Muy buenos días, amados hermanos y amigos presentes, y los que están en diferentes países, ministros y sus congregaciones; y también los que están en Quito, Ecuador, allá; un saludo muy especial para el misionero, doctor Miguel Bermúdez Marín, y el ministro allá, doctor Francisco Martínez, y la congregación allá, “Corporación La Voz de la Piedra Angular”; y todos los ministros allí reunidos y sus congregaciones también, allá en Quito, Ecuador.
Que Dios les bendiga y les guarde, y que Dios hoy nos abra las Escrituras y el entendimiento para comprender.
También extiendo mis condolencias a la familia de Miguel Azocar, ministro allá en Venezuela, el cual partió en estos días; y también reitero mis condolencias a la familia del ministro Rigoberto Gómez allá en Ciudad del Carmen, por su partida en estos días.
Que Dios consuele vuestros corazones por la partida de los seres queridos que han ido a morar con el Señor en estos días, en este nuevo año 2017. Ellos regresarán como testigos de la resurrección en cuerpos jóvenes, de 18 a 21 años, en cuerpos glorificados, en cuerpos inmortales; y entonces podrán comer con nosotros si los invitamos, como Jesús cuando resucitó comió con Sus discípulos[1].
Estamos esperándolos para darles la bienvenida entre nosotros. Cuando los veamos seremos transformados, e iremos luego de algunos 30 o 40 días (luego de la resurrección), luego iremos con el Señor en el arrebatamiento de Su Iglesia a la Casa de nuestro Padre celestial, donde hay una reunión preparada para la investidura para el Señor y Su Iglesia. Así que algo grande está preparado en el Cielo esperando por nosotros.
Y van a venir para estar con nosotros en el tiempo en que esté cumpliéndose la Visión de la Carpa, donde se estará cumpliendo la Tercera Etapa, en donde Dios estará revelando el misterio del Séptimo Sello, que es el misterio más grande de todos los misterios de la Biblia; porque el misterio del Séptimo Sello es el misterio de la Venida del Señor a Su Iglesia.
Leemos en San Mateo, capítulo 17 y capítulo 16 también. Versos 27 al 28 del capítulo 16 de San Mateo; y del capítulo 17, del 1 al 8; y capítulo 24, verso 30 al 31. Dice así la Palabra del Señor en el capítulo 16, versos 27 al 28:
“Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.
De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino”.
Continuamos en el capítulo 17, con el verso 1, continuamos:
“Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto;
y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz.
Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él.
Entonces Pedro dijo a Jesús: Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías.
Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd.
Al oír esto los discípulos, se postraron sobre sus rostros, y tuvieron gran temor.
Entonces Jesús se acercó y los tocó, y dijo: Levantaos, y no temáis.
Y alzando ellos los ojos, a nadie vieron sino a Jesús solo”.
Y San Mateo 24, versos 30 al 31, dice:
“Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.
Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro”.
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
“LOS ÁNGELES TRAYENDO LA REVELACIÓN DE LOS SIETE SELLOS”.
Ese es el tema de escuela bíblica en el estudio bíblico de hoy domingo, 26 de febrero de 2017, aquí y desde aquí, desde Cayey, Puerto Rico.
“LOS ÁNGELES TRAYENDO LA REVELACIÓN DE LOS SIETE SELLOS”.
Eso fue mostrado en las palabras de Cristo, donde dijo que enviará Sus Ángeles con Gran Voz de Trompeta y juntaría a Sus escogidos desde un extremo del Cielo hasta el otro. Fue también de lo que habló en el capítulo 16 sobre la Venida del Hijo del Hombre en gloria, viniendo en Su Reino.
El misterio más grande de todos los misterios de la Biblia es la Venida del Señor para este tiempo final; o sea, lo que en el cristianismo se conoce bajo el tema: la Segunda Venida de Cristo.
Él vino dos mil años atrás como Cordero para llevar a cabo la Obra de Redención en la Cruz del Calvario y pagar el precio de la redención con Su vida, derramando Su Sangre en la Cruz del Calvario, con la cual es limpio de todo pecado toda persona que se acerca a Cristo y le pide perdón, y lo recibe como único y suficiente Salvador.
Porque Cristo en el Cielo está como Sumo Sacerdote, a la diestra de Dios, intercediendo por todos aquellos que están escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero. Esos son los que formarían la Iglesia del Señor Jesucristo, esos son los que nacerían de nuevo, los que nacerían en el Reino de Dios, primeramente en el campo espiritual y después en lo físico, en la resurrección de los muertos en Cristo y en la transformación de los que estén vivos en el tiempo final.
Es que así como hubo un Adán y una Eva bajo aquel Programa Divino del Paraíso, en donde se decidiría la reproducción-multiplicación del ser humano, el ser humano escogió la multiplicación por sexo; y eso es lo que ha venido ocurriendo de generación en generación; lo cual es un método que es vida temporal lo que obtiene la persona, y obtiene un espíritu del mundo cuando nace la persona en esta Tierra.
En la Nueva Creación, de la cual Cristo es el segundo Adán y Su Iglesia es la segunda Eva, el nacimiento es en lo espiritual primero, donde reciben, todos los que reciben a Cristo como Salvador en la edad que les toca vivir, reciben a Cristo, son bautizados en agua en Su Nombre, y luego Cristo los bautiza con Espíritu Santo y Fuego, y produce en ellos el nuevo nacimiento.
Ya entran así al Reino de Dios con vida eterna, al haber nacido del Agua y del Espíritu, como le dijo Cristo a Nicodemo en el capítulo 3, versos 1 al 6, de San Juan: “De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca del Agua y del Espíritu, no puede entrar al Reino de Dios”.
En el Reino de Dios se entra a vida eterna en esa forma establecida por el mismo Cristo y los apóstoles, a través de los cuales el Espíritu Santo habló, enseñó y guio cómo tenía que llevarse a cabo el Programa de Redención para nacer en el Reino de Dios con Vida y para vida eterna.
Ya esa parte espiritual está llegando a su final, porque en este tiempo se completará la Iglesia del Señor Jesucristo, serán redimidos los últimos que faltan, escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero; y cuando se complete el número ya se cierra la Puerta, como dice la parábola en el capítulo 13 de San Lucas: “Cuando el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta…”.
Cuando cierra la puerta también en San Mateo, capítulo 25, verso 1 al 13, la Puerta de la Dispensación de la Gracia queda cerrada, y de ahí en adelante nadie más puede obtener salvación como se obtenía durante las diferentes etapas de la Iglesia, porque ya habrá terminado esa Dispensación de la Gracia y se estará abriendo la Dispensación del Reino, que será la dispensación en la cual se establecerá literalmente el Reino de Dios en la Tierra, y el Trono de David y Reino de David será restaurado en la Tierra, con capital Jerusalén.
Todo eso es para el tiempo del Reino Milenial de Dios sobre la Tierra bajo la Monarquía de David, de la Casa de David, con un Rey judío, con un Rey descendiente del rey David. Él será llamado el Hijo de David, el David, el Amado.
Estamos cerca de ese tiempo en que Dios tratará nuevamente con Israel, el pueblo hebreo, en este tiempo final. Eso comenzará muy pronto.
Cuando ustedes vean a los judíos buscando la Venida del Mesías, recuerden, es que el tiempo ha llegado. Y este año 5777 del calendario judío es un año muy importante, en donde lo están esperando.
Cuando los veamos a ellos, ya sea en video, documentales, lo que sea, los van a ver muy inquietos buscando al Mesías judío. Porque ellos saben que si están esperando un rey, están esperándolo ya grande, no un bebé; tiene que haber nacido y estar en algún sitio sin darse a conocer como rey. Porque eso corresponde a la Fiesta de las Trompetas, donde Dios vuelve a obrar, a tratar con el pueblo hebreo; mientras tanto estará con la Iglesia del Señor Jesucristo en medio del cristianismo, y de ahí surgirá el que se sentará en el Trono de David.
Así como Moisés cuando nació; el faraón, el imperio egipcio, estaba echando a los niños varones al río, a los cocodrilos, porque sabía que el libertador de los judíos nacería en ese tiempo[2]. Pero vean, Dios dirigió todo para que llegara al palacio, para que llegara allá a la corte egipcia y fuera criado por la hija del faraón[3]. O sea que lo escondió en el mismo sitio de donde lo estaban buscando a él y a todos los niños para matarlo.
La causa de la muerte de todos esos niños fue porque estaban buscando a uno de ellos, y como no sabían cuál era, mataban a todos los niños para que no apareciera el Mesías, el Ungido de Dios, para la liberación del pueblo hebreo allá en Egipto.
Recuerden que Mesías significa ‘Ungido’, el Mesías significa el Hombre Ungido. ¿Ungido con qué? Con el Espíritu de Dios, a través del cual Dios obra Su Programa correspondiente a ese tiempo. “Porque no hará nada el Señor Jehová, sin que antes revele Sus secretos a Sus siervos Sus profetas”. (Amós, capítulo 3, verso 7).
Y cuando se usa el título de Hijo del Hombre, ese es el título de profeta. Por eso como profeta Jesús hablaba de Él, de Sí mismo, como el Hijo del Hombre, como el profeta de Dios; un profeta como Moisés, en el cual estaba la plenitud de Dios manifestada cumpliendo el Programa Divino para aquel tiempo.
Para cumplir el Programa Divino, Dios en Espíritu Santo tenía que velarse en carne humana para cumplir el Programa Divino para aquel tiempo; y por eso al estar Dios velado en carne humana, en un profeta, era el Hijo del Hombre; porque Hijo del Hombre es un profeta ungido con el Espíritu Santo.
Y Cristo estaba ungido con el Espíritu Santo en toda Su plenitud; lo cual significa que en Jesucristo estaba Moisés, Elías, Eliseo, Isaías, Jeremías, Ezequiel, porque estaba en Él el mismo Espíritu Santo que operó esos ministerios en esas otras personas. La porción que operó en cada uno de ellos, luego, cuando estaba en toda Su plenitud en Cristo, ahí estaban todos los ministerios que habían sido manifestados en otros hombres, otros profetas.
Por eso cuando hablaban de Jesús pensaban que era Elías, otros pensaban que era Moisés, otros pensaban que era Jeremías, y así por el estilo[4]; pero era el Ungido con la plenitud de Dios, era el Ungido, el Mesías-Príncipe prometido para aquel tiempo, para llevar a cabo la Obra de Redención en la Cruz del Calvario, y con esa labor comprar al mundo entero por amor a los escogidos de Dios; por amor a Israel y por amor a Su Iglesia compró el mundo entero.
Dice que (en la parábola) que un hombre rico descubrió un tesoro que estaba perdido, y de gozo vino y lo compró y lo escondió[5]. Ese tesoro perdido son los 144.000 hebreos que serán llamados en este tiempo final, que representan a las doce tribus de Israel.
Por lo tanto, el tesoro perdido son las… Corrijo: las diez tribus del norte, del reino del norte, que son encabezadas por la tribu de Efraín, la cual encontramos tiene la bendición mayor; porque Efraín recibió la Bendición de la Primogenitura[6], que es una bendición de doble porción.
Sin las tribus del norte, las diez tribus, ese tesoro, no habrá restauración del Reino de Dios en la Tierra, no habrá restauración del Reino de David, y no habrá un Gobierno mundial gobernado por el Rey de reyes y Señor de señores, el Hijo de David, el Ungido con toda la plenitud para el Día Postrero, en el cual se cumplirá cada promesa correspondiente a este tiempo final; y eso será en el cumplimiento de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles.
En el Monte de la Transfiguración aparecieron con Jesús, Moisés y Elías hablando con Él. ¿Hablando con Él de qué? De Su ida a Jerusalén[7].
Elías es profeta para todas las naciones, y Moisés profeta exclusivo para Israel. Por lo tanto, esos son los ministerios con los cuales Dios llamará y juntará a los escogidos, los 144.000 hebreos, 12.000 de cada tribu. Y ahí estarán juntas las doce tribus: las diez tribus del norte y las dos tribus del sur; las del sur, las dos tribus del sur encabezadas por la tribu de Judá.
La pregunta es, para los judíos en este tiempo o de los judíos para este tiempo, y del cristianismo: ¿Dónde tiene que estar o está el que se sentará en el Trono de David como Hijo de David? ¿Dónde está o tiene que estar la manifestación del Hijo del Hombre en la Tierra con Sus Ángeles llamando y juntando Sus escogidos desde un extremo del Cielo hasta el otro?, en donde también serán juntados o habrán sido juntados los escogidos del cristianismo, de la Iglesia del Señor Jesucristo, que están escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, desde antes de la fundación del mundo.
En el año 1963, el 28 de febrero, en Tucson, Arizona, aparecieron siete ángeles al reverendo William Branham, lo levantaron con él, uno de los ángeles, el que era diferente a los demás, lo levantó con él y formó parte del grupo de los ángeles que estaban en esa nube de gloria[8]. Y el reverendo William Branham dice que eran siete ángeles pero uno de ellos era diferente a los demás[9].
Eran los siete ángeles de las siete edades de la Iglesia, de los cuales el reverendo William Branham era el séptimo ángel de la Iglesia; y uno de ellos… porque él cuenta que está parado mirando al oeste, de frente, y los ángeles vienen del oeste hacia el este. Y él dice que uno de los ángeles era muy diferente a los demás, era muy raro; no era uno de los siete ángeles de la Iglesia, sino un octavo Ángel, contando entonces al reverendo William Branham en el lugar número siete.
Ellos vienen del oeste hacia el este, y el reverendo William Branham está de este mirando hacia el oeste, viéndolos así de frente. Él dice: “Era el que tenía el Séptimo Sello, ese Ángel que era diferente a los demás”. ¿Y el Séptimo Sello es qué? La Venida del Señor.
Algún día la Iglesia del Señor Jesucristo conocerá a ese Ángel, y por consiguiente conocerá el misterio de la Venida del Señor a Su Iglesia en el Día Postrero. Y luego Israel lo reconocerá y dirá: “¿Por qué con un grupo del cristianismo?”. Porque así es el Programa de Dios. El Programa de Dios no lo hizo un hombre, sino que lo hizo Dios.
Por lo tanto, oramos a Dios que todos tengamos el privilegio de ver lo que el reverendo William Branham vio cuando vinieron los ángeles a él, febrero 28 de 1963; y que nos permita Dios ver al Ángel que era diferente a los demás, y así recibir las bendiciones que Él tiene de parte de Dios para el Cuerpo Místico de Cristo, y luego para los judíos.
En Él, en esa manifestación de Él se cumplirá la segunda parte de la Venida del Hijo del Hombre para juzgar como Juez. La primera parte se cumplió en gracia en el reverendo William Branham; y en toda Su plenitud, dos mil años atrás, se cumplió en Jesucristo; y antes de eso se cumplía parcialmente en una porción en cada profeta que era enviado por Dios a Su pueblo.
Todo es en simplicidad, dice el reverendo William Branham[10].
Por lo tanto, el evento más grande de la historia bíblica corresponde a este tiempo final, y pronto va a ser revelado, y traerá la fe a Su Iglesia para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero; y conectará con los judíos para Dios volver a tratar con los judíos en este tiempo final. Pero primero le corresponde a la Iglesia tenerlo y reconocerlo y recibir el Mensaje, la revelación de ese misterio, recibir la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Este año es un año muy importante para el cristianismo y también para los judíos. Por lo tanto, estén preparados, y orando acérquense más a Dios, queremos que todos reciban las bendiciones de Dios; y que todos seamos preparados para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
“LOS ÁNGELES TRAYENDO LA REVELACIÓN DE LOS SIETE SELLOS”.
Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, en esta escuela bíblica de hoy domingo de escuela bíblica, donde hemos tenido este corto estudio de: “LOS ÁNGELES TRAYENDO LA REVELACIÓN DE LOS SIETE SELLOS”.
En el bautismo se representa la muerte, la sepultura y la resurrección del individuo con Cristo, porque estábamos en Cristo eternamente; como físicamente nuestro cuerpo físico estaba en nuestro padre terrenal; como Leví estaba en Abraham y… estaba en los lomos de Abraham, dice la Biblia, dice Hebreos, San Pablo en Hebreos lo dice [capítulo 7]; y así estábamos en los lomos de nuestro padre terrenal.
Pero en lo espiritual, ahora bajo el Nuevo Pacto en medio del cristianismo, el nacimiento en el Reino de Dios primero es en lo espiritual, donde obtiene un espíritu del Cielo, de Dios; y en la resurrección recibirá un cuerpo nuevo, eterno, inmortal, incorruptible y glorificado y joven, como el cuerpo glorificado que tiene Cristo nuestro Salvador, el cual está tan joven como cuando se fue al Cielo.
O sea que una Nueva Creación está llevándose a cabo por el segundo Adán, Jesucristo, y la segunda Eva, a través de las diferentes etapas de la Iglesia. Esa es la familia de Abraham, esa es simiente de Abraham. Por eso de la simiente de Abraham se levantará el Mesías-Príncipe que se sentará en el Trono de David, un judío que se sentará en el Trono de David.
Primero estará en medio de la Iglesia. Viniendo por Su Iglesia es que luego ellos lo verán y dirán: “Este es el que nosotros estamos esperando”.
Que Dios les bendiga y les guarde.
Y el domingo próximo y viernes próximo continuaremos con los estudios bíblicos. Desde el lugar en donde yo esté les transmitiré. Siempre que viaje les transmitiré desde el lugar que esté los viernes y los domingos.
Que Dios les bendiga y les guarde; y continúen pasando una tarde feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador.
Les agradezco que oren mucho por mí, porque este año hay mucho trabajo.
Dios les bendiga y les guarde, y continúen pasando una tarde feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador.
“LOS ÁNGELES TRAYENDO LA REVELACIÓN DE LOS SIETE SELLOS”.
[Revisión septiembre 2023 – RM]
[1] San Lucas 24:36-43, San Juan 21:4-13
[2] Éxodo 1:15-22
[3] Éxodo 2:1-10
[4] Mt. 16:13-14, Mr. 8:27-28, Lc. 9:18-19
[5] San Mateo 13:44
[6] Génesis 48:11-20
[7] Mt. 17:1-8, Mr. 9:2-8, Lc. 9:28-36
[8] La aparición de esa nube fue fotografiada y publicada en dos revistas:
Revista CIENCIA (SCIENCE): Publicación del 19 de abril de 1963, volumen 140, número 3564. Autor: James E. McDonald / https://www.science.org/toc/science/140/3564.
Revista LIFE: Publicación del 17 de mayo de 1963. Título del artículo: “And a High Cloud – Ring of Mystery”. / https://bit.ly/3ureXyD
[9] Los Sellos, pág. 469, párrs. 153-154
[10] Los Sellos, pág. 472, párr. 165