Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes, y todos los que están en diferentes naciones, ministros y congregaciones; y un saludo muy especial para el misionero, doctor Miguel Bermúdez Marín, quien está con nosotros en esta ocasión. Dios te bendiga, Miguel, y siempre te use cada día más y más en Su Programa en este tiempo final. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.
Leemos en Zacarías, capítulo 14, verso 6 al 7, que dice:
“Y acontecerá que en ese día no habrá luz clara, ni oscura.
Será un día, el cual es conocido de Jehová, que no será ni día ni noche; pero sucederá que al caer la tarde habrá luz.”
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
“LA LUZ DE LA TARDE”, o del atardecer.
A través de la Escritura encontramos muchos símbolos, muchos tipos y figuras que usaron los profetas ungidos por Dios, o Dios a través de los profetas. Dice la Escritura que Dios le habló por parábolas al pueblo a través de los profetas. Oseas, capítulo 12 versos 10, dice:
“Y he hablado a los profetas, y aumenté la profecía, y por medio de los profetas usé parábolas.”
Por lo tanto, encontramos que Dios escondió en las parábolas muchos de los misterios del Reino de Dios; por eso Jesucristo también cita las parábolas de las que Dios habló a través de los profetas, y también las que Dios habló a través de Jesús las encontramos en la Biblia.
Por ejemplo, la parábola de la semilla, la buena semilla, que representa los hijos del Reino; y encontramos también el trigo, que representa los hijos del Reino, los hijos de Dios; y la cizaña, que representa los hijos del malo; y los segadores, que son los Ángeles para el tiempo final, para el tiempo de la tarde, para el tiempo en que habrá Luz para llevarse a cabo la cosecha del trigo al caer la tarde; lo cual nos indica que esa Luz que habrá será de un nuevo día, porque conforme al calendario hebreo los días terminan en la tarde y comienzan en la tarde.
Y cuando termina un día del calendario hebreo, usted dice: “Pero si todavía es de día, todavía hay luz.” Y cuando está comenzando un nuevo día, usted dice: “Pero si es de tarde (!); no está por la mañana para comenzar el día.” Lo que pasa es que entre los judíos es diferente; y primero estaba el orden que Dios le dio a Israel: que los días comienzan y terminan en la tarde. Por eso encontramos que al caer la tarde ya es un día nuevo y todavía hay luz, pero es la luz del nuevo día que va comenzando, porque ya el día que comenzó por el Este término en la tarde en el Oeste.
Por lo tanto, es importante conocer dónde comienzan los días y dónde terminan los días, dónde es el tiempo de la tarde y dónde es el tiempo de la mañana. La mañana comienza por el Este, por lo tanto corresponde al Medio Oriente, en donde se cumplió la Primera Venida de Cristo; y la tarde corresponde al continente americano.
Cuando se habla de cena, se habla de la tarde, y por lo tanto se habla del tiempo en donde termina un día y comienza un nuevo día; y así es en lo espiritual en el Programa Divino. El mismo Cristo dijo: “Yo soy la Luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, mas tendrá la Luz de la vida” [San Juan 8:12]
Es que siendo Cristo el Verbo, la Palabra hecha carne, cuando la Palabra se hace carne esa es la Luz Divina para el pueblo en ese ciclo, en esa edad y en esa dispensación; esa es la Luz que alumbra a los seres humanos en ese tiempo, en esa edad o en esa dispensación.
Si es un mensajero para una edad, está alumbrando su día; si es un mensajero para una dispensación, está alumbrando para toda su dispensación; alumbrando con Su Palabra, la Palabra que se hizo carne en él, que es la Palabra que el pueblo tiene que recibir para que se haga carne en el pueblo y traiga las bendiciones prometidas para ese tiempo, y el pueblo pueda ver a Dios manifestado en carne en el instrumento que Él tiene, y luego manifestarse en carne en el pueblo que lo recibe; porque esa Palabra se hace carne en el pueblo, y eso es Dios en Su pueblo manifestado en y a través de los miembros de Su Cuerpo Místico de creyentes, para la edad o dispensación en que están viviendo.
Por lo tanto, cuando hablamos de la Luz de la tarde estamos hablando de Dios, que es Luz, en Su manifestación final: para el Oeste; porque para el tiempo de la tarde y en la tarde corresponde al Oeste, porque por el Oeste es que se pone el sol.
El Oeste es la parte más importante en el Programa Divino. ¿Por qué? Porque en el Oeste fue que Él colocó el lugar santísimo de Su templo, que construyó el rey Salomón, y el tabernáculo que construyó el profeta Moisés. Y ese es el mismo Orden que tiene la Iglesia del Señor Jesucristo, la cual es un Templo espiritual.
Comenzó por el Este; y concluye, se completa por el Oeste, la construcción del Templo espiritual de Cristo, de Su Iglesia.
Y así como vino al Oeste, al lugar santísimo del tabernáculo que construyó Moisés, la presencia de Dios moró en el lugar santísimo sobre el arca del pacto, sobre el propiciatorio, en medio de los dos querubines de oro; y luego en el templo que construyó el rey Salomón vino y habitó en el lugar santísimo en medio de los dos querubines de oro y en medio de los dos querubines de madera de olivo, los cuales representan a los Dos Olivos, los Dos Ungidos. Esos dos querubines gigantes de madera de olivo cubiertos de oro representan la Divinidad manifestada en la humanidad; o sea Dios, la Divinidad, manifestada en los Dos Olivos, los Dos Ungidos de Zacarías, capítulo 4, y Apocalipsis, capítulo 11, verso 1 al 11.
Todo eso corresponde al tiempo de la tarde, para ser cumplido en el continente americano, en la construcción de la parte más importante del Templo espiritual de Cristo, la parte del Lugar Santísimo, que tiene que ser construida con piedras vivas, seres humanos creyentes en Cristo, del Día Postrero, que verán la Luz de la tarde y la recibirán y se convertirán ellos también en Luz.
Recuerden que Cristo dijo: “Yo soy la Luz del mundo; y el que me sigue no andará en tinieblas, mas tendrá la luz de la vida.” Y después dice a Sus discípulos en otra ocasión: “Vosotros sois la luz del mundo.” [San Mateo 5:14] A todo lo que Cristo es heredero, lo son también los creyentes en Cristo.
Todo lo que Cristo es, lo es también la edad en que Él se manifiesta y lo son también los creyentes de esa edad. Por ejemplo, Cristo es la Piedra Angular, los creyentes en Cristo son piedras vivas con las cuales Cristo construye Su Templo espiritual. Y las piedras vivas más importantes del tiempo final son los que son colocados en el Lugar Santísimo, porque el Lugar Santísimo es el lugar más importante del Templo espiritual de Cristo, como lo fue en el templo que construyó Salomón y en el tabernáculo que construyó el profeta Moisés.
Esa es la parte más importante y es ahí donde Dios coloca los creyentes del Día Postrero en el tiempo de la tarde, con la manifestación de la Luz de la tarde resplandeciendo en medio de Su Iglesia en el continente americano; para desde ahí también alumbrar para todas las naciones. Tan sencillo como eso es la Luz de la tarde.
Y ahora hemos identificado el tiempo para la Luz de la tarde, para el tiempo en que el Programa Divino en el Templo espiritual de Cristo esté en la etapa de la Piedra Angular. Porque la Edad de Piedra Angular es la Edad del Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo; y el lugar santísimo del tabernáculo que construyó Moisés y del templo que construyó el rey Salomón, ¿estaba dónde? En el Oeste. Tan sencillo como eso. ¿Y dónde estaban los dos querubines de madera de olivo? En el Oeste también.
Por lo tanto, es en el Oeste donde se manifestará la presencia de Dios en toda Su plenitud para la dedicación del Templo espiritual de Cristo, para Dios en toda Su plenitud manifestarse y tener el Templo espiritual para el Reino Milenial.
Recuerde, estoy hablando del Templo espiritual construido por seres humanos y con seres humanos, por el Espíritu de Dios a través de las diferentes etapas.
Y en este tiempo final corresponde la etapa de Piedra Angular, ¿a dónde? Al Oeste, donde la Luz de la tarde estará resplandeciendo y alumbrado nuestra alma, nuestro subconsciente, y el consciente y todo nuestro ser; para darnos (¿qué?) la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Por lo tanto, podemos decir como dice la Escritura: “Las cuerdas nos han caído en lugares deleitosos, y grande es la heredad que nos ha tocado.” [Salmos 16:6]
Cuando habla de “las cuerdas nos han caído en lugares deleitosos”, está hablando de una Carpa, que tiene cuerdas. Y así fue el templo o tabernáculo que construyó Moisés: una carpa, un templo de pieles.
Y ahora el Templo de Cristo es de pieles humanas, de seres humanos que forman la Iglesia del Señor Jesucristo; y por eso el apóstol Pablo dice: “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?” Y dice: “El que destruya el templo de Dios, Dios los destruirá a él.”
Es como Dios dijo a Abraham: “El que te bendiga, será bendito. El que te maldiga, será maldito.” Así también es la bendición para la Iglesia del Señor Jesucristo. El que destruye al Templo de Dios, Dios lo destruirá a él; y eso habla de la Iglesia del Señor Jesucristo y de cada creyente en Cristo como individuo.
Y por cuanto el ser humano es un templo humano, el que destruya Su templo Dios lo destruirá a él; porque Dios le ha dado un templo, un cuerpo, que es un templo para morar en esta Tierra, y ser un templo para Dios.
Por lo tanto, es importante conocer estas cosas del Programa Divino para hacer conforme a la voluntad de Dios.
Hoy estamos haciendo la introducción al estudio bíblico del próximo domingo, Dios mediante, que es: “LA LUZ DE LA TARDE”, o LUZ DEL ATARDECER.
Hemos visto el territorio al cual corresponde la Luz de la tarde: continente americano; porque el continente americano es el continente del Oeste. Y el día, año y fiesta, ¿a cuántos les gustaría saberlo? Nos vemos entonces el próximo domingo para hablar del día, la hora, y la fiesta y Mensaje correspondiente a la Luz de la tarde en el Oeste; porque tiene todo y tiene que tener todo lo que está en la Escritura correspondiente al Oeste.
Si hay alguna persona que todavía no ha recibido a Cristo como Salvador, lo puede hacer en estos momentos, y estaremos orando por usted para que Cristo le reciba en Su Reino, le perdone y con Su Sangre le limpie de todo pecado, le bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en usted el nuevo nacimiento; y lo coloque en Su Templo espiritual, que es Su Cuerpo Místico de creyentes, Su Iglesia; y sobre todo, en la parte correspondiente a este tiempo final.
No es una parte que ya pasó; no es la primera edad, segunda, tercera, cuarta, quinta, sexta o séptima edad, sino es la Edad de Piedra Angular, la Edad del Oeste, la Edad del Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo. Para lo cual, puede pasar al frente, y estaremos orando por usted para que Cristo le reciba en Su Reino.
Vamos a dar unos minutos mientras pasan al frente los que están presentes y no han recibido a Cristo todavía como Salvador, para que puedan recibirlo.
Recuerden que Cristo dijo: “El que me confiese delante de los hombres, yo le confesaré delante de mi Padre que está en los Cielos.” [San Mateo 10:32] Y también dijo: “El que me niegue delante de los hombres, yo le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.” [San Mateo 10:33]
Los que están en otras naciones también pueden venir a los Pies de Cristo nuestro Salvador. Él está llamando y juntando Sus escogidos correspondientes al Día Postrero, al tiempo de la tarde, al tiempo correspondiente a la Edad de Piedra Angular.
Recuerden que los creyentes son… como Cristo es la Piedra del Ángulo, la Piedra Angular, los creyentes son piedras vivas. Una vez Cristo dijo: “Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.” [San Mateo 3:9] O sea, que representa en piedras a los hijos de Abraham.
Lo más importante en esta vida, que una persona puede hacer, es recibir a Cristo como único y suficiente Salvador; y lo más grande que una persona puede recibir de parte de Dios es la salvación y vida eterna. No hay cosa más importante que la vida eterna; y no hay cosa más importante que un ser humano pueda hacer, que recibir a Cristo como único y suficiente Salvador.
Para eso es que hemos venido a este planeta Tierra de otra dimensión: para hacer contacto con Cristo, para que nos dé la vida eterna. Él mismo dijo en San Juan, capítulo 10 [versículo 27]: “Mis ovejas oyen mi Voz, y me siguen, y yo las conozco, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. El Padre y yo una cosa somos.”
Ahora vean cómo Cristo dice que son las ovejas del Padre las que le han sido dadas a Él para que les dé vida eterna. Ninguna otra persona puede darle vida eterna a usted o a mí; solamente hay uno, y es Cristo, el cual tiene – Él tiene la vida eterna para impartirla a todos aquellos que lo reciben como único y suficiente Salvador. Nadie más tiene vida eterna para darle a otra persona, solamente Cristo. Y por eso dijo que Él les daría la vida eterna: “Mis ovejas oyen mi Voz, y me siguen, y yo las conozco, y yo les doy vida eterna.”
¿Qué otra persona puede decir que le da vida eterna a otro? No lo hay. Y si no lo hay, pues no podemos buscar a otra persona que nos dé vida eterna, sino a Cristo nuestro Salvador, a través del Programa que Él tiene de salvación y vida eterna para los seres humanos.
Por lo tanto, es importante que toda persona que escucha la predicación del Evangelio de Cristo y nace la fe de Cristo en su alma, reciba a Cristo como único y suficiente Salvador, para que reciba la bendición de la vida eterna.
Recuerden que la única oportunidad que el ser humano tiene de recibir la vida eterna es mientras está en esta Tierra. Después que muere la persona, si no lo había recibido como Salvador, ya se le hizo tarde. Le pasa como al hombre rico, que se dedicó a vivir en fiestas, reuniones importantes y murió. Se le olvidó lo más importante: se le olvidó asegurar su futuro eterno en el Reino de Dios, en el Seno de Abraham. Y cuando se vio en el infierno (como lo explica Cristo, en el Hades), entonces recordó que realmente había vida después de la vida terrenal. Se encontró en otra vida, en otra dimensión; se encontró no en el cuerpo físico, sino en cuerpo espiritual; porque el espíritu de la persona es un cuerpo de otra dimensión. Cuando muere, va a uno de dos lugares que hay: o al Paraíso o al infierno. No hay otra forma para el ser humano.
Algunos dicen: “Nadie sabe.” Jesús sabía y lo explicó. Y Jesús fue allá por causa de nuestros pecados; y dejó allá nuestros pecados al diablo, que fue el originador del pecado; y resucitó al tercer día.
Luego, cualquier persona que piense: “Nadie sabe”…; pero es mejor que cuando sepa, ya haya recibido a Cristo como Salvador; porque si llega a saberlo cuando muera y no ha recibido a Cristo, no podrá hacer nada por sí mismo.
Por eso Dios nos da la oportunidad, para que lo recibamos como Salvador y lavemos nuestros pecados en Su Sangre.
Vamos a estar puestos en pie para orar por las personas que están recibiendo a Cristo como Salvador en diferentes naciones; para que Cristo les reciba en Su Reino, les perdone y con Su Sangre les limpie de todo pecado, y les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento.
Con nuestros rostros inclinados:
Padre celestial, en el Nombre del Señor Jesucristo vengo a Ti con las personas que están recibiendo a Cristo como único y suficiente Salvador. Recíbeles en Tu Reino. Te lo ruego en el Nombre del Señor Jesucristo.
Y ahora repitan conmigo esta oración los que están viniendo a los Pies de Cristo en esta ocasión:
Señor Jesucristo, escuché la predicación de Tu Evangelio y nació Tu fe en mi alma, en mi corazón.
Creo en Ti con toda mi alma. Creo en Tu Primera Venida. Creo en Tu Nombre como el único nombre bajo el Cielo, dado a los hombres, en que podemos ser salvos. Creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por nuestros pecados.
Reconozco que soy pecador y necesito un Salvador. Doy testimonio público de Tu fe en mí y de mi fe en Ti, y te recibo como mi único y suficiente Salvador.
Te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado, y me bautices con Espíritu Santo y Fuego, y produzcas en mí el nuevo nacimiento.
Quiero nacer en Tu Reino, quiero vivir eternamente. Haz una realidad la Salvación que ganaste para mí en la Cruz del Calvario.
Te lo ruego en Tu Nombre Eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén y amén.
Y ahora me dirán los que han recibido a Cristo como Salvador: “Quiero ser bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, porque Él dijo: ‘El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.’ [San Marcos 16:16] ¿Cuándo me pueden bautizar?”
Por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón, bien pueden ser bautizados; y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento. Y nos continuaremos viendo eternamente en el Reino de Cristo nuestro Salvador.
Dejo aquí al ministro correspondiente, y en cada país dejo al ministro correspondiente, para que les indique cómo hacer para ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo nuestro Salvador.
Que Dios les bendiga y les guarde a todos ustedes aquí presentes, y allá en Puerto Rico y los demás países. Y el domingo próximo nos vemos, Dios mediante, para continuar en el estudio bíblico, para tener el estudio bíblico: “LA LUZ DE LA TARDE.”
Dios les bendiga; y continúen pasando una noche feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador.
“LA LUZ DE LA TARDE.”