Muy buenas tardes, ministros compañeros en el Cuerpo Místico de Cristo nuestro Salvador; es una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión para saludarles y pedirle a Cristo Sus bendiciones sobre cada uno de ustedes.
Que Cristo, el Ángel del Pacto, les bendiga grandemente y les use siempre grandemente en Su Obra, en Su Reino, en este tiempo final. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.
Y también aprecio mucho el respaldo que le están dando al proyecto de la construcción de La Gran Carpa Catedral en Puerto Rico: un proyecto de éxito, un proyecto basado en las promesas de Dios para este tiempo final.
Por lo tanto, oren mucho también por ese proyecto, ya que siempre todos los proyectos de Dios tienen una lucha, porque el enemigo no quiere que los proyectos divinos sean llevados a cabo. El mismo Señor Jesucristo, vean, tuvo una lucha grande, y Su vida fue puesta en Sacrificio de Expiación por el pecado del ser humano; así que siempre hay una lucha grande, porque el enemigo se levanta en contra del Programa de Dios.
Eso lo ha estado haciendo el enemigo desde el Cielo; y esa lucha, esa batalla, esa guerra, ha bajado a la Tierra entre los seres humanos; por lo tanto, siempre habrá una lucha, pero la victoria será para Cristo y Su Iglesia.
Por lo tanto, adelante trabajando en la Obra del Señor siempre, manteniendo las ovejas con el alimento espiritual correspondiente para nuestro tiempo; y manteniendo el pueblo bien unido, y manteniendo la fe del pueblo siempre en alto; y firme la fe del pueblo, la fe puesta en Cristo siempre.
La victoria está prometida, está profetizada; pero recuerden que hay una lucha siempre, y el pueblo tiene que estar siempre orando, como Jesucristo estuvo siempre orando; y su última noche fue de oración también, antes de ser tomado preso. Por lo tanto, es importante la oración a Dios en el Nombre del Señor Jesucristo, y Él nos fortalecerá, nos protegerá, nos cuidará y nos dará la victoria.
Este es un tiempo paralelo al tiempo de Jesús, de Sus últimos días, un tiempo de grandes luchas, un tiempo de grande peligro para los hijos de Dios, un tiempo en que necesitamos la protección divina, la ayuda de Dios; por lo tanto, estén siempre orando, y (digamos) campañas de oración, la Iglesia; en campaña de oración hasta que obtengamos la Victoria en el Amor Divino.
Los hermanos en los hogares también orando, y también teniendo en los cultos una parte de oración a Dios por el bienestar de la Iglesia, de los ministros, y por todo el Programa de Dios que se está llevando a cabo.
Recuerden que siempre se ha necesitado la oración —lo cual es hablar con Dios—, para Dios respaldar lo que se está llevando a cabo y proteger a Su pueblo. Siempre, mientras más luchas hay, más se acerca el pueblo a Dios.
Es bueno que les tengan los mensajes:
• La Señal, predicado por el reverendo William Branham;
• el mensaje Desesperación, en las diferentes ocasiones que predicó sobre ese tema.
Tenerle todo ese material a los hermanos para que sepan la hora que estamos viviendo y cómo agarrarse más de Dios.
Así que es importante buscar esos mensajes y las veces que fueron predicados por ese tema, tenérselos también, para que les ayude mucho a los hermanos.
• Y El Tercer Éxodo también, que es muy importante.
Está ligado, con El Tercer Éxodo, esos dos mensajes: La Señal y también Desesperación.
• En ese mensaje, Desesperación, él dice que cuando estamos bien desesperados es que la fe capta más, capta mejor.
Así que ya ustedes podrán ver que son muy importantes para la Iglesia del Señor, esos mensajes; y otros mensajes también, del reverendo William Branham, que ayudarán mucho a la Iglesia.
Les estaré diciendo también temas de algunos mensajes que son muy importantes para la Iglesia; como…
• Ya salido el sol (ese es importante);
• y Futuro hogar de la Novia, ese nos alienta para seguir adelante, sabiendo que en la eternidad estaremos con Cristo aquí en la Tierra, y aquí en la Tierra estará la Nueva Jerusalén.
• La unión invisible de Cristo y Su Iglesia (Su Novia) también es muy importante.
• Escogiendo una Novia, también es muy importante.
Todos esos mensajes son muy importantes, y aumentan la fe, crece la fe del creyente en Cristo.
• Fiesta de las Trompetas, también muy importante.
• Juntamente con Reconociendo el día y su Mensaje. Esos van juntos.
• Y Cristo es el misterio de Dios revelado, ese es muy importante. Ese ayuda mucho para después conocer, se haga fácil para conocer el misterio del Séptimo Sello.
Ya con esos… yo creo que, para empezar, con esos podemos… que los hermanos los tengan. Y si pueden conseguir para repartirle a los hermanos, sería bueno.
Recuerden que el Mensaje del reverendo William Branham es el Mensaje que precursa la Segunda Venida de Cristo, o sea, precursa el Séptimo Sello.
El que no tenga el conocimiento del Mensaje que precursa, que no sepa nada del Mensaje, se le pasará por alto todo el misterio del Séptimo Sello; porque el Mensaje que precursa es el que prepara al pueblo para que sepa cómo va a ser todo lo que Dios ha prometido.
Bueno, yo creo que con esos tienen; y entonces estaremos también en los mensajes tocando sobre el contenido de esos mensajes; y así, pues, se va aclarando cada día más todo el Programa Divino para nuestro tiempo.
Recuerden que estamos en la etapa, en el momento, en el tiempo, más difícil para la Iglesia-Novia del Señor. Es el tiempo más difícil. A medida que va pasando el tiempo se va aumentando el riesgo, el peligro, los problemas y las dificultades.
Por ejemplo, las dificultades económicas se han aumentado; ¿por qué? Ahora hay menos trabajo, más desempleados, por el problema económico mundial; y no lo han podido resolver, el problema económico que hay a nivel mundial. Y cuando tratan de arreglarlo por un lado, por otro lado surge un problema, y entonces tienen que ir a ayudar a esa otra nación, socorrerla; porque si no, se cae la economía mundial, colapsa la economía mundial; y por consiguiente colapsa el Seguro Social también; porque hasta los que cogen el Seguro Social se ven afectados.
A nivel mundial tendrían esos problemas, porque si en el fondo no hay dinero, entonces no hay con qué responder a los compromisos que tienen los Gobiernos con el pueblo.
La situación pues es bastante difícil mundialmente. Están tratando de resolver, pero está difícil la situación. Y a más de eso, los problemas de Medio Oriente que han surgido, y en otras naciones también. O sea que es un tiempo de problemas.
Eso es lo que está profetizado, que será un tiempo de problemas; pero es una señal de que estamos ya al final.
Y esperamos que pronto, pues, ocurra que entre hasta el último escogido al Cuerpo Místico de Cristo; por eso evangelizamos. Y cuando entre, entonces ya Cristo saldrá del Trono de Intercesión, tomará el Título de Propiedad, el Libro sellado con siete sellos, hará Su Obra de Reclamo; y ahí, en la Obra de Reclamo, vendrá la resurrección en cuerpos glorificados y la transformación de los que están vivos; todo eso está ligado a la Obra de Reclamo.
Por lo tanto, esperamos que pronto se complete la Iglesia. Si hay que aumentar el trabajo de evangelización, se aumenta; porque lo que deseamos es que se complete la obra de la evangelización, se complete la Iglesia del Señor. Sin completarse la Iglesia no hay forma en que Cristo pueda salir del Trono de Intercesión, y por consiguiente no hay forma que pueda ser tomado el Libro sellado con siete sellos.
Por eso es que Juan clamaba mucho, lloraba mucho, porque no se encontraba a ninguno digno; y ya era tiempo. Ya en ese momento podía aparecer, ya era tiempo…, tiempo que se podía tomar el Libro. Desde que se hace el llamado se podía tomar el Libro. Y no aparecía el Señor para tomar el Libro, todavía estaba haciendo intercesión por los últimos que entrarían al Cuerpo Místico de Cristo.
Por lo tanto, tenemos que atender más el trabajo de la evangelización, porque de eso depende que lleguen al Cuerpo Místico de Cristo y que podamos ya ser transformados. Si se pasa el tiempo, ya después no hay oportunidad.
Por eso Juan lloraba mucho: Si no aparecía el Pariente Redentor que podía tomar el Libro, si no aparecía, todo volvería a como era antes de la Creación: a la nada.
Esa era la situación difícil que Juan veía y por lo cual lloraba mucho. Pero el Anciano, como conocía el Programa, estaba tranquilo; le dice a Juan: “No llores, he aquí el León de la tribu de Judá, el cual ha vencido para abrir el Libro”. Y ya como en el libro del Apocalipsis está que apareció, pues no va a haber problema de que vaya a aparecer.
Pero nos gustaría que aparezca más temprano, lo más temprano posible; y si alguno no piensa así, yo sí, porque mi cuerpo ya tiene 71 años, y quisiera ya pronto tener el nuevo. Así que esperamos que pronto ocurra esa transformación de los que estamos vivos en esta Tierra.
¿Cuánto tiempo faltará para mí?, ¿para ser transformado? No sé; pero quisiera que fuera hoy mismo. Ya no tendría ni que pagar boleto, ni que sacar visa, ni que estar viajando en aviones; sino que con el pensamiento ya: pensaría estar en Puerto Rico; ya estaría allá comiendo arroz y habichuela (je, je), frijoles, carne y de todo; y vendría acá rápido después, a la cena, ¿ve? No habría problema.
Y como los que vienen de allá dicen que van a comer…, así que podríamos estar en unos cuantos lugares comiendo con los hermanos.
Así pues (esto…), va a ser algo sencillo; y si se puede comer con el cuerpo glorificado, vamos a ver cómo va a ser; vamos a encontrar bien sabrosa la comida, más de lo que la encontramos con este cuerpo.
Ustedes saben que Jesús, ya resucitado y glorificado comía con los discípulos; y hasta sabía cocinar, porque tenía un pescado, un pez… (¿pez o pescado? pescado; porque es pez cuando está en el agua) (je, je). Ya estaba pescado. Un pescado sobre las brasas, en fuego. ¿Y cómo lo conseguiría? Se preguntarían: “¿Quién le traería de comer?, o ¿quién le conseguiría eso?”. Él sabía cómo lo consiguió.
Si ustedes saben que el hermano Branham habló, y las cosas vinieron a existencia; así que…; como multiplicó los panes y los peces también, el Señor; así que no tenía ningún problema.
Y cuando los discípulos estaban pescando y no pescaron nada; y en la madrugada, ya casi para amanecer, o rayando el alba, ellos miran y lo ven…, ven a ese hombre; y Él les dice… les pregunta, les hace preguntas y les dice que tienen las redes hacia cierto lugar. Y se preguntarán: “¿Quién será ese hombre?”.
Recuerden que entre los pescadores hay ciertas áreas de pesca, principalmente donde hay mucho comercio; personas que se paran en la orilla o se suben en un sitio alto, y son los que miran y conocen dónde están las manchas de peces; y entonces dicen: “Está para tal lado, ¡tiren las redes para tal lado!”. Quizás pensaron que era una persona así; pero Él siempre sabía para dónde estaban. Y si no había, pues los creaba. Tan sencillo como eso.
Solamente con decir: “Tiren, que allí va a haber”, ya aparecían. Y después cuando regresan…, cuando les dice: “¡Es el Señor!”, le dicen a Pedro, uno de los discípulos: “¡Es el Señor!”, Pedro se tira y viene a la orilla, y ve.
Ahí pueden, en lo que les estoy explicando, pueden estar las dos o tres veces que sucedió. Ustedes lo separan. Pero en San Juan, ya resucitado, cuando Él les dice: “Tiren a tal lugar, y hallarán”, fueron 152 (¿por ahí?), o 153 peces grandes. Y la red – las redes no se rompían; y eran peces grandes.
Recuerden que las personas están tipificadas en peces; y los predicadores, los apóstoles, estaban tipificados en pescadores. Hay una pesca grande, peces escogidos, peces grandes; y ya resucitado estaba. O sea que cuando ocurra la resurrección vamos a estar una temporada aquí en la Tierra todavía; ahí puede ser el pleno cumplimiento de los peces grandes. Y ahí lo vamos a dejar quietecito. Esperemos a que estemos transformados y que los muertos en Cristo resuciten, y entonces veremos cómo va a ser esa temporada.
Ya no tendremos problemas; ya el problema de madrugar también se terminó, el problema de ir al trabajo también se terminó, nadie va a ir al trabajo ya glorificado. ¿A qué? ¿Qué le pueden dar que usted no pueda hablar a existencia?
Así que esa va a ser una temporada de 30 a 40 días, dice el hermano Branham que será, después de la resurrección, como fue cuando Jesús. Después de la resurrección de Él fueron 40 días que estuvo con los discípulos. Aunque al resucitar subió al Cielo, se presentó, presentó Su Sangre del Sacrificio, fue aceptado; y luego bajó y estuvo con Sus discípulos unos 40 días. O sea que eso se va a repetir; y estuvo predicando y haciendo muchas señales también entre Sus discípulos.
Así que por ahí puede estar La Carpa Catedral, donde está prometido que habrá grandes maravillas. Y puede comenzar antes de la resurrección para preparar al pueblo para la fe de rapto; puede comenzar a funcionar La Carpa Catedral con o sin milagro; con la predicación. Y de momento puede entrar la parte de los milagros.
O sea que no podemos esperar o decir: “Enseguida que se inaugure, en la primera ocasión, empezaron los milagros”. ¡Aunque sí!, porque el milagro es que esté levantada [risas]; ese va a ser el milagro grande.
Cualquier persona que diga: “Oye, pero yo no veo ningún milagro aquí…”.
—“Párate en la calle, estás muy cerca. Es que estás debajo del milagro. Párate afuera y mira a ver si no es un milagro”.
Eso va a ser un milagro, porque va a ser la materialización de lo que ya fue hablado. Así que los milagros algunas veces ocurren y las personas algunas veces no se dan cuenta.
Por ejemplo, cuando Cristo estaba en la Cruz del Calvario, allí, muriendo, decían: “¡Pero este hombre que hacía tantos milagros…! Si eres el Señor, si eres el Rey, si eres… ¡bájate!… el Cristo… ¡Bájate de la Cruz!, ¡sálvate a ti mismo!”. Pero el milagro grande estaba frente a ellos: el Sacrificio de Expiación por el pecado llevándose a cabo a la vista de todos ellos; ese era el milagro grande para la reconciliación del ser humano con Dios.
Así que los milagros más grandes algunas veces no se ven; porque son tan grandes, y uno está tan cerca, que no los puede ver.
Bueno, era un saludito. Aprecio mucho todo lo que están haciendo en la Obra del Señor.
Yo estoy muy agradecido a Dios por ustedes y por todas las labores que ustedes llevan a cabo en la Obra de Dios, y por vuestras congregaciones también.
Que Dios los bendiga a ustedes y a vuestras congregaciones; y los prospere espiritualmente y materialmente a todos ustedes, junto a vuestras congregaciones; y los use grandemente en Su Obra en este tiempo final; y pronto sean trasformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.
Bueno, que Dios les bendiga y les guarde.
“PALABRAS DE SALUDO A LOS MINISTROS”.
[Revisión agosto 2022]