Muy buenas tardes, amados amigos y hermanos presentes y los que están en otros países. Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.
Muchas felicidades a todos los padres hoy día de los padres; que las bendiciones de Cristo sean sobre todos ustedes, padres, los bendiga grandemente y les ayude para criar a su familia, sus hijos, en la forma correcta y mejor posible. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.
Hoy día de los padres recordamos al Padre principal que es Dios, nuestro Padre celestial, para lo cual leemos en San Mateo, capítulo 6, versos 5 en adelante, recordando a nuestro Padre celestial, el cual es el Padre de toda la creación; dice Jesús en el capítulo 6, verso 5 en adelante de San Mateo:
«Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.
No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.
Vosotros, pues, oraréis así:
Padre nuestro que estás en los cielos,
Santificado sea tu nombre.
Venga tu reino.
Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial;
mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.»
«EL PADRE CELESTIAL.» o sea, nuestro Padre celestial. «EL PADRE CELESTIAL,» ese es nuestro tema para esta ocasión, hoy día de los padres o día del padre.
En este pasaje que hemos leído, Jesús coloca a Dios como nuestro Padre celestial, pues en realidad Él es nuestro Padre, nuestro Padre celestial; porque el Padre es aquel del cual han venido las personas, así como vuestro padre terrenal es aquel que lo engendró a usted, así también nuestro Padre celestial es aquel que nos ha traído a existencia.
Y así como usted físicamente estaba en su padre terrenal, como Leví hijo de Jacob, y Jacob hijo de Isaac, e Isaac hijo de Abraham, aun cuando Abraham no tenía hijos, no tenía a Isaac su hijo por medio de Sara; era solamente una promesa que Dios le había hecho a Abraham, la cual todavía no se había hecho una realidad.
Encontramos que cuando, en el capítulo 14 del Génesis, Abraham obtiene la victoria sobre cinco reyes que habían llegado a Sodoma y habían peleado contra el rey de Sodoma y se habían llevado cautivos a mujeres, personas y niños, de allá de Sodoma, y se habían llevado también las riquezas de Sodoma, y Lot, que vivía en Sodoma con su familia, también se lo habían llevado cautivo, Abraham fue a libertar a Lot, Abraham salió con todos sus siervos y aliados que tenía, los cuales tenían alianza con Abraham, siguieron a esos cinco reyes que se habían llevado cautivos a los de Sodoma, incluyendo a Lot y su familia, y por consiguiente se llevaban también todos sus bienes.
Abraham recibió la victoria de parte de Dios, y libertó no solamente a Lot, sino que también libertó a las personas de Sodoma que habían sido llevados cautivos en esa ocasión, y cuando está en el valle de Save y le aparece Melquisedec a Abraham en el capítulo 14, versos 17 en adelante, dice:
«Cuando volvía de la derrota de Quedorlaomer y de los reyes que con él estaban, salió el rey de Sodoma a recibirlo al valle de Save, que es el Valle del Rey.
Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino;
y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra;
y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo.»
Aquí, cuando es bendecido Abraham por Melquisedec, porque el que es bendecido, es bendecido por el que es mayor que él: por Melquisedec. Ahora veamos lo que nos dice San Pablo en Hebreos, capítulo 7, versos 1 en adelante dice:
«Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo,
a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz;
sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.
Considerad, pues, cuán grande era éste, a quien aun Abraham el patriarca dio diezmos del botín.
Ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es decir, de sus hermanos, aunque éstos también hayan salido de los lomos de Abraham.
Pero aquel cuya genealogía no es contada de entre ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo al que tenía las promesas.
Y sin discusión alguna, el menor es bendecido por el mayor.
Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive.
Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también Leví, que recibe los diezmos;
porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro.»
Y ahora, nos dice que Leví aún estaba en los lomos de su padre, y su padre Jacob no había nacido, y el padre de Jacob, que era Isaac, tampoco había nacido; estaban Isaac, Jacob y Leví, en los lomos de Abraham, porque cuando paga Abraham los diezmos a Melquisedec, dice que Leví ahí está diezmando. Es que en los lomos de un hombre, en los genes del hombre, están sus hijos, sus nietos, sus bisnietos, así por el estilo; como en una semilla, ya sea de aguacate o de algún otro árbol, está el árbol que va a nacer de esa semilla, y no solamente está ahí la vida para producir un árbol, sino que está la vida que pasará a las semillas de ese nuevo árbol para reproducirse en otros árboles, y así por el estilo.
Vean, todo estaba en esta semilla que fue sembrada para reproducirse en muchos árboles, y de las semillas de esos árboles reproducirse en más árboles, y así por el estilo. Así también es la raza humana, así también fue en Abraham. De Abraham y en Abraham estaba la semilla para nacer Isaac y también estaba la semilla en Abraham para nacer Jacob y para nacer Leví, y pasaba de Abraham a Isaac, de Isaac a Jacob, y de Jacob a Leví y demás hijos de Jacob. Eso es conforme a la ley de la reproducción.
Y ahora, encontramos que todos los hijos e hijas de Dios estaban en la mente de Dios, en los genes del pensamiento divino, y por consiguiente son eternos, porque el pensamiento divino es eterno, la mente de Dios es eterna, porque Dios es eterno.
Cada hijo o hija de Dios viene de Dios, por eso pueden orar a Dios diciéndole: «Padre nuestro que estás en los cielos,» no le puede llamar padre una persona a quien no es su padre. Y ahora, Dios, el Padre celestial, ha estado manifestando esos atributos suyos de ser Padre y por eso tiene hijos, de ser Creador y por eso hay una creación; por eso la creación es producto de Dios, Dios es el Padre de toda la creación.
También en los pensamientos divinos estaba el ser Salvador, por eso tenía que surgir un motivo para ese atributo divino ser manifestado como Salvador, algo tenía que perderse para Él manifestar Su atributo de Salvador y redimir lo que se perdería.
También el atributo de Sanador, por lo cual tenía que alguien enfermarse para ese atributo divino de Sanador ser manifestado.
También el atributo de Proveedor, por lo cual tenía que haber necesidad para Dios proveer.
Y así por el estilo todas las necesidades del ser humano tienen un Padre celestial proveedor de lo que el ser humano necesita; necesita salvación, redención, Dios tiene un Redentor; Dios se hizo carne, se hizo hombre en la persona de Jesús, el cual es el cuerpo físico de Dios, donde moró toda la plenitud de Dios para llevar a cabo la Obra de Redención, la Obra de Salvación, y en donde todos los atributos divinos y a través del cual todos los atributos divinos serían manifestados.
Él es nuestro Padre celestial a través del cual son manifestados esos atributos divinos para bendición de todos los hijos e hijas de Dios, los cuales estaban en la mente de Dios eternamente, o sea, que no estamos aquí en la Tierra por mera casualidad, estamos aquí porque estábamos en la mente de Dios eternamente y por consiguiente somos un atributo de Dios, un atributo divino, en la mente, en el pensamiento, de Dios, eternamente.
Hemos venido de Dios y regresamos a Dios, y es una bendición grande saber de dónde hemos venido: de los genes del pensamiento divino, y ahora estamos manifestados en cuerpos humanos para obtener la redención y Vida eterna, ser restaurados a Dios y por consiguiente a la Vida eterna por medio del Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario.
Estábamos y estamos y estaremos eternamente escritos en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero, y por esa causa ninguno se puede perder de estas personas que tienen sus nombres escritos en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero; estas son las personas que escucharían la predicación del Evangelio de Cristo, nacería la fe de Cristo en su alma, creerían, recibirían a Cristo como Salvador, serían bautizados en agua en Su Nombre y Cristo los bautizaría con Espíritu Santo y Fuego y produciría en ellos el nuevo nacimiento, nacerían de nuevo, nacerían en el Reino de Dios, nacerían a la Vida eterna, serían restaurados a la Vida eterna, y entonces vendrían a ser la familia, la descendencia, del segundo Adán, que es Jesucristo nuestro Salvador, con Vida eterna en el Reino de Dios.
Porque cuando hemos nacido en la Tierra en estos cuerpos mortales, hemos nacido a una vida temporal, a una vida con limitaciones, a una vida en el reino de las tinieblas, porque el enemigo de Dios, que es el diablo, al engañar allá a Eva, y Adán salir en favor de Eva, el Reino que le había sido *dado a Adán, lo perdió, cayó en las manos del maligno, y por consiguiente la vida humana cayó desde aquel tiempo en el reino de las tinieblas, y por consiguiente es vida temporal, se recibe por medio del nacimiento a través de un hombre y de una mujer, y luego dura una temporada, y se pierde esa vida terrenal, esa vida física, que recibe la persona.
Pero por medio del segundo Adán se obtiene el nuevo nacimiento en el Reino de Dios, y se obtiene la Vida eterna, obtiene el alma Vida eterna, recibe el Espíritu de Cristo, que es la vida de la Sangre, y queda asegurado en el Reino de Dios para vivir eternamente, y en el Día Postrero recibirá la adopción física, que es la redención del cuerpo, donde obtendrá un cuerpo físico, inmortal e incorruptible y glorificado, como el cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador, un cuerpo eterno del Reino de Dios.
Ya no pertenecerá ese cuerpo al reino de las tinieblas, sino al Reino de Dios, como nuestra alma pertenece al Reino de Dios, y el Espíritu de Cristo en nosotros pertenece al Reino de Dios, así será también con el cuerpo físico, inmortal, incorruptible y glorificado, que hemos de recibir en la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de los que estemos vivos en ese momento en que se efectuará esa transformación de los vivos y la resurrección de los muertos creyentes en Cristo en cuerpos glorificados, porque todo esto estaba en el pensamiento divino de nuestro Padre celestial, el cual siempre hemos recordado, y hoy día de los padres o del padre, lo recordamos como nuestro Padre amoroso que nos ha dado y nos dará las bendiciones del Cielo, las bendiciones de Su Reino celestial.
Es importante saber que un Programa Divino se ha estado llevando a cabo, y en ese Programa Divino estamos todos nosotros, el cual gradualmente vamos comprendiendo a medida que va pasando el tiempo y estamos escuchando la Palabra de Dios contenida en el libro: la Biblia. Veamos este pasaje de Romanos, capítulo 8, versos 14 en adelante, en donde nos dice:
«Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.»
Y ahora, para eso la persona recibe el Espíritu de Dios, el verso 9 dice:
«Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.»
Ahora vean, todos los que tienen el Espíritu de Cristo, son de Cristo, y por consiguiente son hijos e hijas de Dios. Y ahora, continuamos acá, verso 14 lo leemos de nuevo:
«Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.
Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!
(Abba significa: Padre. ¡Abba, Padre!)
El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.
Y si hijos, también herederos
(y si hijos, también herederos); herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados (vamos a ser glorificados juntamente con Cristo).
Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.»
Cuando estemos transformados, adoptados, la gloria que hemos de experimentar en el cuerpo glorificado será tan grande que no se podrá comparar con los sufrimientos por los cuales hemos pasado en esta vida terrenal en medio del reino de las tinieblas:
«Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios (la manifestación de los hijos de Dios en cuerpos glorificados, cuerpos eternos, heredando toda la herencia divina y siendo coherederos con Cristo Señor, o Cristo Jesús Señor nuestro).
Porque la creación fue sujetada a vanidad
(porque la creación fue sujetada a vanidad), no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza;
porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios.
Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora;
y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.»
O sea, esperando nuestra transformación que es la adopción, que es la redención del cuerpo, y así estaremos siempre con el Señor con cuerpos glorificados, cuerpos eternos, iguales al cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador, ahí estaremos en toda su plenitud a imagen y semejanza de Dios, con cuerpos espirituales teofánicos, parecido a nuestro cuerpo físico pero de otra dimensión, de la sexta dimensión, y cuerpos físicos glorificados, igual al cuerpo físico glorificado de Jesucristo nuestro Salvador, que es la semejanza física de Dios, la cual tendremos también todos nosotros: la semejanza física, que será un cuerpo glorificado y eterno, como el cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador.
Y ya estando en esos cuerpos glorificados se habrá terminado todo sufrimiento, toda persecución, toda necesidad humana; ya estaremos en toda su plenitud como hijos e hijas de Dios, a la imagen de Dios (cuerpo angelical) y a la semejanza de Dios (cuerpo glorificado), como el cuerpo glorificado de Cristo, que es la semejanza física de Dios, y cuerpo angelical, que es la imagen de Dios, el Ángel del Pacto, el cuerpo angelical de Dios.
Así también estaremos nosotros con el cuerpo angelical, que es la imagen física o la imagen espiritual de cada creyente en Cristo, igual a la imagen de Dios que es el cuerpo angelical de Dios llamado el Ángel del Pacto.
El Señor Jesucristo dijo, hablando de los creyentes en Él, que «Sus ángeles (o sea, el cuerpo angelical) ven el rostro de mi Padre cada día,» dice Cristo nuestro Salvador, y también dice: «No es la voluntad de mi Padre que se pierda uno de estos pequeñitos;» no es la voluntad de Dios que se pierdan los hijos e hijas de Dios, ellos no se pueden perder, están escritos en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero, estaban eternamente en el pensamiento de Dios como un gene del pensamiento divino, y por eso tenían que ser manifestados en la Tierra en cuerpos físicos para escuchar la predicación del Evangelio de Cristo, recibirlo como Salvador, ser bautizados en agua en Su Nombre y Cristo bautizarlos con Espíritu Santo y Fuego y producir en ellos el nuevo nacimiento; por eso murió Cristo en la Cruz del Calvario: para con Su Sacrificio redimirnos, con Su Sangre limpiarnos de todo pecado.
Por lo cual todo eso ha estado en el Programa Divino, en el programa de nuestro Padre celestial, al cual honramos en este el día del padre, en el cual honramos a nuestro Padre celestial, y también todos los días de nuestra vida lo honramos, lo respetamos, y creemos y obedecemos Su Voz, Su Palabra; el cual, se proveyó de cuerpo físico nacido a través de una virgen, la virgen María, para ponerlo en Sacrificio vivo, en Sacrificio de Expiación por nuestros pecados.
Luego lo resucitó glorificado, y está glorificado sentado en el Cielo, en el Trono de Dios, haciendo intercesión con Su propia Sangre por todos los escritos en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero que de etapa en etapa aparecen en la Tierra en cuerpos mortales para hacer contacto con Cristo y obtener la redención y Vida eterna.
Así le damos gracias a nuestro Padre celestial y también le damos gracias a nuestro Padre celestial por darnos un padre terrenal y una madre terrenal a través de la cual Dios nos ha traído a esta Tierra para pasar una temporada y hacer contacto con Cristo recibiéndole como Salvador para ser redimidos, ser restaurados a Dios y por consiguiente a la Vida eterna.
Hemos visto que todo estaba en el Programa Divino, por lo tanto usted y yo no estamos aquí por casualidad, estaba en el Programa divino aparecer en este tiempo y recibir a Cristo como nuestro único y suficiente Salvador, para ser limpiados, rociados con Su Sangre, ser limpiados de todo pecado y recibir Su Espíritu y ser restaurados a la Vida eterna.
Nuestro futuro está seguro en Dios. Y ahora, el problema del ser humano, que tiene la angustia existencial, desaparece de los creyentes en Cristo, porque esa angustia existencial es por causa de que el ser humano no sabe de dónde vino, no sabe por qué está aquí en la Tierra y no sabe hacia dónde va cuando muere físicamente su cuerpo.
Pero el creyente en Cristo sabe que ha estado eternamente en la mente de Dios y ha venido de Dios, por lo tanto sabe de dónde ha venido, sabe por qué está aquí en la Tierra; sabe que está en la Tierra para ser rociado con la Sangre y ser limpiado de todo pecado y ser restaurado a Dios y por consiguiente a la Vida eterna, y sabe a dónde irá cuando terminen sus días aquí en la Tierra: al Paraíso de Dios, y allí esperar hasta la resurrección en cuerpo eterno. Y si permanece vivo hasta ese momento, pues sabe que será transformado y luego irá con Cristo con todos los demás creyentes que serán glorificados, transformados, irá con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Por lo tanto, no hay angustia existencial, está preparado para terminar sus días en la Tierra cuando Cristo lo llame, o esperar hasta la transformación sin ver muerte, como está prometido en la Escritura, y por consiguiente estará escuchando la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta, que es la Voz de Cristo en el Día Postrero hablándole a Su Iglesia en esta etapa final, hablándole por medio del Evangelio de Cristo, y por consiguiente estará siendo preparado por medio de la Palabra que estará siendo predicada en este tiempo final, en donde estará escuchando o recibiendo la Lluvia Tardía y Temprana.
La Temprana por medio del Evangelio de Cristo, el Evangelio de la Dispensación de la Gracia, el Evangelio de nuestra salvación, bajo el cual caen grandes bendiciones del Cielo, las bendiciones de la Lluvia Temprana. Y bajo la predicación del Evangelio del Reino las lluvias o la Lluvia de bendición del Cielo para todos los creyentes en Cristo, para ser preparados para nuestra transformación.
Así es como se recibe la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, y todo eso viene del Padre celestial, de nuestro Padre celestial, del Padre de las Luces, le llama el Padre de las Luces, Santiago; Santiago en el capítulo 1, verso 7, le llama el Padre de las Luces a nuestro Padre celestial.
Agradecidos a Dios por nuestro padre terrenal y nuestra madre terrenal, y aún más agradecidos por nuestro Padre celestial, le pedimos que bendiga a toda Su familia, Su Iglesia, que es la familia de Dios, la descendencia de Dios, compuesta por todos los creyentes en Cristo nuestro Salvador, sobre la cual Dios ha colocado a Jesucristo como Padre de esa familia; Él es el Padre de familia, de la familia de Dios, de la nueva creación.
Así como Adán es el padre de la familia terrenal mortal, Cristo es el Padre de la familia celestial con Vida eterna, el segundo Adán, que por medio de la segunda Eva, que es Su Iglesia, se ha estado reproduciendo en muchos hijos e hijas de Dios.
Por lo cual le damos gracias a nuestro Padre celestial, es nuestro Padre celestial el que estará escuchando como siempre nuestras oraciones, como lo ha hecho en todo momento, todas nuestras oraciones que elevamos a Él en el Nombre de Jesucristo nuestro Salvador. Cristo dijo: «Todo lo que pidáis al Padre en mi Nombre, yo lo haré, será concedido.»
Así también será en el cumplimiento de la Visión de la Carpa, en donde vendrán grandes bendiciones del Cielo, en donde las grandes bendiciones prometidas para el Día Postrero estarán siendo derramadas por nuestro Padre celestial.
Cuando se cumpla la visión que le fue dada al reverendo William Branham de una Gran Carpa-Catedral, ahí estaremos viendo las bendiciones de nuestro Padre celestial siendo derramadas sobre toda Su familia, Sus hijos, que son los creyentes en Cristo nuestro Salvador, los cuales por la fe en Cristo son hijos de Dios y son hijos de Abraham, la simiente espiritual de Abraham, la simiente celestial de Abraham, que son todos los creyentes en Cristo nuestro Salvador.
Y la simiente terrenal de Abraham, el pueblo hebreo, los cuales tienen una bendición grande prometida para este tiempo final, por lo cual oramos por Israel también. Israel va a ver al Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, en Su manifestación final en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo, en medio de la familia de Dios, los hijos e hijas de Dios, la familia de Dios por medio del segundo Adán.
Ahí es donde Israel va a ver lo que está prometido para el Día Postrero, porque es la familia celestial de Dios compuesta por los creyentes en Cristo que forman la Iglesia del Señor Jesucristo quienes están esperando la Venida del Señor, y los hebreos van a ver, los judíos van a ver, esa manifestación grande de Cristo en medio de Su Iglesia; ellos la van a ver y la van a reconocer. Tan sencillo como eso. Esperemos, porque todo eso está ligado a la Visión de la Carpa, todo eso está ligado al cumplimiento de esa visión que le fue dada al reverendo William Branham.
Por lo tanto, hay grandes bendiciones para ese tiempo en que se esté cumpliendo esa visión. Habrá grandes bendiciones para la familia de Dios, habrá grandes bendiciones para la familia humana, habrá grandes bendiciones para toda la comunidad en ese tiempo, y habrá grandes necesidades en esos días, pero la misericordia de Dios va a estar manifestada en esos días en el cumplimiento de esa visión que le fue dada al reverendo William Branham.
Todos los que han estado trabajando y estarán trabajando en ese proyecto, serán bendecidos grandemente viendo el cumplimiento de esa promesa cuando se haga una realidad. Si ya fue vista por el reverendo William Branham, pues se tiene que materializar, y para que se materialice, pues se tiene que estar hablando acerca de ese tema y se tiene que estar trabajando en ese programa o proyecto divino, y eso será una obra de fe llevada a cabo en el Día Postrero.
Y donde se cumpla esa Visión de la Carpa, pues ese era el sitio en que se tenía que cumplir y en donde se cumplirá todo lo que vio el reverendo William Branham en esa Visión. Por lo tanto, la Iglesia del Señor Jesucristo estará trabajando en ese Programa Divino, y podrá decir como decía Jesús. «En los negocios de mi Padre me conviene estar,» ¿y cómo estaba? Trabajando en ellos.
Por lo tanto, la Iglesia del Señor Jesucristo podrá decir. «En los negocios de mi Padre celestial, en los negocios del Señor Jesucristo, me conviene estar, y me conviene estar trabajando,» o sea, llevando a cabo una obra de fe, la cual será de bendición para todos. Cuando es hablada esa Palabra, se tiene que materializar.
Y ahora, le agradecemos al Padre celestial las bendiciones que nos ha dado, le agradecemos a nuestro Padre celestial el que Él nos tuviera en Su mente desde antes de la fundación del mundo, eternamente, porque los pensamientos divinos son eternos, hemos venido de la eternidad para pasar una temporada aquí y ser restaurados a la eternidad; gracias al Padre celestial, a nuestro Padre celestial.
Él está llamando a todos los que están escritos en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo, por medio de la predicación Evangelio de Cristo, para restaurarlos, colocarlos en la Vida eterna, colocarlos en Su Cuerpo Místico de creyentes, que es Su Iglesia; para lo cual si hay alguna persona que todavía no ha recibido a Cristo como Salvador, lo puede hacer en estos momentos y estaremos orando por usted, para que Cristo le reciba en Su Reino, le perdone y con Su Sangre le limpie de todo pecado, sea bautizado en agua en Su Nombre y Cristo le bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en usted el nuevo nacimiento, y así sea colocado por Cristo en el Reino de Dios, en el Reino de Cristo, con Vida eterna.
Para lo cual pueden pasar acá al frente para que oremos por usted, y en los demás países, en las demás naciones, pueden pasar al frente también para que queden incluidos en la oración que estaremos haciendo dentro de algunos minutos.
Vamos a dar unos minutos mientras, si hay alguna persona que todavía no ha recibido a Cristo como Salvador, y nació la fe de Cristo en estos momentos en su alma, en su corazón, pueda venir a los Pies de Cristo nuestro Salvador en esta ocasión, y los niños de diez años en adelante también pueden venir a los Pies de Cristo nuestro Salvador, si no lo han hecho todavía.
Vamos a estar puestos en pie para orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo en diferentes países. Con nuestras manos levantadas a Cristo, al Cielo, nuestros ojos cerrados, los que han venido a los Pies de Cristo en estos momentos en diferentes lugares, repitan conmigo esta oración:
Padre celestial, Padre nuestro, en el Nombre del Señor Jesucristo vengo a Ti, habiendo escuchado la predicación de Tu Evangelio y habiendo nacido la fe de Cristo en mi alma. Señor, reconozco que no hay otro nombre bajo el Cielo dado a los hombres en que podamos ser salvos, sino en el Nombre del Señor Jesucristo.
Reconozco que soy pecador y necesito un Salvador. Señor, doy testimonio público de mi fe en Ti y en Tu Sacrificio en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por mis pecados, y te recibo como mi único y suficiente Salvador.
Te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado y me bautices con Espíritu Santo y Fuego luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre, y sea producido en mí, el nuevo nacimiento; quiero nacer en Tu Reino, quiero vivir eternamente contigo en Tu Reino. Señor, haz realidad la salvación que ganaste en la Cruz del Calvario para mí, hazla una realidad en mi vida. Sálvame Señor. En Tus manos encomiendo mi alma. En el Nombre del Señor Jesucristo Te lo ruego. Amén y amén.
Los que han venido a los Pies de Cristo en estos momentos me dirán: «Quiero ser bautizado en agua lo más pronto posible en el Nombre del Señor,» porque Él dijo:
«Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.
El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.»
(San Marcos, capítulo 16, versos 15 al 16).
«¿Cuándo me pueden bautizar?» es la pregunta desde lo profundo de vuestro corazón. Por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón, bien pueden ser bautizados, y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento, y nos continuaremos viendo por toda la eternidad en el Reino glorioso de Cristo nuestro Salvador.
El bautismo en agua no quita los pecados, es la Sangre de Cristo la que nos limpia de todo pecado. Cuando la persona recibe a Cristo como Salvador, muere al mundo; y cuando la persona es sumergida en las aguas bautismales, tipológicamente, simbólicamente, está siendo sepultado, y cuando es levantado de las aguas bautismales, está resucitando a una nueva vida, a la Vida eterna con Cristo en Su Reino eterno.
Tan sencillo como eso es el simbolismo del bautismo en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, en el cual nos identificamos con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección, porque estábamos en Cristo eternamente. Por eso Él es el que produce el nuevo nacimiento por medio de Su Espíritu Santo, y por eso es que somos hijos e hijas de Dios por medio del segundo Adán: Jesucristo nuestro Salvador.
Y ahora, pueden identificarse con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección, y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento, y nos continuaremos viendo eternamente en el Reino de Cristo nuestro Salvador.
Y el martes… he sido invitado para estar en la actividad del martes, ¿a qué hora? 8:00, a las 8:00 de la mañana, así que estaré con ustedes en respuesta a la invitación que me hizo el reverendo José Benjamín Pérez para que esté en el comienzo de las labores para la construcción o levantamiento de la Gran Carpa-Catedral en Cayey, Puerto Rico.
También escuché que estaría el reverendo, misionero Miguel Bermúdez Marín, y algunas personas que están en Puerto Rico, ministros también, y luego también… no sé si será transmitido, va a ser transmitido para que en los diferentes países puedan estar viendo el comienzo de las labores para la construcción de la Gran Carpa-Catedral en Puerto Rico.
Así que, las personas e Iglesias que quieran estar conectadas por el satélite, lo pueden hacer, aunque en algunos países será muy temprano para estar conectados, pero luego el domingo lo pueden ver en la transmisión de la grabación, y ahí verán cómo fue todo en esa actividad.
Así que, no sé si la transmitan el martes o la dejen para transmitirla o retransmitirla el domingo en la mañana para todos los países, porque el martes, pues las personas tienen que trabajar, y serán algunas personas que estarán en esa actividad del martes; y en otros países no es bueno que dejen de trabajar ese día, porque el domingo en la mañana pueden ver la transmisión de todo el evento del comienzo de las labores del proyecto de la Gran Carpa-Catedral.
Bueno, siempre hay que buscar la comodidad de las personas para que no pierdan días de trabajo y no tengan que faltar, por consiguiente, al trabajo, no vayan a poner problemas en el trabajo. Así también acá en Puerto Rico, no necesitan dejar de trabajar, pues el domingo ya se estará pasando en la mañana todo lo que ocurrió en esa actividad.
Pero el que quiera estar, es bienvenido también, ¿verdad? Eso fue lo que anunció el reverendo José Benjamín Pérez, y creo que será así: que el que desee estar, puede estar, y el que no pueda o no desee estar, pues que no esté, y así también debe ser o será en todos los países; conforme a lo que puedo ver, que es un día de trabajo y no podrán estar.
Pero no se preocupen, todo será grabado, lo van a grabar, y ahí luego lo veremos lo que sea grabado, ya eso es un anuncio que corresponde al pastor José Benjamín Pérez, el cual dio, y estoy más menos hablando, más o menos de acuerdo a lo que él habló, ahora él lo anunciará nuevamente para los que llegaron tarde a las actividades de hoy domingo.
Bueno, que Dios les continúe bendiciendo y continúen pasando un día de los padres, feliz, cada uno de ustedes presentes y los que están en otras naciones, y que Dios bendiga a los padres grandemente en todas las naciones, y que sean de grande bendición para sus hijos, para toda su familia, para su hogar. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.
Y Dios les continúe bendiciendo a todos, y hasta el próximo domingo, Dios mediante, en que estaremos reunidos escuchando la Palabra de Dios, el Evangelio de Cristo nuestro Salvador. Continúen pasando una tarde feliz, llena de las bendiciones de Cristo, hoy día del padre o día de los padres.
Dios les bendiga y les guarde a todos.
«EL PADRE CELESTIAL.