Las Obras de la Iglesia del Señor Jesucristo

Muy buenas tardes, para todos los presentes y todos los ministros e iglesias en diferentes naciones, y un saludo muy especial para el misionero Miguel Bermúdez Marín; y también para el reverendo Andrés Cruz Gallego, allá en La Voz de la Piedra Angular en Villahermosa, República Mexicana; y a todos los hermanos allá reunidos en la iglesia La Voz de la Piedra Angular en Villahermosa, República Mexicana; y a todas las congregaciones e iglesias y ministros en todos los países que están conectados en esta ocasión.

Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos nosotros, nos abra las Escrituras y el entendimiento para entender. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.

Es para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, ya en el mes de las Navidades; por lo cual, les deseo una Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo 2016.

Siempre, cada año, estamos esperando el cumplimiento de las promesas divinas correspondientes a este tiempo final; por consiguiente estamos esperando la Venida del Señor, la resurrección de los muertos en Cristo que Él llevará a cabo, en cuerpos glorificados, y nuestra transformación, para ir con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, a la Casa de nuestro Padre celestial.

Para esta ocasión leemos en San Juan, capítulo 14, versos 7 al 14… versos 6 al 14 para tener el cuadro claro:

“Jesús le dijo (esto fue a Tomás): Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.

Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta.

Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?

¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.

Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.

De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.

Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.

Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.”

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

Nuestro tema para esta ocasión son: “LAS OBRAS DE LA IGLESIA DEL SEÑOR JESUCRISTO.”

Para poder ver las obras de la Iglesia del Señor Jesucristo, tenemos que saber cuál es la Iglesia del Señor Jesucristo.

La Iglesia del Señor Jesucristo es el pueblo del Nuevo Pacto, representado en el pueblo hebreo, que fue el pueblo del Pacto Antiguo que recibió de parte de Dios a través del profeta Moisés.

La Iglesia o iglesia, pues es el pueblo “sacado” de otro lugar para formar la Iglesia de Dios de esa dispensación, de ese tiempo que estará vigente delante de Dios. Los “sacados fuera” de Egipto es o son los miembros de la Iglesia del Pacto Antiguo, que recibieron la Ley por comisión de Ángeles, pues el Ángel del Pacto, que es Cristo en Su cuerpo angelical, les dio la Ley allá en el Monte Sinaí.

Encontramos que al pueblo del Nuevo Pacto, Dios le tiene una bendición grande que fue reflejada en el pueblo del Pacto Antiguo. Por lo tanto, las cosas del Pacto Antiguo, el pueblo del Pacto Antiguo, son la sombra, el tipo y figura de la Iglesia del Nuevo Pacto y las bendiciones que tendría la Iglesia del Nuevo Pacto, las cosas que se materializarían en la Iglesia del Nuevo Pacto.

Así como Israel bajo la Ley es el pueblo, la Iglesia del Pacto Antiguo, “los sacados fuera” para ser el pueblo de Dios, ahora la Iglesia del Nuevo Pacto son los sacados fuera del reino de las tinieblas y colocados en el Reino de Dios; de lo cual San Pablo nos habla en Colosenses, capítulo 1, cuando nos dice… capítulo 1 de Colosenses, versos 13 en adelante, dice… o 12 en adelante, dice:

“…Con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;

el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo…”

Los creyentes en Cristo son los sacados, los librados de la potestad de las tinieblas, de ese reino y su poder de las tinieblas, y colocados en el Reino de Cristo, el Reino de Dios, que está en la esfera espiritual.

“…en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.”

Y ahora, lo que estaba tipificado en los sacrificios del pueblo hebreo por el pecado, como por ejemplo, el sacrificio del cordero pascual que efectuó cada padre de familia allá en Egipto, en las casas hebreas, en donde sacrificaron un cordero de un año, sin defecto… y la sangre fue aplicada sobre el dintel y los postes de los hogares hebreos para la preservación de la vida de los primogénitos; y para la preservación de la vida de los primogénitos de la Iglesia del Nuevo Pacto, del pueblo del Nuevo Pacto, fue sacrificado el Cordero Pascual, Cristo. “Porque nuestra Pascua, la cual es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.” Primera de Corintios, capítulo 11, verso 5 al 7, y otros lugares donde nos habla del Nuevo Pacto. Capítulo… ahora les doy el capítulo exacto… Capítulo 5 de Primera de Corintios, verso 7, dice:

“Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.”

Y ahora, nuestra Pascua, nuestro Cordero Pascual, es Jesucristo, el cual murió en la Cruz como el Cordero Pascual por todos los primogénitos escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.

Recuerden que el sacrificio del cordero pascual que efectuaron allá en Egipto los hebreos, era para la preservación de la vida de los primogénitos hebreos; por eso fue que al no tener el sacrificio del cordero pascual el Faraón, su hijo primogénito tuvo que morir; y el primogénito de todos los egipcios murió, aun de los animales.

Ahora, vean la importancia que tenía aquel sacrificio del cordero pascual; parecía algo raro, pero era lo que representaba, lo que tipificaba. Aquel cordero pascual que cada familia sacrificaba —el padre de familia— y después lo comían asado en el hogar, y la sangre aplicada en el dintel y los postes de las puertas hebreas, representaba al Mesías en Su Primera Venida muriendo por todos los primogénitos escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.

Porque no se pueden perder los primogénitos que están escritos en el Cielo, porque están escritos en la sección del Libro de la Vida del Cordero, del Libro de la Vida Eterna. Por lo tanto, hubo un Sacrificio, un Cordero ofrecido en lugar de la muerte de los primogénitos: murió Jesucristo; del cual Juan el Bautista, precursor de la Primera Venida de Cristo, cuando lo vio dijo: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.” [San Juan 1:29]

Ahora, lo que era tipo y figura en el Antiguo Testamento con el pueblo hebreo (la Iglesia bajo la Ley), encontramos que siendo aquello la sombra, el tipo y figura, ahora se convertía en una realidad con la Primera Venida de Cristo como el Cordero de Dios para quitar el pecado del mundo.

Por lo tanto, ahora la sombra, el tipo y figura, y la realidad del significado de aquellos tipos y figuras, se estaba uniendo y convirtiéndose el cordero pascual, el tipo y figura, en un hombre llamado Jesús.

He aquí está el hombre, Jesucristo, frente al pueblo allá; y muchos no podían creer, los más estudiosos o estudiados no podían creer; pero la gente sencilla sabía que estaba prometida la Venida del Mesías y que vendría como un cordero pascual. Juan así le preparó el camino. Por lo tanto, tenía que ser de acuerdo a como el precursor dijo que vendría el Mesías y como lo presentó; tenía que ser el hombre que él presentó como el Mesías.

El Espíritu de Dios vino sobre Jesús cuando Juan lo bautizó; y subió de las aguas, descendió el Espíritu Santo en forma de paloma; y Juan vio en esa dimensión espiritual o celestial, al Espíritu Santo descendiendo sobre Jesús.

A través de la historia del pueblo hebreo habían venido muchos hombres de Dios: jueces, profetas, y así por el estilo, como Moisés; y antes de Moisés: Abraham, Enoc, Noé y el mismo Adán; también Josué, también el profeta Elías y otros profetas como Ezequiel – como Isaías, Jeremías y Ezequiel, y otros más; los cuales vinieron ungidos con el Espíritu Santo. Eran los Ungidos de Dios para cada edad.

Y recordando que Mesías significa Ungido o Cristo, esos hombres de Dios eran los Ungidos de Dios para cada etapa del pueblo de Dios bajo el Pacto y dispensación correspondiente en la cual ellos vivieron.

Por lo tanto, estos profetas, estos hombre ungidos, eran los Ungidos, los Mesías, los Cristo de su tiempo; tipo y figura del Mesías, del Cristo que vendría con toda la plenitud de Dios, que sería el Mesías prometido para cumplir la promesa correspondiente a Su tiempo, y efectuar el Sacrificio de Expiación por el pecado del ser humano.

El Mesías mayor sería un hombre también, un hombre ungido con el Espíritu Santo en toda Su plenitud, el cual fue Jesús. Y por cuanto era también profeta, el título de Hijo del Hombre fue manifestado en Él; porque Hijo del Hombre es profeta, al cual viene la Palabra de Dios. Por eso Él decía que no hablaba nada de Sí mismo: como Él escuchaba al Padre hablar, así Él le hablaba al pueblo; y como Él veía al Padre hacer, así hacía Jesús.

Si veía en visión al Padre sanando un enfermo, Él encontraba el cumplimiento de esa visión, veía a la persona después y hablaba la Palabra de salud; era el Padre obrando a través de Jesús. Por eso Él decía que no hacía nada de Sí mismo y decía que era el Padre el que obraba en Él. O sea que dio la gloria al que lo envió, al Padre que estaba en Él obrando y cumpliendo así todas esas promesas correspondientes a aquel tiempo. Por lo tanto, las Escrituras prometidas para aquel tiempo se veían cumplidas en Jesús.

En Hebreos, capítulo 1, verso 1 en adelante, dice:

“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas…”

¿Cómo habló? Por los profetas; porque es a los profetas que viene la Palabra de Dios para cada tiempo, y es a través de ellos que luego Dios por medio de Su Espíritu le habla al pueblo, de acuerdo a lo que le habló a ese profeta, a ese mensajero correspondiente a esa etapa de la dispensación que esté vigente en ese tiempo.

“…en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo…”

Y luego de haber hablado por medio de los profetas, habló por medio de Jesucristo, el profeta mayor, profeta dispensacional, profeta mensajero para la Dispensación de la Gracia.

“…el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas…”

Y ahora, luego de efectuar Su Sacrificio de Expiación por el pecado, en favor nuestro, ascendió al Cielo y se sentó a la diestra de Dios; o sea, se sentó en el Trono de Dios. Y todo lo que Dios ha estado haciendo, lo ha estado haciendo por medio de Jesucristo, el cual está sentado a la diestra de Dios en el Trono de Dios.

Y así como por medio del Mesías, de Cristo, del Ángel del Pacto, del Verbo, el Logos, llevó a cabo la creación del universo, la creación del mundo espiritual primero y después del mundo físico, ahora en la Dispensación de la Gracia ha estado creando también.

El Programa de Creación no ha terminado. Lo que ha estado creando es Su Iglesia, ha estado creando un pueblo bajo el Nuevo Pacto, compuesto por seres humanos de todas las naciones, que son llamados para formar Su Iglesia; y mayormente de entre los gentiles ha estado llamando un pueblo para Su Nombre.

Esa es la Iglesia del Nuevo Pacto compuesta por los creyentes en Cristo, entre los cuales ha estado Cristo en Espíritu Santo desde el Día de Pentecostés hacia acá.

Antes del Día de Pentecostés estaba el Espíritu Santo en Cristo, y por lo tanto Cristo estaba en persona en medio de los discípulos. Después murió, resucitó y ascendió al Cielo, y el Día de Pentecostés descendió en forma de la Columna de Fuego y se repartió entre ciento veinte, los cuales fueron llenos del Espíritu Santo; y ahí nació la Iglesia del Señor Jesucristo en la dimensión celestial. Ahí surgió y comenzó a llenarse de personas, de creyentes en Cristo el Reino de Cristo, que está compuesto por Su Iglesia, por todos los redimidos con la Sangre de Cristo, que son sacados del mundo, del reino de las tinieblas, y colocados en el Reino de Cristo, en el Reino del Hijo de Dios.

Su Iglesia es heredera a todo lo que Cristo es heredero; por eso encontramos que lo que Cristo es, lo es también Su Iglesia. Por ejemplo, Cristo es el Mesías, Su Iglesia es la Iglesia-Mesías, porque mesías lo que significa es ungido; y la Iglesia está ungida con el Espíritu Santo como Cristo fue ungido con el Espíritu Santo.

Y así como el esposo y la esposa vienen a ser una misma carne, Cristo y Su Iglesia vienen a ser una misma carne; y como Dios obró a través de Cristo, Cristo obra a través de Su Iglesia. Por lo tanto Cristo no ha dejado de trabajar: la Obra de Cristo continuó en Su Iglesia; y las obras que la Iglesia hace, las hace en Nombre del Señor Jesucristo, porque es Cristo en Su Iglesia obrando.

La Iglesia de sí misma no hace nada, sino todo lo que Cristo quiere que Su Iglesia haga en cada edad. Por eso le da el Mensaje prometido para cada edad, la porción de la Palabra prometida para cada edad, se la da al mensajero; el mensajero la cree y la habla, ungido con el Espíritu de Dios; y Dios hace la Obra para esa edad llamando y juntando los escogidos que formarán Su Iglesia, la parte de Su Iglesia de esa etapa, de esa edad.

Y así ha ido creciendo la Iglesia del Señor Jesucristo a medida que Él ha estado añadiendo a Su Iglesia los que han de ser salvos, los que han de ser salvos y han de vivir eternamente en cuerpos glorificados, en cuerpos eternos, cuerpos inmortales iguales al cuerpo glorificado que tiene Jesucristo.

La Iglesia del Señor Jesucristo es un Templo espiritual. Así como Cristo dijo en una ocasión allá en San Juan, capítulo 2: “Destruyan este templo, y en tres días yo lo levantaré.” Todos pensaban que Él estaba hablando del templo que estaba allá en Jerusalén, y sin embargo Él no estaba hablando de que destruyeran el templo que estaba allí construido.

Querían acusarlo de que Él estaba incitando al pueblo a que destruyeran el templo; o sea que lo estaban acusando de terrorista. Esa fue una de las acusaciones que le hicieron cuando el sumo sacerdote y el Concilio del Sanedrín lo estaba juzgando allá en Jerusalén.

En el capítulo 2 de San Juan, versos 18 en adelante, dice:

“Y los judíos respondieron y le dijeron: ¿Qué señal nos muestras, ya que haces esto?”

Eso fue cuando vino a las mesas de los cambistas, sacó a los comerciantes de allá del templo; y ahora le preguntan los líderes religiosos: “¿Qué señal haces ya que estás haciendo esto?”

“Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.

Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarás?

Mas él hablaba del templo de su cuerpo.”

Recuerden que nuestros cuerpos son templo de Dios. Eso dice San Pablo en una de sus cartas de Corintios y otros lugares: “¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?” Y dice: “El que destruya el templo de Dios, Dios lo destruirá a él.” [Primera de Corintios 3:16-17]

Por lo tanto, el que destruya a un escogido de Dios, a un miembro de la Iglesia del Señor Jesucristo, la sentencia de parte de Dios es que Dios destruirá a la tal persona. Y la Iglesia como es Templo de Dios como Cuerpo Místico de creyentes, los que destruyan la Iglesia del Señor Jesucristo con persecuciones, Dios los destruirá a ellos también.

Ahora, los creyentes en Cristo como individuos son un templo de Dios para morada de Dios en Espíritu Santo; y eso es el bautismo del Espíritu Santo, donde Dios mora en el alma del ser humano.

El alma del ser humano es el lugar santísimo del templo espiritual como ser humano; y en la Iglesia del Señor Jesucristo como Cuerpo Místico de creyentes, encontramos que así como el ser humano es alma, espíritu y cuerpo, y Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo, la Iglesia también encontramos que tiene Atrio, tiene Lugar Santo y Lugar Santísimo.

Y a medida que se va formando la Iglesia del Señor Jesucristo, ese Templo espiritual va creciendo; así como un edificio crece a medida que le colocan pisos, paredes y otros pisos, y así va creciendo hasta que llega al último piso que le corresponde a ese edificio.

Y la Iglesia ha ido de edad en edad creciendo. A medida que llega a una edad, Dios llama a los escogidos de esa edad por medio de Su Espíritu a través del mensajero, se completa esa edad, se completó entonces esa etapa de construcción de ese Templo espiritual. Y luego el Espíritu de Dios sube más arriba, a otra etapa, llama a un mensajero, lo envía, llama a los escogidos de esa edad, y  se forma esa edad, se completa, se lleva al mensajero, se cierra esa edad y se comienza otra etapa, otra edad.

Hasta que se llega a la etapa en donde envía al precursor de la Venida del Señor, que es en la séptima etapa, y lo coloca en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo con el Mensaje que prepara al pueblo para la venida de una nueva etapa, para la venida de una edad eterna, una Edad de Oro, una Edad de Piedra Angular; para enviar al Mesías, al Ungido, que será mayor que todos los demás mensajeros que había enviado para la Iglesia bajo el Nuevo Pacto, así como fue para la Iglesia del Pacto Antiguo, el pueblo hebreo.

Siendo que la Venida del Ungido, del Cristo, del Mesías, del Señor, es para una Edad de Piedra Angular… porque la Venida del Mesías es la Venida de la Piedra Angular a Su Iglesia. Por lo tanto, tiene que venir en una Edad de Piedra Angular, tiene que venir en una Edad Mesiánica.

La Edad del Mesías es la edad para la Venida del Mesías; y siempre ha sido y siempre será la Edad de Oro de la Piedra Angular, la Edad de Piedra Angular, para colocar el tope, para colocar ahí la Edad del Trono, la Edad Mesiánica, y cumplir las promesas correspondientes a la Venida del Señor.

El reverendo William Branham, hablando acerca de la Venida del Mesías, dice que cuando los judíos vean al Señor viniendo por Su Iglesia, ellos dirán: “Este es el que nosotros estamos esperando.” Pero vamos a ver en la página 22 del libro de “Citas.” Dice:

Cuando vean a Jesucristo viniendo por la Novia, ellos dirán: ‘Mirad, este es el Dios a quien esperábamos. ¡Este es Él!’ Pero Él no viene por ellos, viene por Su Novia.”

Y luego, más abajo en ese mismo párrafo, dice:

“…ahora, de la persecución corriéndolos otra vez a la patria natal (o sea, siendo corridos para que se vayan a su patria, a Israel, los judíos).”

Dice:

“Cuando el Señor Jesucristo venga por Su Novia, y ellos lo vean a Él, ellos dirán: ‘Este es el que hemos esperado, allí está Él.’ Él se levantará con sanidad en Sus alas.”

Luego en la misma página 22… Ese fue el párrafo 176, y ahora el párrafo 183 dice:

“El Hijo del Hombre está ahora siendo revelado desde el Cielo. ¿Vendrá después de un tiempo, hermano Branham? Es ahora; y yo deseo no hacer esto tan personal en esta reunión, espero que su espíritu dentro de usted, que es dado por Dios, pueda leer lo que estoy hablando. El Hijo del Hombre ya ha venido de Su gloria y se está revelando a Sí mismo por los cuantos años pasados, a Su Iglesia en Su misericordia; enseñándoles Su gran presencia, haciendo las mismas cosas que Él hizo cuando Él estuvo aquí en la Tierra, revelándose a Sí mismo como Él lo hizo a Abraham antes de la destrucción. Él ha venido ahora en misericordia revelándose a Sí mismo a la Iglesia; se han reído y lo han escarnecido. La siguiente vez que Él se revele a Sí mismo, será en el juicio al mundo y las naciones que se olvidaron de Dios y pecaron su manera de gracia… Su Día de Gracia.”

O sea que la Venida del Hijo del Hombre, esa manifestación del Hijo del Hombre fue vista en el reverendo William Branham, Cristo revelándose en misericordia a Su Iglesia.

Cuando se habla del Hijo del Hombre, recuerden, es un título de profeta. Como profeta Jesucristo se identificaba como Hijo del Hombre; y la manifestación que hubo en el reverendo William Branham fue la manifestación de Hijo del Hombre en misericordia a Su Iglesia.

Por eso en la página 164 y 165 del libro de “Citas,” dice… en la 165, párrafo 1471, dice:

“Ese no fue Elías, eso fue el Espíritu de Dios sobre Elías…”

O sea que Elías no hizo nada, fue el Espíritu de Dios el que hizo las cosas: Se las mostraba a Elías, y luego Elías hablaba y se cumplían.

“Ese no fue Elías, eso fue el Espíritu de Dios sobre Elías; Elías fue solo un hombre. Ahora, hemos tenido los Elías, y abrigos de Elías, y mantos de Elías, y todo de los Elías. Pero el Elías de este día es el Señor Jesucristo. Él ha de venir según Mateo el 17… Lucas 17:30, que el Hijo del Hombre ha de revelarse entre Su gente. No un hombre, ¡Dios! Pero vendrá por un profeta. Y Él nunca tuvo dos profetas mayores en el mundo al mismo tiempo.”

O sea que esa manifestación del Hijo del Hombre es Cristo en Espíritu Santo cumpliendo la promesa de Su Venida como Hijo del Hombre, usando un instrumento de Su pueblo, como fue dos mil años atrás, que tuvo que ser un profeta: apareció como un profeta la manifestación de Dios en medio del pueblo hebreo.

El velo de carne es un cuerpo humano, y tiene que ser uno de en medio del pueblo que está bajo el Pacto vigente de ese tiempo. Y Ese era Jesús dos mil años atrás, como Hijo del Hombre, como profeta, en el cual estaba Dios en toda Su plenitud manifestándose y cumpliendo la promesa de la Venida del Ungido de Dios con el Espíritu Santo en toda Su plenitud.

Él no hacía nada de Sí mismo; lo que el Padre le mostraba, eso era lo que Él hacía. Por eso Él decía: “Mi Padre obra y yo obro. Como yo veo al Padre hacer, así yo hago.”

Por eso cuando fue a un estanque donde hubo paralíticos, personas esperando a que un ángel descendiera, como lo hacía normalmente cada cierto tiempo y movía las aguas, y el que entraba primero quedaba sano, no importaba la enfermedad que tuviera. Y Jesús llegó por ese lugar y solamente le habló a un hombre que tenía problemas para caminar (y cuando un ángel movía las aguas, mientras él llegaba al agua ya otro había llegado primero), pero permanecía esperando su sanidad, esperando la venida del ángel que moviera las aguas para él entrar primero; pero nunca lo lograba. Pero vean ustedes cómo vino el Ángel del Pacto para que él fuera sanado.

Y luego se fue. Jesús no sanó a las demás personas. ¿Por qué? Porque el Padre le mostró solamente a una persona que sería sanada. Por lo tanto, Jesús no podía sanar a todos los que estaban allí, sino a uno solo; porque Él no vino para hacer la voluntad propia Suya, sino la voluntad del que lo envió: el Padre.

Así también la Iglesia está para hacer, no su propia voluntad, sino la voluntad de Jesucristo nuestro Salvador, que es quien la ha enviado.

En la página 164, párrafo 1465, dice:

“El Hijo del Hombre será revelado en un cuerpo de carne.”

O sea que la promesa de la Venida del Hijo del Hombre será en esa forma. El Hijo del Hombre allá, decía que era el Padre el que obraba y le mostraba a Él las cosas que Él tenía que hacer. Así pasaba con la manifestación del Hijo del Hombre en el reverendo William Branham, en esa manifestación de misericordia de Dios hacia el pueblo; y muchos no comprendieron que era Cristo en Él, el Espíritu Santo en Él, el que le mostraba las cosas que él tenía que hacer y que tenía que hablar.

Pero está la promesa de que habrá otra manifestación del Hijo del Hombre en el Día Postrero.

Recuerden que siempre que Cristo se manifiesta, que el Espíritu Santo se manifiesta, es la Luz para la edad, que viene esa manifestación en donde está el mensajero de cada edad y el pueblo de cada edad, para ser colocado en el Cuerpo Místico de Cristo.

El Cuerpo Místico de Cristo, que es Su Iglesia, es un Templo espiritual; y como Templo espiritual es un Templo para morada de Dios en Espíritu Santo, porque Cristo dijo [San Mateo 18:20]: “Donde estén dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estaré.” Pero no estará con los brazos cruzados, sino llevando a cabo la Obra que Él comenzó y tiene que continuar a través de Su ayuda idónea, que es Su Iglesia.

Capítulo 3 de Hebreos, dice, versos 5 en adelante:

“Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir;

pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza.”

Y ahora, Moisés fue fiel en el pueblo hebreo y con el pueblo hebreo, la Casa de Dios, la Iglesia de Dios del Antiguo Testamento; y fue fiel también en la Casa de Dios como tabernáculo, el tabernáculo que construyó; ahí fue fiel también.

Y ahora, Cristo como Hijo sobre Su Casa, como Hijo en medio de Su Iglesia, encontramos que ha sido fiel; y continuará siendo fiel en Su Casa, Su Familia, los descendientes de Dios, los hijos e hijas de Dios que nacerían en el Cuerpo Místico de Cristo de edad en edad.

La Casa de Dios o Templo de Dios, aquí nos dice, en Timoteo, capítulo 3… Primera de Timoteo, capítulo 3, verso 14 al 16, dice:

“Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte (le dice San Pablo a Timoteo),

para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad.”

Y ahora la Casa del Dios viviente ¿cuál es? La Iglesia del Señor Jesucristo.

La Iglesia como Templo espiritual va creciendo a medida que van siendo añadidas las personas que han de ser salvas, que han de pertenecer a ese Cuerpo Místico de creyentes. Esa es la familia de Cristo celestial.

Él es el segundo Adán y Su Iglesia es la segunda Eva; y a través de esa relación espiritual de Cristo con Su Iglesia, de edad en edad va engendrando hijos e hijas de Dios por medio del nuevo nacimiento, por medio del nacer del Agua y del Espíritu, como le dice a Nicodemo en el capítulo 3 de San Juan, versos 1 al 6: “El que no nazca de nuevo, el que no nazca del Agua y del Espíritu, no puede entrar al Reino de Dios.”

Por lo tanto, de etapa en etapa han estado entrando al Reino de Dios, al Reino de Cristo, millones de seres humanos; y por consiguiente, han sido tipificados en piedras vivas. Como nos dice San Pedro en Primera de Pedro, capítulo 2, verso 4 en adelante; dice:

“Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa,

vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.

Por lo cual también contiene la Escritura:

He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa;

Y el que creyere en él, no será avergonzado.

Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen,

La piedra que los edificadores desecharon,

Ha venido a ser la cabeza del ángulo;

y:

Piedra de tropiezo, y roca que hace caer,

porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados.

Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;

vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.”

Siendo que Cristo es la Piedra Angular, Piedra del Ángulo, la Piedra principal, los creyentes en Cristo son piedras también; creyentes en Cristo que forman la Iglesia del Señor Jesucristo; y la Iglesia del Señor Jesucristo es la Casa del Señor, Su Iglesia, como Cuerpo Místico de creyentes.

Así como Israel bajo el Pacto Antiguo era la Iglesia de Dios como pueblo, Templo de Dios en medio del cual habitaba Dios y al cual vino en Su Primera Venida; en Su Segunda Venida vendrá a Su Casa, a Su familia, Su Iglesia, Su Templo espiritual, en la etapa de Piedra Angular, que es la Edad de Oro de la Iglesia, y por consiguiente es la Edad Mesiánica; y por consiguiente, cuando comienza la Edad de Piedra Angular comienzan los tiempos o días mesiánicos. Tan sencillo como eso.

Allá duró poco tiempo. Acá no se sabe cuánto tiempo durará esa etapa antes de nuestra transformación; pero cuando seamos transformados, y resucitados los muertos creyentes en Cristo, eso es como cuando Cristo resucitó y resucitaron con Él los santos del Antiguo Testamento. Tan sencillo como eso.

Por lo tanto, grandes bendiciones hay para los creyentes en Cristo en el tiempo final, en la Edad Mesiánica, la Edad de Oro de la Iglesia, la Edad de Piedra Angular, que es la Edad Mesiánica, para estar listos para recibir la Venida del Señor, la Venida del Mesías en este tiempo final, el cual verán los judíos y dirán: “Este es el que nosotros estamos esperando.”

Pero Él viene por Su Iglesia, para transformarla y llevarla con Él a la Cena de las Bodas del Cordero. Y luego tratará con el pueblo hebreo lo que falta de Pacto con el pueblo hebreo, lo que le falta a la semana setenta; porque ya la primera parte de la semana setenta se cumplió en la Primera Venida de Cristo bajo el ministerio de tres años y medio que Cristo tuvo en medio de Israel.

La Iglesia del Señor Jesucristo estará identificada por el Espíritu de Cristo, que estará en medio de ella obrando, obrando las obras que Cristo dijo que realizaría en y a través de Su Iglesia. La gente verán a través de la historia un grupo de personas que predicaron el Evangelio, un mensajero que sobresalió, y la gente escuchando y formándose el grupo de cada edad; pero los creyentes verán a Cristo en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia obrando con el grupo de cada edad, con el mensajero y el grupo de cada edad. Esas son las obras de Cristo a través de Su Iglesia, y por consiguiente son las obras de la Iglesia del Señor Jesucristo, son obras de fe.

Para el Día Postrero pasará en la misma forma. El Espíritu Santo, que ha estado por alrededor de dos mil años en medio de Su Iglesia, continuará en medio de Su Iglesia y llevará a cabo una manifestación plena en el Día Postrero para darnos la fe para ser transformados y llevados con Él a la Cena de las Bodas del Cordero.

Esa manifestación será en la cual nos dará la fe para ser transformados, en la cual nos abrirá el secreto del Séptimo Sello, o sea, el secreto, el misterio de Su Venida a Su Iglesia o la Segunda Venida de Cristo a Su Iglesia, que será un misterio, y que será un secreto que solamente la Iglesia lo conocerá y le dará la fe para ser transformada y llevada con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Y luego la Iglesia disfrutará de la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo, donde será investida como Reina juntamente con Cristo el Rey, para reinar sobre el planeta Tierra y estar con Cristo en Su Reino como Su Gabinete de Gobierno para el Reino Milenial; donde Su Iglesia, así como Cristo es Sacerdote según el Orden de Melquisedec, Él es el Rey Melquisedec y Sacerdote del Dios Altísimo, Su Iglesia, los creyentes en Cristo son reyes y también son sacerdotes, y también son jueces del Reino celestial, del Reino del Orden de Melquisedec.

Por lo tanto, la posición de la Iglesia del Señor Jesucristo en el Reino del Mesías será la posición más alta que se pueda alcanzar en el Reino del Mesías.

Esa es la familia de Cristo, los que Él llama “mis hermanos”; esos son los elegidos de Dios o predestinados de Dios, los hijos de luz, que lo recibirían como Salvador a través de las diferentes etapas de Su Iglesia; y en el Día Postrero verían su manifestación de Hijo del Hombre en el precursor de la Segunda Venida de Cristo, y luego la verán en la Venida del Señor a Su Iglesia, para darnos la fe para ser transformados y llevados con Él a la Cena de las Bodas del Cordero.

De lo cual no les puedo explicar mucho ahora para que los imitadores no vayan a imitar el Programa de Dios; por eso es que no se ha dado a conocer abiertamente todo el misterio de la Venida del Hijo del Hombre para el Día Postrero. Pero la Iglesia del Señor Jesucristo recibirá esa revelación, y sobre todo cuando esté en pleno cumplimiento y Dios obrando en el cumplimiento de la Visión de la Carpa, donde el reverendo William Branham dijo que se cumplirá la Tercera Etapa, como le fue dicha por el Ángel que lo acompañaba.

Ahí está el misterio de la Venida de Cristo a Su Iglesia, ahí está el misterio de la Venida del Hijo del Hombre, ahí está el misterio de los Truenos revelando el misterio del Séptimo Sello, el misterio de la Venida del Señor a Su Iglesia.

El reverendo William Branham dijo que cuando… que la Venida del Señor y la resurrección de los muertos creyentes en Cristo será en un tiempo en que habrá muchos terremotos consecutivos; la tierra estará temblando, por consiguiente habrá confusión; y también vendrá el terremoto de la resurrección, como hubo un terremoto cuando Cristo fue resucitado, y también cuando se levantaron los creyentes que habían muerto; cuando resucitaron ellos, también.

Por lo tanto, cuando sentimos un terremoto pensamos en la resurrección. ¿Y por qué no pensamos en la muerte? Porque si alguno muere, ahí mismo resucitará glorificado cuando ocurra el terremoto de la resurrección, que está ligado al terremoto que ocurrirá en California. Ese terremoto es muy importante, porque es un terremoto que también ha sido profetizado en la Escritura y del cual habló el reverendo William Branham.

El reverendo William Branham es el precursor de la Segunda Venida de Cristo; y por consiguiente, él dijo cómo iba a estar la condición mundial, cómo iba a estar la situación del medio ambiente, cómo iba a estar la situación de los terremotos, maremotos y todas estas cosas; de todas esas cosas él estuvo hablándonos, de las cosas que estarían sucediendo, y de las cosas, las bendiciones que vendrán para la Iglesia del Señor Jesucristo; y habló de una apretura o persecución que viene para la Iglesia-Novia del Señor Jesucristo, pero en medio de esa apretura Cristo se manifestará en toda Su plenitud en medio de Su Iglesia. Y esa es la etapa para la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos. Así que cuando veamos persecuciones y apretura, recuerde: está cerca la resurrección de los muertos en Cristo y nuestra transformación.

Toda la Obra de Cristo la estará haciendo a través de Su Iglesia en este tiempo final, como la ha estado haciendo a través de las diferentes etapas o edades de Su Iglesia: usando instrumentos, velos de carne, ya ordenados desde antes de la fundación del mundo para ese propósito.

Por lo cual, esperamos las bendiciones que nos corresponden para este tiempo final, las cuales están prometidas en la Escritura; que culminarán con nuestra transformación y arrebatamiento al Cielo para ir a la Cena de las Bodas del Cordero.

Estamos en tiempo mesiánico, Edad Mesiánica; estamos en un tiempo en que ya la humanidad, los Gobiernos, instituciones religiosas también, están sintiendo la influencia de la Edad de Piedra Angular.

Los judíos o grupo de judíos están clamando, orando, para que Dios envíe al Mesías. Ya ha sido publicado todo eso por la prensa. Y ahora el presidente de Rusia o primer ministro de Rusia, Vladimir Putin, le trajo una carta al presidente Obama sobre… de la Iglesia Ortodoxa rusa, de que los tiempos mesiánicos han comenzado o están por comenzar. Y raro que suena que de Rusia vengan a hablarle al presidente sobre ese tema.

Una partecita aquí, dice:

*Noviembre 30 de 2015.

Un sensacional informe redactado por el Ministerio de Asuntos Exteriores (MoFA) indica que el Presidente Putin, durante una reunión privada con el Presidente Barack Obama a temprana hora del día de hoy en París, le presentó al líder Estadounidense un documento fechado el 23 de noviembre preparado por el Consejo de la Suprema Iglesia de la Iglesia Ortodoxa Rusa bajo la autoridad de Su Santidad del Patriarca Cirilo de Moscú y todas las Rusias proclamando que “Los Tiempos del Mesías” ya han comenzado.

Un buen descubrimiento.

La Edad de Piedra Angular, la Edad de Oro de la Iglesia, la edad que corona la Iglesia, es la que marca los tiempos mesiánicos o los tiempos del Mesías, es la edad a la cual vendrá el Mesías en Su Segunda Venida a Su Iglesia; así como vino dos mil años atrás al pueblo hebreo, que estaba bajo el Pacto correspondiente bajo la Ley. Y vino, pero antes apareció Su precursor: Juan el Bautista, con el espíritu y virtud de Elías, el cual con su Mensaje presentó al Mesías. Es el Mensaje lo que identifica al Mesías.

Lo que está prometido que el Mesías hará, es lo que estará siendo visto en la Venida del Mesías dos mil años atrás y en la Venida del Mesías en este tiempo final, cumpliendo lo que está prometido que Dios hará con Su pueblo, en medio de Su pueblo y en este planeta Tierra. Esa será la misión del Mesías, y llevarnos Cristo con Él a la Cena de las Bodas del Cordero.

Las obras que están prometidas que Cristo hará para el tiempo final, que Dios hará para el tiempo final, las hará a través de Su Iglesia; y eso identificará la Iglesia del Señor Jesucristo en el Día Postrero: estará haciendo las obras del Señor Jesucristo. En palabras más claras, Jesucristo estará haciendo las obras que Él prometió hacer, las estará haciendo a través de Su Iglesia en este tiempo final.

Y una de las cosas que hará será también llamar y juntar a Sus escogidos con Gran Voz de Trompeta en el tiempo final; primero los escogidos del pueblo… del cristianismo, creyentes en Cristo, y luego los hebreos. Hay un orden, y por eso cada cosa va en su orden.

Estamos en tiempos mesiánicos, porque estamos en la Edad Mesiánica de la Piedra Angular; esa es la Edad para la Piedra Angular ser colocada sobre la Iglesia del Señor Jesucristo. Y por eso tiene que ser colocada una Edad Mesiánica de Piedra Angular, que corona la Iglesia completa, porque las otras edades, ninguna fue Edad de Piedra Angular, Edad de Oro; porque la Edad de Oro es la Edad de Piedra Angular, donde Jesucristo tendrá Su Trono espiritual para manifestarse en el Día Postrero. De lo cual hablaremos en otra ocasión.

Si hay alguna persona que todavía no ha recibido a Cristo como Salvador, lo puede hacer en estos momentos, y estaremos orando por usted para que Cristo le reciba en Su Reino, le perdone y con Su Sangre le limpie de todo pecado; y sea bautizado en agua en Su Nombre, y Cristo le bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en usted el nuevo nacimiento.

Para lo cual puede pasar al frente aquí donde nos encontramos, y los que están en otros países pueden pasar al frente allá donde se encuentran, para que queden incluidos en la oración que estaremos haciendo por los que estarán recibiendo a Cristo como Salvador en esta ocasión.

Los que están allá en Villahermosa, que no han recibido a Cristo, pueden pasar al frente para recibirlo; los que están en otros lugares de México, de la República Mexicana, también pueden pasar al frente para recibir a Cristo si no lo han hecho todavía; y los que están en otros países, como Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Bolivia, Argentina, Uruguay, Paraguay, Venezuela, las Islas del Caribe, también en Norteamérica, Canadá y demás naciones: pueden venir a los Pies de Cristo antes que sea cerrada la puerta de la misericordia.

Porque cuando el Padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, entonces ya no habrá más oportunidad para entrar a la Casa de Dios, la Iglesia del Señor Jesucristo, porque ya se habrá completado el número de los que tenían sus nombres escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.

Vamos a estar puestos en pie para orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo nuestro Salvador en esta ocasión.

Ser parte del Cuerpo Místico de Cristo es lo más glorioso y lo más grande, y el privilegio mayor que una persona puede tener: venir a formar parte de la Iglesia del Señor Jesucristo como una piedra viva, como un ser vivo, consciente de la bendición que hay en el Reino de Dios para cada persona que forma parte de ese Cuerpo Místico de creyentes. Juntamente con la Piedra Angular, que es Cristo, los creyentes son piedras también, tipológicamente piedras que forman ese Templo espiritual; el cual, cuando sea completado y dedicado a Dios, presentado a Dios, la Venida del Señor vendrá y llenará de Su gloria, de Su presencia, ese Templo espiritual, y ahí será la manifestación de Dios en toda Su plenitud en Su Iglesia.

Lo mismo que sucedió con el tabernáculo que construyó Moisés, que cuando fue presentado a Dios, entró Dios en esa Columna de Fuego, el Ángel del Pacto, y lo llenó; y no podían los sacerdotes ministrar por la presencia de Dios, por la gloria de Dios allí. Así pasó con el templo que construyó Salomón y así sucederá con el Templo espiritual, la Iglesia del Señor Jesucristo en el Día Postrero: recibirá la plenitud de Dios y será morada de Dios en toda Su plenitud en los días postreros, y serán adoptados los creyentes en Cristo.

La adopción es la redención del cuerpo, nuestra transformación: de mortales a inmortales, de cuerpos de carne mortal a cuerpo glorificado igual al cuerpo glorificado y joven de nuestro amado Señor Jesucristo. Esa es la meta de Dios por medio de Cristo con Su Iglesia para el tiempo final, para los días (¿qué?) mesiánicos; que ya comenzaron y ya están dándose cuenta que comenzaron los días mesiánicos, y por lo tanto hay una gran expectativa a nivel mundial. Aun en medio del mundo político hay inquietud, y en medio de los judíos también.

Por lo tanto, es tiempo, entonces, de buscar las bendiciones de Cristo que hay para los días o tiempos mesiánicos, tiempos de Edad de Oro, de Edad de Piedra Angular; es el tiempo para las bendiciones más grandes que jamás una persona se haya imaginado.

Vamos a orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo en esta ocasión:

Padre nuestro que estás en los Cielos, vengo a Ti con todas las personas que te están recibiendo como Salvador a través de Cristo en esta ocasión. Te ruego los recibas en Tu Reino y produzcas en ellos el nuevo nacimiento. En el Nombre del Señor Jesucristo te lo ruego, para quien sea la gloria y la honra por los siglos de los siglos.

Y ahora, repitan conmigo esta oración:

Padre nuestro que estás en los Cielos, bendito sea Tu Nombre. Señor Jesucristo, recibe a estas personas que te están recibiendo como Salvador, y sea producido en ellos por Ti el nuevo nacimiento.

Límpialos con Tu Sangre, ellos han creído en Ti, han creído en Tu Nombre, han creído en Tu Sacrificio como Redentor, el Sacrificio de Expiación en la Cruz del Calvario. Señor, te ruego produzcas en ellos el nuevo nacimiento.

Y ahora, pueden repetir conmigo:

Señor Jesucristo, creo en Tu Nombre como el único nombre bajo el Cielo, dado a los hombres, en que podemos ser salvos.

Creo en Tu Primera Venida y en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por nuestros pecados.

Reconozco que soy pecador y necesito un Salvador.

Doy testimonio público de mi fe en Ti y de Tu fe en mí, y te recibo como mi único y suficiente Salvador.

Te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado; y me bautices con Espíritu Santo y Fuego, y produzcas en mí el nuevo nacimiento.

Quiero nacer en Tu Reino, quiero vivir eternamente Contigo en Tu Reino.

Reconozco que no hay salvación fuera de Ti, y que no hay esperanza para la humanidad, excepto a través de Ti. Tú eres mi única esperanza de vida eterna.

Te recibo y te pido que hagas una realidad en mí la salvación que ganaste para mí en la Cruz del Calvario; y produzcas en mí el nuevo nacimiento, luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre. Te lo ruego. En Tu Nombre Eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén y amén.

Y ahora, los que han venido a los Pies de Cristo en diferentes naciones, preguntarán: “¿Cuándo me pueden bautizar?”

Por cuanto ustedes han creído de todo corazón, bien pueden ser bautizados; y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento.

El bautismo en agua es un mandamiento de Cristo nuestro Salvador, el cual dijo: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” [San Marcos 16:15-16] Por eso se predica el Evangelio y se bautiza a las personas que reciben a Cristo como Salvador.

El bautismo es tipológico, simbólico. Cuando la persona recibe a Cristo, muere al mundo; cuando es sumergido en las aguas bautismales por el ministro, está tipológicamente siendo sepultado; y cuando es levantado de las aguas bautismales está resucitando a una nueva vida: a la vida eterna con Cristo en Su Reino Eterno. Tan sencillo como eso.

Por lo tanto, bien pueden ser bautizados; y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento. Y nos continuaremos viendo eternamente en el Reino de Cristo nuestro Salvador.

Hasta la próxima semana o esta misma semana, en las actividades correspondientes de viernes y sábado. Y como siempre les he dicho, ya sea desde aquí o desde cualquier país, estaré con ustedes siempre, hasta que seamos transformados.

Así que el próximo domingo tendremos continuación, mensaje de continuación a la conferencia, el estudio bíblico de hoy domingo; por lo tanto, estén atentos.

Esperamos que esta serie de conferencias que faltan de este año y las que vendrán el próximo año, nos preparen bien para recibir al Señor en Su Venida, recibir la fe para ser transformados, la fe que nos darán los Truenos cuando sea revelado el contenido de los Truenos, lo que los Truenos hablaron.

¿Y saben lo que los Truenos hablaron? Es la revelación del misterio del Séptimo Sello, es el secreto de la Venida del Señor en el Día Postrero como León de la tribu de Judá. Clama como león en Apocalipsis, capítulo 10, el Señor en Su Venida, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo con el Librito abierto en Su mano; de lo cual en las conferencias, estudios bíblicos subsiguientes, abarcaremos esos temas hasta donde Dios nos permita que sean abiertos; y luego, cuando esté en pleno cumplimiento la Visión de la Carpa, ahí ya sabemos que va a ser abierto por completo ese misterio.

Por lo tanto, sabemos que vendrá una apretura o persecución, pero sean valientes; porque eso será señal de que estaremos cerca de nuestra transformación. O sea que será bajo un tiempo de apretura que la resurrección ocurrirá y que seremos transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Recuerden que el Día de Pentecostés fueron llenos del Espíritu Santo y eran días de apretura también, y persecuciones muy fuertes. Estaban asustados también los discípulos, con las puertas cerradas, pero esperando la Venida del Espíritu Santo, la Venida del Señor en Espíritu Santo para continuar Sus obras a través de Su Iglesia.

Y todavía continúa llevando a cabo Sus obras en medio de Su Iglesia, hasta que llegará un momento en que habrá una manifestación en toda Su plenitud en medio de Su Iglesia, en el tiempo del cumplimiento de la Visión de la Carpa, donde se cumplirá lo que el reverendo William Branham llamó la Tercera Etapa.

Ha sido para mí un privilegio y bendición grande estar con ustedes en esta ocasión. Que Dios los bendiga y les guarde a todos, y a mí también; y nos abra siempre las Escrituras y el entendimiento para comprender, y el corazón para recibir la Palabra revelada de este tiempo final. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.

Continúen pasando una tarde feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador; y nos continuaremos viendo por toda la eternidad.

Dejo con ustedes al reverendo José Benjamín Pérez, y en cada país dejo al ministro correspondiente, para que continúe y les indique a los que recibieron a Cristo como Salvador cómo hacer para ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo nuestro Salvador.

Cada día se ponen las cosas mejores, se ponen mejor para la Iglesia del Señor Jesucristo. Lo que estamos esperando ya están sintiendo el impacto y la inquietud las naciones también, y el mundo religioso también.

Así que vendrán grandes bendiciones para la Iglesia-Novia del Señor Jesucristo, a la cual pertenecemos como piedras vivas cortadas del Monte de Dios y de la Piedra no cortada de manos. De ahí hemos sido cortados: de Cristo nuestro Salvador. Somos parte de Cristo.

Que Dios les bendiga y les guarde, y continúen pasando una tarde feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador; y cuídense en estos días navideños.

Dios les bendiga y les guarde a todos.

“LAS OBRAS DE LA IGLESIA DEL SEÑOR JESUCRISTO.”

(*Tomado  de: http://sorchafaal-en-espanol.blogspot.com.co/2015/11/putin-advierte-obam…)

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