El misterio de las señales en el cielo

Muy buenas tardes, amados amigos y hermanos presentes. Es para mí una bendición muy grande estar con ustedes en esta ocasión aquí en Ciudad Juárez, de la República Mexicana.

Para esta ocasión ha sido anunciado en el periódico, en la prensa, la actividad de hoy y mañana; y tenemos aquí un tema muy importante: “EL MISTERIO DE LAS SEÑALES EN LOS CIELOS”.

Y vamos a ver este misterio de las señales en los cielos para poder comprender estas señales que ocurren en el cielo.

Para eso vamos a leer en el capítulo 16 de San Mateo, verso 1 al 4, donde dice así:

“Vinieron los fariseos y los saduceos para tentarle, y le pidieron que les mostrase señal del cielo (vinieron a Jesús).

Mas él respondiendo, les dijo: Cuando anochece, decís: Buen tiempo; porque el cielo tiene arreboles.

Y por la mañana: Hoy habrá tempestad; porque tiene arreboles el cielo nublado. ¡Hipócritas! que sabéis distinguir el aspecto del cielo, ¡mas las señales de los tiempos no podéis!

La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal el profeta Jonás. Y dejándolos, se fue”.

Nuestro tema es: “EL MISTERIO DE LAS SEÑALES EN EL CIELO”.

Es muy importante poder comprender las señales, el significado de las señales en el cielo, pues nuestro amado Señor Jesucristo nos habló de señales en el cielo que estarían siendo vistas; pero de nada nos valdría a nosotros ver señales en el cielo si no entendemos el significado de esas señales.

Vean lo que dice nuestro amado Señor Jesucristo: en San Lucas, capítulo 21, verso 25 en adelante, dice:

“Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas;

desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas.

Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria.

Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca”.

Y ahora, vean por qué es tan importante conocer estas señales que ocurren en el cielo. Cristo nos dice: “Cuando ustedes vean suceder estas cosas, levantad vuestras cabezas al cielo, porque vuestra redención está cerca (cuando vean estas señales llevándose a cabo en el cielo)”.

Ahora, vean la importancia que tiene comprender las señales del cielo. Y esas señales en el cielo tienen un misterio para los seres humanos, pero es importante entenderlo.

Vean ustedes, en la Primera Venida de Cristo encontramos que hubo una importante señal en el cielo; y vean, en San Mateo, capítulo 2, verso 1 en adelante, dice lo que fue visto en el cielo. Dice:

“Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos,

diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.

Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él.

Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo.

Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta (o sea, por Miqueas, capítulo 5, verso 2):

Y tú, Belén, de la tierra de Judá,

No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá;

Porque de ti saldrá un guiador,

Que apacentará a mi pueblo Israel.

Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella (o sea, desde cuándo vieron ellos aparecer en el cielo esa estrella; y conforme a lo que luego hizo Herodes, la estrella había estado apareciendo desde hacía dos años. Y luego dice);

y enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore.

Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño.

Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo.

Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.

Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino”.

Ahora, vean cómo esta señal en el cielo, esta Estrella —llamada la Estrella de Belén comúnmente—, vean ustedes, los magos la vieron, ellos estando allá en el este, o sea, en el oriente, por allá por Babilonia; y ellos vieron esa Estrella sobre la tierra de Israel. Y ellos salieron de la tierra de Babilonia hacia la tierra de Israel, y llegaron a Jerusalén, y preguntaron allí por el niño, por el Rey de Israel; y dijeron: “¿Dónde está el Rey de Israel, el Rey de los judíos, que ha nacido? Porque Su Estrella hemos visto en el oriente”. Vieron una señal en el cielo, y ahora están buscando (¿qué?) el significado de esa señal. ¿Dónde lo están buscando? En el cielo. Porque siempre Dios muestra en el cielo lo que Él hace en la Tierra.

Encontramos que ustedes encontrarán en el cielo las señales de lo que Cristo estará haciendo en la Tierra. Por eso es que también aparece en Apocalipsis, capítulo 12: ahí en el libro del Apocalipsis habla de esa señal en el cielo: una mujer vestida del sol con dolores de parto.

Vean, una gran señal fue vista en el cielo, ahí, por Juan el apóstol en el libro del Apocalipsis; pero todo eso que él vio significa algo que estará cumpliéndose aquí en la Tierra. Y, vean ustedes la importancia de entender las cosas, las señales que son vistas en el cielo, aun en las visiones o sueños que hayan tenido los profetas de Dios.

Vean cómo también el profeta y patriarca José, aún siendo un jovencito (digamos, de unos 17 años), vio también una señal grande en el cielo en sus sueños – en un sueño, y vio al sol y a la luna y a once estrellas postrarse delante de él.

Ahora, esa señal que él vio en sueños en el cielo significaba que su padre Jacob y toda su familia (sus hermanos, toda su familia) se postraría delante de José1; y esto se cumplió cuando José estaba en Egipto como un príncipe allá, siendo el segundo en el imperio del Faraón.

Y encontramos que cuando necesitaron alimento los hermanos de José, y Jacob, fueron a Egipto y consiguieron alimento; pero no conocieron que este príncipe que allí estaba, el administrador de los negocios del Faraón, no se dieron cuenta que era su hermano2. Hablaba… estaba hablando idioma gentil, estaba vestido como un gentil, y sus vestiduras y su cabello y su apariencia toda era de gentil, y aun su idioma que hablaba; y aun su esposa también, una gentil; y sus hijos, pues aparecían allí como gentiles. Pero vean ustedes, sus hijos eran… por parte de José eran hebreos, y por parte de la esposa de José eran gentiles.

Y ahora vean, cuando fueron no conocieron que ese príncipe allí era su hermano José. Pero más adelante ellos volvieron a buscar alimento, y allí dejaron a uno de ellos en lo que traían al menor, o sea, a Benjamín, porque así lo exigió José, el segundo en el trono; o sea, Zafnat-panea, que era el nombre que el Faraón le había colocado a José3.

Y luego, cuando regresan, encontramos que cuando José ve a su hermano de padre y madre, su corazón se conmovió, su alma se llenó de emoción, y no aguantaba la emoción; salió fuera del lugar donde ellos estaban reunidos, y se fue a llorar; luego se lavó la cara, regresó, pero no aguantaba la emoción; y ya a lo último ordenó que todos los gentiles que allí estaban salieran de su presencia; y aun la esposa de José con sus hijos, estaba en el palacio4.

Y ahora, José se revela a sus hermanos; y cuando José se revela a sus hermanos (y ellos se ponen muy nerviosos, pensando que ahora José los iba a matar por lo que habían hecho: por haberlo vendido), José les dice: “No les pese a ustedes lo que hicieron, porque Dios estaba en el asunto. Todo fue para bien, Dios lo encaminó para bien, para preservación de vida”5.

Y ahora, vean cómo la muerte de Cristo… porque José representa a Jesucristo en Su Primera Venida y en Su Segunda Venida. Ahora vean lo que hicieron con José: que lo colocaron en una cisterna vacía, y luego lo sacaron de allí y lo vendieron por cierta cantidad de piezas de plata6, y luego eso causó que fuera a los gentiles; para preservación de vida.

Así fue en el caso de José, tipo y figura de Cristo siendo rechazado por el pueblo hebreo, siendo vendido por cierta cantidad de piezas de plata por Judas Iscariote7, y luego siendo crucificado, muriendo, siendo sepultado, y luego resucitando y ascendiendo al Cielo, y sentándose a la diestra de Dios en el Trono de Dios, donde recibió un nombre nuevo.

Y ahora, vean ustedes cómo Jesucristo ha estado llevando a cabo una Obra para preservación de vida: Él ha estado intercediendo allá en el Trono del Padre, en el Lugar de Intercesión, con Su Sangre preciosa ofrecida, colocada, en el Propiciatorio del Templo que está en el Cielo; y Jesucristo también, como Sumo Sacerdote, ofreciendo Su propia Sangre, ha estado haciendo intercesión en el Cielo para así preservar la vida de los que tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero.

Y ahora vean cómo todo eso ha estado ocurriendo, lo cual fue tipificado en José y lo que estuvo haciendo José allá en Egipto.

Y ahora, vean ustedes, cuando sus hermanos lo conocen, porque él se revela a ellos y les dice: “Yo soy José, vuestro hermano”, pero ellos allí lo estaban viendo como Zafnat-panea, el segundo en el imperio del Faraón, el administrador de los negocios del Faraón.

Y ahora, Cristo se revela a Sus hermanos entre los gentiles. Y vean ustedes cómo el imperio del Faraón, que es tipo y figura del reino de los gentiles, de los gentiles…; vean ustedes cómo Cristo estaría en medio de los gentiles llevando a cabo Su Obra correspondiente a las diferentes etapas de Su Iglesia gentil.

Comenzó en Asia Menor con la primera edad, luego pasó a la segunda; y vean ustedes cómo por medio de cada ángel mensajero se ha estado revelando.

Primero por medio de San Pablo, después por medio de Ireneo, después, en la tercera edad, por medio de Martin, en la cuarta edad por medio de Colombo, en la quinta edad por medio de Lutero, en la sexta edad por medio de Wesley, y en la séptima edad por medio del reverendo William Marrion Branham; durante las siete etapas o edades de la Iglesia gentil.

Y luego, para la Edad de la Piedra Angular, Cristo se revela por medio de Su Ángel Mensajero y nos da a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino; y ahí Cristo se revela como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo, en la Edad de la Piedra Angular y en la Dispensación del Reino. Y es ahí en esa edad donde Cristo se dará a conocer al pueblo hebreo.

Y ahora, todo lo que sucedió allá, cuando Cristo se dio a conocer en tipo y figura en el caso de José; cuando se dio a conocer José a sus hermanos, siendo tipo y figura de lo que sucederá en este Día Postrero, en donde Cristo se revelará al pueblo hebreo, se dará a conocer; vean ustedes, todo esto —siendo tipo y figura— nos muestra en el caso de José, en la vida de José, cómo sus hermanos (luego de revelarse Cristo a ellos) se postraron delante de él; cumpliéndose así el sueño profético que interpretó José.

Porque él sabía lo que eso significaba; y sus hermanos supieron también lo que eso significaba, y su padre también. Su padre Jacob o Israel supo lo que eso significaba. Le dice a José: “¿Acaso hemos de inclinarnos delante de ti, tu madre y yo y tus hermanos?”8; pero vean, en el Programa Divino así sucedería.

Y ahora, encontramos que allá en Egipto, entre los gentiles, se cumple este sueño de José. José lo creía con toda su alma; sabía que eso era una profecía para ser cumplida en él.

Y ahora, vean cómo se inclinaron delante de José sus hermanos9; y luego, cuando Jacob llegó a Egipto, para quedarse en Egipto, para vivir en Egipto, encontramos que también vino delante de José, se inclinó delante de José; y así se cumplió la profecía que había hablado José de este sueño que Dios le había dado.

Y ahora, la Escritura para el Día Postrero dice que toda rodilla se doblará; esto es para la Segunda Venida de Cristo: toda rodilla se doblará delante de Cristo10.

Y ahora, vean ustedes que cuando José salía, una trompeta sonaba. Y para el Día Postrero, para la Segunda Venida de Cristo, encontramos que tenemos la promesa de la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta, representada en aquella trompeta que sonaba cuando José salía, y toda rodilla tenía que inclinarse delante de él; toda persona tenía que inclinarse delante de él y doblar rodilla11.

Y ahora vean ustedes cómo para el Día Postrero, cuando Cristo se revela al pueblo hebreo, encontramos que el pueblo hebreo doblará rodilla ante nuestro José, ante Jesucristo en Su Segunda Venida; y se cumplirá lo que fue un tipo y figura allá de la Segunda Venida de Cristo como Rey de reyes y Señor de Señores, como el León de la tribu de Judá. Pero vean que esto le fue mostrado a José en sueños, y él vio todo esto con estos símbolos del cielo: con la luna, el sol y once estrellas que se inclinaron delante de él.

Y ahora vean el significado de eso siendo cumplido en la vida de José cuando sus hermanos y su padre se inclinaron delante de él; y aquello es tipo y figura, vean ustedes, de la Segunda Venida de Cristo, donde se suena o es tocada la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta, y el pueblo hebreo (144.000 hebreos) doblarán rodilla delante de Jesucristo nuestro José, en la Segunda Venida de Cristo, cuando Él se revele, se dé a conocer al pueblo hebreo; lo cual está muy cerca.

Ahora, vean lo importante que es conocer el significado de LAS SEÑALES EN EL CIELO.

Y ahora, vean ustedes cómo Cristo dijo que habrá señales en el cielo. En San Mateo, capítulo 24, nos dice así; y vamos a comenzar en el verso 1, donde dice:

“Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo.

Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada”.

Está profetizando de la destrucción de Jerusalén y la destrucción del templo, lo cual se cumplió en el año 70, cuando el general romano Tito destruyó el templo y destruyó a Jerusalén. Sigue diciendo aquí la Escritura:

“Y estando él sentado (o sea, Jesús; estando Jesús sentado) en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas (¿Qué cosas? Estas cosas que Él les había dicho de la destrucción del templo y de Jerusalén), y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?”.

Ahora, ellos quieren saber cuál será la señal de la Venida de Cristo para el Día Postrero y la señal del fin del siglo.

“Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe.

Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán.

Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin”.

Hemos visto ya dos guerras mundiales, y hemos estado viendo rumores de una Tercera Guerra Mundial también. Y hemos estado viendo también, nación contra nación y reino contra reino, peleando en guerras en diferentes continentes. Pero guerras mundiales hemos tenido ya dos.

Y la humanidad se acerca a una Tercera Guerra Mundial, que será una guerra atómica, para cumplirse “el día grande y terrible de Jehová”12, “el día ardiente como un horno”, que “no les dejará ni raíz ni rama a los malos”, y “aquel día que vendrá los abrasará (los quemará), ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará (¿qué?) ni raíz ni rama”13.

¿Qué es raíz? Esto nos habla de los padres o de los abuelos. Y del tallo, o del tronco y el tallo, eso nos habla de los padres; y de las ramas: eso nos habla de los hijos.

Pues encontramos que cuando Juan el Bautista y Jesús estuvieron hablando: “El hacha está puesta en la raíz de todo árbol; y el árbol que no lleva buen fruto será cortado y echado al fuego”14, ¿de qué estaba hablando? De seres humanos.

Ahora vean ustedes cómo son representados los seres humanos en árboles; también son representados en peces; son representados también en estrellas; pues Dios le dijo a Abraham: “Mira al cielo (así que era una noche estrellada) y mira las estrellas, y cuéntalas si las puedes contar; así será tu descendencia: como las estrellas del cielo”15.

Ahora vean cómo, cuando Abraham miró esas estrellas en el cielo, eran señal de la descendencia de Abraham, que sería como las estrellas del cielo. Le estaba mostrando allí, en esa noche estrellada, todas esas estrellas como una señal que representaba la descendencia de Abraham.

Y ahora continuemos aquí viendo todas estas cosas que estarían sucediendo [San Mateo 24:7]:

“Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes (o sea, enfermedades), y hambres, y terremotos en diferentes lugares.

Y todo esto será principio de dolores”.

O sea que esto sucede antes del glorioso Reino Milenial de Cristo; y aun antes de la Venida del Hijo del Hombre, estos terremotos y guerras y todas estas cosas estarían llevándose a cabo; y pestes, o sea, enfermedades.

Vean, estas enfermedades terribles que han azotado a la raza humana (que son bastantes), las cuales han estado apareciendo desde hace ya siglos; pero en el siglo XX surgieron muchas y nuevas enfermedades también.

Y ahora, todo eso dice Cristo que es principios de dolores. Y si los principios de dolores son así, ¿cómo serán los dolores fuertes durante la gran tribulación, donde será dado a luz una Tierra preparada para el glorioso Reino Milenial? O sea que sucederán muchas cosas durante la gran tribulación, que a la larga lo que harán será preparar el planeta Tierra para el glorioso Reino Milenial de Jesucristo.

Como sucede cuando va a dar a luz una mujer: dolores le comienzan, suavecitos, principios de dolores; luego van aumentado esos dolores. Pero ya cuando los dolores son fuertes y son muy seguidos, uno detrás del otro…, o sea, ellos cuentan (los médicos): cuando los dolores son o vienen cada tantos minutos, y se van y después vuelven, todavía le faltan tantas horas a la mujer para dar a luz; y cuando los dolores son cada tantos minutos, ya le falta cierta cantidad; pero cuando los dolores son corridos y más fuertes, y son cada tantos segundos, ya es tiempo para dar a luz.

Y ahora, los dolores vendrán fuertes para el planeta Tierra durante la gran tribulación, para dar a luz un nuevo mundo, una nueva Tierra para el glorioso Reino Milenial de nuestro amado Señor Jesucristo.

Ahora, continuamos leyendo aquí; dice [San Mateo 24:9]:

“Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre”.

Ahora vean, esto se cumplió para la Iglesia del Señor Jesucristo durante las persecuciones por las cuales ella ha pasado en tiempos pasados. Y también para el pueblo hebreo, vean ustedes cómo el pueblo hebreo ha sido aborrecido por un sinnúmero de naciones gentiles. Y Hitler, Mussolini, Stalin y otros dictadores, por poco exterminan al pueblo hebreo como nación.

Pero vean ustedes cómo —por causa de Cristo, por haber rechazado a Cristo y pedido Su muerte, y cumplirse el deseo de ellos— la Sangre de Cristo ha estado siendo demandada del pueblo hebreo por dos mil años; y todavía está siendo demandada del pueblo hebreo. Pero está el pueblo hebreo en una etapa para ser restaurado, y el Reino de Dios ser restaurado en medio del pueblo hebreo. Y por eso dice: “Pero si aquellos días no fueren acortados, ninguna carne sería salva; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados”16.

Y aquellos días de tribulación para el pueblo hebreo, bajo Hitler, Mussolini, Stalin y otros dictadores, fueron acortados por causa de 144.000 escogidos que tienen que estar en medio de la nación hebrea, porque son hebreos. Y para eso los hebreos tenían que venir de las naciones donde estaban esclavizados, y en donde estaban siendo perseguidos y en donde estaban oprimidos; tienen que venir a su tierra —la tierra de Israel—.

Y eso es lo que ha estado sucediendo durante el siglo XX: el pueblo hebreo regresando a su tierra. Porque con el regreso de ellos viene a la tierra de Israel el grupo de los escogidos, que son 144.000 hebreos, 12.000 de cada tribu. Y si la persona que regresa no es uno de esos 144.000, pues puede ser que sea su hijo o su nieto, y nazca en la tierra de Israel.

Ahora vean el por qué han estado llegando a la tierra de Israel y ya están allí como una nación libre y soberana; y Dios acortó aquellos días de tribulación que vinieron sobre el pueblo hebreo.

Y vean, también para la Iglesia del Señor Jesucristo, las tribulaciones por las cuales ha pasado la Iglesia durante edades pasadas fueron acortadas también, para en el Día Postrero estar todos los escogidos de Dios presentes para escuchar la Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final, la Trompeta del Evangelio del Reino revelando el misterio de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo.

Ahora, vean cómo la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta, en el Día Postrero siendo la Voz de Cristo, como aparece en Apocalipsis, capítulo 1 y versos 1 al 11, estaría hablándole a Su Iglesia en el Día Postrero, en el Día del Señor. Dice Apocalipsis, capítulo 1, verso 10 al 11, dice así San Juan:

“Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor (¿En qué día estaba? En el Día del Señor, que es el séptimo milenio; porque un día delante del señor es como mil años, y mil años como un día), y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta,

que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último”.

Ahora, vean que Juan escuchó una gran voz como de trompeta, o sea la voz de una persona hablando en el Día del Señor, hablándole a Su Iglesia; porque el apóstol San Juan, en la revelación apocalíptica, representa a la Iglesia del Señor Jesucristo con los ángeles mensajeros de la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y ahora, para el Día Postrero es que la Gran Voz de Trompeta sería escuchada.

¿Y quién es el que habla con esa Gran Voz de Trompeta? Decía: “Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último”. ¿Y quién es el Alfa y Omega?, ¿quién es el primero y el último? Nuestro amado Señor Jesucristo. Es nuestro amado Señor Jesucristo hablándole a Su Iglesia en el Día Postrero con el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino.

Y así es como el Señor, en este Día Postrero en el cual estamos viviendo, nos estaría hablando; y vamos a ver qué cosas nos estará hablando en el Día del Señor, en el Día Postrero. Apocalipsis, capítulo 4, verso 1, dice:

Después de esto miré (o sea, después de las siete edades de la Iglesia gentil), y he aquí una puerta abierta en el cielo…”.

Cristo dijo: “Yo soy la Puerta; el que por mí entraré, será salvo; y hallará pastos”17.

Y ahora, esta Puerta es abierta en el Cielo. Es el Séptimo Sello abierto en el Cielo, en Apocalipsis, capítulo 8 y verso 1. Y es Cristo la Puerta abierta en la edad celestial de la Edad de la Piedra Angular. Es la Segunda Venida de Cristo abierta en la Edad de la Piedra Angular, como fue abierto el Séptimo Sello en el Cielo.

Cuando fue abierto el Séptimo Sello en el Cielo causó silencio como por media hora, porque nadie en el Cielo sabía el misterio de la Segunda Venida de Cristo. Pero fue abierto ese misterio en el Cielo, y todas las huestes celestiales conocieron ese misterio cuando fue abierto en Apocalipsis, capítulo 8 y verso 1.

Y ahora, vean ustedes que este es el misterio que luego aquí en la Tierra es abierto en una edad celestial: la Edad de la Piedra Angular. Y así es como los escogidos en el Día Postrero podrán ver en la Edad de la Piedra Angular, esa edad celestial, esa Puerta abierta: la Segunda Venida de Cristo abierta a todos los escogidos de Dios: el Séptimo Sello abierto a todos los hijos e hijas de Dios.

Y ahora, vean lo que a continuación dice aquí:

“… y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas”.

Ahora, Cristo aquí promete mostrarle a Su Iglesia, representada en Juan el apóstol, promete mostrarle todas las cosas que han de suceder después de las siete edades de la Iglesia gentil. “Sube acá”. ¿A dónde vamos a subir? A la Edad de la Piedra Angular.

Así como el grupo de escogidos de cada edad subió a la edad en la cual vivió al escuchar la Voz de Cristo, la Trompeta de Cristo, para la edad en que cada uno vivió. Y la Voz de Cristo fue escuchada por medio del ángel mensajero de cada edad; y los escogidos de cada edad subieron a la edad que les tocó vivir, escuchando la Voz de Cristo por medio del ángel mensajero de cada edad.

Y ahora, para subir a la Edad de la Piedra Angular hay que escuchar la Voz de Cristo por medio del instrumento que Él tenga en la Edad de la Piedra Angular. Porque así como para cada edad de las siete edades de la Iglesia gentil tuvo un mensajero, y hubo un territorio donde envió ese mensajero, y hubo un pueblo que lo recibió; para la Edad de la Piedra Angular habrá un territorio donde se cumplirá esa edad, y habrá un mensajero en el cual estará Jesucristo en Espíritu Santo manifestado hablándole a Su Iglesia con esa Gran Voz de Trompeta.

Y las ovejas de Cristo escucharán Su Voz; estarán escuchando la Voz del Buen Pastor, como la escucharon los escogidos de las siete edades de la Iglesia gentil. Cristo dijo en San Juan, capítulo 10 y versos 14 al 16:

“Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen,

así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas (‘Y pongo Mi vida’ ¿por quién? Por las ovejas).

También tengo otras ovejas que no son de este redil (o sea que no son del pueblo hebreo, del redil hebreo); aquellas también debo traer…”.

Y entonces, ¿de qué redil son esas otras ovejas? Son de los gentiles, son gentiles. Pero dice Cristo: “Aquellas también debo traer”. Él dice que las traerá: el Buen Pastor las estará llamando. Dice:

“… y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor”.

Ahora, por medio de cada ángel mensajero, Jesucristo en Espíritu Santo ha estado manifestado, velado y revelado, y ha estado hablando por cada uno de esos siete ángeles mensajeros en las siete edades de la Iglesia gentil. Y por medio de esos mensajeros es que las ovejas de Jesucristo han escuchado la Voz de Jesucristo, el Buen Pastor. Y Él las ha llamado y las ha juntado en Su Redil, que es la Iglesia del Señor Jesucristo, la cual está representada en este diagrama, el cual hizo y usó el reverendo William Marrion Branham en los mensajes: “La estatura de un hombre perfecto” y “Las siete edades de la Iglesia gentil”; y de seguro lo usó en algunos otros mensajes o hizo referencia a este diagrama.

Y ahora, vean ustedes cómo de edad en edad la Voz del Buen Pastor la han estado escuchando las ovejas del Señor, y han sido colocadas en la edad que les ha tocado vivir en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo; o sea, en la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y ahora, luego de la manifestación de Cristo en Espíritu Santo por medio de estos siete ángeles mensajeros ¿qué más tiene Cristo para realizar en Su Iglesia? Pues tiene la Edad de la Piedra Angular, donde Él estará realizando todo Su Programa correspondiente al Día Postrero, y estará hablándole a Su Iglesia en la Edad de la Piedra Angular por medio del mensajero que tenga aquí en la Edad de la Piedra Angular.

Y así estará llamando y juntando a Sus ovejas, a Sus escogidos, en el Día Postrero, y cumpliendo así la promesa de San Mateo, capítulo 24, verso 31, donde dice: “Y enviará Sus Ángeles con Gran Voz de Trompeta y juntarán a Sus escogidos”. Sus escogidos son Sus ovejas.

¿Y dónde van a ser juntados?

Así como han sido juntados en edades pasadas en el Cuerpo Místico de Cristo en cada edad de la Iglesia gentil, en el Día Postrero serán juntados los escogidos de Dios de entre los gentiles en el Cuerpo Místico de Cristo, en la edad correspondiente al Día Postrero, que es la Edad de la Piedra Angular, donde Cristo estará manifestado en el mensajero de esa edad.

Y ahora, vean ustedes en Apocalipsis, capítulo 22 y verso 6, la Voz de Cristo ahí dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, las cuales Él prometió con esa Voz de Trompeta en Apocalipsis, capítulo 4, cuando dijo: “Sube acá”.

¿Dónde subimos o vamos a subir? A la Edad de la Piedra Angular; donde Él en el Día Postrero estará manifestado en el mensajero de esa edad, y hablando por medio de ese mensajero. ¿Hablando qué cosas? Las cosas que deben suceder pronto.

Y ahora vamos a ver quién es ese instrumento de Cristo para el Día Postrero, por medio del cual Jesucristo, el Buen Pastor, estará llamando y juntando a Sus ovejas en el Día Postrero. Apocalipsis 22, verso 6, dice:

“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”.

¿A quién ha enviado? A Su Ángel Mensajero. ¿Para qué? Para mostrarle a Sus siervos las cosas que deben suceder pronto.

¿Quién es el instrumento de Jesucristo, del Buen Pastor, para el Buen Pastor estar hablando a Sus ovejas en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular, y estar dándole a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto? El instrumento de Cristo es Su Ángel Mensajero, el Ángel Mensajero de la Edad de la Piedra Angular; el cual Juan quiso adorar en dos ocasiones, pero le fue prohibida esa adoración al Ángel del Señor Jesucristo18; porque el Ángel de Jesucristo no es el Señor Jesucristo; ese Ángel es el profeta mensajero de Jesucristo para la Edad de la Piedra Angular y para la Dispensación del Reino en el Día Postrero; o sea, en el Día del Señor o séptimo milenio.

Porque “un día delante del Señor es como mil años, y mil años como un día”, nos dice Segunda de Pedro, capítulo 3 y verso 8; y el Salmo 90, verso 4 (ahí nos habla el profeta Moisés).

Ahora, hemos visto quién es el instrumento de Jesucristo, para por medio de él ser dadas a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, en el Día del Señor, o sea, en el séptimo milenio, y en la Edad de la Piedra Angular, la edad del tiempo final, en donde Él llama y junta a Sus escogidos por medio de Su Ángel Mensajero. Y por medio de Su Ángel Mensajero, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, revelándonos todas estas cosas, es que viene el llamado de la Gran Voz de Trompeta para los escogidos de Dios.

La Gran Voz de Trompeta es el Mensaje del Evangelio del Reino, con el cual son dadas a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, en el Día Postrero; o sea, en el séptimo milenio y en la Edad de la Piedra Angular.

Ahora, hemos visto quién es el mensajero —para la Edad de la Piedra Angular— del Señor Jesucristo. Y dio testimonio también Cristo en Apocalipsis, capítulo 22, verso 16, diciendo:

“Yo Jesús he enviado mi ángel (¿A quién dice que ha enviado? A Su Ángel Mensajero) para daros testimonio de estas cosas en las iglesias (¿De qué cosas? De estas cosas que deben suceder pronto)”.

Y así es como Cristo estaría hablándole a Su Iglesia, a todos Sus escogidos, en este Día Postrero; y estaría juntando Sus escogidos conforme a Su promesa. ¿Dónde los estaría juntando? Pues Sus escogidos son representados en la ovejas del Señor; o sea, son representados en ovejas. Y Él dijo que las ovejas serían… escucharían la Voz del Buen Pastor, y habría un Rebaño y un Pastor. Él dijo: “Aquellas también debo traer”19. Las ovejas de entre los gentiles deben ser llamados y juntados, cada uno en la edad que le toca vivir.

Y para este tiempo en el cual nos ha tocado vivir, las ovejas estarán siendo llamadas y juntadas en la Edad de la Piedra Angular; y les estará dando a conocer Cristo, por medio de Su Ángel Mensajero, todas estas cosas que deben suceder en este tiempo final.

Ahora, veamos lo que dice Cristo en San Mateo, capítulo 16 y verso 27 al 28. Dice:

“Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.

De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino”.

Y luego, seis días después: “Tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto, y se transfiguró delante de ellos (en el capítulo 17 de San Mateo), y Su rostro resplandeció como el sol, Sus vestidos se hicieron resplandecientes – se hicieron resplandecientes Sus vestiduras”. Nos dice: “… sus vestidos se hicieron blancos como la luz”; y aparecieron Moisés y Elías, uno a cada lado.

Ahí Cristo les está mostrando la Venida del Hijo del Hombre en Su Reino, en esta visión.

Es una visión profética de la Venida del Hijo del Hombre, para ser cumplida en el Día Postrero; en donde estarán presentes los ministerios de Moisés y Elías, que son los ministerios de los Dos Olivos de Apocalipsis, capítulo 11 y verso 3 en adelante, y Zacarías, capítulo 4. Esos ministerios estarán manifestados en la Tierra en el tiempo final, en el tiempo de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles; porque Sus Ángeles aquí son los Dos Olivos, son Moisés y Elías.

Y ahora, en San Mateo, capítulo 24, versos 29 en adelante, dice:

“E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas.

Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo (aquí nos habla de una señal que será vista en el cielo; la señal del Hijo del Hombre dice será vista en el cielo); y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.

Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro”.

Los escogidos de entre los gentiles serán llamados y juntados, y luego los escogidos del pueblo hebreo, que son 144.000; pero de entre los gentiles no dice el número. Así que el número lo hemos de saber cuando estemos transformados.

Ahora, vean cómo nos dice que será vista la señal del Hijo del Hombre en el cielo, y vean cómo dice que verán al Hijo del Hombre viniendo ¿dónde? En una nube, o en las nubes, con poder y gran gloria.

En San Marcos también nos dice que vendrá “en las nubes” (eso está en San Marcos, capítulo 13); y en San Lucas, capítulo 21, nos dice que vendrá “en una nube”. Pero ¿hay alguna contradicción cuando dice “en las nubes” en San Mateo y en San Marcos, y en San Lucas dice “en una nube”? No hay ninguna contradicción.

También en el libro de los Hechos, capítulo 1 y versos 6 al 11, cuando Jesucristo se despidió de Sus discípulos y ascendió o subió al Cielo, dice así:

“Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? (O sea, el Reino de David, para sentarse Cristo sobre el Trono de David como Rey de Israel. Cristo dice):

Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad…”.

A ellos no les correspondía conocer ese misterio, porque ese misterio era para ser revelado en el Día Postrero, en el tiempo en el cual Cristo viene como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, y como Hijo del Hombre e Hijo de David, para llevar a cabo Su Obra de Reclamo, y reclamar el Trono de David (donde Él se sentará), y reclamar todo lo que Él ha redimido con Su Sangre preciosa.

“… pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.

Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos.

Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas,

los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo?”.

Vamos a ver qué les dijeron:

“Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo”. ¿Se fue en qué? En una nube. Y el mismo Jesús dice que será vista la señal del Hijo del Hombre en el cielo, y entonces verán al Hijo del Hombre viniendo en las nubes del cielo. San Lucas dice: “Viniendo en una nube”.

Ahora, vean que tenemos la promesa de una señal en el cielo. Y es muy importante discernir estas señales correspondientes a este tiempo en el cual nosotros vivimos. Las señales de los tiempos, las señales del tiempo final, del Día Postrero, es muy importante entenderlas.

Y ahora, tenemos la promesa que una nube aparecerá, y ahí estará el Hijo del Hombre viniendo envuelto en esa nube. Apocalipsis, capítulo 10, también nos dice lo mismo. Y quiero leerles ese pasaje, para que así tengan un cuadro claro de este misterio contenido en estas señales de los cielos, y así podamos ver EL MISTERIO DE LAS SEÑALES EN EL CIELO.

Apocalipsis, capítulo 10, verso 1 en adelante, dice:

“Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube, con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego”.

¿Cómo viene este Ángel Fuerte del Cielo? Envuelto (¿en qué?) en una nube. Es la Venida de Cristo, la Venida del Hijo del Hombre, como Cristo dijo en San Mateo, capítulo 24 y verso 30: el Hijo del Hombre viniendo en una nube.

“… con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol…”.

¿Por qué Su rostro como el sol? Porque el sol es el astro rey, y Cristo aquí viene como Rey de reyes y Señor de señores. O sea que el sol representa a Cristo como rey.

“… y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego.

Tenía en su mano un librito abierto; y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra;

y clamó a gran voz, como ruge un león; y cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces”.

Ahora, vean cómo aquí nos muestra la Venida de Cristo, la Venida del Ángel Fuerte, viniendo en las nubes o envuelto en una nube, como había profetizado nuestro amado Señor Jesucristo; pero aquí nos da más detalles de Su Venida.

Y ahora, viene con un Librito abierto en Su mano, viene con el arco iris alrededor de Su cabeza, viene con Sus ojos como llama de fuego y con Sus pies como columnas de fuego, o sea, como bronce bruñido.

Todos estos símbolos deben ser comprendidos por la Iglesia del Señor Jesucristo en el Día Postrero, deben ser comprendidos por todos los escogidos de Dios en este Día Postrero.

Ahora, vean ustedes la Venida de Cristo aquí, viniendo envuelto (¿dónde?) en una nube. Y ahora, tenemos la promesa de que una nube aparecerá en el cielo, así como para la Primera Venida de Cristo hubo una señal en el cielo, llamada en la actualidad, o desde hace dos mil años, llamada la Estrella de Belén; esa fue la señal en el cielo de que ya el Mesías estaba en la Tierra, de que el Mesías había nacido, y que había que estar buscando la Primera Venida del Mesías ya cumplida en la Tierra.

Pero vean, todavía el ministerio del Mesías no comenzaría; transcurrirían 29 años y medio para comenzar luego el ministerio del Mesías como Cordero de Dios, y quitar el pecado del mundo al final de esos tres años y medio de ministerio. Pero vean, 29 años y medio antes de comenzar el ministerio de Cristo, encontramos la señal en el cielo de la Primera Venida de Cristo.

En el libro de Números, capítulo…, vamos a ver qué capítulo es donde nos habla de una Estrella en el cielo. Nos dice que “de Jacob saldrá una Estrella”, nos dice en Números, capítulo 24 y verso 17. Era una profecía que tenía que ser cumplida, y apareció una Estrella en el cielo; esa era la señal de la Venida del Mesías a la Tierra. Por lo tanto, el pueblo hebreo tenía que estar buscando —al ver esa señal en el cielo—, tenía que estar buscando lo que esa señal representaba. Esa señal representaba al Mesías, porque Él es la Estrella resplandeciente de la Mañana.

Y ahora, vean cómo las cosas que Dios hará aquí en la Tierra están representadas en las cosas que están en el cielo: en el sol, en la luna, en las estrellas, y así por el estilo.

Y aquí tenemos también que los siete ángeles mensajeros en Apocalipsis, capítulo 1, capítulo 2 y capítulo 3, están representados también en estrellas; siete estrellas representan a los siete ángeles del Señor Jesucristo.

Y ahora vean cómo las cosas del cielo representan las cosas que Dios estará haciendo aquí en la Tierra. Así que hay que buscar el equivalente de lo que uno ve en el cielo, buscarlo aquí en la Tierra.

Tenía el pueblo hebreo que estar buscando esa Estrella —luego de verla en el cielo—, estarla buscando en la Tierra; no en la forma de una estrella literal, sino en la forma de un niñito naciendo en Belén de Judea. Pero solamente pocas personas buscaron esa Estrella materializada en un niñito naciendo en Belén de Judea.

Y ahora, tenemos la promesa que habrá una nube en el cielo: la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y eso estará dando testimonio de la Venida del Hijo del Hombre envuelto en una nube en el cielo, para luego ser manifestado en la Tierra en el cumplimiento de la Segunda Venida de Cristo, la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, llamando y juntando a Sus escogidos en este Día Postrero. ¿Con qué? Con la Gran Voz de Trompeta, con esa Trompeta Final, que es el Mensaje del Evangelio del Reino, con el cual Cristo nos da —por medio de Su Ángel Mensajero— a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, en el Día Postrero.

Y ahora, hemos visto que Cristo estará manifestado en Su Ángel Mensajero en el Día Postrero, así como estuvo manifestado en cada ángel mensajero de cada edad de la Iglesia gentil.

Y ahora, viendo que en el cielo aparecerá una señal, una nube: la señal del Hijo del Hombre en el cielo, y en esa nube —envuelto ahí en esa nube, colocado ahí en esa nube— estará viniendo el Hijo del Hombre con poder y gran gloria, para luego ser manifestado en la Tierra en el Día Postrero en carne humana.

Y ahora vean, esta nube misteriosa, que apareció en febrero 28 de 1963 sobre los cielos de Arizona20, apareció a 26 millas de altura, donde no pueden volar los aviones. Y en ese tiempo no podían volar los aviones a esa altura, y tampoco había humedad, ni hay humedad, a esa altura; y no habían enviado cohetes en ese momento, en ese día, que pasaran por ese lugar; y la ciencia no pudo descubrir el misterio de esa nube, que medía 30 millas de ancho por 50 millas de largo, aproximadamente.

Ahora, ¿cuál es el misterio de esa nube? El reverendo William Marrion Branham, precursor de la Segunda Venida de Cristo, con el espíritu y virtud de Elías, viniendo en el siglo XX, estaba de cacería, cazando animales sobre los montes de Tucson, Arizona, cuando le aparecieron siete ángeles que vinieron del Cielo, y se lo llevaron adonde estaba esa nube; o sea, fue arrebatado y fue colocado con esos ángeles en esa nube formada por esos ángeles.

Esta nube es una nube misteriosa porque fue formada por ángeles de Dios enviados en ese tiempo. Y dice el reverendo William Marrion Branham, que en esa nube están los siete ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil (incluyendo al reverendo William Marrion Branham, que fue el mensajero de la séptima edad o etapa de la Iglesia gentil).

Y luego dice que había otro Ángel allí, diferente a los siete ángeles mensajeros de las siete edades, que era muy diferente a los siete ángeles mensajeros de las siete edades; era muy diferente a esos ángeles que allí estaban, uno de ellos era diferente. Dice que era más resplandeciente, y que estaba volando del oeste hacia el este, y que tenía sus alas puntiagudas. Y aquí está: es este ángel que aparece aquí. Miren aquí sus alas puntiagudas; está volando aquí. Y aquí están los siete ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil.

Ahora, dice el precursor de la Segunda Venida de Cristo que el misterio de este Ángel es el misterio del Séptimo Sello. Él dice en la página 469 del libro de Los Sellos en español, predicado por el reverendo William Marrion Branham, dice: “Este era el que tenía el Séptimo Sello”; y el Séptimo Sello es la Segunda Venida de Cristo.

Y ahora, vean ahí la Venida del Hijo del Hombre en el cielo, la Segunda Venida de Cristo mostrada ¿dónde? En el Cielo. Como aparece en Apocalipsis, capítulo 10; y como aparece en San Mateo, capítulo 24 y verso 30; y San Lucas, capítulo 21; y San Marcos, capítulo 13.

Y miren ustedes: Si tornamos esta foto hacia la derecha, ustedes verán, formado por esa nube de ángeles, verán el rostro del Señor Jesucristo; y verán un resplandor hacia acá, pues ahí, vean ustedes, está con ese resplandor como el sol; está ahí resplandeciendo el rostro del Señor.

Y ahora, dice el precursor de la Segunda Venida de Cristo, el reverendo William Marrion Branham de Norteamérica; dice: “Los siete ángeles forman la barba del Señor Jesucristo”; y dice que el Ángel que era diferente a los demás, forma el cabello blanco del Señor Jesucristo.

Y ahora, estos son los símbolos de Apocalipsis, capítulo 1: del Hijo del Hombre, que aparece allí con Su rostro como el sol, con Su cabello blanco como blanca lana, con Sus ojos como llama de fuego, con Sus pies como columnas de fuego, o sea, como bronce bruñido; y así por el estilo comienza a narrar todos estos símbolos del Hijo del Hombre.

Dice: “De su boca salía una espada aguda de dos filos para herir con ella a las naciones”. O sea que esta Espada que aparece aquí en la boca del Hijo del Hombre en Apocalipsis, capítulo 1, aparece luego en Apocalipsis, capítulo 19, en donde da más detalles, da más luz, acerca de esa Espada y lo que hará.

Y ahora, todos esos son los símbolos que estará cumpliendo Jesucristo en Su Venida en el Día Postrero.

O sea que las personas no van a ver el cumplimiento de la Segunda Venida de Cristo con una espada literal saliendo de Su boca, porque eso sería ¿qué? Sería entonces viniendo Cristo, ya no con lengua, sino… no con una lengua como la que tenía, sino con una lengua de metal, una espada.

Pero, ¿qué es la Espada de dos filos?, ¿qué es la Espada de Dios? Dice San Pablo, en el libro de los Hebreos, que la Palabra de Dios es como espada de dos filos, y más penetrante que toda espada de dos filos21.

¿Y qué es lo que sale de la boca del Hijo del Hombre en Su Venida? La Espada de dos filos, la Palabra de Dios.

Y la boca de Dios siempre han sido los profetas de Dios, porque Dios coloca en la boca de Sus profetas (¿qué?) Su Palabra. Deuteronomio, capítulo 18, versos 15 al 19: “Profeta de en medio de ti, como yo, te levantará el Señor, vuestro Dios; a él oiréis”, dice el profeta Moisés.

¿Y por qué Él dice que a él oigan? El Señor dice: “Profeta de entre vuestros hermanos, como tú, les levantaré de en medio del pueblo; y pondré mis palabras en su boca (¿Dónde Dios coloca Sus palabras? En la boca del profeta que Él levanta de en medio del pueblo de Dios), y él les hablará todo lo que yo le mandare”22.

Cuando las personas estén viendo esa Espada de dos filos saliendo de la boca del Hijo del Hombre en Su Venida, ¿qué estarán viendo? Estarán viendo la Palabra de Dios, el Mensaje del Evangelio del Reino, saliendo de la boca del mensajero de Jesucristo, saliendo de la boca del Ángel del Señor Jesucristo, y dando a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.

“Y viene con Sus ojos como llama de fuego”. No es que va a venir con dos bolas de fuego, sino que viene con los ministerios de los Dos Olivos, que son los ministerios de Moisés y Elías, los ministerios de Sus Ángeles. Porque siempre ‘ojos’ en la Biblia representa profetas.

Y por eso los siete ojos de Jehová que recorren toda la Tierra fueron los siete ángeles mensajeros, en donde estuvo el Espíritu de Cristo manifestado durante las siete etapas de la Iglesia gentil23.

Y por eso el Cordero en Apocalipsis, capítulo 5, aparece con siete cuernos, y siete ojos en los siete cuernos. Los siete cuernos son las siete etapas o edades de la Iglesia gentil, y los siete ojos son los siete espíritus de Dios manifestados en cada edad. Era el Espíritu de Cristo en cada ángel mensajero manifestado, eran los siete videntes o profetas de las siete edades de la Iglesia gentil. Eso eran los siete ojos del Señor recorriendo toda la Tierra: el Espíritu de Cristo en esos siete mensajeros.

Pero ahora viene con Sus dos ojos, que son los ministerios de Moisés y Elías.

Y ahora, hemos visto algunos de estos símbolos para que puedan comprender cómo en el Día Postrero la Venida del Hijo del Hombre estará siendo cumplida; y estaremos viendo Sus Ojos como llama de fuego cuando estemos viendo los ministerios de Moisés y Elías manifestados en la Tierra en la Venida del Hijo del Hombre; y estaremos viendo la Espada que sale de Su boca cuando estemos viendo y escuchando el Mensaje del Evangelio del Reino siendo predicado por Jesucristo en Espíritu Santo a través de Su Ángel Mensajero.

Porque será Jesucristo, el Hijo del Hombre, el que estará viniendo en carne humana a través de Su Ángel Mensajero en el Día Postrero a Su Iglesia, y estará manifestando los ministerios de Moisés por segunda vez, de Elías por quinta vez y de Jesús por segunda vez.

Y así estará Jesucristo en Espíritu Santo visitando a Su Iglesia en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, en donde el cabello blanco del Señor Jesucristo es formado por el ministerio del Ángel que era muy diferente a los demás, viniendo en carne humana en el Ángel del Señor Jesucristo.

Ese es el misterio de la Venida del Hijo del Hombre para el Día Postrero, siendo revelada la Venida del Hijo del Hombre a la Iglesia del Señor Jesucristo; y así obteniendo la Iglesia del Señor Jesucristo el conocimiento del misterio de las señales en los cielos, que estarán dando testimonio de las grandes profecías correspondientes al Día Postrero, como la Venida del Hijo del Hombre en una nube.

Ahora, hemos visto cómo ha estado manifestado ahí en esa nube ese Ángel que era muy diferente a los demás, ese Ángel que tiene el Séptimo Sello, o sea, que tiene la Segunda Venida de Cristo; para ser manifestado en carne humana en el Ángel del Señor Jesucristo, el Ángel Mensajero de la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.

El que viene manifestado en el Ángel del Señor Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular es este Ángel Mensajero, es este Ángel que era diferente a los demás, el cual tiene el Séptimo Sello.

Y con Su Venida será abierto el Séptimo Sello a la Iglesia del Señor Jesucristo, será abierta la Segunda Venida de Cristo; y ese misterio será conocido por los escogidos de Dios en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino. Y por eso es que Él nos llama a subir a la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.

Y así como hubo un territorio donde se cumplió cada edad de la Iglesia gentil, hay un territorio ordenado, destinado por Dios, para cumplirse la Edad de la Piedra Angular, y venir el Hijo del Hombre manifestado en carne humana, venir el Ángel que era muy diferente a los demás, el cual tiene el Séptimo Sello: venir en carne humana en el Ángel del Señor Jesucristo, cumpliendo Sus promesas para el Día Postrero, y dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto en la Tierra, en el Día Postrero.

Por lo tanto, así como fue visto el ministerio de cada ángel mensajero de cada edad de la Iglesia gentil, que aparecen aquí; ese ministerio fue visto ¿dónde? Aquí, de edad en edad, manifestado el ministerio de Cristo en cada edad a través del mensajero de cada edad.

Y ahora, el ministerio de este Ángel que era diferente a los demás tiene que ser manifestado en la Tierra en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo, ¿dónde? Acá arriba, en la Edad de la Piedra Angular. Y eso es lo que tenemos que buscar en la Tierra siendo materializado, luego de ser vista la señal del Hijo del Hombre en el cielo, en febrero 28 de 1963.

Esa profecía ya es historia: ya se cumplió en el 1963, febrero 28, donde fue visto el Hijo del Hombre, este Ángel que era diferente a los demás, el cual tenía el Séptimo Sello, para luego ser manifestado en la Tierra en el Día Postrero, en el séptimo milenio, y tener Su ministerio correspondiente al Día Postrero, y darnos a conocer por medio de Su Ángel Mensajero todas estas cosas que deben suceder pronto, en este tiempo final.

Vean, “EL MISTERIO DE LAS SEÑALES EN EL CIELO”, y sobre todo, vean el misterio de esta señal en el cielo; y vean que esta señal en el cielo tendría un cumplimiento en la Tierra.

El ministerio de estos siete ángeles ya fue cumplido en cada edad, y solamente faltaba el ministerio del Ángel que era muy diferente a los demás, para llamar y juntar a los escogidos de Dios en este Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular.

El cabello blanco del Señor Jesucristo, formado por ese Ángel, es lo que se estará materializando aquí en la Tierra en este Día Postrero. Pero no quiere decir que porque han transcurrido dos mil años de Cristo hacia acá Él tenga el cabello blanco; más bien ese es el simbolismo de experiencia, madurez y capacidad para —como Juez de toda la Tierra— juzgar a todo ser humano y también a todas las naciones. “Porque el Hijo del Hombre vendrá con Sus Ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras”24. Viene como Juez de toda la Tierra para juzgar y pagar a cada uno conforme a sus obras.

Ahora, hemos visto: “EL MISTERIO DE LAS SEÑALES EN EL CIELO”, y sobre todo el misterio de esta señal en el cielo, de esta nube, formada por ocho ángeles en febrero 28 de 1963.

Hemos visto que esto que está aquí en el cielo sería materializado en la Tierra en el Día Postrero, en donde los escogidos de Dios serán llamados y juntados por este Ángel que es diferente a los demás. Porque no es un ángel mensajero de ninguna de las siete edades de la Iglesia gentil, sino de la Edad de la Piedra Angular y de la Dispensación del Reino; por eso viene con el Mensaje del Evangelio del Reino. Y Cristo en Espíritu Santo viene en él velado y revelado, manifestándose, y hablándole a Sus hijos, y llamándolos y juntándolos en el Cuerpo Místico de Cristo, en la Edad de la Piedra Angular.

Y el territorio es la América Latina y el Caribe; como hubo un territorio durante las siete edades para el cumplimiento de esas edades y manifestaciones de Cristo a través de esos siete ángeles mensajeros.

La séptima manifestación fue en Norteamérica por medio del reverendo William Marrion Branham. Y la manifestación de la Edad de la Piedra Angular es en la América Latina y el Caribe, entre los latinoamericanos y caribeños; por lo tanto, Cristo manifestado a través de Su Ángel Mensajero viene hablándonos en el idioma principal de los latinoamericanos y caribeños, que es el español.

Y así es como la Voz de Cristo, como cuando ruge un león y siete truenos emiten sus voces…, y nos hablan esos Siete Truenos en nuestro propio idioma: en español, todas estas cosas que deben suceder pronto; y nos revelan el misterio de la Segunda Venida de Cristo, de la Venida de este Ángel que era muy diferente a los demás, siendo manifestado en la Tierra en el Día Postrero. Y viniendo así Jesucristo en Espíritu Santo velándose y revelándose en Su Ángel Mensajero, y hablando todas estas cosas que deben suceder pronto.

Hablándolas ¿por medio de quién? Por medio de Su Ángel Mensajero. Y dándonos así la revelación, el conocimiento, de todas estas cosas que deben suceder en este tiempo final; y así revelándonos el misterio escondido bajo el Séptimo Sello, el misterio escondido bajo la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo.

Ha sido para mí un privilegio estar con ustedes en esta noche, dándoles testimonio de: “EL MISTERIO DE LAS SEÑALES EN EL CIELO”.

Que Dios nos ayude en este tiempo final en el cual vivimos, para que no nos pasen por alto estas señales del cielo, y podamos ver aquí en la Tierra el cumplimiento de lo que significan esas señales en el cielo; y podamos ver a Jesucristo en Espíritu Santo en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, velado y revelado en Su Ángel Mensajero, hablándonos con esa Gran Voz de Trompeta todas estas cosas que deben suceder pronto.

Y ahora, ¿dónde están los que escucharían la Voz de Cristo por medio de Su Ángel Mensajero, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto? Aquí estamos, en la América Latina y el Caribe, aquí en la República Mexicana, y en cada país latinoamericano y caribeño.

Aquí estamos, en la América Latina y el Caribe, escuchando estas cosas que deben suceder pronto, por medio de la Voz de Cristo a través de Su Ángel Mensajero, y dándonos el Mensaje del Evangelio del Reino, que es la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta que sonaría en este Día Postrero. Por medio de la Trompeta del Evangelio escuchamos la Voz de Cristo, y nos revela todas estas cosas que deben suceder pronto, en este Día Postrero.

Ha sido para mí un privilegio darles testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto, en este Día Postrero; y mostrarles el cumplimiento de las que ya están cumplidas, en “EL MISTERIO DE LAS SEÑALES EN EL CIELO”.

Muchas gracias por vuestra amable atención, amados amigos y hermanos presentes, y televidentes; y que Dios nos ayude y nos bendiga, y nos permita comprender todas estas cosas que están prometidas que sucederían y que serían reveladas a los hijos e hijas de Dios en este Día Postrero.

Muchas gracias por vuestra amable atención, y continúen pasando una noche llena de las bendiciones de Jesucristo.

Dejo con nosotros nuevamente a la persona que me pasó, a Juan, para continuar en esta noche esta actividad, y luego finalizar esta actividad en el momento que esté señalado.

Que Dios les bendiga y les guarde a todos. Amén y amén.

“EL MISTERIO DE LAS SEÑALES EN EL CIELO”.

[Revisión marzo 2022]

1 Génesis 37:5-11

2 Génesis 42

3 Génesis 41:45

4 Génesis 43, 44, 45

5 Génesis 45:5

6 Génesis 37:20-28

7 Mt. 26:14-15, Mr. 14:10-11, Lc. 22:3-6

8 Génesis 37:10

9 Génesis 42:6, 43:26

10 Filipenses 2:10; Isaías 45:23, Romanos 14:11

11 Génesis 41:43

12 Malaquías 4:5

13 Malaquías 4:1

14 San Mateo 3:10, 7:19; San Lucas 3:9

15 Génesis 15:5

16 San Mateo 24:22

17 San Juan 10:9

18 Apocalipsis 19:10, 22:8-9

19 San Juan 10:16

20 La apareción de esa nube fue realizada en dos revistas:

Revista CIENCIA (SCIENCE): Publicación del 19 de abril de 1963, volumen 140, número 3564. Autor: James E. McDonald / https://www.science.org/toc/science/140/3564.

Revista LIFE: Publicación del 17 de mayo de 1963. Título del artículo “… And a High Cloud – Ring of Mistery”. / https://bit.ly/3ureXyD]

21 Hebreos 4:12

22 Deuteronomio 18:18

23 Apocalipsis 5:6

24 San Mateo 16:27

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