaremos viendo a través del satélite y ustedes estarán viendo, a medida que pase el tiempo, el avance de la Obra de Dios en medio del Cristianismo y también en medio de los judíos.

Dios ha estado usando grandemente a la doctora Kélita Machado y a Salomón Cunha allá con los judíos; aunque ellos no nos digan todo para no interrumpirse el programa que se está llevando a cabo, sabemos que Dios los está usando.

Oren mucho por ellos y también por mí; yo estaré orando por ustedes y por Salomón y Kélita y vamos a obtener la victoria. Siempre obtener la victoria es obtener la meta, y cuando Dios le prometió la tierra a Abraham, a Isaac, a Jacob y a los patriarcas y al pueblo hebreo que salió con Moisés, no les dijo que iba a ser fácil, les dijo que va a ser difícil, pero que Dios iba a estar con ellos, y llegaron a la tierra prometida.

Vamos a llegar a obtener el cumplimiento de todas las promesas, Salomón; vamos a llegar a la meta, de eso estamos seguros, porque Dios lo prometió, y Él no puede fallar. Que tengamos luchas, así ha sido siempre, otros sufrieron más que nosotros, pero un león con hambre viniendo, eso asusta a cualquiera, hubieran deseado estar en nuestro tiempo muchos de los cristianos del pasado, y también de los judíos del tiempo del holocausto. Ahora estamos viviendo en una situación mucho mejor, por lo cual le damos gracias a Dios.

Bueno, que Dios les continúe bendiciendo a todos, y con nosotros el doctor Salomón Cunha para continuar.

“LA VOZ DEL ESPÍRITU SANTO HABLÁNDOLE A LAS IGLESIAS.”

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