Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes, y los que están en otras naciones, ministros e iglesias que están conectados con esta transmisión allá en Puerto Rico y en diferentes naciones. Que Cristo les bendiga grandemente, nos abra las Escrituras en esta ocasión y nos abra el entendimiento para comprender. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.
Para esta ocasión leemos en San Marcos, capítulo 1, versos 14 al 15, y dice:
“Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios,
(y) diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio”.
Nuestro tema para esta ocasión es: “EL REINO DE DIOS SE HA ACERCADO”.
Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos de fe con esa Palabra, y aumente también nuestra fe. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.
Hoy, como todos los viernes, es la introducción a la escuela bíblica, al estudio bíblico del próximo domingo. Así que me falta todavía estudiar bastante… estoy en la primera página, así que el domingo continuamos; pero vamos a tener una plática corta de introducción, porque los viernes es la introducción al estudio bíblico de los domingos.
“EL REINO DE DIOS SE HA ACERCADO”.
El Reino celestial, el Reino de Dios, que gobierna toda la Creación, es establecido en el planeta Tierra en el tiempo de Saúl y en el tiempo del rey David. O sea que la representación del Reino de Dios celestial, en la Tierra, es el Reino de David.
Cristo dijo… Puedo hablar de Cristo en el Nuevo Testamento y también en el Antiguo Testamento, porque Cristo es el Ángel del Pacto que le apareció a Moisés en aquella llama de fuego, y le habló para la liberación del pueblo hebreo. Y le dijo que pondría Su Palabra en la boca de Moisés, Él le haría saber lo que tenía que hablarle al pueblo hebreo para la liberación. Y también, ya después de estar libertados, le dijo, en el capítulo 19, verso 5 en adelante [Éxodo]:
“Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.
Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.
Entonces vino Moisés, y llamó a los ancianos del pueblo, y expuso en presencia de ellos todas estas palabras que Jehová le había mandado.
Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: Todo lo que Jehová ha dicho, haremos. Y Moisés refirió a Jehová las palabras del pueblo”.
Una promesa de que sería un Reino de sacerdotes y gente santa; o sea, apartadas para Dios, que vivirían conforme a las leyes divinas que Dios le daría por medio del Ángel del Pacto, que es el Espíritu Santo, y que es Cristo en Su cuerpo angelical. Por eso Cristo podía decir: “Antes que Abraham fuese, Yo soy”. (San Juan, capítulo 8, versos 56 al 58).
Este Reino de Dios en la Tierra encontramos que fue establecido: Dios reinó por medio del profeta Moisés en medio del pueblo, pero estaba en movimiento el pueblo, y Dios con el pueblo reinando a través de Moisés.
Tenía el orden político, tenía el orden judicial, tenía el orden también sacerdotal; por lo tanto, era un pueblo con sus leyes, que nació en el Sinaí, donde recibió la Constitución, que son las tablas de la Ley[1].
Entrarían a la tierra prometida, para ser establecido allí Israel, en la teocracia, con los jueces correspondientes. La etapa de los jueces es la etapa de la teocracia, en donde Dios reinaba por medio de un hombre, un juez.
Luego pasó Israel a otra etapa que pidió, porque vio a los pueblos vecinos que tenían reyes, y ellos querían también tener un rey, un líder que fuera un rey[2]. Eso fue en los tiempos… en el tiempo del profeta Samuel, que vino a ser el último de los jueces que juzgó a Israel y a través del cual Dios estaba reinando sobre Israel, y protegía a Israel; y era un profeta que hablaba con Dios, y Dios le decía lo que tenía que hablarle al pueblo y cómo llevar a cabo aun las guerras.
Luego fue ungido como rey: Saúl, a petición del pueblo, que quería un rey como los demás reyes de las demás naciones; por lo tanto, quería un rey grande y de buena apariencia, y así por el estilo; y Dios le… en Su permisiva voluntad le dio a Saúl[3].
Cuando subió al poder, después hasta desoyó la Voz de Dios a través de Samuel; porque todavía Dios estaba con Samuel, era un tiempo de transición y Dios hablaba por medio de Samuel; el cual llegó a un tiempo en que Samuel decía que si Saúl sabía que iba a ungir a otro rey, podía matar a Samuel[4]; o sea, hasta falta de respeto a Samuel, que era el juez a través del cual Dios reinaba, gobernaba a Israel.
Luego, cuando Samuel ordena a Saúl cómo hacer la guerra, la hace diferente. Deja animales y cosas que Dios había dicho que no dejara nada, y él hizo diferente. Dios lo desechó[5].
Recuerden que no es lo que el ser humano desea lo que agrada a Dios; sino lo que Dios establece por Su Palabra.
Luego Samuel le dice: “Dios tiene otra persona”. Saúl estaba tratando de conseguir quién era esa persona; porque Dios se había escogido a otra persona para ser rey.
El celo y el amor al poder trajo el deseo de matar al que Dios había escogido; cuando debió de decir: “Pues vamos a buscarlo. Yo le entrego el poder a él y me quedo como su ayudante; y me quedo como su suegro”. ¡Qué mejor lugar para jubilarse! Pero no, no quería hacer conforme a la voluntad de Dios.
David era un jovencito pastor de ovejas que amaba a Dios, era el menor de la casa, de la familia de Isaí, era el hijo número ocho; era al que lo tenían haciendo los quehaceres del pastoreo de las ovejas; los otros eran personas más altas que él. Y en tipo y figura, los hijos de Isaí son tipo y figura de los mensajeros de la Iglesia correspondientes a cada etapa de la Iglesia. De lo cual quizás hablaremos el próximo domingo, porque hoy estaremos hablando solamente poco y solamente una introducción. El primero, pues representa a San Pablo.
Ahora, hay promesas grandes en el Reino de Dios. Los judíos siempre son buenos comerciantes, como Jacob o Israel, porque hay una bendición para Israel. Y también para el que bendiga a Israel, el que ayude a Israel, el que ayude a los judíos, tiene una bendición también de parte de Dios; pero el que los maldiga y los trate mal, la retribución es que Dios retornará esa maldición a ellos: “El que te bendiga será bendito, y el que te maldiga será maldito”[6].
Así es también para los que bendigan a los creyentes en Cristo, a los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo, la misma Palabra: El que los bendiga será bendito, y los ayude… Cristo dice que “el que diere un vaso de agua fría a uno de estos Mis pequeñitos, no perderá su recompensa”[7]; y la recompensa es vida eterna; además de cualquier otra bendición terrenal que pueda recibir la persona. Pero con la vida eterna ahí lo cubre todo: futuro eterno, felicidad eterna y todo lo que habrá en la eternidad.
Los judíos, siempre les gusta el comercio; y por consiguiente, la economía; y en la economía, para ellos todo tiene un precio monetario. Cristo enseña que el obrero es digno de su salario[8], y los judíos… Sus discípulos, en una ocasión en que Cristo habla acerca del Reino de Dios, ellos le dicen a Cristo, en el capítulo 19 de San Mateo, versos 27 al 30:
“Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos (o sea, qué van a tener en el Reino de Cristo)?
Y Jesús les dijo: De cierto os digo (o sea: ‘Verdaderamente les estoy diciendo’) que en la regeneración (esto será en el Reino Milenial), cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria (o sea, se siente en el Trono de David)…”.
Las palabras del Ángel Gabriel a la virgen María en San Lucas, capítulo 1, verso 34 en adelante… o un poco antes: Capítulo 1 de San Lucas, verso 30 en adelante, dice:
“Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios.
Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús.
Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;
y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin”.
Cristo es el heredero al Trono de David, Él es el heredero al Reino de David; y es en ese Reino y es de ese Reino que Cristo habla cuando dice: “EL REINO DE DIOS SE HA ACERCADO”.
Y ahora, continuando en San Mateo, capítulo 19, leo de nuevo el verso 28:
“Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel”.
La promesa de doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel: los apóstoles tienen esa bendición prometida de parte de Cristo. Y los mensajeros de las diferentes edades de la Iglesia entre los gentiles, tienen también una bendición de presentar a Cristo el grupo de su edad; y serán príncipes también. Porque la Iglesia del Señor Jesucristo bajo el Nuevo Pacto es la Iglesia del Nuevo Pacto, el pueblo del Nuevo Pacto, que fue representada o tipificada en la Iglesia del Antiguo Pacto, que es Israel.
Por eso, así como Israel tenía un cordero pascual, la Iglesia tiene un Cordero Pascual, que es Jesucristo: “Porque nuestra Pascua, la cual es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros”. (Primera de Corintios, capítulo 5, verso 7).
Ahora, en ese Reino habrá posiciones bien importantes para los líderes, los apóstoles, para ser los que juzgarán a las doce tribus de Israel.
Recuerden que siempre tenían doce príncipes, uno para cada tribu. Josué era el príncipe para la tribu de Efraín, y Caleb era el príncipe de la tribu de Judá; y ellos fueron los que entraron a la tierra prometida con los otros diez príncipes; pero fue Josué y Caleb los que hablaron positivamente, los que dieron informe positivo[9].
Y ahora, el Reino Mesiánico será un Reino teocrático. Ahí tienen los jueces que juzgarán a las tribus de Israel, son príncipes. En San Lucas también se habla de ellos: en el capítulo 18, versos 28 al 30, dice:
“Entonces Pedro dijo: He aquí, nosotros hemos dejado nuestras posesiones y te hemos seguido.
Y él les dijo: De cierto os digo, que no hay nadie que haya dejado casa, o padres, o hermanos, o mujer, o hijos, por el reino de Dios,
que no haya de recibir mucho más en este tiempo, y en el siglo venidero la vida eterna”.
O sea que la bendición es grande para los líderes, y también para todos los creyentes, porque cada creyente pertenecerá al grupo del mensajero de su edad.
El Reino de Dios, cuando Cristo estuvo aquí en la Tierra en carne humana, dice que estaba cerca; y vino predicando el Evangelio del Reino, el Evangelio de ese Reino que estaba cerca. Ahí comenzó a predicarlo y ahí tenían al Rey; el trono estaba en Israel, la capital estaba en Israel también —Jerusalén—, y el Rey estaba allí presente; pero Él tenía que llevar a cabo la Obra de Redención.
Por eso fueron cegados los judíos, para que no lo reconocieran; y los que lo reconocían, entonces entrarían a una nueva dispensación más adelante, del Día de Pentecostés en adelante, para formar la Iglesia del Señor Jesucristo, para ser parte de la Iglesia del Señor Jesucristo.
La Iglesia comenzó con judíos, con hebreos; y para el Día Postrero la Iglesia terminará de completarse, y luego Dios comenzará a tratar nuevamente con los judíos. O sea que la conexión de los judíos con los gentiles, allá en el tiempo de los apóstoles: los judíos trajeron el Evangelio a los gentiles por medio de San Pedro a la casa del militar romano[10], y por medio de San Pablo a los gentiles en Asia Menor. Dos hombres, dos grandes apóstoles; los dos apóstoles principales de la Iglesia del Señor Jesucristo del comienzo.
Y como San Pedro y San Pablo trajeron el Evangelio a los gentiles, los gentiles lo llevarán de regreso a los judíos. Así dice el reverendo William Branham en el libro de Las Siete Edades de la Iglesia; en la página 30 dice:
“109. Ahora, ¿cuándo volverá el Evangelio a los judíos? Cuando se haya terminado el día de los gentiles. El Evangelio está listo para volver a los judíos. Oh, si tan solo les podría decir algo que está a punto de suceder hoy, en este nuestro día. Esta gran cosa que va a suceder atravesará hasta Apocalipsis 11; y aquellos dos testigos, aquellos dos profetas, Moisés y Elías, trayendo el Evangelio de nuevo a los judíos”.
O sea que San Pedro y San Pablo son tipo y figura de Moisés y Elías, de los Dos Olivos, que llevarán de regreso el Evangelio a los judíos. Por lo cual van a estar esos ministerios de los Olivos en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo en el Día Postrero, en el Lugar Santísimo de ese Templo espiritual que es la Iglesia del Señor Jesucristo.
El Lugar Santísimo corresponde…, o la Edad de la Piedra Angular corresponde al Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo. Ahí es donde aparecerán los Dos Ungidos. Para poder llevar el Evangelio a los judíos, pues tienen que conocerlo.
“[109]. Estamos listos. Todo está en orden. Igual como los judíos trajeron el Evangelio a los gentiles, así también los gentiles se lo llevarán de vuelta a los judíos, y el Rapto sucederá”.
O sea que algo grande se está preparando de parte de Dios. Y eso sucederá en el cumplimiento de la Visión de la Carpa: cuando vean al Ángel del Pacto viniendo a Su Iglesia en la manifestación de lo que el reverendo William Branham le llama la Tercera Etapa, que será en una Gran Carpa Catedral, que tendrá un cuartito pequeño de madera, y allí va a llegar el mismo Ángel del Pacto que le apareció a Moisés en aquella zarza que ardía y no se consumía[11].
O sea que la Iglesia del Señor Jesucristo para este tiempo final tiene una promesa muy grande, una promesa de una Visita Divina: la Visita del Señor, para tener la manifestación más grande que haya tenido Cristo en medio de Su Iglesia, una manifestación en toda Su plenitud. Recuerden que Él viene con el Librito abierto para reclamar todo lo que Él ha redimido con Su Sangre preciosa[12].
El domingo próximo en el estudio bíblico tendremos más información sobre todo esto que está por acontecer en medio del cristianismo y luego en medio de los judíos.
Cuando veamos en medio de la Iglesia los ministerios de los Dos Olivos y la manifestación de Cristo moviéndose, del Espíritu Santo moviéndose en medio de Su Iglesia, recuerden: “EL REINO DE DIOS ESTÁ CERCA”.
Y el Reino de Dios, que comenzará físicamente después de la gran tribulación, entonces estará más cerca la gran tribulación; y si la Iglesia se va antes de la gran tribulación, entonces está más cerca nuestra transformación.
“EL REINO DE DIOS ESTÁ CERCA”. Ese ha sido nuestro tema para esta ocasión, de introducción al estudio bíblico del próximo domingo en la mañana, Dios mediante.
Mañana estaré en la reunión de ministros y colaboradores con ustedes aquí, la cual (hasta donde entiendo) está abierta para todos los que quieran venir; porque todos… ¿Cuántos son colaboradores en la Obra? Todos son colaboradores.
Por lo tanto, les veré mañana, Dios mediante, desde la mañana; desde la mañana estaré aquí con ustedes y les hablaré a la hora correspondiente, cuando me toque mi parte. Y no sabemos si hacemos una ampliación del tema de hoy, algunas cositas, para ir preparándonos para el domingo próximo.
Oren mucho por la actividad del domingo, porque pueden salir muchas cosas muy importantes que todos queremos saber; porque si tenemos las promesas, esas promesas van a cumplirse.
Es como… Yo estuve viendo en estos días, cuando pasaban los documentales con proyectores, se veían las imágenes y las letras, pero cuando alguien pasaba frente entonces se veían esas letras en las personas; y eso es lo importante en cada edad: Ver lo que está escrito: verlo escrito, manifestado, en los instrumentos que Él tenga para cada edad. Tan sencillo como eso.
Como pasó el día que Jesús en el templo o sinagoga leyó Isaías, capítulo 61, y dijo que había sido ungido para predicar el año de la buena voluntad de Jehová, y ahí se detuvo. Algunos vieron y Él mismo les dijo: “Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”[13]. Esas palabras estaban escritas en Él, en Él estaban cumpliéndose; o sea, la Palabra, la Palabra se hizo carne; estaba hecha carne esa Palabra. Así será en este tiempo final: en la Visión de la Carpa y su cumplimiento vamos a ver todo eso siendo cumplido.
El domingo próximo espero que Dios nos abra más las Escrituras, las promesas, que hay para nosotros para este tiempo final.
Recuerden que el ciclo de la Iglesia se cierra en el cumplimiento de la Visión de una Gran Carpa Catedral, con la manifestación de Cristo en toda Su plenitud obrando; así será que Dios hará en este tiempo final.
Ha sido para mí una bendición y un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de nuestro tema de esta… de nuestro tema del domingo próximo, pero que hoy tenemos la introducción a este tema: “EL REINO DE DIOS SE HA ACERCADO”.
Recordemos que es en la Edad de Piedra Angular que se acerca el Reino de Dios.
Que Dios me los bendiga a todos, les guarde, les fortalezca, y la fe aumente cada día más y más, hasta que tengamos la fe perfecta, la fe de rapto; porque queremos ser transformados pronto e irnos de aquí antes que comience la gran tribulación.
Que Dios les bendiga y les guarde; y continúen pasando una noche feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador.
Que Dios les bendiga y les guarde a todos.
“EL REINO DE DIOS SE HA ACERCADO”.
[Revisión febrero 2024]
[1] Éxodo 34:27-28
[2] 1 Samuel 8:1-22
[3] 1 Samuel 10:1-24
[4] 1 Samuel 16:1-2
[5] 1 Samuel 15:1-26
[6] Génesis 12:2-3, Números 24:9
[7] San Mateo 10:42
[8] Mt. 10:10, Lc. 10:7, 1 Tim. 5:18
[9] Números 14:6-9
[10] Hechos 10:1-35
[11] Éxodo 3:1-5
[12] Apocalipsis 10:1-3
[13] San Lucas 4:16-21