El misterio del Reino de Dios viniendo en poder y gloria

Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes. Y que Dios les bendiga grandemente a todos, y en esta noche Dios nos hable directamente al corazón. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Quiero leer en San Mateo, capítulo 16, versos 24 al 28, la Escritura que dice:

Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.

Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.

Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?

Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.

De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino”.

Nuestro tema es: “EL MISTERIO DEL REINO DE DIOS VINIENDO EN PODER Y GLORIA”.

La Venida del Reino de Dios viniendo en poder y gloria.

Cristo habló de la Venida del Reino de Dios en diferentes ocasiones, y nos mostró en la visión del Monte de la Transfiguración el orden de la Venida del Reino de Dios; y ahí Él nos muestra que hay un orden para la Venida del Reino de Dios. Él dijo:

De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino”.

Y el capítulo 17 de San Mateo, verso 1 en adelante, dice:

Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto;

y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz.

Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él.

Entonces Pedro dijo a Jesús: Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías.

Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd”.

Aquí Cristo nos muestra el orden de la Venida del Hijo del Hombre en el Reino de Su Padre.

Encontramos que en este pasaje aparecen Moisés y Elías (estos dos profetas) hablando con Jesucristo acerca de la partida de Cristo a Jerusalén. Y esto es muy importante ya que Moisés había partido1, y también Elías se había ido en un carro de fuego2, y ahora aparecen en el Monte de la Transfiguración.

Esto es algo muy importante, porque en esta escena del Monte de la Transfiguración, siendo esto una visión, es la visión de la Segunda Venida de Cristo con Sus Ángeles en la Venida del Reino de Dios, viniendo en Su Reino con poder y gloria. En esta visión están los elementos que corresponden a la Venida del Hijo del Hombre en Su Reino; todo está aquí representado para la manifestación del Señor en Su Reino con poder y gran gloria.

Y ahora, vean ustedes que para la Venida del Reino de Dios y el Hijo del Hombre viniendo en Su Reino, tienen que estar Moisés y Elías.

Y ahora, siendo que esto es una visión, y por consiguiente aparecen aquí los profetas Moisés y Elías; y en Zacarías3 nos dice que los Dos Olivos (que son los dos árboles de olivo, los dos olivos, y las dos ramas de olivo) son los Dos Ungidos que están delante de la presencia de Dios; y en Apocalipsis aparecen los ministerios de los Dos Olivos (Apocalipsis, capítulo 11); y vean, esto es para ser manifestado en el Día Postrero, en la Venida del Reino de Dios.

Y ahora, hemos visto que el ministerio de Elías estuvo manifestado en Elías Tisbita; fue el Espíritu de Cristo en Elías Tisbita manifestando ese ministerio.

Luego estuvo por segunda ocasión el espíritu ministerial de Elías, o sea, el ministerio de Elías nuevamente en la Tierra; y por consiguiente, esa manifestación del ministerio de Elías en la Tierra por segunda vez…; se llamaba Elías esa manifestación, pero el velo de carne se llamó Eliseo, pero él era el segundo Elías.

Luego encontramos que las palabras de los hijos de los profetas dan testimonio que el espíritu de Elías estaba sobre Eliseo, cuando abrió el Jordán y los hijos de los profetas vieron a Eliseo abriendo el Jordán con el manto de Elías y pasando en seco; ellos dijeron: “El espíritu de Elías ha reposado sobre Eliseo”4.

Luego, la tercera ocasión en que reposó el espíritu de Elías en otro hombre, fue en Juan el Bautista.

Vean que cuando viene el ministerio de Elías, cuando viene Elías de nuevo, el velo de carne en donde se manifiesta ese ministerio es otro velo de carne siempre; así es cuando Dios promete la venida de un profeta que ya vino en el pasado.

Y ahora, vean ustedes cómo, cuando llegamos a Juan el Bautista, encontramos nuevamente a Elías sobre la Tierra y se llama Juan el Bautista; pero literalmente él no es Elías, pero el ministerio que está en él sí es Elías, es el espíritu ministerial de Elías; es el ministerio de Elías siendo operado por el Espíritu de Cristo, el cual estaba en Elías Tisbita, luego estuvo en Eliseo y luego estuvo en Juan el Bautista.

Y luego encontramos a Elías precursando la Primera Venida de Cristo, y diciéndole al pueblo hebreo: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”5. Pero las personas decían, en aquel tiempo: “Nosotros estamos esperando a Elías”. Pero miren, Elías estaba en la Tierra, pero el velo de carne se llamaba Juan; pero el ministerio que estaba en Juan el Bautista era el ministerio de Elías.

Ese es el misterio para cuando Dios promete enviar un profeta que ya había enviado en el pasado, y promete enviarlo de nuevo para ministrar: es otro profeta, con el ministerio de aquel profeta que vino en el pasado, y con el mismo Espíritu de Cristo que estuvo en aquel profeta.

Y ahora, en San Mateo, capítulo 17, verso 10 al 11, vean ustedes, dice:

Entonces sus discípulos le preguntaron (a Jesús), diciendo: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?”.

¿Ve? Ellos estaban esperando a Elías; y después de Elías, pues tenía que venir el Mesías, Cristo.

Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas (aquí está hablándole de un Elías que ha de venir para el futuro, pero dice).

Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos.

Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista”.

Cristo también había dicho a Sus discípulos en San Mateo, capítulo 11, verso 14, dice:

Y si queréis recibirlo (hablando de Juan el Bautista), él es aquel Elías que había de venir”.

Jesús identificó a Juan el Bautista como el Elías que había de venir para precursar la Primera Venida de Cristo. Y vean cómo todo se cumplió en forma sencilla, y apareció – luego de Elías, apareció el Mesías; apareció Jesús, el hijo de la virgen, el Rey de Israel, el que se sentará en el Trono de David; pero miren, apareció en una forma tan humilde, tan sencilla: como un joven carpintero de Nazaret.

¿Quién iba a estar esperando a un rey y que ese rey fuera un carpintero? Ellos estaban esperando un rey, y el Rey vino en la forma de un profeta y en la forma de un carpintero, con un oficio de carpintero, en una forma sencilla; porque cuando Dios promete algo grande lo cumple en forma sencilla.

Y ahora, vean ustedes cómo para el Día Postrero también está prometido que vendrá Elías precursando la Segunda Venida de Cristo; y Elías precursando la Segunda Venida de Cristo estará en la Tierra; y lo que habrá en esa venida de Elías precursando la Segunda Venida de Cristo, es solamente un profeta con el ministerio de Elías manifestado en él. Eso es la venida de Elías en el Día Postrero para cumplirse así lo que está prometido.

Y la vindicación final de que ese profeta es verdaderamente Elías, el Elías que había de venir precursando la Venida del Mesías, ¿saben ustedes cuál es? Es el cumplimiento de la Venida de Cristo, de la Venida del Hijo del Hombre en Su Reino; para así testificar también que el Elías que había de venir preparándole el camino, ya vino.

Si no se cumple esa promesa, ¿qué sucede? Pues entonces no era Elías, el Elías que había de venir, el precursor de la Segunda Venida de Cristo, el reverendo William Marrion Branham.

Así que vean ustedes lo importante que es la Venida del Hijo del Hombre en Su Reino, la Venida del Reino de Dios viniendo en poder y gloria, en donde el Hijo del Hombre está prometido para ser manifestado en el Día Postrero.

Ahora, veamos lo que dijo el precursor de la Segunda Venida de Cristo con relación a la Venida del Reino de Dios. En el libro de Citas, haciendo referencia al libro de Las Edades, dice así [pág. 42]:

345 – “Mateo 17 (está leyendo nuestro hermano Branham. Dice) ‘… y después de seis días Jesús toma a Pedro, Santiago y Juan… (en un monte alto o) en una montaña alta aparte, y fue transfigurado ante ellos: y su rostro brilló como el sol y sus vestiduras eran blancas como la luz’. Él fue transfigurado. ¿Qué hizo? Se pasó dentro de la transformación, hacia el día de Su Venida… / Ellos habían… (o Él había llevado…). Ellos habían llevado a Jesús (dice aquí) a la montaña… (pero más bien fue Jesús que los llevó a ellos)… Él… (aquí lo corrige) Él los había llevado, y Él fue transfigurado ante ellos, transformado. Sus vestidos brillaron como el sol en medio de su fuerza y aparecieron con Él Moisés y Elías. ¿En qué forma viene el Hijo del Hombre ahora? Y primero aparecerá, será Moisés y Elías. Ahora, fíjese, antes que Jesús vuelva a la Tierra… Ahora, es poco antes de tiempo, pero el Espíritu de Elías volverá a la Tierra y tornará los corazones de los hijos a los padres. La Biblia lo dice. Jesús lo vio aquí, los apóstoles lo vieron aquí, el orden de la Venida del Hijo del Hombre glorificado. Él será glorificado y volverá. La primera cosa, antes que lo vieron, ¿Qué era? Elías. ¿Luego? Moisés; Israel volviendo hacia allá; los guardadores de la ley. Y luego el Hijo del Hombre glorificado. ¿Ve el orden de Su Venida?”.

Ahora, vean cómo en el Cuerpo Místico de Cristo Él ha estado obrando de edad en edad: ha enviado Sus diferentes mensajeros; y como séptimo ángel mensajero para Su séptima edad de la Iglesia gentil, la Edad de Laodicea, Cristo envía al reverendo William Marrion Branham con el espíritu y virtud de Elías, y precursor de la Segunda Venida de Cristo.

Y así como se manifestó en los mensajeros anteriores, se manifiesta en el reverendo William Marrion Branham y habla por medio de él. Y así como llamó a Sus escogidos en edades anteriores, llama y junta a Sus escogidos en la séptima etapa o edad de la Iglesia gentil.

Y luego se va el mensajero de la séptima edad de la Iglesia gentil, el precursor de la Segunda Venida de Cristo, ¿y qué nos queda a nosotros para el Día Postrero? Nos queda la Edad de la Piedra Angular; nos queda esa etapa que tiene que ser cumplida en este Día Postrero, en donde Cristo viene manifestado en Su Ángel Mensajero, y en donde llama y junta a Sus escogidos y nos revela el misterio de Su Venida, el misterio del Séptimo Sello, el misterio de Su Venida a la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino. Así como el misterio en cada edad, fue la manifestación de Cristo en cada edad por medio del mensajero de cada edad. Y el misterio de la Primera Venida de Cristo fue la manifestación de Dios en toda Su plenitud en la persona del joven carpintero Jesús de Nazaret.

Y ahora, para el Día Postrero estará Jesucristo en Espíritu Santo manifestado en Su Ángel Mensajero dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto; y ahí estará Jesucristo en Espíritu Santo manifestando los ministerios de Moisés por segunda vez, de Elías por quinta vez y de Jesús por segunda vez. Y ahí se cumple el orden de la Venida del Señor, porque aparecen los ministerios de Jesús, de Moisés y de Elías; y ahí aparece Cristo con Su rostro como el sol.

Recuerden que estos son los símbolos que tienen que ser cumplidos. El sol representa a Cristo; porque el sol es el astro rey, y Cristo es el Rey de reyes y Señor de señores.

El sol representa aquí la Segunda Venida de Cristo; y Su rostro como el sol representa a Cristo en Su Segunda Venida como Rey de reyes y Señor de señores. Por eso es que en Malaquías, capítulo 4, verso 2, nos dice:

Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación”.

Aquí tenemos la promesa de la Venida del Sol de Justicia, del nacimiento del Sol de Justicia, que no es otra cosa sino la Venida de Cristo, la Segunda Venida de Cristo, como Rey de reyes y Señor de señores, como el León de la tribu de Judá.

El león también representa a Cristo en Su Segunda Venida, porque el león es el rey de los animales, y Cristo es el Rey de reyes y Señor de señores.

Y ahora, vean cómo Su rostro como el sol es la Segunda Venida de Cristo siendo cumplida en la Tierra.

Cristo en Su Segunda Venida, velándose y revelándose en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular, en Su manifestación final como Rey, es estar viendo a Cristo con Su rostro como el sol, en el ministerio del Día Postrero, o sea, el ministerio del séptimo milenio, que es el ministerio de Jesucristo a través de Su Ángel Mensajero, en donde opera los ministerios de Moisés por segunda vez, de Elías por quinta vez y de Jesús por segunda vez.

Ahí tenemos la manifestación del Hijo del Hombre en Su Reino, viniendo en Su Reino con poder y gloria.

Viene con el Título de Propiedad, que es el que le da todo el poder y autoridad, por cuanto es el Título de Propiedad de los Cielos y de la Tierra. Y Él pagó el precio de la redención de toda la Creación; por lo tanto, Él es dueño de toda la Creación. Por lo tanto, Él establecerá Su Reino, Su glorioso Reino Milenial, en este planeta Tierra en medio del pueblo hebreo, y desde ahí gobernará sobre el planeta Tierra completo.

Él como Hijo de David es el heredero al Trono de David; Él como Hijo de Abraham es el heredero a todo el territorio de la tierra de Israel; Él como Hijo del Hombre es el heredero al reino del mundo entero; Él es el Rey del mundo entero, como Hijo del Hombre; o sea que Cristo como Hijo del Hombre, como profeta, la manifestación de Cristo en carne humana en el Día Postrero, vean ustedes, será la manifestación para el reclamo del Reino, no solamente del pueblo hebreo, sino del mundo entero.

Y el mundo entero estará en los pies de hierro y de barro cocido, en donde el anticristo estará en el tiempo final gobernando ese reino; pero Cristo hará Su reclamo y obtendrá el reino completo del mundo entero; y el reino del mundo o los reinos de este mundo, pasarán a ser de nuestro Señor. Apocalipsis, capítulo 11, verso 15 en adelante, nos dice así. Dice:

El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos.

Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios,

diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado.

Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra.

Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo”.

Ahora, podemos ver aquí, en la Venida del Reino de Dios en poder y gloria, todas las cosas que tienen que ser cumplidas; porque la Venida del Reino de Dios en gloria, en donde el Hijo del Hombre viene, encontramos que es para el establecimiento del Reino de Dios aquí en esta Tierra.

Por eso Cristo pidió a Sus discípulos, y a todo creyente en Él, que orara y siempre pidiera la Venida del Reino de Dios: “Venga Tu Reino. Hágase Tu voluntad, así como en el Cielo, aquí en la Tierra”6.

Y ahora, tenemos aquí en este pasaje la promesa de la Venida del Reino de Dios. Y para el establecimiento del Reino de Dios, encontramos en la visión del Monte de la Transfiguración que aparecieron Moisés y Elías hablando con el Señor; y allí el Señor estaba transformado, glorificado, con Su rostro como el sol.

Por eso es que también en Apocalipsis, capítulo 1, encontramos al Hijo del Hombre con Su rostro como el sol. El capítulo 1, verso 16, dice:

Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza”.

Ahora vean, en esta visión aquí, Juan ve al Hijo del Hombre como Juez de toda la Tierra; él lo ve aquí, en este pasaje, con poder y gloria; y aquí todos estos atributos que son vistos en el Hijo del Hombre, serán manifestados, cumplidos, aquí en la Tierra.

Para que tengamos un cuadro claro de lo que estas cosas representan en el cumplimiento para el Día Postrero, veamos lo que dice el reverendo William Marrion Branham con relación al Hijo del Hombre, y el Hijo del Hombre ser visto aquí en este pasaje. Veamos… Vamos a ver en el libro de Las Siete Edades de la Iglesia gentil; veamos aquí lo que él explica acerca del Hijo del Hombre con estos atributos que son vistos en Él. Página 51, dice (del libro de Las Edades):

49. Sí, allí está Él de pie como Juez con Sus ojos llameantes para impartir juicio. El día de la misericordia ha llegado a su fin”.

Y encontramos en otros lugares donde aparece el Hijo del Hombre aquí para juzgar.

Vean ustedes, Juan vio este día final, Juan lo vio en la visión del Apocalipsis, vio todo lo que vendría; y cuando lo vio, cayó como muerto a Sus pies; él vio el Día del Señor, fue transportado al Día del Señor, en el cual escuchó la Voz de Cristo como una Gran Voz de Trompeta; y obtuvo así, Juan el apóstol, la visión, todos estos símbolos de lo que estaría sucediendo en el Día Postrero.

Ahora, vean aquí: página 49 y 50 del libro de Las Edades, dice:

42. Allí está. Daniel lo vio con aquel cabello blanco. Él era el Juez que abría los libros y juzgaba con ellos. Daniel lo vio que venía en las nubes. Eso es exactamente lo que vio Juan. Ambos lo vieron exactamente igual. Ellos vieron al Juez con Su cinta de juicio alrededor de sus hombros, puro y santo, lleno de sabiduría, completamente apto para juzgar al mundo en justicia. ¡Aleluya!

43. Aun el mundo entiende este simbolismo, porque en tiempos pasados el juez llegaba y convocaba la corte, estando vestido con una peluca blanca y un manto largo que significaba completa autoridad (un manto desde el cuello hasta los pies) para impartir justicia”.

Ahora, vean cómo todo lo que es visto en el Hijo del Hombre son simbolismos de cosas que estarán siendo cumplidas, manifestadas, en el Día Postrero, en la Venida del Hijo del Hombre.

En San Mateo, capítulo 24, verso 30 al 31, vean, también nos muestra la Venida del Hijo del Hombre. Cristo nos dice:

Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.

Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro”.

Esto mismo es visto por el apóstol San Juan en Apocalipsis, capítulo 10, verso 1 en adelante, cuando dice:

Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube, con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego.

Tenía en su mano un librito abierto; y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra;

y clamó a gran voz, como ruge un león; y cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces”.

Es la Venida del Hijo del Hombre, es la Venida del Señor, es la Venida de Cristo para el Día Postrero; y la señal del Hijo del Hombre aparecería en el Cielo.

Y en febrero 28 de 1963 apareció una nube misteriosa en el cielo7, la cual solamente tiene una explicación, la cual es dada por el reverendo William Marrion Branham en el libro de Los Sellos, página 469; dice:

153. ¿Y notaron que dije que uno de esos ángeles era muy raro? Me pareció muy distinto a los demás. Estaban en una constelación con tres a cada lado y uno arriba; y el que estaba a mi lado, contando desde la izquierda hacia la derecha, ese sería el séptimo Ángel. Él era más brillante y significaba más para mí que los demás. Les dije que tenía el pecho así robusto y estaba volando hacia el oriente. Les dije también que: ‘Me levantó, me alzó’. ¿Se acuerdan?

154. Ahora, ¡aquí está! Era el que tenía el Séptimo Sello, lo cual he mantenido como una pregunta en mi mente toda mi vida. Los otros Sellos significaron mucho para mí, desde luego; pero ustedes no se imaginan lo que ha significado este séptimo”.

Ahora, este Ángel que era muy diferente a los demás, dice el reverendo William Marrion Branham que era el que tenía el Séptimo Sello; y el Séptimo Sello es la Segunda Venida de Cristo. Y así como vino cada uno de esos ángeles que estaban allí en esa nube, los cuales eran los siete ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil, y en adición, otro Ángel que era muy diferente a los demás.

Para estos ángeles mensajeros tener sus ministerios aquí en la Tierra, tuvieron que estar manifestados en carne humana; y luego de terminar su ministerio, el cuerpo de carne murió, y ellos fueron a la sexta dimensión, y se reunieron con los elegidos de Dios a los cuales ellos les dieron la Palabra en la edad que les tocó vivir.

Y ahora, para ese Ángel que era muy diferente a los demás tener el ministerio de la Segunda Venida de Cristo, cumpliendo la Segunda Venida de Cristo, tiene que venir en carne humana manifestado en el Día Postrero; y ese es el ministerio correspondiente a la Edad de la Piedra Angular, el ministerio de Cristo, así como estuvo en cada ángel mensajero en cada edad, en la porción correspondiente a cada edad, pues fue Cristo el que ministró por medio de cada mensajero; acá en el tiempo final, en la Edad de la Piedra Angular, es Cristo ministrando de nuevo por medio de Su Ángel Mensajero en el Día Postrero.

Y ese es el Ángel que era muy diferente a los demás: Jesucristo, el Ángel del Pacto, viniendo en el Día Postrero; el cual en Su Venida estará manifestando, cumpliendo, el misterio del Séptimo Sello; y estará manifestándose por medio de carne humana, por medio de Su Ángel Mensajero.

Y por cuanto el Hijo del Hombre viene con Sus Ángeles, y Sus Ángeles son los ministerios de Moisés y Elías, los ministerios de Moisés y Elías estarán manifestados en el ministerio del Ángel que era muy diferente a los demás.

Ahí, Jesucristo, el Hijo del Hombre, el Ángel que era muy diferente a los demás, viene manifestado en carne humana en el Día Postrero, y manifiesta los ministerios de Moisés por segunda vez, de Jesús por segunda vez y de Elías por quinta vez.

Estos tres grandes ministerios estará operándolos el Ángel que era muy diferente a los demás; los estará operando por medio de carne humana en el Día Postrero en Su Ángel Mensajero.

Y ahí estará el Hijo del Hombre, Jesucristo, el Ángel Fuerte, manifestado en el Día Postrero, viniendo con poder y gloria en Su Iglesia, en Su Reino, para llevar a cabo la Obra correspondiente a la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino; llevar a cabo Su Obra de Reclamo en el Día Postrero, para llamar y juntar a Sus escogidos; y luego resucitar a los santos del Nuevo Testamento, que han creído en Cristo como su Salvador y han recibido Su Espíritu Santo.

Y luego transformar a los escogidos que estarán viviendo en este Día Postrero y verán la resurrección de los muertos en Cristo; los cuales estarán viviendo en la Tierra en este Día Postrero, y estarán viendo la Venida del Ángel que era muy diferente a los demás; estarán viendo la Venida del Ángel Fuerte que era muy diferente a los demás, viniendo, velándose y revelándose por medio de carne humana a través de Su Ángel Mensajero. Y ahí estarán viendo ¿qué? Estarán viendo la Venida del Reino de Dios viniendo en poder y gloria.

Cuando nuestro Señor Jesucristo estuvo aquí sobre la Tierra dos mil años atrás, le preguntaron a Él cuándo vendría el Reino de Dios, y Él les dijo: “El Reino de Dios entre vosotros está”8; ¿por qué? Porque allí estaba el Hijo del Hombre.

Y con la Venida del Hijo del Hombre en el Día Postrero, manifestado en carne humana en Su Ángel Mensajero, el Reino de Dios ¿dónde estará?, ¿cuándo vendrá? “Entre vosotros está”. Nuevamente se repiten las palabras de Cristo en el Día Postrero: El Reino de Dios entre vosotros está.

Y ahora, Cristo está llevando a cabo la Obra correspondiente al Día Postrero para el establecimiento de Su Reino; porque el Séptimo Sello, que es la Segunda Venida de Cristo, realiza la introducción al Milenio.

Vean aquí, en las páginas 464 y 465 del libro de Los Sellos, dice Dios por medio del reverendo William Marrion Branham, dice:

139. Al final de este Séptimo Sello es el fin de la edad de la Iglesia; es el fin del Séptimo Sello, es el fin de las Trompetas, es el fin de las Copas y aun es el fin de la entrada al Milenio. Todo eso es contenido en el Séptimo Sello”.

Miren todas las cosas que contiene el Séptimo Sello.

Y en la manifestación del Séptimo Sello se lleva a cabo todo el Programa Divino correspondiente al Séptimo Sello. O sea que el cumplimiento o manifestación del Séptimo Sello, que es la Venida del Hijo del Hombre en Su Reino, tendrá un sinnúmero de manifestaciones en donde estará cumpliendo diferentes promesas que han sido hechas por medio de los profetas.

Y ahora, vean lo que dice el precursor de la Segunda Venida, aquí en la página 474 y 475 del libro de Los Sellos, dice:

“[173]. Yo no sé quién será, ni qué va a suceder (¿está hablando de qué? Del Séptimo Sello). ¡No sé! Solamente sé que esos Siete Truenos contienen el misterio por cuya razón hubo silencio en el Cielo. ¿Todos entienden?

174. Quizás sea ahora el tiempo y la hora cuando aparezca esta gran persona que hemos estado esperando. Quizás este ministerio, por el cual he tratado de convertir a la gente a la Palabra, ha servido de fundamento. Si así es, entonces les estaré dejando para siempre. No habrá dos aquí al mismo tiempo (¿De qué está hablando? De otra persona). Y aun si así fuera, él crecerá y yo menguaré. ¡Yo no sé! Pero Dios me ha dado el privilegio de mirar y ver lo que es; lo vi abrirse hasta donde lo vi”.

Ahora, vean ustedes cómo él usa las mismas palabras de Juan el Bautista cuando le dijeron acerca de Jesús: “Mira, aquel del cual tú diste testimonio, ahora a él le siguen más personas que a ti y bautiza más gente que tú”; él dice: “A Él le conviene crecer, y a mí menguar”9.

Juan, vean ustedes, era la luz de la tarde de la Dispensación de la Ley; pero ahora tenemos a Jesús como la Luz del mundo10, la Luz de una nueva dispensación, de un nuevo día dispensacional que estaba comenzando allí.

Y siendo la Luz de un nuevo día dispensacional que estaba comenzando allí, encontramos que, así como a la luz de la tarde de un día le conviene ir menguando, pero a la luz de la mañana, al sol de la mañana le conviene ir (¿qué?) creciendo, subiendo; y así, esto en lo espiritual se estaba cumpliendo en Juan el Bautista y en Jesús.

Y ahora, aquí el reverendo William Marrion Branham, siendo que él es la manifestación de Cristo para la séptima edad de la Iglesia gentil, en donde Cristo está resplandeciendo, alumbrando como la luz de la tarde: a la luz de la tarde le conviene ir menguando, así como le sucedió a Juan.

Y luego, vean ustedes, el precursor iba menguando, pero el precursado iba creciendo; porque el precursado es la Luz de un nuevo día dispensacional, y el precursor es la luz de una edad, no de una dispensación, sino de una edad que está decayendo y está terminando.

Y la luz de Cristo manifestada por medio del precursor va menguando, va desapareciendo, ¿para qué? Para que la Luz del precursado vaya aumentando; y se cumpla lo que el precursor dijo que vendría después de él.

Y así es con el precursor Juan el Bautista dos mil años atrás, que fue menguando, y el precursado (Jesús) fue creciendo.

Y el precursado para la Segunda Venida de Cristo, el reverendo William Marrion Branham, dice que él iba menguando (¿para qué?) para dar paso a la Luz de un nuevo día dispensacional que iría creciendo; iría creciendo de etapa en etapa; iría creciendo hasta llegar a ser la Luz perfecta de un nuevo día dispensacional, hasta alumbrar todo lo que tiene que alumbrar en ese nuevo día dispensacional.

Y eso es la Segunda Venida de Cristo, la Venida de Cristo, la Venida del Hijo del Hombre con poder y gloria en Su Reino.

La Venida del Hijo del Hombre con poder y gloria en Su Reino es la Venida del precursado; es la Venida de Jesucristo en Espíritu Santo viniendo en el Día Postrero, y velándose, y revelándose otra vez, de carne humana.

En el mensaje de Los Sellos en español, en la página 277, el precursor de la Segunda Venida de Cristo dice, orando, en una parte de la oración dice:

“[240]. … pedimos que el Espíritu Santo venga ahora mismo, el Jinete del verdadero caballo blanco, mientras Su Espíritu, el Espíritu de Cristo, entre en confrontación con el anticristo, y Él llame los Suyos”.

¿Quién es el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis? El Espíritu Santo.

Y ahora, la Venida del Jinete en ese caballo blanco de Apocalipsis, ¿qué será para la Iglesia del Señor Jesucristo?, ¿y qué significaba para el precursor de la Segunda Venida de Cristo? En la página 256 vamos a ver lo que significa la Venida del Jinete [del caballo] blanco de Apocalipsis 19, y vamos a ver lo que significa también para la Iglesia del Señor Jesucristo. Dice, página 256 del libro de Los Sellos:

121. Pero cuando nuestro Señor aparezca sobre la Tierra, Él vendrá sobre un caballo blanco como la nieve, y será completamente Emmanuel —la Palabra de Dios encarnada en un hombre”.

Eso es Apocalipsis, capítulo 19, versos 11 al 21, para ser cumplido aquí en la Tierra en el Día Postrero.

Y ahora, vean cómo el misterio de la Venida del Reino de Dios en poder es la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles en el Día Postrero, viniendo en y a Su Iglesia en el Día Postrero. Y eso es la Palabra, el Verbo, el Espíritu Santo, viniendo en carne humana y manifestándose en medio de Su Iglesia. Y cuando Dios promete algo grande, lo cumple en forma sencilla.

Después de las siete manifestaciones en los siete ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil, la próxima manifestación prometida, de Cristo, a través de carne humana, la encontramos en el cumplimiento del ministerio de los Dos Olivos, de los Dos Ungidos, en el tiempo del cumplimiento de Moisés y Elías; dice que ahí viene la Palabra encarnada.

Ahora, antes de cumplirse la gran tribulación, antes de eso, la Palabra, Cristo, el Verbo, estará aquí en la Tierra manifestado en carne humana en medio de Su Iglesia gentil. En la página 57 del libro de Los Sellos en español, dice:

“‘Y vi otro ángel fuerte descender del cielo, cercado de una nube, y el arco celeste sobre su cabeza…’.

(Está citando Apocalipsis, capítulo 10).

17. Ahora, si usted se fija bien, notará que esta persona es Cristo, porque aun en el Antiguo Testamento Él fue llamado el Ángel del Pacto; y Él ahora viene directamente a los judíos porque la Iglesia ha llegado a su fin (el Ángel del Pacto viene para los judíos, viene a los judíos). Bien, ahora continuando:

‘… y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego’”.

Ahora, vean que viene… Él es el Mensajero a Israel. Ahora:

18. ¿Recuerdan el Ángel de Apocalipsis capítulo 1? Este es el mismo. Un ángel es un mensajero, y él es un mensajero a Israel. ¿Ve usted? La Iglesia está a punto de ser raptada, Él viene por Su Iglesia”.

¿Quién viene por Su Iglesia? El Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová.

Este Ángel en Apocalipsis, capítulo 10, envuelto o rodeado de una nube, o envuelto en una nube, viene por Su Iglesia; y Él es el Mensajero a Israel. Y para Él venir a Su Iglesia, y para luego venir al pueblo hebreo o luego ir al pueblo hebreo, Él tiene que venir manifestado en el Día Postrero en carne humana, velarse en carne humana, y revelarse a través de carne humana a través del Ángel del Señor Jesucristo, para poder cumplir esta promesa, y estar en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo manifestado a través de Su Ángel Mensajero cumpliendo Sus promesas para este tiempo final.

Ahora, vean ustedes cómo también en el libro de Los Sellos, en la página 131, nos dice el reverendo William Marrion Branham:

131. Y ahora Jesús: Su Nombre sobre la Tierra fue Jesús el Redentor, porque fue el Redentor cuando estuvo sobre la Tierra; pero cuando conquistó el infierno y la muerte, los venció y ascendió, entonces recibió un nuevo Nombre. Por esa razón es que gritan y hacen tanto ruido y no reciben nada. Será revelado en los Truenos.

132. Fíjense en el misterio. Él viene cabalgando. Tiene que haber algo para cambiar esta iglesia. Ustedes saben eso. ¡Tiene que venir algo! Ahora noten: Nadie entendía ese nombre, sino Él mismo”.

¿Y qué es lo que cambiará esta Iglesia? La Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19. Y viene con un nombre ¿qué? Un nombre nuevo.

“‘Y estaba vestido de una ropa teñida en sangre: y su nombre es llamado El Verbo de Dios.

Y los ejércitos que están en el cielo le seguían en caballos blancos, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio.

Y de su boca sale una espada aguda, para herir con ella las gentes; y él los regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor, y de la ira del Dios Todopoderoso.

Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores’.

Apocalipsis 19:13-16

133. Allí viene el Mesías, allí es donde está”.

Ahora, hemos visto qué es lo que traerá el cambio para la Iglesia del Señor, qué es lo que ocasionará la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos.

Hemos visto que la Iglesia del Señor Jesucristo en el Día Postrero recibirá a Cristo en Su Segunda Venida con Sus Ángeles, y recibirá la fe para ser transformada y raptada; o sea, la revelación de la Segunda Venida de Cristo con Sus Ángeles; recibirá la revelación de la Venida del Ángel Fuerte viniendo a la Tierra; recibirá la revelación del Jinete del caballo blanco viniendo a la Tierra, Emanuel, la Palabra de Dios encarnada en un hombre, como dijo el precursor de la Segunda Venida de Cristo.

Y así la Iglesia del Señor Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino tendrá la revelación de la Segunda Venida de Cristo, la Venida del Hijo del Hombre en Su Reino, conforme a las promesas correspondientes al Día Postrero.

Pero todo eso será tan y tan sencillo que algunas personas dirán: “Pero lo que nosotros estamos esperando es algo grande”. Pero siempre cuando Dios ha prometido algo grande para Su pueblo, lo cumple en forma sencilla; y siempre encontraremos que lo grande es la manifestación de Dios, o sea, es Dios siendo manifestado; y lo sencillo es siempre el velo de carne a través del cual Dios se manifiesta.

Vean ustedes, la Primera Venida de Cristo, un evento tan grande como había sido prometido, se cumplió en un velo de carne sencillo, un joven carpintero allá en Nazaret; y no tenían en las interpretaciones teológicas nada con relación a que la Primera Venida de Cristo se cumpliría en un joven carpintero. Nadie ni siquiera se imaginó que el Mesías sería un joven carpintero de Nazaret, en el cual se cumpliría la promesa de la Primera Venida del Mesías. En un obrero de la construcción, para honra de los obreros de la construcción, se cumplió la Primera Venida del Mesías.

Así que vean ustedes la forma tan sencilla en que se cumplió la Primera Venida del Mesías.

¿Y qué si a Dios le da con cumplir la Segunda Venida de Cristo, la Venida del Hijo del Hombre en el Día Postrero en carne humana, en un velo de carne que sea también un obrero de la construcción? Sorprendería realmente a todos los teólogos, los dejaría ciegos; porque eso ni siquiera está ni en el pensamiento de los grandes teólogos ni del cristianismo ni del judaísmo.

O sea que lo pasarían por alto; ignorarían que la Venida del Mesías, la Venida de Cristo, estaría cumplida en el Día Postrero. Porque Cristo estará en esta Tierra, Jesucristo en Espíritu Santo estará en esta Tierra manifestado en el Día Postrero en carne humana y a través de carne humana, dándonos a conocer todas estas cosas, para que así nosotros no pasemos por alto Su Venida, Su Venida a Su Iglesia; porque Su Venida es para Su Iglesia y en Su Iglesia en el Día Postrero.

No es el mundo el que tiene la promesa, sino la Iglesia del Señor Jesucristo es la que tiene la promesa de la Segunda Venida de Cristo. Del mundo, Cristo dijo: “El mundo no me verá más; pero vosotros me veréis”11.

Ahora, el mundo tampoco lo vio en Su Primera Venida. Aunque estuvo aquí en la Tierra en Su Primera Venida, ni la religión hebrea tampoco lo vio, ni el sumo sacerdote tampoco lo vio; aunque lo estaban viendo, estaban viendo el velo de carne, pero no vieron a Dios cumpliendo Su Primera Venida en la persona de Jesús.

Y el mundo tampoco verá Su Segunda Venida, aunque estará aquí en la Tierra siendo cumplida a través de carne humana, a través del Ángel del Señor Jesucristo; pero el Ángel no es el Señor Jesucristo, sino el instrumento de Cristo, el velo de carne a través del cual Cristo estará manifestado en el cumplimiento de Su Venida a Su Iglesia como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo.

Y viene con el Librito abierto; y a Su Iglesia le da a comer de ese Librito abierto, dándole el Mensaje del Evangelio del Reino. Y la Iglesia de Jesucristo, comiéndose ese Mensaje, estará comiendo el Librito que fue abierto en el Cielo por nuestro amado Señor Jesucristo.

Ahora, vean cómo Dios siempre cumple Sus promesas en forma sencilla; y las personas que no pueden comprender, tropiezan en la simplicidad en que Dios cumple estas promesas; porque tropiezan con el velo de carne que Dios usa en el cumplimiento de lo que Él prometió.

Así que vean ustedes el por qué Cristo dijo en una ocasión: “Y bienaventurado el que no halle tropiezo en mí”12: porque siempre buscan y hallan tropiezo en el velo de carne en que Dios cumple lo que Él prometió.

En esta noche hemos visto: “EL MISTERIO DEL REINO DE DIOS VINIENDO EN PODER Y GLORIA”.

Es la Venida de Cristo, el Ángel Fuerte, el Ángel del Pacto, en el Día Postrero, en medio de Su Iglesia gentil, velándose y revelándose por medio de Su Ángel Mensajero y dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto; y ahí es donde tropezarán algunas personas.

Pero el que es de Dios, la Voz de Dios oye13. O sea que esta es una bendición prometida para la Iglesia del Señor Jesucristo; no para el mundo, sino para la Iglesia del Señor Jesucristo.

Esta es una bendición prometida para ser llamados y juntados los escogidos de Dios, en una nueva edad y en una nueva dispensación, y ser preparados para ser transformados y raptados en este Día Postrero.

Por lo tanto, quien tiene que conocer el misterio de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, velándose y revelándose por medio de carne humana en el Día Postrero a través de Su Ángel Mensajero, es la Iglesia del Señor Jesucristo, los escogidos de Dios. ¿En qué edad? En la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.

Fuera de esa edad no puede ser entendido el misterio de la Venida de Cristo con Sus Ángeles, como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo.

Es que las personas no comprenden que cuando Dios promete que vendrá un profeta que ya vino en el pasado, lo que viene es el Espíritu de Dios, el Espíritu de Cristo, en otro hombre operando ese ministerio que estuvo en aquel profeta del pasado. Y así es para este Día Postrero en la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, manifestándose en medio de Su Iglesia y revelándole a Su Iglesia el misterio de Su Venida.

Si es un misterio pues no lo habían descubierto ni los teólogos, no sabían cómo sería el cumplimiento de esa promesa. Y el más que estuvo cerca del cumplimiento de esa promesa, el reverendo William Marrion Branham, cuando le tocó hablar del cumplimiento de esa promesa dijo que sería la Venida del Espíritu Santo, del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis, capítulo 19; y eso sería la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis, la Venida de Jesús, sería la Palabra encarnada en un hombre; y eso sería Emanuel.

Y ahora, cuando le tocó explicar un poquito más acerca del Séptimo Sello, que es la Segunda Venida de Cristo, cuando a él le tocó explicar un poco más acerca del Séptimo Sello para ser cumplido, dijo: “Yo no sé quién será…”.

Como podía decir… como decía Juan el Bautista: “Yo no le conocía”14. O sea, antes de Jesús presentarse para ser bautizado por Juan el Bautista, Juan decía, cuando hablaba acerca del Mesías que vendría, y le preguntaban: “¿Y quién es?, ¿dónde está?”. —“Yo no sé quién será”.

Pero cuando lo vio y vio el Espíritu de Dios sobre Él, dijo: “Este es Aquel del cual yo decía que detrás de mí vendría Uno del cual yo no soy digno de desatar la correa de Su calzado”15. “Yo no le conocía”, o sea: “Yo no sabía quién sería Él. Yo no sé quién sería, o yo no sabía quién sería; pero ahora sí sé quién es”.

Y ahora, el reverendo William Marrion Branham dice: “Yo no sé quién será”; porque él, aunque vio en sus visiones lo relacionado al Séptimo Sello, él personalmente no conocía lo que sería el cumplimiento de la Venida de Cristo en carne humana manifestado en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.

Él no conocía esa parte, él no conoció al Ángel del Señor Jesucristo; aunque lo pudo haber visto, aunque lo vio, pero él no lo conoció; así como decimos nosotros: “Yo conozco a Fulano de Tal, vive en tal sitio, se llama así, el nombre completo de él es este, mide de estatura tanto, pesa tantas libras, su cabello es de tal color, sus ojos son de tal color. Yo le conozco, él es amigo mío”. ¿Ve? Él no le conocía en esa forma, no sabía quién era.

No podía decir: “Esta manifestación del Jinete del caballo blanco, que es el Verbo en carne humana, el Verbo hecho carne…”. “Esto yo no lo conozco, no conozco ese velo de carne, no sé quién será”; pero tenía que ser cumplida esta promesa. Vean:

“[121]. … cuando Nuestro Señor aparezca sobre la Tierra, Él vendrá sobre un caballo blanco como la nieve, y será completamente Emmanuel —la Palabra de Dios encarnada en un hombre”.

Si consiguen ese hombre, pues conseguirán al Jinete del caballo blanco de Apocalipsis, capítulo 19; conseguirán a Jesucristo en Espíritu Santo manifestado en carne humana en Su Ángel Mensajero.

Así que el secreto para poder ver, para poder conseguir la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, se requiere conseguir el velo de carne, saber quién es el velo de carne donde esa promesa es cumplida. Y si consiguen ese velo de carne, entonces podrán decir: “Yo sé quién sería, yo sé quién sería la carne, el velo de carne donde estaría el Verbo manifestado, donde estaría el Jinete del caballo blanco, donde estaría el Espíritu Santo manifestado en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, en el cumplimiento de la Venida del Reino de Dios viniendo en poder y gloria”.

Y cualquier persona podrá decir, como en los tiempos pasados podían decir, veían un profeta y decían: “Ese profeta no tiene ningún poder. Hay un… (vamos a decir) una piedra gigante, ese profeta no la puede levantar, no tiene fuerza suficiente”.

Es que el poder no es el poder de un hombre, es el poder de Dios. Él es el que tiene poder: Dios; no el hombre. Y Él es el que viene con poder y gloria.

Si el hombre hace algo, pues es el hombre; pero si Dios es el que hace, ahí está el poder de Dios. Y el poder de Dios, pues es manifestado cuando quiere manifestarlo (¿quién?) Dios. No es el velo de carne el que tiene poder, sino Dios es el que tiene el poder; y Él es el que obra en la forma en que Él desea.

El velo de carne no tiene ningún poder, por lo tanto, el velo de carne no tiene nada para hacer; solamente dejarse usar de Dios, que es el Poderoso, para que sea el poder de Dios el que esté manifestado en la Tierra.

Así ha sido de edad en edad y de dispensación en dispensación, a través de cada profeta mensajero que Dios ha enviado; y así es para este Día Postrero.

Estamos en la etapa más importante.

¿Y por qué en la etapa más importante y no se ven milagros?

Yo estoy viendo milagros más grandes que los milagros físicos.

Cualquier persona podrá decir: “Yo no veo que los ciegos están siendo sanados”. Dios usó a nuestro hermano Branham y los ciegos fueron sanados; pero hay una sanidad mayor en los ojos espirituales, para poder ver las cosas espirituales; y un milagro en el campo espiritual es mayor que un milagro físico.

Una persona que es ciega y le abren los ojos, pues ve a las demás personas, ve este mundo y ve todas las cosas físicas, cosas visibles; pero si una persona está ciega espiritualmente, y le abren los ojos espirituales, ve el Programa de Dios, ve dónde estamos en el Programa de Dios, y esa es una bendición mayor.

En la República de Haití hay un pastor ciego, y su congregación es también un grupo de ciegos; y sin embargo, esos ciegos ven el Mensaje de Dios correspondiente a este Día Postrero. O sea que esos ciegos están viendo más que millones de gente que, teniendo ojos, no ven lo que Dios está realizando en Su Programa en este Día Postrero.

Así que lo más importante es tener vista espiritual, tener ojos espirituales para ver las cosas que Dios está realizando en este Día Postrero, y tener oídos espirituales para oír las cosas que Dios está hablando en este Día Postrero, las cosas que Él ha prometido para este tiempo final.

Ahora, ¿están viendo o no están viendo los ciegos? Están viendo el Programa de Dios, y están viendo la Venida del Hijo del Hombre en Su Reino; están viendo la Venida del Reino de Dios viniendo en poder y gloria, aun teniendo sus ojos físicos impedidos de visión.

Ahora, hemos llegado al tiempo final, en donde el que tiene oídos para oír (esos son oídos espirituales para oír la Voz de Dios), oiga lo que el Espíritu, Jesucristo en Espíritu Santo, dice a Su Iglesia en este Día Postrero.

Es un Mensaje para todas las iglesias, es un Mensaje para todo el Cuerpo Místico de Cristo, es un Mensaje para el cristianismo completo; porque Él le habla tanto a unos como a otros en cada etapa, en cada edad; y en este tiempo Él le habla a la raza humana completa.

Hemos llegado al tiempo de la Venida del Reino de Dios con poder, y en poder y gloria.

Hemos visto: el misterio del Reino de Dios viniendo en poder y gloria”, como ha sido prometido para este Día Postrero; en donde estarían presentes Moisés, Elías y Jesús; Sus ministerios estarían presentes en este Día Postrero, en la Venida del Reino de Dios en poder y gloria.

“EL MISTERIO DEL REINO DE DIOS VINIENDO EN PODER Y GLORIA”.

Ha sido para mí un privilegio muy grande estar con ustedes en esta noche, dándoles testimonio de: el misterio del Reino de Dios viniendo en poder y gloria”.

Esta bendición, vean ustedes, de ver ese misterio, de comprender ese misterio, sería en la América Latina y el Caribe abierto para todos los hijos e hijas de Dios; porque la etapa en la cual estamos en este Día Postrero en el Cuerpo Místico de Cristo, corresponde a la América Latina y al Caribe.

Así como la etapa de la primera edad corresponde a Asia Menor; la segunda, tercera, cuarta, quinta y sexta edad o etapa corresponden a Europa; y la séptima etapa o edad corresponde a Norteamérica; y la Edad de la Piedra Angular, la edad octava, o representada en el ocho (porque el ocho representa infinito [∞] y eternidad), corresponde a la América Latina y al Caribe.

Así que la América Latina y el Caribe tiene la bendición para el Día Postrero, para ver el misterio del Reino de Dios viniendo en poder y gloria, y así tener un claro entendimiento, una clara revelación, de la Venida del Reino de Dios con poder y gloria, en la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles en el Día Postrero.

Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, en la Venida del Reino de Dios con poder y gloria, sean sobre cada uno de ustedes y sobre mí también; y pronto aparezca hasta el último de los escogidos, y sea juntado, y sean resucitados los muertos en Cristo, y nosotros los que vivimos seamos transformados y tengamos el nuevo cuerpo, y nos vayamos a la Cena de las Bodas del Cordero con nuestro amado Señor Jesucristo.

Pero antes: ¡Que Dios estremezca este mundo como nunca antes lo ha hecho, y como Él lo ha prometido para este Día Postrero! Y todos vean el poder del Hijo del Hombre manifestado en medio de Su Iglesia conforme a como Cristo lo ha prometido por medio de Sus profetas; y sea así estremecido este mundo como nunca antes ha sido estremecido.

Y Dios tenga misericordia de la América Latina y el Caribe, y le permita entrar al glorioso Reino Milenial de Cristo con sus habitantes. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Que Dios les continúe bendiciendo a todos, que Dios les guarde. Y dejo nuevamente con nosotros al reverendo Miguel Bermúdez Marín para continuar y finalizar en esta noche nuestra parte, dándole gracias a Cristo por darnos a conocer EL MISTERIO DEL REINO DE DIOS VINIENDO EN PODER Y GLORIA.

Con nosotros nuevamente Miguel Bermúdez Marín.

Que Dios les continúe bendiciendo a todos, y pasen todos muy buenas noches.

“EL MISTERIO DEL REINO DE DIOS VINIENDO EN PODER Y GLORIA”.

[Revisión junio 2022]

1 Deuteronomio 34:5

2 2 de Reyes 2:11-12

3 Zacarías 4:11-14

4 2 Reyes 2:14-15

5 San Juan 1:29, 1:36

6 San Mateo 6:10

7 Revista LIFE: Publicación del 17 de mayo de 1963. Título del artículo “… And a High Cloud – Ring of Mistery” – https://bit.ly/3ureXyD / Revista CIENCIA (SCIENCE): Publicación del 19 de abril de 1963, volumen 140, número 3564. Autor: James E. McDonald – https://www.science.org/toc/science/140/3564

8 San Lucas 17:21

9 San Juan 3:26-30

10 San Juan 8:12

11 San Juan 14:19

12 San Mateo 11:6

13 San Juan 8:47

14 San Juan 1:31-33

15 San Juan 1:27

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