Misionero Miguel Bermúdez Marín, reverendo licenciado Oswaldo Aparecido Natale, ministros y colaboradores, damas, hermanos y hermanas: reciban todos mis saludos.
La señal más grande en la Tierra es un profeta, porque él viene con las dos consciencias juntas para poder captar el Mensaje Divino para el tiempo en que Dios lo envía a la Tierra. Y cuando recibe el Mensaje se hace carne esa Palabra en él y luego la transmite al pueblo de su tiempo, el cual viene a ser bendecido por Dios: Dios les abre las Escrituras y el entendimiento para comprender la Palabra, el Mensaje correspondiente a su tiempo.
Hay mensajeros de edades, hay mensajeros profetas también de dispensaciones. Los más grandes son los profetas mensajeros dispensacionales, porque ellos con su Mensaje cubren la dispensación completa para la cual son enviados; dispensación que puede durar miles de años.
Por lo tanto, es importante saber el tiempo en que uno vive y saber qué promesas Dios ha hecho para ese tiempo, para conocer quién era el mensajero profeta para su tiempo, recibir su Mensaje para que se haga carne también en el pueblo; y al hacerse carne en el pueblo, así como el mensajero profeta es la Palabra hecha carne para su edad, es la Luz hecha carne en su edad y dispensación, el pueblo también viene a ser la Luz, la Luz del mundo; como dijo Jesucristo en una ocasión: “Vosotros sois la luz del mundo”; y en una ocasión Él dijo que Él era la Luz, la Luz del mundo.
Por lo tanto, el mensajero y el pueblo se hacen una misma cosa; y así es que se forman las edades y también las dispensaciones.
Por lo tanto, es importante conocer el tiempo en que estamos viviendo y conocer cuáles son las promesas divinas hechas para nuestro tiempo, para recibirlas a medida que van siendo materializadas. A medida que van siendo materializadas las vamos recibiendo, porque sabemos ya cómo es que viene la Palabra revelada para el pueblo: “Porque no hará nada el Señor Jehová sin que antes revele Sus secretos a Sus siervos Sus profetas”.
Por lo tanto, es importante conocer nuestra edad, que es la Edad de Piedra Angular; conocer la dispensación que está entrelazándose con la Dispensación de la Gracia, la dispensación que está entrelazándose con la sexta dispensación.
La dispensación que corresponde entrelazarse con la Dispensación de la Gracia es la Dispensación del Reino; para lo cual Dios tendrá un profeta mensajero dispensacional en el cual la Palabra correspondiente a la Dispensación del Reino se estará haciendo carne y siendo transmitida al pueblo, en el cual también se estará haciendo carne en este tiempo final; y Dios obrando a través de ese profeta mensajero dispensacional, y obrando también con el pueblo correspondiente a ese mensajero dispensacional que Dios le da para trabajar en Su Obra en este tiempo final.
Por lo tanto, conscientes de nuestro tiempo caminemos siempre adelante en el Programa Divino, porque el éxito está asegurado.
Que Dios les bendiga y les guarde a todos ustedes allá en el Brasil, y les use grandemente en Su Reino en este tiempo final; ministros, colaboradores, damas, hermanos y hermanas allá en el Brasil.
Que Dios les bendiga y les guarde y les use siempre grandemente en Su Obra en este tiempo final, conscientes del Programa Divino, trabajando con entendimiento en el Programa Divino.
Dios te bendiga, Miguel; y también Dios te bendiga, Oswaldo; y todos los ministros allá reunidos, y colaboradores y colaboradoras en el Programa Divino.
Dios les bendiga y continúen pasando una tarde feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador.
“LA SEÑAL MÁS GRANDE DE LA TIERRA: UN PROFETA”.