Inauguración – Salones de la Escuela Bíblica de Niños

Muy buenos días, maestras, y niños y niñas reunidos en esta ocasión para sus clases bíblicas.

Es muy importante la enseñanza, la instrucción bíblica, a los niños; porque la instrucción bíblica a los niños es un mandato Divino. Nos dice Proverbios, capítulo 22, verso 6:

“Instruye al niño en su camino,

Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.”

La instrucción bíblica es la base para la vida de servicio a Dios, del ser humano, y comienza desde niños; pues son dedicados al Señor cuando nacen, y se le enseña, va enseñando, todos los preceptos Divinos para que teman a Dios, guarden Su Palabra, y sirvan a Dios de todo corazón y de buena voluntad.

En Deuteronomio, capítulo 4, nos dice, verso 9 en adelante… aun podemos leer un poco antes, dice desde el 1:

“Ahora, pues, oh Israel, oye los estatutos y decretos que yo os enseño, para que los ejecutéis, y viváis, y entréis y poseáis la tierra que Jehová el Dios de vuestros padres os da.

No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella,  para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno.

Vuestros ojos vieron lo que hizo Jehová con motivo de Baal-peor; que a todo hombre que fue en pos de Baal-peor destruyó Jehová tu Dios de en medio de ti.

Mas vosotros que seguisteis a Jehová vuestro Dios, todos estáis vivos hoy.

Mirad, yo os he enseñado estatutos y decretos, como Jehová mi Dios me mandó, para que hagáis así en medio de la tierra en la cual entráis para tomar posesión de ella.

Guardadlos, pues, y ponedlos por obra; porque esta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es esta.

Porque ¿qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos como lo está Jehová nuestro Dios en todo cuanto le pedimos?

Y ¿qué nación grande hay que tenga estatutos y juicios justos como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros?

Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos.

El día que estuviste delante de Jehová tu Dios en Horeb, cuando Jehová me dijo: Reúneme el pueblo, para que yo les haga oír mis palabras, las cuales aprenderán, para temerme todos los días que vivieren sobre la tierra, y las enseñarán a sus hijos;

y os acercasteis y os pusisteis al pie del monte; y el monte ardía en fuego hasta en medio de los cielos con tinieblas, nube y oscuridad;

y habló Jehová con vosotros de en medio del fuego; oísteis la voz de sus palabras, mas a excepción de oír la voz, ninguna figura visteis.

Y él os anunció su pacto, el cual os mandó poner por obra; los diez mandamientos, y los escribió en dos tablas de piedra.

A mí también me mandó Jehová en aquel tiempo que os enseñase los estatutos y juicios, para que los pusieseis por obra en la tierra a la cual pasáis a tomar posesión de ella.”

Y continúa la enseñanza de Dios por medio de Moisés. Y da una advertencia muy importante, dice:

“Guardad, pues, mucho vuestras almas; pues ninguna figura visteis el día que Jehová habló con vosotros de en medio del fuego;

para que no os corrompáis y hagáis para vosotros escultura, imagen de figura alguna, efigie de varón o hembra,

figura de animal alguno que está en la tierra, figura de ave alguna alada que vuele por el aire,

figura de ningún animal que se arrastre sobre la tierra, figura de pez alguno que haya en el agua debajo de la tierra.

No sea que alces tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y todo el ejército del cielo, seas impulsado, y te inclines a ellos y les sirvas; porque Jehová tu Dios los ha concedido a todos los pueblos debajo de todos los cielos.

Pero a vosotros Jehová os tomó, y os ha sacado del horno de hierro, de Egipto, para que seáis el pueblo de su heredad como en este día.

Y Jehová se enojó contra mí por causa de vosotros, y juró que yo no pasaría el Jordán, ni entraría en la buena tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.

Así que yo voy a morir en esta tierra, y no pasaré el Jordán; mas vosotros pasaréis, y poseeréis aquella buena tierra.

Guardaos, no os olvidéis del pacto de Jehová vuestro Dios, que él estableció con vosotros, y no os hagáis escultura o imagen de ninguna cosa que Jehová tu Dios te ha prohibido.

Porque Jehová tu Dios es fuego consumidor, Dios celoso.

Cuando hayáis…”

Y sigue hablando de los problemas que tendrán si se hacen dioses ajenos, si reciben religiones paganas; y entonces dice Dios que los destruiría. Pero si se mantienen obedientes a la Palabra del Pacto Divino, Dios los bendecirá.

Y por eso desde niños tienen que ser enseñados para que teman a Dios, conozcan el Pacto Divino. Así como era dado a conocer el Pacto Antiguo del Monte Sinaí, es dado a conocer el Nuevo Pacto en el cristianismo, para que se haga carne en el corazón, en el alma, de las personas, desde niños, desde bebés, hasta que terminen sus días en esta Tierra.

Por eso: “instruye al niño en su carrera, en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de ella,” no se apartará del Camino Divino, del Camino de Dios.

Por lo tanto, maestras, es una bendición grande que Dios les ha dado: ser maestras de niños en el Evangelio de Cristo bajo el Nuevo Pacto. Y niños: es una bendición grande para ustedes tener maestras tan buenas, que les dan a conocer la Palabra, el Programa Divino del Nuevo Pacto, y les hablan también del Pacto Antiguo, y de cómo los que obedecían y servían a Dios eran bendecidos, agradaban a Dios y están en el Paraíso; y los que fueron desobedientes perdieron la bendición de la vida eterna.

Por lo tanto, es importante ver el Nuevo Pacto, desde el Nuevo Pacto, ver las cosas que pasaron en el Pacto Antiguo, porque están como ejemplos para que actuemos bien, y no actuemos mal (como actuaron algunas personas del pueblo de Dios); que actuemos como los que actuaron bien, los cuales están en la lista con los héroes de la fe.

Por lo tanto, maestras y niños: Que Dios les bendiga grandemente y les use grandemente; y los niños obtengan todo ese conocimiento Divino correspondiente a nuestro tiempo.

Y ya pasamos a la otra parte. Que Dios les bendiga y les guarde a ustedes, maestras y niños aquí presentes, y los que están en otras naciones.

“INAUGURACIÓN DE SALONES DE LA ESCUELA BÍBLICA DE NIÑOS.”

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