Jesucristo predicando a los espíritus encarcelados

Muy buenas tardes ministros, hermanos y hermanas también, presentes, y todos los ministros y hermanos y hermanas que están a través del satélite Amazonas o de internet en diferentes naciones; que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también.

Ayer se cumplieron ciento tres años de haber nacido el reverendo William Branham en Norteamérica, y si no hubiera partido, ayer estaría cumpliendo ciento tres años. Pero él nos ve desde allá, él mira desde allá y ve a todos los creyentes en Cristo y sabe cómo están las cosas en medio del Cristianismo, y sobre todo en medio de los que han creído en su mensaje como precursor de la Segunda Venida de Cristo.

Según me informaron también, el día en que él nació en el calendario judío era la pascua, era el día 15 de Nisán, y era día de pascua; y partió 24 de diciembre, un día de fiesta también, del Cristianismo. Pero eso lo vamos a dejar quietecito ahora, era solamente para recordar que hubo un mensajero precursor de la Segunda Venida de Cristo, el mayor de todos los mensajeros de la Iglesia del Señor desde los tiempos de San Pedro hasta el tiempo del reverendo William Branham, que vino con el espíritu y virtud de Elías precursando la Segunda Venida de Cristo, y eso es paralelo a Juan el Bautista que vino precursando la Primera Venida de Cristo.

No parecía ser tan grande, no hizo ningún milagro Juan el Bautista, pero Jesús dijo: «Es… de los nacidos de mujer, no hubo ninguno mayor que él,» porque fue el precursor de la Primera Venida de Cristo. Así es el reverendo William Branham, porque todo es paralelo; todo lo correspondiente a la Segunda Venida de Cristo y el precursor de la Segunda Venida de Cristo, es paralelo a lo que fue la Primera Venida de Cristo y el precursor que fue enviado delante de Él preparándole el camino.

Para esta ocasión leemos San Mateo, capítulo 27 (mañana el capítulo 28, hoy capítulo 27), versos 57 al 66, dice:

«Cuando llegó la noche, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también había sido discípulo de Jesús.

Este fue a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato mandó que se le diese el cuerpo.

Y tomando José el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia,

y lo puso en su sepulcro nuevo, que había labrado en la peña; y después de hacer rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro, se fue.

Y estaban allí María Magdalena, y la otra María, sentadas delante del sepulcro.

Al día siguiente, que es después de la preparación, se reunieron los principales sacerdotes y los fariseos ante Pilato,

diciendo: Señor, nos acordamos que aquel engañador dijo, viviendo aún: Después de tres días resucitaré.

Manda, pues, que se asegure el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vengan sus discípulos de noche, y lo hurten, y digan al pueblo: Resucitó de entre los muertos. Y será el postrer error peor que el primero.

Y Pilato les dijo: Ahí tenéis una guardia; id, aseguradlo como sabéis.

Entonces ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia.»

Nuestro tema es: «JESUCRISTO PREDICANDO A LOS ESPÍRITUS ENCARCELADOS.»

Algunas personas piensan que después que muere la persona o el cuerpo físico, ahí terminó la vida para la persona, porque ignoran que el ser humano es alma, espíritu y cuerpo, y que lo que en realidad es la persona es alma viviente. El espíritu de la persona es un cuerpo de otra dimensión, y el cuerpo físico es un cuerpo, una casa terrenal, de esta dimensión terrenal; y cuando muere la persona, lo que murió fue el cuerpo físico, la casa terrenal, y sigue viviendo en el cuerpo espiritual que es el espíritu de la persona, un cuerpo parecido al cuerpo físico que tiene la persona.

También es conocido en medio del Cristianismo que los cristianos tienen un ángel, ese ángel es ese cuerpo angelical o espiritual que tienen los creyentes en Cristo, los cristianos, y cuando mueren, siguen viviendo en ese cuerpo angelical en el Paraíso, que es la sexta dimensión, la dimensión de los Ángeles de Dios.

Y por eso es que también cuando murió Abraham, Isaac, Jacob, y así por el estilo, dice la Escritura que fueron reunidos a su pueblo, mueren y son reunidos a su pueblo; pero parece una contradicción, porque cuando mueren, ellos estaban antes de morir con su pueblo, con su gente, y mueren y se separan de su pueblo, de su gente, pero son reunidos con su pueblo, los que ya murieron en ese tiempo y en edades pasadas, su ascendencia; son reunidos con su pueblo en otra dimensión, el Paraíso, el cual conocemos como el Cielo también, van al Cielo.

Antes de la muerte de Cristo iban al lugar llamado el Seno de Abraham, del cual Cristo hablando en aquella parábola del hombre rico y Lázaro, el mendigo, dice que murió el hombre rico y fue a un lugar donde él no deseaba ir, o sea, al infierno. Él sabía, conocía, de las cosas de Dios, pero dedicó su vida a las fiestas, a una vida que no era la correcta, aunque tenía conocimiento de la Escritura, y allá en el infierno (dice Cristo) que él decía que tenía sed, y en esos días también murió Lázaro, el mendigo, y fue llevado por los ángeles al Seno de Abraham, al Paraíso de ese tiempo; porque los creyentes en el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob son llevados por los ángeles de Dios, cuando mueren, son llevados al Paraíso correspondiente al tiempo y a la dispensación en que están viviendo.

Antes de la muerte de Cristo el Seno de Abraham quedaba bajo… es otra dimensión, y digamos que era cerca del área más caliente de la Tierra, centro de la Tierra (digamos), y el hombre rico miró hacia donde estaba Abraham, el padre de la fe, y ve a Lázaro allá (había una separación de un precipicio) y le dice a Abraham: «Padre Abraham…» así que era un descendiente de Abraham según la carne, reconocía a Abraham como el padre de la fe, descendiente de Abraham este hombre rico. Le dice: «Manda a Lázaro con su dedo mojado en agua para que lo coloque sobre mi lengua,» porque dice que estaba atormentado allá y tenía sed.

Y Abraham le dice que los que están allí en el Paraíso o Seno de Abraham no podían pasar al otro lado, y los que estaban en el otro lado (en el infierno), no podían pasar al Seno de Abraham; porque a donde va a ir la persona, ya está determinado mientras vive en la Tierra. La persona escogió el lugar para donde va, estando aquí en la Tierra. Hay personas que quieren ir al Cielo, al Paraíso, pero no han escogido a Cristo como Salvador y por consiguiente no pueden ir al Paraíso por esa causa.

Y ahora, el hombre rico, sabiendo que ya no tenía remedio su situación, entonces se recordó de sus hermanos. Le dice: «Padre Abraham, envía a Lázaro a la Tierra de nuevo (o sea, que resucite), para que le hable a mis hermanos y les diga lo terrible que es este lugar, para que busquen a Dios para que no tengan que venir a este lugar ellos también.» Abraham le dice: «Si se levanta de entre los muertos alguna persona (o sea, Lázaro) y va y les predica, no van a creer; a Moisés y a los profetas tienen.» O sea, que crean a Moisés y a los profetas, a lo que está escrito, a la Palabra de Dios. «Aun si se levanta alguno de entre los muertos, no van a creer.»

Y ahora, ¿dónde fue Cristo cuando murió? ¿A dónde fue en y con Su cuerpo espiritual, Su cuerpo angelical? Porque a algún lugar tiene que ir la persona cuando muere su cuerpo físico. El pecador va al infierno, y para decirlo más suave: va a la quinta dimensión, a otra dimensión, donde están viviendo todos aquellos que no han buscado a Dios, y no han recibido a Cristo como Salvador bajo el nuevo Pacto, desde el Día de Pentecostés hacia acá; al mismo lugar donde iban en tiempos antiguos, digamos, al mismo lugar donde fue el hombre rico.

Y Cristo, ¿a dónde fue cuando murió? ¿Iría al Cielo o iría al infierno? Vamos a preguntarle al apóstol Pedro a través de su primera Carta de San Pedro, capítulo 3, versos 18 en adelante, dice:

«Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu;

en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados,

los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua.

El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo,

quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él están sujetos ángeles, autoridades y potestades.»

¿A dónde fue en espíritu Jesucristo cuando murió? Dice San Pedro que fue y predicó a los espíritus encarcelados que fueron desobedientes en el tiempo de Noé, todas aquellas personas que murieron en el tiempo de Noé por el diluvio, y los que habían muerto antes del diluvio y que no servían a Dios y que fueron desobedientes a la predicación de Noé, murieron y fueron en espíritu a la quinta dimensión, que es el infierno; y Jesucristo fue allá al infierno y les predicó.

¿Y por qué Jesucristo tuvo que ir al infierno? Porque Él, siendo inmortal, se hizo mortal a causa de que tomó Él nuestros pecados; al tomar nuestros pecados se hizo pecado por nosotros, y al tener los pecados de todos los seres humanos, y sobre todo los que lo recibirían como Salvador, entonces murió como pecador, con los pecados, no suyos, sino los de los seres humanos. Y por consiguiente tenía que ir al infierno, donde les tocaba ir a todos los que lo han estado recibiendo como único y suficiente Salvador.

Es importante entender estas cosas para que así sepamos que hubo una persona inmortal, con Vida eterna, que se hizo mortal al tomar nuestros pecados (al tomar nuestros pecados), vean, para poder hacer la Obra de Redención y tener nosotros la oportunidad de recibir la Vida eterna recibiéndolo como único y suficiente Salvador. Ahora, ya eso estaba profetizado en Isaías, capítulo 53, verso 6, donde dice:

«Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.»

Dios cargó en Jesucristo el pecado de todos nosotros, y San Pedro nos dice que se hizo pecado por nosotros, así que Él tuvo que ir donde estaban los espíritus de los que fueron desobedientes en el tiempo de Noé, o sea, a la región de los perdidos, en la quinta dimensión llamado el infierno.

Esa fue Su tercera etapa de Su ministerio: predicarle a personas que no podían ser salvas, por lo tanto, les predicó no para salvación, sino que fue un testimonio, les predicó para testimonio, dándoles a conocer que Noé fue su mensajero y ellos no creyeron el mensaje de Noé.

Y ahora, tenemos a Jesucristo, luego de morir, yendo al infierno, a la quinta dimensión, a la región de los perdidos, el lugar donde están los que no pueden ser salvos porque ya el tiempo para escuchar la predicación para salvación, se les terminó.

Cristo quitó las llaves del infierno y de la muerte al diablo, allá en el infierno o quinta dimensión, por eso en Apocalipsis, capítulo 1, verso 18, dice Cristo que Él tiene las llaves. Dice capítulo 1, verso 18 de Apocalipsis (17 al 18):

«Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último;

y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.»

A Pedro le había dado las llaves del Reino de los Cielos, pero ahora encontramos que Cristo le quitó las llaves del infierno y del Hades, de la muerte y del Hades, al diablo, allá cuando tuvo que ir al infierno y predicarle a las almas y espíritus que estaban allá encarcelados. Hasta que sean llamados a juicio permanecerán allá encarcelados, porque habrá una resurrección general, la segunda resurrección, para el juicio final.

Y por cuanto Cristo tiene las llaves del Hades y de la muerte, Cristo producirá esa resurrección; y por cuanto tiene las llaves de la muerte y del Hades, Cristo resucitará a los creyentes en Él que murieron. La resurrección de Lázaro es el tipo y figura de la resurrección de todos los creyentes en Cristo que va a ser llevada a cabo en el Día Postrero como Cristo prometió a los creyentes en Él cuando estuvo hablando en el capítulo 6, versos 39 al 40 de San Juan, y capítulo 11, versos 21 al 27, cuando fue a resucitar a Lázaro, hablando con Marta sobre estas cosas le dijo sobre esto, y Marta le dijo: «Yo sé que resucitará en el Día Postrero.» Ya Marta sabía que la resurrección de los creyentes en Cristo es para el Día Postrero, que es el séptimo milenio de Adán hacia acá o tercer milenio de Cristo hacia acá; pero no sabemos en qué año de ese milenio.

Y ahora, Cristo allá en el infierno obtuvo la victoria quitándole las llaves al diablo, las llaves de la muerte y del Hades, luego pasó al Seno de Abraham para estar unos minutos con ellos, y luego resucitarlos, y Cristo resucitar, y con Él todos los que estaban allá en el Seno de Abraham que eran creyentes en el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, y fueron fieles a Dios.

¿Y qué tiene que ver esta ida de Cristo al infierno, y qué beneficio ha traído para nosotros? Es que Él llevó nuestros pecados y los remitió al diablo, que es el originador del pecado, porque con la Sangre de Cristo el pecado es desintegrado y regresa a su origen, como una mancha en alguna prenda de vestir o en alguna tela o en algún lugar, con un blanqueador, cloro, o el que sea, desaparece, y usted no sabe hacia dónde se fue, se fue a lo que era antes de ser esa tinta o esa mancha, a lo que era antes, que no se veía, se fue a lo que era antes: a su origen; de donde vino esa mancha o esa tinta, ahí regresa a través de la química del blanqueador.

Y a través de la química de la Sangre de Cristo el pecado es desintegrado y regresa al diablo, que es el originador, y eso fue lo que Cristo hizo llevando, regresando, al diablo los pecados del ser humano. Por eso Juan el Bautista cuando vio a Jesús dijo: «He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.» Por consiguiente tenía que morir para poder hacer esa obra de quitar el pecado del mundo.

Y ahora, por cuanto la Primera Venida del Señor y todo lo que pasó allá, esas tres etapas de Cristo y también del precursor, las etapas por las cuales pasó, luego serán nuevamente repetidas en la forma actualizada que corresponde a este tiempo final, porque para este tiempo final se cumplirá lo que está prometido para la Iglesia del Señor Jesucristo, que es el pueblo de Dios bajo el nuevo Pacto, así como ha sido Israel el pueblo de Dios bajo el pacto que Dios dio a Israel en el monte Sinaí por medio del profeta Moisés.

Veamos lo que estará pasando en este tiempo final, página 113, párrafo 998, dice [Libro de «Citas»]:

«Es que con sus nombres estaban en aquel Libro para ser revelados (o sea, el Libro sellado con siete Sellos de Apocalipsis, capítulo 5); y el Cordero había revelado el Libro. El Cordero lo había redimido, pero no podía aparecer hasta que todo nombre fuese revelado y eso sucedió bajo el Sexto Sello, antes de que se abriera el Séptimo Sello. Entonces es cuando el Cordero viene por aquellos que había redimido.»

«Noten bien (continuamos el otro verso, 999, dice): Noten bien: Debiera ser el Mensaje del Séptimo Ángel que revelaría los Siete Sellos. Encontramos eso en Apocalipsis 10:7. Y el vio a este Ángel bajar y poner un pie sobre la tierra y el otro sobre la mar, ese fue Cristo. Noten: lo encuentran de nuevo en Apocalipsis, con el arco sobre su cabeza –semejante a jaspe y sardio, etc.»

Luego en la página 114, que es un extracto del mensaje: «Almas Encarceladas Hoy,»dice, de la mitad… dice el párrafo 1002:

«La mujer que vive en esta condición mundana, mientras vive está ya muerta. Y si ella rechaza la misericordia, puede cruzar la línea de separación; y entonces ya no habrá lugar para ella. Entonces, ¿a dónde estará con sus ojos pintados y su cabello cortado? Es que ella ha cruzado la línea y no hay manera de volver. Y tiene que haber un ministerio que le predique. Pero recuerden, para ese tiempo ya todo habrá cesado (habrá terminado). ¡Es una cosa horrible! Habrá un ministerio que mostrará grandes maravillas, Joel así lo dijo. Pero no habrá tiempo para la redención. Todo entonces es terminado, porque el Cordero ya habrá tomado Su Libro y la redención habrá cesado.»

O sea, ya los que iban a entrar a formar parte de la Iglesia, los que iban a recibir a Cristo como Salvador y Dios los iba a bautizar con Espíritu Santo y Fuego luego de ser bautizados, ya se habrá completado el número, ya todos habrán llegado, todos los escritos en el Libro de la Vida del Cordero, ya estarán completos en el Cuerpo Místico de Cristo, se completará con los últimos escogidos, con los últimos que están escritos en el Libro de la Vida del Cordero, cuando hayan recibido a Cristo como único y suficiente Salvador.

«Jesús predicó y fue rechazado; luego prosiguió hacia aquellos que estaban encarcelados y no podían arrepentirse; ya no había tiempo para la salvación. ¡Ese mismo ministerio tendrá que repetirse! ¿Que tal si eso pudiese ser la Tercera Etapa, a los que están perdidos eternamente? ¿Qué tal si así fuera? Ojalá que no sea. Pero ¿qué si es? ¡Piénselo bien por un momento! ¿Qué tal si así es? Dios no lo permita; yo tengo hijos… pero sí parece estar muy cerca.»

Tiene que haber un ministerio que mostrará grandes señales. Y en la Visión de la Carpa Dios le mostró al reverendo William Branham que habrá predicación, habrá llamamiento para recibir a Cristo, gente pasando al frente, habrá también oración por los enfermos en la forma que le fue mostrado, y grandes maravillas sucediendo, y la Columna de Fuego yendo a un cuartito pequeño a donde entraban las personas para la oración por los enfermos, y el Ángel que acompañaba al reverendo William Branham también entrando a ese lugar, y llevando al reverendo William Branham, el cual estaba suspendido en el aire, y por supuesto, en el cuerpo teofánico o angelical.

Y lo que él vio allí, y oyó, dice: «Me lo tengo que llevar conmigo a la tumba.» En una ocasión el Ángel le dice; «¿Recuerdas el nombre que tú buscabas cuando estuviste en la Visión de la Carpa, cuando tuviste la Visión?» Así que, hay un nombre allí, y el nombre mas grande que puede estar allí es el Nombre de Dios, Nombre de la ciudad de nuestro Dios, y Nombre nuevo del Señor. Dios se prepara para algo grande. Vamos a ver en la página 136 del libro de «Citas,» párrafo 1208 dice… esto es en «Preguntas y Respuestas,» le hacen la pregunta:

«¿La Novia antes de que venga Jesús, ella tendrá todo poder del Espíritu Santo para hacer milagros, levantar muertos, y así sucesivamente como en la lluvia tardía… Y es esta lluvia tardía para los 144,000 judíos? ¿Tendrán todos los ministros esto, y estamos sólo esperando la venida? (Ahora contesta el reverendo William Branham ). Ahora, lluvia tardía, 144,000 judíos, no, eso es cuando Elías y Moisés… allí es donde los milagros tienen lugar. Las cosas que la gente ha estado buscando, los Pentecostales por milagros, pero donde eso tendrá lugar será bajo de Elías y Moisés… Sólo debemos de esperar la venida del Señor.»

Y en la Visión de la Gran Carpa-Catedral, ahí están milagros y maravillas grandes sucediendo. Le fue dicho al reverendo William Branham con relación a la Gran Carpa-Catedral que él vio, en el Libro de «Los Sellos» dice, página 471, en español (en esta versión) dice:

«Entonces me alzó y me colocó en un lugar muy elevado donde había una reunión, y parecía una carpa o una especie de catedral. Yo miré, y así a un lado parecía que había una cajita, un lugar pequeño.»

En otros lugares que narra la Visión de la Carpa dice que era un cuartito, y comparado con una Carpa-Catedral grande, pues, un cuartito pequeño es lo que se veía; dice que era de unos 12 pies de ancho por unos 20 de largo, eso es algo pequeño en una Gran Carpa-Catedral gigante.

«Y esa luz que Uds. ven sobre la fotografía estaba hablando con alguien más arriba de donde yo estaba. Se fue volando de donde yo estaba, y se fue a posar sobre la carpa, y dijo: ‘Te encontraré allí. Esto será la tercera etapa, y no se lo dirás a nadie.»

Y ahora, la Tercera Etapa miren cómo la encontramos ahí. Sigue diciendo:

«Y allá en el Cañón Sabino, El me dijo: ‘Esta es la tercera etapa. Hay tres…»

Esto fue cuando tuvo la espada en la mano, y le fue dicho: «Es la Espada del Rey.» Y la Espada del Rey ¿es qué? la Palabra. Dice:

«Hay tres cosas muy grandes que acompañan la tercera etapa. Una de ellas se abrió ayer, otra hoy, y queda una cosa que no pude interpretar, porque está en un idioma desconocido.»

No estaba en inglés; lo que él vio y oyó fue en otro idioma. O sea, que esa Tercera Etapa, en la cual habrá un ministerio que le predicará y hará grandes maravillas y le predicará a los perdidos eternamente, está en otro idioma que no es inglés.

Y ahora, vamos a ver algo más, para que podamos ver que Dios se está preparando para algo grande que Él ha prometido. En el Libro de «Citas,» página… Recuerden que será el equivalente o paralelo a la ida de Jesús al infierno, mientras estuvo sepultado; enseguida que murió, bajó a ese lugar. Dice en la página 119 del Libro de «Citas,» párrafo 1057:

«La cosa que hemos estado mirando hacia adelante por tantos años, 4 ó 5 años, pueda ser que más… es la Tercera etapa que ha sido vindicado, y yo estoy seguro que ustedes saben lo que es, nunca habrá una personificación de esto, no puede haberla, ahora está en existencia…»

O sea, la Tercera Etapa también estaba en existencia a través de él, el Espíritu de Dios obrando a través de él, hablando, tanto la Palabra para sanidades, resucitar muertos también, lo que fuera, y para la predicación, para hablar, predicar, acerca de estos Sellos y de todo lo relacionado al contenido de estos Sellos o de este Libro sellado con siete Sellos.

«…ahora está en existencia y yo he sido amonestado de esto… Que esto aquí ya ha acontecido, para que pueda identificar su presencia entre nosotros, pero esto no será usado en grande manera…»

O sea, aunque estaba en él la Espada, la Palabra creadora, no podía ser usada en grande manera.

«…hasta que el concilio empiece con su apretura. Y cuando lo haga, los Pentecostales y etc. casi personificarán cualquier cosa que se pueda hacer, pero cuando venga ese tiempo (La apretura), entonces ustedes verán lo que han visto temporalmente, manifestado en su poder absoluto. Ahora, yo continuaré Evangelizando, así como fui comisionado al principio, así seguiré. Pero ustedes tienen la Palabra y ustedes sabrán a donde mirar y en qué están parados.»

O sea, tienen que estar vigilando cuando surja esa Tercera Etapa manifestada en su poder absoluto, y para ese tiempo se estará bajo un tiempo de apretura. Sigue diciendo:

«Estoy deteniéndome y mirando el lugar y esperando para usarlo, pero se va a usar…»

Sigue diciendo más abajo: «…esto es para aquel que tiene sabiduría). El tercero es propiamente identificado (o sea la Tercera Etapa fue identificada, manifestada en él, en el reverendo William Branham). Nosotros sabemos dónde está, así que la Tercera etapa está aquí, es tan sagrado que no debo hablar mucho de ello, como El me dijo en el principio. El me dijo, de esto… no hables nada, ¿ustedes recuerdan años atrás?… Ella habla por sí mismo.»

O sea, que las cosas que estarán sucediendo, estarán hablando de que eso es la Tercera Etapa, porque las cosas que han sido prometidas que Dios hará en esa Tercera Etapa, donde el poder de Dios será manifestado en toda su plenitud, estarán siendo cumplidas.

«Pero traté de explicar los otros e hice un error en mi opinión. (Yo no digo que el Señor me dijo esto) Esto será lo que empezará la fe para el rapto para irse (la Tercera Etapa, vean, él cree que comenzará la fe de rapto o la fe para transformación y rapto, para irnos en el rapto con el Señor ). Yo tendré que quedarme callado por un tiempecito (por un tiempo). Ahora recuerden (y tú que estás oyendo esta cinta); Tú vas a ver un cambio en mi ministerio luego. Decayendo… no levantándose, decayendo… Ya estamos en la edad y no puede ir más allá. Tenemos que esperarnos aquí un minuto hasta que esto acontezca acá para alcanzarlo y entonces viene el tiempo y la presión está en un lugar donde tú estás oprimido, entonces mira (lo que estoy preparando para decirte en estos momentos)… Mire la Tercera etapa entonces, será absoluta y totalmente para los perdidos…»

Estuvimos hablando de los perdidos que estaban en el infierno, y ahora eso se va a repetir en la Tierra con los perdidos que estarán viviendo en la Tierra, porque el infierno estará sobre la Tierra.

«Mire la Tercera etapa entonces, será absoluta y totalmente para los perdidos, pero será para la Iglesia y la Novia.»

O sea, el mundo entero va a ser impactado por esa manifestación del poder de Dios, por esa manifestación de la Palabra, de la Espada en la mano, que es la Palabra para el Día Postrero. Esa Espada, la Palabra, en medio de la Iglesia bajo el ministerio que corresponde para el Día Postrero. Y los milagros serán para ¿quién? para y bajo el ministerio ¿de quién? De Moisés y Elías, esos ministerios estarán repitiéndose en el Día Postrero. «…pero será para la Iglesia…» O sea, el Cristianismo completo, las vírgenes insensatas, y para la Novia, para los elegidos que van a ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

O sea que va a impactar a la Iglesia Novia que va a ser transformada, va a impactar a las vírgenes insensatas, y va a impactar al mundo entero; será la manifestación del poder de Dios en toda su plenitud. Veamos un poquito aquí lo que dijo el reverendo William Branham; si es el precursor, pues habló de todas estas cosas que van a suceder. En el mensaje: «Perfecta Fuerza por Perfecta Debilidad,» dice:

«Habrá, Señor, miles y miles (está orando) como en los días de Noé, que serán perdidos. Muchos de ellos serán perdidos. Padre, vemos todo eso ya cumplido. Ven ahora, Señor Jesús, y llévate a Tu Iglesia. Señor, si es Tu voluntad, antes que esa Iglesia sea raptada, concede que surja el poder, ¡oh Dios, llena estos vasos! SEÑOR, LEVANTALOS Y SACUDE A ESTE MUNDO UNA VEZ MÁS. Sabemos que será fuera de tiempo y que no habrá ningún arrepentimiento, ya estará demasiado fuera de su alcance; pero, SEÑOR, DEMUESTRA TU PODER. Llena esos vasos y sacude a este mundo como jamás ha sido sacudido. Entonces llévate a Tu Iglesia y deja este mundo en su confusión tal como está ahora. Oh Dios, están batallando. Luego sabemos que el gran Espíritu Santo vendrá a los judíos porque hemos visto los ciento cuarenta y cuatro mil parados sobre el Monte Sinaí, parados juntos con el Cordero, pero la Novia ya estaba en el Cielo, ella ya había sido levantada y el Cordero había vuelto, como José, para darse a conocer a Su pueblo.»

Y vamos a dejar el resto quietecito, yo creo que con lo que hemos visto podemos decir: Dios se está preparando para manifestar Su poder en toda su plenitud, Dios se está preparando para cumplir Su promesa a Su Iglesia Novia, Dios se está preparando para algo muy grande, lo cual ya ha sido profetizado.

Y cuando vemos las cosas que están sucediendo en el Programa Divino, podemos decir: Algo grande está en camino. Hemos leído las cosas que están prometidas y lo que está prometido por Dios es lo que va a ser cumplido. Algo grande está por acontecer: la Tercera Etapa, que será para la Iglesia Novia que va a ser transformada, y también para las vírgenes insensatas que están en medio del Cristianismo también, y para el mundo entero; la Iglesia Novia (vírgenes prudentes), la Iglesia representada en las vírgenes insensatas, y el mundo entero, van a ver el poder de Dios manifestado en toda su plenitud en este tiempo final.

Para eso es que Dios se está preparando, y yo me estoy preparando, ¿y quién más? Y cada uno de ustedes también se está preparando, y la Iglesia del Señor Jesucristo se está preparando también, que es la que sabe las cosas que han sido prometidas y estará trabajando en todo el proyecto divino correspondiente a eso grande que Dios ha prometido hacer en este tiempo final. Y la predicación del Evangelio del Reino, dice Cristo en San Mateo, capítulo 24, verso 14:

«Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.»

Por lo tanto, estemos preparados y trabajando en todo proyecto divino correspondiente a este tiempo final, y esperando lo que Dios ha prometido llevar a cabo. A la Iglesia le toca hacer la parte que le corresponde y a Cristo le toca hacer la parte que le corresponde, por lo tanto, tenemos que estar conscientes de lo que viene, y lo que no entiende por el momento, lo entenderá después.

Pero manténgase creyendo lo que Dios ha prometido para los creyentes en Él, y así estaremos preparándonos para lo que viene: algo grande de parte de Dios, y luego, la Iglesia se va de aquí, de la Tierra, para la Cena de las Bodas del Cordero, y comienza la gran tribulación, los tres años y medio, los cuales Dios tratará con el pueblo hebreo, y el juicio divino caerá sobre el reino de los gentiles en la etapa de los pies de hierro y de barro cocido.

Creo que con lo que hemos hablado hemos visto lo suficiente, y hemos visto el paralelo de lo que sucedió cuando Cristo murió y luego fue sepultado, y fue alla al infierno o quinta dimensión y predicó a las almas o espíritus encarcelados, y allá le quitó las llaves de la muerte y del Hades. Acá, todo eso habrá un paralelo, será paralelo en todo.

Y ya que mencionamos la edad que tenía el reverendo William Branham ayer, ciento tres años estaría cumpliendo si estuviera vivo su cuerpo físico, mire lo que dice él de su edad, página 119, párrafo 1058 [Libro de «Citas»]:

«Tal vez sea que estoy construyendo una plataforma para que alguien más suba en ella, tal vez yo sea llevado antes de este tiempo… pero yo creo que estamos tan cerca que yo no me moriré de edad avanzada (Si estuviera aquí todavía físicamente, tendría ciento tres años). Y siendo de cincuenta y cuatro años, no me moriré de viejo hasta que El esté aquí, o sólo que sea disparado, asesinado o alguna otra cosa, de algún modo muerto, pero no por la edad avanzada hasta que El venga (está hablando de aquel al cual él le está preparando el camino), tal vez yo no lo haré, pero este mensaje introducirá a Jesucristo al mundo. Así como Juan el Bautista fue enviado como precursor a la primera venida, así este mensaje será precursor de la segunda venida, y Juan dijo: ‘He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo,’ así es que será paralelo en todo y yo sé que será.»

Estamos en un tiempo paralelo al tiempo de Juan el Bautista y de Jesús, estamos en ese tiempo paralelo desde los días del reverendo William Branham hasta nuestro tiempo. Algo grande se prepara Dios para hacer, y algo grande se prepara Dios para revelarle a Su Iglesia, porque el Séptimo Sello va a ser revelado a la Iglesia del Señor Jesucristo.

La Voz de Cristo como León, clamando como cuando un león ruge y siete Truenos emitiendo Sus voces, revelará el misterio del Séptimo Sello. Cristo le revelará, le hablará, el misterio del Séptimo Sello a Su Iglesia, la cual le dará la fe para ser transformados y raptados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Y vendrá también la resurrección de los muertos en Cristo.

Recuerden que allá cuando Cristo estuvo en el infierno predicando a las almas o espíritus encarcelados, luego pasó al Paraíso para traerlos en la resurrección. La Tercera Etapa está ligada también a la resurrección de los creyentes en Cristo. Por lo tanto estemos apercibidos, preparados, para el evento más grande que ha sido prometido en las Escrituras: la Venida del Señor, la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de los vivos; y todo eso sucederá bajo lo que el reverendo William Branham llamó la Tercera Etapa.

Y para ese tiempo vendrá una apretura fuerte, y persecución también, pero lo fuerte vendrá después en la gran tribulación y no van a estar aquí los escogidos de Dios, van a ser llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, solamente nos toca la apretura. Pero vamos a estar aquí en la Tierra viendo el cumplimiento de la Visión de la Carpa y lo que estará sucediendo en el cumplimiento de la Visión de la Carpa bajo la Tercera Etapa, que es la etapa de la Espada en la mano, la Palabra creadora de Dios.

Todo eso paralelo, es paralelo a lo que sucedió cuando Cristo murió y descendió al infierno, y mientras Su cuerpo estaba en la tumba, vean todo lo que Él estaba haciendo: continuó Su ministerio, pero con los que no podían ser salvos, y después pasó al Paraíso donde estaban los que habían recibido salvación, los que estaban esperando Su Venida allá en el Paraíso. Así que, todo aquello viene a repetirse en la forma que corresponde a este tiempo final.

«JESUCRISTO PREDICANDO A LOS ESPÍRITUS ENCARCELADOS.»

Para este tiempo final el Espíritu Santo, que ha estado por dos mil años en medio de Su Iglesia, continuará en medio de Su Iglesia y va a obrar grandes cosas en este tiempo final, para lo cual Dios se está preparando, ¿y quién más se está preparando? Nosotros también, la Iglesia se está preparando, el pueblo de Dios se está preparando, y sabe que esa manifestación del poder de Dios va a ser en una Gran Carpa-Catedral; desde ahí se extenderá para otras naciones por medio de televisión, de satélites, de radios, y así por el estilo. No habrá limitaciones en las cosas que van a suceder.

Por lo tanto, tenemos que estar preparados, nuestras vidas consagradas a Cristo todos, y esperando lo que Él ha prometido para Su Iglesia, para recibir la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

«JESUCRISTO PREDICANDO A LOS ESPÍRITUS ENCARCELADOS.»

Así fue allá, el mismo Espíritu que predicó a través de Abraham, de Jacob, de Moisés, de los profetas, de Juan el Bautista, predicó a través de Jesús y luego descendió en Espíritu allá a donde estaban las almas perdidas, los espíritus que habían sido desobedientes en el tiempo de Noé. Ese mismo Espíritu vino el Día de Pentecostés y ha estado hablando por medio de los apóstoles, San Pedro y demás apóstoles, los mensajeros de las diferentes etapas: San Pablo y demás mensajeros hasta el reverendo William Branham, y para este tiempo final estará en medio de Su Iglesia hablando nuevamente para cumplir lo que Él ha prometido. Recuerden que este tiempo será paralelo en todo a lo que sucedió en aquel tiempo de Juan el Bautista y de Jesús.

Ha sido para mi un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de: «JESUCRISTO PREDICANDO A LOS ESPÍRITUS ENCARCELADOS.»

Continúen pasando una tarde feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro salvador; y mañana Dios mediante estaremos viendo a Jesucristo resucitado, lo cual luego será el tipo y figura de la resurrección de los muertos en Cristo, y luego la transformación de los que estén vivos.

Dejo al reverendo José Benjamín Pérez con ustedes en estos momentos para continuar; mientras él llega, fue una buena noticia la que nos dieron ayer, y ya, pues, como ustedes la saben, los que están presentes y los que están en otras naciones, entonces estaremos orando y estaremos brazo a brazo trabajando en esa buena noticia que fue dada ayer. Estamos esperando por aquí, pase…

Dios les bendiga a todos ministros, Dios te bendiga Miguel y Rut tu esposa (que Dios te bendiga, que la bendiga a ella también), y a todos los ministros y a sus esposas y a sus congregaciones, y a todos los creyentes en Cristo en el mundo entero. Y venga esa Tercera Etapa de bendición para todos los creyentes en Cristo nuestro Salvador, en donde recibiremos grandes bendiciones y veremos la poderosa mano de Dios manifestada en toda su plenitud.

Con nosotros el reverendo José Benjamín Pérez para continuar.

«JESUCRISTO PREDICANDO A LOS ESPÍRITUS ENCARCELADOS.»

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