La Edad Mesiánica

Muchas gracias, misionero Miguel Bermúdez Marín. Muy buenas tardes para todos, compañeros ministros en el Cuerpo Místico de Cristo nuestro Salvador. Es para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos minutos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.

Aprecio mucho el respaldo que le están dando al proyecto de la Gran Carpa Catedral en Puerto Rico; ya creo que escucharon al reverendo José Benjamín Pérez.

Ahora, leemos en Isaías, capítulo 61, versos 1 al 3, que dice:

“El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel;

a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados;

a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya”.

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

“LA EDAD MESIÁNICA”. Es nuestro tema para esta ocasión.

Este pasaje nos habla de la Venida del Mesías y marca el ciclo divino de la Venida del Mesías, que es la Edad de Piedra Angular.

En los días de Juan el Bautista, que fue el mensajero precursor de la Primera Venida de Cristo, de la Venida del Mesías, se estaba viviendo la séptima edad de la Iglesia hebrea bajo la Ley, con Juan el Bautista como el precursor y mensajero de aquella etapa de la Iglesia hebrea bajo la Ley; y luego, él con su Mensaje preparó al pueblo para que le dieran la bienvenida al Mesías cuando fuera presentado a Israel, el cual tenía que ser presentado por Juan con su Mensaje, que había recibido de parte de Dios.

Y cuando en una ocasión está hablando de la Venida del que vendrá después de él, él dice: “Yo no lo conocía”[1]. Sin embargo lo conocía. Era humanamente descendiente de la casa de David, era nacido a través de la virgen María[2], que era parienta de la madre de Juan el Bautista, Elisabet[3]; pero él no conocía que la Venida del Mesías se cumpliría en un familiar suyo.

O sea que podían decir que eran hermanos, eran familia; y pensemos, María representa a la Iglesia del Señor Jesucristo. El precursor era de una familia religiosa también, era un creyente en el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, hijo de un sacerdote.

Ahora, Juan el Bautista estaba precursando la Venida del Mesías y no sabía que era Jesús. Quizás habían jugado cuando niños, pero él no sabía que se iba a cumplir la Venida del Mesías en su pariente.

Juan el Bautista predicó preparándole el camino al Señor lleno del Espíritu Santo, el cual había recibido cuando la virgen María visitó a Elisabet allá en las montañas de Judea[4]. La Escritura decía que el Ángel Gabriel le dijo a Zacarías que el niño que tendrían sería lleno del Espíritu Santo aun desde el vientre de su madre[5].

Ahora, Juan anunciaba que vendría el Mesías, y en una ocasión dijo: “Entre vosotros está uno, el cual no conocéis”[6]. “Yo les bautizo con agua pero Él los bautizará con Espíritu Santo y Fuego”[7].

O sea que en los días de Juan el Bautista, siendo él el precursor, él entendió que iba a venir el Mesías, que iba a cumplirse la Venida del Mesías en esos días. El Mensaje del precursor es el que prepara al pueblo, el Mensaje del precursor es el que presenta al Mesías; y se cumple la Venida del Mesías conforme al Mensaje que trae el precursor, el cual está basado en todas las profecías que hablan de la Venida del Mesías para ese tiempo.

Juan, cuando escucha que le dicen: “Mira, ahora el que tú… aquel del cual tú diste testimonio, a Él le siguen más personas que a ti”, Juan dijo: “A Él le conviene crecer, y a mí menguar”. Y también dijo: “El que tiene la Esposa es el Esposo, y al amigo del Esposo le conviene… y el amigo del Esposo se alegra de la Voz del Esposo”[8], o sea, del Mensaje que Cristo estaba predicando, que es la Voz del Esposo para Israel; porque Israel era la Iglesia-Novia de Dios que recibiría la Venida del Mesías.

Recuerde que la Escritura dice que Dios es el Esposo de Israel, su Marido. Ahora, el Marido viniendo en carne humana en la persona de Jesús estaba con la Esposa: Israel, hablándole la Palabra a Israel.

Y Juan se gozaba. Otros quizás ya se llenaban de celo diciendo: “Ahora nosotros estamos siguiendo a Juan, y ahora viene este Jesús a llevar los discípulos a Juan”. Pero tenía que ser así. Los discípulos del precursor están llamados a estar preparados para recibir al que viene después del precursor, escuchar Su Voz y ser preparados en esa etapa o edad mesiánica, que en los días de Jesús era el tiempo de ministerio de Jesús.

Aquella era la Edad Mesiánica, la Edad de Piedra Angular, porque allí estaba el Mesías, y allí estaba, por consiguiente, la Piedra del Ángulo, la Piedra Angular, la cual los edificadores, los líderes religiosos, rechazarían.

Ahora, siendo que en Israel se cumplen las profecías correspondientes a la Primera Venida del Mesías y Su precursor Juan el Bautista, todo lo que sucede con Israel bajo el Pacto Antiguo luego se repite bajo el Nuevo Pacto, en donde se materializa; porque allá tenemos la sombra, el tipo y figura, y luego en el Nuevo Testamento tenemos la realidad de los tipos y figuras.

El pueblo hebreo tenía el cordero pascual, la Iglesia tiene a Cristo, el Cordero Pascual que murió por nosotros. Y así por el estilo, todo lo que Israel tenía en sus sacrificios eran la sombra, el tipo y figura, del Sacrificio de Cristo que sería llevado a cabo allá en el tiempo de la Primera Venida del Mesías, en aquella Edad Mesiánica, en donde tres años y medio de la semana número setenta ya se cumplieron; y faltan tres años y medio de trato con el pueblo hebreo bajo la Edad Mesiánica.

Ahora, para la Iglesia del Señor Jesucristo la Edad Mesiánica es la Edad de la Piedra Angular, en donde aparecerá Cristo, el Ángel del Pacto, para traer – para llevar a cabo la Obra de Reclamo y redención del cuerpo de los creyentes en Cristo que murieron, resucitándolos en cuerpos glorificados, y para transformar nuestros cuerpos para los que estamos vivos en este tiempo final.

Por lo tanto, con paciencia aguardaremos, nos cuidaremos la salud; porque aunque es bueno morir en Cristo (morir siendo un creyente), vivir y continuar viviendo siendo un creyente, y ser transformado sin ver muerte, es mucho mejor, porque nos da tiempo para trabajar más en la Obra del Señor.

Porque los que se van antes, después miran de allá hacia acá y dicen: “¡Qué bueno hubiera sido yo quedarme en la Tierra trabajando!, porque los veo trabajando, llevando a cabo todas estas labores, que si yo estuviera en la Tierra podía también estar trabajando”.

De allá se ve mejor para acá, que lo que acá quizás algunas veces podemos ver. Acá vemos mucho trabajo, ellos ven mucha bendición; y quisieran estar con nosotros pero ya se fueron; ya no pueden hacer nada por nosotros, ni por la Obra; ya su labor en la Obra concluyó.

Pero ahora nosotros tenemos la bendición en la Edad Mesiánica, la Edad de Piedra Angular, para la cual vino el precursor preparando al pueblo para entrar a esa Edad Mesiánica y recibir las bendiciones que hay en esa Edad Mesiánica.

Recuerden que aquellos que entraron a la Edad Mesiánica de los días de Jesús, fueron los que y con los que se comenzó la Dispensación de la Gracia. Y será con los que entran a la Edad Mesiánica de la Edad de Piedra Angular en el Día Postrero, con los que comenzará la Dispensación del Reino y donde se pondrán todos los fundamentos de y para el Reino del Mesías en la Tierra. Tan sencillo como eso.

Ya tenemos allá —en la Primera Venida de Cristo— lo que sucedió, lo cual muestra que habrá una repetición en la Segunda Venida de Cristo, enviando el precursor; el cual ya vino y se fue. Y conforme al Mensaje del precursor será el cumplimiento de la Segunda Venida de Cristo.

La Primera Venida de Cristo fue al pueblo que estaba bajo el Pacto Antiguo, el cual era Israel, el pueblo del Pacto Antiguo, la Iglesia del Antiguo Testamento. Y ahora la Segunda Venida es para la Iglesia del Nuevo Pacto, del Nuevo Testamento. Y como Dios le envió un precursor a la Iglesia del Antiguo Pacto: Juan el Bautista, le envió un precursor a la Iglesia del Nuevo Pacto, el cual fue el reverendo William Branham, en el cual el Espíritu de Dios operó el ministerio de Elías por cuarta ocasión.

¿Y cómo va a ser la Segunda Venida de Cristo? Conforme a como fue dicho por el Espíritu Santo a través del precursor de la Segunda Venida de Cristo; así será la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles en el Día Postrero, así será la Venida del Hijo del Hombre con Moisés y Elías, así será la Venida del Hijo del Hombre en el tiempo final, en la Edad Mesiánica, para la introducción del Milenio. Porque es el Séptimo Sello, la Venida del Señor, la que introduce el Milenio.

Libro de Los Sellos, en la página 464 y 465, dice:

[138]. Debemos recordar que este Séptimo Sello es el fin del tiempo de todas las cosas. Correcto. Las cosas escritas en el Libro de la Redención, sellado desde antes de la fundación del mundo con siete sellos, todo termina. Es el fin de este mundo agitado, el fin de la naturaleza agitada y es el fin de todo. En eso también encontramos el fin de las Trompetas, de las Copas, de la Tierra; y aun es el fin del tiempo. El tiempo termina, así nos lo dice la Biblia en Apocalipsis 10:1-7, donde el Ángel dijo: ‘El tiempo no será más’. Y eso será en el día cuando este gran evento suceda. Allí todo termina.

139. Al final de este Séptimo Sello es el fin de la edad de la Iglesia; es el fin del Séptimo Sello…”.

Es el fin de la edad de la Iglesia y también es el fin del Séptimo Sello.

139. Al final de este Séptimo Sello…”.

Vean, al final. Si tiene un final pues es porque tuvo un principio.

139. Al final de este Séptimo Sello es el fin de la edad de la Iglesia; es el fin del Séptimo Sello, es el fin de las Trompetas, es el fin de las Copas y aun es el fin de la entrada al Milenio. Todo eso está contenido en el Séptimo Sello”.

Y más abajo (en la página 465 del primer párrafo), dice que es como un cohete que es disparado; un cohete de esos de fiestas patronales y navidades, cuando tiran esos cohetes y cuando explotan, tiran muchas estrellitas en el aire, así.

Dice:

[140]. Así es el Séptimo Sello. Allí termina el tiempo para el mundo. Es el fin del tiempo para esto y aquello y todas las cosas. Todo termina con el Séptimo Sello. Ahora, ¿cómo lo va a hacer Dios? Eso es lo que no sabemos, no lo sabemos. En esto será el tiempo para todas estas cosas y la entrada del Milenio”.

O sea que el Séptimo Sello tendrá un comienzo y un final; como la Primera Venida de Cristo y Su ministerio tuvo un comienzo cuando fue bautizado por Juan el Bautista, y comenzó luego de 40 días de ayuno, comenzó Su ministerio; y terminó en la Cruz del Calvario.

Ahora, en la página 472 dice… del libro de Los Sellos:

164. Noten bien el Mensaje del tiempo del fin (este Sello) (O sea, este Séptimo Sello)… Él nos ha revelado los seis Sellos, pero no dice nada del séptimo. El Sello del tiempo del fin, cuando empiece será algo completamente secreto (cuando comience, pero también habla del final del Séptimo Sello) según la Biblia. Pero antes de conocer eso… Recuerden Apocalipsis 10:1-7: que al fin del Mensaje del séptimo ángel TODOS los misterios de Dios serían conocidos. Estamos en el tiempo del fin —la apertura del Séptimo Sello.

165. El domingo pasado, hace una semana hoy, cuando estaba predicando sobre: ‘Sed humildes, sed humildes, recuerden que Dios obra en cosas pequeñas’, en verdad no me daba cuenta de lo que estaba hablando, pero ahora lo veo bien. Será de una manera tan humilde. Uno pensaría que una cosa tan tremenda sería revelada allá en el Vaticano, pero más bien viene como vino Juan el Bautista, viene como el nacimiento de nuestro Señor, ¡allá en un establo! ¡GLORIA A DIOS! ¡La hora está a la mano! ¡Aquí estamos!”.

O sea que habrá un comienzo de esa etapa del cumplimiento de la Segunda Venida de Cristo, y habrá un final de esa manifestación; tendrá un comienzo y un final. Como la Primera Venida de Cristo en Su ministerio tuvo un comienzo y un final.

Por lo tanto, estemos preparados porque algo grande está prometido para suceder en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo; así como todo lo relacionado a la Primera Venida de Cristo ocurrió en medio del pueblo y con el pueblo que estaba bajo el Pacto correspondiente a aquel tiempo, estaba bajo el Pacto de la Ley.

Y ahora la Segunda Venida de Cristo será con el pueblo que está bajo el Nuevo Pacto, cubierto con la Sangre de Cristo nuestro Salvador; ya no con sacrificios de animalitos, sino con el Sacrificio de Cristo nuestro Salvador.

Estamos en un tiempo muy importante. Ya el precursor vino y se fue. Y así como se fue pasando, allá en el Antiguo Pacto, de una etapa, de una edad a otra, hasta llegar a la edad de Juan el Bautista, séptima etapa, y después pasaron a la etapa de Piedra Angular; y en – bajo el Nuevo Pacto la Iglesia ha estado pasando de edad en edad, subiendo de edad en edad, hasta la etapa del precursor de la Segunda Venida de Cristo, el séptimo mensajero de la Iglesia gentil; y luego de eso viene la etapa de Piedra Angular, a donde hay que subir; porque la Iglesia ha estado subiendo de edad en edad, de una edad a otra va subiendo la Iglesia del Señor Jesucristo nuestro Salvador.

En la página 37… Pienso que todos deben tener el libro de Citas y el libro de Los Sellos y Edades, ya que eso es Mensaje del precursor para todos los creyentes en Cristo, el Mensaje que precursa la Segunda Venida de Cristo; y si usted no lo conoce, usted perderá la bendición de ver en el Día Postrero, en la Edad Mesiánica, la Venida del Señor. Como los que no tenían el Mensaje de Juan el Bautista: perdieron la bendición de la Venida de Cristo dos mil años atrás. En la página 37, párrafo 311, dice [Citas]:

311 – “Ahora fíjese, entonces la Venida del Señor Jesús está tan cerca, a la mano, que el Espíritu desde aquí abajo, solo apenas justificación, santificación, bautismo del Espíritu Santo, y ahora a tiempo de la venida de la Piedra Angular…”.

¿Ve? La edad luterana, la edad wesleyana, va subiendo, la edad pentecostal; y luego la Edad de Piedra Angular.

311 -“… ahora a tiempo de la venida de la Piedra Angular…”.

¿Y a dónde va a venir la Piedra Angular? Pues a la Edad de Piedra Angular, la Edad Mesiánica.

311 -“… LA IGLESIA DEBE SER TAN PERFECTAMENTE COMO CRISTO HASTA QUE CRISTO Y LA IGLESIA PUEDAN UNIRSE JUNTOS, EL MISMO ESPÍRITU. Y si el Espíritu de Cristo está en usted, le HACE VIVIR LA VIDA DE CRISTO, ACTUAR LA VIDA DE CRISTO, HACER LAS OBRAS DE CRISTO. ‘El que creyere en mí, las obras que yo hago también él hará’. Jesús dijo eso, ¿ve? AHORA, VAMOS A TENER… TENEMOS UN MINISTERIO LLEGANDO QUE ES EXACTAMENTE COMO LA VIDA DE CRISTO. ¿QUÉ IDENTIFICA EL MINISTERIO? LA VENIDA DEL SEÑOR. / Mire la iglesia luterana bajo la JUSTIFICACIÓN, viniendo fresco del catolicismo. Mírela, moviéndose. Luego mire a Wesley llegando un poco más cerca a la SANTIFICACIÓN, tejiendo dentro las Escrituras. Mire en medio de Wesley. Luego la cosa siguiente QUE VINO ERA LA EDAD PENTECOSTAL. Y la edad pentecostal con la restauración de los dones, los dones espirituales. AHORA MIRE LA EDAD QUE VIENE AHORA, HACIA ARRIBA A LA PIEDRA ANGULAR”.

¿Quién fue el que habló de la Piedra Angular?, ¿de esa Edad de Piedra Angular? El precursor.

311 -“¿Ve lo que quiero decir? La Venida del Señor, LO MANIFESTADO. DIOS EN TODA CREACIÓN ESPERA QUE LA IGLESIA HALLE SU LUGAR POSICIONALMENTE”.

¿Y cuál es el lugar de la Iglesia para el tiempo final? La Edad Mesiánica, la Edad de Piedra Angular, la Edad de y para la Venida del Señor a Su Iglesia, para darnos la fe para ser transformados y raptados, y llevados a la Cena de las Bodas del Cordero. Esa es nuestra edad.

No somos de la edad luterana, aunque en la edad luterana se reflejó, se reflejaron cosas que serán manifestadas en la Edad Mesiánica. No somos de la edad wesleyana, no somos de la edad pentecostal; por lo tanto, no somos ni luteranos, ni wesleyanos, ni pentecostales. Tan sencillo como eso.

Somos de la Edad Mesiánica, de la Edad de la Piedra Angular, de la edad donde la Venida del Señor está prometida para ser cumplida viniendo como León, como Rey de reyes y Señor de señores, y Juez de toda la Tierra; para reclamar todo lo que Él ha redimido con Su Sangre, y llevar a cabo la redención de nuestro cuerpo, que es la adopción físicamente de nosotros como hijos de Dios, siendo transformados y siendo jóvenes para toda la eternidad, con cuerpos glorificados igual al cuerpo glorificado de nuestro amado Señor Jesucristo; y así tener la semejanza física del Señor.

La imagen es el cuerpo angelical y la semejanza es el cuerpo físico glorificado. Por lo tanto, eso es lo que está prometido para mí, ¿y para quién más? Para cada uno de ustedes también.

Por lo tanto, estemos preparados, que no se nos pase por encima la promesa de la Venida del Mesías en la Edad Mesiánica, la Edad de Piedra Angular.

El reverendo William Branham, en la página 119 del libro de Citas [párrafo 1058], dice que no morirá de viejo sin que Él esté aquí. Él tendría actualmente… ¿como 106 años, Miguel? Hasta nuestro tiempo, 106 años tendría; una edad bastante avanzada. Pero él dice que no moriría de viejo por la edad, sin que Él esté aquí. Para poder captar lo que él pensaba, tenemos que ver cuántos años él pensaba que podía vivir en la Tierra o cuántos años era la cantidad en que el ser humano vive y que él pensaba que podía llegar.

En una ocasión él dice: “Mi padre murió a los tantos años, ya yo pasé de esa edad”; y pensaba… – o sea que estaba cerca su partida.

Entonces es más sencillo lo que es prometido en la Escritura como la Venida del Señor como Rey de reyes, Señor de señores, Juez de toda la Tierra y León de la tribu de Judá.

Pero mañana hablaremos más claro, si podemos hablar, porque eso es el misterio del Séptimo Sello, el cual tiene un momento para ser abierto, para darle la fe a los creyentes para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero; y ese misterio va a ser abierto exclusivamente en el cumplimiento de la Tercera Etapa.

Y el cumplimiento de la Tercera Etapa será en una Gran Carpa Catedral que le fue mostrada al reverendo William Branham[9]; por eso es que deseamos tanto que se haga realidad la Visión de la Carpa, que traerá grandes bendiciones para todos los creyentes en Cristo y luego para el pueblo hebreo también.

“LA EDAD MESIÁNICA”.

Para ver todo lo que está prometido y luego ver a medida que se va cumpliendo, ¿se requiere estar dónde?, ¿en qué edad? En la Edad Mesiánica, la Edad de la Piedra Angular.

Por lo tanto, lo primero es saber dónde nos encontramos, dónde tenemos que estar para ver la Venida del Mesías en el Día Postrero; la Venida del Mesías, la Venida del Ungido con el Espíritu Santo en el Día Postrero.

“LA EDAD MESIÁNICA”.

Ese es el lugar donde tenemos que estar, y esa es la Edad de la Piedra Angular, la Edad del Trono, la Edad del Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo; la edad a donde el Arca del Pacto tenía que ser colocada en el tiempo final, la edad a la cual vendrá Cristo en Su Segunda Venida para habitar en Su Iglesia en toda Su plenitud. Y eso será la Venida del Señor en el Día Postrero.

Así como vino al tabernáculo que construyó Moisés y moró en medio de los querubines de oro, sobre el propiciatorio, que es la tapa del arca del pacto, donde estaba la Palabra del Señor y donde estaban los dos querubines de oro[10].

Y en el templo que construyó Salomón, cuando lo dedicó: vino la presencia de Dios, la Columna de Fuego, el Ángel del Pacto, y habitó sobre el propiciatorio, en medio de los dos querubines de oro[11]; y también estaban dos querubines de madera de olivo gigantes, cubiertos de oro[12], y estaba el arca del pacto con las tablas de la Ley también. Y allí moró Dios.

Allí fue la Venida del Señor, la Venida del Señor al tabernáculo que construyó Moisés, la Venida del Señor al templo que construyó Salomón, la Venida del Señor al monte Sinaí, la cumbre del monte Sinaí también, y la Venida del Señor a Israel, a Jerusalén.

Y la Venida del Señor a Su Iglesia en el Día Postrero: en la cumbre del Monte de Dios, que es la Iglesia del Señor Jesucristo y es la Edad de la Piedra Angular, la Edad Mesiánica del Reino de Cristo, la Edad Mesiánica de y para la Venida del Señor a Su Iglesia.

¿Y cómo sabemos que será en esa edad y no en las edades pasadas? Porque en las edades pasadas no se cumplió la Venida del Señor, sino que es para la Edad de Piedra Angular; así fue representada en el tabernáculo que construyó Moisés, el templo que construyó Salomón. Y por consiguiente, tiene que ser a ese Lugar Santísimo de la Iglesia, que es la Edad de la Piedra Angular, porque las otras siete edades corresponden al Lugar Santo de la Iglesia. Tan sencillo como eso.

“LA EDAD MESIÁNICA”.

Por lo tanto, el Mensaje que saldrá de la Edad Mesiánica será el Mensaje Mesiánico de la Venida del Señor, el Mensaje del Séptimo Sello para todos los creyentes en Cristo, y luego para el pueblo hebreo.

Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta tarde, dándoles testimonio de “LA EDAD MESIÁNICA”.

Mañana estaremos reunidos de nuevo para continuar platicando sobre el Programa Divino para nuestro tiempo, en donde estaremos hablando sobre el tema: “PREPARÁNDONOS PARA ENTRAR A LA TIERRA PROMETIDA”. La tierra prometida del cuerpo físico glorificado, que es la que nos hará aptos para ir a la Cena de las Bodas del Cordero; porque con estos cuerpos físicos no podemos ser transportados a la Cena de las Bodas del Cordero; tiene que ser en un cuerpo glorificado, eterno, inmortal, incorruptible, igual al cuerpo glorificado de Cristo nuestro Salvador.

Que Dios les bendiga y les guarde; y adelante trabajando siempre, y orando, y respaldando el proyecto de construcción de La Gran Carpa Catedral; porque es un proyecto con promesas divinas, está en el Programa de Dios, y que trasciende al Reino de Dios. Y todos seremos recompensados por lo que hagamos en pro del Programa Divino.

Recuerden que las recompensas son de acuerdo a lo que hagamos para el Programa Divino en la Obra del Señor; eso es lo que trasciende en el Reino y al Reino de Dios: las obras que hagamos en pro del Programa de Cristo.

Que Dios les bendiga y les guarde, y continúen pasando una tarde feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador.

Dejo con ustedes al misionero Miguel Bermúdez Marín para continuar, y así terminar nuestra parte; y mañana nos veremos, Dios mediante.

Oren mucho para que Dios nos dé todo lo que necesitamos saber, y nos lo dé a tiempo, para estar preparados para nuestra transformación.

Por aquí tenemos al misionero Miguel Bermúdez Marín a continuación… él se aguanta así porque siempre espera el postre. Es, como decimos algunas veces: es “dulcero”, le gustan mucho los dulces; pero ya yo creo que con lo que hemos hablado es suficiente… Ya de esto les hablaré luego nuevamente, mañana, Dios mediante.

Recuerden que la Primera Venida de Cristo fue en el este, el cual dijo: “Yo soy la luz del mundo”[13], el Sol, la Segunda Venida de Cristo. Así como fue la Primera Venida de Cristo en el este al pueblo del Medio Oriente, Israel; luego la Segunda Venida de Cristo es a Su Iglesia, para la Cena de las Bodas del Cordero. Y la cena siempre es en la tarde. Y el territorio que corresponde a la mañana es Israel, y el que corresponde a la tarde es la América Latina, el continente americano.

Es el continente americano al que le corresponde el tiempo de la tarde; y por eso la bendición de Dios para el tiempo final corresponde al oeste, y por eso la edad nuestra surge ¿dónde? En el oeste.

Que Dios les bendiga y les guarde, y vamos a dejar a Miguel, porque ya el postre se está volviendo más grande que la cena.

Dios te bendiga, Miguel, y… Adelante, Miguel, que Dios te bendiga; y que Dios les bendiga a cada uno de ustedes y les use grandemente en Su Reino en este tiempo final.

Dios te bendiga, Miguel.

“LA EDAD MESIÁNICA”.

[Revisión enero 2024]

[1] San Juan 1:33

[2] San Lucas 1:30-33

[3] San Lucas 1:36

[4] San Lucas 1:39-42

[5] San Lucas 1:5-15

[6] San Juan 1:26

[7] Mt. 3:11, Mr. 1:8, Lc. 3:15-16

[8] San Juan 3:25-30

[9] Citas, pág. 10, párr. 87; pág. 12, párr. 97; pág. 13, párr. 98; pág. 14, párr. 103; pág. 39, párr. 321

[10] Éxodo 25:21-22, 40:34-38

[11] 2 Crónicas 7:1-3

[12] 1 Reyes 6:23-28, 2 Crónicas 3:10-13

[13] San Juan 8:12

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