Ha nacido el Rey

Felicidades en estas Navidades, y un feliz y próspero Año Nuevo 2017. Feliz Navidad para todos, para todos los presentes y para todos los que están en diferentes naciones.

Así como hemos tenido grandes bendiciones en este año 2016, habrá grandes bendiciones para el próximo año, Dios mediante.

Reciban un saludo todos los visitantes, ministros, colaboradores, esposas de ministros también, y demás visitantes en esta ocasión. Que Dios les bendiga grandemente y les use siempre en Su Programa toda vuestra vida. Y un saludo muy especial para el misionero, doctor Miguel Bermúdez Marín.

Para esta ocasión leemos en San Mateo, capítulo 2, verso 1 en adelante, donde dice:

“Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos,

diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.

Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él.

Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo.

Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta:

Y tú, Belén, de la tierra de Judá,

No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá;

Porque de ti saldrá un guiador,

Que apacentará a mi pueblo Israel.

Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella;

y enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore.

Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño.

Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo.

Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.

Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.

Después que partieron ellos, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo.

Y él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto,

y estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo”.

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

Tomamos el verso 2 para de ahí tomar el tema, que dice: “… diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle”.

“¿Dónde está el Rey de los judíos?”. Aquí tengo como tema: “HA NACIDO EL REY”.

Y la pregunta es: ¿Dónde está el Rey de los judíos?

Nació en Belén de Judea, conforme a las promesas bíblicas correspondientes a Su Venida como Cordero de Dios para hacer el Sacrificio por el pecado; el cual había sido tipificado en el sacrificio por los primogénitos que se llevó a cabo en Egipto, cuando todos los primogénitos de Egipto iban a morir en la noche del día de Pascua; y lo único que evitaría que los niños primogénitos murieran era el sacrificio de un cordero pascual que cada padre de familia tenía que llevar a cabo; y la sangre de ese cordero tenía que ser puesta en el dintel de las puertas hebreas, en el marco de las puertas de las casas hebreas, para que el ángel de la muerte no entrara a ese hogar; porque si entraba, moría el primogénito que estuviera en esa casa.

Luego, en memoria, en conmemoración o memoria, como memorial, todos los años en esa fecha Israel llevaría a cabo la fiesta de la Pascua, en recuerdo, en memoria, de aquella Pascua que efectuaron allá en Egipto, en medio de un pueblo gentil que tenía esclavizado al pueblo hebreo.

Recuerden que las fiestas judías o hebreas, que son conmemoradas por orden divina, por orden divino, a través de Moisés al pueblo hebreo, tienen un cumplimiento pasado; el presente, a través de la historia, ha sido la conmemoración; y para este tiempo final tienen que ser revelados los misterios contenidos en esas fiestas hebreas.

Ya cuatro fiestas, las primeras cuatro fiestas, se han cristalizado, se han cumplido; y se está viviendo en la fiesta número cuatro, que es la Fiesta de las Semanas, la Fiesta de Pentecostés. Y ahora faltan tres fiestas por ser cumplidas: la Fiesta de las Trompetas (de Levítico, capítulo 23, verso 24 al 25), la Fiesta de la Expiación (de Levítico, capítulo 23, versos 26 al 29) y la Fiesta de las Cabañas o Fiesta de los Tabernáculos (de Levítico, capítulo 23, verso 30 en adelante). Esas tres fiestas se cumplirán con el pueblo hebreo para este tiempo final.

Lo primero que Israel, los judíos verán, es a Elías, el ministerio de Elías tocando la Trompeta de la Fiesta de las Trompetas para convocar a Israel; y lo escucharán proclamando la paz imperecedera para Israel y para todas las naciones que se unirán a Israel en el Reino del Hijo de David, el heredero al Trono de David y heredero al Reino de David.

Después las otras dos fiestas: la de la Expiación vendrá; y luego la de la Fiesta de las Trompetas, que corresponde al Reino del Mesías, corresponde al Reino Milenial del Hijo de David, del Rey de Israel, con Israel gobernando sobre Israel y sobre todas las naciones, con trono en Jerusalén (el Trono de David), y el territorio de Israel como Distrito Federal; por lo tanto, Israel se convertirá en el Distrito Federal del Reino del Hijo de David, lo cual está muy cerca.

Para lo cual tiene que aparecer el Rey de Israel, el que se sentará en el Trono de David en el Día Postrero (el cual es el séptimo milenio el Día Postrero), en donde será restaurado el Reino de David a y con el pueblo hebreo; y la paz saldrá de Jerusalén para todo Israel y para todas las naciones; la felicidad llenará el corazón, el alma de los seres humanos, y la prosperidad será muy grande en ese Reino. Y todas las naciones subirán a Jerusalén a llevar sus tributos, sus ofrendas, sus diezmos, y a llevar y rendir adoración al Rey de Israel, al Rey de Israel heredero al Trono de David. Por lo tanto, un descendiente de David se sentará en el Trono de David.

Cuando el libertador para el pueblo hebreo —que estaba en Egipto en esclavitud— apareció, nadie sabía quién era; y más bien vivió como si fuera un gentil allá en la Corte del Faraón. Y nadie sabía que la esperanza de Israel, de la liberación que estaba prometida en Génesis, capítulo 15, sería llevada a cabo por Moisés, el cual estaba como un príncipe en el reino de Egipto, en la Corte del Faraón. Era una persona muy importante allá en Egipto, pero ni los judíos ni los egipcios sabían que ese era el libertador que Dios enviaría para libertar al pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto.

También encontramos que en otra ocasión anterior hubo en Egipto un príncipe, el cual estaba a cargo de la administración del reino, el cual se llamaba José, un descendiente de Jacob; y él estuvo pendiente a su padre y a sus hermanos, que vivían en la tierra de Canaán o tierra de Israel, y cuando fueron a comprar trigo los vio, los reconoció y les ayudó, sin que ellos se dieran cuenta que él era José. Y estuvieron viendo ese príncipe vestido con vestiduras gentiles: su cabello, su ropa, todo como un egipcio, como un gentil, pero era un hebreo, un hijo de Jacob, un hijo de Abraham.

También el caso de la presentación de José a sus hermanos, revelándose y diciéndoles: “Yo soy José, vuestro hermano”1 fue en un tiempo importante para los hermanos de José.

¿Dónde encontraron a su hermano? Entre los gentiles. Y cuando Moisés, ¿dónde estaba Moisés, el que sería el libertador del pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto? Entre los gentiles.

Siempre, vean ustedes cómo Dios ha protegido el instrumento que Él tiene para cierto tiempo.

Dios salvó a Egipto por medio de José, que no murieran los egipcios a causa del hambre que duraría siete años.

Luego, más adelante, encontramos que Dios salvó a Israel de la esclavitud en Egipto, el cual estaba viviendo en Egipto; pero por cuanto no lo reconocieron la primera ocasión en que trató de libertarlos (cuando tenía él cuarenta años), tuvo que huir; porque el Faraón lo quería matar a causa de que Moisés había matado a una persona por defender a un hebreo.

Luego pasó un ciclo de cuarenta años y Dios lo volvió a enviar para la liberación de Israel.

El entrenamiento que había recibido primero, entre los gentiles, como un príncipe, no le sirvió para la liberación de Israel; pero luego como pastor de ovejas fue entrenado por Dios, y vino ya con ochenta años, y Dios por medio de Moisés libertó a Israel de la esclavitud en Egipto.

Si Moisés era dado a conocer cuando nació, lo hubieran matado, porque había sentencia de muerte para todos los niños varones que nacían en medio de los hebreos. Y vean cómo esos instrumentos de Dios han sido perseguidos por el enemigo de Dios inspirando a reyes, a personas, para impedir que se cumpla la Obra que Dios tiene que hacer a través de ese instrumento.

En los días en que nació Jesús también Herodes quiso matarlo; y mandó a matar a todos los niños de dos años hacia abajo, porque el niño tenía que tener alrededor de dos años; y mandó a matar a todos los niños, pensando que entre esos niños estaba Jesús. Pero Dios envió a Su Ángel en sueños a José y le dijo que se fuera a Egipto porque Herodes buscaría al niño para matarlos.

Un rey que parece que no era muy valiente, porque buscando un niño para matarlo significa que le tenía miedo a un niño que había nacido; pero era el enemigo a través de Herodes para evitar que viviera ese niño y llevara a cabo la Obra que Dios tenía que hacer a través de ese niño.

Y en este tiempo final vemos, a través de la historia, que todas las personas que Dios ha colocado en posiciones de mensajeros, han sido perseguidos a muerte por el enemigo usando diferentes instrumentos.

Solamente al decir los magos: “¿Dónde está el Rey de los judíos, que ha nacido? Porque Su estrella hemos visto en el oriente”, ya el rey Herodes pensó cómo matar a ese niño; por lo cual tenía que ser encontrado el niño. Si nunca había leído las Escrituras, en esa ocasión sí, que pidió que los escribas, los doctores en el campo religioso, le dijeran dónde tenía que nacer el Cristo, el Mesías. Le dijeron: “En Belén de Judea, porque así está escrito por el profeta”.

Para la Venida del Señor en este tiempo final, todo quedó en secreto; porque si es abierto ese misterio, el enemigo tratará de impedir que se cumpla la Venida del Señor.

Ese misterio es el misterio del Séptimo Sello, el cual será abierto en el cumplimiento de la Visión de la Carpa, de La Gran Carpa Catedral, para dar la fe, la fe perfecta, la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

La pregunta para este tiempo va a ser: “¿Dónde está el Rey de los judíos?”. Esa es la pregunta clave para este tiempo final.

Lo va a saber el grupo de creyentes en Cristo que van a ser transformados, porque van a recibir la fe, la revelación de la Segunda Venida de Cristo, la revelación para ser transformados y llevados con Él a la Cena de las Bodas del Cordero.

Ese es el misterio más grande de toda la Biblia: el misterio de la Venida del Señor para este tiempo final. Por eso cuando el Séptimo Sello fue abierto en el Cielo (en Apocalipsis, capítulo 8), luego hubo silencio en el Cielo como por media hora, para que no se supiera ese misterio hasta que llegara el momento de ser abierto en público y al público el misterio de la Venida del Señor para el Día Postrero.

Cuando los judíos vean ese misterio abierto, cuando vean al Señor, cuando vean al Rey de Israel, al heredero al Trono de David, al Hijo de David viniendo en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo, es que dirán: “¿Por qué con ellos?”. Es que la Iglesia del Señor Jesucristo desde el Día de Pentecostés entró al Nuevo Pacto, y Dios ha estado tratando con la Iglesia del Señor Jesucristo por alrededor de dos mil años; y va a volver a tratar con el pueblo hebreo dentro de muy poco tiempo, conforme al Programa Divino.

La Iglesia del Señor Jesucristo está bajo el Nuevo Pacto. Por eso es que la Venida del Señor a Su Iglesia está prometida para la resurrección de los muertos creyentes en Cristo y la transformación de los creyentes en Cristo del Día Postrero, nacidos de nuevo en el Cuerpo Místico de Cristo.

Recuerden, los creyentes en Cristo son reyes, sacerdotes y jueces; o sea, pertenecen a un Orden celestial: al Orden de Melquisedec, que es Rey, Sacerdote y Juez. Por lo tanto, los creyentes en Cristo nacidos de nuevo, que forman la Iglesia del Señor Jesucristo, pertenecen a un Orden celestial: al Orden de Melquisedec.

Por lo tanto, no hay ningún problema con la Iglesia del Señor Jesucristo y los judíos; una tiene las bendiciones terrenales (Israel), y la Iglesia tiene las bendiciones celestiales.

Y ahora, la Iglesia del Señor Jesucristo, los creyentes en Cristo, son reyes; y Cristo es el Rey de reyes; el Rey de todos esos reyes es Cristo. Y Él es el Sumo Sacerdote del Templo celestial según el Orden de Melquisedec, al cual pertenecen todos los creyentes en Cristo que forman la Iglesia del Señor Jesucristo, que son los que han nacido de nuevo, han nacido en el Cuerpo Místico de Cristo.

Recuerden que Cristo dijo en una ocasión a Nicodemo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca del Agua y del Espíritu no puede entrar al Reino de Dios”. (San Juan, capítulo 3, verso 1 al 6).

Con el nuevo nacimiento la persona ha nacido en una nueva creación: pertenece al Reino celestial de Cristo porque nació en el Reino de Cristo, y por lo tanto pertenece al Orden de Melquisedec.

Cada vez que un pecador se arrepiente —dice Jesús— hay gozo en el Cielo2; es que nace un rey en el Reino de Dios, y por consiguiente hay gozo en el Cielo. Igual a como fue cuando Jesús nació en Belén de Judea, que huestes celestiales de ángeles vinieron cantando regocijadas, cantando que había nacido en Belén de Judea un Salvador, que es Cristo el Señor. Y cuando nace de nuevo una persona en el Cuerpo Místico de Cristo: ha nacido un rey, una reina, en el Reino de Dios, en el Orden de Melquisedec.

Hay una pregunta que algún día les contestaré.

Recuerden que por cuanto es un Orden celestial de reyes, sacerdotes y jueces, van a reinar en la Tierra con el Ungido, el Hijo de David, en el Reino de David, que estará gobernándose desde Israel.

Hay promesas muy grandes para la Iglesia del Señor Jesucristo y también para el pueblo hebreo; por lo cual, deben mantener una buena amistad y ayudarse los unos a los otros, porque ambos tienen promesas de grandes bendiciones en el Reino de Dios.

La pregunta que va a surgir algún día será: “¿Dónde está el Rey de los judíos?”. Y va a tener la respuesta correcta, porque tanto los judíos como los cristianos están esperando y buscando al que se sentará en el Trono de David y heredará el Reino de David. Esa será una de las cosas que será abierta al público en el cumplimiento de la Visión de la Carpa.

Hay grandes promesas de grandes bendiciones para los creyentes en Cristo y también para los judíos.

Los judíos están a la expectativa, porque están esperando al Rey heredero del Trono de David, descendiente del rey David. Y este año, hemos visto a través de internet que están muy preocupados; y el próximo año estarán más preocupados y más interesados en saber acerca del tema del que se sentará en el Trono de David como Hijo de David.

Por lo tanto, oremos por Israel, porque tiene esa promesa terrenal de que el Trono, Reino y Rey que establecerá el Reino mundial de Dios en la Tierra, se sentará en el Trono de David en Jerusalén. Por lo tanto tenemos que estar también alertas, porque algo grande tiene Dios para la Iglesia del Señor Jesucristo bajo el Nuevo Pacto.

Y algún día los creyentes en Cristo y los judíos dirán: “Ha nacido el Rey, el Rey de los judíos”. Pero la pregunta, antes de esa, es: “¿Dónde está?”. Y esa pregunta va a ser contestada bíblicamente en el cumplimiento de la Visión de la Carpa.

Por lo tanto, estemos preparados, porque ese es el misterio del Séptimo Sello, que cuando sea abierto nos dará la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Todo va muy bien en el Programa de Dios, va cumpliéndose cada promesa a su tiempo; y las que faltan también se cumplirán en el tiempo preciso para su manifestación o cumplimiento.

Es un privilegio vivir en este tiempo; aunque tenemos una responsabilidad muy grande, pero es el tiempo más glorioso de todos los tiempos.

Siempre le he llamado la Edad de Oro a este tiempo final, porque es la Edad de Oro en el Cuerpo Místico de Cristo, la Edad del Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, es la Edad de Oro de la Piedra Angular; por consiguiente, es un tiempo para Dios dar grandes bendiciones a todos los creyentes.

Los judíos van a ver primero a Elías proclamando la paz imperecedera; y también los gentiles estarán viéndolo proclamando la paz imperecedera en el marco del Reino de David y Trono de David. Y ahí muchos dirán: “Es Elías”.

Recuerden que cuando apareció Jesús, decían unos: “Es Juan el Bautista que ha resucitado”; otros decían: “Es Elías”; otros decían: “Es Jeremías”. O sea que van a relacionarlo con alguno de los profetas del pasado, como fue en el tiempo de Jesús. Es porque en Jesús obraba el Espíritu de Dios como obró en Juan el Bautista, en Elías Tisbita, en Jeremías y demás profetas.

Cuando se esté cumpliendo la Tercera Etapa como fue mostrada al reverendo William Branham, en una Gran Carpa Catedral, y se esté viendo lo que él vio, ahí va a ser abierta la Escritura a nosotros y nuestros ojos espirituales y nuestra mente, para ver que lo que estará pasando es lo que está prometido en las promesas hechas para los creyentes en Cristo y para los judíos.

O sea que viene un tiempo muy glorioso para todos los creyentes en el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. Hay más bendiciones de parte de Dios para mí, ¿y para quién más? Para cada uno de ustedes también.

Por lo tanto, estemos cada día más y más agarrados del Señor para recibir Sus bendiciones, como Jacob; como Jacob se agarró bien del Ángel de Dios y no lo soltaba; y el Ángel le decía: “Suéltame, tengo que irme, ya raya el alba”. Jacob le dijo: “No te soltaré hasta que me bendigas”3.

El Ángel lo hirió en el muslo y la cadera, pero lo bendijo cambiándole el nombre. Y ya podía encontrarse con su hermano Esaú, el cual lo esperaba, y había pensado y había dicho siempre que cuando muriera su padre Isaac mataría a Jacob, porque Jacob le había robado la Bendición de la Primogenitura.

Es que en la Bendición de la Primogenitura está la herencia del Reino de Dios en la Tierra. Sin la Bendición de la Primogenitura Esaú no tiene derecho a heredar el Reino de Dios en la Tierra. Por eso Jacob, que recibió la Bendición de la Primogenitura, es heredero del Reino de Dios en la Tierra.

Y ahora, tenemos la bendición de que el Reino de Dios va a ser establecido en la Tierra; y vamos a vivir en ese Reino de Dios, en el cual el Rey, el Hijo de David, se sentará en el Trono de David y reinará sobre toda la humanidad. Será un Reino judío, de grande bendición para todas las naciones que entrarán a ese Reino.

Por lo cual oramos por Israel, para que Dios los bendiga y pronto Dios cumpla la promesa de la Venida del Hijo de David, la Venida del Rey de Israel, para la restauración del Reino de David, la restauración de ese Imperio del Rey de Israel que está prometido en la Escritura.

Es importante estar al tanto de estas promesas divinas, para estar preparados para entrar físicamente al Reino de Dios terrenal, que será establecido muy pronto en el séptimo milenio que ya comenzó, y que tanto los judíos como los cristianos están esperando la Venida del Rey de Israel.

Y por cuanto los cristianos y los judíos están esperándolo, lo están buscando…; y la pregunta es: “¿Dónde está el Rey de Israel? Porque Su estrella hemos visto en el oriente”.

Recuerden que el Señor dice en Apocalipsis, capítulo 22, verso 16:

“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana”.

Estamos en un ciclo profético donde muchas profecías correspondientes al tiempo final se estarán cumpliendo; y si no vigilamos, nos pasará por encima todo el Programa Divino. Pero deseamos estar bien despiertos espiritualmente para ver hasta el más mínimo detalle del cumplimiento de las profecías del Reino de Dios que será establecido en este planeta Tierra; en donde Dios derramará Sus bendiciones de amor, de paz, de prosperidad, para todo Israel y para todas las naciones que se unirán a Israel en ese Reino.

“¿Dónde está el Rey de Israel?”. Esa pregunta será contestada en el cumplimiento de la Visión de la Carpa en la Tercera Etapa; y la contestación incluirá: “HA NACIDO EL REY”.

La buena noticia será que habrá nacido el Rey, y la pregunta será: “¿Dónde está?”. Las dos preguntas que surgen automáticamente: “¿Ha nacido?”. “Si ha nacido, ¿dónde está?”.

Por ahora está encerrado, sellado, en el Séptimo Sello de Apocalipsis, capítulo 8, verso 1; y será abierto a todos nosotros en la Tercera Etapa, que se cumplirá en la Visión de la Carpa. Y será de gozo, de alegría, para el cristianismo y también para los judíos. Por eso deben mantener buena amistad, porque ambos pueblos creen en el mismo Dios.

El cristianismo ha heredado todo, lo cual ha venido de Israel. O sea que el cristianismo está agradecido de la bendición que ha venido de parte de Dios, de los judíos, para el cristianismo, el cual cree en el mismo de Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.

La Iglesia del Señor Jesucristo comenzó, nació, en Jerusalén; comenzaron a nacer en el Reino de Dios miles de personas el Día de Pentecostés; y así continuó y ha continuado alrededor del mundo, de edad en edad.

Cuando se complete el número de la Iglesia del Señor Jesucristo, se cerrará la Dispensación de la Gracia; y los muertos en Cristo resucitarán primero, y los que estén vivos en el Cuerpo Místico de Cristo serán transformados. Esa es la promesa para los creyentes en Cristo.

Todavía si falta alguno de entrar al Cuerpo Místico de Cristo, todavía está abierta la Dispensación de la Gracia. Por lo cual pueden pasar al frente aquellos que no han recibido a Cristo todavía, pero que nació la fe de Cristo en su alma. Para lo cual, en cada país y aquí en Puerto Rico, pueden pasar al frente para orar por ustedes, para que así reciban a Cristo como su único y suficiente Salvador.

Vamos a dar unos minutos mientras tienen la oportunidad aquí y en todos los países de recibir a Cristo como único y suficiente Salvador.

Vamos a estar puestos en pie para orar por las personas que han estado viniendo a los Pies de Cristo en diferentes naciones.

Con nuestros rostros inclinados y nuestros ojos cerrados:

Padre celestial, vengo a Ti con todas estas personas que están recibiendo a Cristo como único y suficiente Salvador. Recíbeles en Tu Reino, te lo ruego. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.

Repitan conmigo esta oración que estaremos haciendo por cada uno de ustedes que están recibiendo a Cristo como único y suficiente Salvador:

Señor Jesucristo, escuché la predicación de Tu Evangelio y nació Tu fe en mí.

Doy testimonio público de mi fe en Ti y de Tu fe en mí, y te recibo como mi único y suficiente Salvador.

Te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado; y me bautices con Espíritu Santo y Fuego, luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre, y produzcas en mí el nuevo nacimiento.

Quiero nacer en Tu Reino, quiero vivir eternamente en Tu Reino. Haz una realidad la salvación que ganaste para mí en la Cruz del Calvario. Te lo ruego en Tu Nombre Eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén.

Y ahora, los que han venido a los Pies de Cristo hoy en diferentes naciones, preguntarán: “¿Cuándo me pueden bautizar? Porque Cristo dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado’”. Por lo tanto, la pregunta es: “¿Cuándo me pueden bautizar?”.

Por cuanto ustedes han creído en Cristo como Salvador, bien pueden ser bautizados; y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento. Y nos continuaremos viendo eternamente en el Reino de Dios, en el Reino del Hijo de David.

Que Dios les bendiga grandemente.

¡Les reitero: que tengan una feliz Navidad y próspero año 2017!

Y nos continuaremos viendo en las actividades que se tendrán en estos días navideños, en los cuales esperamos grandes bendiciones de parte del Dios de Israel.

Que Dios les bendiga a todos; y dejo con ustedes al reverendo José Benjamín Pérez a continuación aquí, y en cada país dejo al ministro correspondiente a continuación.

Ya nos vemos el viernes, próximo viernes y próximo domingo, Dios mediante. Y si hay alguna otra actividad otro día, ya el reverendo José Benjamín Pérez se lo informará cuando les hable en esta ocasión.

Que Dios les bendiga y les guarde a todos.

“HA NACIDO EL REY”.

[2da revisión septiembre 2022]

1 Génesis 45:3

2 San Lucas 15:7

3 Génesis 32:26

Scroll al inicio