Discerniendo el pensamiento de Dios en el Día Postrero

Muy buenos días, amados amigos y hermanos presentes, radioyentes y televidentes. Es para mí una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor del Programa Divino correspondiente a este tiempo final.

Para lo cual quiero leer en Isaías, capítulo 55, versos 1 al 11, donde dice Dios:

“A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche.

¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura.

Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David.

He aquí que yo lo di por testigo a los pueblos, por jefe y por maestro a las naciones.

He aquí, llamarás a gente que no conociste, y gentes que no te conocieron correrán a ti, por causa de Jehová tu Dios, y del Santo de Israel que te ha honrado.

Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano.

Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.

Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.

Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.

Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come,

así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié”.

Que Dios nos permita comprender Su Palabra en esta ocasión.

Nuestro tema para esta ocasión es: “DISCERNIENDO EL PENSAMIENTO DE DIOS EN EL DÍA POSTRERO”.

“DISCERNIENDO EL PENSAMIENTO DE DIOS EN EL DÍA POSTRERO”. Ese es nuestro tema para esta ocasión.

Para poder comprender el pensamiento de Dios necesitamos que el pensamiento de Dios sea expresado a los seres humanos; y esto Dios lo ha hecho de edad en edad y de dispensación en dispensación por medio de Sus profetas.

Dios ha hablado a Sus profetas y Sus profetas han hablado al pueblo; y eso que han hablado al pueblo de parte de Dios es el pensamiento de Dios expresado en forma de Mensaje. Y como Dios ha pensado, le ha hablado al profeta o a los profetas que ha enviado de edad en edad y de dispensación en dispensación; y como ha sido hablado, así Dios ha estado haciendo.

No regresa a Dios vacía la Palabra que ha sido hablada, o sea que no regresa a Dios sin cumplirse lo que Dios ha dicho por medio de Sus profetas, porque ese es el pensamiento de Dios.

Y ahora, la forma de discernir los pensamientos de Dios, vean ustedes cómo es: en Primera de Corintios, capítulo 2, versos 9 en adelante, nos dice:

“Antes bien, como está escrito:

Cosas que ojo no vio, ni oído oyó,

Ni han subido en corazón de hombre,

Son las que Dios ha preparado para los que le aman.

Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios”.

Por medio del Espíritu de Dios es que podemos obtener el conocimiento de los pensamientos de Dios, porque el Espíritu de Dios lo escudriña todo, aun lo profundo de Dios.

Todo lo que está en la Mente de Dios, el Espíritu de Dios lo conoce y lo revela a los seres humanos por medio de Sus profetas, a los cuales viene la revelación de Dios, la revelación de los pensamientos divinos. La revelación de los pensamientos divinos viene a los profetas de Dios, y ellos dan a conocer esos pensamientos divinos a los seres humanos.

Es muy importante conocer los pensamientos de Dios para saber las cosas que Dios ha hecho en el pasado, las que está haciendo en el presente y las que hará en el futuro; porque como Dios ha pensado, así Él ha hablado a Sus profetas, y Sus profetas han hablado al pueblo; y así es como Dios ha hecho de edad en edad y de dispensación en dispensación.

Es por medio del Espíritu de Dios que obtenemos la revelación de aun lo profundo de Dios, de la Mente de Dios.

[1 Corintios 2:11] “Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.

Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido,

lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.

Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de (examinar) discernir espiritualmente.

En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie.

Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo”.

Ahora, vean ustedes cómo la Mente de Cristo, que es la Mente del Espíritu Santo, ha estado revelando de edad en edad y de dispensación en dispensación aun lo profundo de Dios. Es el Espíritu de Dios el que ha traído la revelación divina en los diferentes tiempos.

Y para la Dispensación de la Gracia y luego para la Dispensación del Reino continúa siendo el Espíritu de Dios el que trae la revelación de los pensamientos divinos de y para este tiempo final. Y para poder discernir el pensamiento de Dios en el Día Postrero necesitamos el Espíritu de Dios manifestado en medio de Su Iglesia.

Cristo hablando del Espíritu Santo dijo en San Juan, capítulo 14, verso 26:

“Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”.

¿Qué dice Jesucristo que hará el Espíritu Santo? “Él os enseñará todas las cosas”. Él enseñará los pensamientos divinos, los dará a conocer.

Y esos pensamientos divinos que ya han sido hablados en el Antiguo Testamento son dados a conocer, son abiertas esas Escrituras, esos pensamientos divinos que están en forma de Palabra hablada; son abiertos esos pensamientos, esas Escrituras son abiertas, para poder comprender, discernir el pensamiento de Dios.

¿Quiere usted saber cómo piensa Dios? Lea la Biblia. En la Biblia está la forma de Dios pensar; y la Biblia es el pensamiento de Dios escrito, el cual fue revelado a los profetas de Dios, y ellos hablaron esos pensamientos divinos, y luego fueron escritos esos pensamientos divinos como la Palabra de Dios. “Y los Cielos y la Tierra pasarán, pero Mi Palabra no pasará”, dice Dios; así dijo Jesucristo dos mil años atrás[1].

Así que podemos ver que la Palabra escrita tiene que ser cumplida. Aquí están las profecías de las cosas que Dios haría de edad en edad y de dispensación en dispensación, porque la Palabra escrita es el pensamiento de Dios revelado a Sus profetas, hablado por ellos, y escrito también.

Y ahora, teniendo este cuadro claro de lo que es el pensamiento de Dios y cómo ha sido revelado el pensamiento de Dios por el Espíritu de Dios a los profetas de Dios, podemos ver que lo que dijo el apóstol San Pablo en su carta a los Hebreos, en el capítulo 1, verso 1 en adelante, concuerda con lo que los profetas del Antiguo Testamento también hablaron. Dice:

“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas…”.

¿En qué forma le habló Dios al pueblo hebreo? Por medio de los profetas. Esa es la forma de Dios hablarle a Su pueblo, porque ellos vienen con las dos consciencias juntas, y ellos han sido enviados por Dios a esta Tierra para ese propósito: para recibir de parte de Dios los pensamientos divinos y darlos a conocer a los seres humanos, para discernir los pensamientos divinos de las cosas que Dios haría a través de las diferentes generaciones, edades y dispensaciones.

Dios dice que habló por medio de los profetas. Y sigue diciendo San Pablo:

“… en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo”.

Vean ustedes, Dios habló por medio de Jesucristo en toda Su plenitud, pues Dios estaba manifestado en toda Su plenitud en aquel velo de carne llamado Jesús. Allí estaba la Mente de Dios, el Espíritu de Dios, y estaba discerniendo los pensamientos de Dios correspondientes a aquel tiempo y también a tiempos futuros.

Por eso Jesucristo habló de las cosas que Dios estaba realizando en ese tiempo por medio de Él, por medio de Jesús; y también habló de las cosas que Dios haría más adelante, o sea, profetizó de lo que vendría más adelante; porque allí estaba el Discernidor de los pensamientos de Dios, que es el Espíritu Santo; estaba en Jesús en toda Su plenitud manifestado.

Y ahora, vean ustedes cómo Cristo identificó aquel tiempo en el cual Él vivía como el tiempo del cumplimiento de la promesa mesiánica, e identificó la promesa mesiánica siendo cumplida en Él, cuando Él leyó, en San Lucas, capítulo 4 y versos 17 en adelante, donde dice:

“Y se le dio el libro del profeta Isaías (esto fue en la sinagoga de Nazaret); y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito:

El Espíritu del Señor está sobre mí,

Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;

Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;

A pregonar libertad a los cautivos,

Y vista a los ciegos;

A predicar el año agradable del Señor.

Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él.

Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”.

Estaba Jesús allí dando testimonio que esa Escritura, la Escritura de la Venida del Ungido de Dios con el Espíritu Santo, para llevar a cabo el cumplimiento de aquellas promesas proféticas, estaba esa Escritura cumplida en medio de ellos en carne humana en la persona de Jesús de Nazaret, el cual estaba con ellos allí hablando, leyendo esta Escritura mesiánica y dándoles testimonio de que estaba cumplida en medio de ellos.

Algunos pensaban: “¿No es este el hijo de José? ¿No lo conocemos a Él y conocemos toda Su familia?”[2]. Pero, sin embargo, era este hombre —llamado Jesús de Nazaret— el velo de carne donde estaban cumpliéndose las promesas de la Primera Venida de Cristo.

Y Jesús con el Espíritu Santo, el Espíritu de Dios en Él, estaba discerniendo el pensamiento de Dios correspondiente a aquel tiempo, y estaba abriendo esas Escrituras, estaba dando a conocer el pensamiento de Dios correspondiente a ese tiempo. Y el pensamiento de Dios correspondiente a aquel tiempo era que enviaría al Mesías en ese tiempo; y allí estaba ese pensamiento divino convertido en una realidad.

También en el pensamiento divino estaba enviar al precursor antes para preparar el camino al Señor[3]; y se cumplió también en medio del pueblo hebreo, y fue Juan el Bautista[4]. Juan el Bautista era el pensamiento divino del hombre que le prepararía el camino al Señor; y esa promesa se cumplió en Juan el Bautista, y por eso Jesús dijo: “Y si ustedes lo quieren recibir, él es aquel Elías que había de venir”. Eso lo dijo Jesús en San Mateo, capítulo 11 y verso 14, y también en San Mateo, capítulo 17, verso 10 en adelante, cuando bajó del Monte de la Transfiguración.

Allí en el verso… del verso 10 al verso 13, nos muestra lo que Jesús dijo cuando le preguntaron, dice:

“Entonces sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?

Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas.

Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos.

Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista”.

Ahora, vean cómo en esta segunda ocasión Jesús identifica a Juan el Bautista como el Elías que había de venir en ese tiempo preparándole el camino al Señor; y vino en tal forma que ni se dieron cuenta que había llegado Elías en su tercera manifestación, precursando la Primera Venida de Cristo. Ese era el pensamiento divino para ese tiempo, para preparar al Señor un pueblo bien apercibido[5].

Y ahora, vean cómo el pensamiento de Dios ha ido cumpliéndose. Porque el pensamiento de Dios, cuando ha sido revelado a los profetas de Dios por medio del Espíritu de Dios, que es el que conoce todos los pensamientos de Dios, que es el que conoce aun lo profundo de Dios, y los profetas de Dios teniendo el Espíritu de Dios: por medio del Espíritu de Dios ha venido el discernimiento de los pensamientos de Dios; y luego esos profetas, como les dije, han hablado esos pensamientos divinos que ellos han discernido por el Espíritu de Dios, y ha venido a ser profecía que tiene que ser cumplida.

Y ahora, veamos cómo durante el Antiguo Testamento se cumplieron las profecías correspondientes al Antiguo Testamento.

Como, por ejemplo, tenemos la profecía del pueblo hebreo estando en esclavitud, profecía que fue dada a Abraham. Abraham por el Espíritu de Dios discernió el pensamiento de Dios con relación a la simiente, a la descendencia de Abraham, de él; y supo lo que sucedería con su descendencia, aun cuando todavía Abraham no tenía un hijo por medio de Sara. En el capítulo 15, verso 12 en adelante, del libro del Génesis, dice:

“Mas a la caída del sol sobrecogió el sueño a Abram, y he aquí que el temor de una grande oscuridad cayó sobre él.

Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años.

Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza.

Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez.

Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí.

Y sucedió que puesto el sol, y ya oscurecido, se veía un horno humeando, y una antorcha de fuego que pasaba por entre los animales divididos.

En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Éufrates”.

Aquí podemos ver a Dios revelándole Su pensamiento a Abraham. Abraham teniendo el Espíritu de Dios pudo captar, pudo discernir el pensamiento divino.

Y ahora, encontramos que el pueblo hebreo surgió de Isaac, de Isaac a Jacob, de Jacob a los patriarcas, y de los patriarcas surgieron las familias que formaron la nación hebrea, el pueblo hebreo.

Y ahora, vean ustedes, cuando vendieron a José (sus hermanos), José llegó hasta Egipto como un esclavo; pero estando como un esclavo en Egipto, luego fue llevado a la cárcel injustamente, y de la cárcel salió para interpretarle el sueño al faraón de Egipto; y el sueño era el de las vacas flacas y las vacas gruesas, y el de las espigas enjutas y las espigas hermosas.

Dios le había revelado al faraón lo que sucedería en su reino, y que tendrían siete años de abundancia y luego vendrían siete años de escasez. Y el faraón, encontramos que no podía comprender lo que le había sucedido a él en esa ocasión, y pidió que le llevaran una persona que supiera interpretar sueños, pero ninguna persona podía interpretarle el sueño al faraón.

El sueño del faraón, vean ustedes, nadie lo podía interpretar; pero el Dios del Cielo sí puede interpretar los sueños; sueños que Dios dio al faraón, el mismo Dios lo podía interpretar.

Ninguno podía interpretar ese sueño; y luego cuando apareció José y el faraón le contó el sueño, José le dio la interpretación. Vean ustedes, siete espigas gruesas y luego siete espigas enjutas, y siete vacas hermosas o gruesas y siete vacas flacas, es lo mismo, tienen el mismo significado: siete años de abundancia y siete años de escasez[6].

Y ahora, con esa interpretación que le dio José al faraón, el faraón reconoce que en ese hombre está el Espíritu de Dios que conoce las cosas de Dios, que conoce el pensamiento de Dios.

Y el Espíritu de Dios manifestado en José reveló el pensamiento de Dios que había sido expresado en ese sueño que había tenido el rey, el faraón de Egipto, y le da la interpretación al faraón; y el faraón muy feliz, muy contento, reconoce que en José está el Espíritu de Dios, el Discernidor del pensamiento de Dios.

Y con el Discernidor del pensamiento de Dios allí en medio del imperio del faraón, podían conocer las cosas que Dios iba a hacer en Egipto en aquel tiempo; y ahora se las está revelando el profeta [José] por medio del Espíritu de Dios, el Discernidor del pensamiento de Dios que estaba en él.

Ahora podemos ver que el faraón dijo: “No hay otro como este hombre en el cual esté el Espíritu de Dios”. El rey necesitaba un hombre así, y José había recomendado al rey que buscara un hombre sabio, un hombre prudente, y lo colocara sobre sus negocios, para que almacenaran alimento en esos siete años de abundancia, para cuando llegaran los siete años de escasez, el pueblo egipcio no muriera. Y el faraón habló con sus sabios; dice… Dice así:

[Génesis 41:37] “El asunto pareció bien a Faraón y a sus siervos,

y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como este, en quien esté el espíritu de Dios?”.

Es muy difícil conseguir un hombre en quien esté el Espíritu de Dios revelando el pensamiento de Dios para una edad o para una dispensación, porque Dios solamente envía un mensajero para cada edad, un mensajero de edad para cada edad; y cuando viene un cambio de dispensación, Dios envía un profeta dispensacional para esa nueva dispensación que tiene que ser abierta; y esa clase de profeta no es muy común, porque solamente Dios tiene siete profetas dispensacionales.

El primero fue Adán, el segundo fue Set, el tercero fue Noé, el cuarto fue Abraham, el quinto fue Moisés, el sexto fue Jesús, y el séptimo es el Ángel del Señor Jesucristo. Y cada mensajero dispensacional es enviado para la dispensación a la cual corresponde.

  • Y para la Dispensación de la Inocencia fue enviado el profeta Adán, para esa primera dispensación.
  • Para la segunda dispensación, que es la Dispensación de la Conciencia, fue enviado el profeta Set.
  • Para la tercera dispensación, la Dispensación del Gobierno Humano, fue enviado el profeta Noé.
  • Para la cuarta dispensación, la Dispensación de la Promesa, fue enviado el profeta y patriarca Abraham.
  • Para la quinta dispensación, que es la Dispensación de la Ley, fue enviado el profeta Moisés.
  • Para la sexta dispensación, la Dispensación de la Gracia, fue enviado Jesucristo.
  • Y para la séptima dispensación, la Dispensación del Reino, tenemos la promesa de que para el Día Postrero sería enviado el Ángel del Señor Jesucristo, dando testimonio de estas cosas en las iglesias.

“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”, dice Apocalipsis, capítulo 22, verso 16.

Y en Apocalipsis, capítulo 4, verso 1, Cristo con esa Voz de Trompeta dice: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de suceder después de estas”.

Cristo promete dar a conocer a Su pueblo las cosas que han de suceder después de las que ya han sucedido durante las siete etapas o edades de la Iglesia gentil, durante estos dos mil años que han transcurrido.

Ahora, las cosas que sucederán en el Día Postrero, o sea, en el séptimo milenio, Cristo promete darlas a conocer; y para eso nos llama, nos invita a subir donde Él está en el Día Postrero, que es en la Edad de la Piedra Angular y en la Dispensación del Reino, para poder escuchar la Voz de Cristo, la Voz de Jesucristo en Espíritu Santo por medio de Su Ángel Mensajero; porque en Su Ángel Mensajero estará el Discernidor de los pensamientos de Dios.

¿Y quién es el Discernidor de los pensamientos de Dios? Es el Espíritu Santo, el cual estuvo en los profetas del Antiguo Testamento. Estuvo en Jesús en toda Su plenitud, estuvo en los apóstoles, estuvo en San Pablo y los otros ángeles mensajeros de las siete etapas o edades de la Iglesia gentil; y en este Día Postrero estará en Su Ángel Mensajero dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.

Estará en Su Ángel Mensajero discerniendo el pensamiento de Dios en el Día Postrero y correspondiente al Día Postrero, discerniendo lo que Dios pensó desde antes de la fundación del mundo para hacer en el Día Postrero, para hacer en este tiempo final en el cual nosotros estamos viviendo.

Y estas cosas que Dios pensó hacer en el tiempo final, en el Día Postrero, vean ustedes, las encontramos profetizadas en diferentes lugares del Antiguo Testamento y también del Nuevo Testamento.

El mismo Jesucristo habló de cosas que Él hará en el Día Postrero, porque estas son cosas que Dios pensó desde antes de la fundación del mundo para hacer en el Día Postrero.

Y entre las cosas principales que Dios hará, vean ustedes algunas. Dice Jesucristo en San Juan, capítulo 6, versos 39 al 40:

“Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero”.

En la Mente de Dios, Dios pensó la resurrección de todos los creyentes en Jesucristo para el Día Postrero.

“Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero”.

Aquí tenemos este pensamiento de Jesucristo, de Dios, para el Día Postrero: la resurrección de todos los santos que han creído en Él y han partido. Y para los que estamos vivos, ¿qué Dios pensó? Él pensó desde antes de la fundación del mundo transformar nuestros cuerpos; para lo cual tenemos la promesa de la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta, como nos dice el apóstol San Pablo en su carta a los Corintios, en el capítulo 15, verso 49 al 54, donde dice [1 Corintios]:

“Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.

Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción.

He aquí, os digo un misterio (aquí nos va a decir un misterio de la Mente Divina para ser cumplido en el Día Postrero): No todos dormiremos; pero todos seremos transformados…”.

Aquí está la transformación de nuestros cuerpos prometida para ser cumplida en el Día Postrero, en donde los muertos en Cristo resucitarán también en cuerpos incorruptibles o cuerpos eternos. Dice:

“… en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles…”.

¿Cómo resucitarán los muertos en Cristo? En cuerpos incorruptibles, o sea, cuerpos eternos. Y nosotros, ¿qué será de nosotros? Dice:

“… y nosotros seremos transformados”.

¿Y para cuándo es la resurrección de los muertos en Cristo conforme a las promesas de Jesucristo? Es para el Día Postrero.

El Día Postrero es el Día del Señor, el séptimo milenio; porque un día delante del Señor es como mil años para los seres humanos. Segunda de Pedro, capítulo 3, verso 8, así lo dice; y el Salmo 90 y verso 4 también da testimonio de esta verdad.

Ahora, vean ustedes, primero ocurre la resurrección de los muertos en Cristo y después la transformación de nosotros los que vivimos. Todo es para el Día Postrero. Eso está en el pensamiento de Dios, y ha sido hablado el pensamiento de Dios proféticamente por medio de los profetas del Antiguo Testamento y también del Nuevo Testamento.

“Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal (o sea, este cuerpo mortal [y corruptible] se vista de incorrupción) se vista de inmortalidad.

Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria”.

De ahí en adelante no habrá más muerte para el cuerpo de los hijos e hijas de Dios, porque tendremos un cuerpo eterno; seremos transformados y tendremos el cuerpo eterno que Cristo ha prometido para cada uno de ustedes y para mí también, y para todos los muertos en Cristo que para el Día Postrero Cristo ha dicho que los va a resucitar.

Esto es el pensamiento de Dios, y ese pensamiento de Dios ha sido ya profetizado por medio de los profetas a los cuales Dios les reveló estos pensamientos en el Antiguo Testamento y también en el Nuevo Testamento.

Y ahora, por cuanto todo esto está en Palabra profética, necesitamos comprender esa Palabra profética, para que así podamos obtener la preparación para ser transformados y raptados nosotros los que estamos viviendo.

Ahora, ¿qué es la Trompeta Final? Cuando se habla acerca de una trompeta se está hablando acerca de la voz de una persona, y cuando se habla acerca de la Trompeta de Dios se está hablando de la Voz de Dios.

Vean aquí en Apocalipsis, capítulo 1, versos 10 y 11, lo que nos dice el apóstol San Juan. Dice:

“Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor…”.

¿En qué día estaba Juan en esa visión? En el Día del Señor. Él fue transportado en visión al Día del Señor; y el Día del Señor es el séptimo milenio. Ese es el Día del Señor, ese es el Día Postrero.

“… y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta…”.

Aquí escuchó una Voz como de trompeta; o sea, no es una trompeta literal, sino la Voz de una persona con un Mensaje urgente.

“… que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último”.

Y ahora, ¿quién es el Alfa y Omega?, ¿quién es el primero y el último? Nuestro amado Señor Jesucristo.

Es la Voz de nuestro amado Señor Jesucristo, es la Voz de nuestro Amado, como dice en el libro de Cantares[7]; la Voz del Amado, del amado por Su Iglesia. Es la Voz de Cristo, de nuestro Amado, hablándonos en el Día Postrero, en el séptimo milenio, con una Voz como de trompeta, una Gran Voz de Trompeta.

¿No dijo Jesucristo también en San Mateo, capítulo 24, verso 31: “Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos”? Es la misma Voz.

Es la Voz de Cristo, la Voz del Esposo, la Voz de nuestro Salvador, hablándonos en el Día Postrero con el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino; y dándonos a conocer los pensamientos de Dios correspondientes al Día Postrero, para poder comprender las cosas que Dios hará en el Día Postrero, en el séptimo milenio, en el cual ya nosotros estamos viviendo si le añadimos al calendario los años de atraso que tiene; pero si no le añadimos al calendario los años de atraso que tiene, pues solamente faltan tres años para llegar al séptimo milenio.

Así que, ya sea que no le sean añadidos los años de atraso que tiene el calendario, o le sean añadidos, vean ustedes, estamos en el tiempo de estar escuchando la misma Voz que oyó Juan en el Día del Señor.

Es la Voz del Esposo, la Voz de Jesucristo, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto. Es la Voz de Jesucristo en Espíritu Santo por medio de Su Ángel Mensajero, discerniendo el pensamiento de Dios en el Día Postrero y del Día Postrero, y dándonos a conocer a nosotros ese pensamiento divino, el cual ya ha sido revelado y profetizado en la Escritura por medio de los profetas de Dios.

Y necesitamos que Jesucristo en Espíritu Santo por medio de Su Ángel Mensajero discierna estos pensamientos divinos que están en forma de profecía y nos abra el entendimiento, y nos abra esas profecías para poder comprender estos pensamientos de Dios correspondientes a este tiempo en el cual nosotros estamos viviendo.

Miren ustedes, aquí nos dice que será a la Final Trompeta. La Final Trompeta es la Voz de Cristo, esa Gran Voz de Trompeta, la Voz de Cristo por medio de Su Ángel Mensajero en el Día Postrero, con el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino siendo proclamado por Jesucristo en Espíritu Santo a través de Su Ángel Mensajero.

Al estar escuchando los hijos e hijas de Dios en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino al Ángel del Señor Jesucristo dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, estamos escuchando —por medio de Su Ángel— al Señor Jesucristo en Espíritu Santo discerniendo los pensamientos divinos correspondientes a este tiempo final.

Hemos visto lo que es la Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final.

¿Ven que necesitamos que el Espíritu de Dios, el Espíritu de Jesucristo, por medio de Su Ángel Mensajero discierna estos pensamientos divinos y nos dé a conocer el significado de estos pensamientos divinos que han sido profetizados para el Día Postrero? El pensamiento divino de la Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final es el Mensaje del Evangelio del Reino siendo predicado; eso es la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta sonando en el Día Postrero.

Y ahora, vean ustedes, también nos habla: “En un momento, en un abrir y cerrar de ojos”; y ojos representa profetas, mensajeros de Dios.

Hemos visto que en la primera edad y para la primera edad se abrió un ojo de los siete ojos del Cordero que están en los siete cuernos del Cordero, y luego se cerró ese ojo cuando murió ese mensajero. Ese mensajero, ese ojo, fue San Pablo, en el cual estaba el Espíritu de Cristo, el Espíritu Santo, el Discernidor de los pensamientos de Dios.

Luego vino el segundo ángel mensajero, y ahí se abrió el segundo ojo de los siete ojos que tiene el Cordero en Sus siete cuernos de Apocalipsis, capítulo 5. Vamos a ver, para que tengan el cuadro claro de lo que estamos hablando. Dice capítulo 5, verso 6, dice:

“Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra”.

El Espíritu de Dios ha recorrido toda la Tierra manifestado en cada ángel mensajero de cada edad de la Iglesia gentil; y eso ha sido la manifestación de cada uno de esos siete ojos del Cordero que tiene en cada uno de esos siete cuernos; y los siete cuernos son las siete etapas o edades de la Iglesia gentil.

Y ahora, vean ustedes, se abrió el primero: San Pablo, y luego se cerró cuando murió; luego el segundo, cuando comenzó, cuando fue enviado y comenzó su ministerio, y luego cuando murió ese mensajero se cerró ese ojo; y así por siete ocasiones consecutivas: en un abrir y cerrar de ojos.

En un abrir y cerrar de ojos es que todo esto de las edades sucedería; y después de eso vendría la Final Trompeta: “A la final trompeta”.

Cuando se habla de la Final Trompeta es porque antes de esa Trompeta han venido otras Trompetas; y siendo la Voz de Cristo hablando, pues la Voz de Cristo estuvo hablando por medio de San Pablo y demás ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil. O sea que en cada edad se escuchó la Voz de Cristo, se escuchó una Trompeta: el Mensaje de Cristo por medio de cada ángel mensajero.

Y ahora, para el Día Postrero, para el tiempo final, se toca la Trompeta Final, que es el Mensaje del Evangelio del Reino para la Dispensación del Reino. Y por eso es señalada la Trompeta Final como una Gran Voz de Trompeta también, como lo habló Jesucristo en San Mateo, capítulo 24, verso 31, cuando dijo:

“Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos…”.

Y en Apocalipsis, capítulo 1, verso 10, Juan escuchó detrás de él una Gran Voz de Trompeta; porque es un Mensaje dispensacional por medio de la manifestación de Jesucristo en Espíritu Santo a través de Su Ángel Mensajero, dándonos el Mensaje del Evangelio del Reino, que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo. Todo esto está en el pensamiento de Dios desde antes de la fundación del mundo para ser cumplido en este tiempo en el cual nosotros estamos viviendo.

Ahora, vean ustedes cómo el Espíritu Santo, el Espíritu de Cristo, que es el Discernidor de los pensamientos de Dios, ha ido moviéndose de mensajero en mensajero y ha ido discerniendo las cosas correspondientes a cada edad.

Y en este Día Postrero encontramos que también profetizó, por medio de Sus mensajeros en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento, de las cosas que sucederán en este tiempo final.

Y para entender estas cosas que sucederán, Jesucristo dice en Apocalipsis 22, verso 16:

“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”.

¿De qué cosas? De estas cosas que deben suceder pronto.

Esto fue prometido por Cristo en Apocalipsis, capítulo 4, verso 1, cuando dijo, con esa Voz de Trompeta:

“Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas”.

Hay que subir a la Edad de la Piedra Angular, donde Jesucristo en Espíritu Santo estaría en este Día Postrero manifestado por medio de Su Ángel Mensajero.

En Apocalipsis, capítulo 22, verso 6, nos dice:

“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”.

Para poder conocer las cosas que deben suceder pronto, Jesucristo ha enviado Su Ángel; y por medio de Su Ángel, Jesucristo en Espíritu Santo, el Discernidor de los pensamientos de Dios, estará discerniendo los pensamientos de Dios correspondientes al Día Postrero y estará dándonos a conocer esos pensamientos divinos, los cuales están también en profecías aquí en la Biblia; y así nos abre la mente divina y los pensamientos de Dios que Él tuvo desde antes de la fundación del mundo para este Día Postrero.

Todo lo que Dios pensó hacer en este tiempo final en el Día Postrero, el Discernidor de los pensamientos de Dios, que es el Espíritu Santo, es el único que los puede dar a conocer en este tiempo.

Jesucristo en Espíritu Santo es el Discernidor de los pensamientos de Dios, y por medio de Su Ángel Mensajero discierne los pensamientos de Dios y los revela a todos los hijos e hijas de Dios en este tiempo final, en este Día Postrero, y nos da a conocer las cosas que Dios estará haciendo en este Día Postrero; nos muestra las que ya ha hecho en este Día Postrero, las que están en proceso de cumplimiento y las que hará para más adelante.

Todo esto es revelado a la Iglesia del Señor Jesucristo en este Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular, por medio del Discernidor de los pensamientos de Dios, que es Jesucristo en Espíritu Santo en este Día Postrero manifestado por medio de Su Ángel Mensajero.

No hay otra forma para poder comprender los pensamientos de Dios correspondientes al Día Postrero, no hay otra forma para poder comprender lo que Dios desde antes de la fundación del mundo pensó hacer en este Día Postrero; solamente por medio del Discernidor de los pensamientos de Dios, que es Jesucristo en Espíritu Santo, en el Día Postrero, revelándonos todas estas cosas que deben suceder pronto; revelándolas por medio de Su Ángel Mensajero.

Y así es como la Iglesia del Señor Jesucristo en el Día Postrero tendría al Discernidor de los pensamientos de Dios para el Día Postrero.

Hemos llegado al tiempo más glorioso de todos los tiempos. Hemos llegado al tiempo en que el Discernidor de los pensamientos de Dios estaría manifestado en este Día Postrero en carne humana por medio de Su Ángel Mensajero, dándonos a conocer el pensamiento que Dios tuvo para este Día Postrero; y así dándonos a conocer todas las cosas que Dios estará haciendo en este Día Postrero, y dándonos a conocer las que ya Él ha cumplido, conforme a lo que Él pensó hacer en este tiempo final, en este Día Postrero.

Él en Su Mente pensó, para el Día Postrero, tener Sus escogidos, los cuales serían llamados y juntados con el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta, con el Mensaje del Evangelio del Reino.

¿Y dónde están esos escogidos que Dios pensó desde antes de la fundación del mundo para tenerlos en el Día Postrero escuchando la Gran Voz de Trompeta y obteniendo el conocimiento de todas estas cosas que deben suceder pronto, y así siendo llamados y juntados en el Día Postrero? Pues aquí estamos; aquí estamos presentes en la América Latina y el Caribe. Aquí en el Paraguay, en Asunción, hay un grupo reunido en esta ocasión.

Y así en toda la América Latina y el Caribe encontramos que hay miles de personas que han sido ordenadas por Dios, que estaban en el pensamiento de Dios desde antes de la fundación del mundo para estar presentes en este Día Postrero escuchando la Voz de Jesucristo, esa Gran Voz de Trompeta; esa Gran Voz de Trompeta llamándonos y juntándonos y revelándonos todas estas cosas que deben suceder pronto.

Aquí estamos los que estaríamos viendo, recibiendo y escuchando al Discernidor de los pensamientos de Dios; recibiendo, viendo y escuchando a Jesucristo en Espíritu Santo manifestado a través de Su Ángel Mensajero en este Día Postrero, revelándonos los pensamientos de Dios correspondientes a este Día Postrero.

Jesucristo es el Discernidor del pensamiento de Dios para el Día Postrero, como lo fue para otras edades y otras dispensaciones. Jesucristo en Espíritu Santo es el Discernidor de la Mente de Dios, del pensamiento de Dios.

Él es el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, Elohim y Melquisedec. “Antes que Abraham fuera, Yo soy”, dijo Jesucristo. Y: “Abraham deseó ver Mi día; lo vio, y se gozó”, dijo Jesucristo también[8].

Porque Él es antes que Juan el Bautista, Él es antes que el profeta Elías, Él es antes que el profeta Moisés, Él es antes que Abraham, Él es antes que Noé, Él es antes que Enoc y Él es antes que Adán también; y Él es antes que toda la Creación, porque Él es el Verbo que se hizo carne y habitó entre los seres humanos, conforme a San Juan, capítulo 1, verso 14; y ese Verbo era con Dios y era Dios. “Este era en el principio con Dios”.

Era el mismo Dios en Su cuerpo teofánico, el cual creó todo el universo. Y luego, en medio del pueblo hebreo se hizo carne, y lo conocimos por el nombre de Jesús.

Él es el Discernidor del pensamiento de Dios, de la Mente de Dios; y de edad en edad ha estado manifestado en cada ángel mensajero, discerniendo el pensamiento de Dios correspondiente a cada edad y profetizando de lo que Dios ha pensado para el Día Postrero.

Y ahora nos encontramos nosotros en el Día Postrero, nos encontramos nosotros en el tiempo más glorioso de todos los tiempos, y en el territorio donde estaría el Discernidor del pensamiento de Dios en el Día Postrero; donde estaría Jesucristo en Espíritu Santo manifestado en Su Ángel Mensajero, discerniendo el pensamiento de Dios y dándonos a conocer en este Día Postrero todas estas cosas que deben suceder pronto, en este tiempo final.

Estamos en el territorio latinoamericano y caribeño, que es el territorio donde estaría el Discernidor del pensamiento de Dios manifestado en Su Ángel Mensajero en el Día Postrero.

Hemos llegado al tiempo, estamos en el territorio, estamos también en la edad: la Edad de la Piedra Angular, y estamos también en la dispensación donde el Discernidor del pensamiento de Dios, Jesucristo en Espíritu Santo, estaría manifestado por medio de Su Ángel Mensajero en el Día Postrero, dándonos a conocer el pensamiento de Dios para este Día Postrero, y así dándonos la fe, la revelación, para ser transformados y raptados en este Día Postrero.

Porque Dios pensó desde antes de la fundación del mundo llevar a cabo la resurrección de los muertos en Cristo en el Día Postrero y la transformación de nosotros los que vivimos también en el Día Postrero, y luego el rapto, para ir a la Cena de las Bodas del Cordero, también en el Día Postrero.

Y también enviar a Su Ángel Mensajero en el Día Postrero, y manifestarse por medio de Su Ángel Mensajero en el Día Postrero y darnos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, en el Día Postrero también.

“DISCERNIENDO EL PENSAMIENTO DE DIOS EN EL DÍA POSTRERO”. Eso es lo que hace Jesucristo en Espíritu Santo en este Día Postrero por medio de Su Ángel Mensajero.

Hemos visto este misterio, este secreto, en esta ocasión.

Y por medio de la Palabra revelada a nosotros por Jesucristo en Espíritu Santo a través de Su Ángel Mensajero, nosotros también podemos tener discernimiento de las cosas que Dios estará haciendo en este tiempo final; porque en nosotros está también el Espíritu de Jesucristo, para poder recibir, creer y entender todas estas cosas que deben suceder pronto, las cuales está discerniendo Jesucristo en Espíritu Santo por medio de Su Ángel Mensajero. Las está discerniendo el Espíritu Santo de la Mente de Dios, del pensamiento de Dios.

Hemos llegado al tiempo del discernimiento del pensamiento de Dios.

¿Qué es más fácil discernir: el pensamiento de un ser humano o el pensamiento de Dios? Y si vimos al Espíritu Santo manifestado en los profetas del Antiguo Testamento y también del Nuevo Testamento discerniendo el pensamiento del corazón de la gente, ¡cómo será discerniendo el pensamiento de la Mente de Dios! ¡Eso es mayor! Porque Dios dice: “Mis pensamientos no son vuestros pensamientos; como están más altos los Cielos que la Tierra, están Mis pensamientos que vuestros pensamientos”. Así que discernir el pensamiento de Dios es estar discerniendo cosas que están a una altura mayor que los pensamientos humanos.

Estar discerniendo el pensamiento de Dios para el Día Postrero es estar viendo lo que Dios pensó para el Día Postrero y lo que Dios estará haciendo en este Día Postrero: todo el Programa Divino correspondiente a la Dispensación del Reino. Todo eso está en el pensamiento de Dios, lo cual Él lo pensó desde antes de la fundación del mundo; y en este Día Postrero Él lo va cumpliendo gradualmente.

Por medio de ese discernimiento del Espíritu Santo, discerniendo la Mente de Dios, el pensamiento de Dios, obtenemos el conocimiento de lo que está en la Mente y el corazón de Dios para este Día Postrero, para Su pueblo, para Su Iglesia, y para el pueblo hebreo y para esta humanidad.

“DISCERNIENDO EL PENSAMIENTO DE DIOS EN EL DÍA POSTRERO”.

Ha sido para mí un privilegio muy grande estar con ustedes, dándoles testimonio del discernimiento del pensamiento de Dios en el Día Postrero.

Y así como muchos vieron al Espíritu Santo discerniendo el pensamiento de las personas por medio de la manifestación que tuvo en mensajeros, en profetas, ahora nos ha tocado ver al Espíritu Santo discerniendo el pensamiento de Dios, discerniendo el pensamiento de Dios por medio de Su Ángel Mensajero; o sea, el Espíritu Santo en Su Ángel Mensajero discerniendo el pensamiento de Dios, lo que Dios ha pensado para este Día Postrero.

Y así como nadie conoce las cosas del hombre sino el espíritu del hombre, del ser humano, así también nadie conoce las cosas de Dios sino el Espíritu de Dios.

Y ahora, el Espíritu de Dios en este Día Postrero, que es el que conoce las cosas de Dios, estaría en Su Ángel Mensajero discerniendo los pensamientos de Dios, todo lo que Dios pensó para este Día Postrero, para este tiempo final, y dándonos a conocer todas esas cosas que Dios pensó para este tiempo final.

Y vean, en lo que Dios pensó para este tiempo final, a la América Latina y el Caribe le ha tocado la mejor parte; a todos nosotros nos ha tocado la mejor parte de lo que Dios pensó para el Día Postrero; y luego le toca al pueblo hebreo.

Nos ha tocado a nosotros ver a Jesucristo en Espíritu Santo por medio de Su Ángel Mensajero, discerniendo. Pero ahora no es (en esta etapa), por ahora no es discerniendo el pensamiento de las personas sino de Dios, que eso es millones de veces mayor que discernir el pensamiento del corazón de los seres humanos.

Ahora, estamos en el tiempo más grande y glorioso de todos los tiempos.

Vean, así como pudo discernir el pensamiento del corazón de los seres humanos, ahora está en la etapa del discernimiento del pensamiento de Dios.

“DISCERNIENDO EL PENSAMIENTO DE DIOS EN EL DÍA POSTRERO”. Eso es lo que hace Jesucristo en Espíritu Santo por medio de Su Ángel Mensajero en este Día Postrero; y todos nosotros somos testigos de ese discernimiento.

Somos testigos del discernimiento del Espíritu Santo, discerniendo el pensamiento de Dios en este Día Postrero y de las cosas correspondientes al Día Postrero.

Y nada se le escapará —de lo que Dios ha pensado— para este Día Postrero, porque Él está en Su manifestación final en el Día Postrero a través de Su Ángel Mensajero; Jesucristo en Espíritu Santo está discerniendo el pensamiento de Dios en el Día Postrero, o sea, en el séptimo milenio, en el cual estamos si le añadimos al calendario los años de atraso que tiene.

Ha sido para mí un privilegio muy grande estar con ustedes, dándoles testimonio de “EL DISCERNIMIENTO DEL PENSAMIENTO DE DIOS EN EL DÍA POSTRERO”; dándoles testimonio de Jesucristo en Espíritu Santo DISCERNIENDO EL PENSAMIENTO DE DIOS EN EL DÍA POSTRERO. Hemos visto el orden para ese discernimiento.

Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, sean sobre cada uno de ustedes; toda bendición que Dios pensó para Sus hijos, para este Día Postrero, sean sobre cada uno de ustedes y sobre mí también, y se materialicen en cada uno de ustedes y en mí también. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Estaré nuevamente con ustedes en la próxima actividad, que será a las 3:00 de la tarde (¿la transmisión?). Estaremos transmitiendo a las 3:00 de la tarde para todos los amigos radioyentes; y para los televidentes también estaremos transmitiendo ya la próxima actividad durante la noche; esta de estos momentos será transmitida también por TV Cable, será transmitida esta actividad también.

(¿A qué hora hoy, esta que hemos tenido?) Dentro de algunos… El tiempo que toma desde este lugar hasta TV Cable será el tiempo que se necesita para comenzar luego la transmisión de esta conferencia de esta mañana, titulada: “DISCERNIENDO EL PENSAMIENTO DE DIOS EN EL DÍA POSTRERO”.

Y en la tarde, a las 3:00 de la tarde, estaré nuevamente con ustedes, para estar hablándoles sobre el tema “ABRIENDO EL ENTENDIMIENTO CON LAS ESCRITURAS”, o con la Escritura. Ese será el tema, nuestro tema para la tarde: “ABRIENDO EL ENTENDIMIENTO CON LAS ESCRITURAS”, o con la Escritura.

Vamos a ver cómo el entendimiento es abierto, de todo ser humano, con la Escritura, y así podremos entender los misterios de Dios correspondientes a este tiempo final.

En esta mañana hemos tenido el tema: “DISCERNIENDO EL PENSAMIENTO DE DIOS EN EL DÍA POSTRERO”.

Que Dios les bendiga, que Dios les guarde.

Y dejo al reverendo Miguel Bermúdez Marín con nosotros para que les dé teléfonos y direcciones a los cuales ustedes pueden comunicarse, para pedir literatura completamente gratis y también asistir a actividades como esta, en donde estarán viendo y escuchando conferencias similares a esta, que ya han sido dictadas.

Dejo al reverendo Miguel Bermúdez Marín con ustedes.

Que Dios les bendiga, y hasta la tarde.

“DISCERNIENDO EL PENSAMIENTO DE DIOS EN EL DÍA POSTRERO”.

[Revisión febrero 2023 -RM-JR]

[1] Mt. 24:35, Mr. 13:31, Lc. 21:33

[2] Mt. 13:55-56, Mr. 6:3, Lc. 4:22

[3] Isaías 40:3, Malaquías 3:1

[4] Mt. 3:1-3, Mr. 1:2-8, Lc. 3:1-4, Jn. 1:19-23

[5] San Lucas 1:17

[6] Génesis 41:1-36

[7] Cantares 2:8, 5:2

[8] San Juan 8:56-58

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