PALABRAS DE CONDOLENCIA POR LA PARTIDA DE
ROBERTO SOTO SANTIAGO
Dr. William Soto Santiago
Sábado, 22 de noviembre de 2014
Cali, Colombia
Señoras y señores, amigos y amigas, vecinos y familiares nuestros; en nombre de la familia Soto Santiago les expreso mi agradecimiento por estar acompañándonos en estos momentos de dolor por la partida de nuestro hermano Roberto Soto; y expreso mis condolencias a mis hermanas Nereida y Delia, y a los sobrinos y sobrinas nuestras. Que Dios nos fortalezca por la partida de nuestro hermano; y mi agradecimiento a todos ustedes, amigos y amigas que nos acompañan en esta ocasión, en estos momentos de dolor para nuestra familia Soto Santiago.
Estamos conscientes de que la vida aquí en el planeta Tierra es temporal y de muchos problemas y sufrimientos en el ser humano, pero hay una esperanza de la cual Job habló y preguntó: “Si el hombre muriera, ¿volverá a vivir?” Eso está en el capítulo 14, verso 14, del libro de Job; y en el capítulo 19, verso 25, dice: “Yo sé que mi Redentor vive; después de muchos días en mi carne he de verlo.” Por lo tanto, después de esta vida terrenal se sigue viviendo, y hay esperanza para el ser humano.
Sabemos que la persona pasa a otra dimensión a descansar, porque ya terminó su tiempo que Dios le estableció para vivir en esta Tierra, en el cual buscaría a Dios, escucharía la Palabra de Dios, y tendría la oportunidad de la vida eterna.
Miren cómo dice Job en el capítulo 19, verso 25 en adelante:
“Yo sé que mi Redentor vive,
Y al fin se levantará sobre el polvo;
Y después de deshecha esta mi piel,
En mi carne he de ver a Dios;
Al cual veré por mí mismo,
Y mis ojos lo verán, y no otro,
Aunque mi corazón desfallece dentro de mí.”
El ser humano no termina su vida cuando muere su cuerpo físico, continúa viviendo en cuerpo espiritual en otra dimensión. Por lo tanto, sabemos que nuestro hermano Roberto Soto ha pasado a otra dimensión; y el cuerpo donde vivió, su casa terrenal, ha terminado sus días aquí en la Tierra.
Por lo tanto, siendo creyentes en Cristo sabemos que algún día lo volveremos a ver y lo tendremos con nosotros, como dice el reverendo Branham cuando le fue dicho: “Todo lo que tú has amado y todos los que te han amado te han sido dados a ti.”
Por lo tanto, Dios nos da a nuestros familiares para vivir eternamente con nosotros en el Reino de Dios. Esa es una esperanza bíblica para todos los creyentes en Cristo con relación a sus familiares.
Por lo tanto, Nereida y Delia, sobrinos y sobrinas, e hijos de Roberto, consolaos en estas palabras. Lo que murió fue el cuerpo físico, pero él continuó viviendo en un cuerpo espiritual en otra dimensión, y algún día lo volveremos a ver.
Muchas gracias a todos los presentes por acompañarnos en estos momentos de dolor; y que Dios los bendiga a todos.