Muy buenas noches, amados amigos y hermanos aquí en Manizales, Colombia. Es para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Para lo cual quiero leer en Génesis, capítulo 1, versos 1 al 5, donde dice:
“En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.
Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas.
Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día”.
Nuestro tema para esta ocasión es: “LA PALABRA CREADORA A TRAVÉS DE TODA LA BIBLIA”.
“LA PALABRA CREADORA A TRAVÉS DE TODA LA BIBLIA”.
Hemos visto cómo Dios trajo a existencia toda la Creación.
En el capítulo 1 de San Juan también nos habla Dios acerca de la Creación y del Creador, y nos dice:
“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
Este era en el principio con Dios.
Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres”.
Ahora podemos ver aquí el origen de toda la Creación.
El origen de toda la Creación es el Verbo, el cual era con Dios y era Dios, porque era el mismo Dios en Su cuerpo teofánico de la sexta dimensión; el cual estando en Su cuerpo teofánico es un varón, un hombre, de la sexta dimensión, llamado el Ángel de Jehová o Ángel del Pacto, el cual apareció a los profetas del Antiguo Testamento: a Adán y a todos los demás profetas; y por cuanto ellos siendo profetas tenían las dos consciencias juntas, lo podían ver en esa otra dimensión.
Y ahora, Dios estando en Su cuerpo teofánico de la sexta dimensión (que es un cuerpo parecido a nuestro cuerpo pero de otra dimensión), Él llevó a cabo toda la Creación hablando a existencia toda la Creación con Su Palabra creadora.
Y ahora, nosotros necesitamos ver a través de toda la Biblia la Palabra creadora, que viene del Creador, de Dios, el cual por medio de Su manifestación en Su cuerpo teofánico ha estado creando todas las cosas, y ha ungido a Sus profetas de edad en edad, y ha colocado Su Palabra en la boca de esos profetas.
Por eso cuando los profetas han hablado la Palabra de Dios, esa Palabra se ha ido cumpliendo en el momento correspondiente, ¿para qué? Para así materializarse lo que Dios ha hablado con Su Palabra creadora a través de Sus profetas.
Dice Dios al profeta Moisés (y luego por medio del profeta Moisés) en Deuteronomio, capítulo 18, verso 15 en adelante:
“Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis…”.
¿Y por qué el profeta Moisés dice: “… a él oiréis”? Porque en él estará la Palabra creadora de Dios siendo hablada.
Cuando una persona escucha la Palabra creadora de Dios y cree esa Palabra, toda bendición hablada en esa Palabra creadora se materializará en la persona. Conforme a la fe de la persona será hecho para esa persona.
Y ahora, dice:
“… conforme a todo lo que pediste a Jehová tu Dios en Horeb el día de la asamblea, diciendo: No vuelva yo a oír la voz de Jehová mi Dios, ni vea yo más este gran fuego, para que no muera.
Y Jehová me dijo: Han hablado bien en lo que han dicho.
Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca…”.
¿Dónde Dios coloca Su Palabra creadora? En la boca del profeta que Él levanta en medio del pueblo.
Toda persona que quiera escuchar la Palabra creadora de Dios tiene que conseguir el profeta mensajero para esa edad y esa dispensación en la cual vive la persona; ahí encontrará la Palabra creadora de Dios.
¿Y qué estará hablando ese profeta de Dios en el cual Dios coloca Su Palabra?
“… y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare.
Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta”.
Y en el libro de los Hechos, capítulo 3, versos 22 al 23, dice: “Yo le desarraigaré del pueblo (de en medio del pueblo)”.
Ahora podemos ver dónde encontramos la Palabra creadora de Dios.
Así como en la sexta dimensión encontramos la Palabra creadora de Dios en el Ángel del Pacto, Ángel de Jehová; y luego, en esta dimensión terrenal, el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto coloca esa Palabra creadora en la boca del profeta que Él tiene para ese tiempo; porque ese es el velo de carne del Ángel del Pacto para esa edad o para esa dispensación, o sea, ese es el velo de carne en el cual se vela el Ángel del Pacto y se revela a Su pueblo en esa edad o en esa dispensación.
Es el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, Jesucristo en Espíritu Santo en cada mensajero de Dios, enviado para —por medio de ese mensajero— la Palabra creadora de Dios ser hablada en medio de la raza humana; y esa Palabra creadora, al ser hablada, luego se materializa en la Tierra lo que ha sido hablado.
Ahora podemos ver que “no solamente de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios”1.
Es muy importante encontrar esa Palabra creadora de Dios en el tiempo que nos toca vivir a nosotros, como fue importante encontrar esa Palabra creadora de Dios en cada edad y en cada dispensación por la gente que vivió en cada edad y en cada dispensación.
Por ejemplo, en el tiempo de Noé: hubo muchas religiones, hubo muchos millones de seres humanos en la Tierra, pero la Palabra creadora de Dios estaba en la boca de un hombre llamado Noé.
Los que escucharon esa Voz Divina, la Palabra creadora de Dios por medio del profeta Noé, se pusieron a trabajar con Noé en la construcción del arca, y fue construida el arca para escapar de la destrucción en aquel tiempo.
Los que no escucharon la Voz de Dios, la Palabra creadora de Dios por medio del profeta Noé, no se ocuparon de las cosas que iban a suceder en aquel tiempo ni las creyeron; y cuando vino el diluvio se los llevó a todos los que no creyeron, los cuales no comprendieron, no entendieron, como dice Jesucristo; y Él dice: “Así será la Venida del Hijo del Hombre”.
San Mateo, capítulo 24, Cristo dice (comenzando en el verso 37, hasta el 39, dice):
“Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre.
Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca,
y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre”.
La Venida del Hijo del Hombre, que es la Venida del Espíritu Santo, del Ángel del Pacto manifestado en carne humana en Su Ángel Mensajero, será en un tiempo similar, paralelo, al tiempo de Noé.
¿En el tiempo de Noé la Palabra creadora de Dios dónde estaba? En Noé. Dios había colocado Su Palabra en la boca del profeta Noé y él hablaba esa Palabra creadora de las cosas que iban a suceder; y luego encontramos que sucedieron esas cosas, aunque eran inconcebibles para la raza humana; pues siempre todas las religiones han dicho que Dios es amor (eso es una verdad divina)2, pero también la Escritura dice que Dios es fuego consumidor3. Y hay tiempo para amar, pero también hay tiempo para Dios traer el juicio divino sobre la raza humana.
Y en el tiempo de Noé encontramos que la Palabra creadora estaba siendo hablada por medio del profeta Noé. Los que recibieron, creyeron esa Palabra, y trabajaron con Noé en la construcción del arca: escaparon. Noé y su familia escaparon de la destrucción. Pero los que no creyeron: vino el diluvio y se los llevó a todos.
Y ahora, así como fue en el tiempo de Noé, dice Jesucristo que será en la Venida del Hijo del Hombre para este tiempo final.
Estamos viviendo en el tiempo paralelo al de Noé, para el cual la manifestación del Hijo del Hombre, la manifestación del Ángel del Pacto, de Jesucristo en Espíritu Santo por medio de Su Ángel Mensajero, estará dándonos esa Palabra creadora del Evangelio del Reino; y con esa Palabra creadora estará dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, y estará llamando y juntando a todos los escogidos de Dios, y preparándonos para ser transformados y raptados en este tiempo final, antes que venga el juicio divino sobre la raza humana.
No todos oirán la Voz de Dios; pero el que tiene oído para oír la Voz de Dios, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias en este tiempo final.
Apocalipsis, capítulo 22, verso 16, dice:
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”.
Ahora vemos por medio de quién la Palabra creadora de Dios estará siendo hablada en este tiempo final: por medio del Ángel de Jesucristo, en donde Jesucristo coloca Su Palabra creadora para que la hable Su Ángel Mensajero y dé testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto, en este tiempo final, las cuales serán cumplidas cada una en su debido tiempo; pero todas esas cosas son habladas por el Espíritu Santo a través de Su Ángel Mensajero en este tiempo final.
Ahí es donde para el Día Postrero estaría la Palabra creadora de Dios dando testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto, en este tiempo final; así como estuvo la Palabra creadora en cada profeta de Dios que Él envió en edades y dispensaciones pasadas.
Miren, para el tiempo en que Dios habló a Abraham, ese patriarca que creyó a Dios esperanza contra esperanza (o sea, esperando lo que no se podía esperar), Dios le dijo a Abraham (el cual no tenía hijos), le dijo que tendría un hijo, y Abraham creyó a Dios. Le dijo que su descendencia sería como las estrellas del cielo y como la arena del mar (o sea, la arena que está en la playa, o sea, frente al mar; y aun dentro también hay arena).
Ahora miren cómo le dice Dios al patriarca. Capítulo 15, verso 1 en adelante dice [Génesis]:
“Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram…”.
¿A quién vino la Palabra de Dios? A Abraham. Abraham es un profeta dispensacional.
“… vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande.
Y respondió Abram: Señor Jehová, ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo, y el mayordomo de mi casa es ese damasceno Eliezer?
Dijo también Abram: Mira que no me has dado prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa.
Luego vino a él palabra de Jehová, diciendo: No te heredará éste, sino un hijo tuyo será el que te heredará.
Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia.
Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.
Y le dijo: Yo soy Jehová, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte a heredar esta tierra.
Y él respondió: Señor Jehová, ¿en qué conoceré que la he de heredar?
Y le dijo: Tráeme una becerra de tres años, y una cabra de tres años, y un carnero de tres años, una tórtola también, y un palomino.
Y tomó él todo esto, y los partió por la mitad, y puso cada mitad una enfrente de la otra; mas no partió las aves.
Y descendían aves de rapiña sobre los cuerpos muertos, y Abram las ahuyentaba.
Mas a la caída del sol sobrecogió el sueño a Abram, y he aquí que el temor de una grande oscuridad cayó sobre él.
Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años.
Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza.
Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez.
Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí.
Y sucedió que puesto el sol, y ya oscurecido, se veía un horno humeando, y una antorcha de fuego que pasaba por entre los animales divididos.
En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Éufrates…”.
Y sigue enumerando aquí los territorios que estaban incluidos en esa tierra prometida; dice:
“… la tierra de los ceneos, los cenezeos, los cadmoneos,
los heteos, los ferezeos, los refaítas,
los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos”.
O sea, esas naciones serían las que serían quitadas. ¿Son cuántas naciones aquí? (2, 3… 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9 y 10).
Así como para el tiempo final 10 reyes le darán su poder y su autoridad a la bestia; pero luego serán quitadas, tanto la bestia como los diez reyes, porque Dios dará por heredad a los justos la Tierra, como Él lo prometió.
“No temáis, manada pequeña; porque al Padre (le) ha placido daros el reino (o ‘darles el Reino’)”4.
Así que por medio de la Palabra de Dios…
Así como Dios prometió darle la tierra prometida al pueblo hebreo —la cual estaba ocupada— para establecerse allí un nuevo reino, el reino de Israel, en donde Dios sería el que gobernaría sobre el pueblo hebreo, ahora el Reino de Dios sobre la Tierra (el cual estará establecido en este planeta Tierra en el Reino Milenial), encontramos que tiene un obstáculo hasta el momento, y es el reino de los gentiles, que se encuentra en la etapa de los pies de hierro y de barro cocido, en donde el anticristo estará gobernando y estará levantándose en contra de Cristo y de todos los escogidos de Dios.
Pero ¿qué dice la Escritura? Vean, Apocalipsis, capítulo 17, hablando de los diez reyes y de la bestia, dice:
“Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia.
Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles”. (Capítulo 17, verso 13 al 14, de Apocalipsis).
Ahora podemos ver también en Apocalipsis, capítulo 11, verso 15 en adelante, que los reinos de este mundo pasarán a ser de nuestro amado Señor Jesucristo. Dice:
“El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos. (Amén).
Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios,
diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado.
Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra.
Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo”.
Ahora vean aquí cómo tenemos la profecía de lo que estará sucediendo en este tiempo final.
Esa Palabra profética, Palabra creadora de Dios, es hablada. Dios coloca Su Palabra creadora siempre, ¿dónde?, en la boca y el corazón de Sus profetas; y es hablada esa Palabra creadora. Y luego esa Palabra creadora tiene que ser cumplida conforme a como Dios lo ha prometido.
Vean ustedes que para el pueblo hebreo ser liberado se tuvo que cumplir lo que Dios dijo a Abraham: que Abraham tendría un hijo, el cual se llamaría Isaac5, y por medio de ese hijo vendría la descendencia de Abraham, y esa descendencia de Abraham vendría a ser esclava en tierra ajena.
Ese fue el pueblo hebreo, descendiente de Abraham, de Isaac y de Jacob, los doce patriarcas que fueron a Egipto, y luego allí se multiplicaron; entraron… cuando entraron ya tenían hijos, y luego siguieron multiplicándose. Pero el faraón, luego de cierto tiempo —un nuevo faraón que apareció, que llegó, el cual no conocía a José—, oprimió al pueblo hebreo, los colocó como esclavos.
Antes no estaban como esclavos, cuando estaba José; el faraón que conocía a José trató muy bien al pueblo hebreo; pero luego un nuevo faraón vino, y ya ese no conocía a José (ya José había muerto también), y oprimió al pueblo hebreo6; y de ahí en adelante el pueblo hebreo vino a ser esclavo en una tierra ajena.
Pero ya Dios lo había revelado a Abraham, el Padre de la Fe; y le había revelado no solamente que serían esclavos, sino que también serían libertados o liberados en la etapa en donde ya los 400 años estarían cumplidos, 400 años de esclavitud del pueblo hebreo en la tierra de Egipto.
Y vean ustedes cómo ya todo eso fue hablado por la Palabra creadora de Dios al profeta Abraham, el cual luego lo dio a conocer; y Abraham todavía no tenía hijos, y ya Dios le está diciendo a Abraham lo que va a suceder a la descendencia de Abraham.
Todo lo que Dios habla, encontramos que lo habla con esa Palabra creadora; por lo tanto, lo que Dios habla es la verdad, y se tiene que cumplir lo que Dios ha hablado.
Ahora vean ustedes cómo cuando se multiplicó el pueblo hebreo en Egipto y se cumplieron los 400 años, ya cuando estaba cerca el cumplimiento de los 400 años, nació Moisés. Ο sea que Moisés nació 50 años antes de cumplirse los 400 años…
Cuando tenía Moisés 40 años, faltaban 10 años para llegar a los 400 años del pueblo hebreo en la tierra de Egipto; y luego que tuvo ciertos problemas allí en Egipto, donde mató a un egipcio que maltrataba a un hebreo… por lo cual el faraón quiso matar a Moisés, pues la sentencia era la pena de muerte. El faraón ordenó la captura de Moisés para enjuiciarlo y poner la pena máxima, la pena de muerte, pero Moisés se fue huyendo a la tierra de Madián; vino a ser un fugitivo de la justicia de Egipto7.
Allá en Madián ya sabemos que se casó con la hija de Jetro; tuvo hijos, dos hijos; y vino a ser pastor de ovejas, de las ovejas de su suegro Jetro, y estuvo pastoreando ovejas 40 años; y Dios estuvo preparándolo porque Moisés tendría que pastorear las ovejas de Dios, los hijos de Israel, por 40 años también, por el desierto8.
Moisés tenía también que libertar al pueblo hebreo; y para la liberación del pueblo hebreo sería la manifestación de Dios, del Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, en Moisés, colocando Dios ahí —en Moisés— esa Palabra creadora; y por eso es que todo lo que Moisés hacía, Dios le decía a Moisés esas cosas que él debía hacer, las colocaba en el corazón y en la boca de Moisés. Moisés las hablaba, y se cumplían esas palabras que Moisés hablaba. ¿Por qué? Porque era la Palabra creadora de Dios en la boca de un hombre: de Moisés.
Y ahora, podemos ver dónde el pueblo hebreo podía encontrar la Palabra creadora de Dios en aquel tiempo: ¿en la boca de quién? Del profeta Moisés, porque Dios coloca Su Palabra en la boca de Sus profetas.
“Profeta les levantaré de en medio del pueblo, como tú; y pondré mis palabras en su boca (Deuteronomio, capítulo 18, verso 15 al 19), y él hablará todo lo que yo le mandare”.
Con esa Palabra creadora de Dios siendo hablada por Moisés, luego se materializaba todo lo que Moisés hablaba; era la Palabra creadora de Dios. Y eso ha sido la Palabra que han hablado los profetas de Dios de edad en edad y de dispensación en dispensación: la Palabra creadora de Dios.
Y ahora, a través de toda la Biblia encontramos la Palabra creadora de Dios impresa, pues aquí encontramos todo lo que Dios le habló a Sus profetas. Por eso la Palabra contenida en la Biblia es la verdad, porque es la Palabra creadora de Dios; y “no solamente de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios”. La boca de Dios son los profetas de Dios, donde Dios coloca Su Palabra.
Dios dice en Amós, capítulo 3, verso 7: “Porque no hará nada el Señor Jehová, sin que antes revele Sus secretos a Sus siervos Sus profetas”. Toda cosa que Dios hará, lo revela primero a Sus profetas, y ellos lo revelan al pueblo de Dios; y esas son las profecías divinas para ser cumplidas en medio de la raza humana.
Y ahora, para el tiempo final hay hambre sobre la Tierra, como dice Amós, capítulo 8, verso 11: “Hambre no de pan, y sed no de agua, sino de oír la Palabra de Dios”, esa Palabra creadora.
Y ahora, ¿dónde vamos a encontrar la Palabra creadora de Dios en el Día Postrero? Jesucristo dice en Apocalipsis, capítulo 22, verso 16:
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”.
Ahí es donde Dios coloca Su Palabra creadora para este tiempo final: en el corazón y en la boca de Su Ángel Mensajero, el cual es enviado con esa Palabra creadora de Dios para dar testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto, en este tiempo final; y por eso encontraremos que las cosas que el Ángel de Jesucristo estará hablando, estará revelando, estará diciendo que han de suceder, serán las que estaremos viendo sucediendo en este tiempo final: porque en él estará la Palabra creadora de Dios.
Y ahora, ¿qué es la Palabra creadora de Dios? Pues son los pensamientos de Dios siendo expresados por Dios, siendo dados a conocer a la raza humana. Y los pensamientos de Dios nadie los puede comprender hasta que son expresados, manifestados, hablados a través de los profetas de Dios.
Y ahora, los pensamientos divinos para ser revelados, manifestados, hablados en el Día Postrero, tendremos en la Tierra un hombre llamado el Ángel del Señor Jesucristo, a través del cual los pensamientos divinos serán expresados, revelados, manifestados, hablados a la raza humana, para así, las cosas que estarán siendo habladas, ser cumplidas en este tiempo final.
Dice Apocalipsis, capítulo 4, verso 1, con esa Voz de Trompeta, Cristo hablando dice: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de suceder después de estas”, o sea, las cosas que han de suceder después de las que ya han sucedido durante todos estos siglos y milenios que ya han transcurrido, las cosas que ya han sucedido durante las siete etapas o edades de la Iglesia gentil.
Ahora hay nuevas cosas o hay otras cosas que deben suceder en este tiempo final, y esas son las que estarán siendo dadas a conocer a todos los hijos e hijas de Dios que estarán viviendo en este tiempo final.
“Sube acá…”. ¿A dónde vamos a subir? A la Edad de la Piedra Angular, donde el Ángel del Pacto (que es Jesucristo en Espíritu Santo) estará manifestado en Su Ángel Mensajero hablándonos todas estas cosas que deben suceder.
En ninguna otra edad o etapa estará Cristo en este tiempo final manifestado hablándole a Su pueblo —Su Iglesia entre los gentiles y luego al pueblo hebreo—, sino en la Edad de la Piedra Angular; porque ya las otras edades, las siete edades de la Iglesia gentil ya pasaron, y ya habló Dios lo que tenía que hablar por medio de Sus siete ángeles mensajeros a las siete edades de la Iglesia gentil.
Y ahora, las cosas que tienen que ser habladas en este tiempo final, y escuchadas por los hijos e hijas de Dios, son habladas en la Edad de la Piedra Angular, en una nueva dispensación: la Dispensación del Reino, y por un nuevo mensajero dispensacional: el Ángel del Señor Jesucristo.
Y Cristo por medio de Su Ángel Mensajero llama y junta a Sus escogidos (¿dónde?) en la Edad de la Piedra Angular, y les revela todas estas cosas que deben suceder pronto, conforme a las profecías de toda la Biblia.
Por eso encontraremos que el Mensaje del Ángel del Señor Jesucristo recorre toda la Escritura, toda la Biblia, desde el Génesis hasta el Apocalipsis; porque no puede haber contradicción en el Mensaje del Ángel de Jesucristo con la Biblia; tiene que ser conforme a la Escritura, a la Biblia, el Mensaje del Ángel del Señor Jesucristo dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, en este tiempo final.
Ahora, hemos visto dónde encontraremos la Palabra creadora de Dios en este tiempo final.
Apocalipsis, capítulo 4, dice: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de suceder después de estas”. Él nos habla con esa Voz de Trompeta; y toda persona que vive en el Día Postrero estará escuchando esa Gran Voz de Trompeta hablándonos todas estas cosas que deben suceder pronto.
¿Pero por medio de quién? Vamos a ver por medio de quién serán dadas a conocer estas cosas que deben suceder. Apocalipsis 22, verso 6, dice:
“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”.
¿Para qué Jesucristo envía Su Ángel Mensajero? Para mostrar a Sus siervos, a Su Iglesia y luego al pueblo hebreo, las cosas que deben suceder pronto, en este tiempo final.
Y toda persona que quiere saber las cosas que deben suceder en este tiempo final pues irá al Ángel de Jesucristo, en el cual estará Jesucristo en Espíritu Santo manifestado hablándonos todas estas cosas que deben suceder pronto; porque Cristo en Espíritu Santo en Su Ángel Mensajero, estará colocando en la boca de Su Ángel Mensajero y en su corazón todas estas cosas, para que él las hable ungido con el Espíritu Santo, y sean reveladas a la Iglesia de Jesucristo y luego al pueblo hebreo; o sea, venga esa revelación para el pueblo de Dios, la Iglesia de Jesucristo, y luego para el pueblo hebreo; y así tengamos la Palabra revelada de Dios, la Palabra creadora de Dios, que nos da a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.
Miren, cuando Dios fue a traer la luz al mundo, ¿dónde estaba la revelación de lo que Dios iba a hacer en ese tiempo? Pues estaba en esa Palabra creadora que dijo: “Sea la luz”; ahí estaba la revelación de lo que Dios iba a cumplir, iba a hacer. Y luego que fue hablada esa Palabra creadora, ¿qué sucedió? Fue la luz; o sea, se materializó esa Palabra creadora.
Y ahora, para que se materialice la promesa de la transformación de nosotros los que vivimos y de la resurrección de los muertos en Cristo, Dios, el Ángel del Pacto, Jesucristo en Espíritu Santo, coloca esa Palabra creadora en la boca de Su profeta mensajero, en la boca de Su Ángel Mensajero, y lo unge con Su Espíritu Santo; y habla ungido con el Espíritu Santo esa Palabra creadora de todas estas cosas que han de suceder en este tiempo final.
Y los hijos e hijas de Dios reciben esa Palabra creadora en sus almas; y esa Palabra creadora se materializará en esos hijos e hijas de Dios, y seremos transformados en este tiempo final.
Así es como se recibe la fe para ser transformados y raptados. Así es como se recibe la fe, la revelación, del rapto, de la transformación y rapto, en este Día Postrero.
Esa Voz de Dios por medio de Su Ángel Mensajero, que es la Palabra creadora de Dios siendo hablada por medio de Su Ángel Mensajero, está representada en la Gran Voz de Trompeta de la cual habló Jesucristo en San Mateo, capítulo 24 y verso 31, cuando dijo:
“Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos…”.
¿Cómo son juntados los escogidos de Dios en el Día Postrero? Por medio de la Gran Voz de Trompeta, bajo el ministerio de los Ángeles del Hijo del Hombre, bajo el ministerio de los Dos Olivos, el ministerio de Moisés y de Elías, manifestados en el Ángel del Señor Jesucristo, donde estará esa Gran Voz de Trompeta, esa Palabra creadora de Dios siendo hablada en el Día Postrero.
Eso es la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta que para el Día Postrero los hijos e hijas de Dios estarían escuchando; porque la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta es la Voz de Cristo por medio de Su Ángel Mensajero hablándonos en este tiempo final las cosas que deben suceder pronto.
En Apocalipsis, capítulo 1, verso 10 al 11, encontramos esa Gran Voz de Trompeta también, y dice así (Juan dice):
“Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta,
que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último”.
¿Quién es el Alfa y Omega?, ¿quién es el primero y el último? Nuestro Señor Jesucristo. Y esa Gran Voz de Trompeta que Juan escuchó es la Voz del Alfa y Omega, es la Voz de Jesucristo en el Día del Señor, o sea, en el Día Postrero, que es el séptimo milenio, hablándonos por medio de Su Ángel Mensajero todas estas cosas que deben suceder pronto.
Y ahora, así como Juan estuvo escuchando en el Día del Señor la Voz de Cristo como una gran voz de trompeta, los escogidos de Dios en el Día Postrero estarán escuchando la Voz creadora de Dios, esa Gran Voz de Trompeta, la Voz de Cristo hablándonos por medio de Su Ángel Mensajero todas estas cosas que deben suceder pronto.
Juan el apóstol es tipo y figura de la Iglesia de Jesucristo con sus ángeles mensajeros pasando por las diferentes etapas o edades de la Iglesia de Jesucristo.
Y ahora, por todo lo que Juan el apóstol pasa, pasa la Iglesia de Jesucristo con sus ángeles mensajeros, hasta llegar a este tiempo final.
Por eso en Juan se refleja todo lo que estaría sucediendo en la Iglesia de Jesucristo y en los ángeles mensajeros del Señor Jesucristo, hasta que llega el momento en donde ve y recibe la Venida de Cristo como el Ángel Fuerte que desciende del Cielo, y recibe el Librito abierto que Él trae en Su mano, y se lo come; tipo y figura de lo que estará sucediendo en el Día Postrero, en donde la Iglesia de Jesucristo con el Ángel Mensajero de Jesucristo estarán viendo y recibiendo la Venida del Ángel Fuerte que desciende del Cielo, viniendo el Ángel Fuerte primeramente en una nube (envuelto en una nube, como dice Apocalipsis, capítulo 10), lo cual ya se cumplió en febrero 28 de 1963, cuando apareció esta nube misteriosa.
Febrero 28 de 1963, una nube misteriosa a 26 millas de altura con un tamaño de 30 millas9; y esta nube, la ciencia no la pudo explicar o no pudo explicar el misterio de esta nube, pues a esa altura no existen nubes, porque no hay humedad para formar nubes; pero el reverendo William Branham explicó lo que era esta nube o lo que formó esta nube. Dice en la página 469 del libro de Los Sellos en español, hablando de esta nube (dice):
“153. ¿Y notaron que dije que uno de esos ángeles era muy raro? Me pareció muy distinto a los demás. Estaban en una constelación con tres a cada lado y uno arriba…”.
O sea que esta nube ha sido formada por ángeles enviados de Dios, los cuales aparecieron en febrero 28 de 1963.
Si tornamos esta nube hacia la derecha, veremos que forma el rostro del Señor. Y este Ángel (que encontramos aquí) es el Ángel que era diferente a los demás; es el que forma el cabello blanco del Señor. Y los otros ángeles (que están aquí) son los siete ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil en sus cuerpos teofánicos; y también ahí está el Ángel que era diferente a los demás, en Su cuerpo teofánico también.
Y ahora, continuemos leyendo, dice:
“Estaban en una constelación con tres a cada lado y uno arriba; y el que estaba a mi lado, contando desde la izquierda hacia la derecha, ese sería el séptimo Ángel. Él era más brillante y significaba más para mí que los demás. Les dije que tenía el pecho así robusto y estaba volando hacia el Oriente. Les dije también que: ‘Me levantó, me alzó’”.
¿Cuál de ellos fue el que levantó, el que alzó, y colocó en esa nube al precursor de la Segunda Venida de Cristo, el reverendo William Branham? Fue el Ángel que era diferente a los demás el que lo tomó y lo levantó, y lo colocó en esa constelación de ángeles.
Y ahora, veamos lo que él dice de ese Ángel; dice:
“¿Se acuerdan?
154. Ahora, ¡aquí está! Era el que tenía el Séptimo Sello, lo cual he mantenido como una pregunta en mi mente toda mi vida. Los otros Sellos significaron mucho para mí, desde luego; pero ustedes no se imaginan lo que ha significado este séptimo”.
¿Por qué? Porque el Séptimo Sello es la Segunda Venida de Cristo, es la Venida del Hijo del Hombre en el Día Postrero.
Ese Ángel que era diferente a los demás es el Ángel del Pacto, es el Ángel de Jehová, el cual tiene el Séptimo Sello. Y para el Séptimo Sello cumplirse en la Tierra, así como para el ministerio de cada uno de estos siete ángeles de las siete edades de la Iglesia gentil, cumplirse el ministerio de ellos aquí en la Tierra, estos ángeles mensajeros de las siete edades tuvieron que venir en carne humana en la Tierra, cada uno en la edad que le tocó vivir…; y así tuvieron el ministerio que Dios le dio a cada uno de esos ángeles en medio de Su Iglesia.
Y ahora, para el Ángel que era diferente a los demás, tener el ministerio del Día Postrero, tiene que venir velado en carne humana y revelado a través de carne humana, y tiene que venir conforme a las profecías de la Venida del Hijo del Hombre.
Con la Venida de este Ángel que era diferente a los demás se cumplen todas las profecías correspondientes al Día Postrero; y por medio de la manifestación de este Ángel en carne humana en el Día Postrero, la Voz creadora de Dios estará siendo escuchada a través del velo de carne donde estará el Ángel del Pacto, el Ángel que era diferente a los demás; porque ese Ángel estará hablando por medio de ese velo de carne que Él tendrá en el Día Postrero.
Ahora, en la manifestación de este Ángel que era diferente a los demás, en el Día Postrero, en carne humana en el Ángel del Señor Jesucristo, Él vendrá como el Mensajero a Israel con el Mensaje del Evangelio del Reino; porque viene con el Mensaje para Israel, que es el Mensaje del Evangelio del Reino, con el cual viene dando a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, en el tiempo final.
Él viene como el Mensajero a Israel y Él viene como el Mensajero también a Su Iglesia gentil. Porque Él es el que ha estado en medio del pueblo hebreo en el Antiguo Testamento manifestado, hablándole al pueblo hebreo por medio de Sus profetas; y Él es el mismo que ha estado en medio de Su Iglesia gentil, hablándole a Su Iglesia gentil por medio de esos ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil; y para este tiempo final viene en el Ángel Mensajero de Jesucristo para hablarle a Su Iglesia gentil y luego al pueblo hebreo, porque viene con el ministerio prometido para el Día Postrero, y viene con el ministerio que será para gentiles primeramente y luego para el pueblo hebreo.
Y ese Ángel que es diferente a los demás es el mismo Ángel de Apocalipsis, capítulo 10, verso 1 en adelante, que desciende del Cielo envuelto en una nube, y luego coloca su pie derecho sobre el mar y el izquierdo sobre la Tierra, y clama como cuando un león ruge, y siete truenos emiten sus voces.
Vean que los Truenos emiten sus voces cuando Cristo tiene su pie derecho sobre el mar y el izquierdo sobre la Tierra, o sea, cuando está en cumplimiento Su Venida; porque es la Voz de Cristo en el Día Postrero.
Y ahora, por medio de Su Ángel Mensajero, Cristo estará manifestándose y estará hablándole a Su pueblo con esa Palabra creadora, que es la Voz de Cristo como el León de la tribu de Judá, clamando como cuando ruge un león y siete truenos emitiendo sus voces.
Esa es la Voz de Cristo: la Voz de los Siete Truenos hablando como León y revelándonos todas estas cosas que deben suceder pronto, en este tiempo final.
Y cuando los hijos e hijas de Dios (de entre los gentiles y después de en medio del pueblo hebreo) estén escuchando al Ángel de Jesucristo dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, estaremos escuchando la Voz de Cristo, la Voz del Ángel del Pacto, la Voz del Ángel de Jehová, la Voz de Dios, la Palabra creadora de Dios, en el Día Postrero, por medio de Su Ángel Mensajero.
Estaremos escuchando esa Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final, estaremos escuchando esas voces de los Siete Truenos, que es la Voz de Cristo hablándonos consecutivamente en este tiempo final todas las cosas que deben suceder pronto. Y con ese Mensaje de la Gran Voz de Trompeta (que es la Voz de Cristo, la Voz, la Palabra creadora de Dios, hablándonos todas estas cosas), los escogidos de Dios son llamados y juntados.
Es la Voz de Cristo, la Voz del Buen Pastor revelándonos todas estas cosas, y llamándonos y juntándonos en este Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, y preparándonos para ser transformados y raptados en este tiempo final.
Y ahora, el rapto que hemos de recibir físicamente, en donde seremos transformados y después seremos llevados a la Cena de las Bodas del Cordero, ese rapto está reflejado ya en el Antiguo Testamento: Cuando el profeta Enoc fue raptado10, ahí está representado el rapto de los escogidos de Dios; también cuando Elías el profeta fue raptado11, ahí está reflejado también el rapto de los escogidos de Dios, para el Día Postrero; y cuando nuestro amado Señor Jesucristo fue raptado12, también ahí está reflejado el rapto de los escogidos de Dios.
Y cuando los muertos del Antiguo Testamento fueron resucitados cuando Cristo resucitó13, ahí está representada la resurrección de los muertos en Cristo; y también en la resurrección de Lázaro14 está representada la resurrección de los muertos en Cristo. Y cuando fueron raptados con Cristo, cuando Cristo ascendió al Cielo fueron raptados también, ascendieron al Cielo los santos del Antiguo Testamento que ya habían resucitado; ahí muestra el rapto de los escogidos de Dios del Día Postrero.
Ahora vean cómo a través de la Escritura, de la Biblia, todo lo que Dios hará en este tiempo ya fue reflejado.
Y ahora, el rapto de los escogidos de Dios también es reflejado, es representado, en el rapto que se efectúa cuando los escogidos de Dios suben de la séptima etapa o edad de la Iglesia gentil a la Edad de la Piedra Angular.
Eso es un rapto espiritual, un rapto en el Cuerpo Místico de Cristo, de una edad que ya terminó a una edad que está comenzando: la Edad de la Piedra Angular, que es una edad celestial; y por consiguiente es una edad eterna y tiene un Mensaje Eterno, que es el Mensaje del Evangelio para ser predicado a todo ser humano: el Mensaje del Evangelio del Reino, que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo, o sea, de la Venida del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, velado en carne humana en Su Ángel Mensajero y revelado en carne humana a través de Su Ángel Mensajero.
En Apocalipsis, capítulo 14, verso 6 en adelante, dice (6 y 7 dice):
“Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo…”.
La predicación del Evangelio es una misión para seres humanos; y este Ángel es un profeta, el profeta de la Dispensación del Reino y de la Edad de la Piedra Angular, el cual viene en el Día Postrero con el Mensaje del Evangelio Eterno para predicarlo a toda nación, tribu, lengua y pueblo.
“… diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado…”.
Vean, con ese Mensaje viene anunciando que la hora del juicio divino ha llegado, o sea que viene predicando el día de venganza del Dios nuestro.
Cristo cuando leyó la profecía de Isaías, capítulo 61, leyó del verso 1 al 2; y a la mitad del verso 2 se detuvo al leer: “Y el año de la buena voluntad de Jehová…”, porque a continuación decía: “… y el día de venganza del Dios nuestro”; y en Su Primera Venida Él no vino para predicar el día de venganza del Dios nuestro, porque el día de venganza del Dios nuestro sería predicado en el Día Postrero, en el séptimo milenio, por este Ángel que viene con el Evangelio Eterno predicándolo a todo pueblo, nación y lengua, y dándole a conocer a la raza humana que el día de venganza del Dios nuestro ha llegado para Dios derramar el juicio divino sobre la raza humana:
“… porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas”.
Ahí podemos ver que para este tiempo final estará un profeta dispensacional predicando un Mensaje, un Mensaje para todo pueblo, nación y lengua, llamado aquí “el evangelio eterno”.
Y ahora, después de las siete etapas o edades de la Iglesia gentil y de los siete ángeles mensajeros, lo que Dios tiene es el ministerio de Moisés, de Elías y de Jesús para ser manifestados en la Tierra en carne humana en el Ángel Mensajero del Señor Jesucristo.
Ese Ángel Mensajero es el profeta de la Dispensación del Reino con el Mensaje del Evangelio del Reino, y es también el mensajero de la Edad de la Piedra Angular, que es una edad eterna, con el Mensaje Eterno para todos los hijos e hijas de Dios: con el Evangelio Eterno.
Ahora, hemos visto a través de la Escritura dónde ha estado la Palabra creadora de Dios: ha estado en los profetas de Dios.
Y ahora hemos visto dónde estuvo la Palabra creadora de Dios durante las siete etapas de la Iglesia gentil: estuvo en los siete ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil, los cuales trajeron esa Palabra creadora de Dios a la Iglesia en cada edad.
Y ahora, para el Día Postrero, hemos visto dónde está la Palabra creadora de Dios: está en el Ángel del Señor Jesucristo, y por medio de Su Ángel Mensajero siendo hablada esa Palabra creadora de Dios a la Iglesia de Jesucristo y a todo ser humano en este planeta Tierra. Y por medio de esa Palabra creadora de Dios es que obtenemos el conocimiento de todas estas cosas que deben suceder pronto, en este tiempo final.
Toda persona, desde lo profundo de su alma, siempre ha deseado escuchar la Voz de Dios, la Voz de Cristo. Y ahora hemos visto dónde para el Día Postrero estaría la Voz de Cristo, la Voz de Dios, hablándole a la raza humana: en Su Ángel Mensajero, así como estuvo la Voz de Dios, la Voz de Cristo, en Sus mensajeros, en Sus profetas del pasado.
Y por medio de lo que Él en este tiempo final estaría revelándonos, nosotros estaríamos siendo llamados y juntados en la Edad de la Piedra Angular, siendo recogidos —conforme a la promesa divina— primeramente los escogidos de entre los gentiles, y después serán llamados y juntados los escogidos del pueblo hebreo, que son 144.000 hebreos, 12.000 de cada tribu.
Hemos llegado al tiempo de la Palabra creadora de Dios hablándonos todas estas cosas que deben suceder pronto. Y Dios dijo por medio del profeta Moisés15: “Profeta de entre vuestros hermanos, como yo, os levantará el Señor nuestro Dios; a él oíd”.
¿Por qué dice “a él oíd”? Porque oyéndolo a él estaremos escuchando la Voz de Dios, la Palabra creadora de Dios.
Y ahora, para este tiempo final, a él oíd en este tiempo en el cual vivimos, y escucharemos y entenderemos todas estas cosas que deben suceder pronto. A él oíd. ¿A quién? Al Ángel del Señor Jesucristo, a través del cual Cristo en Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, estará hablándonos esa Palabra creadora y dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.
Hemos visto el misterio de la Palabra creadora de Dios, hemos visto ese misterio a través de toda la Biblia; hemos visto dónde ha estado la Palabra creadora de Dios, desde el Génesis hasta el Apocalipsis.
Y ahora, de la boca de Dios pasa a los profetas de Dios, y de los profetas de Dios pasa al pueblo de Dios. De la mente y el corazón de Dios pasa al profeta mensajero de Dios, y del mensajero de Dios pasa al pueblo de Dios. Ese es el orden divino.
Y ahora, está pasando al pueblo de Dios —a la Iglesia de Jesucristo primeramente y después al pueblo hebreo— la Palabra creadora de Dios, que son los pensamientos divinos expresados, revelados, en el Día Postrero, al Ángel Mensajero de Jesucristo; y él expresándolos, revelándolos, hablándolos a la Iglesia del Señor Jesucristo. Eso es la Palabra creadora de Dios para nosotros en este tiempo final.
Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también; y pronto todos los escogidos que faltan por llegar al Cuerpo Místico de Cristo lleguen: escuchen la Voz de Cristo, la Palabra creadora de Dios, y sean llamados y juntados y colocados en el Cuerpo Místico de Cristo, en la Edad de la Piedra Angular; y se complete así el número de los escogidos de Dios del Día Postrero.
Que siga Cristo llamando y juntando en toda la América Latina y el Caribe todos Sus escogidos que Él tiene, y pronto se complete el Cuerpo Místico de Cristo. Y pronto todos seamos transformados y llevados a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.
Ha sido para mí un privilegio muy grande estar con ustedes en esta noche, dándoles testimonio de LA PALABRA CREADORA DE DIOS A TRAVÉS DE TODA LA BIBLIA.
Les he mostrado, a través de toda la Biblia, dónde ha estado la Palabra creadora de Dios: siempre ha estado en el profeta correspondiente a cada edad y a cada dispensación.
Y ahora, también les he mostrado dónde estaría en el Día Postrero la Palabra creadora de Dios. ¿Dónde? En Su Ángel Mensajero. Y de ahí es que viene al pueblo de Dios (la Iglesia gentil primeramente y después el pueblo hebreo), de ahí es que viene la Palabra creadora de Dios correspondiente a este tiempo final.
Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también, y pronto todos seamos transformados y raptados y llevados así a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo.
Muchas gracias por vuestra amable atención, amados amigos y hermanos presentes, y que pasen todos muy buenas noches. Pasen todos muy buenas noches.
Dejo con nosotros nuevamente al reverendo Miguel Bermúdez Marín para continuar y finalizar nuestra parte en esta noche. Con nosotros el reverendo Miguel Bermúdez Marín.
Dios les continúe bendiciendo a todos.
“LA PALABRA CREADORA A TRAVÉS DE TODA LA BIBLIA”.
[Revisión agosto 2019]
1 San Mateo 4:4, San Lucas 4:4, Deuteronomio 8:3
2 1 Juan 4:8, 4:16
3 Deuteronomio 4:24, 9:3; Hebreos 12:29
4 San Lucas 12:32
5 Génesis 21:1-3
6 Éxodo 1:8-14
7 Hechos 7:23-29
8 Hechos 7:30-36
9 41.8 km × 48.3 km
10 Génesis 5:24, Hebreos 11:5
11 2 Reyes 2:11
12 Hechos 1:9
13 San Mateo 27:51-53
14 San Juan 11:43-44
15 Deuteronomio 18:15