El misterio del evangelio de Cristo

Muy buenos días, amables amigos y hermanos presentes y los que están a través del satélite Amazonas o de internet en diferentes naciones. Un saludo muy especial para el misionero, reverendo Miguel Bermúdez Marín y todos los ministros en diferentes naciones.

Vamos a ver un video sobre la campaña: «Alcemos Nuestra Voz: Paz en Tierra Santa,» ya que la tierra de Israel es la tierra prometida, es el territorio donde el Reino del Mesías estará establecido, Jerusalén será la Capital de ese Reino, donde estará el Trono del Mesías y por consiguiente tenemos la responsabilidad con esa tierra para que así por nuestro trabajo contribuyamos a la paz de Tierra Santa orando por ese territorio, orando por Jerusalén, la Escritura dice que son benditos los que oran por la paz de Jerusalén.

Por lo tanto, tenemos la responsabilidad con tierra santa, queremos la paz para tierra santa, para todos los del Medio Oriente y por consiguiente eso será de beneficio, de bendición para todas las naciones, porque todo lo que ocurra en tierra santa, afecta o positivamente o negativamente a todas las naciones, así como ha afectado positivamente la primera Venida de Cristo y Su muerte en la Cruz del Calvario ha afectado positivamente para salvación y Vida eterna de los gentiles también, de todas las naciones.

Por lo tanto, veamos el video, ese documental «Alcemos Nuestra Voz: Paz en Tierra Santa,» para que sepamos cómo va la campaña de Tierra Santa, y luego del culto o aquí mismo se les indicará todos los demás detalles de la campaña.

Bueno, vamos a pasar el video «Alcemos Nuestra Voz: Paz en Tierra Santa,» y yo permaneceré aquí viéndolo también. Ustedes lo ven hacia acá, y yo lo veo hacia acá, acá tengo… [presentación del video].

…Hemos visto cómo se llevó a cabo esa actividad allá en Bogotá, Colombia, esa concentración de la campaña «Alcemos Nuestra Voz: Paz en Tierra Santa,» unidos a otras entidades que respaldan la posición del presidente Santos de Colombia.

Debe repetirse este tipo de concentración en todos los países para que así pueda establecerse el Estado Palestino en conversaciones con Israel y tratados, pactos que sean respetados, ya que ellos son los que van a vivir como vecinos, deben de ellos conversar para que así sea por decreto bilateral entre ellos, respaldado por las Naciones Unidas y por consiguiente por los demás países del mundo.

Así que, pueden comunicarse con Gabriela Lara para coordinar bien estas actividades, concentraciones y todas estas cosas que se están llevando a cabo en diferentes países, lo cual será de beneficio para el Medio Oriente y para todas las naciones, pues lo que se busca es que haya paz y que el Estado Palestino que se establezca sea un Estado de paz, para que tengan paz.

Quiero dejar al reverendo José Benjamín Pérez para unos anuncios muy importantes que todavía no les ha dado, y quiero que se los dé a ustedes que están presentes y a los que están en otras naciones.

Así que, vamos a darle unos minutitos para que pase esos anuncios y todo lo que tenga, y mientras tanto yo para no estar aquí de pie, me retiro un momentico y regreso con ustedes dentro de algunos minutos, con el permiso de ustedes. Con ustedes el reverendo José Benjamín Pérez.

…Ya de nuevo con ustedes, respaldo todo lo que ha sido presentado por el reverendo José Benjamín Pérez, al igual que todos ustedes que están presentes y los que están en otros países, ministros, Iglesias e individuos que han visto que es una bendición grande para Puerto Rico y para toda la familia humana la construcción de este nuevo templo de La Gran Carpa-Catedral Corporation, la Corporación de la Gran Carpa-Catedral, la cual construirá su nuevo templo en Cayey, Puerto Rico.

También vimos la obra evangelística y misionera que también está basada en las Escrituras, pues es un mandato divino dado por Cristo de:

«Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.» (San Marcos, capítulo 16, versos 15 al 16).

Es importante que todo trabajo que se haga o que haga una Iglesia, esté basado en la Palabra de Dios para que sea de bendición para los seres humanos. Es importante la evangelización, es un mandato divino, porque a través de la evangelización se da a conocer la forma en que el ser humano puede obtener la salvación y Vida eterna.

Y el que se establezcan templos para reunirse los creyentes en Cristo, es importante para que así tengan el alimento espiritual disponible y puedan también servir, adorar a Dios; porque tales adoradores busca el Padre que le adoren, de eso habló Cristo a la mujer allá en el capítulo 4 de San Juan; allá a la mujer samaritana le habló acerca de que los verdaderos adoradores, adorarán al padre en Espíritu y en verdad, sin tener necesidad de ir allá a Samaria o a Jerusalén para adorar a Dios; dondequiera que estén esos adoradores, adorarán al Padre en Espíritu y en verdad. Eso es así bajo el nuevo Pacto.

Hemos visto también que la obra misionera es importante, porque la obra misionera que es llevada a cabo por las Iglesias a través de los misioneros que tengan, confirma en la fe a todos los creyentes en Cristo y también trabajan para el establecimiento de nuevas congregaciones, nuevas Iglesias.

Esto es así para todas las Iglesias, todos los grupos religiosos del Cristianismo en todas las naciones, y está basado, fundado, en la Biblia, porque Dios ha colocado en Su Iglesia apóstoles, evangelistas, pastores, profetas, maestros, son dones divinos que Dios ha colocado en Su Iglesia en diferentes hombres, mensajeros de Dios enviados a Su Iglesia para la obra del ministerio, para que así la Iglesia del Señor Jesucristo crezca y esté bien fundamentada en la Palabra de Dios.

Y esto es una bendición para todas las naciones, porque una nación en donde puede estar la mitad de la nación como creyentes en Cristo, es la mitad de la nación que le dará menos problemas al gobierno, y si es un 75 % de cristianos en una nación, pues son 75% menos de problemas que tendrá la nación, y si es el 100%, pues es una nación que no va a tener problemas en ciertos aspectos de la sociedad, y las cárceles, pues estarán vacías; y si alguno por algún problema llega, se va a restaurar.

Bueno, el Cristianismo es una bendición para todas las naciones, por eso es que la Escritura dice que en la simiente de Abraham serán benditas todas las naciones, y la simiente de Abraham es el Mesías, Cristo, así es como pasa la bendición de Abraham a todas las naciones: por medio de Cristo.

Por lo tanto, es importante la obra misionera, la obra evangelística, y la labor del establecimiento de congregaciones, de Iglesias. Mientras más templos se abran en todas las naciones, más templos cristianos, más bendición habrá en las naciones, no importa el grupo religioso del Cristianismo que lo establezca, y eso es una bendición grande para todas las naciones.

Escuché y escuchamos todos que este video, este documental que fue pasado por el satélite Amazonas, tiene derechos que tienen que ser respetados (derecho de autor), por lo tanto se espera que como fue recomendado, que nadie grabara. En algún momento, como escuchamos, van a tener oportunidad de tener copias y de ser también visto en diferentes naciones, pero recuerden que tiene derechos de autor que corresponden a la periodista Gabriela Lara, y nadie debe tenerlo ni usarlo sin la autorización por escrito de ella. Deben ser respetados esos derechos, y más los cristianos deben respetar esos derechos.

Busquemos en nuestras Biblias una carta muy importante del apóstol Pablo a la Iglesia de Efeso, por lo tanto, es una carta a los cristianos de entre los gentiles, en donde comenzó la primera edad de la Iglesia entre los gentiles o primera etapa de la Iglesia entre los gentiles, y San Pablo fue enviado como mensajero a los gentiles. Recuerden que mensajero significa Ángel, o Ángel significa mensajero. Dice en el capítulo 6, versos 8 en adelante… vamos a ver Efesios, capítulo 4, verso 7 en adelante, vamos a leer:

«Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo.

Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio dones a los hombres.

Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra?

El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo.

Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros,

a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,

hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;

para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error,

sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,

de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.

Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente,

teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;

los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.

Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo,

si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús.

En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,

y renovaos en el espíritu de vuestra mente,

y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.

Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.

Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo,

ni deis lugar al diablo.»

Y ahora, pasamos al capítulo 6, verso 10 en adelante de Efesios, dice:

«Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.

Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.

Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.

Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,

y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.

Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.

Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;

orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;

y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio,

por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar.»

Tomando ese verso 19 y 20, donde nos dice:

«Y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio,

por el cual soy embajador en cadenas.»

«EL MISTERIO DEL EVANGELIO DE CRISTO,» es nuestro tema.

Siempre en un mensaje hay un misterio; el contenido, el significado de ese mensaje es el misterio que contiene ese mensaje, por lo tanto, el misterio del Evangelio de Cristo contiene un misterio, el mensaje, el Evangelio de Cristo, contiene un misterio: es el misterio de la primera Venida de Cristo, Su ministerio y Su Obra en la Cruz del Calvario muriendo, todo eso fue un misterio y para muchas personas todavía es un misterio.

Pero ese misterio está contenido en el Evangelio de Cristo, y por consiguiente en el Evangelio según San Mateo, en el Evangelio según San Marcos, en el Evangelio según San Lucas, en el Evangelio según San Juan y en las cartas apostólicas de San Pedro, San Pablo, Santiago, Judas (y no el Iscariote) y cualquier otro documento que encontramos que habla de Cristo, y sobre todo lo que ya está aquí en la Biblia.

Y eso es lo que los predicadores del Evangelio de Cristo, comenzando con los apóstoles, continuando con San Pablo entre los gentiles, y demás predicadores, han estado dando a conocer a la humanidad: el misterio contenido en el Evangelio de Cristo, el misterio de Cristo.

San Pablo nos dice en Colosenses, capítulo 2, versos 2 al 3, de la siguiente manera:

«Para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo,

en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.»

A través del Evangelio de Cristo se obtiene el misterio, el conocimiento del misterio de Dios el Padre y de Cristo, y se obtiene las riquezas de todo ese conocimiento divino que fue un misterio pero que ha sido abierto por el Espíritu de Dios, el Espíritu Santo, y está contenido en el Evangelio de Cristo y está grabado en letras en la Biblia.

Recuerden que la Biblia es el pensamiento divino expresado en forma de letra, para que así todos los seres humanos conozcan a Dios y conozcan cómo Dios pensó, piensa y pensará eternamente.

A través del Evangelio de Cristo podemos saber quién es aquel joven que nació en Belén de Judea y se crió un tiempo corto en Belén de Judea, digamos unos dos años, y luego fue llevado a Egipto por causa de que el rey Herodes quería matarlo, y envió su ejército, soldados allá para matar a todos los niños de dos años en adelante, porque el niño Jesús tenía unos dos años aproximadamente (alrededor de dos años), porque la estrella que los magos vieron ya llevaba unos dos años que comenzó a salir, cuando llegaron ellos a Jerusalén y Herodes quiso saber acerca de esa estrella y le preguntó a los magos. Fue llevado a Egipto el niño Jesús con y por José y María, y así escapó de la muerte.

Luego que murió el rey Herodes el mismo Ángel que le había aparecido a José, que era el mismo que le había aparecido al principio, le dice: «Ya los que buscaban la muerte del niño, murieron, regresa a la tierra,» o sea, a Israel, y él se fue a Nazaret, José, donde tenía su negocio, y allá se crió ya Jesús por completo hasta llegar al tiempo de Su ministerio.

Todo eso, toda esa trayectoria de su vida desde que estaba en el vientre de la virgen María hasta que comenzó Su ministerio, fue un misterio, y no hay mucha información, porque Dios escondió todo eso para que el imperio romano u otras personas no pudieran matar al niño Jesús, si ya cuando tiene alrededor de dos años ya lo están buscando para matarlo, un rey con soldados buscando un niño para matarlo; pero ese niño era el Rey, y será el Rey que se sentará en el Trono de David, heredero al Trono de David como le dijo el Ángel Gabriel a la virgen María, que «Dios le dará el Trono de David, y se sentará sobre el Trono de David y reinará sobre Israel y Su Reino será para siempre, no tendrá fin.»

Él es el heredero al Trono, un descendiente directo del rey David, la virgen María es descendiente del rey David por medio del hijo de David, Natán, y José, el cual adoptó al niño Jesús como hijo suyo; es descendiente del rey David por medio de Salomón, hijo del rey David.

Así que tiene todos los derechos al Trono de David y al Reino de David, por eso le llamaban: «Hijo de David», «Señor Hijo de David», y muchos le decían: «Hijo de David, ten misericordia de mí.» los judíos tienen derecho a llamar al Mesías: Hijo de David; los gentiles no, los gentiles llamarlo: Señor.

Ahora, ¿quién es Jesús o Jesucristo, el cual nació en Belén de Judea? La promesa de la venida del Mesías en Malaquías, capítulo 3, nos da la respuesta, y lo confirmaremos luego en el Nuevo Testamento, dice capítulo 3, verso 1 al 2, dice:

«He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí (o sea, que el que lo envía, envía a Su mensajero para que le prepare el camino, o sea, lo envía como precursor); y vendrá súbitamente a su templo el Señor (¿quién vendrá luego a Su templo? El Señor, Dios el Padre, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob) a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos.»

¿Vendría quién? El Señor, o sea, Dios el Padre; y el Ángel del Pacto, el Ángel que le aparecía a los profetas desde Adán hasta Malaquías, vendría a Su templo. Está el templo de piedra que estaba en Jerusalén pero que no era el que Salomón construyó, sino el que Herodes construyó y le tomó 46 años para ser construido.

Pero frente a ese templo Jesús dijo: «Destruyan este templo, y en tres días Yo lo levantaré,» (San Juan, capítulo 2), y cuando Él está hablando esas palabras, muchos pensaron que se refería al templo, pero un templo solamente es tipo y figura de un templo humano, porque el ser humano es un templo, tiene atrio: el cuerpo; tiene lugar santo: el espíritu de la persona; y tiene lugar santísimo que es el alma de la persona, que simbólicamente se le llama el corazón.

Por eso cuando se le da la oportunidad a las personas de recibir a Cristo, se les dice también: «Dale tu corazón a Cristo o dale tu alma a Cristo,» y cuando se habla de salvación también, Cristo dice: «¿De qué le vale al hombre si ganare todo el mundo y perdiere su alma?» Porque el alma es lo más importante que tiene el ser humano, el alma en el ser humano es el equivalente al Padre.

Y ahora, el equivalente al Padre es Jesús, porque Dios creó al ser humano a Su imagen y semejanza, porque Dios encontramos que es presentado en las palabras: Padre, Hijo y Espíritu Santo, y por esa causa encontramos a Dios el Padre o al Espíritu Santo o al Hijo, hablando en muchas ocasiones en primera persona.

Por eso encontramos que la imagen del Dios viviente es el Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, y «vendrá a Su templo el Señor, Dios el Padre, y el Ángel del Pacto,» que es el Espíritu Santo, el Ángel que le aparecía a Adán, a Abel, a Set, a Enoc, a Noé, a Abraham, a Isaac, a Jacob, el Ángel con el cual luchó Jacob, el cual bendijo a Jacob, el mismo Ángel que le apareció a Moisés y libertó al pueblo hebreo a través de Moisés.

Recuerden que Dios estaba en ese Ángel porque es el cuerpo angelical de Dios, el cuerpo teofánico de Dios, es la imagen del Dios viviente, a Dios, dicen diferentes profetas, que lo vieron cara a cara, pero también dice la Escritura que a Dios nadie le vio jamás, ¿y cómo se puede comprender eso? Parece una contradicción en la Biblia, pero no hay contradicciones en la Biblia, es que todos los que vieron al Ángel del Pacto, a ese Ángel de Dios, el cual hablaba en muchas ocasiones en primera persona porque es Dios en Su cuerpo angelical hablando a seres humanos, es llamado ese Ángel el Espíritu Santo, porque un espíritu es un cuerpo de otra dimensión, y por eso es que Dios dice en Éxodo, capítulo 23, verso 20 al 23:

«He aquí yo envío mi Angel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado.

Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él.»

Por lo tanto, estando el Nombre de Dios en ese Ángel, es importante saber que es el cuerpo angelical de Dios, el Ángel del Pacto a través del cual Dios le habló al pueblo hebreo, a través del cual Dios libertó al pueblo hebreo y a través del cual Dios le dio la Ley, las tablas de la Ley en el monte Sinaí, y le dio leyes y ordenanzas para todo Israel a través del profeta Moisés. Por eso la Escritura dice que la Ley fue dada por comisión de Ángeles (Hebreos, capítulo 2 y también el libro de los Hechos, capítulo 7).

Y ahora, ese Ángel del Pacto es nada menos que Cristo, el Mesías, antes de tener Su cuerpo físico, Su cuerpo de carne, por lo cual usaba diferentes velos de carne, profetas, a través de los cuales Él se manifestaba, entraba a ellos y hablaba a través de esos profetas; era el Espíritu Santo hablando, el Ángel del Pacto, y todo esto luego en el libro o Evangelio según San Juan, nos dice:

«En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.»

El Verbo es el Ángel del Pacto, el cuerpo angelical de Dios, el cuerpo teofánico de Dios, el cuerpo de la Palabra, la Palabra, «y aquel Verbo fue hecho carne y habitó entre nosotros,» y cuando se hizo carne conforme a San Juan, capítulo 1, verso 14, lo conocemos por el nombre de Jesús, era nada menos que el Verbo hecho carne, por eso Él podía decir en San Juan, capítulo 8, verso 56 al 58:

«Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó.

Entonces le dijeron los judíos: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?

Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.»

¿Cómo era Jesucristo antes de Abraham? Era el Ángel del Pacto, era el cuerpo angelical de Dios, estaba ungido con la presencia de Dios el Padre, a través del cual Dios el Padre le hablaba a los profetas.

Y por cuanto a través del Ángel del Pacto Dios el Padre estableció el pacto con Israel en el monte Sinaí, le dio las tablas de la Ley, para establecer un nuevo Pacto tiene que venir el mismo Ángel del Pacto, Dios en el Ángel del Pacto velado en carne humana para establecer un nuevo Pacto que Él prometió en Jeremías, capítulo 31, versos 31 al 36, donde dice:

«He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá.

No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto.»

Y ahora, promete hacer un nuevo Pacto, por lo cual cuando aparece Jesucristo en la Tierra, en ese cuerpo de carne creado por Dios en el vientre de María, está nada menos que la presencia de Dios, y por esa causa cuando comienza Su ministerio fue ungido por el Espíritu Santo cuando Juan el Bautista bautizó a Jesús en el Jordán, y de ahí en adelante es el Mesías, el Ungido, porque Mesías lo que significa es: Ungido o El Ungido, el Cristo.

De ahí en adelante Él comienza el ministerio mesiánico para cumplir todas las promesas que el Mesías tenía que llevar a cabo, y una de las cosas era predicar el Evangelio, predicar buenas nuevas, como dice Isaías, capítulo 61, lo cual luego Jesucristo toma en San Lucas, capítulo 4, versos 16 en adelante, donde dice:

«Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer.

Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito:

El Espíritu del Señor está sobre mí,

Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;

Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;

A pregonar libertad a los cautivos,

Y vista a los ciegos;

A poner en libertad a los oprimidos;

A predicar el año agradable del Señor.

Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él.

Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.»

¿Por qué no continuó leyendo ese pasaje de Isaías, y se detuvo ahí? Por la sencilla razón de que hasta el lugar donde Él leyó sería que Él cumpliría en Su primera Venida; lo que a continuación dice ese pasaje de Isaías, lo cumplirá en Su segunda Venida. Vean, lo que a continuación dice es:

«…y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados ;

a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya.»

Eso corresponde a la segunda Venida de Cristo, en donde se predicará, el Mesías Príncipe en Su segunda Venida, predicará el día de venganza del Dios nuestro, y cuando se habla del día de venganza se está hablando del día del juicio, se predicará el juicio divino, el juicio de Dios.

Algunas personas no comprenden que la corte suprema divina se abrirá para traer el juicio sobre la raza humana, para llevar a cabo el juicio sobre toda la humanidad, y luego la sentencia y luego los efectos de esa sentencia. Dios vengará la sangre de los justos, Dios vengará la sangre de sus siervos los judíos que han sido perseguidos y ha sido derramada su sangre en diferentes épocas de la raza humana, y sobre todo, bajo el tiempo de la Dispensación de la Gracia; y también vengará la sangre de los mártires de Jesucristo, la sangre de todos los cristianos que han sido martirizados en diferentes épocas del Cristianismo, diferentes épocas de la Dispensación de la Gracia.

En San Mateo, capítulo 25, versos 31 al 46, Cristo dice que el Hijo de Hombre se sentará en el Trono de Su gloria, o sea, en el Trono de David, y reunirá delante de Él todas las naciones, pondrá unas a la derecha, como las ovejas que son colocadas por el pastor, como hace el pastor, y colocará otras a Su izquierda como coloca el pastor a los cabritos o cabritas.

Por lo tanto, en las ovejas y en los cabritos están representadas naciones, las de las derecha entrarán al Reino del Mesías y las de la izquierda no podrán entrar. Si lee todo ese pasaje, verá que será por causa de la actitud asumida por diferentes naciones frente o con los cristianos, hermanos menores de Cristo, y también tendrá que ver con lo que han hecho en favor o en contra de los judíos.

Así que, cuando se cumpla el tiempo en que completará o se complete la Iglesia del Señor Jesucristo, entonces Cristo cambiará de Sumo Sacerdote a Juez, de Sumo Sacerdote a Rey, de Sumo Sacerdote a León; y eso va a ocurrir en algún momento, y es prometido para el Día Postrero que es el séptimo milenio de Adán hacia acá, o tercer milenio de Cristo hacia acá, pero no sabemos el año en que eso va a ocurrir.

Sabemos que la resurrección también de los muertos creyentes en Cristo será para el Día Postrero, o sea, para ese séptimo milenio de Adán hacia acá o tercer milenio de Cristo hacia acá, pero no sabemos el año en que va a ocurrir.

Ahora, solamente a través del Evangelio de Cristo se puede conocer quién es Jesucristo, y se puede conocer la Obra de Cristo, la muerte de Cristo, el significado de la muerte de Cristo en la Cruz del Calvario; solamente a través del Evangelio y las cartas apostólicas, que es una predicación del Evangelio de Cristo, se puede conocer el misterio contenido en el Evangelio, y ese misterio gira alrededor de Cristo, de Su primera Venida y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario.

Cuando usted escucha la predicación del Evangelio de Cristo, escucha el misterio de la primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario al morir como la expiación por el pecado del ser humano; y escucha acerca de todas las bendiciones que hay para todos aquellos que reciben a Cristo como Salvador, obtienen el perdón de sus pecados, sus pecados son limpiados con la Sangre de Cristo, es bautizada la persona en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo lo bautiza con Espíritu Santo y Fuego y produce en la persona el nuevo nacimiento; todos esos misterios están contenidos en el Evangelio de Cristo.

Por lo cual las palabras de Cristo a Nicodemo obtienen sentido para los creyentes en Cristo, cuando le dice Cristo en el capítulo 3 de San Juan a Nicodemo: «De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca de nuevo, no puede ver el Reino de Dios.»

Pues así como para ver este reino terrenal tuvimos que nacer en la Tierra, para ver el Reino de Dios tenemos que nacer de nuevo, nacer en el Reino de Dios, y eso es nacer del Cielo, nacer de la Jerusalén celestial, porque el nuevo nacimiento es del Cielo. Cristo le sigue diciendo a Nicodemo, el cual no comprendía ese misterio del nuevo nacimiento: «De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca del agua (lo cual es nacer del Evangelio de Cristo) y del Espíritu, no puede entrar al Reino de Dios.»

Y toda persona desea entrar al Reino de Dios, por lo cual necesita nacer de nuevo, y para nacer de nuevo necesita entender el misterio contenido en el Evangelio de Cristo, que gira alrededor de la primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario. No hay otra forma para poder comprender el porqué Cristo tuvo que morir en la Cruz del Calvario.

Pero con el conocimiento contenido en el Evangelio de Cristo podemos comprender que tuvo que morir al tomar nuestros pecados, llevando nuestros pecados murió, se hizo pecador, se hizo pecado por nosotros, y murió allí como pecador; por eso tuvo que ir al infierno, donde tiene que ir todo pecador, y luego salió, resucitó victorioso, y luego subió al Padre, se presentó y presentó allá en el Cielo Su Sangre de Expiación por nuestros pecados.

También Él ofreció ese Sacrificio porque es el Sumo Sacerdote del Templo celestial, es el Melquisedec del Templo celestial que vino a la Tierra, se hizo carne, por eso es Sumo Sacerdote en el Cielo, por eso es según el Orden de Melquisedec; y está allí en el Lugar Santísimo del Templo celestial como Sumo Sacerdote intercediendo por toda persona escrita en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero que lo recibe como único y suficiente Salvador cuando escucha la predicación del Evangelio de Cristo; Cristo con Su Sangre lo limpia de todo pecado y lo bautiza con Espíritu Santo y Fuego y produce en la persona el nuevo nacimiento.

Ahora vean el misterio del Evangelio de Cristo y vean cómo todo gira alrededor de Cristo, de Jesucristo, de Su primera Venida, de Su muerte, de Su sepultura, de Su resurrección, de Su ascensión al Cielo y de Su ministerio en el Cielo como Sumo Sacerdote, todo eso está contenido en el misterio del Evangelio de Cristo.

Sin el Evangelio de Cristo contenido en la Biblia, llamado el Nuevo Testamento, ninguna persona podrá conocer el misterio de la primera Venida de Cristo y Su muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por nuestros pecados.

Ahora, estamos viendo el misterio del Evangelio de Cristo. El misterio del Evangelio de Cristo gira alrededor de la primera venida de Cristo, y muestra a Cristo como el Mesías, como el ungido de Dios, como el Verbo que era con Dios y era Dios, como dice San Pablo en Primera de Timoteo, capítulo 3, verso 16: «Grande es el misterio de la piedad, Dios ha sido manifestado en carne, visto de los ángeles (dice), predicado a los gentiles, o predicado en el mundo.»

Cuando se predica a Cristo, se está predicando a Dios manifestado en carne en la persona de Jesús, Dios se hizo carne, se hizo hombre, en esta dimensión terrenal, eso es lo que nos dice también Isaías, capítulo 7, verso 14, cuando dice:

«He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo (un niño), y llamará su nombre Emanuel (que traducido, pues es Dios con nosotros).»

En San Mateo lo explica un poquito ahí cuando el Ángel le aparece a José, y le dice acerca del niño, capítulo 1, verso *18 en adelante dice:

«El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo.

José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente.

Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es.

Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.

Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo:

He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.

Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer.

Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS.»

Y ahora, conforme a como estaba prometido se cumplió en Jesucristo, y es el Evangelio de Cristo el que contiene ese misterio y lo da a conocer, lo abre, a todos los seres humanos, y por consiguiente el mandato de Cristo de ir a predicar el Evangelio a toda criatura, y «el que creyere y fuere bautizado, será salvo, más el que no creyere será condenado,» se hace claro el porqué es necesario que se predique el Evangelio, porque a través de la predicación del Evangelio se da a conocer, se abre al público, el misterio contenido en el Evangelio que es el misterio de la primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario para salvación y Vida eterna de los seres humanos.

Vean, en San Juan, capítulo 3, verso 11 en adelante dice, para que tengan el cuadro claro:

«De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio.

Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?

Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo.

Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado,

para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.

El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.»

Y ahora vean este pasaje, verso 17:

«Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.»

En San Juan, capítulo 12, verso 24 dice:

«Si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.»

Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, él solo queda, o sea, Él está tipificando, se está tipificando en el grano de trigo, y si Él no moría, quedaba solo, los demás seres humanos tenían que morir por causa del pecado, porque aquel era el tiempo del juicio divino sobre la raza humana. Era un tiempo como el de Noé, pero Cristo si moría entonces salvaría a la humanidad, y mucho fruto llevaría, muchos hijos e hijas de Dios al Reino de Dios.

Cuando murió en la Cruz del Calvario Cristo, salvó la humanidad, tenía que morir todo ser humano en ese día, pero Cristo murió. Recuerden que en el tiempo en que vino la muerte sobre todos los primogénitos en Egipto, hubo un grupo de personas creyentes en Dios y el mensaje de Moisés, que por orden divina dada a Moisés, y Moisés dándola a los judíos, a los hebreos, sacrificaron cada familia un cordero, un cordero.

Cada padre de familia sacrificó un cordero y aplicó la sangre sobre el dintel y los postes de sus hogares, para la preservación de la vida de los primogénitos que estaban en el hogar de cada padre de familia. Eso fue en la víspera de la pascua, y luego en la noche de la pascua Dios pasó hiriendo todos los hogares, las familias de Egipto; pero cuando veía la sangre en la puerta de los hogares hebreos, la muerte no podía entrar ahí, tenían la señal para la preservación de la vida de los primogénitos. Pero los que no tenían esa señal, que eran los egipcios y otras personas, los primogénitos de esos hogares murieron, comenzando desde el primogénito hijo del faraón.

Así también la muerte espiritual ha estado pasando por la Tierra, y solamente han sido librados de la muerte espiritual los que han tenido la señal de la Sangre de Cristo aplicada en su alma, en su corazón, en la puerta de su corazón, y la Iglesia del Señor Jesucristo, teniendo la puerta y la Sangre en la puerta; la puerta es Cristo, y la Sangre de Cristo aplicada en la puerta, porque Cristo es el que tiene la Sangre que libra de la muerte espiritual a todos los que están dentro de Su Casa, dentro de Su Iglesia.

Por lo tanto, la Casa de Dios, la Iglesia del Señor Jesucristo es lugar seguro para la preservación de la Vida eterna para todos los primogénitos escritos en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero.

Cristo es el Cordero pascual tipificado en el Cordero pascual. Juan el Bautista cuando lo vio dijo: «He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.» Muriendo en la Cruz del Calvario quitó el pecado del mundo y por eso la familia humana pudo continuar viviendo.

Y ahora, la muerte espiritual durante la Dispensación de la Gracia ha estado pasando por la Tierra y millones de seres humanos han muerto espiritualmente. Pero los que han tenido la Sangre de Cristo aplicada en sus almas, en sus corazones, han estado dentro de la Casa de Dios, la Iglesia del Señor Jesucristo, seguros, y han estado comiendo el Cordero pascual: Cristo.

Él dijo: «El que no coma mi carne y beba mi Sangre, no tiene vida permaneciente en sí,» y es representado en la Santa Cena; el cuerpo de Cristo representado en el pan, y la Sangre de Cristo representada en el vino, la Sangre del nuevo Pacto, de la cual dice Cristo mismo en la última cena que tuvo con Sus discípulos, San Mateo, capítulo 26, versos 26 al 29:

«Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo.

Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos;

porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.»

El nuevo Pacto lo establece Cristo, el Ángel del Pacto, el cual le había dado el pacto allá en el monte Sinaí al pueblo hebreo; ahora el nuevo Pacto lo da Cristo mismo, estableciendo un nuevo Pacto, y San Pablo dice en el capítulo 3, verso 20 al 21 de Hebreos, que la Sangre de Cristo es la Sangre del Pacto eterno, «por la Sangre del Pacto eterno.»

Por lo tanto, el nuevo Pacto ha sido establecido por Cristo dos mil años atrás, y todos los creyentes en Cristo han escuchado la predicación del Evangelio de Cristo y han conocido el misterio del Evangelio de Cristo, el misterio de la primera Venida de Cristo, Su ministerio y Su Obra en la Cruz del Calvario, Su muerte por nosotros llevando nuestros pecados, y Su sepultura yendo al infierno como pecador y llevando nuestros pecados, y dejando nuestros pecados allá, y resucitando justificado, sin pecados, y subiendo al Padre, presentándose al Padre con Su Sacrificio, con Su Sangre, como la Sangre de Expiación por nuestros pecados, para expiar nuestros pecados, y presentándose allá como Sumo Sacerdote según el Orden de Melquisedec. Con Él también subieron los santos del Antiguo Testamento que resucitaron con Él conforme al capítulo 27, verso 51 en adelante de San Mateo.

Y ahora, todo este misterio del Evangelio de Cristo que gira alrededor de la primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario, ha sido y ha estado siendo predicado por los diferentes predicadores, los diferentes apóstoles, evangelistas, pastores, maestros, que Cristo ha colocado en Su Iglesia, y ese mensaje ha estado siendo llevado por la Iglesia de Jesucristo en todas las naciones, y millones de seres humanos han conocido el misterio del Evangelio de Cristo, que es el misterio de la primera Venida de Cristo para salvación y Vida eterna de cada ser humano que escucha la predicación del Evangelio de Cristo y nace la fe de Cristo en su alma, y da testimonio público de su fe en Cristo recibiéndole como único y suficiente Salvador, y es bautizado en agua en el Nombre del Señor, y Cristo lo bautiza con Espíritu Santo y Fuego y produce en la persona el nuevo nacimiento.

Así la persona ha nacido de nuevo, ha nacido en el Reino de Dios, y por consiguiente ha obtenido la Vida eterna, ha asegurado su futuro eterno con Cristo en Su Reino eterno, por eso es tan importante conocer el misterio del Evangelio de Cristo que es dado a conocer bajo la predicación del Evangelio de Cristo, responsabilidad que tienen todos los ministros, no importa el ministerio que tengan: apóstoles, que son misioneros, profetas, evangelistas, pastores y maestros, y toda la Iglesia del Señor Jesucristo respaldando la evangelización, la predicación del Evangelio de Cristo, porque el Espíritu Santo da testimonio de Cristo, y Cristo dijo que vendría el Espíritu Santo, el cual daría testimonio de Él, «y vosotros también daréis testimonio de mí.»

O sea, que lo mismo que dice el Espíritu Santo, lo dice la Iglesia del Señor Jesucristo, por eso el Espíritu y la Esposa dicen lo mismo:

«Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.» Apocalipsis, capítulo 22, verso 16 al 17.

Por lo tanto, es importante dar a conocer el misterio del Evangelio de Cristo que por consiguiente es dar a conocer el misterio de Jesucristo en Su primera Venida y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario.

Yo escuché la predicación del Evangelio de Cristo y escuché el misterio del Evangelio de Cristo, creí, nació la fe de Cristo en mi alma, creí, di testimonio público de mi fe en Cristo, fui bautizado en agua en Su Nombre y Él me bautizó con Su Espíritu y produjo en mí el nuevo nacimiento, nací en el Reino de Cristo, ¿y quién más? Pues cada uno de ustedes también, porque conocimos el misterio contenido en el Evangelio de Cristo, la primera Venida de Cristo como Cordero, como el Sacrificio de Expiación por nuestros pecados.

Nuestra pascua, la cual es Cristo, ya fue sacrificada, no hay otro sacrificio por el pecado, ya fue efectuado en la Cruz del Calvario por Jesucristo. Dios no acepta otro sacrificio, ya fue hecho el Sacrificio perfecto, y está contenido ese misterio en el Evangelio de Cristo, por lo cual millones de seres humanos han confirmado su lugar en la Vida eterna con Cristo recibiéndolo como único y suficiente Salvador.

Si hay alguna persona que todavía no ha recibido a Cristo como Salvador y ha nacido la fe de Cristo en su alma en estos momentos, ya sea que esté aquí presente o en otra nación y está escuchando en estos momentos, puede recibirlo como Salvador y estaremos orando por usted para que Cristo le reciba en Su Reino, para lo cual pueden pasar acá al frente los que están aquí presentes,

y los que están en diferentes países pueden pasar al frente en donde ustedes se encuentran para que queden incluidos en la oración que estaremos haciendo por todos los que están recibiendo a Cristo como único y suficiente Salvador.

Vamos a dar unos minutos para luego orar por todas las personas que recibirán a Cristo como Salvador. Les vamos a pedir también que nos avisen de los demás países, para luego orar por las personas que habrán recibido a Cristo como Salvador.

Los niños de diez años en adelante también pueden venir a los Pies de Cristo nuestro Salvador, pues Cristo tiene lugar en Su Reino para los niños también. Recuerden que Él dijo: «Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis, porque de los tales es el Reino de los cielos (o Reino de Dios).»

Es importante asegurar nuestro futuro eterno con Cristo en Su Reino eterno, y vivir en este planeta Tierra nos da la oportunidad de asegurar nuestro futuro eterno, recibiendo a Cristo como único y suficiente Salvador al escuchar el misterio del Evangelio de Cristo.

Es por medio del Evangelio de Cristo siendo predicado que se da a conocer ese misterio de la primera Venida de Cristo y Su muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por nuestros pecados.

Vamos a estar puestos en pie para orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo en diferentes países. Lo más importante para el ser humano es la vida, los estudios son importantes, las profesiones son importantes, y yo recomiendo que todos los jóvenes estudien; no saquen de la escuela a sus niños, ellos necesitan estudiar, cada día se ponen más difíciles las cosas en la Tierra, y los que no estudien, entonces tienen dificultad para conseguir buenos trabajos que le produzcan buenos salarios, y toda persona desea lo mejor para su familia.

Por lo tanto, es importante que estudien los niños, los jóvenes, y aun los mayores pueden también seguir estudiando, deben seguir estudiando, si necesitan, para mejorar su situación profesional, porque si estudia un poquito más y obtiene una maestría o un doctorado, les van a subir el sueldo también en su trabajo, o consiguen otro trabajo con una posición superior.

O sea, que es bueno estudiar, y si los jóvenes estudian, pues entonces no van a dedicarse a los vicios, sino a estudiar y a sacarle provecho a sus estudios, cuando obtienen sus títulos se van a dedicar a trabajar para ganar dinero y tener bien a su familia, sus padres, su esposa, sus hijos, y así por el estilo. Y si son creyentes, mucho mejor, va a ser de mucho beneficio para la familia, para la comunidad, para el país, para toda la sociedad, para la familia humana completa.

Ya vamos a orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo, ya estamos listos en los diferentes países. Con nuestras manos levantadas a Cristo, al Cielo, los que han venido a los Pies de Cristo en estos momentos repitan conmigo esta oración:

Señor Jesucristo, escuché la predicación de Tu Evangelio, escuché el misterio contenido en Tu Evangelio, el misterio de Tu primera Venida y Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por nuestros pecados. Señor, creo en Tu primera Venida y creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por mis pecados y por los de todo ser humano.

Reconozco y creo que no hay otro Nombre bajo el Cielo dado a los hombres en que podamos ser salvos, doy testimonio público de mi fe en Ti y te recibo como mi único y suficiente Salvador. Te ruego, Señor, tengas misericordia de mí, te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado y me bautices con Espíritu Santo y Fuego luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre, y produzcas en mí el nuevo nacimiento.

Quiero nacer en Tu Reino, quiero vivir eternamente; Señor, me rindo a Ti, sálvame, haz realidad en mi vida la salvación que ganaste para mí en la Cruz del Calvario. Dios eterno, Padre celestial, en el Nombre del Señor Jesucristo me rindo a Ti, sálvame por medio del Sacrificio en la Cruz del Calvario de Jesucristo. En el Nombre del Señor Jesucristo te lo ruego Padre celestial, para quien sea la gloria y la honra por los siglos de los siglos. Amén.

Con nuestras manos levantadas a Cristo, al Cielo, todos decimos: ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén.

A los que han venido a los Pies de Cristo en estos momentos, Cristo les ha recibido en Su Reino, y ahora me dirán: «Quiero ser bautizado en agua en el Nombre del Señor. ¿Cuándo me pueden bautizar?» es la pregunta desde lo profundo de vuestro corazón. Por cuando ustedes han creído en Cristo de todo corazón, bien pueden ser bautizados, y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento.

El bautismo en agua no salva a la persona, no quita los pecados, es la Sangre de Cristo la que nos limpia de todo pecado, es la Sangre de Cristo la que nos redime, es la Sangre de Cristo la que nos presenta a Dios sin pecados, pero el bautismo en agua es un mandamiento del Señor Jesucristo:

«Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.»

Son palabras del Señor Jesucristo. Es que el bautismo en agua es a la semejanza de la muerte, sepultura y resurrección de Cristo, ahí tenemos el simbolismo, el bautismo en agua es tipológico, simbólico, es una ordenanza del Señor Jesucristo, la cual ha estado siendo cumplida desde el tiempo de los apóstoles.

Aun en el tiempo de Jesús y Juan el Bautista, encontramos que Juan el Bautista bautizaba en agua, y el mismo Jesucristo fue al Jordán donde Juan estaba bautizando, allá en Judea, entró al Jordán donde estaban siendo bautizadas muchas personas, y cuando le tocó el turno a Jesús, Juan lo ve y le dice: «Yo tengo necesidad de ser bautizado por Ti…» Algo sabía de Jesús, era la madre de Juan el Bautista, Elisabet, parienta de la virgen María. Así que algo sabía, pero cuando él dice que el Mesías está entre ellos, y que él no sabe quién es, y después lo identifica, de seguro es que no sabía que era, digamos, su primo, pero ahora cuando ve que el Espíritu de Dios desciende sobre Él, entonces puede decir: «Éste es del cual yo decía que uno mayor que yo vendría después de mí.»

En ese momento que vino el Espíritu Santo, ahí vino a ser el Mesías, el Ungido, ungido por el Espíritu Santo, el Cristo; pero ahora cuando lo ve, él sabía algo, de seguro cuando niños se llegaron a ver y jugaron quizás, porque las familias se visitan las unas a las otras, y Elisabet sabía acerca de que el niño que la virgen María, su parienta o su prima, tendría, sería el Mesías.

Así que, él sabía algo de la historia del hijo de la virgen María, pero ahora se presenta y como que lo reconoció, y le dice: «Yo tengo necesidad de ser bautizado por Ti, ¿y Tú vienes a mí para que yo te bautice?» Jesús le dice: «Nos conviene cumplir toda justicia,» y entonces lo bautizó, y el Espíritu Santo vino sobre Jesús y entonces Juan dio testimonio que vio el Espíritu Santo descender sobre Jesús, y que esa fue la señal que Dios le había dado y que vería para identificar al Mesías.

Cuando vio esa señal, el Espíritu Santo descender en forma de paloma sobre Jesús, dijo: «Éste es el hombre, éste es al cual yo le estoy preparando el camino, este es el que vendría después de mí.» Y si Jesús, para cumplir toda justicia tenía que ser bautizado por Juan, cuánto más nosotros necesitamos ser bautizados, y más por orden del mismo Jesucristo, y aun el mismo Jesucristo le dio orden a Juan el Bautista para que lo bautizara, y le ha dado orden a todo predicador y a toda persona para que sean bautizados en agua en Su Nombre.

Cuando la persona recibe a Cristo como Salvador, muere al mundo. Cuando el ministro lo sumerge en las aguas bautismales, tipológicamente, simbólicamente, está siendo sepultado; y cuando lo levanta de las aguas bautismales, está resucitando a una nueva vida: a la Vida eterna con Cristo en Su Reino eterno. Por lo cual pueden ser bautizados los que han venido a los Pies de Cristo en estos momentos, y que Cristo los bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento, y nos continuaremos viendo por toda la eternidad en el Reino glorioso de Cristo nuestro Salvador.

En cada país, en cada nación, dejo al ministro correspondiente para que les indique, a las personas que reciben a Cristo como Salvador en estos momentos, cómo hacer para ser bautizados en estos momentos en agua en el Nombre del Señor Jesucristo.

Y nos veremos el próximo domingo en vivo o a través del satélite, como siempre nos estamos viendo todos los domingos. Así que, siempre será o en vivo o a través del satélite, y aun a través del satélite la transmisión casi siempre es en vivo.

Así que, podríamos decir: en vivo, aunque sea por el satélite siempre será en vivo o casi siempre será en vivo, y en algún sitio, desde algún lugar. Así que hasta el próximo domingo Dios mediante, en vivo, aunque sea a través del satélite, pero siempre el 99% de las veces es en vivo, vía satélite y en vivo en persona, pues entonces en el lugar donde me encuentre.

Bueno, ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de: «EL MISTERIO DEL EVANGELIO DE JESUCRISTO,» lo cual vieron que es muy sencillo porque ya ese misterio fue abierto en el tiempo de San Pedro y San Pablo; de San Pedro para los judíos y de San Pablo abierto para los gentiles, aunque Pedro lo abrió en la casa de Cornelio, un gentil, y ahí se comenzó a abrir ese misterio del Evangelio de Cristo para los gentiles.

Bueno, continúen pasando una tarde feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador, y bien agarrados de Cristo, el Ángel del Pacto, como se agarró ¿quién? Jacob del Ángel del Pacto, porque ese Ángel del Pacto es Cristo en Su cuerpo angelical, el mismo que ha establecido un nuevo Pacto al cual hemos entrado.

Que Dios les bendiga y les guarde, y continúen orando también por toda la Iglesia del Señor Jesucristo, continúen orando también por cada uno de sus hermanos y también aprecio mucho vuestras oraciones; estamos en un tiempo muy difícil para la humanidad y muy difícil para el Cristianismo.

Por lo tanto, este es el tiempo más difícil que vive el Cristianismo, aunque en otros tiempos hubo grandes persecuciones, pero este es el más difícil, por lo tanto, es importante la oración.

Algunas veces hay personas que dicen: «No hay necesidad de orar porque Dios sabe todas las cosas,» hay personas que dicen: «Oye, pero tú sabes que yo necesitaba tal cosa y no me diste tal cosa,» y el otro le dice: «Porque no me pediste» y eso mismo sucede con Dios. Él dijo: «Todo lo que pidáis al Padre en mi Nombre, yo lo haré.» ¿ven? Hay que pedir, para eso es la oración: para pedir a Dios por bendiciones que Él ha prometido.

Él dice: «Hasta ahora no habéis pedido nada en mi Nombre,» pero dijo: «Van a pedir, y todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, yo lo haré, va a ser concedido,» y hay que pedir bien conforme a la Palabra.

Por lo tanto, en vuestras oraciones aprecio que me tengan incluido, yo también estaré orando siempre por ustedes, y entonces Cristo ha dicho: «Todo lo que pidáis al Padre en mi Nombre yo lo haré,» es como cuando se hace una carta de alguna petición, si no ponen el nombre, no se sabe quién, en qué nombre viene esa carta, pero si se pone el nombre, sí saben en qué nombre va esa carta; y el nombre en que enviamos nuestras oraciones, es: Señor Jesucristo, en el Nombre del Señor Jesucristo, y también en otros lugares dice que el Padre lo hará, lo concederá.

Por lo tanto, en las oraciones hay que pedir, pidamos que pronto se complete todo lo que se requiere para tener la Gran Carpa-Catedral levantada; todo lo que falta que es poco, para tener esa Gran Carpa-Catedral levantada, tengan eso en vuestras oraciones. Va a ser de bendición para todo el Cristianismo, para el pueblo de Cayey, para todo Puerto Rico, y para todas las naciones. Va ayudar mucho en todos los sentidos a la familia humana. Esa va a ser la bendición más grande de Cayey, y también la carta de presentación de Cayey a nivel mundial, será el nuevo templo de La Gran Carpa-Catedral Corp.

Así que… y cada Iglesia tiene derecho a construir su templo como desee, y si desea construir otro en otro lugar, también tiene derecho a hacerlo, cumpliendo todos los requerimientos de las leyes de su país.

Por lo tanto, oren mucho por ese importante proyecto de la construcción del nuevo templo de la Gran Carpa-Catedral, y oren mucho también por todos los que trabajan en La Gran Carpa-Catedral Corp. Y oren mucho por todos los ministros de todo el Cristianismo porque este es un tiempo muy importante y un tiempo en que todos los cristianos tienen que estar preparados, preparándose o preparados para la Venida del Señor.

No sabemos en qué año ocurrirá, lo único que sabemos es que será para el Día Postrero, porque el mismo Cristo lo dijo, y ya hemos visto que el Día Postrero es el séptimo milenio de Adán hacia acá representado en el día séptimo de la semana, o tercer milenio de Cristo hacia acá como Día Postrero, último, el último día de los tres días postreros que delante de Dios son los tres milenios postreros: quinto milenio, sexto milenio y séptimo milenio.

Los creyentes tienen que mantenerse firmes en Cristo sin que nadie los aparte de la fe en Cristo, y deben mantenerse firmes sin fanatismo, porque el fanatismo arruina la fe en Cristo, firmes en Cristo conscientes del misterio del Evangelio de Cristo.

Siempre sirviendo a Cristo, trabajando en la Obra de Cristo, orando a Dios en Nombre de Cristo, a Dios el Padre en Nombre de Jesucristo, como dice Pablo, que todo lo que hagáis, ya sea de palabras o de hecho, hacedlo todo en el Nombre del Señor Jesucristo, en el Nombre de Jesucristo dice Pablo que hay que hacer todas las cosas, ya sea de palabras o de hechos.

Recuerden que Él es el eslabón entre el ser humano y Dios, eso lo dijo cuando dice: «Yo soy el camino, la verdad, y la vida; y nadie viene al Padre, sino por mí,» no hay otro camino para llegar a Dios, para acercarse a Dios, para orar a Dios, para que Dios reciba nuestras oraciones, no hay otro camino y no hay otra verdad, si no hay otro camino, pues no hay otra verdad.

Así que, Cristo es el camino, la verdad y la vida, y nadie viene al Padre (dice Cristo), sino por mí,» dice Cristo; si no es por Él nadie puede llegar a Dios, bajo el nuevo Pacto es así.

Por lo tanto, conscientes de esta verdad contenida en el Evangelio de Cristo, bajo el misterio del Evangelio de Cristo, estemos firmes sirviendo a Dios por medio de Cristo, y esperando Sus bendiciones, y cuando quiera una bendición, pues pídala y Él la hará realidad. Si no la reclama, no la pide, pues si no recibe entonces es porque no pidió.

Aun dice: «¿Y no dará el Espíritu Santo a todos los que lo pidieren?» así que vean, hay que pedir, y hay que pedir al que tiene, que nosotros sabemos que tiene y que ha ofrecido dar; todo lo que Dios ha ofrecido dar a Sus hijos, lo pedimos, y Él lo concederá.

Bueno, continúen pasando una tarde feliz, llena de las bendiciones de Cristo, dejo a cada ministro en cada país, y dejo aquí al reverendo José Benjamín Pérez con ustedes. Hasta el próximo domingo Dios mediante, y hasta el próximo domingo Dios mediante.

«EL MISTERIO DEL EVANGELIO DE CRISTO.»

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