Muy buenas tardes, ministros, compañeros, en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo.
Y ahora, leemos en Primera de Corintios, capítulo 4, verso 1 al 5, la Escritura que dice… Capítulo 4, verso 1 en adelante, de Primera de Corintios, dice:
“Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios.
Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel.
Yo en muy poco tengo el ser juzgado por vosotros, o por tribunal humano; y ni aun yo me juzgo a mí mismo.
Porque aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado; pero el que me juzga es el Señor.
Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza”.
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
“FIELES ADMINISTRADORES DE LOS MISTERIOS DE DIOS”.
Dios ha colocado a Sus mensajeros de cada edad y a Sus ministros, todos Sus ministros, como administradores de los misterios de Dios; viene la Palabra en cada edad por el Espíritu Santo a cada mensajero, y de ahí se extiende a los demás ministros, los cuales ministran esa Palabra, llevan esa Palabra al pueblo; y así el misterio más grande, que es el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, conforme a Colosenses, capítulo 2, verso 2 y 3, donde dice:
“Para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo,
en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento”.
Y ahora, dice el apóstol Pablo en Hebreos, capítulo 1, verso 5 en adelante:
“Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás:
Mi Hijo eres tú,
Yo te he engendrado hoy,
y otra vez:
Yo seré a él Padre,
Y él me será a mí hijo?
Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice:
Adórenle todos los ángeles de Dios.
Ciertamente de los ángeles dice:
El que hace a sus ángeles espíritus,
Y a sus ministros llama de fuego”.
Y ahora, los ángeles son espíritu, o sea, cuerpos angelicales; y Sus ministros son llama de fuego.
Y ahora, aquí tenemos que estos ángeles ministradores son espíritu, y ellos son llama de fuego. Dice el verso 14:
“¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?”.
Y ahora Dios envía, a favor de los que serán herederos (esos son los miembros de la Iglesia, esa es la Iglesia), envía a Su Iglesia espíritus ministradores que ministren la Palabra de Dios para el tiempo en que ellos son enviados[1]: vienen con la Palabra de Dios para ese tiempo; y esos espíritus ministradores son esos ángeles mensajeros correspondientes a cada edad, que vienen en carne humana. Dentro de esos cuerpos está un espíritu, un cuerpo angelical ministrador para cada edad.
Y también luego, los ministros de cada congregación, también son enviados con ese ministerio; y los diferentes ministerios también ya son ordenados por Dios; por lo tanto, son espíritus ministradores enviados por Dios para ministrar la Palabra de Dios, cada uno bajo el ministerio que le corresponde. Esos ministerios vienen del Cielo, son del Cielo, para ser manifestados aquí en la Tierra.
Los más grandes son los correspondientes a cada edad; y más grande que esos, pues los correspondientes a cada dispensación, pues de esos solamente hay siete espíritus ministradores; y por consiguiente son siete príncipes del Reino celestial, siete espíritus del Reino celestial, que son enviados a la Tierra, cada uno en la dispensación que le corresponde.
Por lo tanto, el padre de una dispensación es el mensajero de esa dispensación; el padre de una edad es el mensajero de esa edad; y así por el estilo.
Y ahora, esos espíritus ministradores son fieles administradores de los misterios de Dios en la Tierra, en la Iglesia y en medio de la familia humana.
Como el siervo fiel y prudente[2]: ese es un espíritu ministrador, que es enviado para darle el Alimento a tiempo en la Casa de Dios a toda la Familia de Dios, que son los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo; pues la Casa de Dios en el Nuevo Testamento es la Iglesia del Señor Jesucristo; como la Casa de Dios como pueblo en el Antiguo Testamento es el pueblo hebreo, que sacó Moisés de Egipto por medio del Espíritu de Dios que estaba en él.
Y ahora nos encontramos en el Nuevo Testamento bajo el Nuevo Pacto: cubiertos con la Sangre del Nuevo Pacto, que es la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador. Ahí tenemos a los creyentes en Cristo dentro del Reino de Dios, pues entraron por medio del nuevo nacimiento: han nacido del Agua y del Espíritu (de la predicación del Evangelio de Cristo y del Espíritu Santo), y por consiguiente ya fueron restaurados a la vida eterna; pero la parte física todavía no tiene la inmortalidad, la parte física es mortal todavía; pero tenemos la promesa de una adopción.
Así como recibimos la adopción espiritual y obtuvimos el cuerpo angelical, obtendremos la adopción física, que será la redención del cuerpo, o sea, la transformación, en donde recibiremos un cuerpo nuevo, eterno, inmortal, incorruptible y glorificado.
Por lo tanto, tenemos que estar siendo alimentados con la Palabra de Dios para que nuestra fe cada día esté más alta, esperando lo que Dios ha prometido; porque como Él ha dicho, así Él hará[3]. Él no puede hacer de otra forma. Pues si no ha dicho que sea de otra forma, pues no puede hacer de otra forma, tiene que hacer de acuerdo a como está en Su Palabra.
Y ahora, la Iglesia del Señor Jesucristo del Nuevo Testamento ha estado pasando por diferentes etapas o edades, y ya ha estado entrando a una etapa eterna o edad eterna, que es la Edad de la Piedra Angular, que corresponde al número ocho (y el ocho representa eternidad). Es el regreso al principio, es el regreso al Huerto del Edén, es el regreso a la vida eterna. Es la etapa en donde somos preparados para ser adoptados físicamente, ser transformados, recibir la adopción física, que es la redención del cuerpo; para lo cual ha sido dicho que los Truenos, que es la Voz de Cristo en Apocalipsis, capítulo 10, nos darán la fe de rapto, la fe para nuestra transformación, la revelación para nuestra transformación.
Si la fe, la revelación, para nuestra transformación espiritual y para nuestra adopción espiritual, para obtener el nuevo nacimiento, está basada en la Primera Venida de Cristo: la fe para la transformación física está basada en la Segunda Venida de Cristo; porque la Segunda Venida de Cristo es para nuestra transformación.
Y ahora, es un misterio la promesa hecha a la Iglesia para la Venida del Señor, de la cual ha sido dicho que será como ladrón en la noche[4].
Por lo tanto, quien tendrá que ver Su Venida como ladrón en la noche será Su Iglesia, porque Él vendrá por Ella para llevársela en el rapto; más nadie comprenderá estos misterios. Y si alguien más los podrá comprender serán 144.000 hebreos, 12.000 de cada tribu, que cuando usted los vea despertando, y (como decimos nosotros) “estregándose los ojos”, como hacemos algunas veces por la mañana porque no vemos claro, estregándolos para que se nos limpien bien los ojos y podamos ver claro; pues miren, lo que estamos viendo…, estamos viendo un acercamiento del judaísmo con el cristianismo.
Ellos están buscando algo que en el cristianismo tiene que aparecer; y ellos dirán: “¡Esto es!”, o si lo quieren más claro: “¡Este es el que nosotros estamos esperando!”; porque ellos están esperando que aparezca un hombre en el cual esté el ministerio de Elías, y que esté proclamando la paz imperecedera; esas son señales…; y aun de algunos de ellos, de rabinos importantes, de cuánto tiempo más o menos ellos esperan (en cuánto tiempo) que ya aparezca el que ellos están esperando.
Ellos están a la expectativa y no se van a detener hasta encontrar lo que ellos están esperando, pues muchos de ellos piensan —unos en silencio y otros en voz alta— que ya tiene que estar sobre la Tierra lo que ellos están esperando; por eso lo están buscando.
Ellos dicen que Elías introducirá al Mesías[5], por lo tanto tienen que buscar a Elías primero. Por eso en las sinagogas le tienen una silla, porque esperan que el día del Pésaj o Pascua él aparezca y se siente en esa silla; todas las sinagogas lo esperan. Y también en las casas, cuando celebran la Pascua, colocan una silla y una copa de vino también. O sea que es una costumbre, porque ellos están esperando a Elías, y dicen que él se va a sentar y va a tomar la copa de vino.
Ellos piensan que espiritualmente sucede eso en cada Pascua, pero lo esperan también que ocurra literalmente. Así que están a la expectativa, y el reverendo William Branham nos dice que sus esperanzas están a punto de convertirse en una realidad.
¿Cuándo volverá el Evangelio a los judíos? Cuando la dispensación gentil termine, o sea, cuando haya entrado hasta el último escogido a la Iglesia del Señor Jesucristo.
¿Y cómo volverá el Evangelio de los gentiles a los judíos? Dice: “Allí estarán Moisés y Elías”[6]. Le corresponde al ministerio de los Dos Olivos llevar el Evangelio de entre los gentiles a los judíos.
Así como los judíos lo trajeron a los gentiles por medio del ministerio de San Pedro y San Pablo, el ministerio del Espíritu Santo en ellos, operado por el Espíritu, así también lo llevarán de regreso a los judíos: Moisés y Elías, o sea, los Dos Olivos. Eso concuerda con lo que están esperando los judíos.
Algo grande está a punto de suceder en este siglo XXI en el cual estamos viviendo. Para los judíos faltan treinta y algo de años para llegar, para terminar el sexto milenio y entrar al séptimo milenio, si le añadimos doscientos [200] años que les falta al calendario judío. Así como al calendario de entre los gentiles le falta algunos años, porque está atrasado, también al de los judíos les falta doscientos años; y ellos lo saben.
Así que algo grande está por suceder para los judíos; y algo más grande para la Iglesia del Señor Jesucristo, que es la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos.
La Iglesia será coronada con la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos; y todo eso será bajo el tiempo de la Tercera Etapa, de la cual habló el reverendo William Branham, en donde el poder de Dios será manifestado en toda Su plenitud[7].
Y lo que vimos manifestado en parte en el reverendo William Branham, que fue la manifestación más grande que hemos visto en algún hombre en esta Tierra…, vimos más manifestaciones de Dios a través de él que a través de San Pablo y que a través de San Pedro también, y mucho más que de los demás mensajeros de las diferentes edades. Vimos repitiéndose lo que fue visto en Jesús. Pero algunos no lo vieron, porque estaban ciegos. ¿Y qué se puede hacer?, si en los días de Jesús tampoco muchos se dieron cuenta; aunque veían con sus ojos, no veían con su corazón y con su espíritu, no comprendían.
Y ahora, nos estamos acercando a lo que ha sido prometido para el tiempo final: nos estamos acercando a una manifestación plena del poder de Dios por medio de Su Espíritu en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo, que impactará a toda la familia humana, incluyendo la Iglesia, incluyendo todo el cristianismo y todas las naciones, incluyendo al pueblo hebreo. Nos estamos acercando a ese momento.
Y el reverendo William Branham, cuando habló de la Tercera Etapa, donde el poder de Dios estará manifestado en toda su plenitud, dice que vio esa Tercera Etapa manifestada en una Carpa o Catedral grande.
Por lo tanto, en algún país aparecerá esa Carpa; y tendrá que aparecer en un país donde lo crean de todo corazón y se pongan a trabajar para que aparezca.
Y no puede ser en Europa, porque ya el trabajo de Europa en el Cuerpo Místico de Cristo se realizó en edades pasadas; tampoco puede ser en Norteamérica, porque ya la séptima edad terminó; y el reverendo William Branham, cuando vio la Tercera Etapa surgiendo, dice que escuchó pero no pudo entender, porque estaba en un idioma desconocido para él[8].
Solamente queda la América Latina y el Caribe. Y por consiguiente, en algún lugar, algún país de la América Latina o el Caribe, va a aparecer esa Carpa o Catedral gigante, en donde estará todo lo que vio el reverendo William Branham en visión. Y él se encontraba en el aire viendo todo lo que allí estaba pasando.
Y después que él vio que la Columna de Fuego se movió a ese lugar, más adelante él vio también todo lo que sucedía: era una Obra del Espíritu Santo, y vio todo lo que sucedía. Y luego pregunta: “¿Por qué allí?”, le pregunta al Ángel. Y el Ángel le dice: “No será un espectáculo público”[9], o sea: “No será algo como lo que tú hacías en tus campañas (o los evangelistas)”.
O sea que será algo bastante reservado para que no haya imitaciones, y se cumpla también: “Cuando oras, entra en tu cámara secreta, y cerrada la puerta, ora a tu Padre en secreto, y Él te recompensará en público. Ora a tu Padre en secreto, el cual te ve; y te recompensará en público”[10]. Y entonces eso dará cumplimiento a esas palabras de Jesús. ¿Ven? Tiene una base para ser hecho en esa forma; ahí es donde más ampliamente se cumplirán esas palabras.
Y luego el Ángel y el reverendo William Branham (él estando en cuerpo espiritual) fueron al cuartito, donde estaba sucediendo todo, y él vio todo lo que allí sucedía; y dice en otro…, en uno de los mensajes, que el Ángel le dijo: “¿Recuerdas el nombre que buscabas cuando tuviste el sueño o Visión de la Carpa?”[11]. O sea que hay un nombre allí, y él estaba buscando ese nombre.
Y en otro lugar, donde él habla acerca del nombre (dice), y de la Carpa, él dice: “Será la forma en que Dios dará a conocer de una manera nueva Su Nombre”[12]; o sea, si es de una manera nueva Su Nombre, es Su Nombre Nuevo.
Pero todo eso es un secreto en la mente de Dios, que está prometido para ser abierto, ser manifestado… Dice también: “Eso está ligado al Séptimo Sello”.
Y hay un Ángel que es el que tiene el Séptimo Sello, el que era diferente a los demás, de los que le aparecieron en una nube, y lo arrebataron, y lo tuvieron con él en esa nube. Eran siete, y al llevar al reverendo William Branham con ellos ya eran ocho: los siete ángeles de la Iglesia y uno diferente a los demás[13]. Y dice que ese era el que tenía el Séptimo Sello; o sea que el Séptimo Sello está ligado a ese Ángel.
Bajo ese Ángel, ese espíritu ministrador, estará manifestándose todo lo que corresponde a ese tiempo, a esa edad, hasta coronar todo con el cumplimiento de la Visión de la Carpa y todas esas maravillas que han sido prometidas.
Y para ese tiempo: la resurrección de los muertos y nuestra transformación; y luego unos días aquí en la Tierra, 30 o 40 días, ya estrenando el nuevo cuerpo, y nos iremos con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Todo eso sucederá y la humanidad no se dará cuenta; no comprenderá lo que estará sucediendo, ni se dará cuenta, cuando sean arrebatados con Cristo los escogidos, la Iglesia-Novia del Señor Jesucristo.
Así que estamos en un tiempo muy importante en el Programa Divino.
Como fieles administradores de los misterios de Dios: continuemos adelante llevando la Palabra de Dios, dando a conocer el misterio de salvación a través de Jesucristo nuestro Salvador; y llevando la Palabra, para que también reciban, no solamente la fe para obtener la salvación y vida eterna a través de Jesucristo, sino también para obtener la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
“FIELES ADMINISTRADORES DE LOS MISTERIOS DE DIOS”.
Seamos fieles administradores de los misterios de Dios, ministros que están aquí presentes y los que están a través del satélite Amazonas o de internet en diferentes países.
Y aprecio y agradezco el respaldo que ustedes le han estado dando a Puerto Rico para la compra del terreno, los pagos, también en la compra del nuevo auditorio; les agradezco vuestras oraciones y todo lo que han estado haciendo en favor de esa labor, de ese proyecto, que Puerto Rico está llevando a cabo.
Y después, quizás en otros países, después que se termine ese, quizás en otros países también haya la oportunidad de hacer algunos (si nos da tiempo)… Si con uno basta, pues no gastaremos en hacer otros, sino que todo el esfuerzo lo mantendremos en el que esté hecho, para que se sostenga en pie toda la labor, se mantenga esa labor; pero si nos da tiempo y hay facilidades, pues también trataremos de que en otros países haya lugares grandes también.
Si es que no solamente en un sitio es que va Dios a obrar, sino que va a obrar en otro, pues en otros también Dios va a proveer para que se haga. Pero si con uno le ha de bastar a Dios, pues con uno nos quedamos.
Y tendremos antenas parabólicas para captar la señal del satélite. Y así estarán las diferentes congregaciones con sus pantallas lo más grande posible, y distribuidas, algunas en medio de los auditorios (más de una, por supuesto), para que todos puedan ver bien.
Y quizás desde sus países podrán ver tan claro como los que estarán en esas actividades, porque estarán viendo también a través de las pantallas, como también van a estar viendo a través de las pantallas en el auditorio que hemos de tener en Puerto Rico.
Así ya lo hemos estado haciendo. Es común para nosotros las transmisiones por satélite y por internet; así que ya hemos estado practicando, y ya es común para nosotros.
Esperamos que todos, pues, en todos los países, estén preparados para esas transmisiones. Deben de tener sus antenas lo más pronto posible, mientras hay tiempo; porque a lo último…, algunos salen corriendo ya a lo último.
Como cuando es tiempo de tormenta, ya cuando comienzan los vientos salen a buscar velas, fósforos y lámparas, y paneles; y cuando lleguen: “No, ya no hay nada”. ¿Por qué? Por negligentes, no buscaron a tiempo las cosas; y después no tienen ni galletas para los niños, porque fueron negligentes.
Así que dicen que en guerra avisada no muere gente; y también en tormenta avisada, pues no muere gente.
Y también en fiesta que es avisada, pues nadie debe llegar tarde, porque se cierra la puerta y después nadie puede entrar. Como pasó en la parábola de las diez vírgenes: que no estaban preparadas cinco de ellas, no tenían aceite en sus lámparas, o sea, no habían recibido el Espíritu[14]. Creyeron que solamente era decir: “Yo recibo a Cristo como mi Salvador”, y ya. Era también recibir el Espíritu de Cristo, el Espíritu Santo, para tener el nuevo nacimiento, y por consiguiente tener la vestidura de Boda.
Así que se requiere que a tiempo tengamos todo, porque viene un tiempo en que ya no podremos obtener las cosas; pero si ya las tenemos, no importa que luego sea difícil.
Bueno, esperamos grandes bendiciones de parte de Dios; y por esa causa hay que hablar de estas cosas, para que se hagan una realidad, para que se materialicen para aquellos que las escuchan y las creen de todo corazón, y trabajan en pro de que se hagan una realidad.
No nos quedamos con los brazos cruzados diciendo: “Bueno, que todo el mundo trabaje, pero yo no voy a trabajar. Yo quiero ver si es verdad. Cuando suceda, voy a hacer algo”. Cuando suceda, no va a hacer nada; porque si no creyó, pues no tiene derecho a recibir bendición.
Siempre hay un tiempo para trabajar y un tiempo para recibir las recompensas.
Bueno, seamos fieles administradores de los misterios de Dios en este tiempo final.
La Visión de la Carpa y lo que ahí sucede es uno de los misterios de Dios correspondientes a este tiempo final. Y por cuanto envuelve la manifestación plena del poder de Dios, lo que vimos en parte manifestado en el reverendo William Branham será manifestado en toda su plenitud; eso significa que muchas promesas que corresponden al tiempo final van a ser cumplidas ahí.
Por lo tanto, seamos administradores de los misterios de Dios; y de todo corazón trabajando en ellos, para que los que todavía no se han cumplido se hagan una realidad.
Y adelante trabajando en toda la Obra de Dios, trabajando también en este proyecto de la construcción de este nuevo auditorio en Puerto Rico; trabajando con vuestras oraciones, y también trabajando en todas las formas en que se trabaja en la Obra del Señor.
Y ministrando al pueblo estos misterios del Reino de Dios, estos misterios de Dios, dándole a conocer al pueblo que estos misterios que están prometidos para ser cumplidos y abiertos al pueblo para el tiempo final, están ya cerca de ser cumplidos en toda su plenitud.
¿Por qué trabajamos en este proyecto de un auditorio grande? Porque creemos la promesa de Dios. Si yo no creyera la promesa de Dios, con el que tenemos nos da y nos sobra, hasta el momento; pero como hay una promesa de un auditorio grande y de una multitud grande[15], pues hay que tener lugar para esa multitud y para esa manifestación de Dios. A cada ministro le gustaría que sea en su país, pero en algún país tiene que cumplirse.
El reverendo William Branham trató de que fuera en su país, porque él era el mensajero de esa edad, y esa edad correspondía a ese país.
Solamente el mensajero de una edad puede hacer en favor de su edad todo lo que corresponde a su tiempo; y principalmente pues lo hace en su país: en su país se abre la edad, y de ahí se extiende a otros lugares.
Así que esperamos que alguien tenga el ministerio del Día Postrero; y, por supuesto, pues va a tratar de que sea en su propio país. Así que lo vamos a conocer cuando esté esa Visión de la Carpa cumplida y viéndose esas señales y maravillas, y también llamamiento; cuando se esté viendo eso, pues entonces todos diremos: “¡Mira dónde era!, ¡mira cómo era!, ¡mira qué sencillo es!”.
Y algunos dirán: “Y yo no hice nada en favor de eso; no lo creía”. ¿Por qué? Porque no lo creía. Pero quizás el otro le dirá: “¡Pero yo sí lo creía!; y yo trabajé en pro de ese cumplimiento, de esa Obra que estaba prometida”.
Otros dirán: “Mire, yo no sabía dónde iba a ser”. Pero otros dirán: “Yo sí sabía, yo sí estaba seguro”.
Unos dirán: “Oye, y yo no sabía quién era el mensajero para este tiempo final”. Pero otros dirán: “¡Pero yo sí lo sabía!, y yo sí estuve brazo a brazo con él”.
Así que seamos administradores, como cada mensajero para su edad y como también lo tiene que hacer el mensajero del tiempo final.
“FIELES MINISTRADORES DE LOS MISTERIOS DE DIOS”, llevándolos a todos los seres humanos: llevando el Evangelio de Cristo y todos los misterios contenidos en Él, y todos los misterios correspondientes a este tiempo final.
Que Dios les bendiga y les guarde, y continúe Dios usándoles a todos ustedes y a mí también; y pronto se complete Su Iglesia. Y pronto también aparezca ese auditorio grande que fue descrito como una Carpa o Catedral grande, en donde la Gloria de Dios estaba siendo manifestada.
Bueno, recuerden que siempre se comienza a caminar cuando la persona tiene casi un año, algunos antes, otros más vagos después; y cualquiera dice: “¿Ve?, ¿qué va a caminar?, si se levanta y se cae”. Puede levantarse y caerse; pero si usted caminó, los niños también van a caminar; así ha sido siempre.
Cualquier persona pensará: “Alguien va a caminar hacia adelante con el cumplimiento de una Carpa o Catedral”. ¿Comenzaría a dar los pasos, primeros pasos, desde el principio, y llegará a dar el paso bien, al final? O sea, ¿llegará a dar el paso que cumplirá esa promesa? Recuerden que la persona ya adulta no puede decir: “Yo empecé a caminar ahora”. ¡No! Empezó desde pequeño, y ya está caminando, y ya camina mucho mejor; pero comenzó a caminar.
Si una persona deja tener – llegar a los 15 o 20 años para caminar, ya ese no camina; ya los huesos se le acomodaron en tal forma para no caminar. Cuando pequeño es que se van acomodando a medida que va caminando para tener estabilidad. Al principio no tiene, se cae; como que todavía no ha hecho bien el sitio donde encaje bien; pero cuando ya se estabiliza: ya tiene equilibrio y ya sabe caminar, y sigue caminando en la vida.
Así que hemos estado caminando por muchos años. Yo diría… Algunos dirían: “Ya llevamos como casi quince años o veinte años”. Otros dirán: “No, llevamos como más de veinticinco”. Otros dirán: “No, llevamos mucho más”. Y si le preguntamos a los de Ponce, ya dirían: “Como desde el 64 o 65”. Así que llevamos bastante tiempo caminando juntos, y vamos a llegar a la meta.
Aquí en Cayey comenzamos con una carpa, y espero que nuestra labor en la Tierra, aquí en Cayey, termine en una Carpa; y de ahí, pues al Cielo.
Que Dios les bendiga y les guarde; y nos veremos mañana, Dios mediante, en la actividad de mañana domingo en la mañana.
Que Dios les bendiga a cada uno de ustedes, ministros en los diferentes países; y hasta mañana, en la actividad, en la cual esperamos grandes bendiciones de Dios.
Que Dios les bendiga y les guarde a todos.
Dejo con ustedes al reverendo José Benjamín Pérez para continuar.
Dios les bendiga.
“FIELES ADMINISTRADORES DE LOS MISTERIOS DE DIOS”.
[Revisión febrero 2025]
[1] Hebreos 1:14
[2] San Mateo 24:45
[3] Isaías 46:11, San Mateo 24:35
[4] 1 Tesalonicenses 5:2
[5] [Mensaje de estudio del domingo, 26 de enero de 2025]: RM 2005-12-17 “Así dice el Señor a Su Ungido”, [PÁG. 12]: En el libro “La religión de Israel”*, página 73, dice: (…) “Cuando llegue el tiempo del reino de la fe israelita, Dios enviará a su profeta Elías que ‘unirá el corazón de los padres al de sus hijos, y el corazón de los hijos al de los padres’, y proclamará así la paz universal imperecedera. Ese es el verdadero precursor del Mesías judío, el ángel de la unión y de la concordia en el mundo”. / *Libro hebreo impreso en México, 1953. Autor y redactor S. Blösch.
[6] Las Edades, pág. 30, párr. 109
[7] Citas, pág. 119, párr. 1057: 63-1229E “Apartando la mirada hacia Jesús”, párrs. 38-39
[8] Los Sellos, pág. 471, párr. 162
[9] [Citas, pág. 13, párr. 98: Marzo, 1956 “Magazín de la Voz, Vol. IV, No. 2”] [Citas, pág. 14, párr. 103: 56-0408A “¿Qué es una visión?”, párrs. 105-109] [Citas, pág. 40, párr. 321: 56-0219 “Siendo guiados por el Espíritu Santo”, párrs. 20-26]
[10] San Mateo 6:6
[11] Citas, pág. 40, párr. 321: 56-0219 “Siendo guiados por el Espíritu Santo”, párr. 24
[12] Citas, pág. 26, párr. 216: 58-1003 “Mirando a lo que no se ve”, párrs. 4, 9
[13] Los Sellos, pág. 469, párr. 153
[14] San Mateo 25:1-13
[15] [Citas, pág. 1, párr. 1: Librito “Yo no fui desobediente a la visión celestial”, págs. 1-2] [Citas, pág. 25, párr. 211: 58-1001 “Levantándolo a Él de la historia”, párrs. 4-5, 8-9]