Condolencias por la partida del hermano Israel Álvarez Pérez

Reciban mis condolencias y también de La Gran Carpa Catedral, por la partida de nuestro hermano y amigo Israel Álvarez Pérez, sus familiares; su esposa Rosa Figueroa Rodríguez y sus hijas también, Marilyn Álvarez Carrasquillo, Israel Álvarez Carrasquillo y demás familiares y hermanos en la fe en Cristo.

Sabemos que él está vivo porque lo único que muere de los creyentes es el cuerpo físico; y Cristo le dará uno nuevo en la resurrección que Él ha prometido.

El ser humano es alma, espíritu y cuerpo, y ha venido a esta Tierra para estar una temporada, para ser rociado con la Sangre de Cristo y limpiado de todo pecado; y cuando terminan esos días y su labor en la Tierra, Dios lo llama a descansar en el Paraíso, que es la sexta dimensión, la dimensión de los ángeles, que están en cuerpos teofánicos.

Y así como le dijo Jesús a Marta la hermana de Lázaro: “Tu hermano resucitará”, podemos decir en estos momentos: Nuestro hermano y amigo Israel Álvarez resucitará, él volverá a la Tierra en un cuerpo nuevo. Es la promesa del Señor para todos los creyentes en Él.

Como la que tenemos en San Juan, capítulo 6, versos 38 al 40, que dice:

“Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.

Y ésta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.

Y ésta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero”.

Son palabras de Jesucristo; y esta es la voluntad del Padre: que todo aquel que en Cristo cree, Él lo resucitará en el Día Postrero, si murió; pero si permanece vivo hasta la resurrección, lo transformará.

La Escritura también dice, hablándonos de esa resurrección, palabras de consuelo; nos dice en Primera de Tesalonicenses, capítulo 4, verso 13 en adelante:

“Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.

Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.

Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.

Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.

Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.

Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras”.

Por lo cual, sean consolados vuestros corazones, vuestras almas, con estas palabras de Cristo y de San Pablo.

Que Dios les bendiga, les guarde, y continúen siempre agarrados de Cristo, sabiendo que no hay otra esperanza para el ser humano. Cristo es la única esperanza de vida eterna para el ser humano.

Dejo nuevamente al reverendo José Benjamín Pérez con ustedes.

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