Muy buenas noches, amables amigos y hermanos presentes; es para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.
Leemos Éxodo, capítulo 23, versos 20 al 23, donde nos dice Dios hablándole a Moisés y al pueblo:
“He aquí yo envío mi Ángel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado.
Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él.
Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que yo te dijere, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré a los que te afligieren.
Porque mi Ángel irá delante de ti, y te llevará a la tierra del amorreo, del heteo, del ferezeo, del cananeo, del heveo y del jebuseo, a los cuales yo haré destruir.”
Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra, nos abra el entendimiento y nos permita entenderla. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.
“EL LIDERAZGO DEL ÁNGEL DEL SEÑOR.”
El Liderazgo del Ángel del Señor es el Liderazgo del mismo Dios por medio del Ángel del Pacto, el cual es Cristo en Su cuerpo angelical. Es el cuerpo angelical de Dios, el Ángel del Pacto, el cual aparece al pueblo desde el Génesis hasta el Apocalipsis.
En Números 27:17, cuando Moisés vio que su tiempo estaba llegando a su final, le dice a Dios, en el capítulo 27, verso 15 en adelante:
“Entonces respondió Moisés a Jehová, diciendo:
Ponga Jehová, Dios de los espíritus de toda carne, un varón sobre la congregación,
que salga delante de ellos y que entre delante de ellos, que los saque y los introduzca, para que la congregación de Jehová no sea como ovejas sin pastor.”
Encontramos que un pueblo o una persona, sin ser guiado por la Columna de Fuego, el Ángel del Pacto, usando a un pastor de ovejas, de ovejas espirituales, se encontraría como ovejas sin pastor, un pueblo que no tenga en su medio al Espíritu Santo manifestado en un mensajero, como ha sido desde el Génesis hasta Malaquías, y desde San Mateo hasta el Apocalipsis. El mismo Señor Jesucristo dijo que Él enviaría al Espíritu Santo.
Cuando Cristo estaba con Sus discípulos, el Espíritu Santo los estaba guiando a través de Cristo; por eso Él dice que Él no hacía nada de Sí mismo, sino que lo que veía al Padre hacer, lo que el Padre le mostraba que Él haría, se lo mostraba a Jesucristo y luego Jesucristo era el instrumento a través del cual Dios llevaba a cabo esa labor.
Por lo tanto, las cosas que Jesucristo hacía, era Dios por medio de Su Espíritu a través del velo de carne Jesús.
Siempre ha usado un velo de carne el Espíritu Santo para guiar a Su pueblo en todas las edades y en todas las dispensaciones.
Vean, en San Juan, capítulo 10, nos dice Cristo, verso 11:
“Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.”
Y San Juan, capítulo 10, verso 14 en adelante, dice:
“Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen,
así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.
También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.
Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar.
Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.”
Y ahora, Él dice que Él es el Buen Pastor y que da Su vida por las ovejas; lo cual hizo en la Cruz del Calvario. Y dice: “También tengo otras ovejas que no son de este Redil, las cuales me conviene traer, y ellas oirán mi voz; y habrá un Rebaño y un Pastor.” El Rebaño es la Iglesia del Señor Jesucristo, el Buen Pastor es Cristo, el cual habla de edad en edad, buscando esas ovejas que están escritas en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.
Y ahora, si Él se fue, Su cuerpo ya está glorificado y está sentado a la diestra de Dios, ¿en qué forma Cristo va a buscar esas ovejas y va a hablar a esas ovejas, y ellas van a creer y lo van a recibir? En San Mateo, capítulo 28, verso 20, Él dice: “Yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.”
Él estaría en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia, en la Columna de Fuego, como estuvo apareciéndole a Moisés y a Josué también, y revelándole a Moisés lo que tenía que Moisés hablarle al pueblo. Era Dios en Espíritu Santo en Moisés, hablándole al pueblo; era la Palabra de Dios ungida por el Espíritu Santo, saliendo de la boca de Moisés.
Dios le decía a Moisés, le mostraba a Moisés, lo que él tenía que hablar al pueblo; y Dios hacía todo lo que le decía a Moisés que Moisés hablara, Dios lo cumplía en cada ocasión que Moisés hablaba; eran los pensamientos de Dios llegando al corazón, al alma de Moisés, y Moisés hablándolos al pueblo. Y así era que Dios como el Buen Pastor por medio del Ángel del Pacto, del Espíritu Santo, le hablaba a través de Moisés al pueblo. Era nada menos que Dios pastoreando a Su pueblo Israel por el desierto, dándoles maná y agua, y carne también.
Si alguien hubiera pensado en el éxodo, en esa liberación que Moisés les dijo que Dios lo envió para efectuar ese éxodo al pueblo, si alguien se podía preguntar: “¿Y dónde está la comida que el pueblo va a usar desde Egipto hasta la tierra prometida?” Moisés lo único que podía decir es: “Dios proveerá.” Agua en el desierto, ¿dónde la iban a encontrar? —“Dios proveerá.”
Dios proveyó a Agar agua en el desierto para su hijo. Dios en Su cuerpo angelical le apareció a Agar y le habló, le habló palabras de consuelo, de bendición; y por eso le puso al lugar “El-que-me-ve,” y el cual le proveyó agua para su joven niño Ismael.
Encontramos que Dios proveerá siempre. Le proveyó un carnero a Abraham para que lo ofreciera en sacrificio y no sacrificara a su hijo Isaac. Él es el Dios proveedor.
Y ahora, es Dios por medio de Su Ángel siempre, usando un velo de carne para hablarle al pueblo. “Porque no hará nada el Señor Jehová, sin que antes revele Sus secretos a Sus siervos Sus profetas.” [Amós 3:7]
Nos dice en Zacarías, capítulo 7 [verso 11]:
“Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír;
y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas primeros; vino, por tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos.”
Al no querer escuchar lo que el Espíritu hablaba a través de los profetas, no quisieron escuchar la Voz de Dios, y por consiguiente no quisieron el Liderazgo y la guianza del Ángel del Pacto, del Ángel de Dios. Esa es la forma de Dios guiar a Su pueblo: por medio de Su Espíritu.
El mismo Jesucristo hablando de esto, dijo en San Juan, capítulo 16, versos 12 al 15:
“Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar.
Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad (¿Quien será el que guiará a toda la verdad? El Espíritu Santo); porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.”
Ahora vean cómo, Dios dice por medio de Cristo que va a hablarles de todas las cosas que han de suceder y que los va a guiar a toda justicia y a toda verdad:
“Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad.”
Esa es la forma de Dios guiar a Su pueblo, a Su Iglesia bajo el Nuevo Pacto. Ese es el Liderazgo del Ángel del Pacto, del Ángel del Señor, del Ángel de Dios. Es el Liderazgo del Espíritu Santo, de edad en edad, por medio de Sus diferentes mensajeros; y así no son como ovejas sin pastor los creyentes en Cristo, en el Cuerpo Místico de Cristo.
En San Juan, capítulo 14, nos dice, verso 26:
“Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.”
Enseñará todas las cosas, ¿quién?, el Espíritu Santo; y recordará todas las cosas que Cristo habló. Eso es una Obra del Espíritu Santo.
Capítulo 15, verso 26 al 27 dice, de San Juan:
“Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.
Y vosotros daréis testimonio también, porque habéis estado conmigo desde el principio.”
Vean cómo el Espíritu Santo viene dando testimonio de Cristo en esta Tierra; porque Él es el Guía, el que revela todas las cosas. Él tiene el Liderazgo en Su Iglesia, la Iglesia del Señor Jesucristo.
Por lo tanto, como el Espíritu Santo le ha enseñado a Su Iglesia, de edad en edad, y hemos obtenido esa enseñanza de edad en edad, y la que corresponde al Espíritu Santo dar en este tiempo, también la dará a Su Iglesia; porque Él tiene el Liderazgo en la Iglesia del Señor Jesucristo. Él es el Ángel del Pacto, el Ángel de Dios, y Él es el que guía a la Iglesia de edad en edad.
Y como el Espíritu Santo ha estado y está guiando a Su Iglesia, y así pastoreando a Su Iglesia: dándonos Su Palabra, el alimento espiritual para el alma, con la cual nos alimentamos espiritualmente; “porque no solamente de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios.” Esa es la Palabra de Dios siendo proclamada, siendo predicada por el Espíritu Santo a través de sus diferentes mensajeros.
“EL LIDERAZO DEL ÁNGEL DEL SEÑOR.”
Eso es el Liderazgo de Cristo en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia. Él está guiando y pastoreando a todas las ovejas que el Padre le dio para que las busque y les dé vida eterna.
Y si hay alguna persona que todavía no le ha recibido como Salvador para Cristo ser el que tenga el Liderazgo en su vida, lo puede hacer en estos momentos y estaremos orando por usted; para lo cual puede pasar al frente y oraremos por usted.
Vamos a dar unos minutos mientras pasan al frente los que todavía no han recibido a Cristo, para que Cristo les reciba en Su Reino.
Dios tiene muchas almas en Monterrey, en todo el Estado de Nuevo León, en toda la América Latina, en el Caribe y en todos los países, y los está llamando en este tiempo final; sus nombres están escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero. Y Él dijo: “También tengo otras ovejas que no son de este Redil, las cuales también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un Rebaño y un Pastor.” Por lo tanto, bien pueden venir, porque Cristo dijo que Él buscaría a esas ovejas que el Padre le dio para darles vida eterna.
Lo más importante es la vida eterna, no hay otra cosa más importante que la vida eterna; por lo cual, todos necesitamos a Cristo, porque Cristo es el que tiene la vida eterna para impartirla a todas las ovejas que el Padre le dio para buscar, llamar y colocarlas en el Redil, el Rebaño del Señor.
Los niños de diez años en adelante también pueden venir a los Pies de Cristo, pues Él dijo: “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos.” [San Mateo 19:14]
Lo más grande, la decisión más grande que una persona puede tener, es la de recibir a Cristo como único y suficiente Salvador. No hay otra decisión más grande que usted pueda hacer, porque esa es la única decisión que lo coloca a usted en el Reino de Cristo con vida eterna, pues es un asunto de vida eterna recibir a Cristo como único y suficiente Salvador; por lo cual, toda persona tiene la oportunidad de recibirlo como su único y suficiente Salvador.
La vida eterna es lo más importante. No hay nada más importante para el ser humano. Si la vida física, que es temporal, es tan importante, ¡cuánto más la vida eterna!
Recibir a Cristo como Salvador es un asunto de vida eterna; y esa oportunidad la tenemos mientras estamos viviendo en estos cuerpos mortales, cuerpos temporales, que Dios nos ha permitido tener.
Vamos a estar de pie para orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo en esta ocasión. Con nuestras manos levantadas al Cielo, a Cristo, y nuestros ojos cerrados:
Señor, Padre celestial, en el Nombre del Señor Jesucristo vengo a Ti trayendo a estas personas que están recibiendo a Cristo como único y suficiente Salvador. Recíbelos, Señor, en Tu Reino. Te lo ruego en el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.
Y ahora repitan conmigo esta oración, los que han venido a los Pies de Cristo nuestro Salvador:
Señor Jesucristo, escuché la predicación de Tu Evangelio y nació Tu fe en mi corazón.
Creo en Ti con toda mi alma. Creo en Tu Nombre como el único Nombre bajo el Cielo, dado a los hombres, en que podemos ser salvos. Creo, oh Señor Jesucristo, en Tu Primera Venida y en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por nuestros pecados.
Señor, reconozco que soy pecador y necesito un Salvador. Doy testimonio público de mi fe en Ti y te recibo como mi único y suficiente Salvador.
Oh Dios eterno, te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado; y me bautices con Espíritu Santo y Fuego, y produzcas en mí el nuevo nacimiento. Te lo ruego, Señor, en Tu Nombre glorioso, Señor Jesucristo. Amén y amén.
Ahora ustedes me dirán: “Quiero ser bautizado en agua lo más pronto posible, en el Nombre del Señor Jesucristo. ¿Cuándo me pueden bautizar?” Es la pregunta desde lo profundo de vuestro corazón.
Por cuanto ustedes han creído en Cristo y lo han recibido como Salvador, bien pueden ser bautizados; y que Cristo los bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento, y nos continuaremos viendo eternamente en el Reino de Cristo nuestro Salvador.
Dejo al ministro aquí, al reverendo Epifanio, para que les indique cómo hacer para ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo.
El bautismo en agua no quita los pecados, es la Sangre de Cristo la que nos limpia de todo pecado; pero el bautismo en agua es un mandamiento del Señor Jesucristo, porque en el bautismo en agua nos identificamos con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección.
Cuando la persona recibe a Cristo como Salvador, muere al mundo; y cuando el ministro lo sumerge en las aguas bautismales, tipológicamente está siendo sepultado; y cuando lo levanta de las aguas bautismales, está resucitando a una nueva vida: a la vida eterna con Cristo en Su Reino eterno. Tan sencillo como eso es el significado del bautismo en agua, en el cual nos identificamos con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección.
Dejo al ministro Epifanio para que les indique cómo hacer para ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo.
Continúen pasando todos, una noche feliz llena de las bendiciones de Cristo; y que el Liderazgo del Ángel del Pacto, del Espíritu Santo, sea siempre en la vida de cada uno de ustedes.
Pasen todos una noche feliz. Dios les bendiga a todos.
“EL LIDERAZGO DEL ÁNGEL DEL SEÑOR.”