La dualidad del segundo Adán: el gran misterio de Cristo y Su Iglesia

Muy buenas tardes, ministros, compañeros. Es para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para saludarles y pedirle a Cristo Sus bendiciones sobre cada uno de ustedes.

Es un tiempo muy importante en el cual estamos viviendo, y estamos viendo que Dios va cumpliendo las cosas que Él prometió que Él haría en medio de Su Iglesia; porque todo el Programa Divino que Dios realiza en Su Iglesia es por medio del Espíritu de Cristo en Su Iglesia, de edad en edad, de dispensación en dispensación.

Y lo que Él hace, pues ya todo está profetizado en la Palabra, tanto en el Antiguo Pacto o Testamento como en el Nuevo Testamento. O sea que Él no va a hacer una cosa que Él no ha prometido que va a llevar a cabo, tiene que ser lo que Él ha prometido.

Y las cosas que Dios hará en y con Su Iglesia en el Día Postrero van a ser hechas en Su Iglesia. Por ejemplo, si Dios ha prometido hacer algo, llevar a cabo algo con Su pueblo, tiene que ser dentro del Nuevo Pacto, en la etapa en donde la Iglesia esté en ese tiempo.

Por ejemplo, lo que iba a hacer en Asia Menor, en la primera edad de la Iglesia entre los gentiles, pues lo hizo a través de San Pablo y con todos los que trabajaron con San Pablo en ese tiempo.

Siempre será en y a través de la Iglesia que Dios obrará, porque la Iglesia es la ayuda idónea de Cristo. Es un trabajo de Dios por medio de Cristo y Su Iglesia, por medio del segundo Adán y la segunda Eva; ahí es donde se cumplen las promesas bajo el Nuevo Pacto Divino.

Y para este tiempo final, pues, todo lo que Dios ha prometido que va a hacer en favor de Su Iglesia, pues lo va a hacer en medio de Su Iglesia.

Por ejemplo, la Tercera Etapa, de la cual tanto habló el reverendo William Branham que va a ser llevada a cabo, y que nos dio una muestra a través del reverendo William Branham, y nos dijo: “He visto la poderosa mano de Dios manifestada cinco veces”; nos dio cinco ejemplos; y esos cinco ejemplos son el tipo y figura de lo que Dios va a hacer en medio de Su Iglesia-Novia en el Día Postrero.

  • Por ejemplo, la resurrección del pececito; que cualquier persona dice: “Pero eso tan sencillo”. ¿Pero Cristo no multiplicó los panes también, y los peces? ¿Ve? Sencillo también. Era la Palabra creadora hablada obrando. Dando gracias, partió y dio a los discípulos; fue hecho el milagro.

¿Y qué significa en medio de la Iglesia la resurrección de un pececito? Pues la resurrección de los muertos en Cristo. Tan sencillo como eso.

¿No dijo Cristo: “Venid en pos de mí, y yo os haré pescadores de hombres?”; representó a los creyentes en Cristo que lo recibirían como Salvador, los representó en peces. La misma Voz que le dijo a Lázaro: “¡Sal fuera, ven fuera!”, resucitándolo, es la misma Voz que le habla al pececito. ¿Ve? Es la Voz de la Resurrección.

  • Luego la tormenta siendo detenida: eso es el poder de Dios manifestado en toda Su plenitud; y ese poder lo va a tener los Dos Olivos, Moisés y Elías.

Es una manifestación plena de Dios, representada en esas cinco ocasiones que menciona el reverendo William Branham de la poderosa mano del Señor.

  • El tumor en el ovario de la hermana Branham.

La Iglesia está representada en la hermana Branham; porque el mensajero siempre representa a Cristo en cada edad, y la esposa, pues representa la Iglesia. Tan sencillo como eso.

Un problema de salud, pues es un problema espiritual que impedía para el cumplimiento de una promesa: la promesa de un hijo que le fue prometido al reverendo William Branham; y que él lo vio en las Escrituras, y dijo: “Si yo llego a tener un niño varón, le pondré por nombre José”; y entonces el Ángel le dijo que iba a tener un hijo, y que le llamara José.

Pero el tumor en… ahí, en la hermana Branham, hay que ver bien ahí qué pasó ahí (luego hablamos de eso, no tenía escrito para hablar acerca de eso); pero vean, muestra un problema de salud ahí, tipificando un problema espiritual.

El problema de salud vino porque le cerró la puerta, y eso fue algo malo delante de Dios: irrespeto. Irrespetar a un mensajero, no importa que sea el esposo, que lo haga la esposa, Dios no se lo pasa por alto.

Y eso representa el pueblo o el grupo de su edad cerrándole la puerta a Cristo, cerrando la puerta a lo que fue precursado que vendrá.

Si lo que un profeta —por Palabra de Dios— anuncia que ha de suceder, y no sucede: no queda vindicado, confirmado, como que es un profeta de Dios.

Y si lo que habló el reverendo William Branham y precursó (dijo que vendría), si no se cumple: entonces no queda confirmado como profeta.

La última vindicación o confirmación de que él es el profeta precursor es el cumplimiento de la Venida de Aquel que él dijo que vendría después de él; esa es la confirmación final. Puede tener todas las demás confirmaciones, pero si no tiene esa, le faltó la más importante, porque esa es la más importante.

La más importante de un precursor es lo que él precursa; si se cumple… Y lo que él precursó fue lo más grande: la Venida del Señor; y ese es el misterio más grande en el Cielo y en la Tierra.

(Pueden tomar asiento. Era un saludito nada más, ya que estamos cerca de la actividad con todo el pueblo).

Ahora, ¿cómo va a ser el cumplimiento de esa promesa? Sencillísimo: como Dios dijo a través del precursor. No hay que buscarle explicaciones que dé otra persona; como él dijo, así será; y dijo que sería un secreto completo, el cual será revelado a la Iglesia-Novia.

Ahora, la Venida del Señor está tipificada, representada, en el nacimiento del hijo del reverendo William Branham: José.

Por eso cuando el Ángel le muestra el libro de José, le muestra acerca de José, y entonces el reverendo William Branham dice: “¡José viene!, ¡viene José!”, está anunciando la Venida del Señor tipificada en José.

Y a José… José es el que tiene la Bendición de la Primogenitura. A través de Efraín y Manasés la Bendición de la Primogenitura fue dada a José, cuando Jacob bendijo a los hijos de José; y la bendición más grande cayó sobre Efraín, que era el menor[1].

Y José le dice a su padre: “Señor mío, no así”, o “padre mío, no así”[2]. Los dos eran profetas. Dos profetas…, ¿ve?, cuando hay dos profetas a la misma vez hay algunas veces problemas, porque cada cual quiere dirigir las cosas.

Pero Jacob estaba vigente todavía, y era su padre, y era el que tenía la Bendición de la Primogenitura. José no la tenía. Era Jacob el que la tenía para pasarla a uno de sus hijos; y la pasó directamente a uno de sus hijos a través de los nietos.

Si José la pasaba, se la iba a pasar a Manasés. Como Isaac, si la daba consciente, se la daba a Esaú. ¿Qué significaría? Se la daba a Roma en este tiempo; porque es la Bendición de la Primogenitura, que está ligada al Reino de Dios en la Tierra.

Estaban luchando allá, y están luchando también por dos mil años; porque lo que se quiere es la Bendición de la Primogenitura del Reino de Dios en la Tierra.

En los días de Jesús la lucha era por la bendición del Trono celestial, pero Cristo obtuvo la victoria. El enemigo quería poner a Judas Iscariote en el Trono allá (era a través de Judas Iscariote), y lo ahorcó, pero lo… murió en un árbol, pero fue ahorcado; fue por sí mismo; y el Mesías tenía que morir no por sí, sino que lo matarían. Se equivocó de árbol y se equivocó de forma; y entonces, pues tuvo que ir al lugar de origen, allá a la quinta dimensión.

Pero Cristo obtuvo la victoria, murió en la forma correcta: como el Sacrificio de Expiación, llevando los pecados del pueblo; fue al infierno porque tenía que ir allá (porque todo pecador tiene que ir al infierno), y allá llevó los pecados del pueblo, los llevó lejos; como el macho cabrío sobre el cual eran confesados los pecados del pueblo y los llevaba lejos[3]; porque Cristo es representado en el macho cabrío de la expiación y también en el otro macho cabrío que no era sacrificado pero que eran confesados los pecados del pueblo sobre ese macho cabrío.

Los dos tipifican a Cristo: El macho cabrío de la expiación: a Cristo en Su cuerpo físico; y el macho cabrío sobre el cual son confesados los pecados: a Cristo en Su cuerpo angelical.

Por eso fue en Su cuerpo angelical al infierno, y allí llevó los pecados del pueblo. Y salió sin los pecados del pueblo, y salió con las llaves del infierno y de la muerte victorioso; pasó a donde estaban Abraham, Isaac y Jacob, y los demás profetas, el pueblo del Antiguo Pacto, y los sacó de allá de esa dimensión, del Seno de Abraham; y resucitaron con Él el día de la resurrección; aparecieron a muchos en la ciudad, y jovencitos[4].

Y después, cuando Cristo ya termina Sus días en la Tierra (40 días con Sus discípulos), sube al Cielo con ellos. Se cumple el Salmo… ¿cuál? (¿23 o 24, Miguel?) 24: “Abrid, oh puertas, vuestras cabezas, y entrará el Rey de la gloria”. Y preguntan los que están en el Cielo: “¿Quién es este Rey de la gloria?”, y los santos que van con Cristo dicen: “Jehová, el poderoso en batalla, Él es el Rey de la gloria”. Ese era Cristo; se diría Yeshua.

Y así, pues, vean cómo fue cumplida en Cristo esta promesa, y fue en medio del pueblo que estaba bajo el Pacto correspondiente a aquel tiempo. Y las promesas para el Nuevo Pacto son cumplidas en medio del pueblo que está dentro del Nuevo Pacto.

Ahora: “¡Viene José!, ¡viene José!”, el reverendo William Branham clamando. Vendría físicamente un hijo que se llamaría José, y viene a ser tipo y figura de la Segunda Venida de Cristo. Tan sencillo como eso.

Ese es el misterio y bendición grande que tiene ese hijo del hermano Branham: que es tipo figura de la Segunda Venida de Cristo; y por consiguiente hay una bendición grande para él. Pero no en él se cumple la Segunda Venida de Cristo, sino que él es solamente el tipo y figura; como fue José y como fueron otras personas, como David, como Salomón también, y así por el estilo.

Y ahora, tenemos también… Y todo eso se tiene que cumplir en medio de la Iglesia: Cristo viniendo a Su Iglesia; pues es Su Iglesia la que tiene la promesa de Su Venida para el Día Postrero.

Y ese misterio será abierto a la Iglesia del Señor Jesucristo. No tiene que ser abierto al mundo entero, sino a Su Iglesia, porque Cristo viene por Su Iglesia; porque el tiempo para la transformación y el arrebatamiento ha llegado: es en el Día Postrero.

Y el Día Postrero es el séptimo milenio de Adán hacia acá. Y conforme al calendario gregoriano ya estamos en el Día Postrero, en el séptimo milenio de Adán hacia acá o tercer milenio de Cristo hacia acá; porque un día delante del Señor es como mil años, y mil años como un día[5].

Tenemos las demás muestras de lo que será la Tercera Etapa en medio de la Iglesia:

  • La otra fue la creación de ardillas: eso es creación por la Palabra hablada.

Encontramos que ardillas para comer, nos habla de alimento.

Encontramos que el reverendo William Branham habla del Alimento para cada edad: habla del Alimento para la edad luterana, el Alimento para la edad wesleyana, Alimento para la edad pentecostal; para la edad pentecostal la simboliza, parece que es en gallinas, ¿verdad?, o en conejos; conejos y así por el estilo.

¿Y entonces, “ardillas”, qué Alimento estará representando? Pues el alimento espiritual para la Edad de la Piedra Angular, por la Palabra creadora siendo traído ese Alimento.

Y ahora: “¿Quién es el siervo fiel y prudente, al cual su Señor puso sobre Su Casa (Su Iglesia) para que les dé el Alimento a tiempo (la Palabra)? De cierto os digo que cuando su Señor venga, y le halle haciendo así (o sea, dándoles ese Alimento), sobre todos Sus bienes le pondrá”. Eso está en Mateo, capítulo 24, versos 41 al 47 por ahí.

Y ese Alimento es la Palabra de Dios para el Día Postrero.

“El siervo fiel, al cual su Señor cuando venga…”. O sea, el siervo que esté en la Casa de Dios, el mensajero que esté en la Casa de Dios dándole el alimento espiritual, la Palabra de Dios para ese tiempo; la cual, pues está representada en las ardillas que fueron creadas.

No estaban; por lo tanto, eso nos habla de un Mensaje dispensacional que no estaba, y es traído a existencia por la Palabra creadora, por la Palabra de Dios.

Y por la Palabra de Dios será confirmado; será mostrado a través de la Palabra y por la Palabra. Y ese es el Alimento para la Iglesia del Señor Jesucristo en el Día Postrero, que le dará la fe para ser transformada y llevada con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Ahora, podemos ver que hay diferentes lugares donde fue dada esa Palabra creadora y fueron creadas ardillas. En un lugar: en una rama de árbol; en otro árbol que no podía ser posible; y así por el estilo. Fue hablada la Palabra creadora y se hizo realidad.

Y eso es la Tercera Etapa. La Tercera Etapa, vean ustedes, es para la Iglesia-Novia: lugar donde puede ser hecho realidad. Es para las vírgenes insensatas también: lugar más difícil. Es para el mundo también: lugar dificilísimo; pero va a funcionar en medio del mundo, en medio de los perdidos también; porque la Tercera Etapa es para los perdidos, que no tienen ya oportunidad.

Esa Tercera Etapa: la Palabra creadora siendo hablada; pues va a ser hablada en medio de la Iglesia, en medio de las vírgenes insensatas, y en medio de la humanidad, del mundo, que no tiene ya esperanza. Y va a obrar efectivamente en cualquier lugar.

Va a ser traída, traído ese Alimento para todos; un Alimento: la Palabra que podrán comer, podrán recibir; podrán dar testimonio que es la Palabra de Dios.

Por medio de esa Palabra creadora van a ser hechos milagros también. Ya los milagros, vean ustedes, tienen que ver con cosas que serán creadas. Dice el reverendo William Branham que Dios va a crear hasta miembros del cuerpo que le faltan a algunas personas: ya sean ojos, sean brazos, y así por el estilo.

Y aún más: va a producir la resurrección de los muertos y la transformación de los que estamos vivos. La resurrección de los muertos, representada en la resurrección del pececito, y la transformación de nosotros los que vivimos.

¿Y qué otra nos falta, Miguel?

  • La salvación para los hijos de la hermana Hattie Wright.

O sea, se estará hablando salvación para los familiares de los creyentes, para los hijos, las hijas, y así por el estilo.

Y todo eso será hecho por el Espíritu de Cristo, el Espíritu Santo, en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo.

Así como le fue dicho al reverendo William Branham: “Di lo que quieras, y será hecho”[6]… Vean, eso también nos habla de adopción; un hijo adoptado, tipificado en el reverendo William Branham.

Y el ministerio que va a ser adoptado en el Día Postrero es el ministerio que estará operando el Espíritu Santo: los ministerios de Moisés, de Elías y de Jesús; esos son los ministerios de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles en el Día Postrero; y van a estar en medio de la Iglesia del Señor.

Y luego los judíos van a decir: “Este es el que nosotros estamos esperando”. Cuando ellos lo vean obrando en medio de la Iglesia-Novia, ellos van a reconocerlo.

Por eso van a ver un acercamiento en el Día Postrero, en donde van a ver lo que quiso el reverendo William Branham: acercarse a los judíos para llevarles el Mensaje; pero cuando ya estaba en Egipto para pasar a Jerusalén, el Ángel le dijo: “No vayas allá. No es la hora, no es el tiempo”[7], y él obedeció y no fue allá.

Pero en este tiempo van a ver un acercamiento entre la Iglesia-Novia (encabezada en el mensajero del Día Postrero) y el pueblo hebreo, a nivel de los líderes del judaísmo, para bendición del pueblo hebreo; porque hay una promesa, una bendición prometida, para el pueblo hebreo.

Y cuando estemos viendo eso, sepamos que lo que quiso el reverendo William Branham se estará haciendo una realidad.

Tendrá un proceso, que va a conocer la Iglesia del Señor, lo va a ver; aunque no lo entienda, pero lo va a estar viendo; y algunos van a decir: “Pero vean, esto era lo que el hermano Branham quería, y vean tan fácil que lo están haciendo ahora, tan fácil que está sucediendo”. Es que ha llegado el tiempo para eso; y por eso Dios lo va a hacer en esa forma, porque será Dios el que estará obrando.

Y ahora, estamos viviendo nosotros en el tiempo final, donde estamos viendo tantos terremotos, maremotos, tsunamis, volcanes, el calentamiento global; que le quita las esperanzas a la raza humana de un futuro bueno y le muestra un futuro de desastres, como sucederá en la gran tribulación; les está mostrando el cuadro de lo que va a ser la gran tribulación.

Y ni siquiera le han dicho la mitad a la humanidad. Y si los científicos lo han dicho, no está completamente al público; aunque esté en internet, el público no entra siempre para estar viendo esas cosas; y cuando las ve, si es mostrada científicamente, algunas veces no lo entienden.

Pero están aquí en la Escritura; aquí las pueden ver en forma más cruda, más clara, lo que va a suceder; y después ver que los científicos hablan de lo mismo, y después ver el cumplimiento de ellas.

No hay esperanza para este mundo; no hay esperanza para el reino de los gentiles, que está en la etapa de los pies de hierro y de barro cocido; no hay esperanza para ese reino.

Ese reino, dice la Escritura que con la Venida de la Piedra no cortada de manos será destruido[8]. La destrucción viene en la gran tribulación.

La Piedra viene primero a la Iglesia-Novia para buscarla, transformarla, y llevarla con Él a la Cena de las Bodas del Cordero.

Y la Venida del Señor a Su Iglesia es un secreto, y será un secreto.

Dice el reverendo William Branham que el rapto va a ocurrir y la humanidad ni se va a dar cuenta que ocurrió; y aun dice, acerca de la resurrección, que habrá un terremoto que traerá la resurrección.

Cuando Cristo resucitó hubo un terremoto muy grande, y resucitaron con Él los santos del Antiguo Testamento.

Dice que la resurrección y rapto será en un tiempo de mucha confusión; por lo tanto, vean, página 373 del libro de Los Sellos en español, párrafo 227, dice:

215. Reconocemos que nos queda poco tiempo, y la Novia puede subir en cualquier momento. En cualquier momento es posible que el Cordero salga del Trono de Dios, donde se encuentra el Sacrificio. Luego allí será el fin. Ya no habrá esperanzas para el mundo; allí será su final. En ese tiempo la Tierra comenzará con sus contracciones violentas, que serán los terremotos y las tremendas sacudidas, como sucedió en el día de la resurrección de nuestro Señor. La misma cosa sucederá ahora cuando los santos aparezcan (va a ser lo mismo, igual). Señor, sabemos que puede ser en cualquier momento. Estamos esperando que llegue ese gran día de alegría”.

O sea, para los creyentes será un día de alegría, porque los muertos resucitarán en cuerpos eternos, y los veremos jovencitos.

Estarán con nosotros. No van a ir a la primera edad, porque ya esa pasó; no van a ir a la segunda, tercera, cuarta, quinta, sexta o séptima, porque ya esa pasó. Tienen que ir a la Edad de la Adopción, que es la Edad de la Piedra Angular; edad de la cual habló el reverendo William Branham. O sea que no es algo inventado, sino algo que ya fue hablado.

En el libro de Citas es que nos habla acerca de la edad que viene, la Edad de la Piedra Angular; esa es la edad de la adopción; así como la Edad de la Piedra Angular en el Día del Señor Jesucristo fue el tiempo de Su ministerio y de Su resurrección; y la séptima edad en el día de Jesucristo fue la etapa de Juan el Bautista. Tan sencillo como eso.

Juan estaba en la séptima edad de la Iglesia hebrea bajo la Ley, luego vino la Piedra Angular, Cristo, que es la Piedra Angular, y abrió la Edad de la Piedra Angular, la etapa de la Venida del Señor.

La Edad de la Piedra Angular es la etapa de la Venida del Señor, donde Cristo cumplirá Su Venida a Su Iglesia.

Como vino a los que estaban bajo el Pacto que fue dado en el monte Sinaí, allá en el tiempo de Juan el Bautista, y luego siguió Jesús.

Y los que seguían a Juan el Bautista, algunos siguieron a Jesús, e hicieron bien; porque el precursor viene para preparar al pueblo para que sigan al que viene después de él, el cual los colocará en otra edad, en una edad perfecta: la Edad de Piedra Angular; porque el que viene después del precursor es la Piedra Angular, viene para el cumplimiento de las promesas divinas para la edad o etapa de adopción.

Fue en esa etapa de adopción en donde vino el Espíritu Santo; donde fue hecho el Sacrificio, vino el Espíritu Santo después, vino la resurrección; todas esas bendiciones vinieron en esa Edad de Piedra Angular: la adopción espiritual, que es el nuevo nacimiento para todas las personas que reciben a Cristo como Salvador, son bautizados en agua en Su Nombre, y Cristo los bautiza con Espíritu Santo y Fuego, y produce el nuevo nacimiento.

Y así pasó en aquel tiempo del Señor Jesucristo y los apóstoles; y luego Cristo murió y resucitó y subió al Cielo: vino el Espíritu Santo el Día de Pentecostés, 50 días después de la resurrección de Cristo.

Y ahora, vemos que comenzó la creación de una nueva raza allí en el tiempo de Jesús con Cristo resucitado en cuerpo glorificado; ya ese es el primero de la nueva raza con vida eterna, y luego 120 que fueron llenos del Espíritu y obtuvieron el nuevo nacimiento; nacieron en una nueva raza con vida eterna, que forma la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y han estado naciendo millones de seres humanos en esa nueva raza con vida eterna, han estado naciendo en el Reino de Dios. Ese nuevo nacimiento, ese nacimiento del cual le habló Cristo a Nicodemo, que es el del Agua y del Espíritu, o sea, del Evangelio de Cristo y del Espíritu Santo; no es un nacimiento que corresponde al reino de los gentiles.

En el reino de los gentiles o reino de este mundo se nace a través de los padres terrenales; en el Reino de Dios se nace a través del Agua y del Espíritu: del Evangelio de Cristo y del Espíritu Santo, y ese nacimiento es del Cielo, y por consiguiente es para vida eterna.

Se nace a la vida eterna con Cristo en Su Reino eterno, se obtiene ahí esa transformación interior, en donde se obtiene el cuerpo angelical; y luego se recibirá la transformación física, que es la segunda parte del Programa de la Redención; será la redención del cuerpo de la cual habla Efesios 4:30:

“Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención”.

El Día de la Redención es el séptimo milenio de Adán hacia acá, como día delante de Dios; y también como edad es la Edad de la Piedra Angular; y como dispensación, la Dispensación del Reino. Tan sencillo como eso. Y el Mensaje, pues es el Mensaje del Evangelio del Reino, con el cual es revelado todo el misterio de la Venida del Señor a Su Iglesia en el Día Postrero.

Con el Mensaje del Evangelio de la Gracia no se revela el misterio del Séptimo Sello, porque con el Evangelio de la Gracia se revela el misterio de la Primera Venida de Cristo como Cordero de Dios; pero el misterio de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá es revelado con el Evangelio del Reino, el Evangelio de la Dispensación del Reino.

Ese es el Mensaje que recibirá el pueblo hebreo y que recibirá la Iglesia-Novia del Señor Jesucristo en el Día Postrero para obtener la fe para ser transformada y llevada con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Así que podemos ver dónde nos encontramos en nuestro tiempo, cuál es el Mensaje correspondiente a nuestro tiempo: el Mensaje del Evangelio del Reino, que es la Gran Voz de Trompeta o Trompeta de Dios. Ese es el Mensaje que nos da la fe para ser transformados y raptados, el Mensaje que nos habla de Cristo como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo; que nos habla de la Venida del Señor a Su Iglesia en el Día Postrero para nuestra transformación y arrebatamiento al Cielo.

Y cuando los judíos vean a Cristo viniendo por Su Iglesia, vean al Ángel Fuerte descendiendo del Cielo y estando en medio de Su Iglesia (en Apocalipsis 10), dirán: “Este es el que nosotros estamos esperando”; pero Él no viene por ellos, aunque es el Mensajero a Israel, aquí lo dice…

Es importante conocer estas cosas, para saber dónde nos encontramos en el Día Postrero.

Página 57 de libro de Los Sellos en español, párrafo 16 en adelante:

16. Este Libro sellado con siete sellos es revelado en el tiempo de los siete truenos de Apocalipsis 10”.

“Este Libro sellado con siete sellos”: el Libro de los Siete Sellos.

A través del reverendo William Branham Él está dándonos proféticamente a conocer lo que va a pasar cuando llegue el tiempo para cumplirse la apertura de los siete Sellos en el Cielo, que será después que Cristo termine Su Obra de Intercesión en el Cielo, salga del Trono de Intercesión, tome el Título de Propiedad y lo abra en el Cielo. Pero nos tiene que Dios dar una muestra, mostrarnos lo que va a hacer cuando llegue ese tiempo.

Cuando Dios le dio a Su Iglesia a conocer estas cosas que van a suceder cuando Cristo termine Su Obra de Intercesión, estuvo dando a conocer a Su pueblo todas esas cosas que tienen que suceder, aunque en aquel tiempo no estuvo el Título de Propiedad en la mano de Cristo y no fue abierto, sino que es una profecía. Dice: “Así va a ser cuando llegue ese tiempo”. Por eso dice:

16. Este Libro sellado con siete sellos es revelado en el tiempo de los siete truenos de Apocalipsis 10”.

Y en Apocalipsis 10, el Ángel Fuerte, que es Cristo viniendo por Su Iglesia, lo encontramos como león clamando; por lo tanto, habrá cambiado de Cordero a León; ya no será Sumo Sacerdote sino Rey y Juez.

Dice:

[16]. Demos lectura allí también para tener un mejor entendimiento antes de entrar más profundamente. Ahora, esto ya es el tiempo del fin porque dice así…”.

¿Ve? Ya cuando eso ocurre es el tiempo del fin.

Luego encontramos a través de los diferentes mensajes de esta serie de Los Siete Sellos que el reverendo William Branham dice: “Todavía Él está en el Trono de Intercesión como Sumo Sacerdote”. Pero esto va a ser así cuando Él termine Su tiempo de intercesión y tome el Título de Propiedad; pero todavía Él es el Cordero y Sumo Sacerdote, todavía hay oportunidad de salvación.

[16]. ‘Y vi otro ángel fuerte descender del cielo, cercado de una nube, y el arco celeste sobre su cabeza…’.

17. Ahora, si usted se fija bien, notará que esta persona es Cristo, porque aun en el Antiguo Testamento Él fue llamado el Ángel del Pacto (vean, es el Ángel del Pacto); y Él ahora viene directamente a los judíos porque la Iglesia ha llegado a su fin”.

Y ahora vean, Él viene a los judíos; es que la Venida del Señor es para los judíos; es también para la Iglesia-Novia, porque todavía va a estar aquí cuando Él descienda como León de la tribu de Judá, clamando como cuando un león ruge y siete truenos emitiendo Sus voces:

[17]. Ahora continuando:

‘… y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego’.

18. ¿Recuerdan el Ángel de Apocalipsis, capítulo uno? Este es el mismo. Un ángel es un mensajero, y él es un mensajero a Israel. ¿Ve usted? La Iglesia está a punto de ser raptada, Él viene por Su Iglesia”.

Y ahora, el Mensajero a Israel viene por la Iglesia del Señor Jesucristo, por Su Iglesia, porque ha llegado el tiempo para Su Iglesia ser transformada y llevada con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero; porque se habrá completado el número de los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y ahora, estando nosotros en este tiempo, aunque todavía la Puerta de la Misericordia está abierta y Cristo está como Sumo Sacerdote en el Cielo, todo se está preparando para Cristo tomar el Título de Propiedad; y eso lo hará cuando complete Su Iglesia.

Por eso se trabaja en la obra misionera y evangelística, llevando el Evangelio de Cristo a todas las personas, para que entre hasta el último escogido a Su Iglesia, y se complete Su Iglesia; y entonces Cristo habrá terminado Su Obra de Intercesión, y hará Su Obra de Reclamo al tomar el Título de Propiedad.

Y ya esa Obra será como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores; como el Redentor Semejante, que toma el Título para llevar la redención física, que es la transformación de los vivos y la resurrección de los muertos creyentes en Cristo en cuerpos glorificados.

Y ahí nos detenemos, en lo del Ángel Fuerte que desciende del Cielo, que es Cristo; ahí está el misterio grande. Apocalipsis 10: esa es la Venida de Cristo a Su Iglesia con el Título de Propiedad en el Día Postrero; el Título de la vida eterna, Título de Propiedad de la vida eterna, Título de Propiedad de toda la Creación.

Sin ese Título en medio de la Iglesia no habrá transformación para los vivos ni resurrección para los muertos en Cristo.

Pero Dios ha puesto siempre, en la boca del mensajero de cada edad, la Palabra, el Mensaje correspondiente a cada edad; le ha dado para que se coma ese Mensaje. Él se lo come, lo habla, y se realiza el Programa de Dios contenido en ese Mensaje.

Así será en este tiempo final. El instrumento que Dios tendrá en la Tierra, en la Edad de la Piedra Angular, va a estar recibiendo al Ángel Fuerte; representado, ese mensajero que recibirá al Ángel Fuerte, representado en Juan el apóstol; porque Juan el apóstol representa a la Iglesia y representa a todos los mensajeros de la Iglesia, desde el primero hasta el último.

Y Juan comiéndose el Título de Propiedad… Primero Juan viendo la Venida del Ángel Fuerte: es el mensajero con su grupo viendo la Venida del Señor, del Ángel Fuerte que desciende del Cielo; y recibiendo ese Título de Propiedad: es recibiendo el Título de Propiedad que Adán tenía, le fue dado, perdió el derecho a tenerlo, y Dios lo regresó a Su mano. Ha estado por miles de años en la mano de Dios; pero en el Día Postrero es dado a Cristo: Cristo lo abre en el Cielo para hacer Su Obra de Reclamo, y lo trae a la Tierra y lo entrega a un hombre para que se lo coma.

Y luego le es dicho: “Será dulce en tu boca, aunque en tu vientre será amargo”. “Dulce”, porque la Palabra de Dios es lo más dulce que hay; como la miel, dice la Escritura[9]. Pero por la Palabra de Dios se pasan por grandes amarguras. Es amarga esa parte, pero es dulce recibir la Palabra, comer la Palabra, querer la Palabra.

Y le es dicho [Apocalipsis 10:11]:

“Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes”.

El Mensaje profético final de parte de Dios es ese. Y el que se coma ese Librito, pues será el mensajero que profetizará todas las cosas que han de venir sobre la Tierra, sobre la raza humana; será el que profetizará acerca de la fe para rapto, acerca de todas las cosas que tienen que ver para la transformación y rapto; será también el que profetizará o hablará acerca de las cosas que van a estar sucediendo en medio de la Iglesia; y será de acuerdo a lo que ya fue profetizado, a lo que ya Dios habló.

Y también estará profetizando las Copas y las Plagas (los juicios), hablando acerca de todas esas cosas terribles que han de venir sobre la Tierra; “porque es necesario que profetices sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes”. Apocalipsis, capítulo 10, versos 1 al 11.

Y Apocalipsis 11 tenemos el ministerio de los Dos Ungidos o Dos Olivos o Dos Olivas (Apocalipsis 11, verso 1 al 14) profetizando.

Y Apocalipsis 11:15 al 19, cuando el último Ángel o Séptimo Ángel haya tocado la Trompeta, entonces ocurrirá algo muy importante. Y ahí, cuando haya terminado, los reinos de este mundo van a pasar a mano de nuestro Señor y de Su Cristo, de Dios y Su Cristo; y Dios va a juzgar y a dar el galardón a Sus siervos los profetas, a los justos, a los santos.

[Apocalipsis 11:18] “… y de destruir a los que destruyen la tierra”.

Ahí tienen el juicio divino sobre la Tierra, sobre el reino de los gentiles con todos sus sistemas.

Ese Mensaje profético, vean todas las cosas que estará hablando. Cubrirá…, todo lo que Dios tenga que hablar lo va a hablar bajo ese Mensaje, a través del que se coma el Librito que estaba sellado y que fue abierto; y por consiguiente, habrá una bendición grande para la Iglesia-Novia del Señor.

Apocalipsis, capítulo 7, aparece un Ángel con el Sello del Dios vivo, o sea, con el Espíritu Santo en él manifestado; y eso será un hombre que recibe la Estrella de la Mañana; porque “al que venciere”, Él dice (entre las cosas que le dará), le dará la Estrella de la Mañana.

Y Cristo dice… Eso es Apocalipsis 2, versos 26 al 28.

Y Apocalipsis 22:16 dice:

“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana”.

¿Qué le va a dar al Vencedor cuando le dice que le va a dar la Estrella de la Mañana? Pues le va a dar a Cristo, va a tener a Cristo en él; va a tener a Cristo, el Ángel del Pacto, al Espíritu Santo, en él manifestándose, cumpliendo las promesas divinas para nuestro tiempo.

Por eso, al darle la Estrella de la Mañana (que es el Espíritu Santo, la Columna de Fuego), también le estará dando el Título de Propiedad, que lo trae el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo; y todo va a estar en ese instrumento que Dios va a tener para el Día Postrero.

Es el mismo que en Apocalipsis, capítulo 14, versos 1 al 7, aparece. Cuando aparecen los 144.000 con el Cordero en el Monte de Sion, y con el Nombre de su Padre y del Cordero en sus frentes, aparece también el Ángel con el Evangelio Eterno, para predicarlo a los moradores de la Tierra; a toda nación, pueblo, lengua y gente:

[Apocalipsis 14:7] “… diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria (y dadle honra), porque la hora de su juicio ha llegado”.

Él viene anunciándoles que el juicio divino, la hora del juicio divino ha llegado, el tiempo para el juicio divino ha llegado; y recomienda que le den gloria y honra, que adoren a Dios, que sirvan a Dios.

Ahí tenemos el Ángel con el Sello del Dios vivo, el mensajero con el Espíritu Santo, profetizando sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.

Todo eso lo estaremos viendo; y por consiguiente estaremos viendo el cumplimiento de esas promesas, y el efecto que traerá el cumplimiento de esas promesas.

Por lo tanto, estemos bien agarrados de la Palabra del Señor, sabiendo que la última oportunidad de misericordia viene —para la humanidad— bajo los ministerios de Moisés y Elías; ya no del ministerio del séptimo ángel, porque ya su tiempo terminó y su edad también terminó.

Para tener claro que la última oportunidad de misericordia es bajo los ministerios de los Dos Olivos, leemos la página 369 del libro de Los Sellos, donde dice… párrafo 206… o 205 en adelante dice:

193. Ya pronto será tiempo para que acontezca todo esto del Sexto Sello. Y cuando eso suceda, será el FIN. Y en esa hora la Novia ya habrá subido, la Reina ya estará en su lugar. Mientras esto sucede sobre la Tierra, ella estará allá celebrando las Bodas con el Rey. Entonces el remanente de Israel (que son, pues, 144.000) es sellado y listo para salir, y en ese tiempo comienzan a estremecerse las fuerzas de la naturaleza. ¡Qué tiempo!

194. Ahora fijémonos en los últimos dos versículos de Apocalipsis 6, o sea, lo que sucederá con los que hicieron mofa y se rieron de la predicación de la Palabra vindicada del Dios viviente. Esos profetas estarán allí y harán toda clase de milagros, oscurecerán el sol, y todas esas cosas a través de ese tiempo. Luego aquellos clamarán a las piedras y a los montes, que los escondan de la misma Palabra de la cual antes se habían burlado, porque ahora lo podían ver que venía. Decían: ‘Escondednos de la ira del Cordero’. Él es la Palabra. Ellos se habían burlado de la Palabra y ahora allí estaba la Palabra encarnada (el Verbo, la Palabra encarnada). Ellos se habían mofado grandemente de esos profetas, pero ahora había venido la Palabra encarnada. ¿POR QUÉ NO SE ARREPINTIERON? No pudieron; ya era demasiado tarde. Y ellos conocían muy bien el castigo que les esperaba; ha­bían oído todo eso. Ellos habían estado en cultos como este, y habían escuchado todas esas cosas. Ellos sabían que estaban enca­rando las mismas cosas que esos profetas habían predicho. Pero lo habían rechazado; despreciaron la misericordia de Dios por última vez”.

¿Ven cuándo es que desprecia la humanidad la misericordia de Dios por última vez? Bajo el ministerio de Moisés y Elías.

[194]. Y cuando uno desprecia la misericordia, lo único que le queda es el juicio. (Dice) ¡Piénselo!”.

Y ahora, podemos ver lo que está señalado para acontecer en medio de la Iglesia y después en medio del pueblo hebreo.

Y ahora podemos ver por qué en el tiempo del precursor de la Venida del Señor no se podía tratar con el pueblo hebreo.

Porque Dios tiene en Su Programa la forma en que Él va a tratar con el pueblo hebreo: tiene que ser de acuerdo a la Palabra, de acuerdo al tiempo, y de acuerdo al mensajero que Dios tiene para tratar con el pueblo hebreo. Y tiene que ser de acuerdo a la promesa de los Dos Olivos; a la promesa de la venida de Elías en su quinta manifestación, no en su cuarta manifestación.

Página 408 del libro de Los Sellos, y página 449, ahí le preguntan, cuando: “¿El cuarto Elías será el mismo que…?”. Vamos a leerlo aquí: párrafo 136 de la página 408, la pregunta 17, dice:

“17. Hermano Branham, ¿es el séptimo ángel con el espíritu de Elías, el mismo Elías enviado a los 144.000 judíos durante los tres años y medio de la tribulación después del rapto? Algunos estamos enredados con esta enseñanza.

138. No. No es el mismo (Por eso no lo dejó el Ángel ir. Tan sencillo como eso). Son dos hombres distintos”.

El cuarto Elías no es el quinta Elías, como el tercer Elías no es el cuarto Elías, y como el segundo Elías (que fue Eliseo) no es el tercer Elías, y como el primer Elías no es el segundo Elías: Eliseo. Son hombres diferentes en diferentes tiempos, diferentes etapas o edades del Programa Divino. Siempre será un hombre, pero con el espíritu y virtud de Elías operado por el Espíritu Santo.

El pueblo hebreo está esperando la Venida de Elías, pero sabe que no es el mismo Elías literalmente, sino un hombre en el cual Dios operará el ministerio de Elías.

[138]. Y cuando el espíritu de Elías vino sobre un hombre llamado Juan el Bautista, tampoco fue Elías. Y el hombre, el séptimo ángel, el mensajero enviado al final de la Edad de Laodicea, no será Elías literal; será más bien un gentil a su pueblo.

139.Entonces, el espíritu de Elías viniendo en esta ocasión a esta gente, será un judío. Porque siempre uno es enviado a su propio pueblo. Esa es mi revelación”.

Esa es la revelación del reverendo William Branham. Así que el pueblo, la Iglesia del Señor, no va a estar esperando el quinto Elías viniendo, siendo nuevamente el séptimo mensajero de la Iglesia gentil en la séptima edad.

Ahora, esos ministerios de Moisés y Elías estarán en la Iglesia; porque como los judíos trajeron el Evangelio a los gentiles, los gentiles lo llevarán a los judíos.

Lo trajeron los gentiles por medio de Pedro y Pablo, que son tipo y figura de Moisés y Elías. Y por medio de los ministerios de Moisés y Elías, que estarán operando en la Iglesia del Señor por el Espíritu Santo, el Evangelio regresará a los judíos; será el Evangelio del Reino regresando a los judíos, así como el Evangelio de la Gracia vino a los gentiles.

Y entonces es que comprenderán ellos el misterio de la Venida del Señor allá dos mil años atrás, el misterio del Evangelio de la Gracia; todo eso lo entenderán bajo el Evangelio del Reino.

Y ahora, ellos estarán recibiendo el Evangelio del Reino, que es el Mensaje para ellos; porque Dios trata con el pueblo hebreo como nación, y con los gentiles trata como individuos; y como individuos es que Dios trata bajo la Dispensación de la Gracia.

Que Dios les bendiga y les guarde, y les continúe usando grandemente en Su Obra, y llenándoles del conocimiento del Programa Divino para nuestro tiempo.

Era un saludito que quedé con Miguel, un saludito para todos ustedes; pero el saludito se nos volvió ya un saludo de muchos minutos; y por eso no quise usar este otro lugar, lo dejamos ahí quietecito, ya que eran unas palabras en la reunión de ministros.

Pero ya dentro de algunos minutos estaremos nuevamente con toda la congregación, ¿para qué hora? [Hermano: Para las 6:00 de la tarde] ¿Y qué hora es? [Hermano: Ahora son exactamente las 5:15] Así que dentro de algunos minutos continuaremos… ¿Dentro de cuántos minutos? Dentro de 45 minutos continuaremos con todos.

“JESUCRISTO LIBERTANDO LO QUE EL ENEMIGO ATÓ”. Es el tema para la noche.

Y el tema que estaba para los ministros, ese tema lleva más de 30 años pendiente; y no lo vamos a dar aquí, eso quizás sea en la Carpa Catedral, quizás. Pero mientras tanto, en las reuniones de ministros aprovechen escuchando los mensajes, porque eso les va a preparar.

Si en vez de aprovechar escuchando los mensajes se pone alguno de ustedes a hablar, usted entonces es responsable si son preparados o no para recibir lo que va a ser revelado.

Por eso es que Miguel siempre en las reuniones de ministros dice: “Sigan ustedes escuchando la cinta en lo que nosotros llegamos”; por lo tanto, aprovechen así. Cantar, pues canten lo que van a cantar, uno o dos cánticos, y después aprovechen escuchando, porque para eso vienen; y dando lugar a que sigan alimentando el alma, y la fe siga alimentándose y creciendo. Dicen los discípulos: “Auméntanos la fe”[10]; la fe viene por el oír, y por el oír se… la Palabra[11]; y por el oír se va aumentando la fe.

Por lo tanto, aprovechen aumentando la fe. ¿Quieren que Dios les aumente la fe? Pues Palabra sobre Palabra, para que la fe se aumente; porque la fe es revelación, y así la fe va creciendo a medida que la revelación va viniendo.

Así que las células de la fe se van multiplicando, y entonces tiene una fe mayor, crece la fe; así como por el alimento las células se multiplican, crecen, célula sobre célula. Si no comen, pues no hay células que se puedan multiplicar; las que tienen se mueren y se acabó la vida; pero si come, entonces se van multiplicando, creciendo las células, fortaleciendo las células, con el alimento.

Aprovechen bien el tiempo para que así estemos preparados.

Cuando este misterio de… que me tenían aquí: “LA DUALIDAD DEL SEGUNDO ADÁN: EL GRAN MISTERIO DE CRISTO Y SU IGLESIA”: ese misterio va a ser abierto bajo el Séptimo Sello; está ligado al Séptimo Sello, está ligado a todo el Programa de Dios correspondiente a este tiempo final.

Por lo tanto, oren mucho por esas bendiciones que Dios ha prometido; y estén atentos escuchando la Palabra, para que cuando sea abierto el misterio, no tropiecen; porque siempre tropieza el que no está preparado.

El que está preparado y su fe está bien fortalecida, bien aumentada, lo único que podrá decir: “Yo esperaba que eso fuera así”.

Así que Dios les bendiga y les guarde. Dejo con ustedes al misionero, doctor Miguel Bermúdez Marín, para terminar nuestra parte en esta ocasión.

Dios les bendiga y les guarde a todos.

“LA DUALIDAD DEL SEGUNDO ADÁN: EL GRAN MISTERIO DE CRISTO Y SU IGLESIA”.

[Revisión marzo 2023 – JR-PP]

[1] Génesis 48:8-20

[2] Génesis 48:18

[3] Levítico 16:20-22

[4] San Mateo 27:51-53

[5] Salmos 90:4, 2 Pedro 3:8

[6] Citas, pág. 29, párr. 244

[7] Las Setenta Semanas de Daniel – SPN61-0730M “Instrucciones de Gabriel a Daniel”. Pág. 41, párrs. 159-164 (LGCC) / https://imprenta.carpa.com/es/las-setenta-semanas-de-daniel/

[8] Daniel 2:31-45

[9] Salmos 119:103

[10] San Lucas 17:5

[11] Romanos 10:17

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