Muy buenos días o buenas tardes, amados amigos y hermanos presentes y los que están en diferentes naciones: ministros, iglesias, congregaciones, todos:
Que las bendiciones de Cristo nuestro Salvador, sean sobre todos ustedes y sobre mí también, y nos abra las Escrituras y nos enseñe, el Espíritu Santo, Su Palabra prometida para nuestro tiempo. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.
Como vieron en el documental que se transmitió, así se estará haciendo: Estaré trabajando en esa otra parte que es importante para la familia humana, estaré trabajando en todo proyecto que se programe en favor de la paz de la familia humana. Espero vuestras oraciones también, para que Dios nos ayude en los proyectos que vamos a llevar a cabo la Embajada de Activistas por la Paz.
Para esta ocasión leemos en el libro de los Hechos, capítulo 1; y el libro de San Lucas, capítulo 24… San Lucas, capítulo 24, versos 36 en adelante, y luego leeremos en algún momento la otra cita. Esto fue luego de resucitado Jesucristo y ya para irse al cielo, luego de estar 40 días con Sus discípulos, ya resucitado y glorificado. Dice:
“Mientras ellos aún hablaban de estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a vosotros.
Entonces, espantados y atemorizados, pensaban que veían espíritu.
Pero él les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y vienen a vuestro corazón estos pensamientos?
Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.
Y diciendo esto, les mostró las manos y los pies.
Y como todavía ellos, de gozo, no lo creían, y estaban maravillados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer?
Entonces le dieron parte de un pez asado, y un panal de miel.
Y él lo tomó, y comió delante de ellos.
Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.
Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras;
y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día;
y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.
Y vosotros sois testigos de estas cosas.
He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto.
Y los sacó fuera hasta Betania, y alzando sus manos, los bendijo.
Y aconteció que bendiciéndolos, se separó de ellos, y fue llevado arriba al cielo.
Ellos, después de haberle adorado, volvieron a Jerusalén con gran gozo;
y estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo a Dios. Amén.”
Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
“EL PODER DE JESÚS.”
El Señor Jesucristo tenía en Él un poder por el cual ocurrían los milagros y las maravillas; como el caso de la mujer que tenía flujo de sangre por doce años, y en doce años con ese problema (problema que los médicos no pudieron resolver), con un problema como eso pues estaba en una situación muy difícil, con riesgo de muerte y sin esperanza.
También escucharon la lectura del caso de la hija de Jairo, que tenía doce años.
Atiende Jesucristo dos casos: la niña que tenía doce años, la niña que había muerto, hija del sacerdote principal de la sinagoga de ese lugar; y también la mujer con flujo de sangre, que llevaba doce años. El doce es muy importante: doce tribus, y así por el estilo.
Ahora, para ambos casos tuvo que manifestarse el poder de Cristo, pero Cristo en diferentes ocasiones decía que Él no hacía nada sino lo que veía hacer al Padre, eso era lo que hacía. Y Él decía: “El Padre que mora en mí, Él hace las obras.” Era el poder divino, el poder de Dios en Jesucristo por medio del Espíritu Santo que estaba en Jesús; y por consiguiente, ese poder es infinito.
Lo que hace que algunas personas no reciban lo que buscan o piden o esperan de parte de Dios, no es que el poder tiene limitaciones, es la fe de la persona la que hace funcionar el poder divino.
O sea, que dos personas pueden tener el mismo problema, orarse por ambas personas, y uno recibir la sanidad y el otro no; aunque la sanidad ya la recibió en la Cruz del Calvario, pero es como cuando hay, digamos, una recompensa o un cheque para una persona y un cheque igual para otra persona: uno lo toma, lo cambia, lo hace efectivo para él; el otro sabe que recibió ese cheque pero lo guarda, no lo hace efectivo: no lo usó consciente, no estuvo consciente del poder que tenía en la mano, un poder adquisitivo para comprar las cosas que él quisiera y que le cubriera ese cheque.
Con la fe es que se hace que el poder de Dios salga de Dios por medio de Cristo y se haga efectivo en la persona. Es la mano de la fe que usó aquella mujer que tenía flujo de sangre, para tocar a Jesús, y que, como punto de contacto, tocó el vestido, la túnica de Jesús.
Algunos necesitan un punto de contacto. Tenemos casos diferentes en la Biblia. Encontramos a Elías mandando a su siervo a colocar su cayado, su bastón, sobre un niño que había muerto, pero el niño no resucitaba. La fe de la madre del niño estaba en que el poder de Dios saldría a través del profeta Elías.
Siempre Dios va a obrar hablando la Palabra para la persona, y la persona tiene que agarrarse con la mano de la fe, de Cristo el Sumo Sacerdote y Su Palabra que le es dada.
Esta mujer dijo: “Si toco Su vestido… Si toco Su vestido (porque ella creía que ése era el Mesías), si toco el borde de Su manto, seré sana, seré sanada,” era lo que pensaba ella; y lo tocó creyendo de todo corazón. Ya no tenía esperanza esa mujer, iba rumbo a la muerte a causa de esa situación; pero la muerte y la vida no pueden estar juntos.
Apareció la vida: Cristo, el cual dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida; y nadie viene al Padre, sino por mí.” (San Juan, capítulo 14, verso 6). Y al encontrarse con la vida manifestada en carne humana, en la persona de Jesús, ella con la mano de la fe se agarró de Cristo, ella se agarró de la vida; no tenía otra esperanza. Y ella sabía quién era Jesús, ella creyó en Jesús.
Y ahora, ella obtuvo lo que buscaba, luego de estarlo buscando por doce años y no encontrarlo en otra forma. Aunque los médicos trataron de hacer lo máximo que pudieron, pero fue un problema que no tuvo solución en aquel tiempo.
Pero siempre cuando no hay solución, hay una esperanza; y ese es Jesucristo nuestro Salvador. Porque para el que cree, todo es posible, y para Cristo no hay nada imposible; es el ser humano el que limita que el poder de Dios salga de parte de Cristo para la o las personas.
Tenemos el caso también de la niña hija de Jairo el sacerdote, que murió teniendo doce años. Ella estaba enferma, el sacerdote Jairo, principal de la sinagoga, fue donde Jesús y se arrodilló, se postró delante de Jesús y le pidió que fuera a orar por su hija, la cual estaba gravemente enferma; y cuando va de camino, le mandan a decir a Jairo que deje ya tranquilo a Jesús el Maestro, porque su hija ya murió; pero Jesús le dice: “No temas.” Jesús le dice que esté tranquilo: “No temas; cree solamente, y será salva.” O sea, que creyera.
Estaban diciendo que había muerto, pero Él le dice: “No lloréis; no está muerta, sino que duerme.” Porque los creyentes no mueren, sino que duermen; y van a ser despertados, resucitados, en algún momento.
“Y se burlaban de él, sabiendo que estaba muerta.” Se burlaban de Jesús, que decía que la niña estaba dormida, que no estaba muerta.
Y Jesús tomando a Pedro, Jacobo y Juan, y al padre y la madre de la niña, entró donde estaba la niña. Dice [San Lucas 8:51 al 56]:
“Entrando en la casa no dejó entrar a nadie consigo (porque los demás eran unos incrédulos, los cuales no creían que la niña viviría, que sería resucitada si estaba muerta, como ellos decían) sino a Pedro, a Jacobo, a Juan, y al padre y a la madre de la niña.
Y lloraban todos y hacían lamentación por ella. Pero él dijo: No lloréis; no está muerta, sino que duerme.
Y se burlaban de él, sabiendo que estaba muerta.
Mas él, tomándola de la mano, clamó diciendo: Muchacha, levántate.
Entonces su espíritu volvió, e inmediatamente se levantó; y él mandó que se le diese de comer.
Y sus padres estaban atónitos; pero Jesús les mandó que a nadie dijesen lo que había sucedido.”
Vean, Jesús le dice a la niña: “Levántate.” Ya el padre y la madre estaban tranquilos, estaban creyendo; y Pedro y Jacobo y Juan también eran creyentes. No dejó entrar a los incrédulos para que no contaminaran la mente y el corazón de Jairo y su esposa.
Y para los incrédulos Dios no tiene exhibicionismo. El incrédulo siempre es incrédulo: aunque vea lo que vea, va a ser siempre un incrédulo, dirá siempre: “Hubo un truco.”
Aquí podemos ver que el espíritu de la persona, cuando termina sus días en la Tierra, sale de la persona; y no sabemos cuánto tiempo está cerca del cuerpo. Y Jesús le dice que se levante, por lo tanto le está hablando al espíritu de la niña el cual tiene que entrar al cuerpo para levantarse.
Es como cuando despiertan una persona, lo llaman, y por lo tanto el espíritu de la persona tiene que entrar al cuerpo; si estaba soñando, estaba por otro sitio, había salido del cuerpo, tiene que entrar de nuevo para levantarse.
En estas lecturas que hemos tenido encontramos ciertas cosas que nos enseñan mucho. El espíritu de la persona cuando muere puede volver al cuerpo. Por eso es que para la resurrección de los muertos creyentes en Cristo vendrán esos cuerpos teofánicos, que es el espíritu de la persona, para tomar cuerpos inmortales que Cristo va a darle a ellos en Su Venida; o sea, que del polvo de la tierra les dará cuerpos inmortales.
Tenemos el caso de Cristo mismo: resucitó. Y ahora, creían que era un Espíritu, porque el cuerpo en que resucitan los creyentes en Cristo será igual al cuerpo resucitado de Cristo: cuerpo inmortal, incorruptible y joven para toda la eternidad.
Tenemos el tipo y figura allá en Abraham y Sara, que ya siendo ancianos (ya Abraham con 99 años y Sara con 89), Elohim, el mismo Dios, le aparece en forma visible con Sus Arcángeles Gabriel y Miguel (por el capítulo 18 y 19 del Génesis), y come o almuerza con Abraham, discierne los pensamientos de Sara; y luego Gabriel y Miguel se van allá a Sodoma y cenan en la casa de Lot.
Eran nada menos que los Arcángeles Gabriel y Miguel; y cuando estos Arcángeles aparecen, algo grande está por suceder en la Tierra, de bendición para unos y de juicios para otros. Para Abraham fue de bendición. Para la ciudad de Sodoma y Gomorra y demás ciudades cercanas, fue de juicio divino; era una investigación de juicio divino.
Porque antes de caer el juicio hay una investigación; como en la Corte: antes de un juicio hay una investigación.
Y esa fecha Dios le reconfirmó a Abraham la promesa del hijo que Él le prometió. Ya llevaba veinticinco años esperando el cumplimiento de esa promesa: cuando tenía 75 años recibió la promesa, y a los 99 años le fue confirmada la promesa, o sea, reconfirmada, porque en otras ocasiones también Dios le estuvo hablando de esa promesa.
Tuvo que hacer un cambio de nombre también, añadiéndole palabra al nombre de Abraham, y a Sara también.
Encontramos ahí, doce y doce: veinticuatro. Veinticuatro años de Dios haberle dado la promesa y de haber esperado los veinticuatro años de espera, Dios le apareció y le reconfirmó la promesa diciéndole: “El próximo año (o sea en el año veinticinco) Sara dará a luz el niño,” el cual fue Isaac: tipo y figura de Cristo, del hijo de Abraham, el Mesías.
Encontramos que el poder de Dios vino sobre Abraham y sobre Sara para poder tener ese niño siendo ellos ancianos; con 99 años Abraham, y 89 años Sara. O sea, que cuando naciera el niño entonces ya iba a tener Abraham 100 años y Sara 90 años; para lo cual tuvo que ser rejuvenecida Sara y Abraham; pues cuando se van de donde estaban viviendo, por causa de la destrucción de Sodoma y Gomorra y toda esa contaminación, probablemente hizo que Abraham se mudara de sitio, a otro territorio; y Abimelec, el rey de ese territorio a donde Abraham fue, se enamoró de Sara.
¿Qué rey se va a enamorar de una señora de 89 años? Pero era que estaba rejuvenecida; y ella, que era una hermosa mujer, ahora rejuvenecida vuelve a estar como cuando joven, y Abraham también.
El poder de Dios fue el que obró, esa visita de esos tres personajes del Cielo obraron un milagro; sobre todo, Elohim, el Señor, el cual era nada menos que el Ángel del Pacto, y para decirlo más claro: el Mesías, el cual vendría a la descendencia de Abraham: primeramente a los judíos y luego a la Iglesia del Señor Jesucristo, que también son hijos e hijas de Abraham, descendientes de Abraham por la fe en Cristo; porque por la fe en Cristo obtienen el nuevo nacimiento y vienen a ser descendientes de Cristo, el segundo Adán, y de Eva, de la Iglesia, la segunda Eva.
Para el Día Postrero o para los días postreros, que son tres milenios postreros, el mismo que le apareció a Abraham viene en carne humana a Israel con el nombre de Jesús, que significa Salvador, Redentor.
Por eso Él decía: “Yo he venido en Nombre de mi Padre,” decía que las obras que Él hacía no las hacía de Sí mismo, sino que el Padre que estaba en Él hacía las obras; era Dios el Padre, por medio de Su Espíritu, Su cuerpo angelical, el Ángel del Pacto, en Jesús, dentro del cuerpo de carne llamado Jesús, que era el templo humano de Dios.
¿Recuerdan cuando Él dijo: “Destruyan este templo, y en tres días lo levantaré”? (San Juan, capítulo 2, verso 19). Ahí encontramos que Dios estaba en Su templo humano llamado Jesús. Recuerden que el ser humano es templo de Dios, para Dios morar en el alma, que es lo que en realidad es la persona: alma viviente.
Y ahora, encontramos que desde Su Templo Dios manifiesta Su poder. En el Templo está Dios y Su poder, en el Lugar Santísimo; ahí es donde manifiesta Su poder en la vida del creyente. Y en la Iglesia del Señor Jesucristo, que es Su Templo, para el Día Postrero tiene una promesa muy grande, de que el poder de Dios en toda Su plenitud va a ser manifestado.
Ha estado manifestándose de etapa en etapa en los apóstoles, en los mensajeros de cada etapa de la Iglesia; en el reverendo William Branham lo vimos manifestado el poder de Dios saliendo de él, por eso se debilitaba como cuando Jesús recibió el toque en el borde de Su vestimenta: encontramos que Él sintió que salió poder de Él, dice:
“…Alguien me ha tocado; porque yo he conocido que ha salido poder de mí.”
Había una persona que lo había tocado, le había tocado y había conseguido lo que quería, porque creyó.
Para el que cree nada es imposible, todas las cosas son posibles, porque hace que el poder de Dios salga, se manifieste en favor de la persona que tiene la fe.
Y ahora, vimos ese poder manifestado en el reverendo William Branham en medio del cristianismo, en medio de la Iglesia bajo el Nuevo Pacto (la Iglesia del Nuevo Pacto, del Nuevo Testamento), así como vimos el poder de Dios manifestado en la Iglesia del Antiguo Pacto (del Viejo Testamento o viejo o Antiguo Pacto).
La Iglesia del Antiguo Pacto es Israel. Allí vimos el poder de Dios manifestado en toda Su plenitud en Jesús. El mismo poder que fue visto en los profetas manifestado: en Moisés, en Josué, en Samuel, en el profeta Elías, y así por el estilo en diferentes profetas; y ahora lo vimos manifestado en la Iglesia del Antiguo Testamento o Antiguo Pacto en la persona de Jesús.
El límite del poder de Dios que usted quiere que salga de parte de Dios para usted, va a estar a la medida de la fe, de la cantidad de fe que usted tenga; o sea, que va a depender de usted.
Por eso es tan importante estar siempre al tanto de lo que la Biblia habla, con nuestra fe siempre firme en Cristo, sin dudar lo que dice la Palabra; porque así la fe va creciendo cada día.
Dice la Escritura que la fe viene por el oír la Palabra. Por ahí por Romanos, capítulo 10, debe estar. Es importante… Capítulo 10, verso 17 de Romanos, dice: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.” No por oír otra cosa, sino por la Palabra de Dios.
Y en otro lugar dice el apóstol: “Conforme va creciendo vuestra fe.” La fe nace; y lo que nace, pues tiene que crecer. Es importante que la persona, luego de nacer la fe de Cristo en la persona, siga creciendo esa fe a medida que sigue, continúa, escuchando la Palabra de Dios que está contenida en la Escritura sagrada: la Biblia, la cual vino por medio de personas, de apóstoles y profetas.
Y encontramos que para este tiempo final vino mucha Palabra de Dios por medio del reverendo William Branham, profeta precursor de la Segunda Venida de Cristo; por lo tanto, es importante estar al día también de todo lo que fue hablado por el Espíritu Santo a través del reverendo William Branham; y sobre todo, lo que fue hablado desde el ‘63 al ‘65, porque las visiones y profecías que fueron habladas y no se han cumplido, se van a cumplir en este tiempo final, están en proceso de cumplimiento.
Él dijo en una ocasión, que viene algo grande de parte de Dios, una bendición grande; por lo tanto no queremos perder esa bendición de parte de Dios.
Dice aquí, este libro que contiene extractos o citas de diferentes mensajes del reverendo William Branham, dice aquí en la página 119, párrafo 1057:
“La cosa que hemos estado mirando hacia adelante por tantos años, 4 ó 5 años, pueda ser que más… es la Tercera Etapa que ha sido vindicada, y yo estoy seguro que ustedes saben lo que es, nunca habrá una personificación de esto, no puede haberla, ahora está en existencia y yo he sido amonestado de esto… Que esto aquí ya ha acontecido, para que pueda identificar su presencia entre nosotros, pero esto no será usado en grande manera hasta que el concilio empiece con su apretura. Y cuando lo haga, los pentecostales y etc. casi personificarán cualquier cosa que se pueda hacer, pero cuando venga ese tiempo (la apretura), entonces ustedes verán lo que han visto temporalmente, manifestado en su poder absoluto.”
O sea, que lo que fue visto manifestado, ese poder de Dios, de Cristo, manifestado a través del reverendo William Branham, dice que fue temporalmente, pero que va a ser manifestado en su poder absoluto, o sea, en toda su plenitud.
“Ahora, yo continuaré evangelizando, así como fui comisionado al principio, así seguiré. Pero ustedes tienen la Palabra y ustedes sabrán a dónde mirar y en qué están parados. Yo debo de continuar evangelizando; y amigos míos, quédense firmes y continúen moviéndose porque la hora se aproxima rápidamente cuando algo se va a hacer, ahora tú vas a ver algunas cositas raras que pasarán… nada pecaminoso. No quiero decir esto… pero quiero decir algo raro de lo que es una inclinación regular, porque a lo que he alcanzado ahora en el ministerio, estoy deteniéndome y mirando el lugar y esperando para usarlo, pero se va a usar…”
Él esperaba que el Espíritu Santo lo usara en toda Su plenitud a través de él si continuaba vivo, si continuaba viviendo entre nosotros.
“…pero se va a usar…”
O sea, la Tercera Etapa, en donde el poder de Dios en lo absoluto, en toda Su plenitud, va a ser manifestado, es una promesa: se va a usar. Pero vamos a ver:
“…y todo mundo sabe de cierto que así como el primero fue identificado (eso fue la señal en la mano), también el segundo fue identificado (eso fue el discernimiento de los pensamientos del corazón de las personas que fue visto operando en el reverendo William Branham, el Espíritu Santo operando ese poder de discernimiento) y si tú piensas muy de cerca, tú que eres espiritual. (Como la Biblia dice, esto es para aquel que tiene sabiduría). El tercero es propiamente identificado.”
O sea, que lo vimos, esa Tercera Etapa, identificada en el reverendo William Branham en forma parcial, por un tiempo; porque cuando se fue ya se detuvo, porque el velo de carne a través del cual se manifestaba, Dios lo llamó a descansar al Paraíso, a la sexta dimensión; pero él desde allá mira hacia acá y ve todo lo que está pasando en el Cuerpo Místico de Cristo, la Iglesia del Señor Jesucristo.
“…La Tercera Etapa está aquí, es tan sagrado que no debo hablar mucho de ello, como Él me dijo en el principio. Él me dijo: ‘De esto… no hables nada.’ ¿Ustedes recuerdan años atrás?… Ella habla por sí misma (o sea, la Tercera Etapa hablará por sí misma).”
¿Qué quiere decir eso? Que las cosas que estarán sucediendo cuando la Tercera Etapa esté en plena manifestación, el poder de Dios estará sin limitaciones, estará en toda Su plenitud; y estarán aconteciendo cosas divinas, manifestación divina en y por el poder pleno de Dios en medio de Su pueblo, Su Iglesia. Y eso que estará pasando estará dando testimonio que eso es el cumplimiento de la Tercera Etapa, que eso es lo que fue prometido: Que Dios manifestaría Su poder y haría grandes cosas.
“Ella habla por sí misma. Pero traté de explicar los otros…”
O sea, la primera etapa y segunda etapa, trató de explicar la señal que tenía en la mano, que las personas colocaban su mano sobre la del hermano Branham y si tenía alguna enfermedad la persona, su brazo se hinchaba, y él sabía qué enfermedad tenía la persona; así como Moisés tuvo una señal en la mano también.
Y encontramos que también le fue dada otra señal: la señal de discernimiento de espíritu, en donde conocía los pensamientos del corazón de las personas por medio del Espíritu Santo, de ese poder del Espíritu Santo para discernir los pensamientos del corazón; porque la Palabra es más aguda que toda espada de dos filos, que discierne los pensamientos del corazón.
Era el poder de Dios por medio del Espíritu Santo mostrándole al reverendo William Branham los pensamientos del corazón de las personas, porque Dios conoce los pensamientos del ser humano.
“(Yo no digo que el Señor me dijo esto) Esto será lo que empezará (lo que comenzará) la fe para el rapto para irse (para irnos).”
Ahora vean, esa manifestación de la Tercera Etapa, donde el poder absoluto de Dios estará manifestado en toda Su plenitud, esa Tercera Etapa será lo que le dará, a los que van a ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, les dará la fe para ser transformados y raptados, llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
“Yo tendré que quedarme callado por un tiempecito. Ahora recuerden (y tú que estás oyendo esta cinta): Tú vas a ver un cambio en mi ministerio luego. Decayendo… no levantándose, decayendo… Ya estamos en la edad y no puede ir más allá. Tenemos que esperarnos aquí un minuto hasta que esto acontezca acá para alcanzarlo, y entonces viene el tiempo y la presión está en un lugar donde tú estás oprimido, entonces mira. (Lo que estoy preparando para decirte)… Mire la Tercera Etapa entonces, será absoluta y totalmente para los perdidos, pero será para la Iglesia y la Novia…”
O sea, que será una manifestación poderosa de Dios en toda Su plenitud: para los perdidos, para el mundo, pero será también para la Iglesia, el cristianismo, y la Novia; o sea, será para las vírgenes fatuas o insensatas y también para las vírgenes prudentes.
Y por consiguiente, los judíos cuando vean eso, dirán: “Esto es lo que nosotros estamos esperando.” Ahí van a ver el poder de Dios, del Mesías, manifestado en toda Su plenitud.
Y ahora, pasamos a otro lugar para que tengamos un cuadro más claro: En el libro de “Los Sellos,” página 471, dice… Siendo que la séptima edad de la Iglesia es la etapa pentecostal o del pentecostalismo, representada esa etapa de la Iglesia en la iglesia de Laodicea de Asia Menor. Dice… Esto aquí tiene la visión de las tres etapas; y ahora, ya terminada las dos etapas primeras, para la Tercera Etapa, miren lo que sucede:
“En eso la Voz me dijo: ‘No puedes enseñarles las cosas sobrenaturales a los bebés pentecostales. ¡Déjalos!’ Entonces me alzó y me colocó en un lugar muy elevado donde había una reunión, y parecía una carpa o una especie de catedral (o sea, que tenía características de carpa y también de una catedral). Yo miré, y así a un lado parecía que había una cajita, un lugar pequeño.”
En un auditorio o una carpa o una catedral gigante, un cuartito de dieciséis pies por veinte de largo, es una cajita, es… Y ahora él vio eso.
“Yo miré, y así a un lado parecía que había una cajita, un lugar pequeño. Y esa luz que ustedes ven sobre la fotografía estaba hablando con alguien más arriba de donde yo estaba. Se fue volando de donde yo estaba, y se fue a posar sobre la carpa, y dijo: ‘Te encontraré allí. Esto será la tercera etapa, y no se lo dirás a nadie.”
Y ahora, vean dónde localiza esa manifestación de la Tercera Etapa donde el poder de Dios va a ser manifestado en toda Su plenitud, sin limitaciones.
Por lo tanto, así como el Día de Pentecostés tenían que estar en cierto lugar: allí iba a venir el Espíritu de Dios para producir el nuevo nacimiento en los que estaban allí, y comenzaría así el nuevo nacimiento siendo producido por el Espíritu Santo en los creyentes en Cristo.
No habrá limitación en esta Tercera Etapa. Por lo tanto, no importa la distancia donde estén otras personas reunidas y viendo lo que estará pasando ahí, por supuesto, por televisión, por pantalla, satélite y cosas así: también recibirán el beneficio. O sea, que no se tienen que mudar para estar en el lugar, podrán ver con más claridad si tienen una pantalla en su Iglesia o en algún auditorio o en sus casas, como sea; y podrán ver todo de cerca en la pantalla.
“…Esto será la tercera etapa, y no se lo dirás a nadie.”
No podía explicar mucho. ¿Para qué? Para que no surgieran imitaciones. Hay muchas imitaciones, muchos imitadores que han salido en el mundo; porque siempre, antes de venir lo que es lo correcto, siempre surgen imitadores inspirados por el maligno para interrumpir el Programa de Dios que se va a llevar a cabo.
En el tiempo de Jesús encontramos que antes de Él vinieron Teudas y Judas, e hicieron muchas cosas; murieron, y se acabó el movimiento de ellos. Por eso Cristo dice: “Los que vinieron antes de mí, eran engañadores, robadores, ladrones.”
Y Gamaliel también, cuando estaban persiguiendo a los cristianos en aquellos días allá en Israel, Gamaliel dice: “Dejen estos hombres tranquilos, porque antes de Jesús, antes de venir este movimiento, esta gente, vinieron Teudas y Judas, llevaron discípulos tras ellos; pero murieron y se acabó todo. Y si este movimiento, si esta gente, si esto es de los hombres, va a pasar lo mismo; pero si es de Dios, no va a pasar lo mismo: si es de Dios no lo podrán parar, no lo podrán destruir. Así que dejen a esta gente quieta, no sea que ustedes se encuentren resistiendo a Dios.”
¿Recuerdan a Saulo de Tarso? El cual estaba resistiendo a Dios porque estaba persiguiendo a los cristianos en aquel tiempo; y le aparece el Señor en aquella luz más fuerte que el sol, aquella Columna de Fuego, la misma Columna de Fuego que le había aparecido a Moisés allá en el desierto y que guió a los hijos de Israel por el desierto; y le dice: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”
Él cuando vio la Luz quedó ciego, cayó del caballo. Y ahora en el piso, dice: “Señor, ¿quién eres?” Sabía que aquella Luz cegadora era Dios, era el Señor, era el mismo que le había aparecido a Moisés.
Y desde la Luz salen las palabras: “Yo soy Jesús, a quien tú persigues.” Se había cumplido lo que Cristo dijo: “Salí del Padre y vuelvo al Padre, salí de Dios y vuelvo a Dios.” Volvió a la Columna de Fuego.
Y eso es el Espíritu Santo, la Columna de Fuego, y que puede aparecer también en la forma de hombre, Cristo en Su cuerpo angelical; eso es la imagen de Dios, la teofanía.
Ahora, el enemigo siempre trata de imitar para interrumpir el Programa Divino; por eso le dice al reverendo William Branham (Dios): “No digas nada de esto, no des explicación.” Porque da explicaciones, entonces van a salir los imitadores a decir: “Esto es fácil de hacer, esto es fácil,” y empiezan a imitar para interrumpir la Obra de Dios. Esos imitadores tendrán graves consecuencias. No están ungidos por el Espíritu de Dios sino por un espíritu de error.
“Y allá en el Cañón Sabino, Él me dijo: ‘Esta es la tercera etapa.’ Hay tres cosas muy grandes que acompañan la tercera etapa. Una de ellas se abrió ayer, otra hoy, y queda una que no puedo interpretar, porque está en un idioma desconocido.”
O sea, que no está en inglés. Los Truenos hablaron sus voces en forma consecutiva y no lo pudo ver o entender Juan, le fue prohibido escribir lo que los Truenos hablaron; y el reverendo William Branham, que oyó sobre eso, que le fue mostrado, no pudo saber lo que hablaba. Dice:
“Pero estuve allí parado, y lo miré directamente…”
O sea, que estuvo en el sitio, en una Gran Carpa-Catedral, estuvo viendo todo lo que pasaba, pero estaba en un idioma desconocido. O sea, eso es como usted ir a una iglesia en China y estar allí escuchando todo, y un avivamiento grande y grandes cosas sucediendo y el predicador hablando, y a usted le preguntan: “¿Qué estaba diciendo el predicador?” —“No sé, está en un idioma desconocido para mí.” Y realmente podrá decir: “Eso es chino para mí.” El dicho que algunas personas usan cuando no entienden: “Eso es chino para mí.”
Y así el cumplimiento de la Visión de la Carpa y lo que se hablará ahí en el cumplimiento de la Tercera Etapa, será en un idioma desconocido para el reverendo William Branham cuando estuvo en la Tierra él y que hablaba inglés. Ahora pues desde donde él está no tiene limitaciones para entender el idioma que sea, y cuando regrese en el cuerpo glorificado tampoco tendrá problemas para entender lo que se hable. Y cuando estemos nosotros en el cuerpo glorificado tampoco tendremos problemas con los idiomas.
“…y queda una cosa que no puedo interpretar, porque está en un idioma desconocido. Pero estuve allí parado, y lo miré directamente; y esta es la tercera etapa, lo que viene. Y el Espíritu Santo de Dios…”
O sea, que lo que viene lo trae el Espíritu Santo, será una manifestación del Espíritu Santo, de Dios por medio de Su Espíritu, Dios por medio de Cristo en Su manifestación final, en donde nos dará la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Lo que estará siendo hablado corresponde a lo que habló Cristo, el Ángel Fuerte, en Apocalipsis 10, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo con el Librito abierto en Su mano. El Libro que estaba sellado con siete sellos en el Cielo, en el capítulo 5 del Apocalipsis, luego es abierto en el Cielo y traído a la Tierra.
Y cuando Cristo el Ángel Fuerte, coloca Su pie derecho sobre el mar y el izquierdo sobre la Tierra, “clama como cuando un león ruge”: significa que ya no es Cordero sino León: el León de la tribu de Judá, Rey de reyes y Señor de señores y Juez de toda la Tierra.
Y hablando “como cuando un león ruge y siete truenos hablando sus voces”: Eso es el Mensaje de Cristo para Su Iglesia en el Día Postrero, en donde le dará la revelación del misterio de la Venida de Cristo a Su Iglesia, y todo lo que conlleva Su Venida a Su Iglesia.
La Iglesia va a conocer. Así como la Iglesia del Antiguo Testamento recibió la bendición de la Primera Venida de Cristo y los que entendieron recibieron el poder de Dios el Día de Pentecostés; los que no entendieron no recibieron nada. Así va a ser con la Venida de Cristo a Su Iglesia en el Día Postrero, y van a ver el poder de Dios saliendo en Su manifestación final en toda Su plenitud.
Y muchas personas con la mano de la fe se agarrarán de Cristo en Su manifestación final, se agarrarán de Cristo, y el poder de Dios saldrá para esas personas en toda Su plenitud: Van a obtener las peticiones de su corazón y van a obtener también la fe para ser transformados y raptados, llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, y la sanidad total del cuerpo: que será la transformación.
Por lo tanto, estemos preparados para lo que viene de parte de Dios, y recuerden que la promesa de la manifestación de la Tercera Etapa se cumplirá en una Gran Carpa-Catedral.
Serán bienaventuradas las personas que trabajarán en ese proyecto divino; y cuando llegue ese tiempo de la manifestación plena, dirán: “Yo creí en la Visión de la Carpa y trabajé en pro de la materialización de esa visión; lo creí de todo corazón y trabajé creyendo.” Por lo tanto, Dios les bendecirá a esas personas, Cristo les recompensará conforme a como Él determinará. Y los que se hayan levantado en contra, estarán muy tristes en ese día en que estemos viendo la manifestación del poder de Dios en toda Su plenitud.
Espero que ninguno de ustedes vaya a tener esa experiencia, sino la buena, donde puedan decir: “Yo estuve ciento por ciento, brazo a brazo, respaldando ese proyecto de esa visión divina que le fue dada al reverendo William Branham.”
Él mismo en el 1.964 dice: “Esta visión todavía no se ha cumplido.” Y en el ‘65 dice: “Tiene que ser como fue dicho.” Por lo tanto, alguien estará trabajando en esa materialización de esa visión; o sea que estará haciendo que esa Palabra hablada y que fue escrita, surja, se materialice, porque las cosas que se ven son hechas ¿de qué? de las que no se veían. De algo que no se veía materializado pero que está escrito y que es Palabra de Dios, de ahí surgirá el cumplimiento de esa promesa divina; promesa para la Iglesia del Señor Jesucristo donde muchos millones de seres humanos recibirán bendiciones.
Hemos visto que el mismo poder de Dios por medio del Espíritu Santo en Cristo, salió para la resurrección de la niñita que estuvo muerta por algunos minutos u horas, y salió también para la sanidad de la señora que tenía flujo de sangre por doce años.
Vean, doce años la señora con ese problema de salud, y doce años la niñita, la niñita de doce años; tanto para la Iglesia como para Israel… Para la Iglesia: los muertos en Cristo que resucitarán, y no importa los años que lleven de haber muerto, un lapso de tiempo, como fue con Lázaro también; y la señora con flujo de sangre, la vida está en la sangre: si estaba perdiendo sangre, estaba perdiendo vida, se le iba agotando la vida.
Por las muchas persecuciones que ha pasado la Iglesia y ha pasado Israel también, mucha sangre ha derramado Israel, muchos judíos han sido martirizados, y también la Iglesia del Señor Jesucristo. Y si la Venida de Cristo no se hace una realidad en el Día Postrero, así como la mujer con flujo de sangre moriría porque no tenía remedio, solamente la Venida del Señor en aquellos días era la esperanza para ella; y si no se cumple la Venida del Señor, entonces también la vida de los creyentes en Cristo terminaría en alguna persecución o por causa de la edad.
La única esperanza que hay para el ser humano es la Venida del Señor.
Las señales están cumplidas. La gran tribulación, donde los juicios divinos van a caer sobre la raza humana, está cerca la gran tribulación; pero por causa de los escogidos, estos días serían acortados.
Fueron acortados los días de la persecución de los judíos, el tiempo de la Shoá, porque si no, acababan con todos los judíos. Vienen persecuciones de nuevo para los judíos y para los cristianos, se van a repetir nuevamente. Pero hay una esperanza, es la esperanza de la Venida del Señor, la única esperanza que hay, no hay otra esperanza para la humanidad.
Y en el cumplimiento de esa esperanza el poder de Jesucristo estará saliendo a favor de aquellos que con la fe podrán tocar, con la mano de la fe, a Cristo, creyendo en Él y creyendo Sus promesas.
“EL PODER DE JESÚS.”
Ahora, hemos visto que aquello que pasó en aquellas personas, lo cual ha pasado, de seguro, en otras veces bajo el ministerio de diferentes predicadores, y bajo el ministerio del reverendo William Branham en abundancia sucedieron de todas estas cosas; pero él dice que lo que ustedes han visto en parte suceder, de este poder de la Tercera Etapa, va a ser manifestado en toda Su plenitud; y eso será para el cumplimiento de la Visión de la Carpa.
Por lo tanto, hay una esperanza para los creyentes en Cristo, hay esperanza para los escogidos, hay esperanza para las vírgenes prudentes, hay esperanza para las vírgenes insensatas; y habrá un testimonio, predicación de testimonio, para los perdidos, como hubo un testimonio de Cristo cuando bajó al infierno y predicó a las almas, a los espíritus encarcelados que fueron desobedientes en el tiempo de Noé.
O sea, que va a ser a nivel mundial vista esa manifestación del poder de Jesucristo, el poder de Dios, el poder del Espíritu Santo en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo, que es el Templo espiritual del y bajo el Nuevo Pacto, y que representa el Templo que está en el Cielo.
La representación del Templo que está en el Cielo, en el Nuevo Pacto, es la Iglesia del Señor Jesucristo, que ha llegado a la etapa del Lugar Santísimo de ese Templo espiritual. Desde ahí será la manifestación de la Tercera Etapa.
Ahora, hemos visto y localizado la parte del Templo donde estará la Tercera Etapa, porque esa es la parte más importante del Templo espiritual, como el lugar santísimo del tabernáculo que construyó Moisés y del templo que construyó Salomón era lo más importante, donde estaba la presencia de Dios.
Y la gloria de esta Casa, del Templo espiritual de Cristo, la Iglesia del Señor Jesucristo, la gloria será mayor que la primera, la gloria será mayor que lo que fue el Día de Pentecostés. Por lo tanto, será mayor que en el tiempo de los apóstoles, porque tendrá todo lo que hubo allá, más lo que está ordenado por Dios para ser manifestado en el Día Postrero.
“EL PODER DE JESÚS” el cual puede salir para casos como los que fueron vistos en el ministerio de Jesús y de los apóstoles, pero que habrá algo más, en adición, que se verá; y que nunca antes había ocurrido, o por lo menos que no hay registros de ellos.
Pero vamos a decir: “Será como fue en los días de Jesús, como fue en los días de San Pedro y San Pablo, y como fue en los días del reverendo William Branham”; pero eso fue en parte, y ahora va a ser en toda Su plenitud; fue en parte y temporal también, ahora va a ser en toda Su plenitud.
Bajo esa Tercera Etapa será que la fe para ser transformados y raptados vendrá, y que ocurrirá el cumplimiento de lo que Cristo ha prometido para tener la fe para ser transformados y raptados e ir con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. No sabemos en qué año sucederá, pero va a suceder.
En algún lugar va a ser vista la Carpa que vio el reverendo William Branham; y va a verse, quizás en forma progresiva, lo que él vio; aunque lo que él vio, ya parece que llevaba mucho tiempo sucediendo, porque las cosas no suceden de momento, sino que tienen un lapso de tiempo en donde va en forma progresiva hasta que se llega al tope.
Por lo tanto, con la fe puesta en Cristo y en todas las promesas que hay para la Iglesia del Señor Jesucristo para este tiempo final: Manténgase cada uno firme en Cristo y sin tropezar en ningún momento, por nada ni por nadie, sino con nuestra vista puesta en la meta, que es nuestra transformación; y que antes de eso vamos a ver materializada la visión que el reverendo William Branham tuvo de una Gran Carpa-Catedral.
Se levantarán personas en contra, siempre ha sucedido así, habrá críticos; pero también habrá personas fieles, con la fe firme puesta en Cristo y Sus promesas correspondientes a este tiempo final.
Espero que todos ustedes sean de los que mantienen su fe puesta en Cristo y en Sus promesas correspondientes para este tiempo final para la Iglesia del Señor Jesucristo. Y espero verlos a todos transformados cuando ocurra, si es que no se han ido antes al Paraíso; pero si se van al Paraíso primero, regresarán en cuerpos glorificados. Así que no hay problema.
Yo prefiero permanecer aquí trabajando, porque el que esté allá en el Paraíso no puede trabajar acá; tiene que estar en carne, en un cuerpo de carne para trabajar. Así que ellos son espectadores y nosotros acá actores.
Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también; y pronto el poder de Jesús en toda Su plenitud sea manifestado en esa Tercera Etapa en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo.
Si hay alguna persona que todavía no ha recibido a Cristo, lo puede hacer en estos momentos; y estaremos orando por usted para que Cristo le reciba en Su Reino, para lo cual puede pasar al frente y estaremos orando por usted.
Vamos a estar puestos en pie para orar por las personas que en diferentes países están recibiendo a Cristo como único y suficiente Salvador.
Los niños de diez años en adelante también pueden pasar al frente para recibir a Cristo como Salvador, y demás personas de diferentes edades; y los niños, para ser presentados a Cristo como se acostumbra en las diferentes Iglesias, que son presentados a Cristo; antes de la predicación normalmente se acostumbra, pero que también luego de la predicación si hay algún niño para ser presentado y no se había presentado al principio, también se hace.
Vamos a orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo en estos momentos. Con nuestros rostros inclinados y nuestros ojos cerrados:
Señor Jesucristo, vengo a Ti con todas estas personas que te están recibiendo como único y suficiente Salvador. Te ruego los recibas en Tu Reino y les des la vida eterna.
Repitan conmigo esta oración:
Señor Jesucristo, escuché la predicación de Tu Evangelio y nació Tu fe en mi corazón.
Creo en Ti con toda mi alma. Creo en Tu Nombre como el único Nombre bajo el Cielo, dado a los hombres, en que podemos ser salvos. Creo en Tu Primera Venida y creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el único Sacrificio de Expiación por nuestros pecados.
Reconozco que soy pecador y necesito un Salvador, un Redentor. Doy testimonio público de mi fe en Ti y te recibo como mi único y suficiente Salvador. Te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado, y me bautices con Espíritu Santo y Fuego luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre, y produzcas en mí el nuevo nacimiento.
Quiero nacer en Tu Reino, quiero vivir eternamente en Tu Reino. Haz realidad la salvación que ganaste en la Cruz del Calvario para mí y para todo ser humano que te recibiría como único y suficiente Salvador. Sálvame, Señor. Hazla realidad en mí, Tu salvación. Te lo ruego en Tu Nombre Eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén y amén.
Con nuestras manos levantadas a Cristo, todos decimos: ¡LA SANGRE DEL SEÑOR JESUCRISTO ME LIMPIÓ DE TODO PECADO! ¡LA SANGRE DEL SEÑOR JESUCRISTO ME LIMPIÓ DE TODO PECADO! ¡LA SANGRE DEL SEÑOR JESUCRISTO ME LIMPIÓ DE TODO PECADO! AMÉN.
Cristo les ha recibido en Su Reino, ha perdonado vuestros pecados y con Su Sangre les ha limpiado de todo pecado, porque ustedes le han recibido como vuestro único y suficiente Salvador.
Los que han venido a los pies de Cristo en estos momentos, me dirán: “Quiero ser bautizado en agua lo más pronto posible, porque Cristo dijo: ‘El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado,’ (San Marcos, capítulo 16, versos 15 al 16). ¿Cuándo me pueden bautizar?” Es la pregunta desde lo profundo de vuestro corazón.
Por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón, y lo han recibido como vuestro Salvador, bien pueden ser bautizados; y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento.
El mismo Cristo fue bautizado por Juan el Bautista. Cuando él no lo quería bautizar, Cristo le dice a Juan: “Nos conviene cumplir toda justicia,” y Cristo mismo es el que dice: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo.” Es un mandamiento de Jesucristo nuestro Salvador.
Por eso desde los tiempos de los apóstoles, todos los que han estado viniendo a los pies de Cristo han estado siendo bautizados también en agua, en el Nombre del Señor; y Cristo los ha bautizado con Espíritu Santo y Fuego, y ha producido el nuevo nacimiento en esas personas creyentes en Cristo; así es en nuestro tiempo también.
Cuando la persona recibe a Cristo como Salvador, muere al mundo; y cuando el ministro lo sumerge en las aguas bautismales, tipológicamente está siendo sepultado; y cuando lo levanta de las aguas bautismales, está resucitando a una nueva vida: a la vida eterna con Cristo en Su Reino eterno. Por eso es que en el bautismo en agua, la persona se está identificando con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección.
Por lo tanto, bien pueden identificarse con Cristo siendo bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo; para lo cual dejo al ministro aquí y también en cada Iglesia o nación en donde están conectados con esta transmisión, para que les indique cómo hacer para ser bautizados en agua los que han recibido a Cristo hoy como vuestro único y suficiente Salvador; y nos continuaremos viendo eternamente en el Reino de Cristo nuestro Salvador.
Continúen pasando todos, una tarde feliz; y nos vemos el próximo domingo, Dios mediante. Que Dios les bendiga y les guarde a todos.
“EL PODER DE JESÚS.”