Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes, y los que están a través del satélite Amazonas o de internet en diferentes naciones; en esta ocasión, en donde los viernes en este auditorio casi siempre tienen media vigilia: vienen sin prisa y con hambre de oír la Palabra de Dios, y también de cantar y glorificar a Dios, sin prisa.
Para esta ocasión leemos Apocalipsis, capítulo 19, versos 11 al 16, y dice:
“Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.
Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo.
Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: El Verbo de Dios.
Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos.
De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.
Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores”.
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
Nuestro tema es: “LA ESPADA DEL REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES”.
Es raro que de la boca de una persona salga una espada aguda; pero esa espada vean lo que es: en Hebreos, capítulo 4, nos da una idea clara de lo que es esa espada; y es la Espada del Rey, del Mesías, en el cual Dios está en toda Su plenitud. Hebreos, capítulo 4, verso 12, dice:
“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”.
Ahí podemos ver que la Palabra de Dios es como una espada de dos filos. Y en Isaías, capítulo 49, verso 2, dice:
“Y puso mi boca como espada aguda”.
Y ahora, la espada que coloca en la boca, vean lo que es: es la Palabra de Dios. En Jeremías, capítulo 1, verso 4 al 10, dice:
“Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo:
Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.
Y yo dije: ¡Ah! ¡ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño.
Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande.
No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová.
Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca.
Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar”.
Y ahora, aquí Dios ha colocado Su Palabra en la boca de Su profeta, y le dice: “Te he puesto para – sobre todas las naciones, sobre naciones y sobre reinos, para arrancar, para destruir, para arruinar y para derribar”; o sea, para traer juicio, hablar el juicio con esa Palabra de Dios que fue colocada en la boca de Jeremías.
Porque esa es la Palabra creadora de Dios, esa es la Espada de dos filos que sale de la boca de Dios; y por consiguiente, donde Dios está: en Su profeta mensajero, la coloca, y está saliendo de la boca de Dios manifestado a través de un hombre esa Palabra creadora; sale, ¿y qué sucede? Lo que es hablado se cumple.
Y ahora, hemos visto lo que es la Espada del Rey de reyes: es la Palabra de Dios, la Palabra creadora de Dios, con la cual creó el universo y con la cual ha cortado las piedras, piedras vivas, para formar Su Templo espiritual.
Con esa Palabra, con esa Espada de dos filos, de edad en edad ha salido de la boca de Dios a través del mensajero que Él ha tenido para cada etapa, para cada edad. Cristo dijo: “Yo no he venido a traer paz a la Tierra, sino a meter espada – sino espada”. Eso está en San Mateo, en el capítulo 10, verso 34.
Y por consiguiente, cuando habló la Palabra de juicio sobre Jerusalén, sobre el templo y los edificios que allí estaban, luego se cumplió en el tiempo de Tito Vespasiano, en el año 70, cuando entró a Jerusalén y destruyó el templo y los demás edificios; y no quedó piedra sobre piedra; lo mismo que dijo Jesús: “No quedará piedra sobre piedra que no sea derribada”[1]. Allí metió la Espada, la Palabra, ¿y qué sucedió? Más adelante se cumplió lo que fue dicho.
Y ahora, sabiendo que esa Espada del Rey que sale de la boca Suya es la Palabra…, como también aparece aquí en el capítulo 1, verso 12 en adelante, del Apocalipsis, donde aparece el Hijo del Hombre con una vestidura desde el cuello hasta los pies. Dice capítulo 1, verso 12 en adelante:
“Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro…”.
Eso corresponde a las siete etapas o edades de la Iglesia. Él se tornó para ver la Voz que estaba hablando en medio de la Iglesia durante las siete etapas o edades.
“… y vuelto, vi siete candeleros de oro (ahí están las siete edades),
y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre (ese es Cristo, el Ángel del Pacto en medio de Su Iglesia en Espíritu Santo) (…).
Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego;
y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas.
Tenía en su diestra siete estrellas…”.
Esos son los siete mensajeros de las siete edades; o sea, han estado bajo Su poder de edad en edad, ha sido el poder de Cristo manifestado en ellos.
“… de su boca salía una espada aguda de dos filos…”.
Esa es la Palabra de Dios por medio de Cristo, el Ángel del Pacto, en medio de Su Iglesia, el cual ha estado de edad en edad en medio de Su Iglesia manifestado a través del mensajero correspondiente a cada edad.
“… y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza.
Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último;
y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades”.
Y ahora, aquí en este pasaje, por cuanto Cristo, el Ángel del Pacto, está ceñido por el pecho con un cinto de oro: está como Juez. Para estar como Sumo Sacerdote tendría el cinto en la cintura. Ahora está como Juez, por eso Sus cabellos son blancos como blanca lana; como los jueces ingleses y de otros países se colocaban (y algunos todavía) una peluca blanca, lo cual representa experiencia y también autoridad.
Y aquí el Mesías, el Hijo del Hombre, Cristo, lo vemos aquí con una peluca blanca; no es que es un ancianito, es que está como Juez, lo cual fue representado en los jueces antiguos, que se colocaban una peluca blanca.
Esa peluca blanca, que nos habla de experiencia, de madurez, también representa, junto con Su barba, representa a los mensajeros de cada edad, y el de la parte de arriba representa al Ángel que era diferente a los demás, en la aparición que tuvo en aquella nube formada por siete ángeles que aparecieron en el año 1963, en los cielos de Arizona, y arrebataron al reverendo William Branham y lo llevaron para estar con ellos en esa nube formada por ángeles[2]; y allí estaba el Ángel que es diferente a los demás con una Espada también.
Y ahora, lo encontramos aquí con una Espada aguda de dos filos: es la Palabra. En Apocalipsis 19 leímos…, vamos a ver para qué es la Espada:
“De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso (de la ira del Dios Todopoderoso).
Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores”.
Ahora ha cambiado de Sumo Sacerdote a Juez, y por consiguiente a Rey. Por lo tanto, en Su Obra de Reclamo Él hace Su reclamo —como se hace en una corte—, lo hace en la Corte Divina, donde reclama todo lo que le pertenece, por lo cual Él murió en la Cruz del Calvario: Creación original; y por consiguiente, redimir a todos los elegidos de Dios escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.
Y ahora, en el Cielo le es dado el Título de Propiedad.
Como en una corte cuando le es dado el título de propiedad a un heredero y estuvo en juicio ese caso, en litigio, para él reclamar lo que le pertenecía; y cuando es el dictamen del juez o sentencia, le es otorgado el título de propiedad, y por lo tanto todo le pertenece.
Cuando le es dado el Título, todo le pertenece; por lo tanto, va a heredar lo que le pertenece, por lo cual Él murió en la Cruz del Calvario.
Y por consiguiente, Él va a juzgar. Él es el Juez que juzgará a los vivos y a los muertos, y juzgará también a todas las naciones; y por consiguiente, tiene la Espada de dos filos para traer el juicio sobre naciones, pueblos y lenguas, así también como para individuos.
Todo lo que Él estará haciendo va a ser transmitido a la raza humana por medio de las palabras que estará el Espíritu Santo hablando a través de los ministerios de los Dos Olivos.
Dios colocará Su Palabra en la boca de estos Dos Olivos, que son los ministerios de Moisés y Elías repitiéndose en el Día Postrero.
Y por consiguiente, la Espada de dos filos, la Palabra de Dios, que ha estado en la boca del Señor, usándola y hablando a través de Sus diferentes mensajeros…
Vean, en el mensajero de la séptima edad, en diferentes ocasiones encontramos esa Espada de dos filos discerniendo los pensamientos del corazón de las gentes, y también hablando a existencia cosas, y también hablando fuera de existencia enfermedades y muchas otras cosas.
Encontramos en ocasiones en que le fue dicho al reverendo William Branham: “Lo que tú digas, sucederá”[3]; le fue colocada la Espada en la boca.
- Encontramos que habló a existencia ardillas en diferentes ocasiones; fueron creadas por esa Palabra creadora.
- También habló a resurrección un pececito que había muerto y estaba flotando en las aguas del río donde él estaba pescando; y resucitó el pececito.
Cualquiera puede pensar: “Pero ¿un poder tan grande de creación para ser usado para la resurrección de un pececito?”. ¿Y acaso no lo usó Cristo para multiplicar los pececitos también (los peces) y multiplicar los panes?[4].
No hay cosa pequeña para Dios. Todo lo que Dios creó es grande ante Dios, sea un pececito o alguna cosa más pequeña que un pececito.
- Y ahora, lo encontramos también hablando a la naturaleza, hablándole a una tormenta de nieve que estaba viniendo e iba a cubrir todo el lugar donde él estaba de cacería, todo el bosque; él moriría y los que estaban con él, si esa tormenta azotaba el lugar donde él estaba. Pero el Espíritu Santo le dijo: “Háblale, y ella se irá”.
Puso Dios la Palabra de Él en la boca de ese hombre de Dios, de ese profeta: él la habló, y la tormenta se fue.
Algunas veces es más difícil decirle a una persona que se vaya, y que la persona se vaya, que decirle a la tormenta que se fuera.
- Y ahora, también lo encontramos hablando fuera de existencia el tumor que estaba en uno de los ovarios de su esposa; la cual estaba en Tucson, Arizona, y él estaba en Jeffersonville, Indiana.
No hay distancia para la Palabra creadora de Dios.
¿Recuerdan el soldado – oficial romano, que vino a Jesús para decirle que su mozo, su sirviente, estaba enfermo? Y Jesús dijo: “Yo voy y le sanaré”. Y el oficial romano le dijo: “¡No es necesario que vayas! Yo soy hombre de autoridad, y le digo a tal o cual soldado que vaya, y él va y hace lo que yo diga. Solamente di la Palabra y mi mozo sanará”. Y Jesús dice que no había hallado en Israel tanta fe como la que halló en él. Dijo la Palabra, y entonces el mozo sanó[5].
Así encontramos muchos casos también, repetidos, en la vida del reverendo William Branham; como también los vimos en el apóstol Pedro y el apóstol San Pablo, y otros apóstoles también.
- También habló salvación para los hijos de una cristiana; y ellos vinieron llorando a los Pies de Cristo en el momento que él habló esa Palabra. Porque la petición de la madre de esos jóvenes fue la salvación de sus hijos.
Porque la salvación es para toda la eternidad.
Pedir cualquier cosa material es algo temporero, para un tiempo, pero pedir salvación para sus familiares o para sí mismo, eso es para toda la eternidad; es lo mejor que uno puede pedir para uno o para sus familiares.
Y ahora, hemos visto que esa Palabra creadora de Dios ha estado manifestada en diferentes mensajeros en los cuales ha estado Cristo, el Ángel del Pacto, que es el que tiene la Espada, la Palabra; pero la coloca en la boca de Sus mensajeros, y el Espíritu Santo mismo habla a través de ellos; y esa es la Espada saliendo de la boca de Cristo, del Mesías, del Espíritu Santo, a través de un hombre saliendo esa Palabra. Y se cumple lo que ese hombre está hablando. ¿Por qué? Porque esa es la Palabra de Dios.
En una ocasión[6] el reverendo William Branham estaba en una montaña orando, y cayó en su mano algo; y cuando él miró, era una espada (una espada); y él dice que él tenía miedo a las armas blancas (casi todos los americanos le tienen miedo a las armas blancas).
Y él dice: “Una espada”.
Y la Voz del Espíritu Santo le dice: “Es la Espada del Rey”.
Y él dice: “¿La espada de un rey?”.
Y le fue dicho: “No, la Espada del Rey”.
O sea, la Espada de Dios, que es la Palabra de Dios.
Y ahora, esa Espada es la Palabra que Dios colocó en el corazón y la boca de ese hombre que Dios envió para la séptima etapa de la Iglesia; un hombre con las dos consciencias juntas.
Por consiguiente, estando en el subconsciente…; porque podía pasar del consciente al subconsciente estando despierto; al pasar al subconsciente ve la Espada.
Y ahora, cuando ya está predicando sobre el Séptimo Sello en el año 1963, cuando está orando ya para finalizar la predicación de esa noche, miren lo que dice: página 479 del libro de Los Sellos en español, de esta versión, dice:
“[188]. Ruego que me ayudes y me concedas ser sincero, honesto y verdadero para que así pueda llevar el Mensaje hasta donde me es ordenado llevarlo. Luego, cuando me llegue el tiempo de descanso, cuando llegue allá al río y me lleguen las olas, oh Dios, concede que pueda entregar esta Espada a otro que sea (honesto) y que lleve la verdad”.
La Palabra, el Mensaje de Dios por medio de Su Espíritu Santo ha estado pasando de un mensajero a otro mensajero a través de las diferentes etapas de la Iglesia.
Y ahora, luego del reverendo William Branham, en quien estaba la Palabra, la Espada de dos filos, ahora él ora para que esa Espada él la pueda pasar a otra persona que sea honesto, que lleve el Mensaje hasta donde tenga que llevarlo; y por consiguiente:
“[188]. … a otro que sea honrado y que lleve la verdad”.
Y ahora, después del reverendo William Branham la pregunta es…, ya que sabemos que él tuvo la Espada del Rey; por eso pudo hablar, porque la Espada del Rey es la Palabra creadora de Dios, pudo hablar cosas a existencia y también cosas fuera de existencia; o sea, cosas las declaró fuera de existencia y desaparecieron.
Y ahora, ¿a quién pasaría o pasó él la Espada, la Palabra de Dios creadora? Para este tiempo final la pregunta es: ¿Y quién tiene la Espada del Rey de reyes y Señor de señores? Recuerden que lo que vimos en el reverendo William Branham va a ser visto cuando aparezca el que haya heredado la Espada del Rey.
Miren lo que estará pasando, y vamos a ver quién va a tener la Espada del Rey. Dice página 362, vamos a ver aquí, con un poco del 361: “Sabemos que el fuego del capítulo…”. Primero él lee Apocalipsis, capítulo 11, acerca de los Dos Olivos, dice:
“‘Y si alguno les quisiere dañar, sale fuego de la boca de ellos (entonces hace una comparación aquí, dice) (ustedes recuerdan que de la boca de Cristo sale la espada – la Palabra), y devora a sus enemigos: y si alguno les quisiere hacer daño (dice), es necesario que él sea así muerto’.
Apocalipsis 11:3-5
152. Sabemos que el fuego del capítulo 19 deApocalipsis, viene de Cristo, una espada sale de Su boca, la cual es la Palabra. (Dice) ¿Correcto? Oh, hermano, obtenga el conocimiento de estas cosas para la apertura del Séptimo Sello mañana. Con la espada, Dios devora a Sus enemigos.
153. Ahora fíjense en esto: Cuando estos dos profetas están profetizando, si cualquier hombre les hace daño, entonces fuego sale de su boca, el Fuego del Espíritu Santo —la Palabra. La Palabra es Dios, la Palabra es fuego, la Palabra es Espíritu, la cual procede de sus bocas. Fíjense en Moisés: Allá en Egipto estaban maltratando a los judíos, Faraón no los dejaba ir. Entonces Dios puso Su Palabra en la boca de Moisés, eran los pensamientos de Dios entrando al corazón de Moisés; y entonces él sale para expresar estos pensamientos; y cuando los expresa, vienen a ser la Palabra de Dios. Estiró la mano y dijo: ‘Sean las moscas’. Y de repente aparecieron moscas. Entonces, ‘si alguno les dañare, sale fuego de sus bocas y devora a sus enemigos’. Allí está. Pueden hablar lo que les plazca, y así sucederá. ¡Amén! ‘Y si alguno les quisiere hacer daño, es necesario que él sea así muerto’.
154. Sí, hermano, Dios estará en la escena entonces. Ellos tendrán el poder para cerrar los cielos para que no llueva durante el tiempo de su profecía —el ministerio de Elías. Él sabe cómo hacer eso, porque lo ha hecho antes. ¡Amén! Moisés también sabe cómo hacerlo, porque lo ha hecho antes. Por esa razón, estos dos fueron reservados para este tiempo. ¡Amén!
155. Aquí yo podría decir algo muy tremendo, pero creo que sería mejor dejarlo para mañana (está hablando en ‘El Sexto Sello’, y dice que es mejor dejarlo para ‘El Séptimo Sello’, para el día que va a predicar sobre el Séptimo Sello). Bien. Y tendrán poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y también poder para herir la Tierra con las plagas cuantas veces quieran. ¿Qué es? ¿Qué otra cosa fuera de la Palabra puedeproducir estas cosas? Ellos podrán hacer que la naturaleza haga lo que ellos quieran.
156. ¡Aquí está! Ellos son los que producen este Sexto Sello. Lo descubren y lo abren; es el poder de Dios para interrumpir la naturaleza. El Sexto Sello es totalmente una interrupción de la naturaleza.
157. ¿Me entienden? Allí está el Sello. ¿Quién lo hace? Son los profetas, del otro lado del Rapto. Ellos con el poder y la Palabra de Dios condenarán la naturaleza. Podrán producir terremotos, convertir la luna en sangre, o hacer bajar el sol; en fin, cualquier cosa que ellos demanden, eso va a suceder”.
¿Quién tiene o tendrá la Espada del Rey? Son los Dos Olivos, Moisés y Elías.
Y ahora, vamos a ver otro lugar. Tengo aquí un lugar muy importante, donde nos habla sobre esto. Esto está en la página 136, párrafo 1208, del libro de Citas; y es un pasaje que viene de “Preguntas y Respuestas” del año 1964[7], predicado por el reverendo William Branham. Le preguntan:
1208 – “[Pregunta 253]: ‘¿La Novia, antes de que venga Jesús, ella tendrá todo poder del Espíritu Santo para hacer milagros, levantar muertos, y así sucesivamente, como en la lluvia tardía? ¿Y es esta lluvia tardía para los 144.000 judíos? ¿Tendrán todos los ministros esto, o estamos solo esperando la Venida?’. / (Ahora la contestación) Ahora, lluvia tardía, 144.000 judíos, no; eso es cuando Elías y Moisés… Allí es donde los milagros tienen lugar. Las cosas que la gente ha estado buscando, los pentecostales, por milagros, pero donde eso tendrá lugar será bajo Elías y Moisés”.
Y ahora, conforme a estas palabras y las que leímos anteriormente, ¿quién o quiénes tendrán el poder divino? Los Dos Olivos, Moisés y Elías, tendrán la Palabra creadora en su boca, para hablar y las cosas acontecer, por el poder creador de la Palabra creadora de Dios.
¿A quién pasaría la Espada de dos filos? A los Dos Olivos. No hay discusión en eso. El libro del Apocalipsis, en el capítulo 11, declara que ellos tendrán el poder para cerrar el cielo, tendrán poder para hablar a existencia las plagas apocalípticas; por lo tanto, tendrán la Palabra creadora en su boca, y, por consiguiente, la Espada de dos filos, la Espada del Rey, saliendo de su boca.
Hemos visto en esta noche nuestro tema: “LA ESPADA DEL REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES”.
Y ahora, a través de la historia del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento hemos visto en quién ha estado la Espada del Rey, la Palabra de Dios, la Palabra creadora: ha estado en la boca de los diferentes mensajeros, de los diferentes profetas que Dios ha enviado; en ellos ha estado el Espíritu Santo; y por consiguiente, la Palabra creadora ha estado en el Espíritu Santo siendo hablada a través de Sus mensajeros.
Tener ese conocimiento es importante, pero no nos podemos detener ahí. Tenemos que ver en dónde está prometido que estará la Espada del Rey. Conforme a lo que hemos visto, las profecías dicen que los Dos Olivos tendrán poder para cerrar los cielos, para hablar plagas a existencia, o lo que quieran hablar.
Por lo tanto, la Palabra de Dios creadora estará en su boca, en la boca de Moisés y Elías; y por consiguiente, la Espada del Rey ahí estará en el Día Postrero.
Para encontrar la Espada del Rey, pues buscamos para encontrar dónde estará la Palabra de Dios para este tiempo; y por consiguiente estaremos buscando donde fue prometido.
Por lo tanto, estaremos buscando los ministerios de Moisés y Elías, los ministerios de los Dos Olivos, para encontrar la Palabra creadora de Dios, la Espada de dos filos siendo hablada en este tiempo final, para traer a existencia tanto las bendiciones como los juicios divinos; para dar a conocer, para hablar, las cosas que deben suceder pronto, tanto los juicios como las bendiciones.
Y entonces, cuando veamos esa Espada de dos filos, la Palabra creadora de Dios siendo hablada, diremos: “Estamos viendo los ministerios de los Dos Olivos obrando”. Pero tendrán que tener velo de carne, un velo de carne a través del cual obrar.
Que Dios nos permita ver la Espada del Rey de reyes y Señor de señores en el Día Postrero en el cual vivimos; y por consiguiente, ver quién fue el que heredó la bendición de recibir la Espada del Rey que estaba en el reverendo William Branham.
En quien la veamos: Ese será aquel al cual él la pasó; y al cual él – o del cual él pidió a Dios que le permitiera pasarla a otra persona que fuera fiel y que fuera (vamos a ver cómo lo dice aquí): “Honrado”.
Por lo tanto, volveremos a ver y a escuchar al mismo que dijo: “Sea la luz” y fue la luz[8]; el cual ha estado hablando por medio de Sus diferentes mensajeros a través de los diferentes tiempos; y el cual habló a través de Jesús, habló a través de los apóstoles, habló a través de los diferentes mensajeros de cada edad, habló a través del reverendo William Branham; y lo estaremos viendo manifestado, velado y revelado, en el Día Postrero, en quien él coloque los ministerios de los Dos Olivos, de Moisés y Elías; y por consiguiente veremos al Ungido de Dios, ungido con el Espíritu Santo, con la Espada de dos filos saliendo de su boca.
Habrá un hombre; siempre habrá un instrumento, un velo de carne, a través del cual Dios por medio de Su Espíritu Santo, por medio del Ángel del Pacto, se velará y se revelará, y hablará Su Palabra (y por consiguiente: Su Palabra creadora), y nos abrirá las Escrituras en este tiempo final; y vendrán a existencia las bendiciones prometidas para nuestro tiempo, las cuales estarán siendo habladas y siendo cumplidas.
Vigile esa Palabra, esa Espada de dos filos.
Estamos viviendo en un tiempo muy pero que muy importante. De un momento a otro despertará espiritualmente Israel, escuchará y verá la Espada de dos filos, escuchará la Palabra de Dios correspondiente a este tiempo final; y eso será a través de los ministerios de Elías y Moisés.
“LA ESPADA DEL REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES”.
¿Quién tendrá para el Día Postrero la Espada de dos filos, la Espada del Rey? Ya hemos visto que son los Dos Olivos.
Pero la pregunta entonces surge: ¿Y quién será Elías y quién será Moisés en el Día Postrero?
La pregunta es muy buena. Descúbralo usted cuando vea la Espada de dos filos, la Palabra creadora de Dios; y entonces podrá decir: “Está saliendo de un velo de carne”.
Y averigüe cuál es su nombre, y entonces sabrá quién es el heredero de la Espada del Rey para el Día Postrero; para el Rey de reyes, el Mesías, el Cristo, el Ungido, hablar a través de ese velo de carne esa Palabra creadora.
Todo eso lo vamos a ver en el cumplimiento de la Tercera Etapa, que culminará, tendrá su parte culminante, en una Carpa que fue vista por el reverendo William Branham.
La Espada del Rey en la mano de un profeta, de un hombre, eso es la Tercera Etapa.
El Séptimo Sello y su labor para el Día Postrero, eso es la Tercera Etapa.
El cumplimiento de la Visión de la Carpa, eso es la Tercera Etapa; manifestada en medio del cristianismo, en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y eso vendrá por medio de la Espada del Rey de reyes y Señor de señores saliendo de la boca de los Dos Olivos.
Sale de Dios por medio del Ángel del Pacto, del Espíritu Santo, a aquel que esté ungido con el Espíritu Santo. Y el Espíritu Santo operando el ministerio de Elías y el ministerio de Moisés; esos son los ministerios prometidos para ser manifestados con la Espada del Rey. Y luego veremos al Mesías, al Cristo, al Ungido.
Primero veremos a Elías, y veremos la Espada saliendo de la boca de Elías; eso es lo que lo identificará.
Estaba en la boca de Elías (Elías Tisbita); en la boca del segundo Elías, que fue Eliseo; en la boca del tercer Elías, que fue Juan el Bautista; estuvo en la boca del cuarto Elías, que fue el reverendo William Branham; y estará en la boca del quinto Elías también; y también en la boca de Moisés. Esos ministerios repitiéndose en el Día Postrero tendrán la Espada del Rey, pero tendrán necesidad de un velo de carne a través del cual estarán manifestados esos ministerios que el Espíritu Santo estará operando; y la Palabra de Dios por medio del Espíritu Santo, puesta en el corazón y la boca de los Dos Olivos, saldrá siendo hablada y siendo escuchada. Tan simple como eso.
La Espada del Rey. ¿De qué Rey? Del Rey de reyes y Señor de señores.
Vean que el que tiene la Espada del Rey también tiene un Nombre escrito que dice “Rey de reyes y Señor de señores”. Y en Su manifestación ha estado colocándola en la boca de un hombre siempre; así fue en el Antiguo Testamento y también ha sido en el Nuevo Testamento, y seguirá siendo así en este tiempo final.
Tenemos que localizar el velo de carne obligatoriamente, para localizar los ministerios de los Dos Olivos y también localizar la Espada del Rey, la Palabra de Dios correspondiente a este tiempo final siendo hablada.
Eso está esperando Israel, y también los elegidos del cristianismo del Día Postrero están esperando lo mismo.
¡Que Dios nos ayude a todos a ver la Espada del Rey, del Rey de reyes y Señor de señores, en los ministerios de los Dos Olivos prometidos para el Día Postrero! Nos permita ver el velo de carne, y ver esos ministerios obrando, y ver esa Palabra saliendo de su boca, ver esa Espada de dos filos saliendo de su boca.
Eso nos dará fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero; y también fe para sanidad divina, porque en la Visión de la Carpa hubo sanidad divina por la Palabra creadora de Dios siendo hablada, por la Espada de dos filos.
Que Dios nos bendiga y nos guarde, y nos permita la bendición de ver en el Día Postrero la Espada del Rey de reyes y Señor de señores; y que entre hasta lo profundo de nuestro corazón con bendición en abundancia. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.
“LA ESPADA DEL REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES”.
[Revisión julio 2024]
[1] Mt. 24:1-2; Mr. 13:1-2; Lc. 19:41-44, 21:5-6
[2] La aparición de esa nube fue fotografiada y publicada en dos revistas: Revista CIENCIA (SCIENCE): Publicación del 19 de abril de 1963, volumen 140, número 3564. Autor: James E. McDonald / https://www.science.org/toc/science/140/3564. Revista LIFE: Publicación del 17 de mayo de 1963. Título del artículo: “And a High Cloud – Ring of Mystery”. / https://bit.ly/3ureXyD
[3] Compilación de extractos “La introducción de la Segunda Venida de Cristo a Su Iglesia”: Sanidad hermana Meda Branham: págs. 290-295, párrs. 71-136 ([64-0120] “Sus palabras infalibles de promesa”) / Detiene la tormenta: págs. 281-284, párrs. 86-122 ([63-1110E] “El que está en vosotros”) / Resurrección del pececito: págs. 235-238, párrs. 130-157 ([57-0623] “Cree desde el corazón”) / Creación de ardillas: págs. 238-245, párrs. 33-52 ([59-1123] “Habla a esta montaña”) / Salvación hijos de Hattie Wright: págs. 250-252, párrs. 170-188 ([60-0417M] “Id, decid”)
[4] Alimentación de los cinco mil: Mt. 14:13-21, Mr. 6:30-44, Lc. 9:10-17, Jn. 6:1-13 / Alimentación de los cuatro mil: Mt. 15:32-38, Mr. 8:1-9
[5] San Mateo 8:5-13, San Lucas 7:1-10
[6] Los Sellos, pág. 54, párrs. 5-7; pág. 469, párrs. 154-158
[7] 64-0823M “Preguntas y Respuestas #1”, párrs. 186, 197-198
[8] Génesis 1:3