Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes, y los que están a través del satélite Amazonas o de internet en diferentes naciones. Es para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.
Para lo cual leemos un pasaje bíblico en donde Jesús nos habla, en el capítulo 17 de San Lucas, verso 26 al 30, y dice Cristo:
“Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre.
Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos.
Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban;
mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos.
Así será el día en que el Hijo del Hombre se (manifestará)”.
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
“LA VISITA DE LOS ÁNGELES A LA SIMIENTE DE ABRAHAM”.
Cristo en este pasaje nos habla que como fue en los días de Noé y también como fue en los días de Lot, así será el día en que el Hijo del Hombre se manifestará, se revelará, se dará a conocer.
Allá en aquel tiempo de Abraham, antes de la destrucción de Sodoma y Gomorra, el día antes Dios visitó, con Sus Ángeles o Arcángeles Gabriel y Miguel, a Abraham, y comieron con Abraham, hablaron con Abraham; y le revelaron a Abraham que la promesa del niño o hijo prometido les sería cumplida por ese tiempo en el próximo año; para el cual ya tendrían (para el próximo año), por ese tiempo, el niño que Dios le había prometido. Y Abraham tenía 99 años y Sara tenía 89 años, y Dios hablándole a unos ancianitos de que van a tener un niño[1].
¿Qué pensaría usted que una persona le diga a unos ancianitos de 99 años y de 89 años la esposa, que van a tener un niño? Cualquiera pensaría que estaban burlándose de esos ancianitos; pero ahora, vean, es Dios el que viene en la forma de hombre con Sus Arcángeles, hablándole acerca de eso que Dios le había prometido cuando Abraham tenía unos 75 años, por allá por el capítulo 12 del Génesis.
Y ahora, Dios, después de 25 años va a cumplir esa promesa a Abraham. Dios es el que hace la promesa y el que decide el tiempo en que va a cumplir Su promesa.
Ahora, todo aquello es tipo y figura del tiempo final, en donde Dios va a visitar la descendencia de Abraham, y esto será cumplido en la forma en que ya está prometido en la Escritura. Vean aquí, por ejemplo, San Marcos, capítulo 8, versos 36 en adelante dice… capítulo 8, verso 36 al 38, dice:
“Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?
¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?
Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles”.
Aquí tenemos la promesa de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, para pagar a cada uno conforme sean sus obras: a los creyentes en Cristo con la bendición de la resurrección de los muertos en Cristo, y transformación para los vivos creyentes en Cristo, y arrebatamiento para ir a la Cena de las Bodas del Cordero; y para los no creyentes, o los que no estarán recibiendo la revelación de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles: la gran tribulación, donde los juicios divinos van a ser manifestados; eso será para el resto de la humanidad.
Ahora viene con Sus Ángeles. Y aquí, los Ángeles con los cuales Él viene, lo da también a conocer en San Mateo, capítulo 16, también; dice, versos 26 en adelante, dice:
“Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?
Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras”.
En el Monte de la Transfiguración Cristo aparece transfigurado delante de Pedro, Jacobo y Juan; y al lado de Cristo, uno a la derecha y otro a la izquierda, aparecen Moisés y Elías; allí está el orden de la Venida del Señor. Por lo tanto, será en esa forma en que el Hijo del Hombre se revelará, se manifestará en el Día Postrero; ahí estarán los Dos Olivos, que son Moisés y Elías. Vamos a verlo más claramente en San Mateo, capítulo 24, versos 30 al 31, donde dice:
“Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces (se) lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.
Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro”.
Los escogidos aquí son 144.000 hebreos, 12.000 de cada tribu, los cuales aparecen en el capítulo 7 del Apocalipsis, llamados, juntados y sellados con el Sello del Dios vivo, por el Ángel que viene con el Sello del Dios vivo.
El Sello del Dios vivo es el Espíritu Santo, y el Ángel que viene con el Espíritu Santo es el Ángel del Señor del Día Postrero, el Ángel del Señor Jesucristo, que vendrá para llamar y juntar 144.000 hebreos.
Y ahora, viene con el Sello del Dios vivo en Él, viene con el Espíritu Santo en Él, o sea, viene con el Ángel del Pacto, el Ángel en el cual está el Nombre de Dios, el Ángel del Pacto de Éxodo, capítulo 23, versos 20 al 23.
Y ahora, estos son, estos Ángeles son los ministerios de Moisés y Elías señalados para ser manifestados en el Día Postrero. Por eso estarán en medio de la Tierra esos ministerios, en medio de la Iglesia del Señor primeramente, visitando Dios, por medio de Cristo y los ministerios de Moisés y Elías, visitando a la simiente de Abraham, creyentes en Cristo, porque todos los creyentes en Cristo son hijos e hijas de Abraham.
Y ahora, la Piedra no cortada de manos sale del Monte de Dios, que es la Iglesia del Señor Jesucristo; viene el Hijo del Hombre con Sus Ángeles; o sea que el Espíritu Santo en él estará operando los ministerios de Moisés, de Elías y de Jesús; esos son los tres ministerios prometidos para ser manifestados en el tiempo final.
Con esa visita es que se señalará el fin para el reino de los gentiles; que está representado, el reino de los gentiles, en Sodoma y Gomorra; y el reino de los gentiles, en el lapso de tiempo de tres años y medio de la gran tribulación, recibirá los juicios divinos; y el reino de los gentiles terminará y dará lugar para el Reino de Dios, que será el Reino del Mesías que va a ser establecido en la Tierra: Su Trono va a estar en Jerusalén, Jerusalén será la capital de ese Reino y, por consiguiente, la capital del mundo, y el territorio de Israel será el Distrito Federal.
Y muchas naciones de entre los gentiles van a entrar a ese Reino, porque el mismo Cristo dijo en San Mateo, capítulo 25, versos 31 al 46: “Cuando el Hijo del Hombre…”, esto es para cuando el Hijo del Hombre se siente en el Trono de Su gloria, y el Trono de Su gloria es el Trono de David. Vean, dice, capítulo 25, versos 31 en adelante de San Mateo:
“Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria”.
Ahora, también van a venir multitudes de ángeles. Recuerden que Cristo en San Juan, capítulo 18, Él dijo: “Mi Reino no es de este mundo”, Él también dice: “Si fuera de este mundo…”. Vamos a ver cómo lo dice, porque es muy importante aquí este pasaje de San Juan [18:36]:
“Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí”.
El Reino de Cristo no pertenece al reino de los gentiles. Por lo tanto, durante el tiempo del reino de los gentiles, el Reino de Cristo literalmente no estará establecido en la Tierra como parte del reino, como parte de los reinos de las naciones o como un reino más de las naciones.
También Él dice en otro lugar que Dios enviaría doce legiones de ángeles para que pelearan en Su favor[2], pero no era el tiempo todavía; pero ahora para Su Venida en el tiempo final, viene con multitud de ángeles.
Daniel también lo vio, en el capítulo 7, viniendo con ángeles. Para ese tiempo el Reino de Dios, para ser establecido en la Tierra, le será entregado. En San Lucas, capítulo 19, nos habla diciendo, verso 12:
“Dijo, pues: Un hombre noble se fue a un país lejano, para recibir un reino y volver (y luego comienza a explicar ahí la parábola de las diez minas)”.
Y ahora, hemos estado viviendo, desde que Cristo subió al Cielo hasta este tiempo final, con el cumplimiento de esta parábola de las diez minas, como también la de los talentos, para trabajar en la Obra del Señor, para que cada uno reciba luego el galardón de parte de Cristo conforme a lo que haya trabajado; porque aunque aparentemente estamos trabajando para Cristo, al final, después aparecerá que todo lo que hemos trabajado será para nosotros.
Ahora, Él se fue al Cielo para recibir un Reino y volver, porque Él es el heredero al Reino de David y Trono de David.
Y ahora, cuando el Hijo del Hombre venga en Su Gloria y todos los santos ángeles con Él, esas huestes celestiales, eso es para establecer el Reino de Dios en la Tierra. Por eso en San Mateo, capítulo 6, verso 10, Él dice que orando pidamos la Venida del Reino de Dios, para que se haga la voluntad de Dios, como en el Cielo también en la Tierra.
Ahora vean lo que va a suceder, dice:
[San Mateo 25:31] “Entonces se sentará en su trono de gloria (ese es el Trono de David),
y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos.
Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.
Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo”.
Y comienza a explicar el porqué. Esto es para aquellos que le han ayudado, le han hecho bien a los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo, que son Sus hermanos más pequeños.
Y luego a los de la izquierda, representados en cabritos, les dice… a los de la izquierda les dice:
“Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo (esto es a los de la derecha) que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.
Entonces dirá también a…”.
Eso es verso 40. Y el 41, verso 41 dice:
“Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles”.
O sea que unas naciones van a entrar al Reino de Cristo y otras naciones no van a entrar al Reino de Cristo, sino que van a ser quemadas; y eso será para el tiempo final, para la entrada al Reino del Mesías.
El Hijo del Hombre, el Mesías, vendrá con Sus huestes celestiales, y por consiguiente vendrá también con Su Iglesia ya glorificada; estará viniendo de la Cena de las Bodas del Cordero; y por consiguiente viene ya para comenzar Su Reino Milenial.
Y ahora, antes de ese tiempo y antes de la gran tribulación, el Señor en Espíritu Santo, que ha estado en medio de Su Iglesia desde el Día de Pentecostés…, pues Él dijo en San Mateo, capítulo 28, versos 16 al 20: “Yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.
Él ha estado en Espíritu Santo todo el tiempo en medio de Su Iglesia de edad en edad, y ha estado usando velos de carne de edad en edad, ha estado usando Sus mensajeros que Él ha enviado de edad en edad; y por medio de ellos ha estado hablando. Y así ha sido que el Espíritu Santo ha estado hablando, y han sido bienaventurados todos los que han escuchado la Voz del Espíritu Santo.
“El que tiene oídos para oír, oiga lo que el Espíritu Santo dice”[3]. Estaba hablándolo, todo eso, el Espíritu Santo, a través de Sus diferentes mensajeros.
Ahora, para este tiempo final, así como ha estado en cada mensajero: estará en el mensajero del Día Postrero, correspondiente a la Edad de la Piedra Angular, para Su manifestación final, y para darle a Su Iglesia la fe de rapto, o sea, fe para ser transformada y llevada con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Para este tiempo final, en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo, en medio de la Iglesia-Novia, tenemos la promesa de que habrá una Carpa Catedral; y ahí estará la Columna de Fuego, ahí estará el Señor, ahí estará el Ángel que acompañaba al reverendo William Branham, y ahí, por consiguiente, estará la manifestación plena de Cristo, prometida esa manifestación para el Día Postrero.
Por lo tanto, la Iglesia-Novia del Señor Jesucristo tiene una promesa muy grande para este tiempo final; y todo eso corresponde a la visita del Señor con Sus Ángeles a la simiente de Abraham, a los creyentes en Cristo, a la Iglesia-Novia del Señor Jesucristo.
Y encontramos que en el tiempo de Abraham, luego de esa visita, los dos Ángeles que acompañaban al Señor se fueron a Sodoma; y allá, estando en la plaza, Lot los encontró y los llevó a su casa. Aunque ellos no querían, él logró que fueran a su casa[4].
Así que esos Ángeles almorzaron con Abraham y fueron a cenar con Lot; pero dice que Jehová quedó con Abraham y estuvo revelándole a Abraham la causa de Su visita con relación a los gentiles, con relación a Sodoma y Gomorra[5]. Y Sodoma y Gomorra representa el Reino de los gentiles; para lo cual, en el tiempo final la visita de Dios estará revelándole a Su Iglesia-Novia las cosas que van a suceder al reino de los gentiles.
Esa visita de Dios a Abraham, siendo con Sus Ángeles allá, para el tiempo final será con Sus Ángeles, que son los ministerios de Moisés, de Elías y de Jesús siendo manifestados nuevamente por el Espíritu Santo en medio de Su Iglesia; y por consiguiente, la Iglesia del Señor Jesucristo estará recibiendo la visita más grande de toda la historia de la Iglesia, que nació el Día de Pentecostés; y que estará recibiendo la fe, la revelación, para ser transformada y llevada con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
También California…, Los Ángeles (California), y Hollywood [Florida], siendo que fueron tipificados allá en Sodoma y Gomorra: también Los Ángeles (California), y Hollywood, van a tener un juicio divino que ya fue hablado y tiene que ser cumplido: un terremoto, en donde Los Ángeles (California) van a desaparecer. Y eso ya fue hablado[6], y eso no tiene cómo ser cancelado.
Como en el tiempo de la visita de Dios con Sus Ángeles a Abraham, y luego los Ángeles yendo a Sodoma y Gomorra, ya no había forma de ser cancelado el juicio divino. Por eso a Lot le fue dicho que saliera de Sodoma, de allá de Sodoma y Gomorra, junto con su familia, y que no se detuviera y no mirara hacia atrás. Ya el juicio divino estaba señalado, y los Ángeles le dijeron a Lot para qué ellos habían ido a Sodoma y Gomorra. Ellos dijeron: “Dios nos ha enviado para destruir esta ciudad”.
Y siendo que Los Ángeles, California, también tiene esa sentencia, tenemos que estar atentos, conscientes de esa verdad profética que ya fue hablada y que ha estado siendo confirmada. No hay retroceso a esa profecía que fue hablada.
Ahora, la visita de Dios con Sus Ángeles a Abraham fue para bendición, para anunciarle que ya para el próximo año iban a tener el hijo prometido, a Isaac; e Isaac representa a Cristo, representa la Venida del Señor, el Hijo prometido. Y por consiguiente tenían que ser transformados Abraham y Sara, porque ellos ya estaban ancianitos, Abraham de 99 años y Sara de 89 años. Pero con la visita de Dios y Sus Ángeles a Abraham y Sara, luego estuvieron transformados.
Y cuando se van a tierra de Abimelec, el rey de Gerar, ahora el rey se enamora de Sara[7]. ¿Y quién se va a enamorar de una ancianita de 89 años? Es que estaban rejuvenecidos. Y eso tipifica la transformación de los vivos en Cristo, y la resurrección de los muertos creyentes en Cristo que van a resucitar en cuerpos jóvenes, eternos y glorificados; y los que estemos vivos en ese momento vamos a ser transformados.
Así que podemos ver que hay una bendición muy grande para los creyentes en Cristo de este tiempo final, y sobre todo para los que estarán recibiendo la Palabra de Dios correspondiente a este tiempo final, la Palabra revelada de Dios, que va a traernos la revelación divina de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles; y entonces vamos a ver y entender lo que es la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, y vamos a estar en pie delante del Hijo del Hombre, como dice San Lucas, capítulo 17, versos 34 al 36.
Seremos tenidos por dignos de evitar todas estas cosas que han de venir (o sea, los juicios de la gran tribulación), y estar en pie delante del Hijo del Hombre; delante del Hijo del Hombre, que estará siendo revelado, estará revelándose con Sus Ángeles. O sea que estaremos viendo el ministerio de Moisés y Elías y el ministerio de Jesús; y por cuanto es el Espíritu Santo el que operó esos ministerios allá, los estará operando en este tiempo final también.
Por eso la Séptima Trompeta, que son Moisés y Elías, y el Séptimo Sello, que es la Venida del Señor, son la misma cosa. La Séptima Trompeta y el Séptimo Sello son la Venida del Señor, y Él viene con Sus Ángeles.
Por lo tanto, estemos atentos, ya que este territorio tiene una sentencia, como la tuvo Sodoma y Gomorra.
Con y para la resurrección de los muertos en Cristo, va a ocurrir un terremoto muy grande; y si todavía no se ha cumplido la promesa o la profecía del juicio divino sobre Los Ángeles, California, en ese terremoto puede desaparecer; si no desaparece antes, puede ser ahí.
Recuerden que cuando Cristo resucitó, con Él resucitaron los muertos del Antiguo Testamento creyentes en Dios, salieron de los sepulcros después de la resurrección de Cristo[8]; porque Cristo fue el primero, las primicias.
Así que la humanidad va a estar en confusión cuando los muertos en Cristo resuciten, porque surgirán otros problemas, y ni se van a dar cuenta de la resurrección de los muertos en Cristo y de la transformación de los vivos en Cristo. Pero vamos a estar de 30 a 40 días aquí, vamos a decir, estrenando el nuevo cuerpo; como Cristo: después de resucitado estuvo con Sus discípulos 40 días, apareciendo no todos los días, sino… no menos de 8 veces apareciendo a Sus discípulos[9].
Y luego subió al Cielo, para estar como Sumo Sacerdote en el Cielo, haciendo intercesión con Su Sangre por cada persona que tiene su nombre escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, que vendrían a formar la Iglesia del Señor Jesucristo.
Es muy importante la visita de los Ángeles a la simiente de Abraham, porque los Ángeles vienen con el Hijo del Hombre. Los Ángeles Gabriel y Miguel tipifican o representan a los Dos Olivos en el Cielo, que en la Tierra serán los ministerios de Moisés y Elías repitiéndose.
Así que la visita de los Ángeles a la simiente de Abraham, vean ustedes, es muy sencilla: los creyentes en Cristo son simiente de Abraham, hijos de Abraham, porque son de la fe en Cristo; y por consiguiente han nacido por medio de Cristo en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia, el cual ha producido el nuevo nacimiento en medio de Su Iglesia de todas esas personas. Y por lo tanto, esa es la casa de David, el tabernáculo de David que fue – que estaba arruinado y ha sido restaurado; y por eso es que los creyentes en Cristo son reyes, pertenecen a esa línea del rey David, de la cual Cristo es el heredero al Trono de David.
Por eso es que Cristo y Su Iglesia van a venir a la Tierra cuando ya termine la Cena de las Bodas del Cordero, para el establecimiento del Reino de Dios en la Tierra, que será la restauración del Reino de David.
Así que podemos ver que todo es sencillo y que todo tiene que ser de acuerdo a las promesas proféticas del Antiguo y del Nuevo Testamento, porque ambos hablan de lo mismo.
Y ahora, la visita de los Ángeles que vienen con el Hijo del Hombre, a la simiente de Abraham, vean lo sencillo que es y que será para comprenderlo todos los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo del Día Postrero, en la etapa de oro de la Iglesia, que es la etapa de la Edad de la Piedra Angular.
Por eso es tan importante que sean llamados y juntados todos los escogidos de la Iglesia que faltan por entrar a formar parte de la Iglesia del Señor Jesucristo; y también luego los hebreos, 12.000 de cada tribu, que serán llamados y juntados por el Ángel que viene con el Sello del Dios vivo; lo cual será el cumplimiento del ministerio de Moisés y Elías llamando y juntando, con el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta, a todos los escogidos; y el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta es el Mensaje del Evangelio del Reino para la Dispensación del Reino.
Todo es muy sencillo y todo tiene que ser de acuerdo a lo que ya está prometido, lo que ya está profetizado.
Así que este es el tiempo para la visita de los Ángeles a la simiente de Abraham, a los creyentes en Cristo primeramente y después al pueblo hebreo, de entre los cuales tendrá 12.000 de cada tribu, que son 144.000 hebreos escogidos, los cuales van a morir durante la gran tribulación, pero van a ser resucitados al final de la gran tribulación para entrar al Reino del Mesías y ser los servidores de Cristo y Su Iglesia en ese Reino.
Los eunucos siempre estaban en el reino del rey y servían a la reina; así será con esos 144.000 hebreos, 12.000 de cada tribu.
Ahora estamos en el tiempo correcto para Dios cumplir esa promesa de la visita, de Su visita con Sus Ángeles a la simiente de Abraham; primero a la Iglesia, que es simiente de Abraham, y después a los hebreos, de entre los cuales llamará y juntará 144.000 hebreos, 12.000 de cada tribu.
Estamos en la etapa final de la Iglesia del Señor Jesucristo, y de un momento a otro se completará la Iglesia; eso es cuando sea llamado y juntado hasta el último escogido, hasta el último escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.
Cuando el último escogido entre al Cuerpo Místico de Cristo, Cristo terminará Su Obra de Intercesión en el Cielo; y entonces saldrá del Trono del Padre, del Trono de Intercesión, y vendrá a ser, se convertirá en el León de la tribu de Judá, Rey de reyes y Señor de señores, para llevar a cabo Su Obra de Reclamo, o sea, reclamar todo lo que Él ha redimido con Su Sangre, reclamar a los muertos en Cristo resucitándolos en cuerpos glorificados, y a los vivos transformándolos, y también reclamar Su Reino.
Este es un tiempo muy importante para los creyentes en Cristo, este es un tiempo muy importante para los judíos, este es un tiempo muy importante para toda la familia humana.
Es un tiempo profético, en el cual grandes promesas ya se están cumpliendo y otras están en proceso de cumplimiento. Este es el tiempo para la visita del Hijo del Hombre con Sus Ángeles a la simiente de Abraham, o sea, a la Iglesia del Señor Jesucristo, que es simiente de Abraham, y luego al pueblo hebreo, que es simiente de Abraham físicamente.
Que Dios les bendiga y les guarde, y fue un privilegio estar con ustedes en esta ocasión.
Y tranquilos; pues si ocurre el terremoto que está anunciado, no se preocupen que los muertos en Cristo van a resucitar; por lo tanto, si alguno de nosotros muere, resucitaremos; si estamos vivos cuando los muertos en Cristo resuciten, seremos transformados. Así que no tenemos ningún problema al ser creyentes en Cristo de este tiempo final.
Que Dios les bendiga y les guarde, y nos continuaremos viendo por toda la eternidad. Pasen todos muy buenas noches.
“LA VISITA DE LOS ÁNGELES A LA SIMIENTE DE ABRAHAM”.
[Revisión septiembre 2024]
[1] Génesis 18:1-15
[2] San Mateo 26:53
[3] Apocalipsis 2:7, 2:11, 2:17, 2:29, 3:6, 3:13, 3:22
[4] Génesis 19:1-29
[5] Génesis 18:16-33
[6] Citas, pág. 148, párr. 1322, pág. 169, párr. 1510, pág. 13-A, párr. 135
[7] Génesis 20:1-7
[8] San Mateo 27:51-53
[9] Hechos 1:1-3