La seguridad del Ungido de Dios

Muy buenas tardes, ministros, compañeros en el Cuerpo Místico de Cristo nuestro Salvador. Es una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.

Aprecio y agradezco mucho la invitación que me han hecho para estar con ustedes en esta ocasión, en esta actividad de ministros; y también para mañana, Dios mediante, en la mañana de mañana domingo, con todo el público que estará reunido en la actividad de mañana domingo.

Siendo que estos son tiempos peligrosos —como dice el apóstol Pablo[1]—: son tiempos que hay que estar bien agarrados de la mano del Señor. Como lo estuvo Jacob cuando estuvo en un tiempo peligroso, sabiendo que se tenía que encontrar con su hermano, el cual había dicho que lo iba a matar cuando muriera su padre[2]; y ahora se va a encontrar con él, aunque no había muerto su padre todavía, pero se van a encontrar en un sitio muy lejano a la casa de su padre, y Jacob estaba muy preocupado[3].

Por lo tanto, se agarró bien de Dios y estuvo orando, pues estaba pidiéndole al Ángel que no lo soltaba si no lo bendecía; el Ángel quería irse. Y no se pudo ir el Ángel hasta que recibió la bendición Jacob, de parte de la Palabra que el Ángel le habló en esa ocasión cambiándole el nombre[4].

Estamos en tiempos peligrosos en esta etapa en que vivimos. Jacob, Israel, está por encontrarse con Esaú o Edom; y es un tiempo peligroso para Israel, y también es un tiempo peligroso para la Iglesia del Señor Jesucristo.

Por lo tanto, estemos bien agarrados de Cristo, el Ángel del Pacto, orando en todo tiempo con nuestras congregaciones, orando a Dios, porque estamos en un tiempo muy que muy peligroso.

Fue dicho que el enemigo no nos dejaría, no dejaría a la Iglesia estar tranquila en el tiempo final; y mucho menos cuando estuviera muy cerca de la Tercera Etapa, la cual se cumplirá como fue prometida.

Fue dicho que la Tercera Etapa traerá la fe para el rapto. Fue dicho que la Tercera Etapa es la Espada en la mano, la Palabra. Fue dicho que la Tercera Etapa se cumplirá en una Gran Carpa Catedral. Fue dicho que en la Tercera Etapa le será dada la fe a la Iglesia para ser transformada y llevada con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Por lo tanto, hay una conexión directa de la fe para el rapto con la Tercera Etapa —la Palabra creadora siendo hablada— y con el cumplimiento de la Visión de la Carpa.

Por lo tanto, tenemos que ver esa relación y conexión que hay, para que así estemos orando para que se haga una realidad la Visión de la Carpa, para que se haga una realidad la Palabra creadora siendo hablada, para que se haga una realidad la fe para ser transformados cada uno de los hijos e hijas de Dios.

Por lo tanto, es importante que la Espada, que es la Palabra, esté manifestada y sea bienvenida en el Cuerpo Místico de Cristo nuestro Salvador.

Eso es lo que Cristo, el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo, estará trayendo a Su Iglesia en el Día Postrero: la Espada, la Palabra, que discierne las intenciones del alma, del corazón del ser humano.

Y ahora, leyendo en el capítulo 54, versos 15 en adelante, de Isaías, dice:

“Si alguno conspirare contra ti, lo hará sin mí; el que contra ti conspirare, delante de ti caerá.

He aquí que yo hice al herrero que sopla las ascuas en el fuego, y que saca la herramienta para su obra; y yo he creado al destruidor para destruir.

Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová”.

“LA SEGURIDAD DEL UNGIDO DE DIOS”.

El Ungido de Dios con el Espíritu de Dios, como pueblo, lo encontramos que ha sido el pueblo hebreo; lo encontramos también como el rey David, que fue ungido con el Espíritu de Dios; y así por el estilo encontramos diferentes personajes ungidos con el Espíritu de Dios.

Como también el sumo sacerdote fue ungido. Moisés también fue ungido con el Espíritu de Dios. Y encontramos también que el rey Ciro es llamado por Dios “Su Ungido”[5].

También cada profeta fue ungido con el Espíritu de Dios; Jesús fue ungido con el Espíritu de Dios.

Y vean, todas estas personas… Los apóstoles también, los mensajeros de cada edad también; y para nuestro tiempo también: el pueblo y el mensajero que Dios tenga para Su Iglesia estará ungido con el Espíritu de Dios.

Ahora, encontramos, a través de la historia bíblica, que todos los que han sido ungidos con el Espíritu de Dios han sido personas que han sido perseguidas por otras personas.

Por ejemplo, tenemos a David. David fue ungido con el Espíritu de Dios, y fue ungido como rey por el profeta Samuel[6]; luego fue llevado de regreso al redil de las ovejas que él pastoreaba; y allí, ya ungido con el Espíritu de Dios —ungido con Dios, con la unción para ser rey—, Dios lo entrenó: luchó contra el oso, lo venció; luchó contra el león, lo venció también; y así por el estilo, diferentes fieras con las cuales luchó para librar las ovejas[7]; y luego con Goliat: fue otro animal un poquito más grande, pero era una bestia también[8].

David, siendo ungido, estaba protegido con el Espíritu de Dios; y era el Espíritu de Dios en David el que estaba obrando. Dios estaba en David.

Ahora vean, fue jovencito que fue ungido; y estuvo luchando hasta que llegó a los 30 años, en los cuales él fue ungido como rey – o proclamado rey de Judá y de Benjamín[9]; estuvo siete años reinando sobre Judá y Benjamín. Y luego los príncipes, los ancianos de las diez tribus del norte, se reunieron y hablaron con él para que también reinara sobre ellos, porque reconocían la unción que estaba en él como rey, reconocían que Samuel lo había ungido para ser rey; y ya había comenzado a reinar sobre dos tribus, y las otras diez tribus querían también unirse en ese reino[10].

Ahora vean, unos cuantos años de luchas difíciles; hasta con el suegro: el suegro también persiguiéndolo para matarlo[11]; pero al final murió el suegro y después reinó David.

Así ha sido siempre. Moisés tuvo también grandes luchas; aun el mismo pueblo al cual había sido enviado, se quejaba contra Moisés. Cuando llegó a ellos, luego los problemas se le aumentaron, y entonces hasta Moisés clamó a Dios acerca de eso. Y ya no le daban paja para hacer ladrillo, sino que tenían ellos que ir, y la situación se le complicó al pueblo hebreo[12].

Pero vean, ese era el Ungido de Dios, y Dios estaba con él; y era con Ese el éxodo, y sin Ese no había éxodo.

Eso lo prueba cuando…: Teniendo 40 años tuvo que irse, porque había tenido un problema por defender a un… a un hermano, o sea, a un – uno de la familia hebrea, un hebreo, defenderlo de un egipcio; mató al egipcio; y después otro hebreo lo dio a conocer, lo que había hecho Moisés, y entonces el faraón quiso tomar preso a Moisés para matarlo[13].

Así que podemos ver que Moisés tuvo que huir, y estuvo 40 años lejos del pueblo. Pero como ese era el Ungido de Dios para ese ministerio, ese era el escogido de Dios para ese ministerio, luego fue ungido allá en el Sinaí, y enviado para ir de regreso al pueblo para la liberación[14].

Cuando el pueblo no lo recibe, al Ungido de Dios, pues entonces tiene que esperar unos años más, en lo que se pone más mayor de edad, para recibirlo; si es que no lo quieren cuando joven, o cuando tiene menos edad, por alguna causa. Luego, ese va a ser siempre el Ungido de Dios para esa labor; lo recibirán más adelante, pero será el mismo elegido por Dios; (y ahora…); sobre todo, es el Ángel del Pacto el Mensajero, usando diferentes velos de carne.

Y ahora, Dios está con Su Ungido, Dios está de parte de él; y cualquiera que se levante contra él: Dios no está con esas personas que se levanten contra ese Ungido de Dios; más bien está en contra de esas personas.

Dice: “Si alguno conspirare contra ti, lo hará sin mí”. Esto es aplicado a cualquier persona ungida o a cualquier pueblo ungido por Dios, tanto a cada profeta mensajero de Dios como también al pueblo hebreo, y como también a la Iglesia del Señor Jesucristo, que es la Ungida con el Espíritu de Dios; porque el Espíritu de Dios bajó el Día de Pentecostés, y allí nació la Iglesia[15]; y ha estado en medio de Su Iglesia todos estos dos mil años, y todavía continúa en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo.

Recuerden que Cristo dijo: “Yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”[16]; y Él está todavía en medio de Su Iglesia. Ha estado usando diferentes velos de carne, diferentes mensajeros: a los apóstoles, a los mensajeros de cada edad; y para el Día Postrero tendrá otro instrumento también.

Y está en medio de Su Iglesia, y por consiguiente Su Iglesia es el pueblo espiritual ungido con el Espíritu de Dios; porque tiene el Espíritu de Dios en medio de Ella por estos dos mil años, hasta que la transforme y la lleve con Él a la Cena de las Bodas del Cordero.

Y por consiguiente, necesita recibir la fe para ser transformada y raptada, la cual corresponde a la Tercera Etapa. Y la Tercera Etapa, que es la Palabra, la Espada en la mano… Vean, dice el reverendo William Branham, el cual tenía la Espada en la mano, Dios la había colocado en él; dice en la página 479 del libro de Los Sellos, orando dice:

[188]. Ruego que sean sanos inmediatamente. Y ruego que apartes el poder de Satanás cuando viene para desanimarlos o para hacerles formar grupitos; aparta todos los poderes del enemigo. Santifícanos en Tu Palabra. Concédelo, Señor. Luego, Señor, ruego que me ayudes. Estoy comenzando a decaer. Sé que mis días sobre esta Tierra ya no pueden ser muchos. Ruego que me ayudes y me concedas ser sincero, honesto y verdadero para que así pueda llevar el Mensaje hasta donde me es ordenado llevarlo. Luego, cuando me llegue el tiempo de descanso, cuando llegue allá al río y me lleguen las olas, oh Dios, concede que pueda entregar esta Espada a otro que sea honrado y que lleve la verdad. Concédelo Señor. Mientras llega ese momento, ayúdame a ser fuerte, sano y valeroso. Ayuda a mi iglesia. Bendícenos aquí juntos”.

Ahora, la Espada que estaba en la mano, la Palabra, el Mensaje de Dios para el tiempo final… El Mensaje ha ido pasando de un mensajero a otro mensajero: pasó de San Pablo a otro mensajero: a Ireneo, de Ireneo a Martín, de Martín a Colombo, de Colombo a Lutero, de Lutero a Wesley, de Wesley al reverendo William Branham; la Espada pasando de uno al otro, el Mensaje.

Y para el Día Postrero en algún lugar va a estar, porque Dios la pasa —la Palabra— de un mensajero a otro mensajero, y pasa el Espíritu Santo de un mensajero a otro mensajero. Y en este tiempo final, para el cual tenemos la promesa de que hemos de recibir la fe para ser transformados y raptados (y esa fe viene por la Palabra creadora, la Espada, la Tercera Etapa)…

Y todo eso va a llegar a su punto culminante en el cumplimiento de la Visión de una Gran Carpa Catedral; en lo cual estarán trabajando todos los creyentes en Cristo, ministros y congregaciones, en el Día Postrero. Yo también estaré respaldando el proyecto de La Gran Carpa Catedral donde se esté llevando a cabo.

Por lo tanto, el proyecto de La Gran Carpa Catedral no es un proyecto humano; es un proyecto divino. Le fue mostrado al reverendo William Branham, y por consiguiente él lo vio ya concluido, lo vio en acción, lo vio funcionando —ese proyecto—, lo vio trayendo los resultados; y por consiguiente, en algún momento va a levantarse en algún lugar una Gran Carpa Catedral que cumplirá esa profecía, o en la cual Dios cumplirá esa profecía.

Si fue vista, si fue mostrada de antemano, pues en el Programa de Dios se va a llevar a cabo. Y se tiene que llevar a cabo en medio del pueblo que corresponde al Día Postrero, en medio del pueblo en el cual se estará cumpliendo la etapa final, el pueblo en donde va a estar el grupo de elegidos de Dios que van a ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero; ahí es donde recibirán la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

“Y lo que hemos visto en parte, será visto manifestado en toda su plenitud”, dice el reverendo William Branham[17].

Por lo tanto, estamos en un tiempo muy glorioso, pero el enemigo de Dios no permitirá – luchará para que no se haga realidad la Visión de la Carpa.

Por lo tanto, cualquier persona que ustedes vean luchando en contra de la Visión de la Carpa, de lo que fue prometido: estará luchando en contra del Programa Divino, estará luchando en contra de la fe para ser transformados y raptados, estará luchando en contra del arrebatamiento de la Iglesia, de esa promesa, estará luchando en contra de la Cena de las Bodas del Cordero.

Estará como aquel pueblo que le salió al encuentro a Moisés y al pueblo hebreo, y luchó contra Moisés. Y luchó Moisés contra ese pueblo, con sus manos levantadas en alto, con la vara de Dios en su mano; y obtuvo la victoria[18].

¿Qué pueblo fue ese? Amalec. Y Dios dijo que habría guerra contra Amalec por todas las generaciones; y va a raer a Amalec de la faz de la Tierra. ¿Por qué? Porque luchó, peleó, en contra del Trono de Dios[19].

Y no se veía ningún trono; y mucho menos – todavía no estaba hecho el tabernáculo, ¿verdad? Pero allí estaba un trono humano: Moisés. Dios estaba entronado en Moisés. Recuerden que un ser humano es un templo.

Dios estaba velado en carne humana en el profeta Moisés, la Columna de Fuego estaba en Moisés; por lo tanto, el Templo humano de Dios en esos momentos era el profeta Moisés: Dios estaba en él. Y como pueblo, el Templo humano de Dios como pueblo era el pueblo hebreo; y el lugar más importante de ese Templo era Moisés. Era la representación, el pueblo hebreo y Moisés, la representación de lo que está en el Cielo.

Recuerden que en el tabernáculo luego encontramos que todo lo que está en el Cielo está representado allí; o sea que están representados allí seres humanos, están representados las personas celestiales que luego a la Tierra vendrán y formarán la Iglesia del Señor Jesucristo.

Ahora, podemos ver que estaban allí: Amalec peleando en contra, se levantó en contra del Trono de Dios. Y levantarse en contra del Trono de Dios…, aunque las personas no veían ningún Trono de Dios, pero Dios estaba allí en Moisés, y estaba en medio del pueblo hebreo.

Por lo tanto, levantarse en contra de Moisés y en contra del pueblo hebreo era levantarse en contra del Trono de Dios, porque allí estaba la representación del Trono de Dios; la representación en la Tierra, del Trono de Dios, estaba en Moisés y el pueblo hebreo.

Así ha sido de edad en edad: levantarse en contra del Programa Divino, del pueblo de una edad y el mensajero de una edad, es levantarse en contra del Trono de Dios. Así es también para nuestro tiempo.

Moisés, con sus brazos levantados en alto, lo encontramos allí haciendo una labor, que era la más importante: él era la conexión allí con otra dimensión: la dimensión espiritual, la dimensión de los ángeles.

Y ahora, con Cristo levantado en alto, la Iglesia del Señor Jesucristo obtendrá la victoria en este tiempo también. Cristo, la Palabra.

Recuerden que aquella vara representa la Palabra de Dios, como la espada representa la Palabra; y estaba en Moisés, en la mano de Moisés.

Por eso es que, vean, Dios le dijo a Moisés que Él pondría Su Palabra en la boca de Moisés, pero Moisés la pondría en la boca de Aarón; y Moisés sería Dios para Aarón; y también ponía la vara en la mano de Aarón algunas veces. Es que Dios permitió eso a petición de Moisés: un ayudante para Moisés[20].

Ahora, podemos ver que hay un Programa Divino, el cual ha estado llevándose a cabo en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo bajo un Nuevo Pacto. Es bajo el Nuevo Pacto que están todas las promesas correspondientes a la Dispensación de la Gracia y a la Dispensación del Reino. Por lo tanto, las promesas que no se cumplieron bajo la Dispensación de la Ley se cumplen bajo la Dispensación de la Gracia; y las que falten se cumplirán bajo la Dispensación del Reino.

Por lo tanto, estemos bien unidos, y nuestras congregaciones bien unidas, vuestras congregaciones bien unidas; y orando en este tiempo para que Dios siempre nos dé la victoria.

Es importante estar bien unidos y entender que estamos en días peligrosos. Dice el reverendo William Branham que habrá una apretura; y algo va a causar que venga una apretura sobre la Iglesia del Señor Jesucristo antes de ser transformado y raptado cada creyente en Cristo; por lo tanto, eso significa que habrá problemas.

Pero ¡así ha sido siempre! El pueblo hebreo tuvo muchos problemas pero llegó a la tierra prometida. Moisés tuvo muchos problemas pero llegó a la tierra prometida.

Por lo tanto, los problemas no es motivo para desanimarse el pueblo, no es motivo para los ministros desanimarse; sino es motivo para estar más agarrados de Dios, orando a Dios día y noche.

Cualquier persona que se levantaba en contra de Moisés se estaba levantando en contra del Programa Divino, del Proyecto Divino, de entrar a la tierra prometida. Ese no estaba interesado en entrar a la tierra prometida, y no iba a entrar, y no quería que otros entraran.

Y cualquier persona que se levante en contra del Programa Divino y en contra de la Visión de la Carpa, que ha sido prometida, y en la cual se cumplirá y le dará la fe para ser transformados y raptados a los creyentes: pues estará en contra de la transformación, del rapto, de la Cena de las Bodas del Cordero, y estará en contra del Trono de Dios.

Por lo tanto, no estamos interesados ¡ni siquiera en oír! lo que tienen que decir; porque lo que tengan que decir es para desanimar al pueblo, a los ministros, para que no puedan ser transformados y raptados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Esas personas tampoco van a entrar, y no quieren que otros entren tampoco.

Toda persona que se levante en contra del Programa Divino: no está interesado en entrar a la Cena de las Bodas del Cordero, no está interesado en ir a la Cena de las Bodas del Cordero, ni siquiera está interesado en recibir la fe para el rapto; porque la fe para el rapto está y es la Tercera Etapa, y se va a cumplir en una Gran Carpa Catedral.

Ahí es que estará, va a estar, toda esa manifestación plena de Dios que va a estremecer al mundo entero, ahí es que va a estar la manifestación plena de Dios.

Todo eso está prometido y tiene que ser cumplido; y tiene que haber un pueblo y un grupo de ministros que capten esa revelación divina que está ahí contenida, y trabajen para que se haga realidad la Visión de la Carpa.

Van a ser predicadas las Plagas, las Copas, los Truenos, las Copas, las Trompetas; todo eso va a ser abierto, dado a conocer. O sea que hay mucha revelación divina para ser dada a conocer, para ser hablada.

Y ya aquí estamos viendo juicios sobre la Tierra: plagas, estamos viendo terremotos, maremotos, y la cosa cada día va peor; se van a la ruina las naciones que son azotadas por terremotos, y luego encima un maremoto; esas naciones económicamente, sin saberlo, casi se van a la quiebra: para levantarse les da mucho trabajo.

Ahora, podemos ver lo que ha estado pasando en Japón, un país (¿de primer mundo es, Miguel?) de primer mundo, de los países bien adelantados. Pero miren, el adelanto no significa que son inmunes a los terremotos y maremotos; mientras más grande el adelanto, más grande es la ruina, porque las pérdidas son mayores.

Y el comercio, ¿quién quiere recibir mercancía, comercio, tener comercio con algún lugar, un territorio que está lleno de radioactividad? Nadie, porque se le va a meter la radioactividad al otro país. Así que el comercio se va a la quiebra; y así por el estilo en todos los casos.

Turistas de un lugar así, ¿quién los quiere? Ningún país, porque le pueden contaminar su pa-… el otro país; así que quedan en una situación muy difícil. ¿Y quién va a ir como turista a un país así, a un lugar así? Casi nadie quiere ir, porque después no sabe si va a salir; o si sale, no sabe con qué problemas va a salir.

Así que recuerden, las naciones están en una etapa muy pero que muy difícil, todas las naciones; porque hemos llegado a la cuarta generación delante de Dios, y es la generación en que Dios llamará a juicio a todas las naciones. Y aunque no lo entiendan, las fuerzas de la naturaleza van a obrar.

Recuerden que dice la Escritura que cuando el pueblo hebreo entró, fue a la tierra prometida, dice la Escritura que la tierra expulsó, vomitó los moradores de ese territorio[21]; y eso fue en la cuarta generación, porque Dios dijo que en la cuarta generación los descendientes de Abraham regresarían a la tierra[22]; y ya la maldad del amorreo había llegado al colmo; y eso ocurre en la cuarta etapa o cuarta generación.

De eso estuvimos hablando no hace mucho, así tocado por encima, pero es en la cuarta generación donde el juicio divino cae sobre las naciones representadas en los amorreos y filisteos y todas esas personas; por eso a Abraham le dijo: “Todavía no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí (en los días de Abraham)”[23]. ¿Ve? Por lo tanto, Dios los dejaría todavía vivir en ese territorio.

Cuando el reverendo William Branham quiso ir a Israel para predicar allá, el Ángel le dijo que no fuera, y dijo: “Todavía no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí, no vayas”[24]. Elías no podía ir, Elías no podía comenzar el ministerio de – correspondiente, que corresponde a Apocalipsis, capítulo 11; eso corresponde a la cuarta generación.

La cuarta generación para la Iglesia es la Edad de la Piedra Angular; y la cuarta generación para el mundo corresponde a este tiempo final, que es la cuarta etapa de los pies, y está en los pies de hierro y de barro cocido de la estatua que vio el rey Nabucodonosor[25].

Recuerden que el reino o imperio cuarto…, el imperio romano tiene dos partes; ya una se cumplió: las piernas de hierro; y después del cumplimiento de esa parte, lo que ha quedado es los pies de hierro y de barro cocido, quedó hierro mezclado con barro: la cuarta generación del imperio ¿qué? Del imperio de los gentiles.

Y al final de la cuarta generación del imperio de los gentiles, que corresponde a los pies de hierro y de barro cocido, es que el juicio divino vendrá sobre la estatua; porque vean, cuando la Piedra no cortada de manos (de Daniel, capítulo 2, verso 30 al 45) viene: golpea a la imagen en los pies de hierro y de barro cocido. Esa es la Venida del Señor para el Día Postrero.

En la Primera Venida Él no golpeó la estatua en las piernas de hierro; fueron las piernas de hierro, el imperio romano, quien lo golpeó a Él en la Cruz: crucificándole.

Y ahora, vemos el reino de los gentiles en su cuarta generación; y vemos la Iglesia del Señor Jesucristo en su cuarta generación, la Edad de la Piedra Angular. Por lo tanto, estamos en el tiempo para el juicio divino sobre el reino de los gentiles, del cual habla Apocalipsis, capítulo 11, verso 15 en adelante. Y vamos a leerlo para que tengamos el cuadro claro, y sepamos lo que ha de suceder en este tiempo final.

Dice, capítulo 11, verso 15 al 19, de Apocalipsis:

“El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo, y él reinará por los siglos de los siglos”. (Amén).

Y esa Séptima Trompeta la toca ¿quién? Moisés y Elías, los Dos Olivos; por eso está en Apocalipsis, capítulo 11. En Apocalipsis, capítulo 11, verso 1 al 14, está el ministerio de los Dos Olivos. Y cuando ha tocado la Trompeta, después viene ¿qué? Viene esa voz del Cielo – esas voces del Cielo, diciendo:

“Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo, y él reinará por los siglos de los siglos.

Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios,

diciendo: Te damos gracias Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado.

Y se airaron las naciones”.

Como están actualmente: airadas, con guerras por todos los lugares, guerras internas; esas son guerras (¿qué?) civiles; guerra civil en diferentes países, guerras civiles. Vean el Medio Oriente, cómo está la situación. Y también guerras nación contra nación.

Esa es la situación: las naciones están airadas, la Tierra está llena de violencia en todos los sentidos; como estaban allí en Génesis, capítulo 5 y capítulo 6, antes de venir el diluvio así estaban. Dice el reverendo William Branham que los antediluvianos tenían poder atómico, nuclear, y que eso fue una de las cosas también que contribuyó para el diluvio[26].

Y ahora, miren, con el maremoto de Japón, el terremoto y el maremoto, miren los problemas que hay con la radioactividad: el peligro que hay con esas usinas, esas centrales de energía nuclear para la electricidad (sí, ya la cosa está peligrosa)[27]; y pues nunca van a decir toda la verdad para que la gente no se alarme.

Pero toda la América Latina puede tener consecuencias de lo que pasa allá; porque la América Latina, la mayor parte de la América Latina, tiene – hace costa ¿con el Pacífico es?, y Japón está en el Pacífico también.

Así que la parte oeste del Pacífico corresponde a Japón y a toda esa parte de Asia; y la parte este del Pacífico corresponde al oeste de Norteamérica, o sea, California, todo eso; sigue bajando: Baja California, sigue bajando por México, sigue bajando para Colombia – Centroamérica por ahí: Panamá, Guatemala, por ahí El Salvador, Costa Rica, Nicaragua; todo eso por ahí sigue bajando, y baja también a Colombia.

Venezuela no tiene costa con el Pacífico, ¿verdad? [Hno. Miguel: Colombia sí] Colombia sí. Sigue bajando para el Ecuador, Perú, Chile y Argentina por ahí… [Hno. Miguel: No, pero en la Patagonia no está…] Pero tiene costa con el Pacífico también.

¿Y qué otro país? Más abajo veo a Uruguay… Bueno, todo eso por ahí corre riesgo de todo lo que pase por allá por Japón y China; pues hay riesgo porque están en el Pacífico, y la contaminación en el mar Pacífico puede ser grande, por los problemas que ocurran en Asia.

Y para el Milenio, pues… Si va a haber el día ardiente como un horno, una de las cosas que va a contribuir a que se ponga bien ardiente, bien caliente, va a ser la radioactividad, la energía nuclear, que está almacenada en estas centrales, usinas, ¿o cómo más le llaman? Reactores, y todo eso, y las bombas atómicas; y una guerra atómica que está profetizada también. Así que va a estar bien caliente.

Y va a enderezarse la Tierra con esas bombas atómicas que van a explotar; los volcanes también, y toda la radioactividad que está almacenada también.

O sea que lo que van a tener – lo que se va a tener en la Tierra es un diluvio de fuego por todas partes: la radioactividad cayendo sobre la humanidad; y también terremotos, maremotos; todo eso es lo que está prometido como juicio divino sobre la raza humana para la gran tribulación, “el día ardiente como un horno”[28], “el día de venganza del Dios nuestro”[29]; porque Dios vengará la sangre de los santos[30], tanto de los santos de los mártires judíos como también de los mártires del cristianismo.

Pero no se preocupen, la Iglesia-Novia del Señor Jesucristo va a ser transformada y llevada con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero; y va a estar en un lugar donde la radioactividad no le va a afectar en nada: va a estar en la Cena de las Bodas del Cordero.

Por lo tanto, nos queda un poquito de tiempo todavía. No sabemos cuánto tiempo nos queda en la Tierra. Pero recuerden que fue dicho que habrá una apretura para la Iglesia-Novia; van a tratar de que no pueda continuar la predicación del Evangelio la Iglesia del Señor, van a tratar de —por muchas cosas— hacer que le cierren las iglesias a los escogidos en el Día Postrero.

Por lo tanto, estén orando todos con sus congregaciones, y nunca se unan a ningún grupo o persona que quiera que cierren las iglesias o que le hagan un bloqueo a las iglesias. Estén orando más bien para que nunca ocurra.

Por lo tanto, siempre con sabiduría, con prudencia obrando, para que ninguno dé motivo para que le cierren su congregación, su iglesia. Mantengan todas las cosas bien en orden, y también la contabilidad de las finanzas en sus congregaciones, tengan todo bien en claro, y así pues evitarán problemas.

Y siempre bien unidos, nunca hablando el uno del otro, sino ayudándose el uno al otro, y teniendo buen compañerismo los ministros. Y siempre conscientes de que se está llevando a cabo una Obra, una labor importante en el Programa Divino.

Y siempre trabajando en la obra misionera, la obra evangelística, para que llegue hasta el último escogido al Cuerpo Místico de Cristo; porque cuando se complete la Iglesia, entonces Cristo saldrá del Trono de Intercesión y hará Su Obra de Reclamo.

Adelante trabajando en todos los proyectos de la Iglesia del Señor Jesucristo: la evangelización; el establecimiento de congregaciones: siempre una congregación multiplicándose en cientos de congregaciones, y en cientos de ministros también; que la Obra de Dios crezca siempre. Como comenzó allá con 120: se multiplicó rápido; así también sea en nuestro tiempo.

Y siempre respaldando la obra misionera y evangelística, respaldando todas las labores en el Cuerpo Místico de Cristo.

Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes, compartiendo estos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final; y viendo que todos ustedes comprenden que hay un Programa Divino correspondiente a nuestro tiempo.

Que Dios les bendiga y les guarde, y continúen trabajando siempre en la Obra del Señor Jesucristo; y orando mucho con vuestras congregaciones para que siempre Dios dé la victoria a Su Iglesia.

Recuerden que es un momento, una hora difícil, más de lo que ustedes se imaginan. Pero recuerden que cuando la Iglesia apostólica allá (que era judía) con los apóstoles, que nació allá el Día de Pentecostés, cuando trataron de que no pudieran predicar, y los persiguieron, y mataron a algunos: ellos oraron; y entonces el Cielo respondió: hubo un terremoto, un temblor, y fueron llenos del Espíritu; y continuaron predicando, y Dios continuó aumentando el grupo de escogidos, continuó añadiendo a Su Iglesia los que han de ser salvos[31].

Recuerden, la Iglesia comenzó con luchas, persecuciones en contra de ella, pero ha sobrevivido; ya lleva dos mil años, alrededor de dos mil años, y todavía está trabajando. Es Cristo en Su Iglesia obrando; no es la Iglesia de sí misma, sino Cristo en Su Iglesia.

Así como el Espíritu de Dios, el Ángel del Pacto, Dios con el Ángel del Pacto, el cuerpo angelical de Dios, estuvo en Jesús obrando; luego, del Día de Pentecostés en adelante, Dios en Espíritu Santo, Cristo en Espíritu Santo, está – ha estado en Su Iglesia obrando por medio de los miembros de Su Iglesia, colocando diferentes ministerios: apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros; y también ayudas en Su Iglesia. Pero todo eso lo ha estado haciendo (¿qué?, ¿quién?) el mismo Espíritu, el mismo Espíritu Santo, Cristo, el Ángel del Pacto, en Su Iglesia.

Por lo tanto, ha estado obrando a través de carne humana, de velos humanos, llevando a cabo la Obra correspondiente en Su Iglesia, y a través de Su Iglesia llevando el Evangelio a todas las naciones.

Por eso la Iglesia del Señor Jesucristo está representada en la virgen María, la cual recibió la Palabra y dijo: “Hágase conmigo conforme a Tu Palabra”[32]; y por eso nació Jesús, el velo de carne nació de la virgen María. Y por eso todos los hijos de Dios nacen a través de Cristo, el Ángel del Pacto, manifestado en Su Iglesia. Es en y a través de la Iglesia que nacen los hijos e hijas de Dios en el Reino de Dios, en la Dispensación de la Gracia; porque la Iglesia está representada en la virgen María.

Por eso ya no es a través de una mujer que van a nacer hijos e hijas de Dios, sino a través de la Iglesia del Señor Jesucristo; que nacen, no de carne y sangre, no de la unión de un hombre y de una mujer, sino a través de la unión de Cristo y Su Iglesia, a través de las diferentes etapas de Su Iglesia.

Es ese el misterio de Cristo y Su Iglesia, con la cual Cristo está unido a Ella; y en la esfera espiritual se ha estado produciendo este milagro de nacimiento de hijos e hijas de Dios en la Iglesia del Señor Jesucristo, naciendo en el Reino de Dios. Y luego vendrá la parte física: la adopción.

La adopción espiritual ha estado siendo hecha en todos los creyentes en Cristo nacidos de nuevo, naciendo como hijos e hijas de Dios en el Reino de Dios; naciendo del Agua (del Evangelio) y del Espíritu (del Espíritu Santo). Y falta la adopción física, que será la transformación de los vivos y la resurrección de los muertos en Cristo, en cuerpos glorificados. Esa es la adopción del cuerpo, la adopción de los hijos e hijas de Dios en cuerpos eternos, inmortales, glorificados, como el cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador.

Por lo tanto, esas personas están en el Libro de la Vida del Cordero escritas, y esas personas nunca se perderán: son ungidas con el Espíritu Santo; han recibido el Espíritu Santo, juntamente con el mensajero de cada edad. Cada grupo de cada edad ha recibido el Espíritu Santo y está ungida, cada grupo está ungido, cada individuo está ungido, y el mensajero también. Así será para este tiempo final.

“LA SEGURIDAD DEL UNGIDO DE DIOS”, del Ungido de Dios como un miembro del Cuerpo Místico de Cristo, el Ungido de Dios como un mensajero, el Ungido de Dios como el Cuerpo Místico de Cristo en cada edad.

Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean con todos ustedes; y que pronto se haga una realidad la Venida del Señor a Su Iglesia, la cual está prometida como un misterio que va a ser manifestado.

Y luego la Venida del Señor para reinar será después de la gran tribulación, con todos los escogidos —que vendrán con cuerpos glorificados también—, luego de la Cena de las Bodas del Cordero.

Tenemos que saber diferenciar lo que es la Venida del Señor a Su Iglesia, lo cual será “como ladrón (dice) en la noche”[33]. El mundo está en oscuridad, está de noche. Estamos en el tiempo de la tarde, y el mundo entra a la oscuridad —y el mundo ha estado en oscuridad siempre—; por eso el candelabro con siete lámparas (eso se usa de noche), y corresponde a las siete etapas de la Iglesia del Señor entre los gentiles.

Así que vean ustedes estos misterios del Reino de Dios.

Y ahora, estamos en el oeste. La Primera Venida del Señor fue en el este, en medio del pueblo que lo estaba esperando; la Segunda Venida del Señor a Su Iglesia será en la etapa final de Su Iglesia, y esa bendición corresponde al oeste; y será como ladrón en la noche: será un secreto, pero será revelado ese secreto a la Iglesia del Señor Jesucristo, para recibir la fe para ser transformados e ir con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Por lo tanto, estamos esperando que ese misterio del Séptimo Sello, que es el misterio de la Venida del Señor, sea abierto a la Iglesia del Señor Jesucristo. Es a la Iglesia que tiene que ser abierto, porque es la Iglesia del Señor la que va a ser transformada y llevada con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Bueno, ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión.

Que Dios les bendiga y les guarde; y dejo con ustedes nuevamente al reverendo Miguel Bermúdez Marín, para continuar y finalizar cuando él así lo crea conveniente.

Y mañana nos veremos nuevamente ¿dónde? En este mismo lugar, para la actividad de mañana domingo en la mañana; para todas las personas que se han de reunir aquí en este lugar, y para los que estarán a través del satélite Amazonas o de internet en diferentes naciones.

Bueno, que Dios les bendiga y les guarde.

Y recuerden que es bien temprano mañana, ¿verdad? A las 8:00 de la mañana está anunciado el culto aquí, que para Puerto Rico será ¿qué hora? Para Puerto Rico serán las 9:00 de la mañana; y para México será ¿qué? Las 7:00 de la mañana para México. Así que cada nación pues se arregla allá con su congregación.

Que Dios me los bendiga y les guarde; y hasta mañana, Dios mediante.

Aprecio mucho vuestras oraciones. Así que oren mucho por mí, porque este es un tiempo de mucho peligro, es un tiempo bien delicado, no solamente para ustedes y vuestras congregaciones, sino también para mí.

Por lo tanto, espero que continúen orando; pueden multiplicarlo por todas las veces que quieran, para así estar orando todos, y los días de actividades también, y en los hogares también; pues estos serán días difíciles para mí, y también para todos los ministros, y para todas las congregaciones. Oren mucho para que Dios nos dé la victoria.

Bueno, que Dios les bendiga y les guarde; y con ustedes el misionero Miguel Bermúdez Marín.

“LA SEGURIDAD DEL UNGIDO DE DIOS”.

[Revisión abril 2024]

[1] 2 Timoteo 3:1

[2] Génesis 27:41

[3] Génesis 32:6-21

[4] Génesis 32:24-29

[5] Isaías 45:1-3

[6] 1 Samuel 16:13

[7] 1 Samuel 17:34-36

[8] 1 Samuel 17:40-51

[9] 2 Samuel 2:1-7

[10] 2 Samuel 5:1-5

[11] 1 Samuel 18:6-29

[12] Éxodo 5:5-23

[13] Éxodo 2:11-15

[14] Éxodo 3, 4

[15] Hechos 2:1-4

[16] San Mateo 28:20

[17] Citas, pág. 119, párr. 1057

[18] Éxodo 17:8-13

[19] Éxodo 17:14-16

[20] Éxodo 4:10-17

[21] Levítico 18:26-28

[22] Génesis 15:16

[23] Génesis 15:16

[24] Las Setenta Semanas de Daniel, pág. 139, párrs. 161-163

[25] Daniel 2:31-45

[26] 61-0101 “Apocalipsis, Capítulo Cuatro, Parte 2”, párrs. 53-58

[27] [Esta es la respuesta a un comentario que hizo desde el público el Rvdo. Miguel Bermúdez Marín –Ed.].

[28] Malaquías 4:1

[29] Isaías 61:2

[30] Apocalipsis 16:6

[31] Hechos 4:1-33

[32] San Lucas 1:30-38

[33] 1 Tes. 5:2, 2 P. 3:10, Ap. 16:15; Mt. 24:42-44

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