El Mensajero a Israel

Muy buenas tardes, ministros compañeros en el Cuerpo Místico de Cristo nuestro Salvador; es una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.

Leemos en Apocalipsis, capítulo 7, versos 1 al 8, donde nos dice:

“Después de esto vi a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol.

Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo; y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar,

diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios.

Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel.

De la tribu de Judá, doce mil sellados. De la tribu de Rubén, doce mil sellados. De la tribu de Gad, doce mil sellados (y así sigue enumerando 12.000 sellados de cada tribu)”.

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

“EL MENSAJERO A ISRAEL”.

Aquí tenemos un cuadro como el que vimos en el Antiguo Testamento: Capítulo 9 de Ezequiel:

“Clamó en mis oídos con gran voz, diciendo: Los verdugos de la ciudad han llegado, y cada uno trae en su mano su instrumento para destruir.

Y he aquí que seis varones venían del camino de la puerta de arriba que mira hacia el norte, y cada uno traía en su mano su instrumento para destruir. Y entre ellos había un varón vestido de lino, el cual traía a su cintura un tintero de escribano; y entrados, se pararon junto al altar de bronce.

Y la gloria del Dios de Israel se elevó de encima del querubín, sobre el cual había estado, al umbral de la casa; y llamó Jehová al varón vestido de lino, que tenía a su cintura el tintero de escribano,

y le dijo Jehová: Pasa por en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén, y ponles una señal en la frente a los hombres que gimen y que claman a causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de ella.

Y a los otros dijo, oyéndolo yo: Pasad por la ciudad en pos de él, y matad; no perdone vuestro ojo, ni tengáis misericordia”.

En este pasaje podemos ver al Varón vestido de lino con el tintero de escribano en Su cintura; ese es el Espíritu Santo.

Jerusalén iba a ser destruida más adelante. En otras ocasiones había sido destruida, pero ahora esto va a tener el pleno cumplimiento en la destrucción que el general romano Tito Vespasiano va a llevar a cabo.

Y el Varón vestido de lino con el tintero de escribano en Su cintura, siendo el Espíritu Santo, primero tiene que sellar a los que van a escapar; eso lo hizo el Espíritu Santo el Día de Pentecostés, y de ahí en adelante comenzó a sellar personas con el bautismo del Espíritu Santo.

Y luego, cuando vino la destrucción para Jerusalén, en el año 70 de la era cristiana, esas personas que habían recibido el Espíritu de Cristo, los cuales vinieron a ser creyentes en Cristo, encontramos que tenían la orden de parte de Cristo de que cuando vieran a Jerusalén cercada de ejércitos, entendieran que había llegado el tiempo de la destrucción de Jerusalén y huyeran de Jerusalén, se fueran de Jerusalén, porque había llegado el tiempo para su destrucción; o sea que había llegado el tiempo para el cumplimiento de San Lucas, capítulo 19, versos 41 en adelante, donde dice:

“Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella,

diciendo: ¡Oh, si también tú conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Mas ahora está encubierto de tus ojos.

Porque vendrán días sobre ti, cuando tus enemigos te rodearán con vallado, y te sitiarán, y por todas partes te estrecharán,

y te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación”.

Vean, Cristo está profetizando de acuerdo a como Ezequiel había también profetizado, y otros hombres de Dios, como el profeta Daniel en el capítulo 9 había dado a conocer que el Ángel Gabriel le había revelado todas esas cosas que iban a suceder, y que a la mitad de la semana número setenta le sería quitada la vida al Mesías, y luego de eso el templo sería destruido.

Vean, todo eso estaba en la profecía bíblica, y Jesús dio a conocer que esas cosas iban a suceder por cuanto no conocieron el tiempo de Su Visitación, de la Visitación Divina en carne humana, en la persona de Jesús; era Emanuel: Dios con nosotros, Dios en medio de Su pueblo Israel.

Y ahora, podemos ver lo que pasó en aquel tiempo: el templo físico fue destruido. Recuerden que en San Mateo 24 le preguntan a Cristo, verso 1 en adelante, cuándo serán estas cosas: “¿Cuándo serán estas cosas? ¿Qué señal habrá de Tu Venida y del fin del mundo?”. Tres preguntas en una le hacen a Cristo, las cuales Cristo contesta a Sus discípulos.

Ahora, encontramos que eso fue para la Primera Venida de Cristo y venida, luego, del Espíritu Santo sobre los creyentes de la Primera Venida de Cristo, los cuales recibieron y se comenzó a recibir la parte espiritual del Programa de Redención; comenzaron, y todavía se continúa recibiendo la parte de la adopción en la esfera espiritual.

Pero tenemos la promesa que también viene la adopción en la parte física, en donde los creyentes en Cristo van a ser transformados, los que estén vivos; y los que han muerto físicamente van a ser resucitados en cuerpos eternos. Y, vean ustedes, eso es para la Segunda Venida de Cristo.

Así como hubo un precursor allá, Dios envió un precursor en este tiempo final, el cual reconocemos como el reverendo William Branham; y conforme a como él dijo que será la Venida del Señor, así se va a cumplir; como se cumplió la Primera Venida de Cristo, se cumplió como Juan el Bautista dijo que sería, y lo identificó.

Y ahora, así como pasó allá, que fueron sellados antes de la destrucción de Jerusalén los que escaparían de aquel juicio, para este tiempo final encontramos que Apocalipsis, capítulo 7, señala que habrá un Ángel, un mensajero que viene con el Sello del Dios vivo, un mensajero que sube de donde nace el sol, y vendrá con el Sello del Dios vivo, con el Espíritu Santo, para llamar y juntar 144.000 hebreos, 12.000 de cada tribu.

Ese es el único que podrá llevar a cabo esa labor, porque vendrá con el Sello del Dios vivo, con el Espíritu Santo; y por consiguiente, eso será la Obra del Espíritu Santo prometida para el Día Postrero para con los judíos o los hebreos, para llamar las reliquias, esos escogidos del pueblo hebreo que vendrán a ser los que ayudarán a la Iglesia, los que estarán siempre siguiendo también al Cordero, y serán, como nos dice el capítulo 14 [Apocalipsis]:

“Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente (y el Nombre de su Padre escrito en la frente).

Y oí una voz del cielo como estruendo de muchas aguas, y como sonido de un gran trueno; y la voz que oí era como de arpistas que tocaban sus arpas.

Y cantaban un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro seres vivientes, y de los ancianos; y nadie podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de entre los de la tierra.

Estos son los que no se contaminaron con mujeres (o sea, con grupos religiosos), pues son vírgenes. Estos son los que siguen al Cordero por dondequiera que va. Estos fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero;

y en sus bocas no fue hallada mentira, pues son sin mancha delante del trono de Dios”.

Ahí están los 144.000, que fueron llamados y sellados con el Sello del Dios vivo. No pertenecen a la Iglesia-Novia del Señor Jesucristo, por eso es que tienen que pasar por la gran tribulación y morir; y luego, al final de la gran tribulación, resucitarán para estar en el Reino Milenial con Cristo y Su Iglesia, haciendo la labor como los eunucos en un palacio asisten a la reina.

Es importante ese grupo, pero el grupo más importante es el de la Iglesia-Novia del Señor Jesucristo, porque Ella es la Reina y Cristo es el Rey. Los 144.000 son como eunucos que le servirán en el Reino del Mesías.

Ellos han de escuchar —en su debido tiempo— lo que de parte de Dios estará siendo hablado por el Ángel que viene con el Sello del Dios vivo; y será un llamado directamente de Dios por medio del Espíritu de Dios, en donde los ministerios de los Ángeles del Hijo del Hombre, que son enviados con Gran Voz de Trompeta para llamar y juntar a los escogidos, a los 144.000 de San Mateo, capítulo 24, verso 31, vean, son los ministerios de Moisés y Elías, que estarán operando para el llamado de 144.000 hebreos.

Por eso es que en Apocalipsis aparecen los ministerios de Moisés y Elías luego del capítulo 10 de Apocalipsis, en el capítulo 11, aparece ya el ministerio profético operando; pero en el capítulo 10, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo, que es Cristo, el Ángel del Pacto, viene con el Librito abierto en la mano para traerlo a Su Iglesia y entregarlo a la persona correspondiente para que lo dé a conocer a Su Iglesia; y esto es luego que Cristo haya terminado Su labor de Intercesión en el Cielo, o sea, hasta que haya entrado hasta el último escogido al Cuerpo Místico de Cristo.

En el tiempo del reverendo William Branham y a través del reverendo William Branham se cumplió tipológicamente esto; o sea, vino a ser tipo, lo que sucedió allá, de lo que Dios va a hacer en este tiempo final; se estuvo reflejando. Por eso, para que se reflejara todo lo que Dios va a hacer en este tiempo final, tuvo que estar en él operando el Espíritu Santo la Tercera Etapa; y él habla de tres partes que tiene la Tercera Etapa, y dice que ya dos se cumplieron. La página 471 del libro de Los Sellos al final…; y él está hablando ahí de la Visión de la Carpa.

Entonces, cuando él está tratando de colocar el hilo o gabete del zapatito de bebé, que representa la séptima edad, la edad pentecostal, y no podía, el Ángel le dice: “Estás tratando, pero estás haciéndolo mal”; y viró, y entonces vio que por el otro lado era que estaba con un metal envuelto, reducido para poder entrar, como los gabetes o cordones de los zapatos, que las puntas tienen algo plástico o de metal para que puedan entrar. Entonces le dice la Voz:

[161]. En eso la Voz me dijo: ‘No puedes enseñarles las cosas sobrenaturales a los bebés pentecostales. ¡Déjalos!’. Entonces me alzó y me colocó en un lugar muy elevado, donde había una reunión, y parecía una carpa o una especie de catedral. Yo miré, y así a un lado parecía que había una cajita, un lugar pequeño (si es una Carpa gigante, un cuartito parece una cajita de fósforos). Y esa luz que ustedes ven sobre la fotografía estaba hablando con alguien más arriba de donde yo estaba”.

Si estaba más arriba… Vean que él fue subiendo de etapa en etapa, de dimensión en dimensión, y subió de la edad o etapa – a la edad o etapa pentecostal, y de ahí subió más arriba; pero luego de ahí, allá arriba fue que vio una gran Carpa Catedral.

[161]. Y esa luz que ustedes ven sobre la fotografía estaba hablando con alguien más arriba de donde yo estaba (o sea, a alguien más le estaba hablando)”.

Le habló a cada mensajero en cada edad, siempre subiendo más arriba, de edad en edad, hasta que sube ahí a lo más alto del Cuerpo Místico de Cristo, que es la Edad de Oro de la Iglesia.

Ya salió de la séptima edad. Hay que buscar dónde está la Columna de Fuego en el Cuerpo Místico de Cristo. No está en la primera edad, no está en la segunda, tercera, cuarta, quinta o séptima edad. Ha estado subiendo hasta que le corresponde colocarse en la parte más alta de la Iglesia del Señor Jesucristo, que corresponde al Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, la Edad de Oro, la Edad de la Piedra Angular, la Edad de Corona, que corona a la Iglesia.

A la pirámide de Egipto no le pusieron la piedra angular, y a la Dispensación de la Ley no le pusieron la Piedra Angular; la rechazaron. A la Iglesia del Señor Jesucristo le es colocada la Piedra Angular en el Día Postrero: eso es la Venida del Señor con todo el Programa que Él tiene para llevar a cabo en esa parte de Su Cuerpo Místico de creyentes.

Y por consiguiente, toda promesa que fue hecha para ser cumplida en la Iglesia, y no fue cumplida, corresponde a este tiempo final.

Por consiguiente, todas las promesas correspondientes al Día Postrero para la Iglesia, serán llevadas a cabo en la Edad de Oro de la Iglesia; ya no en una edad pasada, ni en la primera, segunda, tercera, cuarta, quinta, sexta o séptima edad. Él pasó por esas edades e hizo la Obra correspondiente a cada edad por medio del mensajero de cada edad.

Para nuestro tiempo la promesa es que Dios enviará Sus Ángeles con Gran Voz de Trompeta y juntarán a Sus escogidos. No hay otro lugar donde los puede enviar, sino a la edad que está vigente en nuestro tiempo: la Edad de Oro de la Iglesia del Señor.

Y la Venida del Señor, la Venida del Hijo del Hombre, fue parcialmente manifestada a través del reverendo William Branham. Ya esa etapa pasó, fue la etapa que precursó todo lo que Dios estará haciendo en nuestro tiempo.

Así como Cristo se reflejó en los profetas, de Adán en adelante, tanto Su Primera Venida como Su Segunda Venida: Cristo se ha reflejado, tanto Su Primera Venida como Su Segunda Venida, desde Adán hasta el reverendo William Branham. Para este tiempo final Él va a cumplir lo que corresponde a nuestro tiempo.

Algunas personas pueden pensar que el reverendo William Branham tiene que resucitar para cumplir lo que fue dicho que él iba a hacer.

Esto es un caso como el del profeta Elías Tisbita, al cual Dios le dijo allá en el monte Sinaí o monte Horeb, que descendiera y fuera; fue con la voz del silbo apacible que le dijo que fuera y ungiera a Hazael por rey de Siria, a Jehú por rey de Israel y a Eliseo por profeta en lugar suyo[1].

Elías bajó del monte, y mientras iba de camino pasó por donde estaba la hacienda donde vivía Eliseo; allí se detuvo, echó su manto sobre Eliseo, y Eliseo le dice: “Espera que yo vaya y me despida de mi familia, y te seguiré”. Elías le dice: “¿Qué te he hecho yo?”[2].

Luego, más adelante, cuando Dios quiso llevarse a Elías, ya Eliseo lo sabía; tuvo un buen entrenamiento de no sabemos cuánto tiempo para el ministerio que Dios había colocado en él. Si iba a ser profeta en lugar de Elías, sucesor de Elías, ¿con quién era la persona con la cual podía aprender mejor? Pues con el profeta Elías.

Y ahora, encontramos que cuando ya tiene que irse Elías, no había ungido a Hazael por rey de Siria, no había ungido tampoco a Jehú por rey de Israel; solamente estaba Eliseo con él, en unos días, no sabemos cuánto tiempo, y luego… y visitando los grupos de los hijos de los profetas; o sea que lo relacionó bien, lo presentó bien, le preparó bien el camino. Ese era el más importante que él tenía que preparar.

Y luego que tiene que ir a cierto lugar, porque Dios le dice: “Ve a tal lugar”. Y le dice a Eliseo: “Quédate aquí”; o sea, que se quedara allí con los hijos de los profetas. Iba a estar bien, pero no mejor que con Elías, no mejor que con su maestro.

Le dicen a Eliseo los hijos de los profetas: “¿Sabes que hoy va a quitar de en medio de ti, Dios, a Elías?, ¿a tu señor?”. Eliseo les dice: “Sí, ya yo lo sé, ¡shh…!, guarden silencio”.

Pasan a otro lugar, Elías visita a los hijos de los profetas de ese otro lugar, lo van a recibir, y ahí reciben también a Eliseo; y Dios le dice a Elías: “Ve al Jordán”; y Elías le dice a Eliseo que se quedara allí. Los hijos de los profetas vuelven (los de ese otro lugar también lo sabían, que Elías se iba ese día), le dicen a Eliseo: “¿Sabes que hoy Dios quitará a tu señor de en medio de ti?”. Eliseo les dice: “Sí, ya lo sé, guarden silencio”.

Y Elías le dice: “Dios me envía al Jordán, quédate aquí”.

Es como decirle: “Quédate aquí, te quedas descansando, puedes comer bien, tranquilito, te van a atender bien”. Pero Eliseo no estaba buscando estar bien; lo que él quería era estar al lado de Elías, siguiendo a Elías. Para eso había nacido, para ser el sucesor de Elías.

Y cuando van de camino, Eliseo le dice: “No, yo no te dejaré. Dondequiera que tú vayas yo voy a ir contigo, no te dejaré”. Está hablando como Rut la moabita: “No me ruegues que te deje porque no te dejaré. Donde tú vayas yo iré contigo. Tu pueblo será mi pueblo, tu Dios será mi Dios; y donde tú mueras, allí moriré yo también”[3].

Eliseo no iba a dejar a Elías; y recuerden que Elías también tipifica a Cristo, y Eliseo representa a la Iglesia del Señor Jesucristo: La Iglesia no va a dejar a Elías.

Y ahora, cuando le toca pasar el Jordán a Elías, le dice: “Pide lo que tú quieras que yo haga”. (Vamos a chequear aquí, Miguel, esto está… el paso del Jordán, para ver la parte de… si fue antes de cruzar el Jordán; por ahí por el 18 al 19 de Primera de Reyes; cuando Elías le pregunta a Eliseo que le pida lo que él quiera)… Segunda de Reyes 2:9.

“Aconteció que cuando quiso Jehová alzar a Elías en un torbellino al cielo, Elías venía con Eliseo de Gilgal.

Y dijo Elías a Eliseo: Quédate ahora aquí, porque Jehová me ha enviado a Bet-el. Y Eliseo dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré. Descendieron, pues, a Bet-el.

Y saliendo a Eliseo los hijos de los profetas que estaban en Bet-el, le dijeron: ¿Sabes que Jehová te quitará hoy a tu señor de sobre ti? Y él dijo: Sí, yo lo sé; callad.

Y Elías le volvió a decir: Eliseo, quédate aquí ahora, porque Jehová me ha enviado a Jericó. Y él dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré. Vinieron, pues, a Jericó.

Y se acercaron a Eliseo los hijos de los profetas que estaban en Jericó, y le dijeron: ¿Sabes que Jehová te quitará hoy a tu señor de sobre ti? El respondió: Sí, yo lo sé; callad.

Y Elías le dijo: Te ruego que te quedes aquí, porque Jehová me ha enviado al Jordán. Y él dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré. Fueron, pues, ambos.

Y vinieron cincuenta varones de los hijos de los profetas, y se pararon delante a lo lejos; y ellos dos se pararon junto al Jordán.

Tomando entonces Elías su manto, lo dobló, y golpeó las aguas, las cuales se apartaron a uno y a otro lado, y pasaron ambos por lo seco.

Cuando habían pasado, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí.

Él le dijo: Cosa difícil has pedido. Si me vieres cuando fuere quitado de ti, te será hecho así; mas si no, no.

Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino”.

El rapto de Elías, vean ustedes, era un y en un Programa Divino; y Eliseo tenía que ver a Elías siendo raptado para que viniera una doble porción sobre él. Ahora, encontramos a Eliseo atento a todo lo que hacía y decía Elías; y para donde Elías iba, para ahí iba también Eliseo.

Es importante, ya que era que Elías iba a ser raptado; y nos habla también que para este tiempo habrá un rapto: carros de fuego, carros de a caballo, carros de fuego llevarán a la Iglesia-Novia del Señor Jesucristo.

Ahora, el ministerio de Elías por quinta ocasión está ligado al pueblo hebreo, y el ministerio de Moisés nuevamente; porque esos son los ministerios de los Ángeles del Hijo del Hombre enviados para llamar y juntar 144.000 hebreos. Eso es conforme al capítulo 7 de Apocalipsis, y capítulo 14; y San Mateo, capítulo 24, verso 31.

El reverendo William Branham dice que lo que es el Séptimo Sello para la Iglesia, es la Séptima Trompeta para Israel, que son Moisés y Elías[4]. Ellos son los que suenan la Trompeta para llamar y juntar 144.000 hebreos, vienen con la Gran Voz de Trompeta para llamar a Israel.

Y siendo que lo que es la Séptima Trompeta para los judíos y el Sexto Sello para los judíos, es también el Séptimo Sello para la Iglesia del Señor Jesucristo. Si es lo mismo, quienes tengan el Séptimo Sello, sin saberlo van a tener el Sexto Sello con ellos y van a tener la Séptima Trompeta también; pero primero le toca a la Iglesia del Señor Jesucristo, y luego, de ahí vendrá la bendición para Israel.

Israel está esperando a Elías, Elías vendrá por quinta vez.

Por lo tanto, Israel está a la expectativa. Ya ustedes han visto bastantes cosas sucediendo, y continuarán sucediendo hasta que se complete todo el Programa Divino.

La Iglesia del Señor Jesucristo tiene que estar lista y obtener la resurrección de los muertos creyentes en Cristo y la transformación de los vivos, para poder salir de esta dimensión terrenal. Por lo tanto, lo primero es la Iglesia del Señor Jesucristo, y luego el pueblo hebreo.

El Ángel de Apocalipsis, capítulo 10, es el Mensajero a Israel, es el Ángel del Pacto, es Cristo, el mismo que les dio la Ley en el monte Sinaí; pero Él viene por Su Iglesia en Su Venida, para la transformación de los vivos y la resurrección de los creyentes que han partido; para lo cual tiene que darle la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero; lo cual está prometido que será en el cumplimiento de la Visión de la Carpa, en donde la Tercera Etapa, esa tercera parte de la Tercera Etapa…; porque la Tercera Etapa tiene tres partes: dos ya se cumplieron en el reverendo William Branham.

Pero el reverendo William Branham dice: “Pero hay una…”. En “El Séptimo Sello”, página…, en el libro de Los Sellos, página 471, dice:

162. Y allá en el Cañón Sabino, Él me dijo: ‘Esta es la Tercera Etapa’”.

O sea, la Espada es la Palabra. O sea, es la labor o lo que es hecho con la Palabra, la Espada del Rey, la Espada de Dios, la Espada de Cristo, el Rey de los Cielos y de la Tierra, que es Su Palabra siendo colocada en la mano, en la boca, de un hombre; y él hablando y las cosas ocurriendo; es la Palabra creadora.

162. Y allá en el Cañón Sabino, Él me dijo: ‘Esta es la Tercera Etapa’. Hay tres cosas muy grandes que acompañan la Tercera Etapa. Una de ellas se abrió ayer, otra hoy, y queda una cosa que no puedo interpretar, porque está en un idioma desconocido”.

Por lo tanto, las otras dos anteriores fueron en inglés, la tercera parte de la Tercera Etapa es en otro idioma. En las primeras dos partes de la Tercera Etapa, de esa Tercera Etapa, fueron hablando la Palabra creadora ¿en qué idioma? En inglés. Pero ahora la última parte de la Tercera Etapa está en un idioma que él no conocía, no era su idioma:

[162]. Una de ellas se abrió ayer, otra hoy, y queda una cosa que no puedo interpretar, porque está en un idioma desconocido (porque está en un idioma desconocido). Pero estuve allí parado, y lo miré directamente; y esta es la Tercera Etapa, lo que viene. Y el Espíritu Santo de Dios… (O sea que es el Espíritu Santo llevando a cabo esa Obra, llevando a cabo esa Tercera Etapa, lo que viene). ¡Oh, hermano! ¡Por eso fue que todo el Cielo estuvo en silencio!”.

Está ligado a lo que causó silencio en el Cielo por media hora, de Apocalipsis, capítulo 8, verso 1: cuando el Séptimo Sello fue abierto hubo silencio en el Cielo como por media hora.

Para que el misterio del Séptimo Sello sea conocido, el cual fue abierto en el Cielo, tiene que, esa tercera parte de la Tercera Etapa, estar hablando en ese idioma desconocido, hablando, revelando ese misterio, revelando los Siete Truenos. Eso será los Siete Truenos hablando, la Voz de Cristo, el Ángel Fuerte, el Espíritu Santo, hablando en medio de Su Iglesia y dando a conocer todas estas cosas que corresponden a esa tercera parte de la Tercera Etapa.

Y la Tercera Etapa será en… esa parte de la Tercera Etapa será en una Gran Carpa Catedral. No la puede desligar de la Visión de la Carpa que le fue mostrada al reverendo William Branham.

Por lo tanto, el Séptimo Sello y la Séptima Trompeta será lo mismo, dice el reverendo William Branham. Lo mismo que es el Séptimo Sello para la Iglesia, es la Séptima Trompeta para Israel; y por consiguiente, lo mismo que es el Séptimo Sello para la Iglesia, es el Sexto Sello para Israel.

Por lo tanto, la pregunta es: ¿Cuándo se va a cumplir esa Tercera Etapa en toda su plenitud? El reverendo William Branham dijo que será en cierto lugar, en una Gran Carpa Catedral. Si él lo dijo, siendo el precursor del Séptimo Sello, siendo el precursor de la Venida del Hijo del Hombre, de la Venida del Señor con Sus Ángeles, con Moisés y Elías, entonces oramos para que pronto esté hecha una realidad la Visión de la Carpa, donde tenemos la promesa de que habrá una manifestación grande de parte de Dios.

En la página 471 les había leído que el reverendo William Branham fue llevado más arriba, a una dimensión más alta, y ahí vio una Gran Carpa Catedral y todas las cosas que estaban pasando ahí; y él dice: “Hay una cosa que no pude interpretar porque está en un idioma desconocido”; y dice que es el Espíritu Santo de Dios; o sea que ahí está el Espíritu Santo hablando, estará hablando en otro idioma; Él conoce todos los idiomas.

Él estará en el Día Postrero hablando como habló en cada edad, habló en diferentes idiomas. ¿Por qué? Porque habló en el idioma del mensajero de cada edad. Y si el Séptimo Sello en la Tercera Etapa (la Tercera Etapa y la tercera parte de la Tercera Etapa) es en otro idioma, entonces, si es en otro idioma alguien tiene que estar hablando en otro idioma; y será el Espíritu Santo a través de otro idioma que estará hablando el instrumento que Él tenga para esa labor (ahí está más sencillo para entender).

Bueno, ha sido para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de estas cosas que están prometidas para suceder.

“EL MENSAJERO A ISRAEL”.

Cristo el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo, el cual siempre usa instrumentos, hombres; y el idioma del hombre que esté usando, será el idioma a través del cual el Espíritu Santo va a estar hablando las cosas correspondientes a la labor que estará haciendo a través de ese hombre.

“EL MENSAJERO A ISRAEL”.

Pero Él no viene por ellos, viene por Su Iglesia, por lo tanto estará hablándole primero a Su Iglesia; y eso será la Voz de Apocalipsis, capítulo 10, hablando como león, y siete truenos emitiendo sus voces; y los Truenos son los que tienen el secreto, la revelación del Séptimo Sello.

Para poder obtener el conocimiento, la revelación, del Séptimo Sello, estaremos escuchando la Voz del Ángel Fuerte que desciende del Cielo, la Voz de Cristo, el Espíritu Santo, en otro idioma que no será inglés, en otro idioma en el cual no había hablado a través de los mensajeros de las edades; y estará abriendo el misterio del Séptimo Sello, el misterio de la Venida del Ángel Fuerte que desciende del Cielo, el misterio del Mensajero a Israel.

Que Dios les bendiga y les guarde a todos, y les use grandemente en Su Obra en este tiempo final; y en la noche estaremos nuevamente aquí con ustedes para el tema correspondiente que tiene que ver con el mensaje.

El mensaje: “EL QUE TENGA OÍDOS PARA OÍR, OIGA LO QUE EL ESPÍRITU DICE A LAS IGLESIAS”. O sea, oiga lo que el Espíritu Santo, lo que el Ángel del Pacto, lo que el Ángel de Apocalipsis 10, que es el Espíritu Santo y que es Cristo el Mensajero a Israel, dice. “EL QUE TENGA OÍDOS PARA OÍR, OIGA LO QUE EL ESPÍRITU DICE A LAS IGLESIAS”.

Que Dios les bendiga y les guarde, y continúen pasando una tarde feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador.

Dejo con ustedes al reverendo Miguel Bermúdez Marín nuevamente.

“EL MENSAJERO A ISRAEL”.

[Revisión agosto 2024]

[1] 1 Reyes 19:1-16

[2] 1 Reyes 19:19-21

[3] Rut 1:16-17

[4] Citas, pág. 128, párr. 1143

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