Décima Promoción de Ministros
“El trigo maduro”
Muy buenas tardes a todos los presentes aquí en esta Décima Promoción de obreros para el ministerio: “El trigo maduro” – titulada: “El trigo maduro”. Así está titulada esta Promoción.
Y este tema que tenemos aquí: “EL TRIGO MADURO”, es un tema correspondiente a este tiempo final; porque es en este tiempo en que el trigo llegaría a su madurez y sería cosechado.
Cristo dijo en San Juan, capítulo 12, verso 24: “Si el Grano de Trigo no cae en tierra y muere, Él solo queda”.
Cristo es la Semilla original. Y vean ustedes, en la semilla original es que está la vida del trigo; y es en Cristo, la Semilla, la Simiente original, donde está el Espíritu de Dios; es en Jesús donde está el Espíritu de Dios. Y esa Vida de Dios es la que estaría manifestada, reproduciéndose en la forma de una Planta de Trigo; y a medida que iba creciendo esta Planta de Trigo, llamada la Iglesia del Señor Jesucristo, vean ustedes, va formándose esa Planta de Trigo con seres humanos. Esa es la Iglesia del Señor Jesucristo de edad en edad.
Es Cristo, la Vida que estaba en Jesús, manifestada ahora en la Planta de Trigo, o sea, en la Iglesia del Señor Jesucristo, compuesta por seres humanos; y va pasando de etapa en etapa la Vida de Cristo a través de esa Planta de Trigo.
Y a medida que va pasando de etapa en etapa, encontramos que van apareciendo los escogidos de cada etapa que vienen a formar parte de esa Planta de Trigo, a través de los cuales pasa la Vida de Cristo, el Espíritu de Cristo; y por consiguiente, las personas por las cuales pasó el Espíritu de Cristo en cada una de esas edades fueron los granos de trigo, fueron el trigo potencialmente. Digo ‘potencialmente’ porque no estaban todavía en la forma de trigo, sino en la forma de la planta, del tallo, y así por el estilo.
Pero para el Día Postrero tenemos la promesa que la Planta de Trigo estará en la cúspide, en la parte más alta, donde tendrá los granos de trigo, que son los hijos e hijas de Dios, que madurarán y que llegarán a la perfección; llegarán a ser a imagen y semejanza de nuestro amado Señor Jesucristo.
Y miren ustedes, tenemos que comprender lo que es la madurez del trigo como Cuerpo Místico de Cristo y como individuo. Como Cuerpo Místico de Cristo y como individuo tenemos que entender la madurez del trigo.
Ahora, vean ustedes, es en la cúspide del Cuerpo Místico de Cristo donde el trigo aparece, y donde el trigo madura y llega a la perfección, llega a la imagen y semejanza de Jesucristo.
Ahora, vean ustedes, cada persona llegará —como individuo— a la perfección; y la Iglesia del Señor Jesucristo como Cuerpo Místico de creyentes llega a la edad perfecta, a la Edad de la Piedra Angular, para llegar ahí a la perfección; y ahí es donde la Iglesia llega a ser una Iglesia madura; y es ahí donde la Iglesia es adoptada para reinar con Cristo por mil años y luego por toda la eternidad.
Es ahí donde la Iglesia de Jesucristo llega a la perfección, y en donde la plenitud de Cristo estará manifestada en el ministerio correspondiente al Día Postrero, donde Cristo, la cabeza, estará manifestado en toda Su plenitud.
Y será la primera ocasión en que Cristo estará manifestado en toda Su plenitud; y estará manifestando los tres grandes ministerios prometidos para el Día Postrero, que son: el ministerio de Moisés por segunda vez, el de Elías por quinta vez y el de Jesús por segunda vez.
Y bajo esos tres ministerios, Jesucristo en Espíritu Santo estará manifestándose en medio de Su Iglesia, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.
Y ahí tendremos a una Iglesia perfecta con un ministerio perfecto; ministerio que llegará también a la perfección; o sea, ministerio que va en una forma progresiva, hasta que llega a ser manifestado en toda su plenitud.
Y con la manifestación de ese ministerio en toda Su plenitud, encontramos que la Iglesia llega a Su total perfección, llega a Su total madurez, para gobernar por mil años y luego por toda la eternidad con nuestro amado Señor Jesucristo. Y será la Iglesia del Señor Jesucristo, vean ustedes, la que estará con Cristo reinando por toda la eternidad.
Y miren ustedes dónde es que llega la Iglesia del Señor Jesucristo como Cuerpo Místico a la perfección: tiene que llegar a la Edad de la Piedra Angular, que es la Edad del Amor Divino. Y el amor divino es perfecto, y la Edad de la Piedra Angular es una edad perfecta: la edad perfecta de la Iglesia del Señor Jesucristo, donde son llamados y juntados todos los escogidos de Dios para madurar ahí y llegar a la total perfección.
Ahora, vean ustedes cómo en este tiempo final están siendo llamados y juntados todos los escogidos de Dios (¿dónde?) en la Edad de la Piedra Angular.
Estamos en el tiempo de la Cosecha; y por eso es que somos reunidos en la Edad de la Piedra Angular: para madurar y —como individuos— llegar a la perfección, como individuos llegar a ser a imagen y semejanza de Jesucristo, y luego ser llevados a la Cena de las Bodas del Cordero.
Ahora, podemos ver dónde nos encontramos como individuos y dónde nos encontramos como Cuerpo Místico de creyentes.
Y vean ustedes, se está llevando a cabo un recogimiento, que es una cosecha; y estamos siendo colocados (¿dónde?) en la Edad de la Piedra Angular, para como individuos madurar y llegar a la perfección.
Así que vean ustedes dónde es que cada hijo e hija de Dios del Cuerpo Místico de Cristo obtiene su madurez: es en la Edad de la Piedra Angular, la Edad del Amor Divino, en donde (aquí) el Grano de Trigo que fue sembrado en tierra estará reproducido en seres humanos, hombres y mujeres que obtendrán la perfección; y serán a imagen y semejanza del Señor Jesucristo.
Ahora, miren cómo el Grano de Trigo que fue sembrado en tierra ha venido – la Vida que estaba en el Grano de Trigo; porque la Vida está en el Grano de Trigo. Y vean ustedes cómo va subiendo esa Vida del Grano de Trigo: va subiendo por las diferentes etapas, diferentes edades, hasta llegar a este Día Postrero.
Vamos a ver… por aquí hay una Escritura, vamos a ver si la puedo conseguir… (Aquí apunté a la ligera unas cuantas Escrituras). Vamos a ver si… Dice Hageo 2:19:
“¿No está aún la simiente en el granero? Ni la vid, ni la higuera, ni el granado, ni el árbol de olivo ha florecido todavía; mas desde este día os bendeciré”.
Ahora, vean cómo Dios ofrece bendición para Su pueblo.
Dios ofrece también en Joel bendición para Su pueblo; y miren lo que dice por medio del profeta Joel…; nos dice algo aquí muy importante. En el capítulo 2 (vamos a ver), versos 21 en adelante, dice:
“Tierra, no temas; alégrate y gózate, porque Jehová hará grandes cosas.
Animales del campo, no temáis; porque los pastos del desierto reverdecerán, porque los árboles llevarán su fruto, la higuera y la vid darán sus frutos (la higuera pues representa a Israel).
Vosotros también, hijos de Sion (esto es para la Iglesia), alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio”.
Siempre la lluvia es la Lluvia de la enseñanza de la Palabra de Dios. Dice:
“Las eras se llenarán de trigo…”.
Por eso, vean ustedes, vamos por todos los lugares, ¿y qué sucede? Hay trigo en abundancia.
“Las eras se llenarán de trigo, y los lagares rebosarán de vino y aceite”.
Y el vino representa el estímulo por la revelación de la Palabra de Dios para el tiempo en que uno vive; y el aceite representa el Espíritu Santo, lo cual está en los escogidos de Dios. Dice:
“Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta, mi gran ejército que envié contra vosotros.
Comeréis hasta saciaros, y alabaréis el nombre de Jehová vuestro Dios, el cual hizo maravillas con vosotros; y nunca jamás será mi pueblo avergonzado.
Y conoceréis que en medio de Israel estoy yo, y que yo soy Jehová vuestro Dios, y no hay otro; y mi pueblo nunca jamás será avergonzado”.
Vean cómo habla Dios aquí para Su Iglesia y también para el pueblo hebreo.
Ahora, podemos ver cómo aquí está prometida la restauración de la Iglesia y también la restauración del pueblo hebreo.
Y en la restauración del Árbol-Novia, ¿cuál es la cuarta etapa, Miguel? La Palabra.
Con la Palabra es que la Iglesia del Señor Jesucristo obtiene Su total restauración, para ser restaurado cada hijo e hija de Dios a todo lo que perdió Adán y Eva en la caída; para ser restaurados a la vida eterna con un cuerpo eterno, como Dios así lo ha prometido.
Ahora podemos ver cómo en este tiempo final estamos trabajando en este recogimiento, recogiendo a todas las personas que tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero, los cuales están señalados en Apocalipsis y también en San Mateo, capítulo 24, verso 31, donde aparecen ahí los escogidos de Dios de entre los gentiles y también de en medio del pueblo hebreo; porque es aplicado a los escogidos de entre los gentiles y también a los escogidos del pueblo hebreo, los cuales serán llamados y juntados con Gran Voz de Trompeta bajo el ministerio de los Ángeles enviados por el Hijo del Hombre.
Ahora, podemos ver este recogimiento de los escogidos de Dios en este Día Postrero.
Y esto es una cosecha, un recogimiento, así como en el tiempo de Jesús cuando Jesús dice a Sus discípulos que Él los ha enviado a segar, o sea, a cosechar lo que ellos no habían sembrado… (Este es el pasaje que tenemos aquí). Capítulo 4, versos 34 en adelante, dice [San Juan]:
“Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.
¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega.
Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siega.
Porque en esto es verdadero el dicho: Uno es el que siembra, y otro es el que siega.
Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores”.
Ahora, vean ustedes cómo los discípulos del Señor Jesucristo entraron en las labores de los mensajeros que Dios envió en el Antiguo Testamento; y ellos entraron a cosechar la gente que estaban en la Dispensación de la Ley, y los colocaron en la Dispensación de la Gracia. Eso es una cosecha en el final de una dispensación.
Se lleva a cabo una cosecha… Vean ustedes lo que es una cosecha para la Iglesia como Cuerpo Místico de creyentes, para el individuo – para la persona como individuo, y para una dispensación.
Vean cómo es una cosecha para una dispensación: es al final de una dispensación que se recogen las personas y se colocan en una nueva dispensación. Eso es colocarlos en un lugar seguro; porque ya ha comenzado una nueva dispensación.
Y por eso es que Cristo les habla a ellos que han sido enviados para cosechar; y sin embargo, no habían llegado al fin del tiempo en el cual nosotros estamos, pero habían llegado al fin de la Dispensación de la Ley.
Siempre que se llega al final de una dispensación hay una cosecha: se recoge el fruto y se coloca en una nueva dispensación.
Y todos ustedes han sido enviados a cosechar lo que San Pablo y los otros mensajeros sembraron, regaron y prepararon; y ahora a nosotros nos ha tocado recoger el fruto de la Dispensación de la Gracia; recogerlo y colocarlo en la Dispensación del Reino, colocarlo en la Edad de la Piedra Angular.
Y vean ustedes el privilegio tan grande que nos ha tocado a nosotros; es un privilegio paralelo al privilegio de los discípulos del Señor Jesucristo.
Y ahora, vean ustedes, también podemos hablar de la cosecha de una edad: se cosecha en una edad, vean ustedes, y se recoge el fruto de esa edad.
Aunque la Iglesia como Cuerpo Místico de Cristo esté pasando todavía por la etapa del tallo, de las hojas o de todas estas cosas, sin embargo se lleva a cabo una Obra que es paralela a lo que será la cosecha al final de esa dispensación.
Y ahora, vean ustedes, la cosecha para el trigo, los hijos e hijas de Dios…, la cosecha y la madurez del trigo, el trigo maduro, vean ustedes: esto es como edad, como dispensación, como Cuerpo Místico de creyentes y como individuos.
Cada cosa tiene su momento preciso.
Y vean ustedes, por cuanto nosotros estamos en la Edad de la Cosecha, que es la Edad de la Piedra Angular, y la Dispensación del Reino se ha abierto, donde son colocados todos los que son cosechados: todo lo que se mueve está ligado a esa cosecha; y por lo tanto, lo que no ha madurado tiene que madurar. Y no hay otra cosa para madurar el trigo.
¿Con qué es que se madura el trigo? Tiene que ser con el sol. ¿Y con el sol de qué tiempo? [Hno. Miguel: Con el sol de la siega, de la cosecha]. Y ese es el sol ¿de qué temporada? ¿Del invierno? Del verano.
¿Ven? No es el sol del invierno, porque el sol del invierno no quema tanto ni da tanta luz como el sol del verano.
Y Cristo cuando nos habló de las señales del fin del tiempo, miren ustedes lo que nos dijo en San Lucas, capítulo 21, versos 27 en adelante, para ver esto aquí; dice:
“Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria.
Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca (o sea, nuestra transformación para los que vivimos, y la resurrección para los muertos en Cristo).
También les dijo una parábola: Mirad la higuera y todos los árboles.
Cuando ya brotan…”.
¿Ven? La higuera es el pueblo hebreo, Israel, y los demás árboles son las demás naciones.
“Cuando ya brotan, viéndolo, sabéis por vosotros mismos que el verano está ya cerca”.
Y estas señales las hemos visto desde hace años.
En el 1963 vimos los ocho ángeles que allí aparecieron, los cuales fueron tomados en una foto. Fue vista esa señal en el cielo; esa señal del Hijo del Hombre fue vista en el cielo. Allí estaba el Ángel que era muy diferente a los demás, el cual tenía el Séptimo Sello. Dice:
“Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios”.
¿Qué es la venida del verano? La venida del Reino de Dios. Y con la venida del Reino de Dios, que es la venida del verano, el trigo madura.
Lo que madura al trigo es la Venida del Sol del verano, la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, con esa Luz.
Por eso es que cuando Cristo habló acerca de la Venida del Hijo del Hombre, en el Monte de la Transfiguración Su rostro resplandeció como el sol, mostrando allí la venida del Reino de Dios, la venida del verano, la Venida del Hijo del Hombre, la Venida del Sol que estaría madurando el trigo en el Día Postrero.
Vean ustedes cómo el Sol en la Edad de la Piedra Angular, que es la edad en donde una nueva dispensación se abre, un nuevo día dispensacional se abre…; y si se abre un nuevo día dispensacional, el sol tiene que nacer; “y a los que temen Mi Nombre, nacerá el Sol de Justicia, y en Sus Alas traerá salvación”1. ¿Y qué hará? Pues madurará el trigo.
Ahora, vean ustedes, durante las siete etapas o edades de la Iglesia gentil el trigo no podía madurar porque era de noche; y de noche el sol no está resplandeciendo para madurar el trigo.
Es en la Venida del Hijo del Hombre en Su Reino que el Sol resplandece en un nuevo día dispensacional, para madurar el trigo (¿dónde?) en la Edad de la Piedra Angular; y así llegar nosotros a la transformación de nuestros cuerpos, y ser a imagen y semejanza del Señor Jesucristo como individuos.
Y es en la Edad de la Piedra Angular en donde también la Iglesia llega a su perfección, y llega a ser igual a nuestro amado Señor Jesucristo, teniendo al Espíritu de Cristo en Ella, manifestado el Espíritu de Cristo, y madurando a la Iglesia como Cuerpo Místico de creyentes; hasta que llega a una etapa que todos los miembros del Cuerpo Místico de Cristo también llegan a madurez, y somos transformados; y tendremos así la manifestación gloriosa de los hijos e hijas de Dios.
Y una Iglesia con personas perfectas ¿es qué? Una Iglesia perfecta.
Y ahora, nosotros estamos trabajando en la Obra de Cristo buscando esas personas, y colocándolas ¿cómo? Frente al Sol de Justicia, frente a la Venida del Hijo del Hombre, para que con Su Luz, con Su Mensaje, con Su revelación, nos madure. Porque lo único que madura el fruto, el trigo, es el Sol del verano, o sea, la Luz de Cristo en Su Venida con Sus Ángeles en este Día Postrero. No hay otra cosa prometida para madurar el trigo en este tiempo final.
Por eso no hay otra cosa que le dé un despertamiento espiritual a la Iglesia de Jesucristo en este tiempo final, sino la revelación contenida en los siete truenos de Apocalipsis, que es la revelación del Séptimo Sello, la revelación de la Segunda Venida de Cristo, la revelación del Ángel que era muy diferente a los demás, que tiene el Séptimo Sello, que tiene la Segunda Venida de Cristo. Esa revelación es la que nos madura con esa revelación.
Y todo lo que gira alrededor de la revelación de la Segunda Venida de Cristo, de la Venida del Ángel que era muy diferente a los demás, viniendo a Su Iglesia en el Día Postrero…; así como vino a cada edad, a la Iglesia de Jesucristo en cada edad, manifestado en cada mensajero parcialmente, en la porción correspondiente a cada edad; en el Día Postrero estará manifestado en Su Ángel Mensajero de la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino; y por medio de Él estará resplandeciendo y madurando el trigo.
Pero será Cristo; no el Ángel de Jesucristo, sino Jesucristo a través de Su Ángel Mensajero. La gloria siempre es y será para nuestro amado Señor Jesucristo.
“EL TRIGO MADURO”.
Vean cómo es que el trigo viene a madurez. Y vean cómo tenemos que entender lo que es la madurez del trigo como individuo, como Cuerpo Místico de Cristo y como dispensación también.
O sea que hay que ver todos estos ángulos para así poder comprender estas cosas correspondientes a este tiempo final, en donde el Grano de Trigo que fue sembrado en tierra, el Hijo del Hombre, Jesucristo, estará —en el Día Postrero— estará reproducido en millones de seres humanos que serán a imagen y semejanza de nuestro amado Señor Jesucristo. ¿Por qué digo millones? Porque estoy contando los escogidos de las edades pasadas.
Ahora, ojalá y sean millones, sin contar los escogidos de las edades pasadas también. No sabemos, pero vamos a esperar, porque no va a ser ni uno más, pero tampoco va a ser ni uno menos, de los que están escritos en el Libro de la Vida del Cordero.
Así que no va a ser ni uno más de los que están escritos para esta edad en el Libro de la Vida del Cordero; ni para los que están escritos en cada una de estas edades, no va a ser más del número que Dios escribió en el Cielo; y tampoco va a ser más del número que Dios escribió para esta edad, pero tampoco va a ser menos de lo que Él escribió.
Así que Dios, así como dio las medidas y dio todas las cosas para construir el templo de Moisés y el de Salomón, y también para construir el arca; al dar Él todas esas medidas, ahí están todos los escogidos de Dios. Si Él dio medidas allá, cantidades, pues cuánto más para Su Cuerpo Místico de creyentes.
Él tiene las cantidades para cada edad. Y nuestro deseo es que en nuestra edad pues sean millones, pero no sabemos; pero vamos a esperar.
Vamos a trabajar, a continuar trabajando. Porque cuando lleguemos a tener hasta el último de los escogidos en nuestra edad, y maduremos, nos iremos de aquí; todos seremos transformados y nos iremos de aquí. Y nos iremos con gran riqueza: nos iremos con un cuerpo nuevo; y con ese cuerpo nuevo, ahí tenemos todo; ahí tenemos todo, porque estaremos a imagen y semejanza de nuestro amado Señor Jesucristo.
Así que, amados amigos y hermanos presentes… Les digo “amigos” porque son mis amigos, porque les estoy diciendo todas las cosas que Cristo me ha dicho a mí. Y les he dicho “mis hermanos” porque ustedes son mis hermanos; somos hijos de Dios por medio del segundo Adán, por medio de nuestro amado Señor Jesucristo.
Y ustedes son mi verdadera Familia. Los hijos e hijas de Dios, los descendientes de Dios por medio de Jesucristo son mi verdadera Familia; y esa es la Familia celestial, y que es para toda la eternidad.
Por eso es que no importa que tengamos en algunas ocasiones problemas con nuestra familia terrenal; no se preocupen: tenemos una Familia celestial.
Cristo cuando le dijeron:
—“Mira, afuera te están procurando”.
—“¿Y quién es?”.
—“Es tu madre y tus hermanos, que te están buscando”.
—“¿Y quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?, sino (¿quiénes dijo Jesús?) los que hacen la voluntad de mi Padre celestial. Esa es mi madre y esos son mis hermanos”2.
Y gracias a Dios porque María también hacía la voluntad de Dios.
Y hubo un tiempo en que los hermanos de Jesús no creían, pero después vinieron a creer, y después vinieron a ser personas muy importantes en la Iglesia de Jesucristo. ¿Cuál era?, ¿Santiago era (o Jacobo)? [Hno. Miguel: Santiago o Jacobo, era uno de los pilares de la Iglesia]. Uno de los pilares; y era uno también de la familia terrenal; y también era de la Familia celestial.
Y es una bendición grande cuando nuestra familia terrenal también viene a ser de la Familia celestial; por eso oramos por ellos, para que Dios tenga misericordia de ellos.
Hay, en muchas familias, que también sus familiares son de los escogidos de Dios; y si no son de los escogidos de Dios, pues uno ora por ellos también, para que, aunque no sean de ese grupo elegido de Dios, pues sean del otro grupo que en el Juicio Final saldrán con vida eterna.
Por eso le damos la oportunidad también que hagan algo en la Obra de Dios; y les damos folletos, y así por el estilo; y los ponemos a trabajar en la Obra. Porque si un vaso de agua fría no pierde su recompensa, ¡cuánto más todo lo que puedan hacer en la Obra de Dios!
Les damos esto para que hagan, esto otro para que nos ayuden; pero ellos no saben que lo que les estamos dando es una bendición para que les sea acreditado a ellos; para cuando Dios los juzgue, aparezca en favor de ellos algo que ellos han hecho.
Así que vean ustedes, tenemos que entender también estas cosas para ayudar a nuestros familiares y a otras personas, y así pues que entren a vida eterna aunque sea después del Milenio. Porque nuestro interés es que se llene el Reino de Dios de seres humanos.
O sea que nosotros no pensamos en una forma mezquina, diciendo: “Bueno, como no es mi familia o no…, o esto o lo otro, pues no le – no me interesa si es – si se salva o no se salva”. A Jesucristo sí le interesa que todos procedan al arrepentimiento y se salven.
Ahora, los que no están escritos en la sección del Libro de la Vida y tampoco de la Vida del Cordero y tampoco en la otra sección, ya ahí uno no puede hacer nada; pero los que están escritos, pues entonces nosotros luchamos para evitar que sean borrados; y por eso el Mensaje lo llevamos para todos los seres humanos; y las puertas están abiertas para todos los seres humanos.
Bueno, ha sido un placer y una bendición grande para mí estar con ustedes en esta ocasión, compartiendo con ustedes alrededor de la Palabra de Dios este tema: “EL TRIGO MADURO”.
Hemos visto el misterio del trigo, y hemos visto estas diferentes etapas por las cuales pasa el trigo.
Así que Dios les continúe bendiciendo a todos, Dios les guarde; y nuevamente con nosotros Miguel Bermúdez Marín.
“EL TRIGO MADURO”.
[Revisión noviembre 2022 – JR-PP]
1 Malaquías 4:2
2 Mt. 12:47-50, Mr. 3:31-35, Lc. 8:19-21