Muy buenas noches, amados hermanos y amigos presentes aquí en Centenario, Bogotá, Colombia, y también los que están a través de la línea telefónica e internet.
Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, sean sobre cada uno de ustedes y sobre mí también, y nos hable en esta noche Su Palabra y nos permita entenderla. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.
Leemos en Apocalipsis, capítulo 8, verso 1 donde dice:
“Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora”.
“EL SÉPTIMO SELLO A TRAVÉS DE LA ESCRITURA”, ese es nuestro tema para esta ocasión.
Dice el precursor de la Segunda Venida de Cristo, el reverendo William Branham de Norteamérica, en el libro de Los Sellos en español, pagina 448, dice de la siguiente manera:
“48. Entonces el octavo capítulo solamente revela la escena del Séptimo Sello (o sea, lo cual hemos leído), y aparte de la escena no hay otra cosa revelada; y esto no tiene nada que ver con el capítulo 7. La revelación del Séptimo Sello es completamente sin palabras, y si tuviera el tiempo (quiero ver algunos ejemplos) les podría mostrar cómo es que desde allá, desde el Génesis, este Séptimo Sello viene siendo anunciado (¿Desde dónde? Desde el Génesis). Estos Sellos aparecieron desde el principio. ¿Se acuerdan cómo vimos las cosas esta mañana? Y ahora fíjense bien cómo presentamos esto, y hallaremos que al llegar al Séptimo Sello allí termina.
49. Jesucristo mismo estaba hablando del tiempo del fin, y cuando llegó a esto, habló de los seis Sellos, pero no dijo nada tocante al séptimo. Allí lo tienen. Es una cosa muy tremenda.
50. Ahora queremos hablar por un rato acerca de este séptimo capítulo para formar una brecha entre el Sexto y Séptimo Sello, porque es todo el material que tenemos.
51. Entre el Sexto y Séptimo Sello tenemos el llamamiento de Israel”.
Ahora vean cómo nuestro hermano Branham, precursor de la Segunda Venida de Cristo, nos dice que desde el Génesis este Séptimo Sello está siendo mostrado, siendo anunciado; esto es así porque el Séptimo Sello es la Segunda Venida de Cristo.
Y en todos los lugares del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento donde anuncia proféticamente o anuncia en forma de símbolo la Segunda Venida de Cristo, que es un anuncio profético, aunque sea en forma simbólica está con ese anuncio mostrando, anunciando el Séptimo Sello, porque el misterio del Séptimo Sello es la Segunda Venida de Cristo.
Esta noche daremos un vistazo por diferentes lugares del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento donde es mostrado o es anunciado el Séptimo Sello.
Por ejemplo, tenemos a Abel, que representa la Venida del Señor, la Primera Venida de Cristo, el cual, así como el Mesías moriría en Su Primera Venida Abel murió allá en el principio.
Pero miren ustedes cómo Dios restauró simiente a Adán cuando le dio otro hijo llamado Set; ahí tenemos, en Set, la Segunda Venida de Cristo; y también en Set se cumple la Primera Venida de Cristo cuando Cristo resucitó y apareció de nuevo, pues allí estamos viendo al Señor restaurado nuevamente; pues cuando murió Abel y luego más adelante nació Set, allí podemos ver la restauración de la familia o simiente de Adán.
Ahora, podemos ver también en otros profetas la Segunda Venida de Cristo reflejada, anunciada; pues Cristo cuando habló de la Venida del Hijo del Hombre para el Día Postrero dijo que sería como en los días ¿de quién? De Noé, donde hubo un profeta dispensacional, con un Mensaje dispensacional, allí podemos ver que en Noé se está reflejando la Segunda Venida de Cristo.
Podemos ver que el pueblo hebreo creerá también en la Segunda Venida de Cristo, así como la familia de Noé creyó en Noé y su Mensaje.
El diluvio representa la gran tribulación que vendrá para la destrucción de muchas naciones y millones de seres humanos, como en el tiempo de Noé. Por cuanto Dios dijo que no destruiría más la raza humana con agua y colocó su arco como pacto entre Dios y la raza humana, y entre Dios y el planeta tierra, toda destrucción para la humanidad tiene que venir entonces por fuego; y por eso es que el profeta Malaquías dice [4:1]:
“… he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama”.
Vean cómo está profetizado por Jesucristo que será como en los días de Noé; por lo tanto, tiene que estar en la Tierra el Hijo del Hombre en el tiempo final antes de la destrucción, de la gran tribulación que vendrá sobre la raza humana.
También dice que será como en los días ¿de quién? De Lot; y en los días de Lot hubo un profeta mensajero llamado Abraham, el cual tenía el Mensaje de Dios para aquel tiempo y tenía el Mensaje correspondiente a aquel tiempo, el Mensaje de la Promesa, y estaba viviendo como el mensajero de la Dispensación de la Promesa; allí encontramos que está reflejada la Segunda Venida de Cristo para el tiempo final, la Venida del Hijo del Hombre.
Para aquel tiempo también apareció Elohim, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, velado en aquel cuerpo a través del cual se presentó a Abraham y comió con Abraham; y con Él estaban también Sus Arcángeles Gabriel y Miguel haciéndose visibles a Abraham y comiendo también con Abraham.
Y como fue en aquellos días de Lot… en donde encontramos a Dios con Sus Arcángeles visitando a Abraham; y luego descendieron los Arcángeles en la tarde a Sodoma; y luego se quedó Dios con Abraham, hablando un rato más acerca de la destrucción que vendría sobre Sodoma y Gomorra.
Y no hubo misericordia de parte de Dios para Sodoma y Gomorra, pues Dios dijo a Abraham que, si hallaba en Sodoma y Gomorra 50 justos, no la destruiría por amor a esos 50 justos; si hallaba 45, tampoco; si hallaba 40, tampoco; si hallaba 30, tampoco; si hallaba 20, tampoco; y si hallaba 10, tampoco la destruía; pero no se hallaron esos 10 como mínimo para evitar la destrucción de Sodoma y de Gomorra.
Y ahora, vean ustedes, dónde estaba Abraham Dios no dijo que vendría el juicio, Dios no dijo que destruiría ese lugar donde estaba Abraham, pero donde estaba Lot sí sería un lugar donde el juicio divino caería.
Eso es muy importante saberlo porque, vean ustedes, por cuanto no hubo ni 10 justos donde estaba Lot, aquellos lugares tenían que ser destruidos; pero donde estaba Abraham sí había más de 10 justos: estaba Abraham con su familia y sus siervos, y todas esas personas servían a Dios conforme al Mensaje de Abraham, y eran temerosos al Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob; miren, el siervo de Abraham con otros siervos fueron los que le prepararon aquel becerro tierno a Dios.
Ahora, podemos ver que esas personas vieron a Dios con Sus Arcángeles en forma visible comiendo con Abraham. Ahora, en Sodoma y Gomorra encontramos que le apareció ya en la tardecita Gabriel y Miguel, y luego más adelante fue Dios a Sodoma y Gomorra.
Y luego, vean ustedes, Lot llevó a los Arcángeles a su casa, les preparó comida, ellos comieron también con Lot; pero vean todo el problema que surgió allá en contra de Lot: las personas de aquella ciudad se levantaron en contra de Lot y querían hacerle daño a aquellos Arcángeles; pero vean ustedes, los Arcángeles le dijeron a Lot: “Saca fuera de la ciudad todo lo que tú tienes: familias, hijos, yernos y todo, todos tus familiares”. Y miren, cuando Lot le dijo a los novios o prometidos de sus dos hijas que salieran de Sodoma y Gomorra porque Dios iba a destruir ese lugar, ellos se reían pensando que era algo inventado por Lot, no pensaban que era cierto lo que Lot decía.
Los Arcángeles tomaron a Lot (por el cual Abraham había intercedido delante de Dios) y lo sacaron fuera, y le decían que se apurara; pero se estaban deteniendo mucho, tenían muchos intereses allí, eran personas ricas y quizás se querían llevar todo lo que tenían; pero en un momento como ese no hay nada que uno pueda llevarse sino la ropa que tiene puesta y salir corriendo para escapar por su vida porque iba a ser destruida esa tierra.
Y ya amaneciendo, o sea, rayando el alba, los Arcángeles tomaron a Lot y a su familia por las manos y los sacaron; o sea que salieron a la fuerza; no se querían ir, dando tiempo y dando tiempo, y la destrucción ya estaba encima y los Arcángeles ya estaban allí, y le dicen: “Dios nos ha enviado para destruir esta ciudad y estos territorios”.
Los Ejércitos del Arcángel Gabriel y del Arcángel Miguel también estaban, aunque no estaban siendo vistos, pero ahí estaban los Arcángeles con Sus Ejércitos para ese momento de destrucción de Sodoma y de Gomorra.
Sacaron fuera a Lot y a su familia, les dijeron: “¡Escapa lejos!”, y le dijeron a dónde; y Lot les dijo… les pidió permiso para ir a un monte que estaba cerca o a una ciudad que estaba cerca; pero ellos les decían: “Escapa al monte”, el monte estaba más lejos; pero él dijo: “Permitan que yo vaya con mi familia a esta ciudad que está cerca, es pequeña, no destruyan esta ciudad”. Y entonces la petición de Lot fue escuchada por Dios, y los Arcángeles le dijeron que habían recibido respuesta de parte de Dios y no sería destruida esa ciudad, vean ustedes, por amor ¿a quién? A Lot y su familia.
Y escapó a esa ciudad, y la destrucción de Sodoma y Gomorra vino. Y cuando Lot estaba escapando, o sea, saliendo con su familia a la carrera, cuando ya los Ángeles lo dejaron comenzó la destrucción de Sodoma y Gomorra; una destrucción, vamos a decir, una destrucción atómica: fuego y azufre cayendo del cielo; y alguien pues estaba echando para abajo ese fuego y azufre.
Y vean ustedes cómo, cuando estaba amaneciendo, Sodoma y Gomorra estaba siendo destruida. Un nuevo amanecer de un día muy especial de juicio divino para Sodoma y Gomorra.
Abraham por la mañana miró hacia Sodoma y Gomorra y se veía humo como de un horno, que subía de Sodoma y Gomorra; y Lot, vean ustedes, en su carrera iba con mucho miedo y su familia también, pero la esposa de Lot se puso a mirar hacia atrás y se convirtió en una estatua de sal, dice la escritura, y allí se tuvo que quedar. ¿Quién va a cargar con una estatua de sal?
Ahora, vean ustedes, Lot llegando a esa ciudad que pidió para escapar, cuando llegó a ella le estaba saliendo el sol. Eso está en el Génesis, por ahí en el capítulo 18 al 19; dice, vamos a leer la historia, un poquito de ella, verso 20 en adelante, dice:
“He aquí ahora esta ciudad está cerca para huir allá, la cual es pequeña; dejadme escapar ahora allá (¿no es ella pequeña?), y salvaré mi vida.
Y le respondió: He aquí he recibido también tu súplica sobre esto, y no destruiré la ciudad de que has hablado.
Date prisa, escápate allá; porque nada podré hacer hasta que hayas llegado allí. Por eso fue llamado el nombre de la ciudad, Zoar.
El sol salía sobre la tierra, cuando Lot llegó a Zoar.
Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos;
Y destruyó las ciudades, y toda aquella llanura, con todos los moradores de aquellas ciudades, y el fruto de la tierra.
Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal.
Y subió Abraham por la mañana al lugar donde había estado delante de Jehová.
Y miró hacia Sodoma y Gomorra, y hacia toda la tierra de aquella llanura miró; y he aquí que el humo subía de la tierra como el humo de un horno.
Así, cuando destruyó Dios las ciudades de la llanura, Dios se acordó de Abraham, y envió fuera a Lot de en medio de la destrucción, al asolar las ciudades donde Lot estaba.
Pero Lot subió de Zoar y moró en el monte, y sus dos hijas con él; porque tuvo miedo de quedarse en Zoar, y habitó en una cueva él y sus dos hijas”.
Vean, de todos modos después se fue al monte, a donde los Arcángeles le habían dicho que se fuera, porque tuvo miedo de quedarse en Zoar. Ustedes saben, el humo y la contaminación de aquella destrucción pudo o podía llegar hasta ese lugar de Zoar, o pudo pensar que de un momento a otro también Zoar sería destruida, y se fue al monte donde los Arcángeles le habían dicho que era un lugar seguro.
Estamos viviendo en un tiempo muy importante, en donde los juicios divinos caerán en este tiempo como cayeron en el tiempo de Sodoma y Gomorra, en el tiempo en que vivió Abraham con su familia y Lot con su familia; y también estamos viviendo en un tiempo como el de Moisés, en donde Dios destruyó a Egipto, destruyó al Faraón con su ejército y libertó al pueblo hebreo.
Por eso también en el profeta Moisés, que es el quinto profeta dispensacional para la quinta dispensación, la Dispensación de la Ley, que vino después de la Dispensación de la Promesa de la cual Abraham era el profeta mensajero, ahora Moisés, en Moisés está representada la Segunda Venida de Cristo también. Como también en Moisés y en estos profetas se han representado o se han reflejado tanto la Primera Venida como la Segunda Venida de Cristo.
Ahora, Moisés hablando los juicios divinos sobre el Faraón y su reino, esto refleja la Segunda Venida de Cristo y los juicios divinos correspondientes a la Segunda Venida de Cristo, porque Él viene como el León de la tribu de Judá, como Rey de Reyes y Señor de Señores en Su Obra de Reclamo.
Y Apocalipsis, capítulo 19, verso 11 al 21, habla acerca de Su Venida como el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis, capítulo 19.
Encontramos que también en otros profetas, como Josué llevando al pueblo a la tierra prometida, eso habla de la Primera Venida de Cristo: llevando el pueblo a la tierra prometida del bautismo del Espíritu Santo, y de la Segunda Venida de Cristo llevando al pueblo a la tierra prometida de la plenitud del Espíritu Santo, en donde obtendremos la herencia de la tierra prometida del nuevo cuerpo y de la tierra prometida del glorioso Reino Milenial.
Porque nuestro Josué es el Espíritu Santo; y el Espíritu Santo viniendo en el Día Postrero, en el cumplimiento de la Segunda Venida de Cristo… Porque ¿qué fue la Primera Venida de Cristo? Fue la Venida del Espíritu Santo, del Ángel del Pacto en carne humana; y en Apocalipsis, capítulo 19, verso 11 al 21, es la Venida del Verbo nuevamente. “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios y el Verbo era Dios. Por Él fueron hechas todas las cosas (o sea, creadas todas las cosas), y sin Él nada de lo que ha sido hecho fue hecho”.
Ahora vean que Él, el Verbo, no solamente era con Dios, sino que era Dios. “Este era en el principio con Dios”. Y también dice… Eso está en San Juan, capítulo 1, verso 1 en adelante, al 4. Y también en el capítulo 1, verso 14, de San Juan, dice: “Y aquel Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros”.
Ahora, el Verbo es el Ángel del Pacto, al Ángel de Jehová, es el mismo Dios en Su cuerpo teofánico. Y Dios en Su cuerpo teofánico encontramos que es el Ángel de Jehová. Él es el Espíritu Santo que aparece en diferentes ocasiones en la forma de un hombre, de un ángel de la sexta dimensión. Él es el varón vestido de lino fino con el tintero en su mano, de la profecía de Ezequiel. Y Él es también aquel varón que estaba sobre las aguas del río del libro de Daniel, capítulo 12, y también de otros pasajes del libro de Daniel.
Y a un lado del río y al otro lado del río, encontramos a Gabriel en un lado y al Arcángel Miguel en el otro lado; por eso el que estaba sobre las aguas del río clamó, o sea, habló con una voz fuerte, y gritó: “Gabriel, enséñale a este (a Daniel) la visión”. O sea, que le diera a conocer al profeta Daniel esa visión.
Ahora, podemos ver que la Primera Venida de Cristo fue la Venida de ese Ángel que estaba sobre las aguas del río, que es el Espíritu Santo, que es el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, el cual es el mismo Dios con Su cuerpo teofánico.
Y ahora podemos ver cómo, siendo la Primera Venida de Cristo la venida del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, que es el Verbo, la Palabra, que se hizo carne y habitó entre los seres humanos en aquel cuerpo llamado Jesús, para el Día Postrero tenemos la promesa de la Venida del Verbo, del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, del Espíritu Santo manifestado en medio de Su Iglesia.
Y ahora, ¿en qué velo de carne vendrá esa manifestación? Porque esa es la manifestación del Séptimo Sello.
¿Usará el mismo velo de carne que usó en Su Primera Venida, el cual resucitó y fue glorificado y se sentó a la diestra de Dios?, ¿o usará otro velo de carne de alguno de los hijos de Dios redimidos, que estarán viviendo en el Día Postrero? Esa es una buena pregunta que todos tienen en su mente y en su corazón.
Si viene con el mismo velo de carne que vino dos mil años atrás y ya glorificado, ¿en qué idioma le habló a Sus discípulos? Pues en el idioma que ellos sabían. Y la pregunta para todos los seres humanos que viven en este tiempo entre los gentiles: ¿Saben ustedes hablar el idioma que Jesús hablaba dos mil años atrás? Si viene en ese mismo cuerpo, lamentablemente no van a entender lo que Él estará diciendo.
¿O vendrá Jesucristo en Espíritu Santo manifestado en otro velo de carne del tiempo presente hablando el idioma nuestro? Pues si viene así, pues lo vamos a entender, vamos a entender lo que nos hable; y lo que nos estará hablando serán las cosas que deben suceder en este tiempo final, porque Él dijo: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de suceder después de estas”.
Recuerden que la Venida del Ángel del Pacto para el tiempo final es la Venida del Verbo que se hizo carme dos mil años atrás en aquel velo de carne llamado Jesús; y se volverá a hacer carne en este tiempo final el Verbo que era con Dios y era Dios; y estará manifestado en Su Iglesia y preparará a Su Iglesia para ser transformada y raptada en este tiempo final.
Él viene con esa Gran Voz de Trompeta, Él viene con esa Trompeta de Dios, como dice el profeta y apóstol San Pablo en Primera de Tesalonicenses, capítulo 4, versos 13 en adelante; y leemos ese pasaje que es muy importante para nosotros:
“Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.
Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.
Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron”.
O sea, no seremos delanteros, no vamos a ser transformados primero e irnos sin ellos resucitar primero en cuerpos eternos; o sea, no vamos a obtener nuestra transformación y rapto antes de los muertos en Cristo resucitar, tienen ellos que resucitar primero.
“Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”.
Vean, después que los muertos en Cristo resuciten y nosotros seamos transformados y seamos raptados, entonces es que vamos a ver a Jesucristo con el cuerpo glorificado que Él tuvo y resucitó dos mil años atrás; pero antes de eso estaremos viendo al Espíritu Santo, que es Jesucristo en Espíritu Santo, manifestado primeramente por medio de los apóstoles allá dos mil años atrás, después por medio de los siete ángeles mensajeros: el primero San Pablo, el segundo Ireneo, el tercero Martin, el cuarto Colombo, el quinto Lutero, el sexto Wesley y el séptimo el reverendo William Marrion Branham; y después de eso, en el Ángel del Señor Jesucristo. Y por medio de Su Ángel Mensajero es que Él dice que nos dará a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.
Porque en ese Ángel Mensajero estará Jesucristo en Espíritu Santo manifestado en el Día Postrero dándonos el Mensaje de Día Postrero, el Mensaje de la Dispensación del Reino, que es el Mensaje del Evangelio del Reino. Y con ese Mensaje nos abre los misterios divinos que corresponden a este tiempo final, y así nos abre el misterio del Séptimo Sello, el misterio de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de Reyes y Señor de Señores en Su Obra de Reclamo.
Por eso es que el séptimo ángel mensajero, el reverendo William Marrion Branham, pudo predicar acerca de seis sellos; y él dijo: “Han sido abiertos seis sellos pero el Séptimo Sello no ha sido abierto todavía”. ¿Y para cuándo él dijo que sería abierto el Séptimo Sello? Vamos a ver para cuándo él dijo que el Séptimo Sello sería abierto: vamos a ver en el libro de Los Sellos en español, página 482 y 483, dice:
“197. Ahora, en la Obra completa tenemos, por la gracia de Dios, todos los misterios de los seis Sellos que habían sido sellados, y sabemos y entendemos que el Séptimo Sello no será dado a conocer al público.
198. En la hora de Su Venida, cuando acontecerá la destrucción de la Tierra, ustedes saben, cuando le hicieron la pregunta en cuanto a cuándo sería la señal de Su Venida y del fin del mundo, en Mateo 24. Él les contestó eso y les habló de Israel estando de nuevo en su país, en el versículo 31; pero luego se fue a las parábolas:
‘De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama se enternece, y las hojas brotan, sabéis que el verano está cerca’.
Mateo 24:32-33”
¿En qué tiempo es que se lleva a cabo la cosecha, la siega? En el tiempo del verano. Si cuando esas señales y la señal de Israel (que es su retorno a su tierra, a la tierra de Israel), Él dijo: “Cuando vean a la higuera (que es Israel) y vean que sus ramas se enternecen y sus hojas brotan, sabéis que el verano está cerca”.
Hemos visto a Israel, la higuera, enternecida y brotando sus hojas, y ya está como una nación libre y soberana; y en este año 1998 se cumplen 50 años desde el 1948 en adelante, desde que fue reconocida por las Naciones Unidas; aunque en el 46 fue que ella se estableció como nación, pero su reconocimiento por las Naciones Unidas y por la humanidad fue en el 1948. Y ahora se cumplen 50 años, y 50 es jubileo, 50 es pentecostés, o sea que la nación hebrea está en Pentecostés, ¡la higuera ha brotado y ahora se encuentra en Pentecostés!, que es 50, en el año número 50, desde el 1948 en adelante.
Y ahora, vean, Cristo dijo: “Cuando ustedes vean eso, el verano está cerca”. Y si el verano está cerca, ¿está cerca qué? La cosecha de la parábola de Jesucristo, de la cual Él habló diciendo que dejaran todo, el trigo y la cizaña juntos, hasta el tiempo final o hasta el tiempo de la cosecha, hasta el tiempo de la siega, y Él dijo que la siega es el fin ¿de qué? Del mundo, y es el fin del siglo.
Y ahora vean ustedes, conforme al calendario gentil nos encontramos en el fin del siglo XX, e Israel, la higuera, en su tierra, con sus hojas que ya han brotado y está esperando la Venida del Mesías.
En Israel, encontramos el alma de los que allí habitan revolucionada, esperando el cumplimiento en medio del pueblo hebreo de la Venida del Mesías, del Rey de Israel, para que se siente en el Trono de David y se siente en medio del pueblo hebreo y sobre todas las naciones.
Así que Israel se está preparando para el gran evento, y en el mundo entero los hebreos están esperando la Venida del Mesías; y todos ellos dicen y saben que la Venida del Mesías ¿será qué? La venida de un hombre en el cual Dios se estará manifestando y será un profeta.
Ahora, ¿qué está esperando el pueblo hebreo? Pues un hombre, un profeta, en este tiempo final, ungido con el Espíritu de Dios.
Ahora vean cómo esto está reflejado en José: José en el tiempo en que fue rechazado por sus hermanos y colocado en una cisterna vacía, lo cual representa la muerte de Cristo; y sacado de allí nos habla de la resurrección de Cristo; y colocado en el trono allá en Egipto, como segundo en el trono y reino del Faraón, eso representa a Cristo sentado en el Trono de Dios, a la diestra de Dios en el Cielo; y luego… vean ustedes, eso es entre los gentiles; y llevando a cabo la Obra para preservación de vida, lo cual Cristo ha estado llevando a cabo desde el Trono que está en el Cielo y ha estado preservando vida, la vida de sus escogidos de entre los gentiles.
Y para este tiempo final Él se revelará al pueblo hebreo. Cuando lo encontraron en Egipto en las ocasiones que lo vieron, y no lo conocían, no sabían que ese era el hermano de ellos, José. Lo veían vestido como un gentil, lo veían con su ropa de gentil, lo veían con su cabello usándolo como los gentiles y sin barba; o sea el estilo, lo gentil allá de los egipcios; y no sabían que ese era el hermano de ellos, José.
Y todo lo que ellos habían escuchado que José les había dicho en los sueños que había tenido… cuando aquel manojo de trigo o de cebada que José había preparado y lo había colocado como pueden algunas personas colocar el trigo amarrado, y colocarlo así de pie; los hermanos de José también, en el sueño de José, colocaron cada uno un manojo así también, el que habían recogido; y José en el sueño dice que vio que el manojo de trigo o de cebada (de lo que fuera) de cada uno de ellos se postró frente al de José, y el de José permaneció en pie; y ellos entendieron lo que eso significaba: que ellos se iban a inclinar delante de José; y eso les molestaba; era el penúltimo y era el primogénito por medio de Raquel la esposa de Jacob.
Encontramos que también tuvo otro sueño y lo contó a sus hermanos, y se pusieron más celosos y más furiosos en contra de él y llenos de envidia; quizás los sueños que los demás tenían, quizás tenían sueños de estar comiéndose un cabrito o de estar tomando vino o de estar haciendo cualquier cosa, pero los sueños de José eran diferentes, eran sueños proféticos, porque José era un profeta; por lo tanto recibía revelaciones por medio de sueños; porque Dios habla a Sus profetas por medio de sueños, por visiones, y a algunos cara a cara, como con Moisés.
Ahora, José tuvo otro sueño, y dice que el sol y la luna y once estrellas se postraron delante de él; era el mismo sueño pero con más detalles, en donde aparece también Raquel su madre y también su padre Israel.
Todo eso habla de la Segunda Venida de Cristo, todo eso habla del Séptimo Sello. Es para el Día Postrero bajo el tiempo del Séptimo Sello, el cumplimiento del Séptimo Sello, que eso se convertirá en una realidad para Cristo en Su Segunda Venida y el pueblo hebreo.
Ahora, el Séptimo Sello, que es la Segunda Venida de Cristo, es el misterio más grande de toda la Biblia, el cual ha estado en la mente de Dios desde antes de la fundación del mundo; y por eso lo encontramos a través de toda la Escritura, desde el Génesis hasta el Apocalipsis.
Cristo se va a revelar al pueblo hebreo; y dice el precursor de la Segunda Venida de Cristo un sinnúmero de cosas que estarán sucediendo para el cumplimiento de esa profecía. Si Miguel me trae por aquí el libro de Las Siete Edades que está aquí en el bulto, Miguel, les voy a leer algo ahí.
Miren… vamos a ver, eso está por ahí por la página 14 a la 16 del libro de Las Siete Edades. Estamos hablando del Séptimo Sello, por eso hay que incluir algunos de estos detalles correspondientes a la Venida del Señor. Página 14 del libro de Las Siete Edades, dice:
“44. Note que según Jesús mismo, Quien escribió el Apocalipsis, Él está sentado con el Padre. El Espíritu en Pablo (el cual es el Espíritu de Cristo, porque ese es el Espíritu de la Profecía por el cual viene la Palabra), dice que Él está sentado a la diestra de Dios; pero cuando Juan miró, solamente vio a uno sobre el Trono. Y no fue hasta Apocalipsis, capítulo 5, verso 6 al 8 (lo cual sigue a Apocalipsis, capítulo 4, verso 2 al 3 en sucesión de tiempo) que vemos al Cordero tomando el Libro de Aquel que estaba sentado en el Trono, como indica Apocalipsis 4:2-3 y 9-11. ¿Qué es? Es el misterio de UN DIOS. Él (Jesús) salió de Dios, fue manifestado en carne, murió, resucitó y volvió al seno del Padre. Como dijo Juan en el capítulo 1, versículo 18: ‘… El unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le declaró’.
45. Era tiempo para que Dios (el Mesías) volviera a llevar Su Novia, y entonces presentarse (hacerse conocer) a Israel. Así que vemos a Dios viniendo nuevamente para tomar una relación humana con el hombre como el Hijo de David, Rey de Reyes y Señor de Señores, y como el Novio de la Novia gentil. No son dos Dioses, sino simplemente UN SOLO DIOS manifestando Sus poderosos oficios y títulos triples.
46. La gente sabía que Él era profeta. Ellos conocían la señal del Mesías, la cual solamente podía manifestarse a través de un profeta. Juan 1:44-51”.
Ahí podemos ver lo que está señalado para la Venida de Cristo. Y ahora vamos a ver otro lugar donde nos hable algo aquí acerca de Su Venida, ya que esto es muy importante para todos nosotros. Dice, página 30 del libro de Las Edades, dice:
“109. Ahora, ¿cuándo volverá el Evangelio a los judíos? Cuando se haya terminado la dispensación de los gentiles. El Evangelio está listo para volver a los judíos. Oh, si tan sólo les pudiera decir algo que está a punto de suceder hoy, en este nuestro día. Esta gran cosa que va a suceder recorrerá hasta Apocalipsis 11 (o sea, hasta los dos olivos); y aquellos dos testigos, aquellos dos profetas, Moisés y Elías, trayendo el Evangelio de nuevo a los judíos. Estamos listos. Todo está en orden. Igual como los judíos trajeron el Evangelio a los gentiles, así también los gentiles se lo llevarán de regreso a los judíos, y el Rapto sucederá”.
Vean, dice que será Moisés y Elías los que le llevarán el Evangelio a los hebreos; así como los hebreos trajeron el Evangelio a los gentiles, dice:“Los gentiles lo llevarán a los hebreos”. ¿Dónde estará entonces Moisés y Elías, los Dos Olivos, los Dos Ungidos? Entre los gentiles, para ir de entre los gentiles con el Evangelio del Reino a los judíos.
Y ahora vean ustedes cómo este misterio de la Venida del Señor, que está aquí señalado, para el pueblo hebreo va a ser el evento más grande y deseado del pueblo hebreo.
En la página 57 del libro de Los Sellos en español, dice el precursor de la Segunda Venida de Cristo:
“Y vi otro ángel fuerte descender del cielo, cercado de una nube, y el arco celeste sobre su cabeza…’
17. Ahora, si usted se fija bien, notará que esta persona es Cristo, porque aun en el Antiguo Testamento Él fue llamado el Ángel del Pacto; y Él ahora viene directamente a los judíos porque la Iglesia ha llegado a su fin. Bien, ahora continuando:
‘… y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego’.
18. ¿Recuerdan el Ángel de Apocalipsis capítulo 1? Este es el mismo. Un ángel es un mensajero, y él es un mensajero a Israel. ¿Ve usted? La Iglesia está a punto de ser raptada, Él viene por Su Iglesia”.
Ahora vean, el Ángel del Pacto, el Ángel de Apocalipsis, capítulo 10, es el mensajero ¿a quién? A Israel. Él es el Ángel del Pacto, el Verbo, que para el Día Postrero, así como vino dos mil años atrás velado en carne humana en el velo de carne llamado Jesús, vendrá velado en carne humana nuevamente y será el mensajero a Israel; porque es el mensajero que traerá el Mensaje para el pueblo hebreo, el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta, para llamar y juntar ciento cuarenta y cuatro mil hebreos.
Y por cuanto la Iglesia del Señor Jesucristo ha llegado a su final, ha llegado al tiempo final y está todavía aquí en la Tierra, entonces Él viene por Su Iglesia, para llevarse a Su Iglesia en el rapto; para Su Venida Él resucitará a los muertos en Cristo de las edades pasadas y algunos de los nuestros que han partido, y transformará nuestros cuerpos. Eso está en el programa del Séptimo Sello, todo eso está bajo el Séptimo Sello, Su Venida como el mensajero a Israel y como el Esposo de Su Iglesia para este tiempo final.
Ahora, todas estas cosas están profetizadas en el Antiguo Testamento y Nuevo Testamento, pero no podían ser comprendidas por la Iglesia del Señor Jesucristo durante las edades pasadas, porque este misterio es para ser abierto en este Día Postrero a la Iglesia del Señor Jesucristo; eso es el misterio del Séptimo Sello para la Iglesia del Señor Jesucristo. El misterio del Séptimo Sello es la Segunda Venida de Cristo.
Ahora, vamos a ver un poquito más acerca de este Séptimo Sello. Nos habíamos quedado en la página 482 cuando hablamos de Israel y tuvimos que viajar a través de diferentes lugares y conseguirles este papelito de Israel. Y ahora volvemos a lo que estábamos leyendo en la página 482 del libro de Los Sellos en español, dice:
“199. Está hablando de Israel en su propia patria…”.
“Así también vosotros, cuando viereis todas estas cosas, sabed que está cercano, a las puertas’.
Mateo 24:32-33
(O sea, está a las puertas el Reino de Dios y el establecimiento del Reino de Dios aquí en la Tierra y la Venida del Hijo del Hombre en Su Reino).
199. Está hablando de Israel en su propia patria. Pero, ¿notaron que Él no habla nada de la revelación de este Séptimo Sello; y también acá en Apocalipsis, en la apertura de los Sellos, también lo omitió? Vemos, pues, que es un misterio por completo, y la hora todavía no ha llegado para que se diera a conocer este misterio”.
Así dice nuestro hermano Branham de su tiempo cuando él estuvo predicando los Siete Sellos; él dijo que no había llegado la hora todavía para ser dado a conocer, para ser abierto este misterio del Séptimo Sello, como tampoco había llegado la hora para ir a Israel Elías; porque Elías va a Israel en su quinta manifestación, no en la cuarta manifestación que estaba cumplida en nuestro amado hermano, el reverendo William Branham. Ahora, sigue diciendo:
“Hemos llegado hasta aquí, y lo demás nos será dado allí: en el tiempo cuando aparezca Jesús nuevamente sobre la Tierra para llamar a Su Novia, o lo que llegue a suceder en ese tiempo”.
¿Y cómo es que viene? ¿Cómo es que aparece Jesucristo para llevar a Su Iglesia, a Su Novia? Aparece como el mensajero a Israel; pero viene por Su Iglesia gentil, porque está aquí todavía y se la tiene que llevar; por lo tanto tiene que resucitar a los muertos en Cristo y transformar a los que están viviendo; y para eso pues tiene que llamarlos en este Día Postrero y juntarlos con la Gran Voz de Trompeta. ¿Quién? El mensajero a Israel, que es el Ángel del Pacto que desciende del Cielo, y para eso tendrá que buscarse un velo de carne.
Si no viene en el velo de carne que tuvo dos mil años atrás, el cual resucitó y lo transformó, o sea, lo resucitó glorificado, encontramos que tendrá que tener entonces otro velo de carne de este tiempo final, y tendrá que ser un redimido por la Sangre de Cristo, por lo tanto tendrá que ser un miembro del Cuerpo Místico de Cristo en el cual se manifieste Jesucristo en Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, y venga como Apocalipsis 19, el Verbo viniendo en carne humana en un caballo blanco como la nieve, o sea, sobre la Palabra pura, y cumpla esta promesa.
¿Qué dijo el precursor de la Segunda Venida de Cristo con relación a la Venida de Cristo en Apocalipsis 19 como el Jinete del caballo blanco? En la página 277 él dice, del libro de Los Sellos, orando dice:
“[240]… pedimos que el Espíritu Santo venga ahora mismo, el Jinete del verdadero caballo blanco (¿Quién es el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19? El Espíritu Santo), mientras Su Espíritu, el Espíritu de Cristo, entre en confrontación con el anticristo, y Él llame los Suyos”.
¿Quién es el que llama a los Suyos? El Espíritu Santo, el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis capítulo 19; llamó a Sus hijos, Sus escogidos, de edad en edad, por medio del mensajero de cada edad; y en este Día Postrero, por medio de Su Ángel Mensajero estará llamando a Sus escogidos del tiempo final y los estará colocando en la Edad de la Piedra Angular, en la Dispensación del Reino.
Y así como hubo un territorio para el cumplimiento de cada edad también hay un territorio para el cumplimiento de este Día Postrero, en el cual Cristo estará llamando y juntando a Sus escogidos con la Gran Voz de Trompeta, que es la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino, con el cual nos estará dando a conocer el misterio del Séptimo Sello, el misterio de la Segunda Venida de Cristo; porque el Evangelio del Reino gira alrededor ¿de qué?, de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, así como el Evangelio de la Gracia gira alrededor de la Primera Venida de Cristo como Cordero de Dios muriendo en la Cruz del Calvario en Su Obra de Redención.
Y ahora veamos cómo viene el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, cómo viene el Espíritu Santo en el Día Postrero. Dice en la página 256 en español, hablando del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, que es la Venida del Señor para el pueblo hebreo y para la Iglesia gentil. Dice:
“121. Pero cuando nuestro Señor aparezca sobre la Tierra, Él vendrá sobre un caballo blanco como la nieve, y será completamente Emmanuel – la Palabra de Dios encarnada en un hombre”.
Consigan ese hombre y conseguirán a Jesucristo, el Espíritu Santo manifestado a través de ese hombre. Y ese hombre tiene que ser el Ángel del Señor Jesucristo, porque Jesús dice: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de suceder después de estas”. Apocalipsis, capítulo 4, verso 1. Y Apocalipsis, capítulo 22, verso 6, nos muestra por medio de quién Jesucristo estará manifestando, revelando todas estas cosas. Dice Apocalipsis 22, verso 6:
“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado a su ángel (¿para qué?), para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”.
¿Cómo conoceremos al Ángel del Señor Jesucristo? La identificación del Ángel del Señor Jesucristo es que viene dando a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto. Nadie más podrá dar a conocer todas estas profecías que corresponden a este tiempo final, y mostrar el cumplimiento de ellas a medida que van siendo cumplidas; y nadie podrá revelar, dar a conocer el misterio del Séptimo Sello, el misterio de la Segunda Venida de Cristo, excepto el Ángel del Señor Jesucristo, que es el profeta mensajero de la Dispensación del Reino y de la Edad de la Piedra Angular.
Ahora, podemos ver que solamente hay una forma en que Dios puede revelar Su Palabra. ¿Saben cuál es? Por medio de un profeta y a un profeta. En la página 448 del libro de Los Sellos en español dice:
“[47] Si trata de poner un cuatro o un seis u otra cosa en algún otro orden aparte de como vienen en la Palabra, pues tendrá una escena con una vaca comiendo el pasto allá arriba del árbol. Nunca le saldrá bien así, porque la Palabra de Dios siempre corre matemáticamente correcta. Sí señor, perfectamente. No hay otra literatura escrita tan perfecta en cuanto a la matemática. (O sea que en cuanto a las matemáticas tiene que cuadrar también).
48. Entonces el octavo capítulo solamente revela la escena del Séptimo Sello, y aparte de la escena no hay otra cosa revelada; y esto no tiene nada que ver con el capítulo 7. La revelación del Séptimo Sello es completamente sin palabras, y si tuviera el tiempo (quiero ver algunos ejemplos), les podría mostrar cómo es que desde allá, desde el Génesis, este Séptimo Sello viene siendo anunciado. Estos Sellos aparecieron desde el principio”.
Y ahora, ¿cómo es que viene la Palabra de Dios? Siempre viene por medio de los profetas, porque ellos son la Palabra de Dios para el tiempo en que ellos están viviendo. Este Ángel Mensajero del Señor Jesucristo, ¿quién es?
Si nuestro hermano Branham estuviera aquí en la Tierra ¿les gustaría preguntarle quién es ese Ángel Mensajero tan misterioso? Pues mire, hubo una persona que pensó también como usted, ¿y sabe quién fue? Nuestro hermano Branham. Y dice en la página 301, por la mitad de esa página 301 del libro de Los Sellos:
“106. Noten bien: En el tiempo cuando Dios iba a librar al mundo antes del diluvio, Él mandó un águila”.
Un águila pues siempre representa un profeta, por eso dice que Dios llevó en las alas de águila o de la gran águila al pueblo hebreo, cuando los libertó.
“Cuando decidió librar a Israel, también mandó un águila (o sea, a Moisés). ¿No cree usted que cuando Juan estaba en la Isla de Patmos, este Mensaje era tan perfecto que aún no podía ser confiado a un ángel? Ahora, un ángel es un mensajero, pero ¿sabía usted que aquel mensajero era un profeta? ¿Lo creen? Vamos a probarlo. Veamos Apocalipsis 22:9 para ver si no fue un águila. Él era un ángel, un mensajero, pero era un profeta, el cual reveló a Juan completamente este libro de Apocalipsis”.
Ya tenemos el conocimiento que este Ángel del Señor Jesucristo es un profeta. Ahora, ¿qué profeta? En la página 326 del libro de Los Sellos en español, dice al final o último párrafo (para no leer mucho). Dice:
“243. Moisés será la misma persona (cuando está hablando del ministerio de Moisés como uno de los olivos, dice: Moisés será la misma persona). Hallamos lo mismo en Apocalipsis 22:8. Esto es para concluir esto de las almas debajo del altar, en la apertura de este Sexto Sello…”.
Ahora dice que Moisés será la misma persona y dice: “Hallamos lo mismo en Apocalipsis 22:8”. Leamos Apocalipsis 22, verso 8, y ahí veremos a Moisés. Dice:
“Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas”.
Ese ángel es un profeta; y Moisés, el de Apocalipsis, capítulo 11, verso 3 en adelante, los Dos Olivos, uno de los Dos Olivos y de los Dos Candeleros (y de Zacarías, capítulo 4), es un profeta; y dice que es este profeta, este Ángel Mensajero, que le reveló a Juan todas esas cosas. Y ese es el profeta mensajero correspondiente al tiempo final para la Edad Piedra Angular y Dispensación del Reino, en el que estará Jesucristo en Espíritu Santo manifestado, dándole a conocer todas estas cosas a Su Iglesia; pero por medio de este Ángel Mensajero que Él le envió a Juan el apóstol.
Por eso Apocalipsis, capítulo 1, verso 1 al 3, dice: “La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a Juan”.
Ahora, podemos ver que la revelación de Jesucristo ¿por medio de quién vino y por medio de quién fue enviada a Juan? Por medio del Ángel del Señor Jesucristo. Y Él es el mismo que estará trayéndole la revelación de Jesucristo en Su Segunda Venida a Su Iglesia en este tiempo final.
Apocalipsis, capítulo 22, verso 16, dice: “Yo Jesús he enviado mi ángel, para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”.
Vean cómo el Séptimo Sello lo encontramos también en Apocalipsis mostrado proféticamente, para ser manifestado, cumplido en el tiempo final, en la Venida de Jesucristo en Espíritu Santo velado y revelado en medio de Su Iglesia dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto por medio de Su Ángel mensajero.
Ese será el velo de carne, el profeta de Dios que Jesucristo utilizará, usará para velarse y revelarse en y a través de él, y darnos a conocer todas estas cosas, y cumplir así la apertura, el misterio del Séptimo Sello; y por medio de ese Ángel darle a conocer este misterio de la Venida de Jesucristo en Espíritu Santo velado y revelado en y a través de Su Ángel Mensajero dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, para después revelarse Jesucristo en Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, al pueblo hebreo. Y el pueblo hebreo ¿qué está esperando? Está esperando un profeta del tiempo presente.
¿Y qué dijo el profeta mensajero de la séptima edad de la Iglesia gentil, el reverendo William Marrion Branham, el precursor de la Segunda Venida de Cristo? “Cuando nuestro Señor aparezca en la Tierra, Él vendrá sobre un caballo blanco como la nieve, y será completamente Emanuel, la Palabra de Dios (o sea, el Verbo, la Palabra de Dios) encarnada en un hombre”.
¿Qué estarán viendo humanamente, con la vista natural, las personas en el Día Postrero? Pues estarán viendo el velo de carne donde estará Jesucristo en Espíritu Santo velado y revelado, manifestado en medio de Su Iglesia gentil, dándole a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto; y luego lo mismo verá el pueblo hebreo.
Porque la Séptima Trompeta de Apocalipsis, capítulo 9, y el Séptimo Sello de Apocalipsis, capítulo 8, es la Venida del Señor; y sonará, y los muertos en Cristo resucitarán primero, en cuerpos incorruptibles, y luego nosotros los que vivimos seremos transformados, y luego nos iremos con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, a la Casa y en la Casa de nuestro Padre celestial.
El precursor de la Segunda Venida de Cristo, en la página 35 del mensaje “Cisternas rotas”, dice que el Séptimo Sello y la Séptima Trompeta es la Venida del Señor. Dice: “Y sonará, sonará”, porque la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta sonará, y los muertos en Cristo ¿qué?, resucitarán primero… conforme a Primera de Corintios, capítulo 15, verso 49 al 55; y Primera de Tesalonicenses, capítulo 4, verso 14 al 17, lo cual leímos al principio. Primera de Tesalonicenses 4: 14 al 17.
Y si continuamos leyendo podemos encontrar un sinnúmero de profecías que hablan del Séptimo Sello, o sea, de la Segunda Venida de Cristo. Por ejemplo, Filipenses, capítulo 3, verso 20 al 21, dice:
“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas”.
¿Ven que es para Su Venida, que los muertos en Cristo serán resucitados y nosotros seremos transformados? Dice que: “el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra”. Este cuerpo en el cual hemos pasado por esta etapa de humillación humana; que siendo reyes según el Orden de Melquisedec, descendientes de Melquisedec, que es Jesucristo, el Sacerdote del Templo que está en el Cielo, hemos pasado por esta Tierra como sencillas personas, mortales, en lo humano, y muchos pobres y perseguidos, y otros de la clase media, y muy poquititos de la clase rica; pero cuando seamos transformados entonces ya estaremos como reyes y sacerdotes; y no tendremos un rey pobre en el glorioso Reino Milenial.
Así que no se preocupe de que usted sea pobre en este tiempo, porque si es pobre en este tiempo eso es temporal, pero por el Milenio y por toda la eternidad será de las personas multimultimillonarias, porque será de los reyes y sacerdotes del glorioso Reino de nuestro Señor Jesucristo.
Así que es mejor ser pobre ahora y ser rico por toda la eternidad; pero hay personas que quieren ser ricos ahora y después son pobres por toda la eternidad, y desaparecen, porque son echados en el lago de fuego; como el hombre rico, que fue rico aquí en la Tierra, pero después cuando terminó su vida aquí en la tierra no tenía ni con qué comprar un vaso de agua; y pedía un dedo mojado en agua de Lázaro, para que fuera con su dedo mojado en agua y lo colocará en la lengua de él, y ni para eso tenía dinero; estaba suplicando por ese favor y ni le fue concedido tampoco, porque perdió todos los derechos. Porque estando aquí en la Tierra es que la persona se adueña de los derechos divinos que le corresponden; y si no se aprovecha aquí, estando viviendo aquí en la Tierra y se agarra de Cristo y de la vida eterna que está en Cristo… porque él dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida; y nadie viene al Padre sino por mí”.
Nadie puede ir a la vida eterna sin nuestro Señor Jesucristo; y el que no se agarra de Cristo pues no se agarró de la Vida Eterna, y no se agarró de la Resurrección y la Vida para ser resucitado en el Día Postrero en un cuerpo eterno, para vivir por toda la eternidad como reyes y sacerdotes con Cristo.
Ahora, vean cómo todas estas cosas que corresponden en este tiempo final están bajo el Séptimo Sello, para ser cumplidas en medio de la Iglesia gentil y después en medio del pueblo hebreo.
Hemos visto así a la ligera: “EL SÉPTIMO SELLO A TRAVÉS DE TODA LA ESCRITURA”.
Vean, a través del profeta Daniel, del libro del profeta Daniel, lo vemos viniendo como la piedra no cortada de manos, lo vemos también sobre las aguas del río con uno a cada lado, Gabriel a un lado a la orilla del río y Miguel el Arcángel al otro lado de la orilla del río, porque este es el Orden de la Venida del Hijo del Hombre para el Día Postrero.
La Venida del Hijo del Hombre con Moisés a un lado y Elías a otro lado, con los ministerios de Moisés y de Elías; así es como viene el Hijo del Hombre en el Día Postrero, porque “el Hijo del Hombre vendrá con sus Ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras”.
Ahora vean, donde está el Hijo del Hombre manifestado, Jesucristo en Espíritu Santo manifestado, velado y revelado, pues ahí también estarán Moisés y Elías, los ministerios de Moisés y Elías, porque vienen ¿con quién? Con el Hijo del Hombre, y dondequiera que se meta el Hijo del Hombre, Jesucristo en Espíritu Santo, ahí estarán también Moisés y Elías, los ministerios de Moisés y Elías; porque el único que tiene y da y opera ministerios ¿es quién? El Espíritu Santo; y Él viene en el Día Postrero. Y esa es la Venida del Hijo del Hombre, la Venida de Jesucristo en Espíritu Santo, manifestado en medio de Su Iglesia en este tiempo final.
Ahora, el velo de carne llamado el Ángel del Señor Jesucristo no es el Señor Jesucristo, pero en él estará manifestado el Señor Jesucristo, revelándole a Su Iglesia todas estas cosas que deben suceder pronto.
Es por medio de Su Ángel Mensajero que Jesucristo se revela a Su Iglesia y le revela todas estas cosas en este tiempo final, y se revelará al pueblo hebreo a través de Su Ángel Mensajero.
Este es un misterio que estaba oculto desde antes de la fundación del mundo y sería revelado a la Iglesia del Señor Jesucristo en este tiempo final, como dijo el precursor de la Segunda Venida de Cristo, dijo que sería revelado ¿cuándo?, sería revelado en el tiempo en que aparezca Jesús sobre la Tierra, dice:
“Hemos llegado hasta aquí y lo demás nos será dado allí, en el tiempo cuando aparezca Jesús nuevamente sobre la Tierra para llevar a Su Novia”.
¿Y como dijo que aparecerá Jesús sobre la Tierra para llevar Su Novia? Vendrá sobre un caballo blanco como la nieve, ¿y será qué, completamente qué? Emanuel, la Palabra, el Verbo, el cual se hizo carne dos mil años atrás. El Verbo, la Palabra. Encarnada la Palabra ¿en quién? En un hombre.
Ese es el misterio del Séptimo Sello: la Venida de la Palabra encarnada en un hombre en el Día Postrero, Jesucristo en Espíritu Santo manifestado en el tiempo final, dándonos a conocer todas estas cosas por medio de Su Ángel Mensajero; pero Su Ángel Mensajero, hemos visto que no es el Señor Jesucristo; él es un profeta, el profeta de la Dispensación del Reino con el Mensaje del Evangelio del Reino, y mensajero de la Edad de la Piedra Angular para la Iglesia del Señor Jesucristo, a través del cual viene el llamado de la Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final, llamando y juntando a los escogidos de Dios en el Cuerpo Místico de Cristo, en la etapa de la Edad de la Piedra Angular; y después llamará y juntará ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, de las doce tribus de los hijos de Israel.
Pero sin que sean llamados y juntados todos los escogidos, hasta que entre el último de los escogidos, no puede ir el Mensaje al pueblo hebreo. Primero se tiene que completar el grupo de los escogidos de Dios del Cuerpo Místico de Cristo, de la etapa de la Edad de la Piedra Angular, para completarse el Cuerpo Místico de Cristo y ser resucitados los muertos en Cristo y ser transformados los que estamos vivos en este tiempo.
Hemos visto EL MISTERIO DEL SÉPTIMO SELLO, hemos visto EL SÉPTIMO SELLO A TRAVÉS DE TODA LA ESCRITURA. Porque el Séptimo Sello es la Segunda Venida de Cristo.
Podemos buscar otros profetas de Dios en los cuales se reflejó el Séptimo Sello, o sea, la Segunda Venida de Cristo, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento, y podemos también encontrar eventos acaecidos en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento, que reflejan también el Séptimo Sello, que reflejan la Segunda Venida de Cristo, como en el caso de Booz y Rut, pero vamos a dejar eso quietecito.
Esta es la etapa en donde Rut, que es la Iglesia de Jesucristo, será recompensada; luego de llevarse a cabo la Obra de Redención y Cristo salir del Trono de Intercesión seremos recompensados con la transformación de nuestros cuerpos para ir a la Cena de las Bodas del Cordero.
Bueno “EL SÉPTIMO SELLO A TRAVÉS DE TODA LA ESCRITURA”. O sea, la Segunda Venida de Cristo a través de toda la Escritura. Está desde el Génesis hasta el Apocalipsis, para ser cumplida en medio de Su Iglesia en este Día Postrero y luego en medio del pueblo hebreo.
El pueblo hebreo está desesperado, pero solamente podemos decir: Paciencia, porque todavía faltan algunos escogidos de ser llamados y juntados en el territorio latinoamericano y caribeño. Ya hay muchos que han sido llamados y juntados y están en el Cuerpo Místico de Cristo de la Edad de la Piedra Angular, pero faltan algunos, alguien tiene que ser el último; y cuando llegue el último pues ya habrán llegado los que están antes del último, y se estará completando así y se habrá completado así el Cuerpo Místico de Cristo en la Edad de la Piedra Angular.
Bueno, que Dios les continúe bendiciendo a todos, que Dios les guarde. Muchas gracias por vuestra amable atención. Y continúen pasando un tiempo lleno de las bendiciones de nuestro amado Señor Jesucristo.
Dejo con nosotros nuevamente a nuestro amado hermano Miguel Bermúdez Marín para continuar y finalizar nuestra parte en esa noche, dándole gracias así a Jesucristo por Sus bendiciones y por esta bendición tan grande que nos ha dado en la América Latina y el Caribe para poder comprender el misterio del Séptimo Sello, el misterio de Su Venida.
¿Y quiénes serían los que verían, entenderían y recibirían este misterio revelado? Pues aquí estamos ya un grupo de latinoamericanos y caribeños. Aquí en Colombia hay muchos hijos e hijas de Dios, y en toda la América Latina y el Caribe, que verían el Séptimo Sello revelado.
Aquí estamos dándole las gracias a Cristo por esa bendición de elección divina, para la cual hemos aparecido manifestados en carne humana todos nosotros en este tiempo final.
Ya tenemos a Miguel por aquí. Que Dios les continúe bendiciendo, y nos veremos nuevamente en las demás actividades, los que estarán en las demás actividades en Fusa, y ya el domingo en el Polideportivo Kennedy. ¿Cuántos saben dónde es? Entonces ustedes saben más que yo, porque yo no sé llegar hasta allá; así que nos veremos allá el domingo próximo, a las 8:00 de la mañana para la primera actividad, y para la segunda actividad a las 2:00 de la tarde, en donde esperamos grandes bendiciones de nuestro amado Señor Jesucristo.
Que Dios les bendiga y pasen todos muy buenas noches.
“EL SÉPTIMO SELLO A TRAVÉS DE TODA LA ESCRITURA”.
[Revisión abril 2018]