¿Dónde está el Dios de Elías?

Muy buenas tardes, ministros compañeros presentes, y los que están a través de internet en diferentes naciones; es una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.

Leeremos en Segunda de Reyes, capítulo 2, versos 1 al 15, el pasaje donde el profeta Elías fue arrebatado al Cielo en un carro de fuego. Dice:

“Aconteció que cuando quiso Jehová alzar a Elías en un torbellino al cielo, Elías venía con Eliseo de Gilgal.

Y dijo Elías a Eliseo: Quédate ahora aquí, porque Jehová me ha enviado a Bet-el. Y Eliseo dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré. Descendieron, pues, a Bet-el.

Y saliendo a Eliseo los hijos de los profetas que estaban en Bet-el, le dijeron: ¿Sabes que Jehová te quitará hoy a tu señor de sobre ti? Y él dijo: Sí, yo lo sé; callad.

Y Elías le volvió a decir: Eliseo, quédate aquí ahora, porque Jehová me ha enviado a Jericó. Y él dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré. Vinieron, pues, a Jericó.

Y se acercaron a Eliseo los hijos de los profetas que estaban en Jericó, y le dijeron: ¿Sabes que Jehová te quitará hoy a tu señor de sobre ti? Él respondió: Sí, yo lo sé; callad.

Y Elías le dijo: Te ruego que te quedes aquí, porque Jehová me ha enviado al Jordán. Y él dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré. Fueron, pues, ambos.

Y vinieron cincuenta varones de los hijos de los profetas, y se pararon delante a lo lejos; y ellos dos se pararon junto al Jordán.

Tomando entonces Elías su manto, lo dobló, y golpeó las aguas, las cuales se apartaron a uno y a otro lado, y pasaron ambos por lo seco.

Cuando habían pasado, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí.

Él le dijo: Cosa difícil has pedido. Si me vieres cuando fuere quitado de ti, te será hecho así; mas si no, no.

Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino.

Viéndolo Eliseo, clamaba: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo! Y nunca más le vio; y tomando sus vestidos, los rompió en dos partes.

Alzó luego el manto de Elías que se le había caído, y volvió, y se paró a la orilla del Jordán.

Y tomando el manto de Elías que se le había caído, golpeó las aguas, y dijo: ¿Dónde está Jehová, el Dios de Elías? Y así que hubo golpeado del mismo modo las aguas, se apartaron a uno y a otro lado, y pasó Eliseo.

Viéndole los hijos de los profetas que estaban en Jericó al otro lado, dijeron: El espíritu de Elías reposó sobre Eliseo. Y vinieron a recibirle, y se postraron delante de él”.

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

Nuestro tema es: “¿DÓNDE ESTÁ EL DIOS DE ELÍAS?”. Porque ese es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, ese es el Dios a quien, desde Adán en adelante, han adorado todos los que han servido a Dios. Ese es el Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, ese es el Dios de los judíos, y ese es el Dios de la Iglesia del Señor Jesucristo; el cual se hizo carne, conforme a Isaías, capítulo 7, verso 14, y San Juan, capítulo 1, verso 14.

En Isaías, capítulo 7, verso 14, dice:

“… y llamará su nombre Emanuel” (que traducido es: Dios con nosotros)[1].

Y en San Juan dice:

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.

Este era en el principio con Dios”. (Capítulo 1, verso 1, de San Juan).

Y capítulo 1, verso 14, dice [San Juan]:

“Y aquel Verbo fue hecho carne (o sea, se hizo carne), y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre)…”.

Y por consiguiente, el Verbo —que era con Dios— se hizo carne, y por consiguiente se hizo hombre en esta dimensión terrenal, de los seres humanos. Y así es como:

“… (el) Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”.

Y luego, el verso 18, dice:

“A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer”.

“¿DÓNDE ESTÁ EL DIOS DE ELÍAS?”.

Y que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra, nos abra las Escrituras, y nos permita ver y entender; y ver y entender dónde está el Dios de Elías.

El Dios de Elías es el Creador de los Cielos y de la Tierra, el cual y del cual vino el Verbo, salió el Verbo; y el Verbo es nada menos que el cuerpo angelical de Dios, el cual —por consiguiente— es Cristo en Su cuerpo angelical; llamado también, en el Antiguo Testamento, el Ángel del Pacto o Ángel de Jehová.

Y a través de ese cuerpo angelical, el Verbo, el cual también es llamado el Hijo de Dios, encontramos que Dios ha estado manifestado. Y a través de Él es que en el Antiguo Testamento llevó a cabo todas las cosas; fue a través del Verbo que Dios creó todas las cosas.

La Voz de Dios, la Palabra de Dios para cada edad y para cada dispensación, es escuchada y recibida por un profeta, por un mensajero: “Porque no hará nada el Señor Jehová, sin que antes revele Sus secretos a Sus siervos Sus profetas”. Eso es Amós, capítulo 3, verso 7.

Y Deuteronomio, capítulo 29, verso 29, vamos a ver lo que nos dice ahí, para luego continuar:

“Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley”.

Y ahora, estas cosas que han sido reveladas, ¿cómo fueron reveladas? A Dios – a un profeta, y luego: de un profeta al pueblo. La Ley y estatutos que Dios le dio al pueblo hebreo fueron dados a Moisés, y Moisés los reveló, los dio al pueblo hebreo.

¿Dónde coloca Dios Su Palabra?

[Deuteronomio 18:18] “… y pondré mis palabras en su boca (es en la boca de un profeta donde está la Palabra de Dios), y él les hablará todo lo que yo le mandare”.

El Mensaje, la Palabra de Dios para cada edad o dispensación, es colocada en la boca de un profeta; o sea que sale de la boca de un profeta, un profeta ungido con el Espíritu Santo, hablando esa Palabra que le es colocada en su corazón y en su boca para ser hablada al pueblo.

“Mas a cualquiera…”.

Dice:

“… y él les hablará todo lo que yo le mandare.

Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta”.

Se las tendrá que arreglar con Dios después, darle cuentas a Dios; porque Dios lo va a juzgar porque no quiso escuchar la Voz de Dios en la forma en que Dios estaba hablando.

Por eso es que San Pablo, en Hebreos, capítulo 3, verso 7, y capítulo 4, verso 7, dice: “Si oyes hoy Su Voz, no endurezcas tu corazón”.

Y ahora, hemos visto que en la misma forma en que Dios hablaba en el Antiguo Testamento a Su pueblo, ahora en el Nuevo Testamento encontramos a Dios hablando por medio de Su Espíritu Santo a través de Sus diferentes mensajeros correspondientes a cada etapa de la Iglesia del Señor Jesucristo.

Habló a través de San Pedro y los demás apóstoles de aquel tiempo; habló a través de San Pablo, como el mensajero de la primera edad de la Iglesia; y a través de cada mensajero correspondiente a cada edad.

Y eso es el Dios de Elías en Su trayectoria; el cual, en medio de la raza humana tiene una trayectoria desde el Génesis hasta el Apocalipsis; tiene una trayectoria desde el primer profeta que fue colocado en la Tierra en carne humana, que fue (¿quién?) Adán, hasta el último profeta mensajero que Él tendrá en la Tierra en el Día Postrero, que será el Elías prometido en su quinta manifestación, a través del cual estará manifestado el Dios de Elías en el Día Postrero.

Y ahora, ¿dónde fue hallado el Dios de Elías? En el tiempo de Adán: en Adán manifestado; luego en Abel, luego en Set; y así por el estilo, en esa línea de hombres de Dios enviados de etapa en etapa.

Fue manifestado en Enoc, fue manifestado en Matusalén, fue manifestado en Lamec, fue manifestado en Noé, y lo vimos manifestado también en Sem, lo vimos manifestado también en Abraham, lo vimos manifestado también en Moisés, lo vimos manifestado en Josué, lo vimos manifestado en los jueces…

Encontramos a uno de los jueces, que estaba recogiendo el trigo para esconderlo; ese fue… [Hno. Miguel: Gedeón] Gedeón; y a él le habló Dios, el Dios de Elías. Eso está en Jueces… [Hno. Miguel: Jueces 13] Jueces 13 está lo de Sansón. Vamos a buscarlo por aquí para que tengamos un cuadro claro de… [Hno. Miguel: 6] Jueces 6, del verso 11 en adelante dice:

“Y vino el ángel de Jehová, y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual era de Joás abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas.

Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente.

Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas.

Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?

Entonces le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre.

Jehová le dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre.

Y él respondió: Yo te ruego que si he hallado gracia delante de ti, me des señal de que tú has hablado conmigo.

Te ruego que no te vayas de aquí hasta que vuelva a ti, y saque mi ofrenda y la ponga delante de ti. Y él respondió: Yo esperaré hasta que vuelvas.

Y entrando Gedeón, preparó un cabrito, y panes sin levadura de un efa de harina; y puso la carne en un canastillo, y el caldo en una olla, y sacándolo se lo presentó debajo de aquella encina.

Entonces el ángel de Dios le dijo: Toma la carne y los panes sin levadura, y ponlos sobre esta peña, y vierte el caldo. Y él lo hizo así.

Y extendiendo el ángel de Jehová el báculo que tenía en su mano, tocó con la punta la carne y los panes sin levadura; y subió fuego de la peña, el cual consumió la carne y los panes sin levadura. Y el ángel de Jehová desapareció de su vista.

Viendo entonces Gedeón que era el ángel de Jehová, dijo: Ah, Señor Jehová, que he visto al ángel de Jehová cara a cara.

Pero Jehová le dijo: Paz a ti; no tengas temor, no morirás”.

Y ahora, vean ustedes, Gedeón está viendo a un hombre, pero en un cuerpo angelical. Como también Moisés. Como también Jacob: se encontró con un varón, con un hombre, y luchó con él; y era el Ángel de Jehová, el Ángel de Dios. Por eso Jacob dijo: “Yo vi cara a cara a Dios, y fue librada mi alma”; y le puso por nombre Peniel al lugar, que significa ‘rostro de Dios’[2].

Y ahora, siendo que este hombre de Dios, Gedeón, también vio a… cara a cara, porque él aquí dice – aquí lo dice:

“… (y) dijo: Ah, Señor Jehová, que he visto al ángel de Jehová cara a cara”.

Luego, encontramos que el mismo Jesucristo en otra ocasión, allá en San Juan, capítulo 8, verso 56, dice… 56 al 58:

“Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó.

Entonces le dijeron los judíos: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?

Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy”.

¿Cómo era Jesucristo antes de Abraham? Era el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto.

Y ahora, encontramos que el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, en el cual estaba, está y estará eternamente Dios —porque es el cuerpo angelical de Dios—, se hizo carne y habitó en medio de la raza humana.

Y en ese hombre llamado Jesús, ¿quién estaba? El Dios de Elías, que es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de Adán, el Dios Creador de los Cielos y de la Tierra; y ahí estaba (en Jesús) Dios en alma, espíritu y cuerpo. Y ahí tenemos la trinidad de Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo; y eso es Dios en alma, espíritu y cuerpo.

Dios, el Eterno, el Creador de los Cielos y de la Tierra: el alma. En Espíritu: el cuerpo angelical de Dios, el Ángel de Jehová, el Cristo, Cristo en Su cuerpo angelical, que es la imagen de Dios. Y en carne: el cuerpo físico de Jesús, ¿ven?, en cuerpo físico. Y eso es Dios en alma, espíritu y cuerpo; ahí tenemos la trinidad de Dios.

Por eso el ser humano, que fue creado a imagen y semejanza de Dios, es alma, espíritu y cuerpo también.

Si Dios creó al ser humano a Su imagen, entonces, si el ser humano es alma espíritu y cuerpo, Dios también tiene que ser alma, espíritu y cuerpo.

Tenemos que encontrar a Dios y conocer a Dios en alma, espíritu y cuerpo, para poder conocer así nuestro Padre celestial.

Así como en el aspecto físico tenemos un padre; y cuando usted está buscando a su padre… o cuando era un niñito y le decían: “Tu padre viene de camino”, ¿qué usted está esperando ver – o qué estaba esperando ver usted? No estaba esperando ver un caballito, o un buey, o un animalito, sino que usted estaba esperando ver una persona que se parecía a usted: una persona con alma, espíritu y cuerpo.

Y cuando han dejado su cuerpo, y si los vemos antes de la resurrección, pues entonces esperamos ver a nuestros familiares en alma y espíritu: alma y un cuerpo angelical. ¿Ven lo sencillo que es todo?

Por lo tanto, el Dios de Abraham es nada menos que el Padre, pero tiene un cuerpo angelical llamado el Ángel del Pacto o Ángel de Jehová.

Y por esa causa, cuando aparecía a los diferentes hombres de Dios en forma física, encontramos que aparecía en la forma de una columna de fuego, de una luz; y en esa luz estaba Dios. Y si se dejaba ver, el próximo paso era ver un hombre, llamado el Ángel del Pacto o Ángel de Jehová, en quien estaba Dios.

Por lo tanto, este Ángel, cuando aparecía, los mismos profetas y diferentes hombres de Dios (como los jueces) decían que habían visto a Dios; reconocían que era Dios el que estaba ahí, aunque estaban viendo un hombre, un Ángel; pero estaban viendo el cuerpo angelical de Dios, a través del cual Dios estaba hablando; o sea que estaban viendo a Dios en forma angelical.

Y cuando las personas recibían a un profeta, y ese profeta hablaba la Palabra de Dios, las personas estaban viendo a Dios en un cuerpo prestado, temporal, porque estaban viendo el velo de carne donde estaba Dios temporalmente; pero ellos reconocían que ese velo de carne no era Dios, sino el que estaba dentro de ese velo de carne, el cual estaba en alma y espíritu.

O sea, en alma y cuerpo angelical se había metido dentro de un hombre, de un profeta, y hablaba a través de ese profeta; ese profeta hablaba ungido por el Espíritu Santo. Por eso podían decir: “Así dice el Señor”. Era el Señor, no la palabra de un hombre.

Y cuando se hizo carne el Verbo, las personas que vieron a Jesús estaban viendo a Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros; Dios en alma, espíritu y cuerpo; Dios el Padre, con Su cuerpo angelical —llamado el Ángel del Pacto— dentro del cuerpo de carne.

Y ese cuerpo que murió y fue resucitado: fue glorificado, y está en el Cielo sentado a la diestra de Dios; y convirtió al Trono de Dios en un Trono de Intercesión, en un Propiciatorio; y está intercediendo, como Sumo Sacerdote, con Su propia Sangre, en el Cielo, en el Templo de Dios, en el Lugar Santísimo.

Y Él terminará algún día Su Obra de Intercesión, Su Obra como Sumo Sacerdote; y luego vendrá a ser el Juez y Rey de toda la Tierra: tomará el Título de Propiedad, el Libro de los Siete Sellos, lo abrirá en el Cielo y hará Su Obra de Reclamo. Eso es para este tiempo final, cuando entre hasta el último escogido de Dios.

Quizás algunas personas a través de la historia del cristianismo, a través de estos últimos dos mil años, han dicho que el cristianismo, los apóstoles y todos los demás mensajeros, predicadores, han estado anunciando la Segunda Venida de Cristo y no se ha cumplido; y algunos piensan que eso no se va a cumplir nunca.

¿Por qué no se cumplió mil años atrás la Segunda Venida de Cristo, o mil quinientos años atrás, o en el siglo XX? Porque Él no puede dejar el Trono de Intercesión hasta que complete Su Iglesia, hasta que haya llamado hasta el último escogido de Dios, hasta que lo haya redimido; o sea, hasta que haya redimido hasta la última persona escrita en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero. Por esa causa es que no se ha cumplido, a través de esos dos mil años, la Segunda Venida de Cristo.

Ha sido la paciencia de Dios con los escogidos; no con el mundo, sino con los escogidos. Así como para el tiempo de Noé: luego que Dios le dijo a Noé que iba a destruir la raza humana, transcurrieron unos 100 o 120 años; y la Escritura dice que eso, ese lapso de tiempo, era nada menos que tiempo de paciencia de Dios.

Ahora, vamos a ver aquí…, porque es lo mismo; o sea, por la misma causa que allá Dios tuvo paciencia, es la misma causa por la cual Dios tendría paciencia. Dice: Primera de Pedro, capítulo 3, verso 18 en adelante, dice… 18 al 22:

“Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu;

en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados…”.

O sea que Cristo fue en Su cuerpo angelical al infierno y predicó a los espíritus encarcelados, o sea, a las personas que vivieron en el tiempo de Noé y fueron desobedientes en aquel tiempo, los cuales murieron por el diluvio, y fueron en alma y espíritu al infierno.

Y, al ir a predicar a los espíritus encarcelados que estaban allá en el infierno, esas personas estaban en cuerpos espirituales, cuerpos de la quinta dimensión. Y Jesucristo fue en cuerpo angelical, o sea que fue como el Ángel del Pacto que le había aparecido a los profetas; ahora les aparece allá en el infierno a aquellas personas que estaban allá.

“… los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua”.

Y ahora, dice que “los cuales en otro tiempo fueron desobedientes, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé”.

Vean, si en los primeros diez años, luego de Dios decirle a Noé que va a destruir la raza humana, envía el diluvio: ni Noé se salvaba.

¿Por qué? Porque una persona puede saber nadar, pero nadar cuarenta días así sin descansar (!), y después otra cantidad más de días en lo que pasaba la inundación, no era posible.

Por lo tanto, le mandó a construir un arca, para que entrara al arca él y su familia, y también la cantidad de animales que iban a pasar a una nueva etapa de vida, con los cuales iba a comenzar una nueva civilización.

Y ahora, era por causa de Noé que la paciencia de Dios estaba en espera; y fue bastante tiempo.

Pero ahora, en el Nuevo Testamento, ya han transcurrido dos mil años de la muerte de Cristo hacia acá, y todavía Cristo continúa esperando en el Cielo como Sumo Sacerdote: esperando que se complete Su Iglesia, esperando que entren al Arca de Salvación (que es Cristo) todos los que han de ser salvos; así como se tenía que construir el arca y entrar al arca todos los que iban a ser salvos del juicio del diluvio.

Y ahora, en la construcción de la Iglesia de Jesucristo Dios ha estado esperando que se complete la Iglesia; ha sido la paciencia de Dios por causa de los escogidos de Dios.

Y ahora estamos esperando la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo; estamos esperando a que Él complete Su Iglesia, y se levante del Trono y tome el Título de Propiedad, y lo traiga a la Tierra y lo entregue a un hombre que se lo coma; para que sea, esa persona, sea adoptado, sea transformado, y todos los escogidos de este tiempo sean transformados también, y sean restaurados a la vida eterna física.

Sin el Título de Propiedad: físicamente no habrá restauración a la vida eterna, de ninguna persona.

Por lo tanto, se requiere que entre hasta el último escogido de Dios; y para eso, el Dios de Elías es el que ha estado realizando la Obra del llamado y recogimiento de todos los escogidos de Dios escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero. Y esto lo ha estado haciendo por medio de Cristo, el Ángel del Pacto, por medio de Su Espíritu Santo; el cual estaba en los profetas, estaba en Moisés, estaba en Elías, estaba en Eliseo, estaba en Juan el Bautista, y luego estaba en Jesús hecho carne, y luego estaba en San Pedro; vino el Día de Pentecostés, descendió el Día de Pentecostés, y selló 120; y luego continuó haciendo esa Obra.

Es la Obra de Dios por medio de Su Espíritu Santo, por medio del Ángel del Pacto, por medio del cuerpo angelical de Jesucristo; por medio del Espíritu Santo en medio de la Iglesia.

Y eso es el Dios de Elías en medio de la Iglesia de Jesucristo, en San Pedro y demás apóstoles (excepto Judas Iscariote), en San Pablo, y en cada ángel mensajero de cada edad.

Hemos localizado al Dios de Elías en todos esos hombres de Dios.

Y cuando estuvo en el reverendo William Branham, claramente fue identificado por algunas personas; no por todo el cristianismo, pero por muchas personas fue identificado.

Y luego que se fue el velo de carne en el cual estaba, ¿hacia dónde se fue el Dios de Elías?, ¿hacia dónde voló el Espíritu Santo? Ese es el misterio que toda persona debe descubrir, obteniendo la revelación divina de dónde está el Dios de Elías en este tiempo final.

Y donde está el Dios de Elías: estará operando el ministerio de Elías por quinta ocasión, y estará haciendo la Obra prometida para este tiempo final.

Y todo lo que Dios prometió que hará en este tiempo final, como la Tercera Etapa para la Novia (Iglesia-Novia de Jesucristo), para las vírgenes insensatas, para el mundo y para el pueblo hebreo, todo eso lo estará haciendo el Dios de Elías por medio de Su Espíritu Santo en el lugar —en el velo de carne— en el cual Él se manifieste en este tiempo final; y Él cumplirá todo lo que ha sido prometido.

Por lo tanto, la Tercera Etapa la estaremos viendo en sus diferentes fases. Algunos la verán cuando ya esté en el cumplimiento pleno, en donde habrá una Carpa gigante, y habrá predicación y llamamiento al altar, y habrá grandes maravillas, grandes milagros.

El reverendo William Branham dice que los grandes milagros serán para esa etapa, y que lo que fue visto en parte… Eso está en la página 119 del libro de Citas; pero no vamos a leer ahí; vamos a leer en la página 136. Vamos a ver bajo qué ministerio serán los grandes milagros. Página 136, párrafo 1208[3], dice…, le preguntan:

1208 – “[Pregunta 253] ‘¿La Novia, antes que venga Jesús, Ella tendrá todo poder del Espíritu Santo para hacer milagros, levantar muertos, y así sucesivamente, como en la lluvia tardía; y es esta lluvia tardía para los 144.000 judíos? ¿Tendrán todos los ministros esto, y estamos solo esperando la Venida?’”.

La contestación:

1208 – “197 Ahora, lluvia tardía, 144.000 judíos, no; eso es cuando Elías y Moisés… Allí es donde los milagros tienen lugar”.

¿Dónde vamos a ver los milagros? Dice que será con Elías y Moisés; eso será Elías y Moisés. Dice:

1208 – “[197] Allí es donde los milagros tienen lugar. Las cosas que la gente ha estado esperando, los pentecostales, por milagros, pero donde eso tendrá lugar será bajo Elías y Moisés. (…)

198 Solo debemos de esperar la Venida del Señor”.

Y veamos aquí la página 138, párrafo 1236[4] [Citas]:

1236 – “[261] ‘Y entonces Él enviará sus ángeles… y juntará a sus elegidos de los cuatro vientos, desde el cabo de la tierra hasta el cabo del cielo’.

262 Eso está hablando de la resurrección, el arrebatamiento, subiendo. Él enviará a Sus Ángeles para juntar. ¿Ustedes alguna vez pensaron qué son los ángeles? Mensajeros. Él los juntará, los congregará juntos (¿ven?), trayéndolos, juntándolos de las partes extremas de la Tierra a las partes extremas del Cielo; la Palabra que fue, y ha sido hecha manifiesta en la Tierra. ¿Ven? ¿Lo captan? La Palabra ha sido hablada; aquí se manifiesta”.

Y también dice en la página 141, párrafo 1260[5]; dice… vamos a leer una parte aquí [Citas]:

1260 – “[19] Él dijo que envía Él Sus Ángeles para separarlos. Un Ángel viene para traer la separación, la segregación entre lo cierto y lo erróneo. Y nadie puede hacer eso sino el Ángel del Señor. Él es el que va a decir cuál es cierto y cuál es erróneo. Dios dijo que Él enviará Sus Ángeles en el último tiempo. No ángeles abajo por aquí (o sea, no ángeles en las edades de la Iglesia, en las siete edades), sino Ángeles en el último tiempo, y reuniría. Sabemos que esto es el tiempo venidero de cosecha ahora. Ahora, un ángel es en realidad interpretado un ‘mensajero’. Y vemos que hay siete ángeles de las siete iglesias… (y no ahora)… a través de las edades de la Iglesia”.

¿Ven? “No ángeles por aquí”: no ángeles de las siete edades.

Hay otro lugar; dice[6] [Citas, pág. 146]:

1303 – “[94] Por eso, en el gran Milenio, cuando la resurrección venga, no tendremos que renacer otra vez por nuestros padres, sino que Dios, como Él hizo en el principio, llamará al hombre del polvo de la tierra, y su compañera con él. Eso es correcto. Eso es la manera en que Él lo hizo en el principio”.

Y ahora, miren aquí:

1303 – “[94]… en el gran Milenio, cuando la resurrección venga…”.

Y el Milenio, eso es el séptimo milenio de Adán hacia acá; y ese es el Día Postrero. La resurrección está establecida para ser realizada en el Día Postrero, que es el séptimo milenio de Adán hacia acá, o tercer milenio de Cristo hacia acá; ese es el Día Postrero delante de Dios; y para los seres humanos: el milenio postrero.

Y ahora, vean, la resurrección de los santos del Antiguo Testamento, que resucitaron con Cristo, resucitaron en los días postreros[7].

¿Por qué? Porque ellos estaban viviendo en el quinto milenio, que es el primero de los tres milenios postreros, que es delante de Dios el primero de los tres días postreros.

Por eso San Pedro y San Pablo nos hablan de los días postreros; y Pedro dice: “Porque un día delante del Señor es como mil años, y mil años como un día”. Segunda de Pedro capítulo 3, verso 8; y el Salmo 90, verso 4.

Y también en la lectura que tuvimos, de Hebreos, capítulo 1, versos 1 al 3, dice: “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo todas las cosas (o creó todas las cosas)…”.

Vamos a ver cómo aquí lo dice, para que lo tengan ahí… [Hno. Miguel: “Hizo el universo”] “Hizo el universo”: “… y por quien asimismo hizo el universo…”.

“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,

en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;

el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia (¿ven? La imagen misma de la sustancia de Dios; ¿la imagen de Dios, quién es? Cristo), y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas”.

Y ahora, hemos visto aquí la forma en que Dios creó el universo completo: por medio de Cristo, que es la imagen del Dios viviente.

En Colosenses también nos dice…, capítulo 1, verso 14, dice:

“… en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.

Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación”.

¿Quién es la imagen del Dios invisible? Jesucristo; Él es la imagen del Dios invisible en Su cuerpo angelical, y Él es la semejanza física del Dios invisible en Su cuerpo de carne; cuerpo que ya está glorificado.

Y la semejanza física de todos los hijos de Dios va a ser glorificada también: vamos a tener un cuerpo glorificado. El nuevo cuerpo es el cuerpo glorificado.

En lo espiritual, el cuerpo espiritual es ya el espíritu glorificado, porque es un espíritu eterno, para toda la eternidad, para cada uno de los hijos e hijas de Dios.

Y ahora, hemos visto que el Dios Todopoderoso dijo: “He aquí, yo hago nuevas todas las cosas”[8]. Y está haciendo nuevas todas las cosas para Sus hijos, que son almas de Dios: les da un cuerpo angelical nuevo y les da un cuerpo físico nuevo; en la resurrección: para los muertos en Cristo; y transformación: para los que queden vivos en esos días.

Y ahora, ¿DÓNDE ESTÁ EL DIOS DE ELÍAS?

Está en la Iglesia del Señor Jesucristo todavía, manifestándose y trabajando. Porque ¿dónde está y qué está haciendo?, porque Dios no puede estar sin hacer nada.

Él está trabajando en esa labor en la Edad de la Piedra Angular, que es la Edad de la Adopción, preparando a todos los que van a ser adoptados, transformados, los que van a recibir la redención del cuerpo, que es la transformación de nuestros cuerpos.

Él está llamando y juntando hasta el último de los escogidos; y cuando entre hasta el último escogido: ya se acabó el tiempo de redención, se acabó el tiempo de intercesión, se acabó el tiempo; y por consiguiente vendrá entonces la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos.

Algunas personas decimos – o algunas personas dicen: “Yo he tenido paciencia esperando la Venida del Señor”. Usted no ha tenido ninguna paciencia; el que ha tenido paciencia es Dios. La paciencia suya no ha sido paciencia; cuando la persona dice que ha tenido paciencia, lo que ha tenido es impaciencia.

Por lo tanto, es Dios el que ha tenido paciencia. Y vean, ha esperado dos mil años, y todavía sigue esperando; porque es que ningún escogido se puede perder, ningún hijo de Dios se…- ninguno se puede perder; y si no es redimido por la Sangre de Cristo, si no recibe a Cristo, entonces no podrá ser transformado, si está vivo. Por lo tanto, Dios ha tenido paciencia por esa causa.

Es como los padres con los hijos: los padres con los hijos tienen paciencia, porque son sus hijos. Y aun, algunas veces, el padre tiene paciencia esperando que la mujer quede embarazada, porque algunas veces hay problemas de salud en la esposa o en el esposo, y tienen paciencia esperando que Dios obre. Como tuvo paciencia Abraham, y no se desesperó; y se mantuvo esperanza contra esperanza[9], o sea, esperando lo que no se podía esperar.

Y algunas veces, algunas personas piensan: “¿Cómo hay personas que están esperando tener un cuerpo jovencito, cuando lo que está pasando es que se están poniendo más viejos?”. Porque no miramos con nuestros propios ojos la parte física, sino miramos con nuestros ojos espirituales (y con los físicos) lo que está prometido; y por esa causa estamos esperando un cuerpo físico eterno, inmortal, incorruptible y glorificado.

Y si algún creyente en Cristo murió en el pasado, o mueren en nuestro tiempo, será resucitado en el cuerpo nuevo y eterno; y tendrá lo que él esperó. Y los que estamos vivos, pues todos deseamos continuar viviendo hasta que nos de Él el nuevo cuerpo.

No quisiéramos que estén llorando por nuestra partida; porque algunas veces las personas no comprenden lo que es la partida de un creyente, y algunos dicen: “Se murió”. No se ha muerto; está vivo en alma y espíritu, y está en un mejor lugar: en el Paraíso, donde ya no hay problemas. Y mientras los familiares lloran acá, él está riendo allá, contento y gozoso.

Y algunas veces podemos pensar: “Cuando vino a la Tierra, vino llorando”, como si dijera: “Yo no quiero ir para allá”; pero cuando se va, se va gozoso, porque para allá sí que quería ir, para el Paraíso.

Y ahora, estamos aquí con un propósito divino, y queremos que se cumpla en nosotros el propósito de Dios; y queremos estar con nuestros ojos bien abiertos para ver dónde está Elías en este tiempo final.

Cuando él se fue al monte Sinaí se metió en una cueva, se encuevó. Ese monte es llamado “el Monte (¿de quién?) de Dios”.

Pero ahora San Pablo dice en Hebreos, capítulo 12, que hay otro monte. Hebreos, capítulo 12, verso… (ya les voy a dar el verso…), está hablando del monte Sinaí; verso 18 en adelante; pero vamos a tomar aquí el verso 22 en adelante:

“… sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial…”.

Y ahora nos hemos acercado a otro monte: el Monte de Sion, que es el Monte de Dios.

“… Jerusalén la celestial (ahora, este es un Monte celestial), a la compañía de muchos millares de ángeles,

a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos…”.

Y ahora, ese Monte, la Jerusalén celestial, el Monte de Sion, ¿contiene qué? Los primogénitos que están escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.

“… a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos,

a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel”.

Al Monte [en] que está todo esto, es que nos hemos acercado. Ese es el Monte de Sion; tipificado en el monte Sinaí, y tipificado también en el monte de Sion terrenal; tipificado en la Jerusalén terrenal, porque la Jerusalén terrenal tipifica la Jerusalén celestial.

Y ahora, es en ese Monte… vean, dice:

“… a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos”.

Nos hemos acercado al Monte donde está el Dios que es el Juez de todos; nos hemos acercado al Monte de Sion, que es el pueblo de Dios, la Iglesia del Señor Jesucristo, el Israel celestial.

Y al monte de Sion terrenal, la Jerusalén terrenal, y por consiguiente también al pueblo hebreo (que son los hijos de Sion), el Espíritu de Dios irá, Dios va a estar en medio de ellos; el Espíritu de Dios va a ser llamado para entrar a ese ejército de Ezequiel, capítulo 37, versos del 1 al 14, y capítulo 37, versos del 15 al 28.

Y por consiguiente, el Dios de Elías, que estuvo en medio del pueblo hebreo y luego ha estado en medio de la Iglesia de Jesucristo, va a regresar al pueblo hebreo. ¿De dónde va a regresar? Del Monte de Dios, de la Iglesia del Señor Jesucristo.

“Así como los hebreos trajeron el Evangelio a los gentiles, los gentiles lo llevarán a los hebreos, y el rapto sucederá”, dijo el reverendo William Branham; por ahí por la página 30 del libro de Las Siete Edades de la Iglesia en español, por ahí encontrarán ustedes eso. Y dice que eso será conforme a Apocalipsis 11; o sea que es Apocalipsis 11 quien llevará el Evangelio a los hebreos; Moisés y Elías, los Dos Ungidos.

Por eso fue que cuando él quiso ir a Jerusalén le fue prohibido[10], porque él no es Apocalipsis 11; él no es el quinto Elías, que viene con Moisés, y por eso le fue prohibido ir, porque esa labor le corresponde a Elías en su quinta manifestación.

Y ahí estará presente la manifestación del Dios de Elías en medio del pueblo hebreo; pero, antes de eso, ha estado en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo el Dios de Elías.

Y en este tiempo final podemos ver la historia de la Iglesia, y ver al Dios de Elías de etapa en etapa en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo, en medio del cristianismo.

Lo vimos en los días de los apóstoles; lo vimos en los días de San Pablo, en la primera etapa o edad de la Iglesia entre los gentiles; y así, de edad en edad, manifestado a través del mensajero correspondiente a cada edad, y manifestado en medio de Su Iglesia ungiendo a Sus diferentes mensajeros.

Lo vimos en la manifestación del cuarto Elías: en el reverendo William Branham, precursando para la Iglesia del Señor Jesucristo, para el cristianismo, la Segunda Venida de Cristo. Y será visto en el quinto Elías en medio de la Iglesia, y después en medio del pueblo hebreo.

Y hay un misterio ahí, del cual no vamos a hablar en estos momentos; pero para que tengan una idea, dice: “La Séptima Trompeta y el Séptimo Sello será la Venida del Señor”. Y él dice: “El Séptimo Sello es la Venida del Señor; y la Séptima Trompeta son dos profetas: Moisés y Elías”. Y dice: “Lo que es el Séptimo Sello para la Iglesia, será la Séptima Trompeta para Israel”. Eso está por la página 128 y 129 y 130 y 149 del libro de Citas. Ya esa es la asignación de ustedes, para que escudriñen y puedan ver dónde está prometido que estará el Dios de Elías en este tiempo final.

Cuando ustedes vean un acercamiento de Israel con un ministerio, con un mensajero, con un predicador, con un orador del cristianismo: abran los ojos, porque se puede ir el Espíritu de Dios, el Dios de Elías, para los hebreos, sin darse cuenta los gentiles. Como se fue de entre los hebreos para los gentiles, y ni se dieron cuenta; se fue para llamar de entre los gentiles un pueblo para Su Nombre, llamar personas; porque trata con los gentiles con individuos, pero con los hebreos trata como nación.

Y va a tornarse a los hebreos para llamar 144.000 hebreos. ¿Ve? Siempre para llamar a los escogidos; y así juntarlos y cumplir Su propósito.

El pueblo hebreo preguntará: “¿Dónde está el Dios de Elías?”. Desean verlo, verlo manifestado, para que Él los restaure, como ha sido prometido; porque han estado pasando por estas etapas en las cuales ya ha comenzado una restauración, pero la restauración plena vendrá en este tiempo final; para lo cual Dios les enviará al profeta Elías, el cual restaurará todas las cosas, e introducirá al pueblo hebreo al Mesías.

Por lo tanto, el Dios de Elías va a estar con el pueblo hebreo. Pero antes ¿dónde lo encontraremos? En la Iglesia del Señor Jesucristo.

¿En qué etapa de la Iglesia?, ¿la primera edad de la Iglesia entre los gentiles? Ya eso está en el pasado. ¿Segunda, tercera, cuarta, quinta, sexta o séptima edad o etapa de la Iglesia? Ya eso está en el pasado. ¿En la brecha entre la séptima edad y la Edad de la Piedra Angular? Tampoco, ya eso está en el pasado.

Será en la Edad de la Piedra Angular, la Edad de la Adopción, para obtener la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Ahí es donde estaría el Dios de Elías manifestado, para darnos la fe para ser transformados y raptados; y ahí es donde estará Él manifestando el ministerio de Elías por quinta ocasión; para, de ahí, revelarse al pueblo hebreo más adelante. Ahí es donde estará Él velado y revelado, dándonos la fe, la revelación, para ser transformados y raptados: la revelación del Séptimo Sello, la revelación correspondiente al tiempo final.

Por lo tanto, estamos viviendo en el tiempo donde todos podemos encontrar al Dios de Elías en medio de la Iglesia de Jesucristo, en la etapa de la Edad de la Adopción, la Edad de la Piedra Angular.

“¿DÓNDE ESTÁ EL DIOS DE ELÍAS?”. Ya hemos visto dónde tiene que estar en la Iglesia, en qué edad de la Iglesia.

Y así como cada edad de la Iglesia tuvo un territorio donde comenzó, y de ahí se extendió para otros territorios, entonces hay que ver dónde la Edad de la Piedra Angular se inicia y se extiende para otros lugares.

El Dios de Elías es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, es nuestro Dios. Porque no hay otro Dios; solamente hay un Dios, un Dios único y verdadero: el Dios de Elías, que es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, Creador de los Cielos y de la Tierra.

En la forma en que Elías hablaba, y en la forma en que Elías tomó el manto y abrió el Jordán —el Jordán representa muerte—, ahora vean, en esa misma forma hizo Eliseo y abrió también el Jordán.

Elías estaba saliendo con Eliseo de Jericó, pasando el Jordán y pasando al otro lado del Jordán, pero Eliseo tomó el manto de Elías y pasó a la tierra prometida abriendo el Jordán.

Eso es la Iglesia del Señor Jesucristo que estará viva y pasará viva a la tierra prometida del nuevo cuerpo; y también pasará viva al Milenio o Día Postrero; y también representa el ministerio de Elías en su quinta manifestación; el manto de Elías: la Palabra.

Vean ustedes, Eliseo había pedido una doble porción del espíritu que estaba en Elías. Y en el único que habrá una doble porción para el Día Postrero será en el quinto Elías, él tendrá una doble porción ministerial.

Ahí, en la Iglesia de Jesucristo, y después en medio del pueblo hebreo, habrá una doble porción ministerial, que será la porción del ministerio de Elías y el ministerio de Moisés: quinta manifestación del ministerio de Elías y segunda manifestación del ministerio de Moisés; y con esas dos manifestaciones es que Dios va a obrar con el pueblo hebreo.

Elías sabrá qué y cómo le tendrá que hablar al pueblo hebreo; nadie más va a saber cómo hablarle al pueblo hebreo, ni qué tiene que hablarle. Aunque traten de inventarse…; para hablarle al pueblo hebreo nadie sabrá cómo hacerlo, pues ya está todo programado, y está señalado que será bajo el ministerio de los Dos Olivos.

Y nadie puede ocupar el lugar ministerial de otra persona. Ni siquiera el cuarto Elías pudo ocupar el lugar del ministerio del quinto Elías; cuando trató, de todo corazón, con buena intención, pensando que en él se cumpliría el ministerio de uno de los Dos Olivos, le fue dicho que no fuera a Jerusalén, a Israel; y también le fue revelado a él que el cuarto Elías no es el quinto Elías.

Vean, si iba y tenía éxito allá, y se cumplía la profecía del llamado de 144.000 hebreos, entonces se había alterado la profecía; pero no se puede alterar.

Por eso luego él dice que el quinto Elías no es el cuarto Elías, y que el cuarto Elías no es el quinto Elías[11]; y si él lo dice, así es. Aunque venga de nuevo él, seguirá siendo el cuarto Elías.

Pero él dijo: “Algún día Dios enviará a un profeta allá; esa será la cosa grande que va a pasar allá”. Vean, lo grande que él dice que va a pasar allá será la aparición de un profeta allá en Israel. Dice: “A uno que será un profeta”. Vamos a ver dónde está eso, y ya casi nos vamos. En la página 41 del libro de Citas, párrafo 333[12], dice:

333 – “301 Ahora, ¿cuándo vuelve el Evangelio a los judíos? Cuando el Día de los gentiles (o sea, del gentil) se acabe (eso es cuando se termine esa dispensación), el Evangelio está listo para ir a los judíos. Oh, yo podría… y solo pudiera predicarles una cosa que está por suceder, ¿ven?, aquí mismo en este día. ¿Ve? Está por acontecer. Cuando entremos a las edades de la Iglesia. Y esta grande cosa que está por suceder, seguirá a Apocalipsis 11 y levantará esos dos profetas, Elías y Moisés retornando otra vez por los judíos. Estamos listos para eso. Todo está situado en orden, listo. Este Mensaje gentil, así como los judíos lo trajeron a los gentiles, los gentiles lo llevarán para atrás a los judíos otra vez. Y el rapto sucederá”.

Aquí coloca el rapto después de esa conexión con los judíos.

Hay otro lugar; vamos a ver si Benjie lo tiene por ahí listo, donde dice: “La gran cosa que va a suceder…”. No recuerdo dónde… Él dice: “La gran cosa que va a suceder, eso será (dice) un santo…”. (¿Cuál?). No lo tenemos aquí… Él dice que “será un hombre, un profeta, que Él enviará, la gran cosa que va a suceder”. Por lo tanto, eso será algo grande que está prometido para Israel; y eso va a ser lo que va a estremecer al pueblo hebreo en este tiempo final.

Así que ya sabemos acerca de todo esto. Busquen ustedes sus libros de Citas, y ahí ustedes encontrarán de todo esto que les he hablado; y así ustedes podrán tener un cuadro más claro de todo lo que ha estado sucediendo.

Hay una Hora establecida; por eso el Ángel le dijo: “No es la hora todavía, para ir a Israel”. Esto no lo tenemos a la mano todavía aquí, para dárselo aquí a ustedes, pero después lo podemos conseguir para que ustedes lo tengan también. Vamos a dejar esto quietecito aquí por el momento, ya que…

En palabras más claras, eso será el Jinete o un Jinete en un caballo blanco que vendrá del occidente; y luego Elías dice: “Recorreremos esta senda una vez más – otra vez”[13].

Del occidente aparecerá el Dios de Elías manifestado en el Elías del Día Postrero, que será el quinto Elías prometido para el pueblo hebreo y también para la Iglesia. Ahí habrá un misterio que se estará cumpliendo, del cual pues no podemos hablar mucho ahora; pero recuerden que tiene que ver con la Séptima Trompeta y el Séptimo Sello.

Estamos ya bastante avanzados en el Programa Divino, en donde tenemos que ver al Dios de Elías, prometido para ser manifestado en este tiempo final.

En la cuarta manifestación él dijo: “En la Tercera Etapa yo vengo por ellos”, o sea, por los escogidos; por los peces grandes, en palabras más claras.

Si seguimos aquí hablando, tendríamos que decir también que eso será “Águila Blanca”; lo que estaba escrito en la roca, que decía: “Águila Blanca”[14]. Y eso fue cuando él vio también, y él habla, de un cacique indio con sus vestiduras de jefe indio, de cacique indio, y era un occidental; y él iba en un caballo blanco[15]; y eso era “Águila Blanca”.

Recuerden que los indios se ponían nombres así, “águila blanca” y nombres así de aves o de animales algunas veces. Miren hasta dónde llega la tipología profética para Dios mostrar o colocar en símbolos todo lo que Él va a llevar a cabo. Y todo eso estaba en la roca.

Así que esperamos que Dios se… [Hno: 54] Vamos a buscar la 54; 54, ¿párrafo qué? [Hno: Párrafo 54]. Ah, ¿párrafo 54? [Hno: ]. Eso debe estar entonces como en la… [Hno: Página 7]. Página 7[16] [Citas]:

54 – “278 Cuando 144.000 se sobresalgan… y uno de estos días algún divino, santo, ungido, profeta de Dios, irá allá con señales y milagros. Esos judíos dirán: ‘Eso es lo que yo estoy buscando’. Sí, señor. Y Dios bautizará 144.000 judíos.

279 Y el rapto vendrá. La Edad Gentil cesará, las bombas atómicas caerán y quitarán el mundo, y la Iglesia gentil será raptada, para estar de pie allí en la presencia de Dios”.

Ahora, miren todo lo que está hablado, y —por consiguiente— todo lo que va a estar sucediendo en este tiempo final.

[Hno: En la 2-A…].

¿Ven? Ya esta era la partecita que les tocaba a ustedes. La asignación de ustedes, pues quisieron… ¿Página 2? [Hno: 2-A]. 2-A [Hno: Párrafo 15, al final][17] [Citas]:

15 – “[233] … ‘¡El mismo Espíritu que cayó en el Día de Pentecostés está aquí ahora mismo para ustedes!’”.

Y por consiguiente, donde está el Espíritu de Dios (que es el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, el cuerpo angelical de Dios), ahí está Dios; porque Dios está en Su cuerpo angelical.

15 – “234 Y el poder del Evangelio volverá a los judíos en ese tiempo. Entonces allí habrá un avivamiento entre aquellos judíos, que llevarán miles y decenas de miles, y… 144.000, al Reino de Dios, serán sellados por el Ángel. (…)

236 Y allí mismo, tan pronto como el Ángel empiece (o comience) a sellar a esos 144.000, la puerta de la Iglesia gentil es cerrada, y los judíos llevan el Espíritu Santo a los judíos. ¡Y ellos tendrán un avivamiento que barrerá al mundo entero! Y el poder de Dios será manifestado entre los judíos”.

Vemos las promesas que hay para el pueblo hebreo, y vemos el ministerio que está señalado para el pueblo hebreo; y vemos que ese ministerio saldrá del – ese ministerio saldrá para Israel, del Monte de Dios, que es la Iglesia del Señor Jesucristo. Y ellos lo van a reconocer, porque ellos están esperando ¿a quién? A Elías.

Miren, aquí mismo, en el libro “La religión de Israel”[18], dice, página 73:

“Cuando llegue el tiempo del reino de la fe israelita, Dios enviará a su profeta Elías, que ‘unirá el corazón de los padres al de sus hijos, y el corazón de los hijos al de los padres’, y proclamará así la paz universal imperecedera”.

Sigue diciendo en ese libro… No está completo aquí, ¿verdad? La parte más importante de lo que él estará precursando falta; vamos a buscarla aquí:

“‘… y el corazón de los hijos al de los padres’, y proclamará así la paz universal imperecedera. Ese es el verdadero precursor del Mesías judío, el ángel de la unión y de la concordia en el mundo”.

¿Ven lo que está esperando Israel? No es mucho… no son muchas apariencias lo que está esperando; lo que está esperando es a un hombre. Y él, Israel lo va a reconocer. Y ya ustedes van a ver que todo eso va a ser más sencillo de lo que ustedes se puedan imaginar.

Cuando ustedes vean a Israel relacionándose mucho con algún hombre, algún predicador del cristianismo, abran los ojos, porque algo está por suceder.

Estemos alerta, porque las cosas están más cerca de lo que nosotros nos podemos imaginar.

Israel tiene hambre, y no hambre de pan ni sed de agua, sino de oír la Palabra de Dios; e Israel sabe que la Palabra de Dios, Dios la coloca en la boca siempre de un profeta. Por lo tanto, está esperando a un profeta que aparezca en la escena. Para Dios eso será sencillo, porque Dios es el que diseña y envía a Sus profetas.

A Jeremías le dijo que lo conocía desde el vientre de su madre, o desde antes… (¿Cómo dice, Miguel?). Jeremías, capítulo 1, por ahí.

Así que Dios es el que estará haciendo las cosas [Hno. Miguel: “El día que te conocí”], y mostrando…

[Hno. Miguel: Antes, antes… “Antes de que te formase en el vientre”].

[Jeremías 1:5] “Antes que te formase en el vientre”.

¿Ven? Así que ya Jeremías era conocido por Dios antes de nacer, y antes de ser formado en el vientre de su madre. Por lo tanto, Jeremías podía decir: “Antes que me concibiera mi padre en el vientre de mi madre, ya Dios me conocía”; como Cristo también dijo: “Antes que Abraham fuese, Yo soy”[19]. Así que Jeremías sabía de lo que estaba hablando.

Recuerden que Dios es el Dios de los espíritus de los profetas.

“¿DÓNDE ESTÁ EL DIOS DE ELÍAS?”.

Yo creo que con lo que hemos hablado ya todos sabemos que Él está en Su Iglesia, en la Edad de la Piedra Angular; y pronto irá a cumplir lo que Él ha prometido a Israel. Pero Él cumplirá a la Iglesia del Señor Jesucristo todo lo que le ha prometido para este tiempo final, como cumplió a Su Iglesia lo que Él prometió para cada edad.

Dios no puede mentir. Su Palabra no puede dejar de ser cumplida; Ella hará aquello para lo cual Dios envió Su Palabra. Todo lo que Dios ha prometido se materializará; no puede caer por tierra lo que Él prometió, no puede dejar de cumplirse lo que Él ha prometido.

Para este tiempo Él tendrá Su Iglesia en una etapa o Edad de Oro; en donde tendrá también muchos ministros que verán al Dios de Elías, y estarán brazo a brazo con la manifestación del Dios de Elías en el Día Postrero. Así como aquellos hijos de los profetas veían la manifestación del Dios de Elías a través de Elías; y luego, cuando se fue Elías, vieron la manifestación de Elías – o del Dios de Elías, en Eliseo, y dijeron: “El Espíritu de Elías ha venido sobre Eliseo”; y había venido en una doble porción, para hacer algo grande.

Por eso es que la cantidad de milagros que hizo Eliseo, encontramos que fueron más… (si los contamos, ¿Miguel? Vamos a contarlos cualquier día). Y era un hombre tranquilo; y era (parece) un poco casero: tenía su cabaña, su casa, y solamente se movía para un sitio u otro cuando Dios lo mandaba.

Bueno, “¿DÓNDE ESTÁ EL DIOS DE ELÍAS?”. Donde esté, Él va a cumplir la Visión de la Carpa. Donde esté, Él va a cumplir todo lo que Él ha prometido para nuestro tiempo, y va a hacer los milagros que Él ha prometido, cuando llegue el momento.

Pero habrá algunos que, antes de que ocurran esas cosas, ya sabrán dónde está el Dios de Elías; y verán al Dios de Elías preparando todo para esa manifestación plena que Él va a tener en Su Iglesia en la etapa de la Edad de la Piedra Angular; y estarán brazo a brazo con la Obra del Dios de Elías correspondiente a este tiempo final, en la etapa de la preparación para esa grande manifestación.

Y yo soy uno de los que estaré brazo a brazo con esa labor, en donde se estará preparando todo para esa manifestación grande que habrá, en la cual el mundo entero va a ser estremecido por el poder de Dios; y el pueblo hebreo dirá: “¡Eso es lo que nosotros estamos esperando!”.

Por eso trabajamos en la Obra de la evangelización, para que se complete la Iglesia de Jesucristo; trabajamos en la labor (también) de obtener todo lo que se necesite, todo lo que haga falta para la labor que se está haciendo y para la labor que vendrá más adelante.

Y como para más adelante hay promesas de una manifestación grande, pues conseguimos todo el terreno que podamos conseguir; y le decimos a Dios: “Si conforme a Tus planes está tener parte de esa manifestación con nosotros acá, pues tenemos terreno”.

Y le tendremos también… Pensamos como David, que siendo que él tenía casa y tenía de todo, pero no había un templo para Dios, excepto una… el tabernáculo; y le quiso construir un lugar para Dios en Jerusalén.

Dios había dicho que Él escogería la ciudad, el lugar donde Él pondría Su Nombre, lugar de morada[20].

Y tenemos promesas para nuestro tiempo: que habrá una manifestación grande en una Carpa o una Catedral. Si él dice: “Una carpa grande”, y dice: “Era algo así… una catedral”[21], pues entonces puede tener las dos apariencias. Y si puede tener las dos apariencias…

Es como (vamos a decir) una persona de cinco pies, siete a nueve pulgadas [5’7” a 5’9”][22], aquí en Puerto Rico decimos: “Esa es una persona alta”; pero se va allá a Alemania o a Norteamérica y lo van a ver pequeño. ¿Ve? Es pequeño y es grande: depende desde dónde y cómo lo estén mirando.

Y así hay muchas cosas que para unos se ve en una forma y para otros se ve de otra forma, pero es la misma cosa; depende cómo lo mire la persona.

Bueno, hay grandes promesas para la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y queremos tenerle un lugar en Puerto Rico, para que Él, todo lo que desee hacer en Puerto Rico, lo haga en favor de todo Puerto Rico, de toda la humanidad, de todo el cristianismo y, sobre todo, de todos los escogidos de Dios.

Esa promesa de la Tercera Etapa y la Visión de la Carpa puede cumplirse no solamente en un solo país sino en más de un país.

Lo único que sucedió cuando él vio lo que le fue mostrado, es que vio en el sitio que se estaba llevando a cabo esa noche o ese día; pero para tenerse una actividad de miles de personas, y predicación y llamamiento, pues eso tenía que estarse haciendo desde hacía tiempo para llegar a ese nivel; porque las cosas comienzan pequeñas y van creciendo.

Él vio cuando estaba al tope, cuando estaba (¿cómo diríamos?) en su clímax, su máxima expresión, su manifestación plena; pero tuvo que haber comenzado en forma sencilla hasta llegar a tener todo eso que fue visto allí.

Así que alguien va a ser adoptado; y por consiguiente, a través de esa persona va Dios a cumplir todas esas promesas. Y eso será el Dios de Elías. Y entonces todos podrán decir: “Hemos encontrado dónde está el Dios de Elías”.

El pueblo hebreo lo que está esperando es ver al Dios de Elías manifestado, para decir: “¡Esto es!, ¡y este es el que nosotros estábamos esperando!”.

Así que esperamos esa manifestación plena del Dios de Elías. Mientras tanto, continuaremos trabajando, y también preparándonos para lo que ha de venir; y también en cada país se están preparando para el cumplimiento de lo que Dios ha prometido. Estaremos brazo a brazo con los preparativos para lo que ha de venir en la manifestación del Dios de Elías.

Yo aprecio y agradezco mucho todo ese apoyo que ustedes han estado dando a toda esta labor, y “parte” para la compra del terreno: para el pronto pago, y también para los pagos mensuales que se están haciendo. Y espero que continuemos todos juntos, no solamente aquí en Puerto Rico sino en todos los países, respaldando esta Obra, esta labor, hasta que saldemos ese terreno, y también tengamos un lugar preparado; porque estamos esperando que parte o todo el cumplimiento de esa Visión de la Carpa sea efectuada, y queremos tenerle un lugar al Señor para que Él se manifieste y cumpla esa Visión.

Y también en otros países están preparándose: hay algunos ministros que de todo corazón, con sus congregaciones, desean que en esa Tercera Etapa el Dios de Elías les visite en Su manifestación final de la Tercera Etapa, y se manifieste en medio de ellos. Cosa buena están haciendo. Y decimos: “Y aunque sea por internet, o por el satélite, lo estarán viendo”, estarán viendo esa manifestación.

Y aun, siendo tan grande esa promesa, y siendo tan grande ese lugar que fue visto, casi todos pues lo van a ver por una pantalla, lo que Dios estará haciendo; porque no van a caber en un sitiecito pequeño para ver los milagros que estarán sucediendo, tiene que ser por una pantalla grande.

Y por eso Dios también está haciendo la provisión en diferentes países, y acá también en Puerto Rico, de pantallas de… (¿de qué?, de…, ¿cómo le llaman a esas pantallas?). Pantallas de esas digitales, de proyectores: se proyectan videos, DVD, y también lo que la cámara esté tomando se proyecta a la pantalla; y así es como muchas personas, miles de personas, pueden estar viendo lo que estará pasando en esa etapa.

El reverendo William Branham dijo que los milagros no hay que buscarlos; es la Palabra; y a la Palabra es que le seguirán los milagros; porque los milagros es para dar testimonio de que esa es la Palabra de Dios[23].

O sea que los milagros serán fruto de esa Palabra. Primero tiene que venir la Palabra, y el pueblo recibir la Palabra; y después, automáticamente, van a venir los milagros.

Por lo tanto, esperamos tener la visita de los ministerios que harán grandes maravillas y señales en el cumplimiento de la Visión de la Carpa.

Y el reverendo William Branham dice que los grandes milagros y maravillas, milagros a nivel internacional, será bajo los Dos Olivos: bajo Moisés y Elías, bajo Apocalipsis, capítulo 11.

Por lo tanto, esperamos tener la visita de los Dos Olivos en nuestro tiempo, nuestra edad; y también en nuestro país, y demás países que estarán recibiendo la Palabra de Dios para el Día Postrero.

Y entonces todos dirán: “La contestación a: ‘¿Dónde está el Dios de Elías?’ ya la sabemos”.

Los hijos de los profetas, cuando vieron a Eliseo haciendo lo mismo que había hecho Elías, dijeron: “El Espíritu de Dios ha venido…” – o: “El espíritu de Elías ha venido sobre Eliseo”, ese espíritu ministerial, el Espíritu de Cristo, el Espíritu Santo. Ellos supieron dónde estaba el Dios de Elías: estaba en Eliseo, después que estuvo en Elías.

Y el Dios de Elías, que estuvo en los profetas del Antiguo Testamento, en Jesús, en San Pedro y demás apóstoles, en San Pablo, y en cada ángel mensajero, y en el reverendo William Branham, luego ¿dónde lo vamos a encontrar en el Día Postrero? Lo vamos a encontrar en y con los Dos Ungidos, con Moisés y Elías; en medio de la Iglesia, y después en medio del pueblo hebreo.

“¿DÓNDE ESTÁ EL DIOS DE ELÍAS?”. Ese ha sido nuestro tema para esta ocasión.

Y que el Dios de Elías les bendiga grandemente y les use grandemente en Su Obra en este tiempo final.

Bueno, dejo nuevamente al reverendo Miguel Bermúdez Marín con ustedes, para que él continúe.

Continuaremos la parte de los preparativos también para el terreno y lo que vamos a hacer allí. Esperamos que oren mucho para que Dios dirija todas las cosas, y se haga todo de acuerdo a como Él tiene en Su Programa; no queremos hacer cosa alguna por nuestra propia voluntad.

Muchos años atrás, cuando Julio me decía: “Ya aquí en el primer terreno ya se está haciendo pequeño, ni los autos ya caben”; yo le decía: “Pues si necesitamos más terreno, Dios nos va a dar más terreno”, y señalaba al que estaba más cerca; y Dios nos dio ese terreno.

Y si faltaba más: “Dios nos va a dar más terreno”; y nos dio el otro terreno.

Y si faltaba más, nos iba a dar más terreno; y nos dio uno más grande.

Y aun si falta más, para el Programa que Él tiene: nos va a dar más terreno también.

Y nos va a dar también, a proveer el dinero, para pagar, quedar bien siempre y tener un crédito bueno siempre, sin fallar en ningún momento, sin atrasarnos en los pagos; porque no es bueno uno atrasarse.

A los que se atrasan no les llaman muy bien, ¿verdad? ¿Cómo es que les dicen? Morosos, o morones. No queremos un nombre así, no queremos ser clientes morones o morosos (jej); pues el moroso viene de… jej, de algún sitio lo sacaron. Así que queremos siempre quedar bien, como lo hemos hecho todo el tiempo, para que nuestro crédito siempre esté bien; y queremos quedar bien con el pueblo también, y con Dios también.

Bueno, podemos decir que en Puerto Rico Dios cuenta con un pueblo que le ama, y que ha estado y estará trabajando siempre brazo a brazo con Él en Su Programa; todos juntos, y los ministros y todo el pueblo, trabajamos brazo a brazo con Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.

Lo que estamos haciendo, lo estamos haciendo basado en lo que está prometido para este tiempo final. Por eso, vean, cuando Dios promete algo grande y muestra que algo grande va a ser hecho, y que va a haber un lugar grande, pues preparamos un lugar grande; y cuando dice que va a ser en un lugar chiquito, pues preparamos también el lugar pequeño y lo metemos dentro del lugar grande; no hay problema. Ahí están las dos cosas. ¿Ven? Entonces cualquier persona que sabe ve lo grande, la parte física grande que fue prometida, pero también mira y ve el lugar pequeño.

Y al que le toca hacer y preparar todo eso con el pueblo, no tendrá ningún miedo de que digan que “está tratando de hacer algo”, sino que él “estará haciendo”; no “tratando”, sino “haciéndolo”. Y por lo tanto, no será una imitación; será la realidad. Los demás serán los que estarán imitando. Pero al que le toca hacerlo, con todo el pueblo de Dios en todos los países que lo tenga que hacer, estará haciendo la realidad.

Bueno, que Dios les bendiga, les continúe usando grandemente en Su Obra; y continuemos brazo a brazo trabajando en la parte espiritual y en la parte física también, tanto ustedes que están aquí en Puerto Rico, ministros junto a vuestras congregaciones, como también ustedes que están en otras naciones.

Y que Dios les bendiga grandemente, y les use grandemente en Su Obra; y les prospere grandemente, y les pague en abundancia, les multiplique todo lo que ustedes están haciendo por Puerto Rico y este terreno, y los pagos que se están haciendo; y aun el edificio que estaremos construyendo, el cual esperamos cumpla los requisitos del Programa de Dios.

Queremos ver al Dios de Elías manifestado en todo Su poder en el cumplimiento de la Visión de la Carpa, en el cumplimiento de la Tercera Etapa. ¡Y lo vamos a ver! O sea, me refiero a esa manifestación plena, donde habrá grandes señales y maravillas.

Lo estamos siguiendo a través de la historia: desde el tiempo de Adán hasta el Apocalipsis, desde el Antiguo Testamento hasta el Nuevo Testamento, estamos siguiendo la trayectoria del Dios de Elías. Y ya sabemos sobre lo que está prometido para el Dios de Elías realizar, y también está realizando en este tiempo.

Bueno, vamos a dejar por aquí a Miguel; porque si no, no hay dónde detenernos. Y ya es buen momento para que Miguel pase acá, para que así él continúe con la reunión de ministros.

Y acá, por lo que veo, el tema de mañana: “LA RESURRECCIÓN DE CRISTO” – o “EL CRISTO RESUCITADO EN EL DÍA POSTRERO HOY”; vamos a ver si lo enfocamos… desde qué punto de vista lo vamos a enfocar, porque esto como que… Pero a lo mejor hablaremos de las dos, cómo en lo… la resurrección física y la resurrección espiritual; y lo que tiene que ver con resurrección espiritual para la Iglesia, la resurrección de la Iglesia, y la resurrección de Cristo o del Cristo, el Cristo resucitado en el Día Postrero.

Por ahí vamos a ver cómo Dios nos ayuda, o cómo Dios me ayuda; porque sé que en estos temas…, ¿quién es el que los coloca? ¿Benjie? Pues Miguel está buscando escuchar algo, y Benjie también; están buscando algo que hay, que algún día va a ser hablado y va a abrir… va a abrir completamente el Séptimo Sello a la Iglesia del Señor Jesucristo.

Pero todavía pues estamos esperando ciertas cosas de parte de Dios, y quizás esperando que Cristo complete Su Iglesia; y de ahí para adelante, ya viene la adopción; y de ahí, ya adoptado, ya las cosas pues van a ser habladas abiertamente para todo el pueblo.

Bueno, que Dios les co-… Ya Miguel se me escapó para allá de nuevo…, pero ya lo tenemos de nuevo.

Que Dios les bendiga y les guarde; y vamos a dejar por aquí a Miguel para continuar.

Dios les bendiga y les guarde a todos.

Lo del terreno (no sé si les habíamos dicho), habíamos estado en una ocasión por allá por donde vive actualmente Wiso, y Adalberto estaba presente, y yo señalé de poner… tener un lugar abajo, y una carpa; y… desde allá, desde esa… desde ese lugar se veía todo; y yo, parece que, en vez de dejar la mano quietecita, la moví mucho; y ahora pues hay que agarrar todo lo que fue marcado con la mano.

Como le dijo Dios a Abraham: “Todo lo que pisare la planta de tu pie…”; y también al pueblo hebreo, a Jacob también: “Todo lo que pisare la planta de tu pie será vuestro”[24].

¡Imagínense ahora!… ¡Nosotros que viajamos en avión por toda la América Latina, y por Norteamérica, y hasta el África! O sea que hay mucha bendición. Y todo lo que ha sido pisado por el mensajero y los escogidos de cada tiempo: ya eso quedó como propiedad. Así que ya podemos ver que grande es la heredad acá.

El planeta Tierra es una herencia de los hijos de Dios. Por lo tanto: “Todo es nuestro”, decía San Pablo; porque “somos herederos de Dios y coherederos con Cristo Jesús, Señor nuestro”[25]. Y la promesa es que el Mesías será el heredero del mundo, y nosotros somos coherederos con Él. Todo es nuestro.

Es como… Recuerden que la Iglesia es la Esposa, la Novia; pero cuando ya físicamente estemos transformados, ya estaremos unidos con Cristo. Y no sé si ustedes… Recuerden que la esposa es co-heredera con el esposo; y siempre, más la esposa que el esposo, dicen: “Tengo una casa acá, tengo tal cosa, tengo…”. La esposa es la más que dice: “Tengo” (jej); aun siendo coheredera, es la que dice que tiene todo. El hombre casi nunca está diciendo: “Tengo tal cosa”, sino la mujer.

Y vean, la Iglesia del Señor Jesucristo…, Pablo decía: “Todo es nuestro”, ¿ven? Es la Iglesia la… diciendo que tiene. Es que somos coherederos con Cristo; pero reconocemos que el que tiene es Cristo, y nosotros somos coherederos con Él. Todo lo que Él tiene lo comparte con nosotros, lo comparte con Su Iglesia.

Pero vean, a través de Su Iglesia, Cristo coloca esa Palabra; y la Iglesia lo toma para Ella también. Si todo es de Cristo, pues todo es – la Iglesia dice: “Todo es nuestro”; porque Cristo y Su Esposa (Su Iglesia) son Uno.

Bueno, que Dios les continúe bendiciendo a todos.

Bueno, Miguel, ya…

[Hno. Miguel: ¡Gloria a Dios! Amén y amén. Como que falta alguna cosita todavía por ahí].

Si ha quedado algo, lo va a proveer… Dios va a obrar para que… Si se nos escapó algo, pues…

[Hno. Miguel: Yo sé que hay algo, parece que hay algo todavía por ahí].

No sé, pero si… no nos va a faltar nada de lo que…

Bueno, que Dios les bendiga y les guarde a todos.

“¿DÓNDE ESTÁ EL DIOS DE ELÍAS?”.

[Revisión mayo 2025]

[1] San Mateo 1:23

[2] Génesis 32:30

[3] Cita 1208: 64-0823M “Preguntas y Respuestas #1”, pregunta 253, párrs. 197-198

[4] Cita 1236: 64-0830M “Preguntas y Respuestas #3”, párrs. 261-262

[5] Cita 1260: 65-0118 “La simiente de discrepancia”, párr. 19

[6] Cita 1303: 65-0418E “¿Cambia Dios Su modo de pensar con respecto a Su Palabra?”, párr. 94

[7] San Mateo 27:51-53

[8] Apocalipsis 21:5

[9] Romanos 4:16-22

[10] Las Setenta Semanas de Daniel61-0730M “Instrucciones de Gabriel a Daniel”. Pág. 41, párrs. 159-164 (LGCC)

[11] Los Sellos, pág. 408, pregunta 17, párrs. 138-139

[12] Cita 333: 60-1204M “La revelación de Jesucristo”, párr. 301

[13] Citas, pág. 166, párr. 1485: 65-1128M “El único lugar provisto por Dios para la adoración”, párr. 6

[14] Citas, pág. 167, párr. 1494: 65-1128E “En las alas de una paloma blanca como la nieve”, párrs. 209-212

[15] Citas, pág. 157, párr. 1410: 65-0815 “Y no lo sabes”, párrs. 257-266, 268-278

[16] Cita 54: 54-0514 “El Sello de Dios”, párrs. 278-279

[17] Cita 15, pág. 2-A: 54-0103M “Preguntas y Respuestas #1”, párrs. 233-234, 236

[18] “La religión de Israel” – Libro hebreo impreso en México, 1953. Autor y redactor: S. Blösch

[19] San Juan 8:58

[20] Deuteronomio 12:5

[21] Los Sellos, pág. 471, párr. 161

[22] Aproximadamente 1.70 a 1.75 m

[23] 62-0318 “La Palabra hablada es la Simiente original, Parte 2”, párr. 823 (párr. 375 en inglés)

[24] Génesis 13:14-17, Deuteronomio 11:24

[25] Romanos 8:17

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