Muy buenas noches, amables amigos y hermanos presentes, radioyentes y televidentes. Es para mí un privilegio muy grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.
Para lo cual quiero leer un pasaje bíblico en Isaías, capítulo 54, versos del 11 al 14, donde dice:
“Pobrecita, fatigada con tempestad, sin consuelo; he aquí que yo cimentaré tus piedras sobre carbunclo, y sobre zafiros te fundaré.
Tus ventanas pondré de piedras preciosas, tus puertas de piedras de carbunclo, y toda tu muralla de piedras preciosas.
Y todos tus hijos serán enseñados por Jehová; y se multiplicará la paz de tus hijos”.
Que Dios nos permita comprender Su Palabra y todos seamos enseñados de Dios en esta ocasión.
“EL MISTERIO DE: SIENDO ENSEÑADOS POR DIOS”.
A través de la historia bíblica encontramos que Dios, para cada edad y para cada dispensación, ha enviado profetas; y esos son los mensajeros de Dios para las diferentes generaciones y diferentes dispensaciones y diferentes edades también.
Ahora, la enseñanza de Dios siempre ha estado enmarcada en una dispensación. Es imposible que la enseñanza de Dios, con la cual los hijos e hijas de Dios son llenos del conocimiento de Dios, es imposible que esa enseñanza esté fuera de una dispensación.
Y para cada dispensación encontramos que Dios ha establecido las edades correspondientes y sus mensajeros correspondientes.
Ahora, conociendo que la enseñanza de Dios está enmarcada en una dispensación, necesitamos entonces conocer la dispensación correspondiente al tiempo que a la persona le toca vivir, para —en esa dispensación— obtener la enseñanza de Dios por medio del mensajero que Dios envía para ese tiempo.
Encontramos que Dios por medio del profeta Moisés habló en el libro de Deuteronomio, capítulo 18 y verso 15 al 19, diciendo:
“Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis”.
¿Por qué el profeta Moisés dice: “A él oiréis”? Porque por medio de ese profeta viene la enseñanza de Dios; por medio de ese profeta viene Dios enseñando a Su pueblo para esa edad y para esa dispensación.
¿Y qué trae ese profeta de parte de Dios? Dice el verso 18 de ese mismo capítulo 18, dice:
“Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú (o sea, como Moisés); y pondré mis palabras en su boca…”.
¿Qué coloca Dios en la boca de ese profeta mensajero que Él envía? Coloca Su Palabra. Porque los profetas de Dios son la boca de Dios, a través de los cuales viene la Palabra de Dios, la Voz de Dios, enseñando a todos los hijos de Dios, enseñando a todas las ovejas del Redil de Dios.
El Salmo 23 nos habla de Dios, y nos dice: “Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará yacer. Confortará mi alma”1. Y sigue diciendo todas las cosas que Dios, nuestro Pastor, hará por nosotros como ovejas de Su Redil.
Cuando nos habla del Alimento y el Agua que nos dará: está hablándonos de Su Palabra, que es el alimento espiritual y el agua espiritual para nuestras almas.
Y ahora, vean cómo Dios a través de Sus profetas en los diferentes tiempos ha estado enseñando a Su pueblo.
Encontramos que Dios enseñó a Su pueblo Israel por medio del profeta Moisés, dándole el Mensaje de la Ley y estableciendo así al pueblo hebreo en la Dispensación de la Ley. Fue Dios enseñando a Su pueblo por medio del profeta Moisés; porque Dios coloca Su Palabra en la boca del profeta que Él envía. Ese es el lugar donde podemos escuchar y encontrar la Palabra de Dios correspondiente a la edad o dispensación que a la persona le toca vivir.
Y vean ustedes cómo para cada edad y cada dispensación hay un profeta mensajero de Dios; y Dios coloca Su Palabra en la boca de ese profeta mensajero, que es la boca de Dios para el pueblo que vive en la Tierra; y por medio de ese profeta viene Dios enseñando a Su pueblo.
“… y él les hablará todo lo que yo le mandare”.
Vean lo que hablará un profeta enviado de Dios (como está prometido aquí): hablará todo lo que Dios le mande a hablar a ese profeta para el pueblo de Dios. Y así es como Dios enseña a Su pueblo: es por medio de carne humana, por medio de un profeta enviado en el tiempo en que Dios quiere enseñar a Su pueblo.
¿Y qué será de aquellas personas que no les interese la enseñanza de Dios, que no quieren ser enseñados por Dios? Dice:
“Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta”.
Tendrá que dar cuentas a Dios, por haber rechazado a Dios enseñando a Su pueblo por medio del profeta que ha enviado para el tiempo en que la persona ha vivido.
Y ahora, hemos visto la forma en que Dios enseña a Su pueblo.
Encontramos que en todos los tiempos hubo y hay muchos predicadores que han estado hablando acerca de lo que Dios ha hablado ya por medio de Sus profetas, de Sus mensajeros; pero eso no quiere decir en ningún momento que esas personas sean profetas o el Enviado de Dios para ese tiempo.
El Enviado de Dios para ese tiempo, a través del cual Dios enseña a Su pueblo, es el profeta mensajero enviado para esa dispensación que corresponde a ese tiempo. A través de ese profeta Dios viene con un Mensaje dispensacional: viene enmarcado ese Mensaje en esa dispensación correspondiente a ese tiempo; y así es como Dios enseña a Su pueblo.
Ahora, vean ustedes cómo en medio del pueblo hebreo envió profetas de edad en edad y de dispensación en dispensación.
Hay siete dispensaciones en el Programa Divino:
• La primera dispensación es la Dispensación de la Inocencia (allá en el tiempo de Adán, antes de la caída en el Huerto del Edén), y el profeta Adán fue el profeta mensajero de esa Dispensación de la Inocencia.
• Luego tenemos la segunda dispensación: que es la Dispensación de la Conciencia, y su profeta mensajero fue Set (el hijo de Adán, que fue a semejanza de Adán).
• Luego tenemos la Dispensación del Gobierno Humano, que es la tercera dispensación, y su profeta fue Noé.
Vean que cada mensajero de estos trajo el Mensaje correspondiente a esa dispensación que les tocó vivir. Luego, también podemos ver que en el Mensaje traído por cada mensajero dispensacional están todas las cosas que debe conocer el pueblo de Dios; son dadas a conocer por medio de ese profeta las cosas correspondientes a esa dispensación.
• Luego de la tercera dispensación del Gobierno Humano (de la cual Noé fue su profeta mensajero) vino la Dispensación de la Promesa, la cuarta dispensación; y el mensajero de esa dispensación fue el profeta y patriarca Abraham.
• Luego vino la quinta dispensación: la Dispensación de la Ley; y el profeta de esa dispensación quinta (de la Dispensación de la Ley) fue el profeta Moisés.
Y podemos ver cómo vino con un Mensaje, con un Mensaje dispensacional; y en ese profeta estaba Dios manifestado enseñando a Su pueblo Israel. Y constituyó al pueblo hebreo en una nación por medio de la manifestación de Dios a través del profeta Moisés; y enseñó al pueblo hebreo todas las leyes divinas, y lo estableció como una nación.
• Y ahora, luego de la quinta dispensación (la Dispensación de la Ley), tenemos la sexta dispensación: que es la Dispensación de la Gracia, y su mensajero es el Señor Jesucristo, el cual apareció dos mil años atrás en medio del pueblo hebreo. Y en ese tiempo se estaba entrelazando la Dispensación de la Gracia con la Dispensación de la Ley.
Recuerden que las dispensaciones se entrelazan unas con otras; y por eso es que encontramos una conexión entre una dispensación y otra dispensación, y entre un mensajero dispensacional y otro mensajero dispensacional, y entre un Mensaje de una dispensación y un Mensaje de otra dispensación; están entrelazados los Mensajes, y también los mensajeros, y también las dispensaciones.
Y es el mismo Dios en cada dispensación y en cada mensajero dispensacional, con el Mensaje de esa dispensación enseñando a Su pueblo.
Y ahora, viendo la forma en que Dios enseña a Su pueblo, podemos entonces entender el por qué cuando nuestro Señor Jesucristo estuvo aquí en la Tierra en carne humana, Él estuvo predicando la Palabra; y hablaban muy mal acerca de Jesús.
Pero Jesús decía, vean ustedes, en San Juan, capítulo 6, verso 39 en adelante, decía… vamos a ver aquí (hay mucho más aquí): Capítulo 6, verso 35 en adelante, dice Jesús:
“Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
Mas os he dicho, que aunque me habéis visto, no creéis.
Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.
Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.
Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.
Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielo.
Y decían: ¿No es este Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo, pues, dice este: Del cielo he descendido?
Jesús respondió y les dijo: No murmuréis entre vosotros.
Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.
Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí.
No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios; este ha visto al Padre.
De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna.
Yo soy el pan de vida”.
Aquí podemos ver cómo Jesús les muestra a los judíos la forma en que Dios estaba enseñando al pueblo hebreo en aquellos días: por medio de Jesús; pero no podían comprender la enseñanza de Jesús.
Para el tiempo de Jesús hubo muchos maestros: como el sumo sacerdote y los doctores de la Ley, los fariseos, los saduceos, y los sacerdotes de la religión hebrea, y el Concilio del Sanedrín (compuesto por 70 hombres sabios en asuntos religiosos con sus doctorados en teología); ellos hablaban acerca de Dios, ellos enseñaban las enseñanzas bíblicas, hablaban acerca de esas enseñanzas bíblicas al pueblo; pero a través del cual Dios estaba enseñando a Su pueblo Israel en ese tiempo era a través de Jesús. Los demás tenían una enseñanza teórica, era una enseñanza intelectual, era la letra; pero San Pablo dice: “La letra mata, mas el Espíritu vivifica”2.
No es lo mismo enseñar ungido con el Espíritu de Dios el Mensaje de Dios para una edad o para una dispensación, que estar enseñando intelectualmente a la gente, que estar enseñando la letra de la Biblia.
Lo más importante en la enseñanza de Dios, Dios enseñando a Su pueblo, es que Dios le abre las Escrituras correspondientes al tiempo en que las personas viven; y les muestra el significado de esas Escrituras y el cumplimiento de ellas a medida que van siendo cumplidas; y les muestra en las Escrituras el tiempo que están viviendo y quiénes son en el Programa Divino; y los prepara así para recibir todas las bendiciones que Dios tiene para ese tiempo, para todos los hijos e hijas de Dios.
Ahora, vean ustedes cómo Dios enseñó por medio del Señor Jesucristo, en el cual estaba Dios manifestado en toda Su plenitud en carne humana. Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo Consigo mismo3.
Y ahora, encontramos que luego de la enseñanza de Jesús en carne humana han transcurrido dos mil años aproximadamente. ¿Y qué ha estado haciendo Dios? Ha estado enseñando a Su pueblo. ¿Y cómo ha estado enseñando a Su pueblo? Encontramos que Cristo dijo en San Juan, capítulo 10, versos 14 al 16:
“Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen,
así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.
También tengo otras ovejas que no son de este redil (o sea, que no son del pueblo hebreo, son gentiles); aquellas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor”.
Oirán la Voz de Cristo. Oirán la Voz de Cristo, la Voz del Buen Pastor, enseñándole a Sus ovejas la Palabra de Dios.
Y esa es la manifestación de Dios a través de cada ángel mensajero de cada edad, a través de los cuales Dios ha estado enseñando a Su pueblo, a Su Iglesia, a todos los que tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero; a todas esas ovejas que no son del pueblo hebreo, pero que serían llamadas y escucharían la Voz de Cristo: escucharían la enseñanza de Cristo por medio de cada uno de esos mensajeros que Él enviaría.
“Y habrá un rebaño, y un pastor”. Ese Rebaño es la Iglesia del Señor Jesucristo donde son llamados y juntados todos los escogidos de Dios, todas las ovejas del Señor; es ahí donde nacen del Agua y del Espíritu.
Es en la Iglesia del Señor Jesucristo donde nacen los hijos e hijas de Dios. Ahí se opera el nuevo nacimiento, porque es ahí donde las personas creen en Cristo como su Salvador, lavan sus pecados en la Sangre de Cristo, y reciben el Espíritu de Jesucristo; y así nacen en la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y ahora, ese es el Redil, el Rebaño del Señor Jesucristo; y Él es el Buen Pastor.
Y el Buen Pastor ha estado pastoreando Su Rebaño, Su Iglesia, de edad en edad, por medio de estos mensajeros que Él ha enviado durante estas siete etapas o edades de la Iglesia gentil, correspondientes al Lugar Santo del Templo espiritual de Cristo. Pues la Iglesia del Señor Jesucristo es el Nuevo Templo, el Templo espiritual de Cristo.
Ya el pueblo hebreo no tiene el templo que construyó Moisés, ni tampoco tiene el templo que construyó Salomón, y tampoco tiene el templo que estaba allí en Jerusalén (pues fue destruido en el año 70 por el general romano Tito, y luego en ese lugar fue construida la mezquita de Omar: un templo gentil, un templo de otra religión); y ahora el pueblo hebreo no tiene un templo dónde llevar a cabo los sacrificios por el pecado y por la reconciliación con Dios.
Pero Dios sí tiene un Templo; Cristo ha estado construyendo ese Templo; y ese Templo es la Iglesia del Señor Jesucristo. Y los escogidos de Dios, representados en las ovejas del Señor, son parte de ese Templo de edad en edad; porque con seres humanos es que Cristo ha estado construyendo ese Templo espiritual.
Y ahora, hemos visto que han transcurrido siete etapas o edades de la Iglesia gentil en las cuales Dios ha estado enseñando a Su pueblo, a Sus hijos, por medio de cada uno de estos siete ángeles mensajeros; y ha estado llamando y juntando a Sus escogidos y colocándolos (¿dónde?) en Su Templo espiritual, en Su Iglesia.
Y ahora, vean ustedes, Dios tiene un Nuevo Templo en el cual se ha estado manifestando en la porción correspondiente a cada edad, y ha estado enseñando por medio de esa manifestación a través de cada ángel mensajero.
Y para el Día Postrero estaríamos en la Edad de la Piedra Angular —que es la edad correspondiente al Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo—, donde Dios en Espíritu Santo estaría manifestado en carne humana en Su Ángel Mensajero enseñando a Su pueblo: enseñando a Su pueblo el Mensaje del Evangelio del Reino, el Mensaje de la Dispensación del Reino; el Mensaje representado en la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta, que es la Voz de Cristo en el Día Postrero por medio de Su Ángel Mensajero, en el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual, que es la Edad de la Piedra Angular, donde se abre una nueva dispensación: la Dispensación del Reino, y en donde son llamados y juntados todos los escogidos de Dios.
Todas las ovejas del Señor Jesucristo del Día Postrero son juntadas en la Edad de la Piedra Angular, que es el Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo.
Un templo para Dios no está completo, ni puede ser dedicado a Dios, si no tiene el Lugar Santísimo donde Dios tiene que morar. Y el Templo espiritual de Cristo, vean ustedes, encontramos que ha tenido el Lugar Santo, correspondiente a las siete etapas o edades de la Iglesia gentil; y para este Día Postrero sería construido el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual.
Encontramos que con las siete etapas o edades de la Iglesia gentil (que se cumplieron: la primera en Asia Menor; la segunda, tercera, cuarta, quinta y sexta en Europa; y la séptima en Norteamérica) quedó construido el Lugar Santo del Templo espiritual de Cristo, donde estuvo Dios enseñando a Su pueblo por medio de sus siete ángeles mensajeros.
El Espíritu de Cristo manifestado en las siete edades a través de carne humana en Sus ángeles mensajeros, eran los siete espíritus de Dios que recorren toda la Tierra4; o sea, la manifestación del Espíritu Santo en siete mensajeros, en siete edades, correspondientes esas edades al Lugar Santo del Templo espiritual de Jesucristo.
Y ahora, para el Día Postrero, ¿dónde Jesucristo en Espíritu Santo, Dios en Espíritu Santo, estará enseñando a Su pueblo? Él ha pasado a la América Latina y el Caribe, donde Él llama y junta a Sus escogidos para la construcción del Lugar Santísimo de Su Templo espiritual; y así completar el número de Sus ovejas, colocarlas en Su Redil, que es Su Templo espiritual, en el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual; y así construir el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual y completar la construcción de Su Templo espiritual, de Su Iglesia, para manifestarse en Su Iglesia —en el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual— en toda Su plenitud.
Por eso es que para el Día Postrero también tendríamos a Dios enseñando a Su pueblo, ¿dónde? En la Edad de la Piedra Angular, ¿y en qué territorio? En la América Latina y el Caribe.
Eso es lo que hace Dios en este Día Postrero en la América Latina y el Caribe: está enseñando a Su pueblo, está enseñando a Sus escogidos, a todos los que tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero.
¿Y dónde está enseñándoles? En Su Templo espiritual, en Su Iglesia. Toda enseñanza viene —durante las siete edades y en la Edad de la Piedra Angular— viene en y a la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y ahora, vean ustedes cómo en este tiempo final EL MISTERIO DE SIENDO ENSEÑADOS POR DIOS ha quedado abierto; y ahora sabemos cómo Dios enseñó en las siete edades de la Iglesia gentil correspondientes al Lugar Santo de Su Templo espiritual (allá en Asia Menor, en Europa y en Norteamérica): enseñó por medio de Sus siete ángeles mensajeros.
Y ahora, hemos visto también cómo estaría enseñando en este Día Postrero (¿dónde?) en la América Latina y el Caribe: por medio de Su Ángel Mensajero; por medio del Ángel del Señor Jesucristo vendrá toda enseñanza divina para Su pueblo. Por eso es que en Apocalipsis, capítulo 4, verso 1, dice:
“Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas”.
¿A dónde vamos a subir? Vamos a subir a la Edad de la Piedra Angular, que es la edad que representa el Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo. ¿Y qué vamos a escuchar? Vamos a escuchar las cosas que han de suceder pronto, siendo dadas a conocer.
Y ahora, ¿por medio de quién estará Dios enseñando a Su pueblo todas estas cosas que deben suceder pronto? Que lo diga el mismo Jesucristo en Apocalipsis, capítulo 22, verso 16:
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”.
¿A quién dice que ha enviado? Jesucristo dice que Él ha enviado a Su Ángel Mensajero para dar testimonio de estas cosas en las iglesias, de estas cosas que deben suceder pronto.
Y ahora, en Apocalipsis, capítulo 22, verso 6, nos da más información acerca del Ángel del Señor Jesucristo y las cosas que estarán siendo dadas a conocer por medio del Ángel del Señor. Dice:
“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”.
¿Para qué ha enviado a Su Ángel? Para mostrar a Sus siervos las cosas que deben suceder pronto. Y por medio de Su Ángel Mensajero en el Día Postrero Dios estaría enseñando a Su pueblo.
Hemos visto: “EL MISTERIO DE SIENDO ENSEÑADOS POR DIOS”.
Por medio de esa manifestación de Dios en Espíritu Santo en Su Ángel Mensajero, estaríamos siendo enseñados por Dios en este Día Postrero.
Y así es como serían llamados y juntados todos los escogidos de Dios: por medio de la enseñanza de Dios a través de Su Ángel Mensajero, enseñándonos el Mensaje de la Dispensación del Reino, que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo; y así nos abre el misterio del Séptimo Sello, o sea, de la Segunda Venida de Cristo; y nos llena de esa revelación para ser transformados y raptados en este Día Postrero.
“EL MISTERIO DE SIENDO ENSEÑADOS POR DIOS”.
Vean dónde estamos en este tiempo final: en la Edad de la Piedra Angular, y en una nueva dispensación que se ha abierto en este tiempo final: la Dispensación del Reino, la cual se está entrelazando con la Dispensación de la Gracia.
También una nueva era se está entrelazando con la Era de Piscis: es la Era de Acuario que se está entrelazando; y es en la Era de Acuario donde el conocimiento de Dios llenará toda la Tierra: “Porque la Tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar” (Habacuc, capítulo 2, verso 14 e Isaías, capítulo 11, verso 9).
Ahora, podemos ver cómo la enseñanza del Evangelio del Reino llenará del conocimiento de Dios y Su Programa a todo ser humano, lo llenará del conocimiento de todo el Programa Divino: “Y todos me conocerán”5. Dice Dios por medio del profeta Zacarías: “Y en aquel día Jehová será uno, y uno Su Nombre”6.
Nadie enseñará a su compañero, ¿por qué? Porque todos estaremos siendo enseñados por Dios, en la manifestación de Dios en Espíritu Santo a través de Su Ángel Mensajero; y esa es la enseñanza que nosotros necesitamos en este Día Postrero. Y por eso dice que ninguno enseñará más a su compañero: porque todos seremos enseñados (¿por quién?) por Dios.
Así como fueron enseñados por Dios en otras edades a través de los profetas de cada edad y de cada dispensación…, y como fueron enseñados por medio de Jesucristo dos mil años atrás, y luego fueron enseñados por el Espíritu de Dios también a través de los apóstoles, y luego fueron enseñados por medio de los mensajeros de las siete edades (Dios enseñando por medio de ellos); para este Día Postrero todos seremos enseñados por Dios a través de la manifestación de Dios en Espíritu Santo a través de Su Ángel Mensajero, y estará enseñándonos el Mensaje del Evangelio del Reino.
Vean, toda enseñanza de Dios está enmarcada en una dispensación; no puede estar fuera de una dispensación. Y la enseñanza de Dios para el Día Postrero está enmarcada en la Dispensación del Reino, que es la séptima dispensación.
Y Jesucristo en Espíritu Santo estará en Su Ángel Mensajero enseñando a Su Iglesia, enseñando a Su pueblo; Su Iglesia primeramente y después al pueblo hebreo; y luego a todos los seres humanos en el planeta Tierra durante el glorioso Reino Milenial de Cristo.
Y ahora, podemos ver cómo seríamos enseñados por Dios en este tiempo final.
Hemos visto: “EL MISTERIO DE SIENDO ENSEÑADOS POR DIOS”.
Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, nuestro Salvador, sean sobre cada uno de ustedes y sobre mí también; y nos permita comprender Su enseñanza en este Día Postrero; y nos enseñe todo Su Programa correspondiente a este Día Postrero, correspondiente a la Edad de la Piedra Angular, correspondiente a la Dispensación del Reino, y correspondiente a la América Latina y el Caribe, y correspondiente a todo el Reino de Dios. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.
Ha sido para mí un privilegio muy grande estar con ustedes, amados amigos y hermanos presentes, radioyentes y televidentes, dándoles testimonio de: “EL MISTERIO DE SIENDO ENSEÑADOS POR DIOS”.
Hemos visto la forma en que seríamos enseñados por Dios en este tiempo final en el cual nosotros estamos viviendo.
Así que para ser enseñados por Dios en este tiempo, solamente necesitamos una cosa: conseguir al Ángel del Señor Jesucristo en este tiempo final dando testimonio de estas cosas que deben suceder pronto; y al encontrarlo estaremos recibiendo la enseñanza de Dios, estaremos siendo enseñados por Dios en este Día Postrero.
Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, sean sobre cada uno de ustedes y sobre mí también.
Y estaré mañana nuevamente con cada uno de ustedes aquí en este mismo lugar, en este mismo auditorio, en la mañana, y luego en la tarde (de mediodía abajo), en los horarios que el reverendo Miguel Bermúdez Marín les estará dando; y también les estará dando la dirección donde estamos en esta ocasión y donde estaremos también mañana, que será este mismo lugar. Y también estaremos transmitiendo a través de estas radioemisoras amigas y estos canales de televisión amigos, que en esta noche han estado transmitiendo esta conferencia.
Que las bendiciones de Jesucristo sean sobre cada uno de ustedes, y pasen todos muy buenas noches.
Dejo con ustedes al reverendo Miguel Bermúdez Marín para que continúe con ustedes, y les dé nombres, direcciones y teléfonos a los cuales ustedes pueden comunicarse.
Que Dios les bendiga a todos.
“EL MISTERIO DE: SIENDO ENSEÑADOS POR DIOS”.
[Revisión noviembre 2022 – DM-PP]
1 Versión Reina-Valera 1909
2 2 Corintios 3:6
3 2 Corintios 5:18-19
4 Apocalipsis 5:6
5 Jeremías 31:34, Hebreos 8:11
6 Zacarías 14:9