La trayectoria del Templo de Dios

Muy buenos días, amados amigos y hermanos presentes. Es para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.

Para todos los presentes y los que están a través de internet y la televisión también: Que las bendiciones de Jesucristo sean sobre todos ustedes, y que tengan una Navidad feliz, llena de las bendiciones de Jesucristo.

Y ahora, leemos en el capítulo 2 de San Juan, versos 18 al 19, donde nos dice:

“Y los judíos respondieron y le dijeron: ¿Qué señal nos muestras, ya que haces esto?

Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.

Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarás?

Mas él hablaba del templo de su cuerpo.

Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron que había dicho esto; y creyeron la Escritura y la palabra que Jesús había dicho”.

Nuestro tema para esta ocasión es: “LA TRAYECTORIA DEL TEMPLO DE DIOS”.

Cristo frente al templo dijo: “Destruyan este templo, y en tres días lo levantaré”; y ellos pensaron que estaba hablando del templo físico, pero estaba hablando de Su cuerpo físico, que es el Templo de Dios donde Dios estaba manifestado en toda Su plenitud.

Así como encontramos en el Antiguo Testamento, en el tabernáculo que construyó Moisés y el que construyó Salomón, que la gloria de Dios, la Shekinah, la Columna de Fuego, entró al templo y se posó en el templo, y habitó en el lugar santísimo sobre el arca del pacto, sobre el propiciatorio, como nos dice Dios en el Éxodo, capítulo 25, verso 21 al 22, donde le dice Dios a Moisés:

“Y pondrás el propiciatorio encima del arca, y en el arca pondrás el testimonio que yo te daré.

Y de allí me declararé a ti, y hablaré contigo de sobre el propiciatorio, de entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio, todo lo que yo te mandare para los hijos de Israel”.

¿Dónde estaría Dios? Estaría sobre el propiciatorio, y desde allí le hablaría al profeta Moisés todas las cosas que Dios deseaba decirle al pueblo hebreo. Por medio del profeta Moisés se las diría al pueblo hebreo; y Dios se las diría al profeta Moisés desde el lugar santísimo, de en medio de los dos querubines de oro. En Levítico, capítulo 16, verso 1 al 2, dice:

“Habló Jehová a Moisés después de la muerte de los dos hijos de Aarón, cuando se acercaron delante de Jehová, y murieron.

Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón tu hermano, que no en todo tiempo entre en el santuario detrás del velo, delante del propiciatorio que está sobre el arca, para que no muera; porque yo apareceré en la nube sobre el propiciatorio”.

Dios en esa nube de luz, en la columna de fuego, en la cual le había aparecido al profeta Moisés y la cual también había libertado al pueblo hebreo (y le alumbraba el camino al pueblo hebreo durante la noche, y de día le era una nube de sombra, una nube que les cubría del sol)1, ahora, vean ustedes, sobre el propiciatorio esa Columna de Fuego estaba manifestada, y de allí le hablaba al profeta Moisés.

¿Y por qué era así en el tabernáculo que construyó Moisés? Porque en la trayectoria del Templo de Dios encontramos cómo se ha reflejado el Templo de Dios allá en el Antiguo Testamento: se reflejó en el ser humano, y también se reflejó en el tabernáculo que construyó el profeta Moisés, y se reflejó también en el pueblo hebreo como nación.

Y ahora, el Templo de Dios que está en el Cielo ha venido reflejándose de etapa en etapa. Se reflejó en el templo que construyó Moisés y el templo que construyó Salomón; pues en el templo que construyó Salomón encontramos el mismo orden, aunque la escala en que está construido el templo de Salomón, encontramos que es un tamaño mayor (el templo), pero contiene las mismas cosas, y además contiene los dos querubines de madera de olivo cubiertos de oro, querubines gigantes que estaban en el lugar santísimo, uno a la derecha y el otro a la izquierda, y en el centro estaba el arca del pacto, donde estaba la presencia de Dios.

Y ahora, vean cómo todo esto es el Templo de Dios que está en el Cielo, reflejándose en la Tierra; porque llegaría un tiempo en que lo que está en el Cielo se materializaría en seres humanos, y se construiría así un Templo en donde Dios morará por toda la eternidad.

Y ahora, en LA TRAYECTORIA DEL TEMPLO DE DIOS hemos visto que lo primero fue el ser humano: Adán como templo de Dios, y por consiguiente la raza humana; luego encontramos el tabernáculo que construyó Moisés y también el pueblo hebreo como nación.

Y ahora veamos Lugar Santo en cuanto a la raza humana, y en cuanto al pueblo hebreo, y en cuanto al templo que construyó Salomón y el tabernáculo que construyó Moisés.

En el atrio estaban los sacrificios y la fuente de bronce y todas estas cosas; era el lugar donde se ofrecía el sacrificio, donde se realizaba, donde se sacrificaba el animalito. Y encontramos que el atrio del tabernáculo que construyó Moisés representa (en cuanto a la raza humana) de Adán hasta Jesús; y en cuanto al pueblo hebreo como nación encontramos que representa al pueblo hebreo desde Adán también, hasta que entró a la tierra prometida.

Y ya estando en la tierra prometida, vean ustedes, encontramos que allí (ya el pueblo hebreo estando establecido) está el Atrio, que es todo el territorio de Israel; está el Lugar Santo, que es Jerusalén; y está el templo en Jerusalén, que es el Lugar Santísimo.

Y vean ustedes, esas mismas partes, tres partes: Atrio, Lugar Santo y Lugar Santísimo, también está contenido en el templo que construyó en Jerusalén el rey Salomón.

Luego encontramos, en cuanto a la raza humana, que de Adán hasta Jesús fue el Atrio del Templo de Dios como la raza humana; y de Cristo hasta el séptimo ángel mensajero de la séptima edad de la Iglesia gentil corresponde al Lugar Santo del Templo de Dios, donde se cumplieron las siete etapas o edades de la Iglesia gentil.

Ahora, vean que Cristo murió en el Atrio; o sea, murió antes de las siete etapas o edades de la Iglesia gentil. Pero luego encontramos que Cristo entra al Lugar Santo, y luego pasa en el Día Postrero al Lugar Santísimo.

Y Cristo ha estado, de etapa en etapa, en Espíritu Santo en ese Templo espiritual, que es Su Iglesia: ha estado en el Lugar Santo, de edad en edad, en Espíritu Santo, manifestado a través del ángel mensajero de cada edad, así como también se manifestó en el tiempo de los apóstoles, del Día de Pentecostés en adelante.

Hemos visto que todo comenzó allá en Jerusalén el Día de Pentecostés, en cuanto al Lugar Santo del Templo espiritual de Cristo; y vean ustedes cómo ha estado pasando Cristo de edad en edad, y ha tenido siete ángeles mensajeros para las siete edades de la Iglesia gentil.

La primera edad comenzó en Asia Menor, y fue representada en la iglesia de Éfeso; iglesia que estaba en Asia Menor. Pues aquellas siete iglesias de las cuales habla el libro del Apocalipsis (en el capítulo 1 y también capítulo 2, y capítulo 3 del Apocalipsis), existieron en Asia Menor, y tenían todas las cosas representadas allí, todas las cosas que se cumplirían durante las siete etapas o edades de la Iglesia gentil.

Por lo tanto, esas iglesias de Asia Menor, esas siete iglesias que fueron escogidas allí en el libro del Apocalipsis, son tipo y figura de las siete etapas por las cuales la Iglesia de Jesucristo pasaría durante la etapa del Lugar Santo de Su Templo espiritual. Y por eso se refleja en cada edad todo lo que estaría siendo manifestado – o se refleja en cada iglesia de Asia Menor todo lo que estaría siendo manifestado en cada edad de la Iglesia gentil.

Y vean ustedes, por cuanto cada una de esas iglesias estaba colocada en diferentes ciudades, en una ciudad diferente cada una, eso nos muestra que en diferentes territorios del planeta Tierra se cumplirían las siete edades de la Iglesia gentil.

Asia Menor fue el primer territorio; después, el segundo territorio fue Francia; y después Hungría y parte en Francia también; luego Irlanda y Escocia… O sea, la primera edad fue en Asia Menor, la segunda en Francia, la tercera en Hungría y Francia, la cuarta en Irlanda y Escocia, la quinta en Alemania, la sexta en Inglaterra y la séptima en Norteamérica.

Vean cómo esas etapas de la Iglesia han estado cumpliéndose; y ya todas se han cumplido.

Para cada etapa Dios envió un ángel mensajero; y los siete ángeles mensajeros de las siete edades fueron: San Pablo, Ireneo, Martín, Colombo, Lutero, Wesley y el reverendo William Branham. Esos fueron los ángeles guardianes de las siete edades de la Iglesia gentil, en donde estuvo el Espíritu de Cristo manifestado, llevando a cabo la Obra correspondiente a cada edad. Y vean ustedes cómo se llevó a cabo la Obra de Dios en cada edad, cumpliéndose así la etapa del Lugar Santo del Templo espiritual de Cristo.

Ahora, ya no tenemos el tabernáculo que construyó Moisés, ni tampoco el templo que construyó el rey Salomón; y ahora lo que tenemos es un Nuevo Templo, el cual fue representado, reflejado, en aquellos templos anteriores; y ese Nuevo Templo es la Iglesia del Señor Jesucristo, que ha estado siendo creada por Dios de etapa en etapa.

Cristo es el principio de la Creación de Dios2, o sea, Él es el primero de esta Nueva Creación, que es la Iglesia de Jesucristo. Él es el segundo Adán: por lo tanto, Él es el primero de esa nueva raza que comienza con Jesucristo el segundo Adán.

Y así como en Adán todos mueren, en Jesucristo todos son vivificados3, son traídos a vida eterna por medio del nuevo nacimiento, al creer en Jesucristo como nuestro Salvador y lavar nuestros pecados en la Sangre de Cristo y recibir Su Espíritu Santo; y así recibir un nuevo espíritu dentro de nosotros, pues Cristo dijo a Nicodemo que era necesario nacer de nuevo4.

Cuando la persona nace en esta Tierra por medio de sus padres terrenales, nace como descendiente del primer Adán, de Adán. Y por cuanto el primer Adán pecó: cayó de la vida eterna, y entró la muerte por medio de un hombre a la raza humana.

Por lo tanto, en Adán todos mueren; y por eso es que al nacer en esta Tierra obtenemos un cuerpo mortal, corruptible y temporal: nace, vive y después muere. Y obtenemos también, dentro de ese cuerpo, un espíritu del mundo; por lo tanto, no es de la sexta dimensión, sino que es de la quinta dimensión.

Y por eso es que la persona que no nace de nuevo no tiene el derecho a ir a la sexta dimensión, porque no tiene un espíritu de la sexta dimensión, y por consiguiente tiene que ir a la dimensión de la cual es el espíritu que posee.

Y la persona… se requiere que la persona nazca de nuevo; ese es un nuevo nacimiento por creación divina, en donde la persona obtiene un espíritu teofánico de la sexta dimensión, y ya ha nacido en la sexta dimensión, y está en lugares celestiales con Cristo Jesús Señor nuestro.

Y así Él coloca a los creyentes en Él en la sexta dimensión, en lugares celestiales en Cristo Jesús, como colocó al principio a Adán en la sexta dimensión, y como el mismo Jesús antes de venir a la Tierra estaba en la sexta dimensión; porque el cuerpo teofánico de Jesús (el cual es llamado el Ángel de Jehová o Ángel del Pacto), vean ustedes, estaba en la sexta dimensión.

Él es el que le aparecía a Adán, a Abel, a Set, a Enoc, a Noé, a Abraham, a Isaac, a Jacob, a Moisés y a todos los profetas del Antiguo Testamento; y fue llamado el Ángel de Jehová o Ángel del Pacto. Por eso Jesús dijo en San Juan, capítulo 8, versos 56 en adelante:

“Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó.

Entonces le dijeron los judíos: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?

Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy”.

¿Y cómo era posible que Jesús fuera antes que Abraham? Porque Jesús es el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, el cual estaba en Su cuerpo teofánico y por medio del cual se reveló a Abraham y a los profetas del Antiguo Testamento, los cuales en diferentes ocasiones lo vieron en la forma de un hombre pero de otra dimensión.

Es llamado también, en San Juan, capítulo 1, verso 1 al 18, el Verbo:

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.

Este era en el principio con Dios.

Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.

En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres”.

Ahora, vean ustedes quién es nuestro amado Señor Jesucristo: es el Verbo que era con Dios y era Dios, y creó todas las cosas.

Y luego dice [verso 14]: “Y aquel Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros”. El Verbo hecho carne. El Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, se hizo hombre y habitó en medio de los seres humanos.

“Y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”. Era el mismo Dios en Su cuerpo teofánico; y luego, cuando se hizo carne, era el mismo Dios en un cuerpo de carne humana manifestado en toda Su plenitud, era la manifestación de la Divinidad en toda Su plenitud.

Por eso el profeta Isaías, en el capítulo 7, verso 14, dice que el mismo Señor os dará señal:

“He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y (se) llamará su nombre Emanuel (que traducido es: Dios con nosotros)5”.

Dios con nosotros manifestado en la forma de un hombre, de un profeta, para llevar a cabo la Obra de Redención viniendo como Cordero de Dios, para colocar en sacrificio por el pecado Su propio cuerpo. Nadie más podía llevar a cabo esa Obra, porque todas las demás personas, al descender por esa línea de la raza caída, todos estaban contaminados por el pecado; y por consiguiente todos eran mortales.

Tenía que ser realizada la Obra de Redención por uno que apareciera en la Tierra sin pecado, y por consiguiente sería inmortal; y para hacerse mortal tenía que tomar el pecado de los seres humanos, porque la paga del pecado es la muerte6. Y para morir Cristo, el Cordero de Dios, para Su cuerpo físico morir, tenía que tomar nuestros pecados, porque Él de Sí mismo no tenía pecado, por lo tanto, no podía morir.

Y ahora, Cristo, vean ustedes, tuvo que tomar el pecado del ser humano, porque Él no tenía pecado y por consiguiente no podía morir, y por consiguiente no podía hacer la Obra de Redención si no moría.

Miren el por qué todas estas cosas sucedieron en la vida de Jesús; y el único que las comprendía era Jesús, el resto de los seres humanos nada comprendía de Su Primera Venida y la Obra para la cual Él vino.

Y ahora, Él vino en una forma sencilla, naciendo en Belén de Judea, y —por supuesto— naciendo no en la fecha que en la actualidad se piensa; pues si nació en el… si fue la venida del Arcángel Gabriel el mes sexto del calendario religioso del pueblo hebreo, para el mes tercero del calendario hebreo religioso se completaban los nueve meses; así que podemos ver lo que todo eso significa. O sea que el nacimiento de Jesús, conforme al calendario hebreo religioso, al ser la visita del Arcángel Gabriel el mes sexto, el nacimiento de Jesús pudo ser de mayo a junio.

Ahora, podemos ver si fue de acuerdo al calendario hebreo religioso.

Ahora, lo más importante es la Obra que Él llevó a cabo, eso es lo que nosotros necesitamos comprender para obtener nuestro perdón de los pecados al recibirlo como nuestro Salvador.

Y ahora, ¿qué es lo que Jesucristo ha estado haciendo después que Él murió, resucitó y ascendió al Cielo? Él ha estado creando una nueva raza. Por eso cuando se habla del creyente en Jesucristo (que lo ha recibido como su Salvador y ha lavado sus pecados en la Sangre de Cristo y ha recibido Su Espíritu Santo), se habla de una Nueva Creación. Y cuando se habla de una Nueva Creación, se está hablando de una nueva raza que Cristo está creando; y son los descendientes del segundo Adán, los cuales están representados en el templo que construyó el rey Salomón y en el tabernáculo que construyó el profeta Moisés, y están representados también en el pueblo hebreo. Por eso es que nos habla la Escritura, San Pablo nos habla, y también San Pedro, de que somos templo de Dios.

Y vean cómo este Templo, este Nuevo Templo, que es la Iglesia de Jesucristo, fue reflejado en el pasado:

Como Templo: reflejado en el templo de Salomón y el templo o tabernáculo de Moisés (o construido por Moisés); y reflejado en el pueblo hebreo, que es también (como pueblo) el Templo de Dios del Antiguo Testamento como pueblo.

Ahora, tenemos que el Israel terrenal allá representa al Israel celestial; y el Israel celestial es la Iglesia del Señor Jesucristo, los redimidos por la Sangre del Señor Jesucristo.

Y miren ustedes, el pueblo hebreo dos mil años atrás recibió la Piedra no cortada de manos, que fue la Primera Venida de Cristo; y esa fue la Piedra de corona, la Piedra que los edificadores desecharon en Su Primera Venida; pero ha venido a ser cabeza del ángulo, nos dice la Escritura, nos dice San Pablo y nos dice también San Pedro.

Pero ahora, miren lo que nos dice San Pedro hablándonos acerca de Cristo como Piedra viva; dice en Primera de Pedro, capítulo 2, verso 4 en adelante, dice:

“Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa,

vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo”.

¿Y por qué ofrecer sacrificios a Dios, sacrificios espirituales, por medio de Jesucristo? Porque Jesucristo es el Sumo Sacerdote del Templo de Dios en el Cielo.

“Por lo cual también contiene la Escritura:

He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa;

Y el que creyere en él, no será avergonzado.

Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen,

La piedra que los edificadores desecharon,

Ha venido a ser la cabeza del ángulo;

y:

Piedra de tropiezo, y roca que hace caer,

porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados.

Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”.

Ahora, aquí podemos ver que los escogidos de Dios no solamente son un templo. Dice:

“… sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo…”.

Casa espiritual, o sea, Templo de Dios, como nos dice San Pablo en Efesios, capítulo 2, verso 19 al 22, donde dice:

“Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios,

edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,

en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor;

en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu”.

Aquí podemos ver que la Iglesia del Señor Jesucristo es la Casa de Dios, la cual fue reflejada en el tabernáculo que construyó Moisés y el templo que construyó Salomón; y también está reflejada la Iglesia de Jesucristo en el pueblo hebreo, el Israel terrenal, porque la Iglesia de Jesucristo es el Israel celestial; por eso somos “conciudadanos con los santos y miembros de la Familia de Dios”.

Por medio del segundo Adán, de Jesucristo, hemos nacido en la Familia celestial, la Familia de Dios, como hijos e hijas de Dios. Y también, por cuanto somos el Israel celestial, somos también un pueblo de sacerdotes; así como el pueblo hebreo era un pueblo de sacerdotes, como dice Dios en el Éxodo, capítulo 19, verso 5 al 6, donde dice:

“Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.

Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel”.

Y ahora, San Pedro nos dijo que somos linaje escogido… Capítulo 2, verso 9, de la primera carta de San Pedro, dice:

“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable…”.

Y en el Apocalipsis, capítulo 1, versos 5 al 6, dice:

“… y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre,

y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén”.

¿Nos ha hecho qué? Reyes y sacerdotes. Y ahora, encontramos también en el capítulo 5 del Apocalipsis, a la multitud redimida por la Sangre de Cristo, los cuales, al tomar Cristo el Libro de la Redención en el Cielo, tienen un nuevo cántico. Capítulo 5, verso 8 en adelante, dice:

“Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos;

y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;

y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra”.

¿Quiénes son los reyes y sacerdotes? Los redimidos por la Sangre de Jesucristo; y ellos son los que en el glorioso Reino Milenial estarán con Cristo aquí en la Tierra como reyes y sacerdotes. Y Cristo es el Sumo Sacerdote, y también Él es el Rey de reyes y Señor de señores, y Él es el Hijo de David para el glorioso Reino Milenial.

Por eso en Apocalipsis, capítulo 20, donde nos presenta ahí el glorioso Reino Milenial, capítulo 20, verso 4 al 6, dice:

“Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.

Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.

Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre estos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años”.

¿Quiénes serán los sacerdotes para ese Reino Milenial, y los reyes para ese Reino Milenial? Serán los redimidos por la Sangre de Cristo, que han sido hechos para nuestro Dios reyes y sacerdotes.

Y ahora, podemos ver aquí el nuevo orden para el Nuevo Templo de Dios, que es la Iglesia de Jesucristo, y para el glorioso Reino Milenial; en donde los redimidos por la Sangre de Cristo, que en el Día Postrero serán resucitados en cuerpos eternos los que partieron, y los que vivimos seremos transformados, estaremos con Cristo como reyes y sacerdotes en ese glorioso Reino Milenial. Y así estará en pie sobre la Tierra el Nuevo Templo, que es la Iglesia del Señor Jesucristo, para el glorioso Reino Milenial; y ahí estarán los sacerdotes de ese Nuevo Templo, que son los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo.

Ahora, podemos ver lo que todo esto significa en el Programa de Dios. Todo lo que fue mostrado en el templo que construyó Salomón y el tabernáculo que construyó Moisés se materializa en la Iglesia del Señor Jesucristo, o sea que se materializa en Jesucristo y Su Iglesia.

Si se le construyera un templo al pueblo hebreo, un templo literal, en este tiempo, ¿qué creen ustedes que harían? Pues volverían a ofrecer los sacrificios por el pecado; y ya Dios no acepta otro sacrificio por el pecado sino el Sacrificio de nuestro amado Señor Jesucristo, el cual está en el Nuevo Templo. Ese es el Sacrificio que tiene el Nuevo Templo, la Iglesia del Señor Jesucristo. Y ese es el Sacrificio que nosotros tenemos, el cual ha obrado en nosotros nuestra redención, ha obrado en nosotros la limpieza de nuestros pecados y la reconciliación de nosotros con Dios. Y todo eso Dios lo tiene ¿dónde? Dentro del Nuevo Templo, dentro de Su Iglesia.

Y Cristo está en el Cielo, en el Trono de Dios, en el Lugar Santísimo, sobre el Propiciatorio, haciendo intercesión por cada persona que tiene su nombre escrito en el Libro de la Vida del Cordero. Y el Templo de Dios —que está en el Cielo— está reflejado y está materializándose en el Templo espiritual de Jesucristo, que es Su Iglesia.

Ahora vean “LA TRAYECTORIA DEL TEMPLO DE DIOS”.

En el Programa Divino está el que todo lo que está en el Templo de Dios en el Cielo sea materializado aquí en la Tierra, en la Iglesia del Señor Jesucristo, que es el Nuevo Templo, el cual es un Templo para toda la eternidad.

Por eso es que en el libro de Apocalipsis, en el capítulo 22, no se halla ahí templo literal, porque ya todo ha sido materializado, y Cristo y Su Iglesia ahí son el Templo de Dios.

El Tabernáculo de Dios que desciende del Cielo es la Iglesia del Señor Jesucristo, la cual estará en la Tierra en la eternidad, después del Reino Milenial, sobre un monte alto que estará localizado donde es el territorio de Israel; el cual para ese tiempo estará agrandado para que ahí pueda estar esa Nueva Jerusalén; la cual, la parte física del terreno, surge del corazón de la Tierra, y los habitantes vienen del Cielo; y ahí estarán todos los que han tenido parte en ese Templo espiritual de Dios.

Ahora, podemos ver “LA TRAYECTORIA DEL TEMPLO DE DIOS”.

Y ahora, en la trayectoria del Templo de Dios, el cual se está materializando en carne humana en seres humanos, en los miembros de la Iglesia de Jesucristo, ¿en qué etapa de ese Templo estamos?

Las siete etapas o edades de la Iglesia gentil, que han transcurrido durante estos últimos dos mil años que han transcurrido de Cristo hacia acá, corresponden esos dos mil años (¿a qué?) al Lugar Santo del Templo espiritual de Cristo, en donde el candelero o candelabro con sus siete lámparas encendidas se cumplió, se hizo realidad en la Iglesia de Jesucristo, al cumplirse las siete edades de la Iglesia gentil con el ángel mensajero de cada edad.

Ese es el candelabro con sus siete lámparas encendidas: es la Iglesia de Jesucristo durante las siete edades, con sus siete ángeles mensajeros encendidos con el fuego del Espíritu Santo. Y ese candelabro estaba ¿dónde? En el lugar santo del templo.

Y ahora, para el Lugar Santísimo, el cual corresponde a la Edad de la Piedra Angular, lo que estaba allí se tiene que hacer realidad, se tiene que materializar en la Iglesia de Jesucristo; porque lo que estaba allí, en el tabernáculo que construyó Moisés y el templo que hizo Salomón, lo que estaba allí en el lugar santísimo: el arca del pacto y los dos querubines de madera de olivo, en el tabernáculo que construyó Moisés, todo eso es lo que está en el Cielo, en el Lugar Santísimo.

Allá está el Trono de Dios, donde Dios está; y están los querubines, que son los Arcángeles Gabriel y Miguel, uno a cada lado. Y todo eso se tiene que materializar en la Edad de la Piedra Angular, que es la Edad del Lugar Santísimo del Templo espiritual de Jesucristo.

Y por eso es que para el Día Postrero, lo que fue mostrado en el Monte de la Transfiguración (a Jesús con Su rostro como el sol, y a cada lado de Jesús: a un lado Moisés y al otro lado Elías)7, eso es lo que Cristo estará materializando en la Edad del Lugar Santísimo de Su Templo espiritual.

En la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, los ministerios de Moisés y Elías estarán ¿dónde? En la Edad de la Piedra Angular, que es la Edad del Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, en la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles. Eso es la Venida de Jesucristo en Espíritu Santo manifestado en el Día Postrero, manifestando los ministerios de Elías, de Moisés y de Jesús.

El ministerio central es el ministerio de Jesús, y a cada lado los ministerios de Moisés y de Elías, pero es el mismo Espíritu Santo, el mismo Jesucristo en Espíritu Santo viniendo manifestado en el Día Postrero y operando los ministerios de Moisés, de Elías, y de Jesús al centro.

Ahora vean, eso es lo mismo que está en el Cielo, eso es lo que es visto en el Cielo: Dios en el centro, Gabriel y Miguel a cada lado; y eso es representado en la Tierra en los ministerios que el Espíritu Santo estará operando en el Día Postrero, en la Venida del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, de Jesucristo, del Espíritu Santo manifestado en el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual. Será la actualización en la Tierra de lo que está en el Cielo.

Gabriel y Miguel: Moisés y Elías; y Dios sobre el Trono. Eso es el ministerio de Jesús en la Tierra siendo repetido, eso es el Ángel del Pacto siendo manifestado en la Tierra en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular, y con Gran Voz de Trompeta llamando y juntando a los escogidos de Dios. ¿Quiénes? Los Ángeles del Hijo del Hombre son los que hacen el llamado, y también el Hijo del Hombre, el mismo Señor con Aclamación, Voz de Arcángel y Trompeta de Dios.

Ahora vean, en ese pasaje de San Pablo, Primera de Tesalonicenses, capítulo 4, verso 13 al 17, es Cristo el que viene con Aclamación, Voz de Arcángel y Trompeta de Dios; y los muertos en Cristo resucitarán primero y nosotros los que vivimos seremos transformados. Esa es la Trompeta de Dios o Trompeta Final, esa es la Voz de Dios, la Voz de Cristo, hablando por última vez en medio de Su Iglesia; y eso es en la Edad de la Piedra Angular.

¿Desde dónde le hablaba Dios al profeta Moisés cuando ya estaba el tabernáculo construido? Desde el lugar santísimo, de sobre el propiciatorio, de en medio de los dos querubines de oro.

¿De dónde vendrá el Mensaje para el pueblo hebreo en el Día Postrero? Del Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, de en medio de los dos querubines de oro, de en medio de los ministerios de Moisés y Elías. De ahí es de donde surge el Mensaje para el pueblo hebreo, que será el mismo Mensaje que estará escuchando la Iglesia de Jesucristo en el Lugar Santísimo del Templo espiritual de Jesucristo; y ese es el Mensaje del Evangelio del Reino, el Mensaje que contiene la revelación divina y el Programa Divino de la Segunda Venida de Cristo.

Ahí es donde se abre la Dispensación del Reino, y ahí es donde Cristo envía al Ángel Mensajero, el profeta mensajero, de la Dispensación del Reino, con el Mensaje del Evangelio del Reino; y lo envía a Su Iglesia a una nueva edad: la Edad de la Piedra Angular, que es una edad eterna, es una edad celestial.

Por eso la Voz de Cristo desde aquí es la Voz del Cielo, y lo que Él habla desde aquí es la Voz de Dios, la Voz del Cielo, para la Iglesia de Jesucristo; por lo tanto, es la Voz de los Siete Truenos hablando desde el Cielo, es esa Gran Voz de Trompeta hablando desde el Cielo en el Día Postrero, hablando desde el Cielo aquí, en la Edad de la Piedra Angular, que es una edad celestial.

Y por consiguiente, los escogidos de Dios son llamados a una edad celestial para escuchar la Voz de Cristo en este Día Postrero, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.

Todo esto ocurre ¿dónde? En el Templo de Dios, que es la Iglesia del Señor Jesucristo. Así como en el Templo de Dios encontramos que ocurrió el llamado del Buen Pastor, de edad en edad, por medio de cada ángel mensajero.

Y así es como Cristo ha estado construyendo o creando Su Iglesia, la cual es una nueva raza de seres creados por Dios, por medio del nuevo nacimiento; lo cual es una Nueva Creación que se lleva a cabo en el individuo; lo cual comienza obteniendo por creación divina un cuerpo teofánico de la sexta dimensión, y para el Día Postrero recibiremos un cuerpo físico y eterno por creación divina, un cuerpo glorificado igual al cuerpo de nuestro amado Señor Jesucristo.

Y ahora, hemos visto en la trayectoria del Templo de Dios lo que es el Templo de Dios, que es la Iglesia de Jesucristo; y por eso es que ya no hay templo allá en Israel, en Jerusalén, el templo o tabernáculo ya no existe, ni el de Moisés tampoco se encuentra; pero Dios tiene un Nuevo Templo que está siendo construido, creado por Dios, de etapa en etapa, para Dios morar en él en toda Su plenitud; lo cual será en este Día Postrero, en el cual Él morará en Su Iglesia en toda Su plenitud, y en cada uno de nosotros como individuos, cuando todos seamos transformados, los que vivimos, y los que han partido sean resucitados en cuerpos eternos.

Ahora, hemos visto este misterio de LA TRAYECTORIA DEL TEMPLO DE DIOS, y hemos visto que nos encontramos en la etapa de la Piedra Angular, que es la etapa del Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, donde los ministerios de los Arcángeles Gabriel y Miguel tienen que estar actualizados en los ministerios de Moisés y de Elías.

Y el territorio donde la Edad de la Piedra Angular tiene que estarse cumpliendo es la América Latina y el Caribe. Esa es la noticia grande para los latinoamericanos y caribeños. Y por consiguiente la bendición de Cristo está (¿dónde?) en la América Latina y el Caribe, en esta etapa de la creación de la parte más importante de Su Templo: la creación del Lugar Santísimo de Su Templo espiritual con seres humanos.

Vean cómo en la trayectoria del Templo de Dios, en la Iglesia de Jesucristo Dios materializa, hace carne, el Templo de Dios: Es un Templo viviente.

Por eso también, vean ustedes, Cristo hablando de Su cuerpo, cuando dijo: “Destruyan este templo, y en tres días yo lo levantaré”, estaba hablando ¿de qué? Del cuerpo físico, que es el Templo de Dios, donde Dios moró en toda Su plenitud. Y en ese Templo está representada la Iglesia del Señor Jesucristo, y está representado cada uno de ustedes y yo también; por eso somos templo del Espíritu Santo, templos de Dios. Dios morará en cada uno de nosotros en toda Su plenitud, como moró en Jesucristo nuestro Salvador.

Estamos todavía en la etapa de las primicias, pero cuando los muertos en Cristo resuciten y los que vivimos seamos transformados, Dios estará en toda Su plenitud manifestado en cada uno de ustedes y en mí también; y todo esto es conforme a la trayectoria del Templo de Dios.

Mire, en la trayectoria del Templo de Dios, a dónde ha llegado la etapa final del Templo de Dios, del Templo de Jesucristo, la Edad de la Piedra Angular: ha llegado a la América Latina y al Caribe.

¿Dónde estaba el lugar santísimo del templo que construyó Moisés y el templo que construyó Salomón? Estaba en el oeste. ¿Y ahora dónde está Cristo en el Día Postrero? Él comenzó Su labor de la construcción de Su Templo espiritual, lo comenzó en el este, y lo terminaría en el oeste. El Lugar Santísimo corresponde al oeste, y en el Templo espiritual de Cristo corresponde a la América Latina y el Caribe, la parte más importante de la Iglesia del Señor Jesucristo.

Estamos viviendo en el tiempo más grande y glorioso de todos los tiempos, estamos viviendo en el tiempo en donde grandes eventos proféticos correspondientes al Día Postrero, al tiempo final, se están cumpliendo en la Iglesia del Señor Jesucristo; y por eso tenemos que tener nuestros ojos bien abiertos, para poder comprender estos misterios.

Miren qué promesa tan grande fue dicha aquí; pero vamos a ver la forma sencilla en que esta promesa sería cumplida. Página 33 del libro de Citas, verso 282, dice el reverendo William Branham:

282 – “Y parado allí estaba un ángel: El poderoso Gabriel. Él es un mensajero a los judíos. Recuerden, Gabriel anunció la Primera Venida de Cristo, el Ángel Gabriel anunciará la Segunda Venida de Cristo”.

Y la Segunda Venida de Cristo es el Séptimo Sello, y el Séptimo Sello es revelado por medio de los Siete Truenos de Apocalipsis, capítulo 10; y el que abre los Siete Truenos es el Ángel Fuerte que desciende del Cielo en Apocalipsis, capítulo 10.

O sea que es el Ángel Fuerte que desciende del Cielo, Cristo, el Mensajero a Israel, el Ángel del Pacto, el que anuncia, revela, el Séptimo Sello, revela la Segunda Venida de Cristo; y para hacerlo tiene que manifestarse a través de carne humana y darnos esa revelación. Y por cuanto Él viene con Sus Ángeles…: Él viene con Sus Ángeles, que en cuanto a ministerio son los ministerios de Moisés y Elías, y en cuanto a Sus Ángeles literales son Gabriel y Miguel.

Recuerden que nos dice también el capítulo 12 de Daniel y el capítulo 12 de Apocalipsis que en aquel día se levantará Miguel, en ese tiempo.

Y ahora, vean ustedes cómo todo esto, para la materialización o actualización, en el Día Postrero se lleva a cabo ¿dónde? En el Templo de Dios, en la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y la materialización u actualización en la Tierra en medio de la Iglesia de Jesucristo es bajo la manifestación de Cristo, el Ángel del Pacto, en el Día Postrero, a través de Su Ángel Mensajero operando los ministerios de Jesús, Moisés y Elías; y por consiguiente, ese misterio, que es el misterio de la Venida del Ángel del Pacto con Sus Ángeles, el ministerio del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, Jesucristo, el Espíritu Santo, viniendo en el Día Postrero manifestado y operando estos ministerios…, porque Él es el único que tiene ministerios. Él no solamente tiene el ministerio de Jesús, de Moisés y Elías, sino todos los otros ministerios; porque en el Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, están todos los ministerios.

Y ahora, esa manifestación del Ángel del Pacto, por cuanto estará obrando como obró a través de Elías, pues es profetizado que Elías vendrá en su quinta manifestación. Y por cuanto estará obrando como obró por medio del profeta Moisés, está prometido que Moisés estará de nuevo en la Tierra; eso es el ministerio de Moisés operando de nuevo. Y por cuanto estará obrando como obró a través de Jesús, entonces está prometido que de nuevo estará el ministerio de Jesús en la Tierra.

Y esos tres grandes ministerios que han estado en medio del pueblo de Dios, del Israel terrenal y del Israel celestial también, encontramos que para este Día Postrero el Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, por medio de la manifestación de estos ministerios estará dándonos a conocer todas las cosas que nosotros necesitamos conocer.

Es la Voz de Cristo, el Ángel del Pacto, hablándonos con la Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final o Siete Truenos de Apocalipsis, capítulo 10, y dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder en este tiempo final. Y todo eso Él lo realiza, lo da a conocer ¿dónde? En Su Templo espiritual, que es Su Iglesia.

Y ahora, vean ustedes cómo es que Gabriel anuncia la Segunda Venida de Cristo. ¿Vieron lo sencillo que es todo?

Y ahora, vean cómo es que también Moisés y Elías estarían en medio de la Iglesia de Jesucristo, y estarían con Gran Voz de Trompeta llamando y juntando a los escogidos; y vean cómo es que también Cristo con Gran Voz de Trompeta, con esa Trompeta de Dios, estaría en medio de Su Iglesia hablándonos; para así ser llamados y juntados todos los escogidos de Dios por la Voz de Jesucristo el Buen Pastor, ser llamados y juntados en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular, como fueron llamados y juntados en edades pasadas, en cada tiempo, por medio del mensajero de cada edad.

Dondequiera que ha estado Jesucristo en cada edad, ha estado velado en carne humana en el mensajero de cada edad, en la porción correspondiente a cada edad. Y así es para este tiempo final: Él estará velado en carne humana en Su Ángel Mensajero en el Día Postrero, y revelado por medio de Su Ángel Mensajero, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.

Y por cuanto corresponde, la manifestación de Cristo en este tiempo final, a la etapa de la Edad de la Piedra Angular —etapa donde Cristo, el cual es el Sumo Sacerdote del Templo que está en el Cielo—, vean, nadie más puede entrar al lugar santísimo, sino el sumo sacerdote allí en el tabernáculo de Moisés o tabernáculo que construyó Moisés y el templo que construyó Salomón.

Ahora, vean que para ministrar en el lugar santísimo solamente hay una sola persona. En el lugar santo ministra también el sumo sacerdote, pero podían ministrar otros sacerdotes; pero en el lugar santísimo solamente uno: el sumo sacerdote, y Moisés también cuando él estaba en la Tierra.

Moisés ministró en el lugar santísimo del tabernáculo que él construyó; y él en el Día Postrero, en el Tabernáculo o Templo de Jesucristo, ministra también en el Lugar Santísimo; y ahí también ministrará Elías en su quinta manifestación y el ministerio de Jesús en el Día Postrero.

¿Y cómo pueden entrar Moisés y Elías al Lugar Santísimo? Porque entra Cristo, el Ángel del Pacto, que es el único que puede entrar al Lugar Santísimo para ministrar; pero por cuanto vienen con Él los ministerios de Moisés y Elías, entonces estarán ahí también: uno a cada lado. Y desde ahí es que viene la revelación de Cristo para el Día Postrero por medio de Su Ángel Mensajero.

La revelación de Jesucristo para el Día Postrero, hemos visto cómo viene: así como vino la revelación de Jesucristo en cada edad por medio del mensajero de cada edad.

Ahora estamos viviendo en el tiempo más grande y glorioso de todos los tiempos: el tiempo en donde en la trayectoria del Templo de Dios nos ha tocado la parte más importante y más gloriosa del Templo de Dios: la parte del Lugar Santísimo siendo materializada en seres humanos latinoamericanos y caribeños.

“LA TRAYECTORIA DEL TEMPLO DE DIOS”.

Podemos ver y podemos decir como dice el salmista: “Las cuerdas nos han caído en lugares deleitosos, y grande es la heredad que nos ha tocado”8. Nos ha tocado la parte del Lugar Santísimo del Templo de Dios. Esa es la edad nuestra en el Templo de Dios, la cual se reflejará en cuanto a la posición que tendremos en el glorioso Reino Milenial y también en la eternidad, y en la posición que tendremos en la Nueva Jerusalén.

Esta es la parte que todos los que conocieron algo de este misterio (aunque fuera en forma profética) desearon tener. San Juan y su hermano Santiago desearon esa parte, pero no les fue concedida; pero a nosotros nos ha tocado la mejor parte.

Ahora, ¿dónde está sentado Dios en el Cielo? En Su Trono. Y ahora, Cristo dice… Ahora, ¿dónde en la Iglesia de Jesucristo, en qué parte de la Iglesia de Jesucristo, en qué etapa, en qué edad, es colocado el Trono de Jesucristo? En la etapa o Edad del Lugar Santísimo. Así como el Lugar Santísimo del Templo de Dios, allí es donde está el Trono de Dios y donde Dios está habitando.

Y es en el Lugar Santísimo o Edad de la Piedra Angular donde Cristo estará sentado en Su Trono, donde se materializará el Trono del Templo que está en el Cielo, se materializará en el Templo de Jesucristo, que es Su Iglesia. Y Cristo estará ahí (en ese lugar que estará materializado) en carne humana, Cristo estará manifestado en carne humana en Su Ángel Mensajero.

Y así como Cristo era el Trono de Dios humano donde Dios estuvo manifestado en toda Su plenitud, Cristo en Su Ángel Mensajero estará manifestado en el Día Postrero; e irá en una forma progresiva obrando, hasta que llegue a su final la Obra que Él le ha encomendado; y luego lo adoptará. Y Cristo se manifestará, luego que lo adopte, se manifestará en toda Su plenitud a través de Su Ángel.

Y por consiguiente, estará manifestado en la Edad de la Piedra Angular en toda Su plenitud, luego de la adopción del Ángel de Jesucristo; en donde también vendrá la adopción de todos los escogidos de Dios, de todos los que vivimos, los cuales seremos transformados y así adoptados; y Dios habitará en toda Su plenitud en cada uno de ustedes y en mí también. Y los muertos en Cristo serán adoptados, porque serán resucitados en cuerpos eternos, y Dios estará manifestado en ellos también. Y todos seremos iguales a nuestro amado Señor Jesucristo.

Y ahora, Cristo dice, miren, algo muy importante; vamos a ver. ¿Quién se sentó en el Trono de Dios en el Cielo? Cristo sabía que Él se sentaría en el Trono de Dios en el Cielo; y eso es sentarse a la diestra de Dios en el Cielo. Y el que se sentó a la diestra de Dios en el Cielo, o sea, el que se sentó en el Trono de Dios en el Cielo, fue la persona que fue el Trono de Dios aquí en la Tierra, o sea, Jesús.

Jesús hablando en San Mateo, capítulo 26, verso 63 al 64 en adelante, dice:

“Mas Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios.

Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo”.

¿Quién sería el que se sentaría a la diestra de Dios? El que aquí en la Tierra era el Trono de Dios; donde Dios estaba habitando, estaba entronado en toda Su plenitud. Y ahora, Cristo en Apocalipsis, capítulo 3, verso 21, dice:

“Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”.

Esa es una bendición grande que San Juan y Santiago quisieron para ellos, pero que le será dada al Vencedor, el cual para el Día Postrero será el Trono de Jesucristo, donde Él estará manifestado en medio de Su Iglesia en el Día Postrero, para bendición de la Iglesia gentil y para bendición del pueblo hebreo.

Así que podemos ver lo que eso significa para la Iglesia del Señor Jesucristo y también para el pueblo hebreo. Y eso es el Séptimo Sello para la Iglesia gentil, y eso es la Séptima Trompeta para el pueblo hebreo; eso es la Venida del Señor manifestado en el Día Postrero en medio de Su Iglesia.

Pero Su Ángel Mensajero no es el Señor Jesucristo; él solamente es un miembro de la Iglesia de Jesucristo redimido por la Sangre de Jesucristo; pero en él estará manifestado Jesucristo en Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, operando los ministerios de Moisés, de Jesús y de Elías, para cumplir Su Programa en el Templo de Dios, en ese Templo de Dios, que es la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y ahí tendremos —en la Iglesia de Jesucristo— todas las cosas que están en el Templo de Dios que está en el Cielo, las cuales fueron reflejadas en el tabernáculo de Moisés y templo de Salomón, y que en el Día Postrero estarían materializadas o siendo materializadas, como también en las edades pasadas, siendo materializadas en el Templo espiritual de Jesucristo.

Ha sido para mí una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de “LA TRAYECTORIA DEL TEMPLO DE DIOS”.

En la tarde, a las 3:00 de la tarde, estaremos nuevamente para el tema: “UNA CONCEPCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO”; o sea, la concepción de Jesús en el vientre de María. Y ahí vamos a ver un poquito con más detalles, algunas otras cosas con relación al nacimiento de Jesús, y cómo se cumplieron las profecías correspondientes a la Primera Venida de Cristo, y cómo también allí están reflejadas las cosas que estarán sucediendo en la Segunda Venida de Cristo.

Oren mucho por mí para que Él me dé todo lo que yo debo darles a ustedes en esta tarde. Ahí estaremos viendo muchas cosas, si Dios nos permite, viendo muchas cosas y cómo se reflejaron en tiempos pasados.

Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también; y pronto se complete el número de los escogidos de Dios, y pronto todos seamos transformados y los muertos en Cristo sean resucitados en cuerpos eternos, y seamos llevados a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Vamos a ver en la tarde lo que Dios nos dará; y si nos abre la Escritura sobre las cosas de nuestro tiempo, si nos abre muchas Escrituras, vamos a ver cómo nosotros estamos viviendo en un tiempo paralelo a la Primera Venida de Cristo; porque la Venida del Señor tiene dos partes: la Primera y Segunda; primero como Cordero y después como León.

Bueno, que Dios les bendiga y les guarde a todos. Y a los que ya han llegado de otros países: son bienvenidos. Que Dios les bendiga a todos.

“LA TRAYECTORIA DEL TEMPLO DE DIOS”.

[Revisión octubre 2021]

1 Éxodo 13:21-22

2 Colosenses 1:17

3 1 Corintios 15:22

4 San Juan 3:1-7

5 San Mateo 1:23

6 Romanos 6:23

7 Mt. 17:1-6, Mr. 9:2-8, Lc. 9:28-36

8 Salmos 16:6

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