La bandera que Dios levanta contra el enemigo: La Palabra

Muy buenas tardes, ministros nacionales e internacionales reunidos en esta ocasión. Es para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para saludarlos y pedirle a Dios las bendiciones sobre cada uno de ustedes:

Que el Señor Jesucristo les bendiga grandemente con las bendiciones correspondientes a este tiempo final y con la Palabra correspondiente a este tiempo final; y nos abra el entendimiento para comprender la Palabra correspondiente a este tiempo final. En el Nombre del Señor Jesucristo. Y que nos use grandemente en Su Programa, en este tiempo en el cual vivimos. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.

Estamos en un tiempo en que hay Palabra de Dios profética para ser cumplida en medio Su Iglesia, y por medio de Su Iglesia el Espíritu Santo obrando, cumpliendo esas palabras proféticas que corresponden al tiempo en el cual nos ha tocado vivir. Por lo tanto, esa es la bandera: la Palabra. La Palabra correspondiente a cada Edad es la bandera que Dios levanta para enfrentar al enemigo de Dios.

Por lo tanto, en este tiempo Dios levanta Bandera, levanta Su Palabra prometida para este tiempo, vindicándola, haciéndola una realidad; y por consiguiente, cumpliendo el propósito correspondiente a este tiempo final en la Iglesia del Señor Jesucristo.

Por lo tanto, cuando veamos el cumplimiento de la Visión de la Carpa, la Bandera estará bien levantada en este tiempo final.

Que Dios les bendiga y les guarde; y mis saludos a vuestras congregaciones. Y que sepan todos, que estamos ya al final. Falta muy poco para nuestra transformación, falta muy poco para el arrebatamiento de la Iglesia, falta muy poco para el cumplimiento de la Visión de la Carpa, falta muy poco para el cumplimiento de todas las promesas correspondientes a este tiempo final.

Que Dios les bendiga y les guarde, y les use siempre grandemente en Su Obra en medio de Su Iglesia y con Su Iglesia en este tiempo final. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.

Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles un saludo a todos ustedes y al misionero, Dr. Miguel Bermúdez Marín: Que Dios te bendiga, Miguel; y que Dios le bendiga a cada uno de ustedes también.

Y ahora un permisito para salir porque tengo que preparar maletas para irme al hotel y allí estar estos días de la Cumbre Paraguay 2016. Así que nos vemos allá, y el domingo próximo nos vemos también acá en Paraguay, en el Centro Cultural UNACE. Así que nos vemos todavía el domingo, Dios mediante.

Que Dios les bendiga y les guarde, y continúen pasando una tarde feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador.

Con ustedes el misionero, Dr. Miguel Bermúdez Marín.

“LA BANDERA QUE DIOS LEVANTA CONTRA EL ENEMIGO: LA PALABRA.”

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