Hemos estado conmemorando nuestra redención, conmemorando el Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario, donde entregó Su Cuerpo en sacrificio vivo por nosotros, y derramó Su Sangre para limpiarnos de todo pecado. Y también hemos conmemorado el lavatorio de pies, que nos muestra que todos los pecados y faltas y errores que hemos confesado después de estar en el Cuerpo Místico de Cristo, Cristo los ha limpiado con Su Sangre y estamos limpios delante de Él, de todo pecado, porque la Sangre de Cristo nos limpia de todo pecado.
El pan, el vino y el lavatorio de pies son… y el bautismo en agua en el Nombre del Señor, son memoriales que se llevan a cabo, todo en memoria de Cristo y en el Nombre de Cristo nuestro Salvador.
Toda persona que no hace alguno de esto mandamientos del Señor, que son en memoria de Cristo, no tiene parte con Cristo.
En el último, que fue la orden para el lavatorio de pies, Pedro decía: “No, no me lavarás los pies jamás.” O sea, “no te vas a humillar a la posición de un lavador de pies,” que era el oficio más bajo que había en ese tiempo. “No lo vas a hacer.” O sea, porque él reconocía a Jesús como el Mesías y no iba a dejar que el Mesías se humillara ante él.
Pero Jesús le dice: “Si no te lavares, no tienes parte conmigo.” Entonces Pedro le dice: “Entonces no. Hasta la cabeza también, no solamente mis pies.” Porque cuando se trata de salvación y vida eterna, no se puede escatimar el esfuerzo y todo lo que haya que hacer mandado por Cristo y Sus apóstoles.
Hoy es un día muy importante: primer domingo del año 2016, en donde así como el pueblo hebreo en el desierto y después en la tierra prometida, conmemoraba el día de la Pascua que habían tenido en Egipto, en donde habían sacrificado cada familia un cordero de un año, y habían colocado la sangre del cordero en la puerta, en el dintel y los postes, en el marco de la puerta, para la preservación de la vida de los primogénitos que estaban en esa casa; ahora Él dice después, Dios a Moisés, que eso tienen que llevarlo a cabo en memoria todos los años, en el mes que se lleva a cabo allá en Egipto. Y si alguna persona estaba de viaje o no estaba limpio porque había enterrado algún familiar muerto, había estado en un funeral, entonces lo llevaría a cabo la misma fecha del próximo mes, o sea, el día 14 del segundo mes.
Ahora, eso no era una cosa que si la persona quería o no quería; era un mandamiento del Señor. Miren lo que dice aquí… Es como cuando Pedro le dice: “No me lavarás los pies.” No era cosa que si es que él quería o no quería: era un mandamiento del Señor. Jesús le dice: “Pues no tendrás parte conmigo.” O sea que es un asunto del Programa de Redención que hay que llevar a cabo.
¿De dónde Cristo sacaría que no tendría parte con Él? Y el que no toma la Santa Cena, tampoco tiene parte con Él; porque no está conmemorando, celebrando, el Sacrificio que Cristo hizo por usted y por mí. Y uno lo hace con acciones de gracia.
Números, capítulo 9, verso 9 en adelante, dice:
“Y Jehová habló a Moisés, diciendo:
Habla a los hijos de Israel, diciendo: Cualquiera de vosotros o de vuestros descendientes, que estuviere inmundo por causa de muerto o estuviere de viaje lejos, celebrará la pascua a Jehová.
En el mes segundo, a los catorce días del mes, entre las dos tardes, la celebrarán; con panes sin levadura y hierbas amargas la comerán.
No dejarán del animal sacrificado para la mañana, ni quebrarán hueso de él; conforme a todos los ritos de la pascua la celebrarán.
Mas el que estuviere limpio, y no estuviere de viaje, si dejare de celebrar la pascua, la tal persona será cortada de entre su pueblo (o sea que no tendrá parte en el pueblo de Dios); por cuanto no ofreció a su tiempo la ofrenda de Jehová, el tal hombre llevará su pecado.”
Recuerden que la Pascua de Cristo, Él con Su Sacrificio nos perdonó y nos limpió de todo pecado; el que no la celebra, “llevará también Su pecado,” porque no esta celebrando que Cristo le limpió de todo pecado con Su Sacrificio en la Cruz del Calvario. O sea que es… viene también a ser una acción de gracia por el Sacrificio de Cristo con el cual nos limpió de todo pecado.
Conscientes de estas verdades bíblicas y de que es un memorial, es en memoria de Cristo y Su Obra de Redención que llevó a cabo, lo hacemos en el Nombre del Señor Jesucristo con acciones de gracia, dándole gracias a Cristo por haber muerto por nosotros en la Cruz del Calvario; y así redimirnos, limpiarnos de todo pecado, y presentarnos ante Dios sin mancha, sin arruga, sin pecados ante la presencia de Dios.
Padre celestial, en el Nombre del Señor Jesucristo, te damos gracias por esta bendición de estar llevando a cabo este Memorial tan importante de la Santa Cena; comiendo el pan, que representa Tu cuerpo; y tomando el vino, que representa Tu Sangre; y lavando los pies los unos a los otros, que representa que Tú con Tu Sangre nos limpias de todo pecado en cada momento que confesamos a ti nuestras faltas, errores y pecados.
Te damos gracias en el Nombre del Señor Jesucristo, oh Dios eterno; y te pedimos que nos acompañes todos los días de nuestra vida, y que pronto nos des la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las bodas del Cordero.
Señor, necesitamos irnos pronto de esta dimensión terrenal; cada día las cosas están más difíciles aquí. Añade pronto a Tu Iglesia los que faltan por ser añadidos. Y Señor, ven pronto con los santos que partieron, resucítales en cuerpos glorificados, y a nosotros transfórmanos y llévanos Contigo a la Cena de las bodas del Cordero. En el Nombre del Señor Jesucristo lo pedimos, para quien sea la gloria y la honra por los siglos de los siglos. Amén. Padre celestial, te lo pedimos en el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.
A continuación, el reverendo José Benjamín Pérez para finalizar.
(¿Ya Miguel no vuelve a hablar?)
Que Dios te bendiga, Miguel y Ruth y tus niños, y a todos los ministros allá en Venezuela, y en todos los países y las congregaciones, hermanos y hermanas que han estado escuchando hoy la Palabra, la predicación del Evangelio de Cristo, y también en el Memorial de la Santa Cena, en memoria, recuerdo de Cristo nuestro Salvador y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario.
Continúen pasando una tarde feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador; y que este año Dios nos use grandemente en Su Obra, y que nos bendiga espiritualmente y materialmente.
¿Por qué materialmente? Porque necesitamos trabajar materialmente también en la Obra del Señor Jesucristo, el cual ha sido tan bueno con nosotros que murió por nosotros en la Cruz del Calvario.
Que Dios les bendiga y les guarde; y con nosotros el reverendo José Benjamín Pérez, y en cada país el ministro correspondiente.
Hasta el próximo domingo, Dios mediante.
“MEMORIAL DE SANTA CENA Y LAVATORIO DE PIES.”