Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes. Es para mí una bendición grande estar con ustedes en esta noche o en esta tarde, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor del Programa Divino correspondiente a este Día Postrero.
Para eso quiero leer la Escritura en San Mateo, capítulo 24 y verso 30 al 31, las palabras de Jesús; y dice así nuestro amado Señor Jesucristo:
“Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.
Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro”.
El tema señalado para esta ocasión es: “LA NUBE TEOFÁNICA Y MISTERIOSA CARGADA DE BENDICIONES PARA LOS PRIMOGÉNITOS”. Ese es nuestro tema para esta ocasión.
“LA NUBE TEOFÁNICA Y MISTERIOSA CARGADA DE BENDICIONES PARA LOS PRIMOGÉNITOS”.
Cristo nos habló de una nube en donde el Hijo del Hombre vendría. Aquí en San Mateo dice que vendrá en “las nubes del cielo”, en San Marcos dice que vendrá en “las nubes del cielo”, y en San Lucas dice que vendrá en “una nube” (San Lucas, capítulo 21).
Y esta no es una promesa que solamente se encuentra en el Nuevo Testamento, sino que es una promesa divina que viene desde el Antiguo Testamento.
Por ejemplo, encontramos en el libro del profeta Daniel, capítulo 7 y versos 13 al 14, donde aparece aquí esta misma profecía que dio Jesús en San Mateo, capítulo 24 y verso 30 al 31. Y dice en Daniel, capítulo 7, verso 13 al 14:
“Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él.
Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido”.
Aquí podemos ver esta promesa de la Venida del Hijo del Hombre en las nubes o en una nube, y podemos ver que esa promesa ya viene desde el Antiguo Testamento.
Y podemos ver y comprender que el Apocalipsis del Antiguo Testamento es el libro del profeta Daniel, pues en el libro del Apocalipsis también está esta promesa. En Apocalipsis, capítulo 1 y verso… Veamos aquí: capítulo 1 y verso 7, dice:
“He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén”.
Sigue diciendo:
“Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso”.
¿Quién es el que vendrá? Es Jesucristo, es el Todopoderoso, el que era, el que es y el que ha de venir.
Luego pasamos al libro de Apocalipsis (al mismo libro de Apocalipsis donde estamos leyendo), y pasamos al capítulo 10, donde nos dice así:
“Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube…”.
Aquí lo tenemos, tenemos la Venida de Cristo envuelto en una nube, aquí tenemos la Venida del Hijo del Hombre, y aquí aparece:
“… envuelto en una nube, con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego.
Tenía en su mano un librito abierto; y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra;
y clamó a gran voz, como ruge un león; y cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces”.
Aquí tenemos, en este capítulo 10, verso 1 en adelante, la Venida del Hijo del Hombre en una nube: envuelto en una nube, conforme a como Cristo también profetizó; y viene envuelto en una nube y con el arco iris alrededor de Su cabeza.
Este Ángel Fuerte aquí es Cristo viniendo en una nube o en las nubes o envuelto en una nube, y “Su rostro era como el sol, y Sus pies como columnas de fuego”.
“Su rostro como el sol” representa a Cristo como Rey de reyes y Señor de señores, así como también el león representa a Cristo como Rey de reyes y Señor de señores, porque Él es el León de la tribu de Judá, el Rey de reyes y Señor de señores. El león es el rey de los animales, y el sol es el astro rey; ambos representan a Cristo en Su Segunda Venida como Rey de reyes y Señor de señores, como Hijo del Hombre e Hijo de David.
Ahora, aquí Él viene con un Librito abierto en Su mano. Este es el Librito que Él en Apocalipsis, capítulo 5, tomó allá en el Cielo de la diestra del que está sentado en el Trono. Apocalipsis, capítulo 5, verso 1 en adelante, dice:
“Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos.
Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?
Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro, ni aun mirarlo.
Y lloraba yo mucho, porque no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo.
Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos.
Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.
Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono”.
Ahora, vean cómo Cristo es presentado como el León de la tribu de Judá aquí, por el anciano que le dijo a Juan: “No llores. He aquí el León de la tribu de Judá, he aquí la raíz de David. Ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos”.
Y cuando Juan miró, el cual estaba llorando mucho, se secó sus ojos y miró; y cuando miró en medio de los ancianos y en medio de los cuatro seres vivientes y en medio del trono, miró y vio un cordero como inmolado, que tenía siete cuernos y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la Tierra.
“Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono”.
Ahora, aquí hay una aparente contradicción; porque el anciano dice: “He aquí el León de la tribu de Judá, la raíz de David, que ha vencido para abrir el Libro y desatar sus siete Sellos”; y cuando Juan miró, lo que vio fue un cordero como inmolado, que tenía siete cuernos y siete ojos; un ojo en cada uno de esos cuernos.
Esos siete cuernos son las siete edades de la Iglesia gentil, y los siete ojos son los siete ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil, en los cuales estuvo Jesucristo en Espíritu Santo manifestado, llevando a cabo la Obra de las siete etapas o edades de la Iglesia gentil.
Ahora vean cómo los siete cuernos con los siete ojos le son colocados, le nacen al Cordero, a Jesucristo: Son las siete edades con los escogidos de las siete edades y sus siete ángeles mensajeros.
Y ahora, ¿hubo alguna contradicción cuando el anciano dijo que era un león, y cuando Juan miró dijo que era un cordero? No hay ninguna contradicción; porque Juan el apóstol conocía a Jesucristo como el Cordero de Dios que vino en Su Primera Venida y quitó el pecado del mundo en la Cruz del Calvario, y durante la Dispensación de la Gracia fue conocido como el Cordero de Dios que murió en la Cruz del Calvario, y también como Sumo Sacerdote según el Orden de Melquisedec.
Ahora, Juan no lo había conocido como el León de la tribu de Judá en Su Obra de Reclamo, correspondiente esa Obra para el Día Postrero, para el tiempo de Su Venida; y por eso es que Juan cuando miró y vio a Jesucristo, lo vio como el Cordero de Dios en esta visión. O sea que Juan, vean ustedes, vio al Señor Jesucristo, y está representado, en este simbolismo bíblico apocalíptico, como un cordero con siete cuernos y siete ojos en los siete cuernos.
Un ojo representa un profeta, un vidente; y cada edad de la Iglesia gentil tuvo un vidente: el mensajero de cada una de esas siete edades de la Iglesia gentil. Y cada edad, vean ustedes, está representada en cada uno de esos siete cuernos.
Y ahora, Cristo tomó el Libro de la diestra del que está sentado en el Trono; y luego, en Apocalipsis, capítulo 6, y capítulo 8 y verso 1, abre esos Sellos. Y esos Sellos o ese Libro de siete Sellos, es el Libro de la Redención, el Libro de la Vida del Cordero, donde están escritos los nombres de todos los primogénitos de Dios, que vendrían a formar parte del Cuerpo Místico de Cristo: que creerían en Jesucristo como su Salvador, y lavarían sus pecados en la Sangre del Cordero, y recibirían el Espíritu de Cristo; y así entrarían al Cuerpo Místico de Cristo, o sea, a la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y por eso es que Cristo, durante todas estas siete etapas de la Iglesia gentil, ha estado llamando y juntando a Sus escogidos por medio de Su manifestación a través de cada ángel mensajero; y luego, para la Edad de la Piedra Angular, llama y junta a Sus escogidos en medio de los latinoamericanos y caribeños, y los coloca en la Edad de la Piedra Angular, que es el Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, así como las siete etapas o edades de la Iglesia gentil fueron el Lugar Santo del Templo espiritual del Señor Jesucristo.
Y ahora, vean ustedes cómo en la Venida del Hijo del Hombre en el cielo aparece el Hijo del Hombre envuelto en una nube, y aparece allí el Hijo del Hombre viniendo en las nubes del cielo (San Lucas dice en “una nube”); y para el Día Postrero, para el tiempo final, esa señal en el cielo está prometida para ser vista; y por eso es que todo creyente en la Palabra de Dios, en la Biblia, tiene que estar pendiente a una nube en donde el Hijo del Hombre estará manifestado.
Y será una nube misteriosa para muchas personas; así como aquella nube misteriosa que cubrió a Jesús, Pedro, Jacobo y Juan, donde también estaban Moisés y Elías, en el Monte de la Transfiguración1; así como también el monte del Sinaí fue cubierto por una nube2, y allí estaba Dios manifestado.
Ahora, tenemos la promesa de una nube en el cielo, en donde estará el Hijo del Hombre, y estará viniendo con Sus Ángeles en el tiempo final.
Hemos visto, a través de la Escritura, que esta nube está prometida en el Antiguo Testamento y también en el Nuevo Testamento. Es una nube que trae bendición de Dios para todos los escogidos de Dios, para los primogénitos de Dios.
Ahora, conforme a la promesa, esa nube tiene que aparecer en el cielo, y será una nube misteriosa para muchas personas; así como para el tiempo de la Primera Venida de Cristo apareció en el cielo una señal llamada la Estrella de Belén, la cual guio a los magos hacia Belén de Judea, en donde estaba el Mesías3.
Y para este tiempo final tenemos la promesa de una señal en el cielo, la señal de una nube misteriosa en donde estará el Hijo del Hombre y en donde estarán los Ángeles del Señor.
Ahora, por cuanto tenemos la promesa de esa nube y el Hijo del Hombre en esa nube: para FEBRERO 28 DE 1963 apareció en el cielo una nube misteriosa:
• Medía 30 millas de ancho por 50 millas de largo4, a una altura de 26 millas de alto5; con 30 millas de ancho, y 50 millas de largo. Y apareció sobre los cielos de Arizona; y desde Nuevo México se vio también esa nube.
• Tomaron fotografías desde Nuevo México y desde diferentes lugares de Arizona; y fue publicada en la revista Ciencia6 y en la revista Life7 (o Vida) como una nube misteriosa.
Y aquí tenemos fotografías de esa nube; aquí la tenemos…; y aquí también tenemos diferentes fotos tomadas en diferentes horarios y de diferentes lugares.
Esta nube, vean ustedes, fue tomada en fotos8: Aquí desde las 6:00 de la tarde en adelante. Esta fue tomada a las 6:10 de la tarde, esta fue tomada a las 6:15 de la tarde y esta fue tomada a las 6:30 de la tarde.
Y vean ustedes cómo esta nube misteriosa apareció en el cielo. La ciencia no ha podido descubrir el misterio de esta nube.
¿Y cuál es el misterio de esta nube?
• Cuando esta nube apareció en el cielo, estaba de cacería el reverendo William Marrion Branham en los montes de Arizona, en el área de Tucson, Arizona, a la parte norte de Tucson, Arizona. Y veamos lo que él dice acerca de lo que sucedió allí. Vamos a leer en la página 469 del libro de Los Sellos en español…
Los Sellos fueron predicados por el reverendo William Marrion Branham, y fueron impresos y lo tenemos en libro también. Ahora, en la página 469 del libro de Los Sellos en español, dice así el reverendo William Marrion Branham:
“153. ¿Y notaron que dije que uno de esos ángeles era muy raro? Me pareció muy distinto a los demás. Estaban en una constelación con tres a cada lado y uno arriba; y el que estaba a mi lado, contando desde la izquierda hacia la derecha, ese sería el séptimo Ángel. Él era más brillante y significaba más para mí que los demás. Les dije que tenía el pecho así robusto y estaba volando hacia el Oriente. Les dije también que: ‘Me levantó, me alzó’. ¿Se acuerdan?
154. Ahora, ¡aquí está! Era el que tenía el Séptimo Sello, lo cual he mantenido como una pregunta en mi mente toda mi vida. ¡Amén! Los otros Sellos significaron mucho para mí, desde luego; pero ustedes no se imaginan lo que ha significado este séptimo”.
Ahora, aquí nos muestra que de estos ángeles que aparecieron allí en esta nube misteriosa, dice que hubo allí siete ángeles que le aparecieron y lo llevaron hasta esa nube; uno de ellos —el que era diferente a los demás— fue el que lo levantó y lo llevó y lo colocó en esa constelación de ángeles que formaban esa nube.
O sea que hubo siete ángeles que vinieron, y uno de ellos tomó al reverendo William Marrion Branham y lo llevó hasta esa nube; y cuando fue colocado allí, se encontraron allí ocho ángeles mensajeros. Estaban allí los siete ángeles mensajeros de las siete edades la Iglesia gentil y el Ángel que era muy diferente a los demás, que tiene el Séptimo Sello.
El Séptimo Sello es la Segunda Venida de Cristo, la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles.
• Y ahora, si tornamos… aquí esta nube formada por ángeles, por los siete ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil y por el Ángel que era muy diferente a los demás… Aquí está el Ángel que era muy diferente a los demás, y aquí están los siete ángeles de la Iglesia gentil.
Si tornamos esta foto hacia la derecha encontraremos que forma el rostro del Señor Jesucristo. El rostro del Señor Jesucristo está formado con esta nube de ángeles en sus cuerpos teofánicos. Aquí están en sus cuerpos teofánicos; o sea que están en espíritu teofánico cada uno de estos ángeles que aquí aparecen.
Los siete ángeles de las siete edades de la Iglesia gentil, al tornar la nube o la foto hacia la derecha, encontramos que forman la barba del Señor Jesucristo; y el Ángel que era muy diferente a los demás (acá arriba) forma el cabello blanco del Señor Jesucristo.
• Así como estos siete ángeles de las siete edades fueron manifestados en carne humana en la Tierra, en cada edad en que Dios los envió, y tuvieron el ministerio del Espíritu Santo correspondiente a cada edad…: el Espíritu Santo estuvo en ellos manifestado llevando a cabo la Obra correspondiente a cada edad, y llamando y juntando los escogidos de cada edad por medio del mensajero de cada edad, en donde se cumplió cada edad y vino el Mensaje por medio de cada mensajero, el Mensaje de cada edad.
Ahora, vean ustedes, estos ángeles mensajeros que están aquí en sus cuerpos teofánicos, estuvieron en carne humana en la edad que les tocó vivir; o sea que estaban vestidos de carne humana en la edad que les tocó vivir. Pero cuando terminan las siete etapas o edades de la Iglesia gentil, ya ellos se encuentran todos en sus cuerpos teofánicos.
Ahora, cuando apareció esta nube en el cielo, todavía el séptimo ángel mensajero de la séptima edad de la Iglesia gentil estaba en su cuerpo teofánico; pero fue llevado allá en espíritu, en su cuerpo teofánico, a esta constelación de ángeles, y allí aparece también con ellos en esta foto, en esta nube. Y así encontramos que el reverendo William Marrion Branham estuvo en esa nube formada por ángeles.
Por lo tanto, hubo allí siete ángeles mensajeros (los siete ángeles mensajeros de las siete edades la Iglesia gentil) y otro Ángel Mensajero diferente a esos siete ángeles mensajeros. Allí estaba el Ángel Fuerte que desciende del Cielo envuelto en una nube, allí estaba descendiendo en esa nube, envuelto en esa nube. Allí estaba el Hijo del Hombre, el Ángel Fuerte, el Hijo del Hombre viniendo en las nubes del cielo, conforme a como Él prometió para ser cumplido esto en el tiempo final.
Y ahora, así como los siete ángeles mensajeros tuvieron que vestirse de carne humana en la edad que les tocó vivir; el Ángel Fuerte que desciende del Cielo, el Hijo del Hombre, Cristo, tiene que vestirse de carne humana: este Ángel diferente a los demás tiene que venir en el Día Postrero vestido de carne humana, vestido del velo de carne de Su Ángel Mensajero, para tener el ministerio del Día Postrero; y así estar manifestado el Séptimo Sello; y ser abierto el Séptimo Sello a la Iglesia del Señor Jesucristo en el cumplimiento de la Venida de este Ángel que era muy diferente a los demás siendo manifestado en carne humana en Su Ángel Mensajero.
En el Ángel del Señor Jesucristo viene este Ángel Fuerte que era muy diferente a los demás, y tiene Su ministerio, el ministerio correspondiente al Día Postrero; y llama y junta a Sus escogidos con la Gran Voz de Trompeta; y manifiesta los ministerios de Moisés y Elías, que son los ministerios que en el Día Postrero estarán manifestados juntamente con el ministerio de Jesucristo, el Hijo del Hombre, conforme a la promesa de Dios para este Día Postrero.
• Y así es como la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles es mostrada en el cielo; y allí están representados todos los miembros del Cuerpo Místico de Cristo de cada etapa o cada edad de la Iglesia del Señor Jesucristo.
Allí están los escogidos de la primera edad, representados en San Pablo; los de la segunda edad están representados en Ireneo; los de la tercera edad están representados en Martín; los de la cuarta edad están representados en Colombo; los de la quinta edad están representados en Lutero, los de la sexta están representados Wesley; y los de la séptima edad están representados en William Marrion Branham.
Y los que estaríamos viviendo en este Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, ¿en quién estaríamos representados? En el Ángel que era muy diferente a los demás, en ese Ángel Fuerte que viene envuelto en esa nube; en ese Ángel Fuerte que aparece en el cielo, en las nubes, formando esta gran nube, la cual es formada por los ángeles del Señor Jesucristo y el mismo Cristo, el Hijo del Hombre; aquí en el cielo, a 26 millas de altura aproximadamente, en la formación de esa nube de 30 millas de ancho por 50 millas de largo aproximadamente.
Ahora vean cómo esa nube, que es una nube de gloria, tiene grandes bendiciones para todos los escogidos de Dios, pues ahí están representados todos los escogidos del Cuerpo Místico de Cristo de entre los gentiles. Ahí están todos los que están escritos en el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo, que vendrían a formar parte de la Iglesia del Señor Jesucristo entre los gentiles.
Y así como les trajo bendición cada ángel mensajero a los hijos e hijas de Dios, a los escogidos de Dios en la edad en que fueron manifestados en carne humana, para el Día Postrero la venida de esa nube de gloria como la señal del Hijo del Hombre en el cielo, en donde el Hijo del Hombre estaría envuelto en esa nube, es de bendición para todos los escogidos de Dios de las edades pasadas y para todos los escogidos de Dios de este día presente, de la Edad de la Piedra Angular.
Pues con la manifestación del Ángel que era muy diferente a los demás se completará el Cuerpo Místico de Cristo; en donde Cristo, por medio de Su Ángel Mensajero, estará llamando y juntando a Sus escogidos, y así completando Su Cuerpo Místico de creyentes, Su Templo espiritual; lo completa construyendo, con los escogidos del Día Postrero, la Edad de la Piedra Angular, que es la Edad de Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo.
Así es como en el Día Postrero se estará completando el Templo espiritual de Cristo para venir Dios en toda Su plenitud, para venir el Espíritu Santo en toda Su plenitud; y los muertos en Cristo ser resucitados en cuerpos eternos, y nosotros los que vivimos ser transformados, y obtener nuestro cuerpo eterno; y así estar todos con un cuerpo eterno y con un espíritu teofánico eterno también, con vida eterna para vivir por toda la eternidad con nuestro amado Señor Jesucristo, para en el Día Postrero ser raptados y ser llevados a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo.
Ahora podemos ver el propósito divino que estará llevándose a cabo luego que esa nube formada por ángeles fue manifestada en el cielo, en febrero 28 de 1963.
Y allá se cumplió esta señal, la señal del Hijo del Hombre en el cielo, el Hijo del Hombre envuelto en esa nube, viniendo en esa nube, para luego ser manifestado en la Tierra en carne humana en Su Ángel Mensajero, y por medio de Su Ángel Mensajero llevar a cabo el ministerio del Hijo del Hombre como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo, y llamar a juntar a todos Sus escogidos en el Día Postrero.
El misterio del Séptimo Sello es el misterio de este Ángel que era muy diferente a los demás y Su Venida y manifestación en la Tierra y ministerio aquí en la Tierra en medio de Su Iglesia gentil.
Por eso es que en la página 483 y 484 nos dice el reverendo William Marrion Branham, el cual estuvo allí en esa nube, nos dice de la siguiente manera:
“203. Quiero que noten una cosa que sucedió. Y si ustedes llegan a escuchar la cinta: ‘Señores, ¿qué hora es?’ Allí escucharán que un Ángel me era muy sobresaliente; los demás eran comunes, pero este cierto Ángel era muy notable. Él estaba a mi izquierda en la constelación en forma de pirámide. ¿Recordarán también que fue en la pirámide donde estaba la piedra blanca misteriosa que no tenía nada escrito? Los ángeles me elevaron donde estaba, adentro de esa pirámide formada por ellos mismos…”.
Vamos a leerlo de nuevo:
“Los ángeles me elevaron de donde estaba…”.
O sea, de la tierra, donde estaba, lo elevaron, y lo colocaron en esa nube en forma de pirámide. Dice:
“Los ángeles me elevaron de donde estaba, adentro de esa pirámide formada por ellos mismos. Los misterios de Dios eran solamente conocidos por ellos…”.
Ahora, vean ustedes, para conocer los misterios de Dios correspondientes al Día Postrero, a la Edad de la Piedra Angular, se requiere que el Ángel que era muy diferente a los demás, ese Ángel que allí estaba (que es el Ángel Mensajero que vendrá en el Día Postrero, es el Hijo del Hombre, Cristo, que vendrá en el Día Postrero velado y revelado en carne humana en Su Ángel Mensajero), esté aquí en la Tierra dando a conocer estas cosas que deben suceder pronto, en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.
O sea que las cosas correspondientes al Día Postrero no pueden ser entendidas, no pueden ser conocidas, excepto por medio del Ángel Fuerte, del Ángel que era muy diferente a los demás, siendo manifestado a través del Ángel Mensajero del Señor Jesucristo; en donde vendrá manifestado en carne humana en el cumplimiento de la Venida del Ángel Fuerte, de la Venida de ese Ángel que era muy diferente a los demás.
Y viene con los ministerios de Moisés por segunda vez, de Elías por quinta vez y de Jesús por segunda vez. Así viene el Ángel que era muy diferente a los demás, manifestado en carne humana: en el Ángel Mensajero del Señor Jesucristo de la Edad de la Piedra Angular y de la Dispensación del Reino.
Ese es el misterio del Ángel que era muy diferente a los demás, ese es el misterio del Séptimo Sello, ese es el misterio de la Venida de ese Ángel en carne humana en el Ángel del Señor Jesucristo, para tener Su ministerio a través del Ángel del Señor Jesucristo, así como tuvo Su ministerio en las edades pasadas a través de cada ángel mensajero de cada edad.
Y ahora, continuamos leyendo aquí lo que nos sigue diciendo; vean:
“[203]. Los misterios de Dios eran solamente conocidos por ellos, y ellos fueron los mensajeros que vinieron para interpretar esa pirámide…”.
En la primera edad, San Pablo interpretó esa primera parte de esa pirámide, esa primera edad de la Iglesia gentil. En la segunda edad, Ireneo interpretó la segunda etapa de la Iglesia del Señor Jesucristo entre los gentiles. O sea, la interpretó: la cumplió.
Porque la interpretación de una promesa de Dios es el cumplimiento de ella; esa es la forma en que Dios interpreta Sus promesas.
Y ahora vean cómo va siendo interpretada esta pirámide, este Cuerpo Místico de creyentes, este Templo espiritual: es por medio de la manifestación del Espíritu de Cristo en cada ángel mensajero; y por medio cada ángel mensajero Cristo va cumpliendo lo correspondiente a cada edad, y así va interpretando lo correspondiente a cada edad.
Así como un músico va interpretando de la hoja de música lo que tiene que interpretar en ese momento; y así, cuando lo interpreta, ¿qué es lo que está haciendo? Está tocando la música que está ahí escrita, en la hoja de música.
Y Cristo interpretando esta pirámide, de edad en edad está cumpliendo lo que corresponde a cada edad; esa es la interpretación de esa pirámide de edad en edad; esa es la pieza musical interpretada por Cristo a través de cada ángel mensajero en cada etapa o edad entre los gentiles; hasta llegar a la Edad de la Piedra Angular, donde Cristo interpreta Su Palabra prometida para la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.
¿Cómo? Cumpliendo esa Palabra en la Edad de la Piedra Angular, y formando así la Edad de la Piedra Angular, y abriendo una nueva dispensación. Y todo esto lo realiza Cristo, el Ángel Fuerte, el Ángel que era muy diferente a los demás, el Hijo del Hombre, por medio de Su manifestación en carne humana en Su Ángel Mensajero en el Día Postrero.
Y así es como es interpretada la parte del Día Postrero, de la Edad de la Piedra Angular y de la Dispensación del Reino; y así es como, vean ustedes, se forma la Edad de la Piedra Angular, y se forma y se abre la Dispensación del Reino.
Y así como en las edades pasadas cada edad se cumplió en un territorio establecido por Dios, y hubo un ángel mensajero establecido por Dios en ese territorio con el Mensaje de Dios, interpretando la Palabra de Dios para ese tiempo, cumpliendo la Palabra de Dios para ese tiempo (porque esa es la forma en que Dios interpreta Su promesa para cada edad y para cada dispensación); ahora para el Día Postrero…
Vean ustedes, así como estuvo en Asia Menor en San Pablo, interpretando la Palabra prometida para esa edad, o sea, cumpliéndola; y estuvo en la segunda edad en Ireneo, interpretando la Palabra de Dios, cumpliendo la Palabra de Dios para la segunda edad; y así sucesivamente, estuvo en Europa en la segunda, tercera, cuarta, quinta y sexta edad, interpretando Su Palabra prometida, cumpliendo Su Palabra prometida por medio de Su manifestación a través del ángel mensajero de estas cinco edades que se cumplieron en Europa en diferentes territorios, en diferentes naciones; luego pasa Jesucristo en Espíritu Santo a Norteamérica para interpretar, para cumplir, la Palabra prometida para la séptima edad de la Iglesia gentil, que se cumplió en Norteamérica.
Y luego que interpreta Su Palabra prometida para la séptima edad de la Iglesia gentil, cumpliéndola por medio de la manifestación del Espíritu Santo a través de Su séptimo ángel mensajero, el reverendo William Marrion Branham, ¿qué más hace? Le queda una edad: la Edad de la Piedra Angular, la edad más importante, la edad eterna de la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y para eso, Él pasa de Norteamérica a la América Latina y el Caribe. Cristo pasa a la América Latina y el Caribe en Espíritu Santo, y se manifiesta por medio de Su Ángel Mensajero para cumplir, para interpretar, cumpliendo así lo prometido para la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, en la América Latina y el Caribe.
¿Qué hace Jesucristo en Espíritu Santo, el Ángel Fuerte, el Ángel que era muy diferente a los demás, el Hijo del Hombre, en la América Latina y el Caribe en Su Ángel Mensajero? Interpretando Su Palabra prometida para la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.
¿Y cómo la interpreta? Cumpliendo esa Palabra en la América Latina y el Caribe, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.
Y nadie puede entender este misterio del Séptimo Sello, porque este es el misterio del Ángel que era muy diferente a los demás; porque ese Ángel es el que tiene el Séptimo Sello.
Y ahora, veamos cómo dice el reverendo William Marrion Branham, que estuvo allí en esa nube formada por ángeles; él sigue diciendo:
“[203]. … y ellos fueron los mensajeros que vinieron para interpretar esa pirámide, el mensaje del secreto de estos siete Sellos que están dentro de la pirámide. Este ángel estaba a mi izquierda, Él era el último o séptimo ángel, contando de izquierda a derecha, porque Él estaba a mi izquierda, viéndolo yo así de frente hacia el Occidente…”.
O sea que el precursor de la Segunda Venida de Cristo, el reverendo William Marrion Branham, estaba de frente al occidente; o sea, mirando hacia el oeste, o sea, hacia el occidente. Porque todos los ángeles mensajeros vinieron mirando siempre ¿hacia dónde? Hacia el occidente. Era una Obra del este hacia el occidente.
Ahora, vean ustedes, aquí…, el precursor de la Segunda Venida de Cristo, aquí en esta nube, está mirando ¿hacia dónde? Hacia el occidente. Y, dice:
“… y él viniendo (‘y el Ángel viniendo’, ¿hacia dónde?) hacia el Oriente…”.
¿De dónde viene el Ángel? Viene del occidente. ¿Hacia dónde? Hacia el oriente; viene volando en esa dirección. Porque Su Mensaje es un Mensaje que vuela del occidente hacia el este, hacia el oriente, la tierra de Israel; porque viene volando con el Mensaje del Evangelio del Reino; y comienza en el occidente y llegará hasta el oriente, hasta la tierra de Israel.
Y viene con Sus alas extendidas. Sus alas representan a Moisés y Elías. Y es Moisés y Elías, los Dos Olivos, quienes le llevan el Mensaje del Evangelio del Reino al pueblo hebreo.
Así como los hebreos trajeron el Mensaje del Evangelio de la Gracia a los gentiles, ahora los gentiles lo llevarán al pueblo hebreo bajo el ministerio de Moisés y Elías9.
Esos son los ministerios que vienen con el Mensaje del Evangelio del Reino, con el Mensaje de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo, para darle a conocer al pueblo hebreo ese misterio: el misterio de la Segunda Venida de Cristo.
Pero primero los ministerios de Moisés y Elías estarán operando aquí en la Tierra en el Ángel del Señor Jesucristo, y estarán dándole a conocer a la Iglesia del Señor Jesucristo el misterio de la Segunda Venida de Cristo, de la Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo. Estarán dándole a conocer a la Iglesia del Señor Jesucristo el misterio de este Ángel que era muy diferente a los demás, siendo manifestado en la Tierra en el Ángel del Señor Jesucristo; siendo velado y revelado por medio de Su Ángel Mensajero aquí en la Tierra.
Ese es el misterio de este Ángel que era muy diferente a los demás, que aparece en esta nube formada por ángeles mensajeros del Señor Jesucristo.
Ahora, ¿ven ustedes el misterio de esta pirámide formada por la Iglesia del Señor Jesucristo de edad en edad? El misterio para cada edad lo conocía solamente el ángel mensajero de cada edad. El misterio divino correspondiente a cada edad estaba velado y luego revelado en el ángel mensajero de cada edad. Y Cristo, en el ángel mensajero de cada edad en Espíritu Santo, era el que se manifestaba, y se abría así el Programa Divino, el misterio divino correspondiente a cada edad.
Y ahora, para la Edad de la Piedra Angular, el único que sabrá el misterio de esa edad será el Ángel del Señor Jesucristo, en el cual estará el Ángel Fuerte, el Hijo del Hombre, Jesucristo en Espíritu Santo, velado y revelado cumpliendo la Edad de la Piedra Angular; o sea, interpretando esa Edad de la Piedra Angular. ¿Interpretándola cómo? Cumpliendo esa edad y cumpliendo las promesas para esa edad.
Más nadie conocerá el misterio de la Edad de la Piedra Angular, excepto aquellos que estarán recibiendo la revelación divina por medio del Ángel del Señor Jesucristo; en el cual estará Jesucristo en Espíritu Santo velado y revelado, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.
Ahora, continuamos leyendo. Dice:
“[203]. Estaba a la izquierda, y él sería el mensaje del último Ángel, uno muy extraordinario. Recuerden cómo dije que tenía su cabeza alzada y sus alas tan poderosas y agudas…”.
Aquí está: Sus alas poderosas y agudas; ahí lo tenemos volando con Sus alas extendidas. Dice:
“… y cómo dije que voló directamente a mí. Ahora, eso es este Séptimo Sello”.
¿Qué es el Séptimo Sello? El Séptimo Sello es este Ángel que era muy diferente a los demás, el cual apareció allá en el cielo en esa nube formada por ellos mismos, por los siete ángeles de mensajeros de las siete edades y este Ángel que era muy diferente a los demás.
Y el misterio de este Ángel, que es el misterio del Séptimo Sello, es el misterio de la Venida de ese Ángel a la Tierra velándose en carne humana en el Ángel del Señor Jesucristo, que es Su Ángel Mensajero, y revelándose por medio de Su Ángel Mensajero; y cumpliendo la Edad de la Piedra Angular; y llevando así a cabo la Obra de la Edad de la Piedra Angular, cumpliendo las promesas para la Iglesia del Señor Jesucristo, para la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, y Día Postrero o séptimo milenio, que es el Día del Señor. Sigue diciendo:
“… eso es este Séptimo Sello. Es una cosa muy extraordinaria y todavía no sabemos lo que es, porque no ha sido permitida su apertura”.
Para el tiempo del precursor de la Segunda Venida de Cristo, la apertura de ese misterio, del Séptimo Sello (del misterio de ese Ángel viniendo en carne humana, y por medio de carne humana cumpliendo Su Venida, y cumpliendo Sus promesas para la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino), todavía ese misterio no estaba abierto; y no podía ser abierto a la Iglesia del Señor Jesucristo, porque todavía no había llegado el tiempo para cumplirse plenamente este misterio.
O sea que, de ese tiempo en adelante, este misterio comenzaría a moverse, y el Ángel que era muy diferente a los demás se velaría en carne humana en Su Ángel Mensajero, y se revelaría por medio de Su Ángel Mensajero; y construiría así la etapa de la Edad de la Piedra Angular, y cumpliría las promesas correspondientes a la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, en el Día Postrero. Y así sería como estaría interpretando la parte más importante del Cuerpo Místico de Cristo, de esta gran pirámide o del Cuerpo Místico de Cristo que está formado en forma de pirámide.
Y ahora vean a quién le toca interpretar o cumplir lo correspondiente a la Edad de la Piedra Angular: es al Ángel que era muy diferente a los demás; le toca cumplirlo por medio de Su Ángel Mensajero en el Día Postrero.
Porque para cumplir lo correspondiente al Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular, tiene que —ese Ángel Fuerte que está allí en Su cuerpo teofánico—, tiene que venir en carne humana. Y para eso Él tendrá Su Ángel Mensajero, Su siervo fiel y prudente, que estará dándole el Alimento a tiempo a todos los escogidos de Dios; ¿en dónde? En la Casa de Dios.
Ahora, vean ustedes que estos ángeles aparecieron todos en esta nube; tanto los siete ángeles mensajeros de las siete edades como Jesucristo, el Ángel Fuerte, el Hijo del Hombre; y ellos fueron manifestados en la Casa de Dios, en el Cuerpo Místico de Cristo. Por eso es que aquí está representado el Cuerpo Místico de Cristo completo, o sea, la Iglesia del Señor Jesucristo, la Casa de Dios, que es la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y por eso es que este Ángel que era diferente a los demás tiene que manifestarse también (¿dónde?) en la Casa de Dios, en el Cuerpo Místico de Cristo, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino; que es la Edad de la Cabeza, es la Edad de la Cabeza de Oro del Reino de Dios, es la Edad del Trono del Señor Jesucristo, es la Edad de Oro para la Iglesia del Señor Jesucristo. Y por eso recibe la revelación, la fe, para ser transformada y raptada en el Día Postrero, la revelación de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, la Venida de Cristo en Espíritu Santo velado y revelado en Su Ángel Mensajero en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.
Ahora, con todo y esto, el Ángel del Señor Jesucristo no es el Señor Jesucristo. El Ángel del Señor Jesucristo es el profeta mensajero enviado por Jesucristo a la Edad de la Piedra Angular y a la Dispensación del Reino. Es un profeta dispensacional: el profeta de la Dispensación del Reino con el Mensaje del Evangelio del Reino, predicándolo en este Día Postrero.
Y en ese Ángel Mensajero es que viene el Ángel Fuerte que era muy diferente a los demás, el cual formó la peluca blanca del Señor Jesucristo en esta nube.
Y con la manifestación de este Ángel en carne humana en el Ángel del Señor Jesucristo, se cumple el tipo y figura del cabello blanco del Hijo del Hombre de:
• Apocalipsis, capítulo 1, versos 12 al 18;
• y Apocalipsis, capítulo 10, verso 1 en adelante;
• y Apocalipsis, capítulo 19, verso 11 al 21;
• y también San Mateo, capítulo 17, verso 1 al 7;
• y Daniel, capítulo 7, versos 9 al 10; y capítulo 7, versos 13 al 14; y capítulo 7, versos 18 al 27.
Todo eso, vean ustedes, está prometido en el Antiguo Testamento y también en el Nuevo Testamento.
Así que Cristo en el Día Postrero, en Su manifestación a través de Su Ángel Mensajero, estará cumpliendo el tipo y figura de Su cabello blanco como blanca lana, Sus ojos como llama de fuego, Sus pies como bronce bruñido, ardientes como en un horno; y una espada saliendo de Su boca: que es la Palabra de Dios saliendo del mensajero del Señor Jesucristo, del Ángel del Señor Jesucristo; la Palabra, el Mensaje del Evangelio del Reino, saliendo del mensajero del Señor Jesucristo, que es el Ángel del Señor Jesucristo.
O sea que todos esos tipos y figuras que están mostrados ahí en Apocalipsis 1, verso 12 al 20, son cumplidos en el Día Postrero, en la manifestación de este Ángel que era muy diferente a los demás; que es el Hijo del Hombre, Jesucristo, velándose y revelándose a través de carne humana, a través de Su Ángel Mensajero en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino; para traer las bendiciones de Jesucristo prometidas para Su Iglesia para el Día Postrero, para la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino; para ser transformados y raptados y llevados a la Cena de las Bodas del Cordero, en este Día Postrero. Y así estar con Cristo por toda la eternidad. Y reinar con Cristo durante el Reino Milenial (por mil años) y luego por toda la eternidad, como reyes y sacerdotes en el glorioso Reino de nuestro amado Señor Jesucristo.
Hemos visto esta nube formada por los siete ángeles mensajeros y el Ángel que era muy diferente a los demás, cargada con grandes bendiciones para la Iglesia del Señor Jesucristo para este Día Postrero, para los primogénitos de Dios escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.
Esta nube es una nube teofánica. ¿Por qué? Porque todos estos ángeles que están allí: los siete ángeles mensajeros de las siete edades y el Ángel que era muy diferente a los demás, se encuentran en sus cuerpos teofánicos; o sea, se encuentran en espíritu.
El espíritu es el cuerpo teofánico de la sexta dimensión, que es como un cuerpo de los nuestros, pero de otra dimensión. Y por eso es que si se toma la foto de un cuerpo teofánico, de ese cuerpo teofánico, de cada ángel mensajero, se ve en la forma de una nube…
[CORTE DE ELECTRICIDAD]
… de la Iglesia gentil; y el Ángel que era muy diferente a los demás, que en el Día Postrero estaría manifestado en carne humana en Su Ángel Mensajero, velándose y revelándose, y dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder en el Día Postrero; y así formando la Edad de la Piedra Angular, creando la Edad de la Piedra Angular, creando el Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo en la construcción de ese Templo espiritual.
LA NUBE TEOFÁNICA MISTERIOSA CARGADA CON BENDICIONES PARA LOS PRIMOGÉNITOS DE DIOS, para los primogénitos escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, desde antes de la fundación del mundo.
Hemos visto, en esta ocasión: “LA NUBE TEOFÁNICA Y MISTERIOSA CARGADA DE BENDICIONES PARA LOS PRIMOGÉNITOS”.
Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel Fuerte, el Ángel que era diferente a los demás, sean sobre cada uno de ustedes y sobre mí también en este Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular; y nos abra el entendimiento para comprender todos estos misterios del Reino de los Cielos correspondientes a este Día Postrero; y pronto todos seamos transformados y raptados conforme a como Él ha prometido, y nos lleve a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo, en la Casa de nuestro Padre celestial. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.
Muchas gracias por vuestra amable atención y continúen pasando una noche llena de las bendiciones contenidas en esta nube teofánica que fue manifestada en febrero 28 de 1963.
Dejo con nosotros nuevamente al reverendo Miguel Bermúdez Marín para continuar y finalizar en esta noche nuestra parte, dándole gracias a Cristo por esta nube teofánica y misteriosa, cargada de bendiciones para los primogénitos que estarían en esta Tierra en este Día Postrero; así como los escogidos primogénitos que estuvieron en las siete edades de la Iglesia gentil.
Bueno, con nosotros nuevamente Miguel Bermúdez Marín.
Que Dios les continúe bendiciendo a todos.
“LA NUBE TEOFÁNICA Y MISTERIOSA CARGADA DE BENDICIONES PARA LOS PRIMOGÉNITOS”.
[Revisión febrero 2022]
1 San Mateo 17:1-3, San Marcos 9:2-4, San Lucas 9:28-31
2 Éxodo 19:16
3 San Mateo 2:1-6
4 30 millas (de ancho) x 50 millas (de largo) = 48.3 km (de ancho) x 80.46 km (de largo)
5 26 millas = 41.8 km de alto
6 Revista CIENCIA (SCIENCE): Publicación del 19 de abril de 1963, volumen 140, número 3564. Autor: James E. McDonald / https://www.science.org/toc/science/140/3564
7 Revista LIFE: Publicación del 17 de mayo de 1963. Título del artículo “… And a High Cloud – Ring of Mistery”
8 Publicación de la revista LIFE, donde aparecen las fotografías desde diferentes lugares: https://bit.ly/3ureXyD
9 Las Edades, “La Revelación de Jesucristo”, pág. 30, párr. 109