Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes. Es para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes: “EL MISTERIO DE LOS SIETE TRUENOS DE APOCALIPSIS, CAPÍTULO 10”, versos 3 al 4.
Para lo cual quiero leer en el libro del Apocalipsis, en el capítulo 10, versos del 1 en adelante, donde dice:
“Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube, con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego.
Tenía en su mano un librito abierto; y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra;
y clamó a gran voz, como ruge un león; y cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces”.
Que Dios nos permita comprender Su Palabra en esta noche, y nos bendiga con Su Palabra nuestras almas, y nos prepare para ser transformados y raptados. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.
Este pasaje que hemos leído en esta ocasión nos habla de la Venida de un Ángel Fuerte prometido para venir en las nubes; y así ese Ángel Fuerte venir envuelto en una nube o en las nubes:
“… en una nube (dice aquí), con el arco iris (alrededor de su cabeza, o) sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego”.
Este Ángel tiene un Librito abierto en Su mano. Este es el mismo del cual Cristo habla en San Mateo, capítulo 24, verso 30 en adelante, donde dice:
“Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.
Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro”.
Aquí podemos ver que esta es la misma profecía de la cual Cristo nos habló en San Mateo, capítulo 24 y verso 30 al 31; es también la misma profecía que se encuentra en diferentes capítulos de los Evangelios, como el capítulo 13 de San Marcos, donde nos habla también de la Venida del Hijo del Hombre (verso 26 al 27); y también en San Lucas, capítulo 21, nos habla de este mismo gran evento, comenzando en el verso 27 hasta el 28, y nos dice:
“Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria.
Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca”.
O sea, nuestra transformación, la transformación de nuestros cuerpos, está cerca; y la resurrección de los muertos en Cristo en cuerpos eternos está cerca.
Es para ese tiempo cuando recibiremos la transformación de nuestros cuerpos, y los muertos en Cristo: la resurrección en cuerpos eternos, para vivir a imagen y semejanza de Jesucristo por toda la eternidad. Eso será la restauración de los hijos e hijas de Dios a la vida eterna con un cuerpo eterno, como Cristo lo ha prometido.
Por eso es tan importante la Venida de este Ángel Fuerte, la Venida del Hijo del Hombre, el cual es visto en las nubes o en una nube, envuelto en una nube; y luego, eso es la señal del Hijo del Hombre en el cielo. Y luego tiene que ser visto manifestado aquí en la Tierra en carne humana, velado y revelado por medio de carne humana, hablándonos estas cosas que deben suceder.
Y al hablar a Su Iglesia, a Su pueblo, todas estas cosas que deben suceder en el Día Postrero, estará así clamando como cuando ruge un león y los siete truenos emitiendo sus voces; porque la Voz de los Siete Truenos es la Voz de Cristo, es la Voz del Ángel del Pacto, es la Voz de nuestro amado Señor Jesucristo en el Día Postrero hablándonos todas estas cosas que están prometidas para ser dadas a conocer en el Día Postrero.
Cuando nos habla la Escritura de una trompeta o de un trueno está representando la Voz de Dios hablando a Su pueblo.
Por ejemplo, encontramos allá en el monte Sinaí, en el capítulo 20, cuando Dios le estaba dando la Ley allá al pueblo hebreo, miren todo lo que estaba sucediendo en esa ocasión. Capítulo 20, encontramos que ahí Moisés se encuentra en el monte Sinaí; pero vean ustedes, en el capítulo 19 también Dios le habla al profeta Moisés y le muestra lo que va a suceder; y le dice en el capítulo 19, verso 9 en adelante [Éxodo]:
“Entonces Jehová dijo a Moisés: He aquí, yo vengo a ti en una nube espesa, para que el pueblo oiga mientras yo hablo contigo, y también para que te crean para siempre.
Y Moisés refirió las palabras del pueblo a Jehová.
Y Jehová dijo a Moisés: Ve al pueblo, y santifícalos hoy y mañana; y laven sus (vestiduras) vestidos,
y estén preparados para el día tercero, porque al tercer día Jehová descenderá a ojos de todo el pueblo sobre el monte de Sinaí.
Y señalarás término al pueblo en derredor, diciendo: Guardaos, no subáis al monte, ni toquéis sus límites; cualquiera que tocare el monte, de seguro morirá.
No lo tocará mano, porque será apedreado o asaeteado; sea animal o sea hombre, no vivirá. Cuando suene largamente la bocina, subirán al monte (o sea, la bocina, la trompeta).
Y descendió Moisés del monte al pueblo, y santificó al pueblo; y lavaron sus vestidos.
Y dijo al pueblo: Estad preparados para el tercer día; no toquéis mujer.
Aconteció que al tercer día, cuando vino la mañana, vinieron truenos y relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y sonido de bocina muy fuerte; y se estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento.
Y Moisés sacó del campamento al pueblo para recibir a Dios; y se detuvieron al pie del monte.
Todo el monte Sinaí humeaba, porque Jehová había descendido sobre él en fuego; y el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía en gran manera.
El sonido de la bocina iba aumentando en extremo; Moisés hablaba, y Dios le respondía con voz tronante (o sea, con Voz de Trueno).
Y descendió Jehová sobre el monte Sinaí, sobre la cumbre del monte; y llamó Jehová a Moisés a la cumbre del monte, y Moisés subió”.
Vean todo lo que estaba sucediendo en el monte Sinaí.
Luego, cuando le está dando los mandamientos aquí, nos dice el verso… del capítulo 20, verso 18 en adelante, dice:
“Todo el pueblo observaba el estruendo y los relámpagos, y el sonido de la bocina, y el monte que humeaba; y viéndolo el pueblo, temblaron, y se pusieron de lejos.
Y dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos; pero no hable Dios con nosotros, para que no muramos.
Y Moisés respondió al pueblo: No temáis; porque para probaros vino Dios, y para que su temor esté delante de vosotros, para que no pequéis.
Entonces el pueblo estuvo a lo lejos, y Moisés se acercó a la oscuridad en la cual estaba Dios.
Y Jehová dijo a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Vosotros habéis visto que he hablado desde el cielo con vosotros”.
Aquí podemos ver lo que sucedió allá en el monte Sinaí.
Y ahora, tenemos un nuevo monte llamado el Monte de Dios, llamado ese Monte: la Iglesia del Señor Jesucristo. Ya no tenemos que ir al monte Sinaí para escuchar la Voz de Dios, sino que la Voz de Dios ha estado en Su Iglesia, que es el Monte de Dios, de edad en edad. Cristo hablando por medio de cada uno de Sus ángeles mensajeros, representados aquí o mostrados aquí en este diagrama. Este fue el diagrama que usó el reverendo William Branham para el mensaje de “La estatura de un hombre perfecto”1.
Pero ahora vean que es para el tiempo final que Cristo, el Ángel Fuerte, desciende del Cielo sobre… desciende del Cielo, es vista la señal del Hijo del Hombre en el cielo, y desciende a Su Monte santo: desciende a Su Templo, Su Iglesia, que es el Monte Sinaí actualizado; y desciende para hablar en el Monte Sinaí actualizado, que es la Iglesia de Jesucristo, en la cumbre del Monte, como habló con Moisés en la cumbre del monte. Y llamó a Moisés ¿a dónde? A la cumbre del monte.
Y por cuanto los ministerios de Moisés y Elías estarán manifestados en este Día Postrero y colocados en la cumbre del Monte de Sion, del Monte de Sinaí actualizado…, o sea, estarán en la cumbre del Cuerpo Místico de Cristo los ministerios de Moisés y de Elías.
¿Recuerdan también que a Elías Dios le habló en el monte Sinaí, el cual fue al monte Sinaí huyendo, y se escondió en una cueva? Y luego escuchó allá la Voz de Dios diciéndole: “Elías, ¿qué haces aquí?”2. Y Elías le habló a Dios.
Y luego Dios pasó delante de él con diferentes manifestaciones, hubo diferentes manifestaciones allí en el monte Sinaí; y dice la Escritura que en esas cosas que sucedieron allí, al final, cuando pasó un silbido o silbo apacible, nos dice la Escritura: “Y Dios, Jehová, estaba allí”3.
Y Elías salió de la cueva allí, en el monte Sinaí, y Dios le habló; y luego lo envió de regreso para que ungiera al rey – o a Hazael por rey de Siria, a Jehú por rey de Israel, y a Eliseo por profeta en lugar suyo, o sea, por profeta sucesor suyo4.
Y Elías bajó del monte Sinaí y fue para llevar a cabo la labor que Dios le ordenó; y se encontró con Eliseo, el cual luego vino a ser su siervo, su servidor5, y el cual vino a ser su sucesor; el cual pidió una doble porción del espíritu que estaba en Elías, para que viniera sobre él, para así tener el ministerio sucesor del profeta Elías6.
Fue la manifestación del ministerio de Elías en Eliseo por segunda vez; como en Juan el Bautista fue la manifestación del ministerio de Elías por tercera vez; y como en el reverendo William Branham fue la manifestación del ministerio de Elías por cuarta ocasión.
Y para el Día Postrero, para la cima o cumbre del Monte de Dios, del Monte de Sion, de la Iglesia del Señor Jesucristo, tenemos la promesa de la manifestación del ministerio de Elías por quinta ocasión, y la manifestación del ministerio de Moisés por segunda ocasión, para Dios hablar desde la cumbre del Monte de Dios, del Monte de Sion, o sea, desde la cumbre de Su Monte santo, de Su Iglesia, que es acá, en la Edad de la Piedra Angular. Y ahí es donde Cristo estará clamando como cuando ruge un león y siete truenos emitiendo sus voces. Truenos, así como hubo en el monte Sinaí.
Y ahora, estos Truenos, siendo la Voz de Dios, serán entendidos estos Truenos. O sea, la Voz de Cristo, la Voz de Dios, estará hablando en la cumbre o cúspide del Monte de Sion, de la Iglesia del Señor Jesucristo, y estará hablando las cosas que deben suceder pronto; estará hablándole a Su pueblo por medio de Su manifestación en carne humana en Su Ángel Mensajero; y estaremos entendiendo la Voz de Cristo, la Voz del Ángel Fuerte, esa Voz que habló en Apocalipsis, capítulo 10, cuando clamó como cuando un león ruge y siete truenos emitieron sus voces.
Vean que estos Siete Truenos, siendo la Voz del Ángel Fuerte clamando como cuando un león ruge, es la Voz de Cristo hablándole a Su Iglesia por medio de Su Ángel Mensajero en el Día Postrero, para que todos entendamos estas cosas que Él estará hablándonos; y así obtengamos el conocimiento de estas cosas y las bendiciones que Cristo tiene para todos nosotros en este Día Postrero; y así obtengamos el conocimiento de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo, viniendo en y a Su Iglesia en este Día Postrero.
Vean cómo el apóstol San Pablo nos dice en el capítulo 12, verso 18 en adelante; nos dice [Hebreos]:
“Porque no os habéis acercado al monte que se podía palpar, y que ardía en fuego, a la oscuridad, a las tinieblas y a la tempestad,
al sonido de la trompeta, y a la voz que hablaba, la cual los que la oyeron rogaron que no se les hablase más,
porque no podían soportar lo que se ordenaba: Si aun una bestia tocare el monte, será apedreada, o pasada con dardo;
y tan terrible era lo que se veía, que Moisés dijo: Estoy espantado y temblando;
sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles,
a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos,
a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel”.
Ahora, vean ustedes cómo lo del monte Sinaí ahora está actualizado en el Monte de Sion, la Jerusalén celestial, que es la congregación de los primogénitos de Dios escritos en el Cielo. Y esa congregación de los primogénitos de Dios escritos en el Cielo es la Iglesia del Señor Jesucristo.
El apóstol San Pablo nos habla también de este monte en Romanos, capítulo 11, tomando las palabras del profeta Isaías. Vean lo que dice el profeta Isaías en el capítulo 59; dice el profeta Isaías, versos 17 en adelante, dice:
“Pues de justicia se vistió como de una coraza (hablando de Cristo, de Su Venida), con yelmo de salvación en su cabeza; tomó ropas de venganza por vestidura, y se cubrió de celo como de manto,
como para vindicación (o sea, para venganza), como para retribuir con ira a sus enemigos, y dar el pago a sus adversarios; el pago dará a los de la costa”.
El pago dará a los de las costas; por lo tanto, las costas tendrán graves problemas, y sobre todo las costas a las cuales se refiere aquí. Pero recuerden que con los maremotos y terremotos las personas que viven en las costas tienen graves problemas.
“Y temerán desde el occidente el nombre de Jehová…”.
¿Y por qué desde el occidente? Porque el occidente es el territorio para la manifestación del Nombre Eterno de Dios, del Nombre de Jehová, del Nombre que le fue dado al profeta Moisés en aquellas consonantes, las cuales no podían ser entendidas o pronunciadas en la forma de un nombre, que son traducidas así, como el Yo soy.
Sigue diciendo:
“… y desde el nacimiento del sol su gloria; porque vendrá el enemigo como río (el enemigo es el diablo manifestado por medio del anticristo, del hombre de pecado, del falso profeta), mas el Espíritu de Jehová levantará bandera contra él”.
El Espíritu de Jehová, el Espíritu Santo, el Espíritu de Cristo, tendrá levantado en medio del pueblo de Dios los ministerios de Moisés por segunda vez, de Elías por quinta vez y de Jesús por segunda vez. Y con la manifestación de esos ministerios en carne humana en el Ángel del Señor Jesucristo, que es el profeta de la Dispensación del Reino, Dios tendrá Su bandera levantada en contra del enemigo.
“Y vendrá el Redentor a Sion…”.
¿A dónde vendrá el Redentor? ¿Dónde se cumplirá la Segunda Venida de Cristo? En Sion, que es la Jerusalén celestial, que es la congregación de los primogénitos de Dios, o sea que es la congregación de los hijos e hijas de Dios, o sea, es la Iglesia del Señor Jesucristo.
Es la Iglesia del Señor Jesucristo la que ha estado esperando, por dos mil años, aproximadamente, la Segunda Venida de Cristo, la Venida del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, manifestado en carne humana en el Día Postrero, viniendo a Su Iglesia como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo. Dice:
“Y vendrá el Redentor a Sion, y a los que se volvieren de la iniquidad en Jacob, dice Jehová.
Y este será mi pacto con ellos, dijo Jehová: El Espíritu mío que está sobre (vosotros) ti, y mis palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dijo Jehová, desde ahora y para siempre”.
Vean cómo el pueblo hebreo tiene la promesa, como también la Iglesia del Señor Jesucristo, de la Segunda Venida de Cristo; y tiene la promesa de recibir el Espíritu de Cristo, para la Iglesia del Señor Jesucristo recibir el Espíritu de Cristo, el Espíritu Santo manifestado en carne humana en Su Ángel Mensajero; y luego, como individuos, todos los hijos e hijas de Dios en el Día Postrero recibirán la plenitud del Espíritu de Dios: serán transformados todos los escogidos de Dios; y tendremos un cuerpo eterno, y jovencito será ese cuerpo, que estará representando siempre de 18 a 21 años; y ahí morará Dios en Espíritu Santo en toda Su plenitud.
Eso es: cada miembro del Cuerpo Místico de Cristo recibiendo la plenitud de Dios, y siendo a imagen y semejanza de nuestro amado Señor Jesucristo.
Y ahora, vean que también para el pueblo hebreo está la promesa de recibir al Espíritu de Dios. Primeramente lo recibe manifestado en carne en Su Ángel Mensajero, en el profeta mensajero de la Dispensación del Reino, que viene con el Mensaje del Evangelio del Reino.
Y el Mensaje del Evangelio del Reino gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra, viniendo Cristo en Espíritu Santo manifestado en Su Ángel Mensajero en este Día Postrero, manifestado en el profeta mensajero de la Dispensación del Reino; y por medio de esa manifestación de Cristo en el Día Postrero será que esta promesa será cumplida para bendición de Su Iglesia gentil y para bendición del pueblo hebreo.
Ahora, vean cómo San Pablo, tomando este pasaje de Isaías, capítulo 59, lo explica a los Romanos, en el capítulo 11 y verso 25 en adelante, y dice:
“Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles”.
O sea, hasta que haya entrado hasta el último de los hijos e hijas de Dios al Cuerpo Místico de Cristo, hasta que haya entrado hasta el último de los que tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero.
Y de edad en edad han estado entrando las personas que tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero: por medio del ministerio del Espíritu Santo a través de cada ángel mensajero han sido llamados y juntados en cada edad, y en el territorio donde se ha cumplido cada edad.
Y para el Día Postrero, los últimos escogidos del Cuerpo Místico de Cristo estarán siendo llamados y juntados en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino. ¿Por quién serán llamados y juntados? Por Jesucristo en Espíritu Santo manifestado a través de Su Ángel Mensajero.
Y el territorio para esa manifestación es el territorio latinoamericano y caribeño, para llamar de entre los latinoamericanos y caribeños todos los que tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero. Por eso el llamado de Cristo para el Día Postrero, manifestándose por medio de Su Ángel Mensajero, es para y entre los latinoamericanos y caribeños.
Ahora, vean ustedes la bendición tan grande que Cristo tenía para el territorio latinoamericano y caribeño; porque en el territorio latinoamericano y caribeño, Cristo en Espíritu Santo estaría manifestado a través de Su Ángel Mensajero, llamando y juntando a todas las personas que tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero, y siendo colocados en el Cuerpo Místico de Cristo, en la cumbre, o sea, en la cúspide, que es la Edad de la Piedra Angular.
Aquí es donde Cristo habla con esa Gran Voz de Trompeta, aquí es donde Cristo habla con Su Voz como siete truenos emitiendo sus voces. Esa es la Voz de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.
Y es por medio de Su Ángel Mensajero, el profeta de la Dispensación del Reino y de la Edad de la Piedra Angular, que Jesucristo en Espíritu Santo se manifiesta en el Día Postrero en la América Latina y el Caribe, y nos habla con esa Voz como de Trompeta, que es también la Voz de los Siete Truenos de Apocalipsis, capítulo 10; y nos da a conocer todas estas cosas, y nos revela el misterio de la Venida de Cristo a la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino en la América Latina y el Caribe.
Así como Cristo en Espíritu Santo vino en cada edad manifestado en el ángel mensajero de cada edad, ahora en el Día Postrero viene manifestado en la Edad de la Piedra Angular en Su Ángel Mensajero, en el profeta mensajero de la Edad de la Piedra Angular y de la Dispensación del Reino; y viene hablándonos como cuando ruge un león y los siete truenos emiten sus voces.
O sea, la Voz de Cristo, que es la Voz de los Siete Truenos, como en el monte Sinaí habló Dios, ahora habla Dios en Espíritu Santo en Su Iglesia, en Su Monte, el Monte del Sinaí actualizado, que es la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y nos habla, con esa Voz de Siete Truenos, todas estas cosas que nosotros debemos conocer. Y nos revela el misterio de la Venida de Jesucristo en Espíritu Santo a la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.
Y nos muestra el territorio donde Él viene en Espíritu Santo en este Día Postrero manifestado en Su Ángel Mensajero, el profeta de la Dispensación del Reino y de la Edad de la Piedra Angular. Y ese territorio, hemos visto que es la América Latina y el Caribe.
Por lo tanto, Cristo en Espíritu Santo viene como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, manifestado en el Día Postrero en Su Ángel Mensajero, hablándonos con Su Voz como de trueno, con esa Voz que emite esos Siete Truenos.
Y viene hablándonos en nuestro idioma, el idioma principal de la América Latina y el Caribe. Y viene mostrándonos el misterio de Su Venida en carne humana, el misterio de la Venida de Jesucristo en Espíritu Santo manifestado por medio de Su Ángel Mensajero en la América Latina y el Caribe, hablándonos todas estas cosas que deben suceder pronto.
Y así nos revela todos estos grandes misterios del Reino de Dios que Él prometió darnos a conocer; y así nos da a conocer el misterio del Séptimo Sello, que es el misterio de la Venida de Cristo, de la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis, capítulo 19.
Ese Jinete del caballo blanco de Apocalipsis, capítulo 19, es el Espíritu Santo viniendo manifestado en carne humana en Su Ángel Mensajero.
El precursor de la Segunda Venida de Cristo, orando en una ocasión, cuando estuvo predicando Los Siete Sellos del libro del Apocalipsis, encontramos que luego en el libro de Los Siete Sellos, en la página 277, orando dice:
“[240]. … pedimos que el Espíritu Santo venga ahora mismo, el Jinete del verdadero caballo blanco…”.
¿Quién es el Jinete del verdadero caballo blanco?, ¿quién es el verdadero Jinete? Es el Espíritu Santo, Jesucristo en Espíritu Santo.
“… mientras Su Espíritu, el Espíritu de Cristo, entre en confrontación con el anticristo, y Él llame los Suyos”.
Vean cómo viene el Espíritu Santo para llamar Sus hijos, Sus escogidos, en este Día Postrero; así como llamó y junto a Sus escogidos en las edades pasadas, por medio de Su manifestación a través de los diferentes mensajeros.
Y ahora, ¿qué será esa manifestación del Jinete del caballo blanco del Apocalipsis, esa manifestación de Cristo, del Espíritu Santo en el Día Postrero para llamar y juntar a Sus escogidos? Nos dice el precursor de la Segunda Venida de Cristo, el reverendo William Branham, en la página 256 del libro de Los Sellos, dice:
“121. Pero cuando nuestro Señor aparezca sobre la Tierra, Él vendrá sobre un caballo blanco como la nieve, y será completamente Emmanuel —la Palabra de Dios encarnada en un hombre”.
¿Cómo viene el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19?, ¿cómo viene el Espíritu Santo en el Día Postrero? Como Rey de reyes y Señor de señores, viene encarnado en un hombre, viene el Espíritu Santo, Jesucristo en Espíritu Santo manifestado en carne humana, en un hombre: en el profeta mensajero de la Dispensación del Reino y de la Edad de la Piedra Angular.
Viene en el profeta mensajero que viene predicando el Mensaje del Evangelio del Reino para la Dispensación del Reino; y en ese Mensaje viene la revelación de la Segunda Venida de Cristo, viene la revelación de la Venida de Jesucristo en Espíritu Santo manifestado en Su Ángel Mensajero.
Y con ese Mensaje son llamados y juntados todos los escogidos de Dios en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino; son llamados y juntados en la cumbre del Monte de Sion, en la cumbre de la Iglesia del Señor Jesucristo.
Ya no necesitamos ir al monte Sinaí literalmente para escuchar la Voz de Dios allá; porque la Voz de Dios, la Voz de Cristo, ha estado en Su Monte santo, que es Su Iglesia, la cual ha sido lavada en la Sangre de nuestro amado Señor Jesucristo.
Y así como le dijo Dios a Moisés: “Quita tus zapatos de tus pies, porque el lugar que pisas santo es”7, ahora vean ustedes cuál es el Lugar Santo, el lugar que ha sido santificado por Dios: es Su Iglesia. Es la Iglesia del Señor Jesucristo el Lugar Santo, en donde Cristo en Espíritu Santo ha estado manifestado de edad en edad.
Y ahora la manifestación de Jesucristo en Espíritu Santo es en la Edad de la Piedra Angular, y corresponde al territorio latinoamericano y caribeño. Por eso el territorio latinoamericano y caribeño es el continente del futuro, porque es el continente de la manifestación de Jesucristo en Espíritu Santo por medio de Su Ángel Mensajero en el Día Postrero, hablándonos Jesucristo, el Ángel Fuerte, con esa Voz potente, como cuando ruge un león, y siete truenos emiten sus voces.
Los Siete Truenos es la Voz de Cristo hablándonos en forma consecutiva en la América Latina y el Caribe, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, hablándonos todas estas cosas que deben suceder pronto, en este Día Postrero; y dándonos a conocer así la Venida de Jesucristo en Espíritu Santo, la Venida de Jesucristo el Ángel del Pacto, la Venida de Jesucristo el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, la Venida de Jesucristo el Ángel Fuerte que desciende del Cielo, la Venida de Jesucristo en Espíritu Santo a Su Iglesia a través de carne humana en Su Ángel Mensajero, hablándonos todas estas cosas.
Y así es como Él estará clamando y los Siete Truenos —que es la Voz de Cristo— estarán dando a conocer el misterio de Su Venida. Y así estará dándonos a conocer todo Su Programa correspondiente a Su Venida, a la Venida de Cristo en Espíritu Santo manifestado por medio de Su Ángel Mensajero en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular.
Y el propósito de Su Venida es llamar y juntar a Sus escogidos para darnos la fe, la revelación, de Su Segunda Venida, y prepararnos así para ser transformados y raptados en este Día Postrero, en Su Obra de Reclamo; porque viene a reclamar todo lo que Él ha redimido con Su Sangre preciosa.
Viene para reclamar todos Sus redimidos. Tanto los que han partido en el pasado…, que sus cuerpos físicos han muerto y ellos se encuentran en el Paraíso viviendo en sus cuerpos teofánicos, o sea, sus espíritus teofánicos de la sexta dimensión; y nosotros los que vivimos aquí en la Tierra en estos cuerpos mortales, cuando veamos a los muertos en Cristo resucitados, nosotros seremos transformados; y obtendremos el cuerpo eterno, el nuevo cuerpo que Cristo ha prometido para cada uno de nosotros; y así seremos a imagen y semejanza de nuestro amado Señor Jesucristo.
Ahora, para obtener esa transformación viene Jesucristo en Espíritu Santo manifestado en carne humana en Su Ángel Mensajero, clamando como cuando ruge un león y los siete truenos emitiendo sus voces; o sea, Cristo hablándonos todas estas cosas que deben suceder pronto, y revelándonos Su Venida, la Venida de Cristo en Espíritu Santo a través de Su Ángel Mensajero, viniendo en carne humana en Su profeta mensajero de la Dispensación del Reino y Edad de la Piedra Angular. Y por medio de él nos revela todas estas cosas que corresponden al Séptimo Sello, o sea, que corresponden a Su Venida en este Día Postrero.
Ahora, hemos visto el misterio de los Siete Truenos: es la Voz de Jesucristo hablándole a Su Iglesia en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, que es la cúspide o cumbre del Monte de Dios, o sea, de la Iglesia del Señor Jesucristo, acá arriba.
Y con Su Voz clamando como cuando ruge un león y los siete truenos emitiendo sus voces, nos revela el misterio del Séptimo Sello, el misterio de Su Venida, el misterio de la Venida de Jesucristo en Espíritu Santo a Su Iglesia en el Día Postrero, manifestado en carne humana en Su Ángel Mensajero. Y así nos da la fe, la revelación, para ser transformados y raptados, que es la revelación de Su Venida, la revelación del Séptimo Sello, la revelación de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo.
El misterio de Su Venida. El misterio de la Venida del Ángel de Jehová, del Ángel del Pacto, que le apareció al pueblo hebreo y que le apareció a Moisés; y que le había aparecido a Abraham también. Y ahora, cuando vino en carne humana en Su Primera Venida, lo conocimos por el nombre de Jesús, llamado Jesús de Nazaret, o Jesús el profeta de Nazaret, aunque había nacido en Belén de Judea.
Y ahora, para el Día Postrero, tenemos la promesa de la Venida nuevamente del Ángel de Jehová, del Ángel del Pacto, que es la Venida de Dios en Espíritu Santo manifestado a través de Su Ángel Mensajero, en donde estará manifestado en el Día Postrero en la cumbre o cúspide del Monte de Sion, o sea, de la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y ahora, para el Día Postrero Él vendrá manifestado en un nuevo velo de carne que tendrá un nombre que aquí en la Tierra le pusieron cuando nació en este planeta Tierra.
Cristo dice [Apocalipsis 3:12]:
“… y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo”.
Cristo tiene un nombre nuevo; ese es el Nombre Nuevo para la Venida de Jesucristo en Espíritu Santo manifestado en el Día Postrero a Su Iglesia en la cumbre del Monte de Dios, la cumbre del Monte de Dios, que es la Edad de la Piedra Angular.
Ahora, hemos visto: “EL MISTERIO DE LOS SIETE TRUENOS DE APOCALIPSIS, CAPÍTULO 10”, versos 3 al 4.
Los Siete Truenos son la Voz de Jesucristo en Espíritu Santo hablándonos por medio de Su Ángel Mensajero, y revelándonos el misterio de Su Venida, de la Venida de Jesucristo en Espíritu Santo manifestado a través de Su Ángel Mensajero en medio de Su Iglesia, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, en el territorio latinoamericano y caribeño.
Ha sido para mí un privilegio muy grande estar con ustedes en esta noche, dándoles testimonio de: “EL MISTERIO DE LOS SIETE TRUENOS DE APOCALIPSIS, CAPÍTULO 10”.
¿Y dónde están los que estarían escuchando la Voz de Cristo, del Ángel Fuerte clamando como cuando ruge un león y los siete truenos emitiendo sus voces?
¿Dónde están esas personas que estarían escuchando la Voz de Cristo, la Voz del Ángel Fuerte que desciende del Cielo y estaría hablando en esta Tierra por medio de Su Ángel Mensajero?
¡Aquí estamos! Aquí estamos una parte en el Perú; y en diferentes naciones latinoamericanas y caribeñas está el resto de los que estarían escuchando la Voz del Ángel Fuerte clamando como cuando ruge un león y los siete truenos emitiendo sus voces, y dando a conocer estas cosas que deben suceder pronto; y dándonos a conocer el misterio de Su Venida en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.
Aquí estamos presentes escuchando la Voz de Cristo, la Voz del Ángel Fuerte por medio de Su manifestación en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.
Estamos escuchando la Voz de Cristo clamando como cuando ruge un león y siete truenos emitiendo sus voces. La Voz de Cristo hablándonos el Mensaje del Evangelio del Reino, y con ese Mensaje revelándonos el misterio de la Venida de Cristo en Espíritu Santo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo; viniendo Cristo en Espíritu Santo en el Día Postrero en y a Su Iglesia, manifestado en carne humana en y a través de Su Ángel Mensajero, a través del profeta mensajero de la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.
Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta noche, dándoles testimonio de: “EL MISTERIO DE LOS SIETE TRUENOS DE APOCALIPSIS, CAPÍTULO 10”, versos 3 al 4.
Que la Voz de Cristo siga llegando hasta lo profundo de vuestras almas, y les abra el entendimiento y el corazón para poder comprender, para poder entender Su Voz, para poder comprender todas estas cosas que Él está hablándonos en este Día Postrero, en la América Latina y el Caribe.
Y que pronto hasta el último de los escogidos de Dios sea llamado y juntado, y se complete el número del Cuerpo Místico de Cristo, se complete el número de los escogidos de Dios.
Y todos seamos transformados y tengamos el nuevo cuerpo; y los muertos en Cristo sean resucitados en cuerpos eternos.
Y todos con el cuerpo nuevo, representando de 18 a 21 años, estemos aquí de 30 a 40 días, conforme a la profecía; y luego nos vayamos con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, en donde estaremos con Él y lo veremos, y hablaremos con Él y Él con nosotros. Y así todos vayamos a la Casa de nuestro Padre celestial, para estar con Cristo en Su Casa. En el Nombre Eterno de nuestro amado Señor Jesucristo. Amén y amén.
Bueno, que Dios les continué bendiciendo a todos, que Dios les guarde, y nos ayude a todos.
Y podamos comprender que aunque Cristo en Espíritu Santo estará – estaría en este tiempo final manifestado en Su Ángel Mensajero en carne humana, que es en el profeta mensajero de la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, este Ángel que Cristo dice… del cual Cristo dice:
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias” (Apocalipsis 22, verso 16; y Apocalipsis 22, verso 6).
Ahora, aún con toda esta manifestación tan grande de Cristo en Espíritu Santo a través de Su Ángel, con todo y eso, este Ángel no es el Señor Jesucristo. Por eso cuando Juan quiso adorarlo Él no se lo permitió, y le dijo: “Adora a Dios”. Apocalipsis 19, verso 9 al 10, y Apocalipsis 22, versos 8 al 9. Ahí están las dos ocasiones que Juan el apóstol quiso adorar a los pies del Ángel del Señor.
Es muy importante entender que aunque la manifestación de Jesucristo para el Día Postrero estará en Su Ángel Mensajero como León de la tribu de Judá, hablándonos estas cosas, aún con todo y eso, Su Ángel no es el Señor Jesucristo. Su Ángel es el profeta de la Dispensación del Reino y mensajero de la Edad de la Piedra Angular. Ese es Su instrumento para el Día Postrero, para Cristo manifestarse como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y señor de señores.
Así que tenemos que tener claro esto para que no vaya una persona a decir que el Ángel es el Señor Jesucristo. El Ángel no es el Señor Jesucristo; pero Jesucristo estará manifestado en Su Ángel en este Día Postrero, dándonos a conocer —por medio de Su Ángel— todas estas cosas; y estará clamando como cuando ruge un león y los siete truenos emitiendo sus voces.
La Voz de Cristo como León, en Su Obra de Reclamo, la estaremos escuchando por medio de Su Ángel Mensajero en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.
Bueno, les hice esta aclaración para que así tengan bien claro este misterio de la manifestación de Jesucristo en Espíritu Santo como León de la tribu de Judá a través de Su Ángel Mensajero; y no confundamos el Ángel Mensajero y vayamos a pensar que es nuestro amado Señor Jesucristo; podamos hacer la diferencia entre Jesucristo y Su Ángel, y podamos ver que Cristo estará manifestado en Su Ángel Mensajero en este Día Postrero, hablándonos con esa Gran Voz de Trompeta, con esa Gran Voz como cuando ruge un león y siete truenos emiten sus voces.
Bueno, con esta aclaración creo que tienen un cuadro más claro de este misterio de los Siete Truenos de Apocalipsis, capítulo 10, y de quién es el que habla por medio de Su Ángel Mensajero con esta Voz de los Siete Truenos y nos revela el misterio de Su Venida como León de la tribu de Judá.
Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes dándoles testimonio de este misterio: “EL MISTERIO DE LOS SIETE TRUENOS DE APOCALIPSIS, CAPÍTULO 10”.
Muchas gracias por vuestra amable atención, amados amigos y hermanos presentes, televidentes y radioyentes; y dejo con nosotros nuevamente al reverendo Humberto Balbín para continuar y finalizar nuestra parte en esta noche. Pasen todos muy buenas noches, y muchas gracias.
“EL MISTERIO DE LOS SIETE TRUENOS DE APOCALIPSIS CAPÍTULO 10”.
[Revisión septiembre 2022]
1 SPN62-1014M “La estatura de un varón perfecto” – En la última página aparece el diagrama. También puede ser descargado en: https://imprenta.carpa.com/es/material/la-nube-y-la-piramide-diptico/
2 1 Reyes 19:9-10
3 1 Reyes 19:11-12
4 1 Reyes 19:13-18
5 1 Reyes 19:19-21
6 2 Reyes 2:9
7 Éxodo 3:5