Muy buenos días, amados amigos y hermanos presentes. Es para mí un privilegio muy grande estar con ustedes en esta ocasión, para tener compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo en el cual nosotros estamos viviendo.
Para eso quiero leer en el libro del Apocalipsis, capítulo 8, verso 1, y también el capítulo 5, verso 1 en adelante. Y vamos a comenzar con el capítulo 5, verso 1 en adelante, donde dice:
“Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos.
Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?
Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro, ni aun mirarlo.
Y lloraba yo mucho, porque no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo.
Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos.
Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.
Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono”.
Y luego, en Apocalipsis, capítulo 6, comienza la apertura de los Sellos; y se hace una pausa en el capítulo 7, donde aparece el Ángel que era muy diferente a los demás, donde aparece el Ángel con el Sello del Dios vivo; y este Ángel es el que hace el llamado al pueblo hebreo.
Y aquí, luego, en Apocalipsis, capítulo 8, se lleva a cabo la apertura del Séptimo Sello. Dice capítulo 8, verso 1:
“Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora”.
Que Dios bendiga nuestros corazones con Su Palabra, y nos hable Dios en esta ocasión Su Palabra, y nos permita comprender estos misterios del Reino de Dios.
Nuestro tema para esta ocasión es: “LOS SECRETOS QUE DIOS GUARDÓ DEL MISTERIO DEL SÉPTIMO SELLO”.
“LOS SECRETOS QUE DIOS GUARDÓ DEL SÉPTIMO SELLO”.
Este Libro de los Siete Sellos es el Título de Propiedad de los Cielos y de la Tierra; y Adán lo tuvo, pero cuando pecó ante Dios perdió los derechos contenidos en ese Libro: perdió el derecho a la vida eterna, perdió el derecho al Reino eterno, perdió el derecho a la juventud eterna; o sea que todos los derechos eternos los perdió. Y el Título de Propiedad regresó a Dios. Y encontramos que Dios, en Apocalipsis, capítulo 5, el cual está sentado en Su Trono, lo tiene en Su diestra.
Cristo, nuestro amado Salvador, en Su Primera Venida llevó a cabo Su Obra de Redención para redimir a todos los que tienen sus nombres escritos en ese Libro de los Siete Sellos, que es el Libro de la Vida del Cordero. Y para el tiempo final, le toca a Jesucristo tomar ese Título de Propiedad y hacer el reclamo de todo lo que Él ha redimido por Su Sangre y con Su Sangre preciosa. Y bajo esos Sellos de ese Libro se llevan a cabo diferentes eventos proféticos que en diferentes lugares de la Escritura están profetizados.
El Arcángel Gabriel le dijo al profeta Daniel1: “Yo te mostraré lo que está escrito en el Libro de la Verdad”. O sea que hay cosas que están escritas en el Cielo, las cuales el Arcángel Gabriel le dio a conocer al profeta Daniel.
Y todas las cosas que han de suceder, vean ustedes cómo Dios las ha revelado a Sus profetas, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento.
Antes de suceder las cosas, Dios las ha dado a conocer, las ha revelado; y esos profetas, a los cuales ha venido esa revelación, han dado a conocer estas cosas a los seres humanos. Y gracias a que Dios ha enviado profetas a la Tierra, hombres con las dos consciencias juntas, tenemos en la actualidad la Biblia, la Palabra de Dios, que son los pensamientos divinos expresados por medio de los profetas de Dios; ellos estuvieron en contacto, en comunicación con Dios, y recibieron de la Mente de Dios estos pensamientos, como la revelación de Dios, y la comunicaron a los seres humanos.
Y ahora, los pensamientos divinos pasaron a una segunda etapa, que es la Palabra hablada, la Palabra revelada y hablada, para luego ser cumplida esa Palabra.
Porque vean cómo es que Dios realiza Su Programa: Su Programa son los pensamientos divinos que Él ha tenido, los cuales ha revelado a Sus profetas y los cuales luego los cumple; y esa es la Obra de Dios correspondiente a cada tiempo; Dios está ahí haciendo que se cumpla lo que Él prometió.
Él dice: “Así como la lluvia y la nieve caen del cielo, descienden a la tierra…”. Nos habla en Isaías, capítulo 55, y vamos a leerlo; versos 8 en adelante dice:
“Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.
Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come,
así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié”.
Así es la Palabra de Dios revelada a Sus siervos los profetas, la cual ha venido del Cielo, y ha venido sobre la Tierra y ha sido hablada esa Palabra a los seres humanos; y esa Palabra que ha sido hablada, se cumplirá; porque Dios vigila por Su Palabra para ponerla por obra2; o sea, para hacer que se cumpla lo que Él prometió.
Y dice que esa Palabra será prosperada en todo aquello para lo cual fue enviada3; o sea que todas las cosas obrarán para bien para el cumplimiento de lo que Dios prometió. Será prosperada en todo aquello para lo cual ha sido enviada; o sea, será prosperada en todo el Programa que se tiene que llevar a cabo para que se cumpla esa promesa, esa Palabra que Dios ha hablado por medio de Sus profetas.
Así ha sido de edad en edad y de dispensación en dispensación; y cuando miramos hacia atrás, a través de la historia bíblica y a través de la historia de la raza humana, hemos visto cómo —sin que los seres humanos se den cuenta de lo que ha estado sucediendo—, lo que Dios prometió para cada edad y para cada generación y para cada dispensación que ya ha pasado, se cumplió: fue prosperada. Esa Palabra prometida fue prosperada en cada etapa correspondiente, y se cumplió lo que Dios prometió.
Y vean ustedes cómo la Palabra prometida para cada edad pasada se cumplió cuando Dios envió al mensajero de cada edad y colocó en él esa Palabra revelada; y él trabajó en la Obra del Señor como un siervo fiel y prudente: predicando el Mensaje correspondiente a su tiempo. Y Dios estuvo obrando y haciendo que se cumpliera lo que Él prometió para cada una de esas edades; y por medio del mensajero de cada edad, se manifestó Dios.
El mismo Espíritu que estuvo en Jesucristo, el cual había estado en los profetas del Antiguo Testamento, ahora estaba en cada ángel mensajero de cada edad, cumpliendo cada promesa de cada edad.
Y aunque el mensajero de cada edad supo que Cristo estaba en él, que el Espíritu de Cristo estaba en él llevando a cabo la Obra correspondiente a su tiempo, no comprendió plenamente todo lo que Dios estaba haciendo en ese tiempo; o sea que no comprendió ciento por ciento todo lo que Dios había prometido para ese tiempo, y la forma en que lo cumplió; o sea que sin darse cuenta plenamente el mensajero de cada edad, fue el instrumento de Dios para el cumplimiento de la promesa divina para cada edad.
Y luego, al finalizar la labor de Cristo por medio del mensajero de cada edad, cada mensajero de cada edad puede mirar desde el Paraíso y ver cómo Dios cumplió lo que había prometido para cada edad: lo cumplió bajo el ministerio del Espíritu Santo a través de cada uno de esos ángeles mensajeros, que fueron los siete mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil: San Pablo, Ireneo, Martín, Colombo, Lutero, Wesley y el reverendo William Marrion Branham.
Y así como Cristo en los profetas del Antiguo Testamento reflejó la Primera Venida de Cristo y la Segunda Venida de Cristo por medio de los profetas del Antiguo Testamento; cuando se cumplió la Primera Venida de Cristo, que fue el cumplimiento de la Primera Venida de Cristo, fue la aparición de un profeta llamado Jesús de Nazaret.
Pues en los profetas del Antiguo Testamento se había reflejado la Venida del Mesías; por lo tanto, tenía que ser un profeta, porque se había revelado y reflejado a través de los profetas del Antiguo Testamento; por lo tanto, sería un profeta como los profetas del Antiguo Testamento.
Y Juan el Bautista, cuando precursó la Venida del Mesías, él dijo que sería un hombre, porque él dijo: “Después de mí viene Uno, un varón, del cual yo no soy digno de desatar la correa de Su calzado”4. Y cuando lo vio y lo bautizó, dijo luego: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquel del cual yo dije: Después de mí viene Uno, un varón, del cual yo no soy digno de desatar la correa de Su calzado; Él es primero que yo”5.
Y vean ustedes, vino después de Juan el Bautista; pero era primero que Juan el Bautista, era primero que el profeta Elías, era primero que el profeta Moisés, era primero que Abraham y era primero que Adán también; por eso Jesús podía decir: “Antes que Abraham fuera, yo soy”6.
Y si era antes que Abraham, era también antes que Noé, era antes que Adán también. Él fue el que estuvo hablando por medio de los profetas del Antiguo Testamento. Él es el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el cual estuvo manifestado en los profetas del Antiguo Testamento.
Pero luego vino manifestado en Jesús de Nazaret; vino manifestado en toda Su plenitud el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, conforme a Malaquías, capítulo 3, en donde dice que “vendría el Señor, el Ángel del Pacto, a quien deseaba el pueblo hebreo”7. Y cuando vino, miren la simplicidad de Su Venida: vino manifestado por medio de un hombre, de un joven carpintero de Nazaret llamado Jesús.
Cuando Dios promete algo grande, lo cumple en simplicidad; y por medio de un instrumento sencillo fue cumplida la Primera Venida de Cristo, la Venida del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, la Venida del Espíritu Santo en toda Su plenitud.
Y ahora, vean ustedes cómo todo sucedió; y el pueblo hebreo en su mayoría (o sea, el 99% de ellos), ni se dieron cuenta que la Venida del Mesías estaba cumplida en medio de ellos.
Ahora, por medio de los profetas del Antiguo Testamento también se reflejó la Segunda Venida de Cristo, y también por medio de los siete ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil; y por eso el precursor de la Segunda Venida de Cristo, cuando anuncia la Venida de Cristo para el Día Postrero, vean cómo dice él que será el cumplimiento de la Segunda Venida de Cristo: él, en la página 474 y 475 [Los Sellos] nos dice de la siguiente manera: hablando del Séptimo Sello, que es la Segunda Venida de Cristo, dice:
“[173]. Yo no sé quién será…”.
O sea que está hablando de un hombre, de un profeta que vendrá en el cumplimiento de la Venida del Mesías. O sea que vendrá el cumplimiento de la Segunda Venida de Cristo en forma visible, vendrá en carne humana esa promesa siendo cumplida.
“[173]. Yo no sé quién será, ni qué va a suceder. ¡No sé! Solamente sé que esos Siete Truenos contienen el misterio por cuya razón hubo silencio en el Cielo”.
Los siete truenos de Apocalipsis, capítulo 10, que es la Voz de Cristo clamando como cuando ruge un león y siete truenos emitiendo sus voces.
Ahora, la Voz de Cristo, del Ángel Fuerte que desciende del Cielo, es el que tiene la revelación del Séptimo Sello; es el Ángel Fuerte clamado como cuando un león ruge, que trae la revelación del Séptimo Sello, o sea, la revelación de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo.
Pero nuestro hermano Branham dice:
“Yo no sé quién será, ni qué va a suceder. Solamente sé que esos Siete Truenos contienen el misterio por cuya razón hubo silencio en el Cielo”.
Hubo silencio en el Cielo cuando el Séptimo Sello fue abierto en el Cielo, en el capítulo 8, verso 1, del libro del Apocalipsis. O sea que la apertura del Séptimo Sello en el Cielo fue la apertura de la Segunda Venida de Cristo, siendo abierto ese misterio en el Cielo, en el Libro de la Redención, en el Libro de los Siete Sellos; y siendo dado a conocer este misterio a las huestes celestiales.
Pero cuando todos vieron el Séptimo Sello abierto, o sea, el misterio de la Segunda Venida de Cristo, abierto ese misterio allá en el Cielo, causó silencio, hubo silencio en el Cielo. Cristo había dicho que la Venida del Hijo del Hombre nadie la conocía, ni siquiera los ángeles en el Cielo, ni el Hijo del Hombre8.
Pero ahora, cuando es abierto el Séptimo Sello en el Cielo, todas las huestes celestiales obtienen el conocimiento de ese secreto; porque sería revelado en el Cielo primeramente ese secreto, para luego ser manifestado en la Tierra y ser revelado a la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y ahora, hubo silencio en el Cielo por casi media hora, o como por media hora. Media hora en el Cielo representa unos cuantos años para los seres humanos, porque un día en el Cielo, un día delante de Dios, es como mil años para nosotros aquí en la Tierra, nos dice el apóstol San Pedro en su segunda carta, capítulo 3 y verso 8, y también el profeta Moisés en el salmo 90 y verso 4.
Y ahora, vean cómo este misterio que fue abierto en el Cielo, en el capítulo 8, verso 1, causó silencio: las huestes celestiales que cantaban y adoraban a Dios en el Cielo quedaron en silencio; no hubo ningún movimiento en el Cielo y ningún cántico: todo fue silencio; por causa de que si en el Cielo se llevaba a cabo algún movimiento, el enemigo de Dios se iba a dar cuenta del secreto del Séptimo Sello, e iba a interrumpir el cumplimiento del Séptimo Sello, la apertura del Séptimo Sello aquí en la Tierra, en el cumplimiento de la Segunda Venida de Cristo.
Por lo tanto, este misterio, por cuanto hubo silencio en el Cielo por casi media hora, el enemigo de Dios, el diablo, no lo pudo conocer. Así que el diablo ha estado ignorando el secreto, el misterio, de la Segunda Venida de Cristo.
Y ahora, continúa diciendo el precursor de la Segunda Venida de Cristo [Los Sellos]:
“174. Quizás sea ahora el tiempo y la hora cuando aparezca esta gran persona que hemos estado esperando. Quizás este ministerio, por el cual he tratado de convertir la gente a la Palabra, ha servido de fundamento. Si así es, entonces les estaré dejando para siempre. No habrá dos aquí al mismo tiempo”.
O sea, no estará aquí el precursor y el precursado.
“No habrá dos aquí al mismo tiempo”.
¿De qué y de quién está hablando el precursor de la Segunda Venida de Cristo cuando está hablando del Séptimo Sello y de su apertura, y de que los Truenos contienen el secreto, el misterio, de ese Séptimo Sello? ¿De qué está hablando cuando está hablando de la Venida del Señor? Está hablando de la venida de otra persona que estará aquí en la Tierra.
Y nuestro hermano Branham dice: “No habrá dos aquí al mismo tiempo”; o sea, no habrá dos profetas aquí al mismo tiempo; o sea, no estarán aquí al mismo tiempo el precursor (que fue el reverendo William Marrion Branham) y el precursado.
“Y aun si así fuera…”.
Como fue, por supuesto, en el tiempo de Juan el Bautista y de Jesús, que estaban los dos allí presente en medio del pueblo hebreo: el precursor (Juan el Bautista) y el precursado (Jesús de Nazaret).
“Y aun si así fuera, él crecerá (¿Quién es el que crecerá? El precursado, al cual él le está preparando el camino) y yo menguaré (dice el precursor)”.
¿Quién es el que menguará? El precursor.
¿Quién es el que crecerá? El precursado.
“¡Yo no sé! Pero Dios me ha dado el privilegio de mirar y ver lo que es; lo vi abrirse hasta donde lo vi”.
O sea que el precursor vio, miró y vio lo que era; él vio lo que era.
Ahora vamos a ver qué fue lo que él vio; vamos a ver qué es lo que este misterio del Séptimo Sello, de la Segunda Venida de Cristo, es, en cuanto a su cumplimiento. Vamos a continuar leyendo aquí un poquito más; dice:
“[175]. Yo no puedo decirles, porque no sé; pero uno de estos días, puede ser que no nos volvamos a ver más sobre esta Tierra, pero sí nos encontraremos ante el Trono de Juicio de Jesucristo; entonces sabrán que en aquel cuarto la revelación me vino de Dios, igual como me han venido todas las demás. El misterio de ese Sello no fue revelado, porque fueron Siete Truenos que tronaron, y allí está perfectamente, porque ninguno sabe nada al respecto, no estaba escrito. Entonces estamos en el fin”.
Y ahora, veamos aquí quién es el que tiene ese Séptimo Sello: El libro de Los Sellos en español, página 469, hablando acerca de la nube misteriosa que apareció en febrero 28 de 1963 sobre los cielos de Arizona, esta nube, que fue formada por ángeles de Dios, mensajeros de Dios…; la cual, si usted la mira, notará que realmente es una nube misteriosa, porque apareció a 26 millas de altura, y tenía un tamaño de 30 millas de ancho por 50 millas de largo, aproximadamente9.
Fue vista desde Arizona y desde Nuevo México también, y tomaron fotos de esta nube desde diferentes lugares y en diferentes horas10: Esta nube la podemos ver aquí, esta foto fue tomada a las 6:10 de la tarde; esta otra fue tomada a las 6:15 de la tarde… Esta primera fue tomada desde Prescott, desde el noreste; la segunda, a las 6:15 de la tarde, desde el norte de Phoenix; la tercera fue tomada a las 6:30 de la tarde desde el sur… desde Winslow, eso es por ese territorio allá; y de esta nube no dicen a qué hora fue tomada.
Ahora, publicaron que era una nube misteriosa.
Ahora, ¿cuál es el misterio de esta nube? El misterio de esta nube lo explica el reverendo William Marrion Branham en el mensaje del libro de Los Siete Sellos, y en otros mensajes que él predicó.
Ahora, veamos aquí lo que dice en la página 469 del libro de Los Sellos en español. Hablando acerca de esa nube dice:
“153. ¿Y notaron que dije que uno de esos ángeles era muy raro? Me pareció muy distinto a los demás. Estaban en una constelación con tres a cada lado y uno arriba; y el que estaba a mi lado, contando desde la izquierda hacia la derecha, ese sería el séptimo Ángel. Él era más brillante y significaba más para mí que los demás. Les dije que tenía el pecho así robusto y estaba volando hacia el oriente. Les dije también que: ‘Me levantó, me alzó’”.
¿Cuál de los ángeles fue el que lo levantó, lo alzó, y lo colocó con ellos en esa nube? Dice que fue ese Ángel que era diferente a los demás.
“¿Se acuerdan?
154. Ahora, ¡aquí está! Era el que tenía el Séptimo Sello, lo cual he mantenido como una pregunta en mi mente toda mi vida. Los otros Sellos significaron mucho para mí, desde luego; pero ustedes no se imaginan lo que ha significado este séptimo”.
Ahora, vean que en esta nube formada por ángeles están los siete ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil, y hay otro mensajero ahí, otro Ángel, que es muy diferente a los siete ángeles mensajeros; y ese Ángel que era diferente a los demás, dice el precursor de la Segunda Venida de Cristo que ese es el que tiene el Séptimo Sello; ese es el Ángel al cual el precursor de la Segunda Venida de Cristo le está preparando el camino.
Ahora, si nosotros tornamos esta foto de esta nube hacia la derecha, veremos el rostro del Señor Jesucristo formado por esta nube de ángeles; y encontramos aquí, que la barba del Señor es formada por los siete ángeles mensajeros de las siete edades, y el cabello blanco del Señor es formado por el Ángel que era muy diferente a los demás. Ahí está el Hijo del Hombre, el Ángel diferente a los demás, con Sus siete ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil.
Ahora, así como los siete ángeles mensajeros tuvieron que estar manifestados en carne humana para tener el ministerio correspondiente a cada edad; para el Día Postrero, para Cristo tener Su ministerio del Día Postrero, el ministerio correspondiente a la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, tiene que venir este Ángel. Este Ángel que era diferente a los demás, tiene que venir manifestado en carne humana para manifestar Su ministerio, el ministerio del Hijo del Hombre, el ministerio de Jesús, y tiene que venir con Sus Ángeles; Sus Ángeles son los ministerios de Moisés y Elías.
Son Moisés y Elías los Ángeles del Hijo del Hombre en Su Venida para el Día Postrero, con la Gran Voz de Trompeta llamando y juntando a Sus escogidos; por lo tanto, tiene que venir este Ángel que era muy diferente a los demás, en carne humana, manifestando los ministerios de Jesús por segunda vez, de Moisés por segunda vez y de Elías por quinta vez.
¿Y cómo vendrá este Ángel que era muy diferente a los demás, manifestado en carne humana para el cumplimiento de la Venida del Ángel que tiene el Séptimo Sello, para la Venida del cumplimiento del Séptimo Sello, para la Venida del Señor como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo, en el cumplimiento de Sus promesas correspondientes al Día Postrero?, ¿y clamar como cuando ruge un león y los siete truenos emitir sus voces, y la Iglesia del Señor Jesucristo escuchar la Voz del Ángel Fuerte, la Voz de Jesucristo, la Voz del Ángel que tiene el Séptimo Sello, viniendo como León de la tribu de Judá, y clamando, y los siete truenos emitiendo sus voces? ¿Cómo tiene que venir?
Tiene que venir en carne humana, para poder escuchar Su Voz y entender Su Mensaje; entender la Voz de esos Siete Truenos, que es la Voz de Cristo hablándole a Su Iglesia en el Día Postrero, en el séptimo milenio, y en una nueva edad: la Edad de la Piedra Angular.
Ahora, ¿cómo tiene que venir?
El precursor de la Segunda Venida de Cristo, miren ustedes, nos continúa diciendo en la página 483 y 484; nos continúa diciendo de la siguiente manera…; vamos a leer también parte de la página 482, donde dice [Los Sellos]:
“198. En la hora de Su Venida, cuando acontecerá la destrucción de la Tierra, ustedes saben, cuando le hicieron la pregunta en cuanto a cuándo sería la señal de Su Venida y del fin del mundo, en Mateo 24. Él les contestó eso y les habló de Israel estando de nuevo en su país, en el versículo 31 (de San Mateo 24); pero luego se fue a las parábolas (diciendo):
‘De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama se enternece, y las hojas brotan, sabéis que el verano está cerca.
Así también vosotros, cuando viereis todas estas cosas, sabed que está cercano, a las puertas’.
Mateo 24:32-33
199. Está hablando de Israel en su propia patria. Pero, ¿notaron que Él no habla nada de la revelación de este Séptimo Sello; y también acá en Apocalipsis, en la apertura de los Sellos, también lo omitió? Vemos, pues, que es un misterio por completo, y la hora todavía no ha llegado para que se diera a conocer este misterio. Hemos llegado hasta aquí, y lo demás nos será dado allí: en el tiempo cuando aparezca Jesús nuevamente sobre la Tierra para llevar Su Novia…”.
¿Cuándo sería dado a conocer el resto de las cosas que tenían que ser dadas a conocer a la Iglesia del Señor Jesucristo, en cuanto a los Siete Sellos del libro del Apocalipsis? El Séptimo Sello, que no fue revelado, ¿cuándo sería dado a conocer? Dice:
“… y lo demás nos será dado allí: en el tiempo cuando aparezca Jesús nuevamente sobre la Tierra para llevar Su Novia…”.
O sea que Su Venida es para llevarse Su Novia, Sus escogidos, en el rapto, para la Cena de las Bodas del Cordero.
“200. Entonces hasta que llegue ese tiempo, oremos todos; vivamos vidas justas, cristianas, viviendo en la expectativa de Su Venida”.
Viviendo pendientes a Su Venida, a la expectativa, esperando Su Venida. Pero ¿cómo van a esperar Su Venida? Tiene que ser esperada Su Venida conforme a como ha dicho el precursor de Su Venida que ha de cumplirse la Venida del Séptimo Sello, la Venida del Señor. Sigue diciendo… aquí, un poquito más adelante, dice:
“[200]. Lo único que deben hacer es continuar sirviendo a Dios, porque este gran secreto es tan tremendo que Dios ni permitió que Juan lo escribiera; tronó, y Él nos prometió que sería abierto, pero hasta este tiempo no ha sido abierto”.
Bajo el ministerio del precursor de la Segunda Venida de Cristo este misterio no estaba abierto, o sea, no estaba dado a conocer al pueblo.
Sigue diciendo en esta página 483; más adelante, dice:
“[202]. Ahora, la tercera (etapa) también procedió del occidente, viniendo con una velocidad muy tremenda, y fui levantado”.
Vean, la Tercera Etapa… Vean cómo él fue levantado en esa Tercera Etapa.
“Eso era viniendo de nuevo al oriente con el misterio de estos Siete Sellos…”.
Y sigue diciendo más adelante:
“Por eso tenía que ir al occidente para hacer contacto con el Mensaje de estos ángeles, y luego así poder volver para revelarlo a la Iglesia. ¿Se acuerdan que les dije que lo próximo que iba a suceder sería aquí en esta iglesia? Así fue exactamente.
203. Quiero que noten otra cosa que sucedió. Y si ustedes llegan a escuchar la cinta: ‘Señores, ¿qué hora es?’11. Allí escucharán que un Ángel me era muy sobresaliente; los demás eran comunes, pero este cierto Ángel era muy notable. Él estaba a mi izquierda en la constelación en forma de pirámide. ¿Recordarán también que fue en la pirámide donde estaba la piedra blanca misteriosa que no tenía nada escrito? (Es una pregunta). Los ángeles me elevaron a donde estaba, adentro de esa pirámide formada por ellos mismos (acá arriba)”.
¿Cuántos entonces estaban allí? Estaban los siete ángeles de las siete edades de la Iglesia gentil y el otro Ángel que era muy diferente a los demás, que es el que tiene el Séptimo Sello, para cumplir ese Séptimo Sello viniendo a la Tierra. Sigue diciendo:
“Los misterios de Dios eran solamente conocidos por ellos…”.
Y cada uno de estos ángeles conoció el misterio de Dios correspondiente a su edad; pero el misterio de Dios correspondiente a la Edad de la Piedra Angular solamente lo conoce este Ángel que es diferente a los demás; y es el que tiene que revelarlo en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.
Ahora, podemos ver que hay un misterio en estos ángeles que están en esta nube, y ellos son los que conocen el misterio correspondiente a la edad en que les toca ser manifestados; o sea que ellos conocen, cada uno conoce el misterio de Dios de la edad en que les tocó vivir.
“Los misterios de Dios eran solamente conocidos por ellos, y ellos fueron los mensajeros que vinieron para interpretar esa pirámide…”.
Para interpretar ¿qué pirámide? Esta pirámide, que representa la Iglesia del Señor Jesucristo; interpretar esta pirámide cumpliendo lo correspondiente al Cuerpo Místico de Cristo en la edad en que cada uno de ellos fue manifestado; porque la interpretación que Dios le da a Su promesa para cada edad o para cada dispensación es el cumplimiento de esa promesa; y el cumplimiento de esa promesa para cada edad se llevó a cabo por medio de la manifestación de Jesucristo en Espíritu Santo a través del ángel mensajero de cada edad. Sigue diciendo:
“… el mensaje del secreto de estos Siete Sellos que están dentro de la pirámide. Este ángel estaba a mi izquierda (o sea, el que era diferente a los demás), Él era el último o séptimo ángel, contando de izquierda a derecha…”.
Ahora, ¿cuántos ángeles estaba viendo el reverendo William Marrion Branham allí en esa nube?, ¿cuántos ángeles estaba viendo? Pues estaba viendo siete. ¿Por qué? Si yo los cuento a todos ustedes, yo digo: “Estoy viendo tantas personas aquí”, pero no me estoy contando yo; pero si viene otra persona y cuenta a todos los que están aquí y luego me incluye a mí, entonces hay la cantidad que yo dije ¡más uno!
Y así está sucediendo aquí, cuando nuestro hermano Branham está narrando los ángeles que vinieron, los cuales fueron vistos en esta nube formada por ellos mismos; pero, con ellos, allí estaba nuestro hermano Branham, o sea que eran ocho en total: los siete ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil y el Ángel que era muy diferente a los demás; ese Ángel poderoso, ese Ángel Fuerte, que es el Hijo del Hombre allí, que es Cristo allí en Su cuerpo teofánico, para en el Día Postrero venir en el cumplimiento de la Venida del precursado; que fue precursado ¿por quién? Por el precursor.
Y ahora, continuemos leyendo aquí; sigue diciendo:
“[203]. Él era el último o séptimo ángel, contando de izquierda a derecha, porque Él estaba a mi izquierda, viéndolo yo así de frente hacia el occidente…”.
O sea que él está mirando… Se para o está parado allí en esa nube, allá en el cielo… El precursor de la Segunda Venida de Cristo en su cuerpo teofánico está allí con todos estos ángeles que están en sus cuerpos teofánicos también; y allí el precursor de la Segunda Venida de Cristo está de espaldas (¿a dónde?) al este; y está mirando…, está de frente al oeste mirando a ese Ángel; o sea que ese Ángel está en el oeste; y ya mismo lo vamos a ver en el oeste siendo cumplida Su Venida. Dice:
“… porque Él estaba a mi izquierda, viéndolo yo así de frente hacia el occidente (que es el oeste), y él viniendo hacia el oriente”.
O sea, viniendo del oeste hacia el este; o sea, viniendo del occidente (que es el oeste) hacia el oriente.
En la profecía bíblica, Israel está en el Medio Oriente, en el este, donde fue cumplida la Primera Venida de Cristo. Y ahora, el occidente corresponde al continente americano, compuesto por Norteamérica, Centroamérica, Suramérica y el Caribe; todo ese territorio pertenece al occidente.
Ya la Obra Divina correspondiente a la séptima edad de la Iglesia gentil bajo el ministerio del Espíritu Santo a través del reverendo William Marrion Branham, que fue el séptimo ángel mensajero para la séptima edad de la Iglesia gentil, que se cumplió en Norteamérica, encontramos que ya todo eso fue cumplido; la Obra de Dios para esa parte del continente ya fue cumplida; y ahora solamente queda, del continente americano, solamente queda la América Latina y el Caribe, para la Obra final de Jesucristo correspondiente al Día Postrero bajo la apertura del Séptimo Sello. Y ahora, continuamos leyendo aquí, dice:
“(Él) Estaba a la izquierda y él sería el mensaje del último Ángel, uno muy extraordinario”.
Y, vean, el Mensaje de ese Ángel es el Mensaje de la revelación del Séptimo Sello; el Mensaje de ese Ángel es el Mensaje de los Siete Truenos de Apocalipsis, capítulo 10; porque ese Ángel…, vean ustedes, en Apocalipsis, capítulo 10, que es el Ángel Fuerte, clama como cuando un león ruge y siete truenos emitieron sus voces.
Y lo que revelan los Siete Truenos es el misterio del Séptimo Sello, el misterio de la Segunda Venida de Cristo, el misterio de la Venida de ese Ángel que era muy diferente a los demás, viniendo en el Día Postrero y teniendo Su ministerio en medio de Su Iglesia en el cumplimiento del Séptimo Sello en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y así es como el cumplimiento de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles sería cumplido, sería cumplida Su Venida en el Día Postrero: Viniendo este Ángel que era muy diferente a los demás, que es el Ángel que tiene el Séptimo Sello, que es el Ángel Fuerte que desciende del Cielo en Apocalipsis, capítulo 10, verso 1 al 11.
Y ahora, veamos aquí lo que a continuación sigue diciendo:
“Recuerden cómo dije que tenía su cabeza alzada y sus alas tan poderosas y agudas…”.
Aquí está: Sus alas poderosas y agudas, aquí volando en esta constelación de ángeles, en esta nube formada por estos ángeles.
“… y cómo dije que voló directamente a mí. Ahora, eso es este Séptimo Sello”.
¿Qué es este Séptimo Sello? El Ángel que era muy diferente a los demás; porque el Ángel que era muy diferente a los demás es el Hijo del Hombre, es el Ángel Fuerte, es Jesucristo en Su cuerpo teofánico, para en el Día Postrero venir en carne humana en el cumplimiento de la apertura del Séptimo Sello, en el cumplimiento de la revelación del Séptimo Sello en medio de Su Iglesia gentil, dándole a conocer Su Venida, dándole a conocer el Séptimo Sello, abriéndole el Séptimo Sello; o sea, abriéndole el misterio de Su Venida, el cual es el misterio de la Venida de este Ángel que era muy diferente a los demás.
En esta nube estaban representados todos los escogidos de Dios de las siete edades de la Iglesia gentil, en cada uno de los ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil, los cuales estaban aquí en esta nube. Y los escogidos de la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino estaban representados también aquí en esta nube; ¿en qué ángel? En el Ángel que era muy diferente a los demás.
En ese Ángel es que todos estamos representados para en el Día Postrero escuchar la Voz de ese Ángel Fuerte, de ese Ángel que tiene el Séptimo Sello, escuchar Su Voz clamando como cuando ruge un león y siete truenos emitiendo sus voces; Su Voz, que es la Voz de Cristo representada en la Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final que llama y junta a todos los escogidos de Dios.
Así como Jesucristo en Espíritu Santo por medio de cada ángel mensajero de las siete etapas o edades de la Iglesia gentil (los cuales están aquí), por medio de cada uno de estos ángeles mensajeros cuando estuvieron en carne humana aquí en la Tierra, Jesucristo en Espíritu Santo, manifestado en cada uno de ellos, llamó y junto a Sus escogidos en cada una de estas edades; escucharon la Voz de Cristo, la Voz del Espíritu Santo, que decía: “El que tiene oídos para oír, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”12; porque el Espíritu estaba hablando por medio de cada uno de estos ángeles mensajeros.
Y así como Dios habló en el Antiguo Testamento por medio de los profetas a los padres, luego habló por medio de Jesucristo en los postreros días: luego habló por el Hijo, dice San Pablo en Hebreos, capítulo 1, verso 1 en adelante. Dice así (vamos a leerlo para que lo tengan también en el video)… dice:
“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas…”.
¿Cómo habló? Por medio de los profetas, porque en ellos estaba el Espíritu Santo, el Espíritu de Cristo.
“… en estos postreros días (Dios) nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo…”.
Y ahora, durante las siete etapas o edades de la Iglesia gentil, Jesucristo ha hablado por medio de Sus siete ángeles mensajeros en las siete edades de la Iglesia gentil; le ha hablado a Su Iglesia de edad en edad y ha llamado y ha juntado a Sus escogidos de cada edad. Y ahora, para el Día Postrero, Dios, Jesucristo, el Espíritu Santo, nos estaría hablando por medio de Su Ángel Mensajero y estaría dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, en el Día Postrero.
Ese que estaría hablando en el Día Postrero por medio de Su Ángel Mensajero, ¿quién sería? El Ángel que es muy diferente a los demás: Jesucristo, el Hijo del Hombre viniendo en el Día Postrero, el Ángel que tiene el Séptimo Sello, el Ángel que tiene la Segunda Venida de Cristo.
Y, para el Día Postrero, vean ustedes, tenemos la promesa de la Venida de ese Ángel Fuerte; la tenemos en Apocalipsis, capítulo 10, descendiendo del Cielo envuelto en una nube, y poniendo Su pie derecho sobre el mar y el izquierdo sobre la tierra, y clamando como cuando un león ruge y siete truenos emitiendo sus voces; es la Voz de Cristo, del Ángel Fuerte, en el Día Postrero, hablando por medio de Su Ángel Mensajero.
Y ahora, en Apocalipsis también, capítulo 19, encontramos la Venida de Cristo viniendo sobre un caballo blanco como la nieve y teniendo un nombre que ninguno entiende, y Su Nombre es: el Verbo de Dios. Y tiene escrito en Su muslo y en Su vestidura este nombre: Rey de reyes y Señor de señores.
Porque viene como Rey de reyes y Señor de señores, viene como Hijo del Hombre e Hijo de David, para llevar a cabo Su reclamo de todo lo que Él redimió con Su Sangre preciosa: para así resucitar a los muertos en Cristo y transformar a los que estarán vivos en este Día Postrero, y que serán llamados y juntados por la Voz de Cristo en Su manifestación final en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.
Ahí es donde Él coloca a Sus escogidos del Día Postrero, en donde estarían bajo el ministerio del Ángel que es diferente a los siete ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil; y el ministerio de ese Ángel diferente a los demás estará manifestado en la Tierra a través del Ángel del Señor Jesucristo.
Por eso es que Cristo en Apocalipsis, capítulo 4, dice, verso 1, con esa Voz de Trompeta: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de suceder después de estas”. Y luego, cuando cumple esa promesa en Apocalipsis, capítulo 22, verso 6, encontraremos que la cumple por medio de Su Ángel Mensajero. Dice así:
“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”.
¿Por medio de quién son dadas a conocer las cosas que deben suceder pronto? Por medio del Ángel Mensajero del Señor Jesucristo; porque en ese Ángel Mensajero estará el que dijo: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de suceder después de estas”.
Las cosas que han de suceder después de estas que sucedieron en las siete edades de la Iglesia gentil ¿cuándo y dónde sucederán? Sucederán acá, en la Edad de la Piedra Angular y en la Dispensación del Reino; y estas cosas son mostradas por el Ángel Mensajero de la Edad de la Piedra Angular, que es el Ángel del Señor Jesucristo.
Y ahora, así cómo hubo un ángel mensajero para cada edad, para la Edad de la Piedra Angular estará el Ángel del Señor Jesucristo; y así como estuvo Cristo en Espíritu Santo en cada ángel mensajero de las siete edades de la Iglesia gentil, estará Jesucristo en Espíritu Santo en Su Ángel Mensajero en la Edad de la Piedra Angular, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto. Por eso en Apocalipsis 22, verso 16, dice:
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”.
Este Ángel viene con el espíritu y virtud de Elías por quinta ocasión, con el espíritu y virtud de Moisés por segunda ocasión, y con el espíritu y virtud de Jesús por segunda ocasión, en la manifestación de Jesucristo en Espíritu Santo a través de este Ángel Mensajero en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.
Ahora, veamos aquí quién es el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis. Página 277 del libro de Los Sellos, dice el reverendo William Marrion Branham:
“[240]. … pedimos que el Espíritu Santo venga ahora mismo, el Jinete del verdadero caballo blanco…”.
¿Quién es el Jinete del verdadero caballo blanco de Apocalipsis 19? El Espíritu Santo; ese es Jesucristo, el cual aquí aparece.
“… mientras Su Espíritu, el Espíritu de Cristo, entre en confrontación con el anticristo, y Él llame los Suyos”.
Vean, viene para llamar a los Suyos; como también llamó los Suyos de edad en edad. ¿Quién los llamó? Jesucristo en Espíritu Santo, el cual es el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19.
Ahora, ¿cómo vendrá el Espíritu Santo en el Día Postrero, en este tiempo final, para llamar y juntar los Suyos conforme a la promesa divina?, ¿cómo vendrá este Ángel Fuerte, este Ángel que era diferente a los demás? Dice… Página 256 del libro de Los Sellos en español, aquí citando a Apocalipsis 19, dice:
“121. Pero cuando nuestro Señor aparezca sobre la Tierra, Él vendrá sobre un caballo blanco como la nieve, y será completamente Emmanuel —la Palabra de Dios encarnada en un hombre”.
Vean cómo viene el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis, capítulo 19, el cual es Jesucristo en Espíritu Santo: viene encarnado (¿en quién?) en un hombre; por eso es que también en la página 134 del libro de Los Sellos en español, dice el precursor de la Segunda Venida de Cristo, el reverendo William Marrion Branham:
“142. Y noten ustedes: Cuando este Espíritu Santo que tenemos llegue a encarnarse…”.
¿Qué Espíritu Santo que tenemos? El Espíritu Santo que ha estado manifestado en cada ángel mensajero de edad en edad; y estaba en el séptimo ángel mensajero de la séptima edad de la Iglesia gentil. Y ahora:
“Cuando este Espíritu Santo que tenemos llegue a encarnarse, el que está en nuestro medio ahora mismo en la forma del Espíritu Santo, cuando Él llegue a ser encarnado en la Persona de Jesucristo, entonces nosotros le coronaremos como ‘Rey de Reyes y Señor de Señores’”.
¿Cómo es que Él vendrá encarnado? “Cuando nuestro Señor aparezca sobre la Tierra, Él vendrá en un caballo blanco como la nieve y será completamente Emanuel —la Palabra de Dios encarnada en un hombre”; es el Verbo encarnado en un hombre.
Y el Verbo, vean ustedes, dos mil años atrás se hizo carne y habitó entre nosotros, y lo conocimos por el nombre de Jesús.
¿Quién fue el que se hizo carne? El Verbo, que es el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, que es el mismo Dios en y con Su cuerpo teofánico, el cual se hizo carne y habitó en ese cuerpo de carne llamado Jesús de Nazaret. Dentro de ese cuerpo estaba el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, llevando a cabo Su Primera Venida en toda Su plenitud, como el Cordero de Dios, para quitar el pecado del mundo allí en la Cruz del Calvario, muriendo ese cuerpo de carne donde vino encarnado.
Y ahora tenemos la promesa de la Venida del Verbo, de la Venida del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, que es Jesucristo en Su cuerpo teofánico, con Su cuerpo teofánico. Está prometido que Él vendrá en el Día Postrero y se encarnará; o sea que vendrá en un cuerpo humano manifestado. Será la Venida del Jinete del caballo blanco, el Espíritu Santo, Jesucristo encarnado en un hombre. Será la Palabra, el Verbo encarnado en un hombre, en un profeta, el cual es el profeta de la Dispensación del Reino con el Mensaje del Evangelio del Reino, llamado: el Ángel del Señor Jesucristo.
Y ahora, viene Jesucristo en Espíritu Santo en Su Ángel Mensajero en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, y eso es el Séptimo Sello siendo manifestado, siendo abierto, en medio de Su Iglesia gentil, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.
Eso es la Venida en carne humana del Ángel que era muy diferente a los demás; la Venida del Ángel que era muy diferente a los demás, viniendo en carne humana en Su Ángel Mensajero de la Edad de la Piedra Angular y de la Dispensación del Reino.
Eso es la manifestación del Séptimo Sello en la Tierra en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y en la Dispensación del Reino.
Eso es Apocalipsis, capítulo 19, viniendo; y eso es Apocalipsis, capítulo 10, clamando como cuando ruge un león y los siete truenos emitiendo sus voces, y dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto; y abriéndonos así el misterio del Séptimo Sello, el misterio de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo.
Sigue diciendo en la página 131, el precursor de la Segunda Venida de Cristo:
“131. Y ahora Jesús: Su Nombre sobre la Tierra fue Jesús el Redentor, porque fue el Redentor cuando estuvo sobre la Tierra; pero cuando conquistó el infierno y la muerte, los venció y ascendió (o sea, subió), entonces recibió un nuevo Nombre. Por esa razón es que gritan y hacen tanto ruido y no reciben nada. Será revelado en los Truenos.
132. Fíjense en el misterio. Él viene cabalgando. Tiene que haber algo para cambiar esta iglesia. Ustedes saben eso. ¡Tiene que venir algo! Ahora noten: Nadie entendía ese nombre, sino Él mismo”.
Y aquí dice:
“‘Y estaba vestido de una ropa teñida en sangre: y su nombre es llamado EL VERBO DE DIOS.
Y los ejércitos que están en el cielo le seguían en caballos blancos, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio.
Y de su boca sale una espada aguda, para herir con ella las gentes (también dice en otras versiones: las naciones); y él los regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor, y de la ira del Dios Todopoderoso.
Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES’.
Apocalipsis 19:13-16.
133. Allí viene el Mesías, allí es donde está…”.
Es la Venida de Cristo, es la Venida del Ángel que era muy diferente a los demás. “Y cuando nuestro Señor aparezca sobre la Tierra, Él vendrá sobre un caballo blanco como la nieve (como nos dice Apocalipsis 19), y será completamente Emanuel —la Palabra de Dios encarnada en un hombre”.
Y ese es el Ángel del Señor Jesucristo, donde viene la Palabra de Dios encarnada en el Día Postrero, y en donde estarían los ministerios de Moisés y Elías y de Jesús siendo manifestados.
Por eso es que en el libro de Los Sellos, página 369 en español, dice el reverendo William Marrion Branham, el precursor de la Segunda Venida de Cristo, dice:
“194. Ahora fijémonos en los últimos dos versículos de Apocalipsis 6, o sea, lo que sucederá con los que hicieron mofa y se rieron de la predicación de la Palabra vindicada del Dios viviente. Esos profetas estarán allí y harán toda clase de milagros, oscurecerán el sol, y todas esas cosas a través de ese tiempo. Luego aquellos clamarán a las piedras (o sea, la gente) y a los montes, que los escondan de la misma Palabra de la cual antes se habían burlado, porque ahora lo podían ver que venía. Decían: “Escondednos de la ira del Cordero”. Él es la Palabra. Ellos se habían burlado de la Palabra y ahora allí estaba la Palabra encarnada. Ellos se habían mofado grandemente de esos profetas, pero ahora había venido la Palabra encarnada”.
¿Cómo, cuándo y en quién se encarna la Palabra en el Día Postrero? En el velo de carne donde esté el ministerio de los Dos Olivos, en el velo de carne donde esté el ministerio de Moisés por segunda vez, el ministerio de Elías por quinta vez y el ministerio de Jesús por segunda vez; ahí es donde viene la Palabra encarnada en el Día Postrero; y ese es el Ángel del Señor Jesucristo para la Edad de la Piedra Angular y para la Dispensación del Reino, del cual Jesucristo dice: “Yo Jesús he enviado mi Ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”13.
“… pero ahora había venido la Palabra encarnada. ¿POR QUÉ NO SE ARREPINTIERON? No pudieron; ya era demasiado tarde. Y ellos conocían muy bien el castigo que les esperaba; habían oído todo eso. Ellos habían estado en cultos como este, y habían escuchado todas esas cosas. Ellos sabían que estaban encarando las mismas cosas que esos profetas habían predicho”.
O sea que van a escuchar la predicación de esos juicios que han de venir sobre la Tierra y se van a reír; van a pensar que eso es pura tontería; pero cuando comiencen a cumplirse los juicios sobre la Tierra, pasará como en los días de Noé: que pensaban que era pura tontería lo que Noé estaba diciendo (que vendría el juicio divino y vendría un diluvio, y destruiría a la raza humana), pensaron que eso era una tontería, era un invento que salió de la cabeza de Noé; pero cuando esa profecía se cumplió y comenzó el diluvio, ellos buscaron una oportunidad, ellos se allegaban al arca, pero ya Dios había cerrado la puerta; ya era demasiado tarde.
Y cuando comiencen a caer los juicios divinos sobre la Tierra, cuando comience esa etapa, ya será demasiado tarde para la humanidad: ya tendrán que estar encarando los juicios divinos que son anunciados por el Ángel del Señor Jesucristo con el ministerio de Moisés por segunda vez.
Vean, Moisés fue el que anunció los juicios divinos que vendrían sobre el territorio y el imperio del Faraón allá en Egipto; y vean ustedes cómo vinieron esos juicios divinos. Y ahora, con el ministerio de Moisés, los juicios divinos también serán anunciados en el Día Postrero.
Luego, también el ministerio de Elías estará presente; y vean también que el ministerio de Jesús estará presente también. Todos estos ministerios siendo operados por Jesucristo en Espíritu Santo en carne humana en Su Ángel Mensajero. Ahí estarán Jesús, Moisés y Elías; los tres grandes ministerios prometidos para ser manifestados en el Día Postrero, en el séptimo milenio.
“Ellos sabían que estaban encarando las mismas cosas que esos profetas habían predicho. Pero lo habían rechazado; despreciaron la misericordia de Dios por última vez”.
¿Cuándo es que la misericordia de Dios está por última vez aquí en la Tierra? Bajo el ministerio de Jesús por segunda vez, de Moisés por segunda vez y de Elías por quinta vez, en el Ángel del Señor Jesucristo; siendo manifestados estos ministerios por Jesucristo en Espíritu Santo, por el Ángel Fuerte, por el Ángel que era muy diferente a los otros siete ángeles mensajeros de y en esta nube de ángeles que apareció en febrero 28 de 1963.
“Y cuando uno desprecia la misericordia (de Dios), lo único que le queda es el juicio. ¡Piénselo!
195. Entonces allí se encontraban. No tenían ni en dónde esconderse. Y la Biblia dice: ‘Y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos de la cara de aquel que está sentado sobre el Trono, y de la ira del Cordero’. Ellos trataron de arrepentirse, pero el Cordero ya había venido para reclamar a los Suyos. Ellos clamaron a los montes y a las piedras; oraron, pero las oraciones fueron hechas muy tarde”.
O sea que trataron de arrepentirse cuando ya no había oportunidad para Dios aceptar el arrepentimiento de las personas; porque cuando comience la gran tribulación, ya no hay oportunidad de arrepentimiento, sino de recibir los juicios divinos.
Ahora, vean cómo antes de comenzar la gran tribulación estos ministerios de Jesús, de Moisés y de Elías estarán siendo operados, y estarán dando a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, y estarán dando a conocer las bendiciones divinas que vendrán sobre los escogidos de Dios, pero también estarán dando a conocer los juicios divinos que vendrán sobre este planeta Tierra, sobre la raza humana.
Vean cómo estos ministerios de Moisés y Elías estarán dando a conocer estas cosas antes de comenzar la gran tribulación; y eso es la misericordia de Dios siendo manifestada por última vez, antes que comience la gran tribulación. Y la misericordia de Dios manifestada por última vez, es recibida, es aceptada, por los escogidos de Dios en este Día Postrero; y por eso es que está llamando y juntando a Sus escogidos en este Día Postrero, antes que se cierre ese ciclo divino de misericordia sobre los seres humanos y caiga el juicio divino sobre la raza humana.
Así que estamos todavía en la parte de la paciencia de Dios, esperando que se complete el Cuerpo Místico de Cristo, y sean resucitados los muertos en Cristo, y nosotros los que vivimos seamos transformados. La misericordia de Dios y la paciencia de Dios está esperando todavía; por lo tanto, hay oportunidad para toda persona que arrepentido reciba a Cristo como su Salvador, y luego reciba Su Espíritu Santo, y entre al Cuerpo Místico del Señor Jesucristo.
Hemos llegado al tiempo en donde Jesucristo en Espíritu Santo está con Su Iglesia en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder en este Día Postrero; y así Él está llamando y juntando a Sus escogidos, y preparándonos para ser transformados y raptados en este Día Postrero.
Ahora, vean cómo el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis, que es Jesucristo, el Espíritu Santo, vendría en el Día Postrero: vendría encarnado en un hombre, en un profeta, para la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino. Y eso tenía que ser ¿dónde? En el occidente, en la América Latina y el Caribe, que es la parte que quedaba del occidente, donde Dios no había enviado un ángel mensajero durante las siete etapas o edades de la Iglesia gentil; porque el último que envió, lo envió a Norteamérica, donde cumplió Dios la séptima edad de la Iglesia gentil.
Pero, vean ustedes, el Ángel que era diferente a los demás, vuela del oeste hacia el este; por lo tanto, aparece por el oeste aquí en la Tierra, velado y revelado en carne humana por medio de Su Ángel Mensajero; y ese es el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis, capítulo 19, viniendo, Jesucristo en Espíritu Santo viniendo en carne humana en Su Ángel Mensajero en el Día Postrero.
El precursor de la Segunda Venida de Cristo, en el mensaje “El único lugar escogido por Dios…”, o “El único lugar provisto por Dios para adorar”14, página 2, predicado en noviembre 28 de 1965, dijo [Citas, pág. 166]:
1485 – “Ahora, yo estaba poniéndome viejo, y pensé: ‘¿Habrá otro avivamiento, veré otro tiempo?’. Y solo recuerden: Del oeste vendrá un jinete en un caballo blanco. Cabalgaremos esta senda otra vez. Eso es correcto. Tan pronto como estemos preparados (o listos). ¿Ven ustedes? Es una promesa”.
Si es una promesa, pues tiene que estar en la Biblia; y esa promesa está en Apocalipsis, capítulo 19, donde aparece un Jinete en un caballo blanco.
Y ese Jinete viniendo es Jesucristo en Espíritu Santo viniendo a Su Iglesia; y para manifestarse a Su Iglesia: se manifiesta en carne humana en Su Ángel Mensajero. Por eso es que viene este Jinete del caballo blanco de Apocalipsis, ¿de dónde? Del occidente, del oeste, que es el territorio del continente americano.
Y por cuanto ya en la parte norte, que es Norteamérica, se cumplió la séptima edad y envió a Su séptimo ángel mensajero, la otra parte del continente americano que queda es la América Latina y el Caribe, para la Venida del Jinete del caballo blanco, para la Venida de Jesucristo en Espíritu Santo velándose y revelándose en carne humana en y por medio de Su Ángel Mensajero, y así estar con nosotros clamando como cuando un león ruge y siete truenos emitiendo sus voces.
La Voz de Cristo como los Siete Truenos es el Mensaje de Jesucristo para Su Iglesia, que es el Mensaje del Evangelio del Reino siendo proclamado por el Ángel Fuerte, por Jesucristo, a través de Su Ángel Mensajero.
Y con ese Mensaje: revelándonos el Séptimo Sello, revelándonos el misterio de Su Venida en el Día Postrero en Su Ángel Mensajero, viniendo a Su Iglesia velado en carne humana en Su Ángel Mensajero, para darnos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, en el Día Postrero.
Y así llamar y juntar a todos Sus escogidos en el Día Postrero, y colocarlos en la Edad de la Piedra Angular y en la Dispensación del Reino, y prepararnos para ser transformados y raptados en este Día Postrero.
Porque la fe para el rapto está o la dan los Siete Truenos de Apocalipsis, que es la Voz de Cristo revelando el misterio del Séptimo Sello, revelando el misterio de Su Venida a Su Iglesia en el Día Postrero, velado y revelado en Su Ángel Mensajero.
Ese es el misterio revelado para el Día Postrero, que le dará la fe para ser transformados y raptados todos los escogidos de Dios; ese es el misterio divino que los Siete Truenos revelan en este Día Postrero; ese es el misterio divino que la Voz de Cristo clamando como cuando un león ruge y los siete truenos emitiendo sus voces, dan a conocer a la Iglesia del Señor en el Día Postrero, o sea, en el séptimo milenio, en la Edad de la Piedra Angular y en la Dispensación del Reino.
Vean cómo en los secretos que Dios guardó del misterio del Séptimo Sello estaban —vean ustedes— todos estos misterios para ser revelados en el Día Postrero.
No podían ser revelados en ninguna de las siete edades de la Iglesia gentil, porque todos esos misterios estaban bajo el Séptimo Sello, que estaba sellado, estaba cerrado, durante las siete edades de la Iglesia gentil; por lo tanto, ninguno de los siete ángeles mensajeros podía abrir el Séptimo Sello al público y dar a conocer el cumplimiento del Séptimo Sello, porque todavía no estaba abierto. Era para ser abierto en la Edad de la Piedra Angular y en la Dispensación del Reino, en la manifestación de Jesucristo en Espíritu Santo a través de Su Ángel Mensajero; y por medio de Su Ángel Mensajero nos estaría dando a conocer este misterio del Séptimo Sello.
Y bajo ese misterio del Séptimo Sello, miren todas las cosas que están, de las cuales hemos hablado en esta ocasión. Bajo el misterio del Séptimo Sello está:
• La Segunda Venida de Cristo. La Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, que es la Segunda Venida de Cristo, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo: por medio de Su Ángel Mensajero siendo cumplida Su Venida a la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.
Ese misterio nadie lo conocía ni en el Cielo ni en la Tierra. Y vino a ser conocido en el Cielo cuando fue abierto ese misterio en Apocalipsis, capítulo 8 y verso 1; y causó silencio en el Cielo como por media hora, que para nosotros representa —esa media hora de silencio— unos cuantos años en el Programa Divino.
Luego también, otro misterio que estaba bajo el Séptimo Sello era:
• La Gran Voz de Trompeta llamando y juntando a los escogidos de Dios, que es el Mensaje del Evangelio del Reino dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, y revelándonos el misterio del Séptimo Sello, el misterio de la Segunda Venida de Cristo. Y con esa revelación, con ese Mensaje, los escogidos en este Día Postrero serían llamados y juntados en la Edad de la Piedra Angular y en la Dispensación del Reino.
El misterio de esta Gran Voz de Trompeta, vean ustedes, había sido profetizado por San Pablo en Primera de Tesalonicenses, capítulo 4, verso 13 al 17, cuando nos dijo que el mismo Señor descendería del Cielo con Aclamación, con Voz de Arcángel y con Trompeta de Dios. Ahí tienen la Trompeta de Dios, esa Gran Voz de Trompeta.
Y también en Primera de Corintios, capítulo 15, versos 50 al 55, nos habla de la Trompeta Final, porque nos dice que todos seremos transformados. “He aquí, os digo un misterio: He aquí todos seremos transformados; no todos dormiremos, pero todos seremos transformados; en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la Final Trompeta; porque será tocada la Trompeta, y los muertos en Cristo resucitarán primero, y luego nosotros los que vivimos seremos transformados”.
Esta es una promesa divina y es un misterio del Reino de Dios. San Pablo dijo: “He aquí, os digo un misterio”; y en ese misterio está la Trompeta Final, está la resurrección de los muertos en Cristo, está la transformación de nosotros los que vivimos; están todas estas cosas prometidas para el Día Postrero.
Y esa Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta es representada en la trompeta del año del jubileo de Levítico, capítulo 25, verso 8 al 13; esa trompeta del año del jubileo representa el Mensaje del Evangelio del Reino, porque la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta es la Trompeta del Evangelio sonando, siendo proclamado el Mensaje del Evangelio del Reino por el Espíritu Santo a través del Ángel Mensajero de Jesucristo en este Día Postrero.
Porque el Ángel del Señor Jesucristo estará hablando el Mensaje del Evangelio del Reino ungido por el Espíritu Santo en este Día Postrero, ungido por Jesucristo, por el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, en este Día Postrero; porque en él es que viene el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, Jesucristo en Espíritu Santo velado y revelado en este Día Postrero. Ese es un misterio que no había sido conocido en las edades pasadas.
Y ahora, bajo este Séptimo Sello estaba esta Gran Voz de Trompeta, el Mensaje del Evangelio del Reino.
• Y estaban también los Ángeles del Señor Jesucristo, o sea, los Dos Olivos: Moisés y Elías.
• Y estaba también el Ángel de Jesús, el profeta mensajero de la Dispensación del Reino.
Eso era un misterio que no había sido revelado, abierto, porque estaba bajo el Séptimo Sello, para ser abierto ese misterio plenamente en este Día Postrero, y poder ver a Jesucristo en Espíritu Santo viniendo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, viniendo en Su Ángel Mensajero en este Día Postrero y hablándole a Su Iglesia todas estas cosas que deben suceder pronto; así como había venido manifestado en carne humana en cada ángel mensajero de cada edad de Su Iglesia gentil.
• Otro misterio era el misterio de los escogidos de Dios. Toda persona se preguntaba: “¿Y quiénes serán los escogidos de Dios, que serán llamados y juntados con la Gran Voz de Trompeta bajo el ministerio de los Ángeles del Señor Jesucristo?, ¿y dónde estarán esos escogidos de Dios en ese tiempo?”.
Vean ustedes, esos escogidos son los que tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero, y que en este Día Postrero serían llamados y juntados y colocados en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.
Serían llamados y juntados por medio del ministerio de los Ángeles del Señor, por medio del ministerio de Moisés y Elías, manifestados estos ministerios en el Ángel del Señor Jesucristo; y estarían, en su mayoría, en el territorio de la América Latina y el Caribe. Vean dónde estarían estos escogidos de la Iglesia gentil del Día Postrero, siendo llamados y juntados y colocados en la Edad de la Piedra Angular, donde Cristo por medio de Su Ángel Mensajero estaría dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.
• Y luego, los escogidos del pueblo hebreo, que son 144.000 hebreos, escucharán la Voz de Cristo por medio de Su Ángel Mensajero en este Día Postrero.
También tenemos como…
• Número 6. El territorio donde el ministerio del Hijo del Hombre, de Jesucristo, de Jesús, de Moisés y Elías, estaría manifestado llamando y juntando a los escogidos: que es el territorio latinoamericano y caribeño.
• Número 7. La Obra de Reclamo.
• Número 8. La Edad de la Piedra Angular. Una edad que sería cumplida como fue cumplida cada edad de la Iglesia gentil durante la Dispensación de la Gracia: viniendo el cumplimiento de esas edades por Asia Menor, la primera; Europa, cinco edades; y Norteamérica, la séptima edad.
• Luego: El Día Postrero. Ese misterio del Día Postrero estaba bajo el Séptimo Sello, y por eso las personas no podían comprender lo que era el Día Postrero, del cual habló nuestro amado Señor Jesucristo, hablaron los profetas del Antiguo Testamento y también hablaron los apóstoles y también hablaron los siete ángeles mensajeros; pero no se comprendía lo que eran los días postreros y lo que era el Día Postrero; pero ahora Cristo nos ha abierto este misterio que estaba escondido bajo el Séptimo Sello, y ahora hemos visto que los días postreros son quinto milenio, sexto milenio y séptimo milenio.
• La fe para el rapto. La fe de rapto, lo cual era un misterio que no había sido revelado a la Iglesia del Señor Jesucristo todavía, vean ustedes, ya es una revelación que tiene la Iglesia del Señor Jesucristo; porque los Siete Truenos, que producen la fe para el rapto, nos han revelado el misterio del Séptimo Sello, el misterio de la Segunda Venida de Cristo, de la Venida del Ángel que era muy diferente a los demás viniendo en el Día Postrero en Su Ángel Mensajero en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, en el Día Postrero.
Otro misterio escondido bajo el Séptimo Sello, vean ustedes, es:
• La Dispensación del Reino. Nadie sabía cuándo comenzaría la Dispensación del Reino, pero ya ese misterio está abierto, y ha comenzado ya la Dispensación del Reino; la Dispensación del Reino, que corresponde al séptimo milenio, o sea, al Día Postrero.
Y el profeta mensajero de la Dispensación del Reino es el que abre esa dispensación; y ese profeta es el Ángel del Señor Jesucristo, donde Jesucristo en Espíritu Santo, el Ángel Fuerte, el Ángel que era diferente a los demás, en el Día Postrero vendría manifestado en carne humana.
• Y el Mensaje del Evangelio del Reino. Ese es otro misterio que estaba bajo el Séptimo Sello: el Mensaje del Evangelio del Reino, que es el Mensaje que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo. Mensaje que trae y proclama Jesucristo en Espíritu Santo por medio de Su Ángel Mensajero; por lo tanto, Su Ángel Mensajero en el Día Postrero estaría predicando el Mensaje de la Dispensación del Reino, que es el Mensaje del Evangelio del Reino.
Otro misterio que estaba bajo el Séptimo Sello es:
• El misterio de los siete truenos de Apocalipsis, capítulo 10, que es la Voz de Cristo: el Mensaje del Evangelio del Reino viniendo por medio de Su Ángel Mensajero.
• Número 13. El avivamiento o despertamiento de la Iglesia-Novia del Señor Jesucristo en el Día Postrero. Ese misterio estaba también bajo el Séptimo Sello.
Fue prometido que los Siete Truenos despertarían a la Novia, le darían un despertamiento, un avivamiento; y fue prometido que con la Venida del Jinete del caballo blanco viniendo del oeste, vendría un despertamiento.
Con la Venida de Cristo en Espíritu Santo manifestado en Su Ángel Mensajero, vendría el despertamiento de la Novia del Señor Jesucristo, de la Iglesia del Señor Jesucristo en una nueva edad, la Edad de la Piedra Angular, y en una nueva dispensación.
Así como hubo avivamientos, despertamientos espirituales, en cada edad de la Iglesia gentil, cuando Cristo estuvo manifestado en el ángel mensajero de cada edad; en el territorio donde se cumplió cada edad, fue el avivamiento, el despertamiento de la Iglesia del Señor Jesucristo en cada edad.
Y ahora el avivamiento, el despertamiento, de la Iglesia del Señor Jesucristo, es para la Edad de la Piedra Angular bajo la manifestación del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis viniendo en y del oeste, que es la Palabra de Dios, el Verbo encarnado en un hombre: encarnado en el Ángel del Señor Jesucristo; viniendo encarnado en el Ángel del Señor Jesucristo, el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis, capítulo 19; que es Jesucristo en Espíritu Santo, el Ángel que era diferente a los demás, viniendo en Su Ángel Mensajero velado y revelado.
Ese es el misterio del Séptimo Sello, ese es el misterio del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis, ese es el misterio del Ángel Fuerte que desciende del Cielo y se vela y se revela en carne humana en Su Ángel Mensajero.
Ese es el misterio que —siendo revelado— llama y junta a los escogidos de Dios, y los prepara para ser transformados y raptados en el Día Postrero; y alrededor de ese misterio es que gira el Mensaje del Evangelio del Reino.
Ese es el Mensaje que revela el Evangelio del Reino, ese es el Mensaje que revela la Gran Voz de Trompeta, dando a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.
• Y como número 14 o número 15. La introducción al Milenio.
La introducción al Milenio como Día Postrero, y la introducción al glorioso Reino Milenial como Reino. Esto es la manifestación del Séptimo Sello, esa es la introducción al Milenio.
De esto habló el precursor de la Segunda Venida de Cristo cuando nos dijo, acerca de la introducción al Milenio, dijo en la página 464 y 465. Dice [Los Sellos]:
“139. Al final de este Séptimo Sello es el fin de la edad de la Iglesia; es el fin del Séptimo Sello, es el fin de las Trompetas, es el fin de las Copas y aun es el fin de la entrada al Milenio. Todo esto está contenido en el Séptimo Sello”.
Vean todos los misterios que están contenidos en el Séptimo Sello. Y aún hay más cosas que están contenidas en este Séptimo Sello. Dice:
“140. Es como disparar un cohete al aire. Este cohete hace una explosión por aquí cerca; y luego mucho más alto hace otra explosión, y de allí salen cinco estrellas. Una de esas cinco hace una explosión, y de allí salen otras cinco estrellas; y una de esas estrellas explota, y de allí salen otras cinco estrellas; y después desaparece gradualmente. Así es el Séptimo Sello. Allí termina el tiempo para el mundo. Es el fin del tiempo para esto y aquello y todas las cosas”.
• O sea que el Séptimo Sello y bajo el Séptimo Sello están todas las cosas que corresponden al Día Postrero; y es el fin para las edades de la Iglesia gentil, es el fin para el tiempo de los gentiles, es el fin para el reino de los gentiles, es el fin para todas las cosas que tienen que finalizar; y es también el fin para la entrada al Milenio: “y es aun el fin de la entrada al Milenio”. Todo esto está contenido (¿dónde?) en el Séptimo Sello.
“Así es el Séptimo Sello. Allí termina el tiempo para el mundo”.
¿Ven? Termina el tiempo (¿para quiénes?) para el mundo.
“Es el fin del tiempo para esto y aquello y todas las cosas. Todo termina con el Séptimo Sello. Ahora, ¿cómo lo va a hacer Dios? Eso es lo que no sabemos, no lo sabemos. En esto será el tiempo para todas estas cosas y la entrada del Milenio”.
Miren todas las cosas que están bajo el Séptimo Sello.
Y ahora… vean ustedes cómo bajo el Séptimo Sello está el fin del reino de los gentiles. También:
• Número 17. Los juicios de la gran tribulación.
• 18. El Ángel —en la nube— que era diferente a los demás.
• 19. La restauración del pueblo hebreo.
• Número 20. La restauración del Reino de Dios en medio del pueblo hebreo y en este planeta Tierra, que es el glorioso Reino Milenial.
• Número 21: La restauración del Trono de David y Reino de David y Casa de David.
Todas estas cosas están bajo el misterio del Séptimo Sello. Y con la apertura del Séptimo Sello todos estos misterios son abiertos a la Iglesia del Señor Jesucristo en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.
Por eso es que todos estos misterios que están bajo el Séptimo Sello están siendo dados a conocer en este Día Postrero a todos los hijos e hijas de Dios, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, en este séptimo milenio que ha comenzado, que es el Día Postrero delante de Dios. Esto es, si le añadimos al calendario los años de atraso que tiene; pues el calendario de los seres humanos está atrasado por 25 a 40 años; de 25 a 40 años tiene de atraso el calendario que en la actualidad se está usando.
Ahora, ¿se le habrá atrasado el calendario a Dios? Yo pienso que no. Y si no se le ha atrasado, pues Dios está obrando en el cumplimiento de Sus promesas correspondientes al Día Postrero; y por eso es que Él está llamando y juntando a todos Sus escogidos en este Día Postrero bajo los misterios escondidos bajo el Séptimo Sello; correspondientes estos misterios al Día Postrero, en el cual nosotros estamos viviendo.
Vean ustedes cómo LOS SECRETOS QUE DIOS GUARDÓ DEL SÉPTIMO SELLO han estado siendo dados a conocer. ¿Por qué? Porque el Séptimo Sello ha estado siendo abierto, y ha estado siendo revelado el misterio de Séptimo Sello a la Iglesia del Señor Jesucristo en este Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino; para nosotros ver todas las promesas correspondientes a la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, llamando y juntando a todos Sus escogidos en este Día Postrero; ver estos ministerios y el fruto que recogerán en este Día Postrero; como dijo en la parábola del trigo y de la cizaña: que enviaría a Sus Ángeles para el tiempo de la Siega, de la Cosecha, que sería el fin del siglo.
La señal del fin del siglo es la presencia de los ministerios de Moisés Elías, de los Dos Olivos, con la Gran Voz de Trompeta llamando y juntando a todos los escogidos de Dios, o sea, recogiendo el trigo de Dios, los hijos del Reino, en este Día Postrero.
Hemos visto LOS SECRETOS QUE DIOS GUARDÓ DEL MISTERIO DEL SÉPTIMO SELLO, los cuales están siendo revelados a los escogidos de Dios en este Día Postrero.
Vean, no es que ustedes son muy inteligentes o demasiado inteligentes, humanamente hablando, para comprender estas cosas, sino que Dios está abriéndonos esas profecías que estaban escondidas bajo el Séptimo Sello; porque el Séptimo Sello ha sido abierto a la Iglesia del Señor Jesucristo en este Día Postrero. Por eso es que ahora sí podemos entender todos estos misterios que les he mencionado, y otros misterios que no les he podido mencionar, pero que corresponden a este Día Postrero y están bajo el Séptimo Sello.
Ha sido para mí un privilegio muy grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de los secretos de Dios, que Dios guardó, del misterio del Séptimo Sello; dándoles testimonio de los secretos de Dios guardados bajo el Séptimo Sello, los cuales ya han estado siendo abiertos en este Día Postrero.
Vean cómo cosas que no pudieron comprender en el Antiguo Testamento, los profetas del Antiguo Testamento y el pueblo hebreo, ahora sí lo podemos comprender; y cosas que no pudieron comprender los apóstoles de Jesucristo, y los siete ángeles de Jesucristo, y los escogidos de las diferentes edades de la Iglesia, ahora sí las podemos entender; porque ha sido abierto el Séptimo Sello con todos los misterios contenidos en el Séptimo Sello.
Porque en el Séptimo Sello, vean ustedes, están contenidos todos los misterios del Reino de Dios correspondientes a este Día Postrero; y ya ha sido abierto el misterio del Séptimo Sello a la Iglesia del Señor Jesucristo; y por consiguiente, todos los misterios guardados por Dios en el misterio del Séptimo Sello, vean ustedes cómo están siendo abiertos y siendo entendidos por todos nosotros en este Día Postrero, en la América Latina y el Caribe, donde Él abriría el Séptimo Sello y abriría estos misterios que están bajo el Séptimo Sello, que son los secretos de Dios guardados, o los secretos que Dios guardó del misterio del Séptimo Sello. ¿Los guardó dónde? En el Séptimo Sello.
Ha sido para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de “LOS SECRETOS QUE DIOS GUARDÓ DEL MISTERIO DEL SÉPTIMO SELLO”, siendo revelados en este Día Postrero.
¿Y dónde están las personas que escucharían la revelación del Séptimo Sello, y verían el cumplimiento del Séptimo Sello y verían los misterios guardados bajo el Séptimo Sello, conforme a la promesa divina? ¡Pues aquí estamos! Aquí estamos en la América Latina y el Caribe, viendo el Séptimo Sello abierto, viendo el Séptimo Sello revelado, y viendo los misterios que están bajo el Séptimo Sello, los cuales están siendo dados a conocer a nosotros en este Día Postrero, en la América Latina y el Caribe.
Y aquí estamos nosotros recibiendo el beneficio de la apertura del Séptimo Sello, en donde todos estos misterios que están guardados en el Séptimo Sello están siendo abiertos, porque ya ha sido abierto el Séptimo Sello.
Y cuando es abierta una carta, usted ve lo que está dentro de esa carta. Como cuando usted abre una habitación: usted ve lo que está dentro de esa habitación. Y cuando usted abre el Séptimo Sello, cuando Cristo ha abierto el Séptimo Sello: entonces podemos ver lo que estaba dentro del Séptimo Sello, lo que estaba dentro de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo.
Y así podemos ver todo lo relacionado al Séptimo Sello, y así podemos recibir el beneficio del Séptimo Sello abierto, en donde hay grandes bendiciones para cada uno de ustedes y para mí también.
Y faltan palabras en el abecedario para describir todas las bendiciones que hay, y las grandes bendiciones que hay para cada uno de ustedes y para mí también. Son tantas y tan grandes, que tiempo nos faltaría para seguir, para continuar dando testimonio de estas bendiciones que Cristo tiene para cada uno de ustedes y para mí también.
Pero ya en la noche, a las 7:00 de la noche, continuaremos viendo estas bendiciones que hay bajo el Séptimo Sello, las estaremos viendo bajo el tema: “EL MISTERIO DEL UNIVERSO EN VASO DE BARRO HOY”.
“EL MISTERIO DEL UNIVERSO EN VASO DE BARRO HOY”, será el tema para esta noche. Y a las 2:30 de la tarde, pues estaré con los jóvenes, en la actividad de los jóvenes, y el tema será: “LA JUVENTUD Y EL MISTERIO DE LA VOLUNTAD DIVINA”; ese será el tema para la actividad de los jóvenes a las 2:30 de la tarde.
Así que nos veremos: los jóvenes a las 2:30 de la tarde, y luego toda la congregación a las 7:00 de la noche, para continuar viendo todas las bendiciones que hay dentro del Séptimo Sello; porque están siendo abiertas todas esas promesas correspondientes al Séptimo Sello, todas esas promesas que acompañan la Segunda Venida de Cristo, que acompañan la apertura del Séptimo Sello.
Bueno, ya hemos visto muchas, y continuaremos viendo más y más bendiciones que hay para cada uno de ustedes y para mí también; y veremos la bendición de la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación nuestra, la veremos por medio de la Palabra revelada, y luego la veremos cumplida en cada uno de nosotros, cuando los muertos en Cristo resuciten y nosotros los que vivimos seamos transformados.
Así que lo que veamos en la Palabra revelada, lo que entendamos y creamos como bendiciones para nosotros, será lo que se estará materializando en cada uno de ustedes y en mí también.
¿Cuántos han visto que para este Día Postrero los muertos en Cristo resucitarán? Lo hemos visto, por lo tanto, les aparecerán a ustedes y a mí también.
¿Cuántos han visto que Dios ha prometido la transformación nuestra para este Día Postrero? Pues seremos transformados en este Día Postrero, veremos esa transformación convertida en una realidad en cada uno de ustedes y en mí también, y tendremos el cuerpo eterno.
Y nos iremos luego a la Cena de las Bodas del Cordero. Allá no puede ir ninguno si no tiene ese cuerpo nuevo; o sea, tiene que ir con una vestidura nueva, nuevecita: el cuerpo nuevo que Él ha prometido para cada uno de nosotros.
Bueno, que Dios les continúe bendiciendo, que Dios les guarde; y muchas gracias por vuestra amable atención, y nos veremos en las próximas actividades.
Con nosotros nuevamente el reverendo Miguel Bermúdez Marín, para continuar y finalizar en esta ocasión nuestra parte, dándole gracias a Jesucristo por Sus bendiciones que Él está dándonos en este Día Postrero bajo “LOS SECRETOS QUE DIOS GUARDÓ DEL MISTERIO DEL SÉPTIMO SELLO”.
Miren todas las bendiciones que estaban escondidas en el Séptimo Sello, y todavía faltan más de ser dadas a conocer a cada uno de ustedes y también a mí; porque antes de yo dárselas a conocer a ustedes, Jesucristo en Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, el Ángel Fuerte, el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, este Ángel que está aquí, primero me las tiene que dar a conocer a mí, para yo dárselas a conocer a todos ustedes.
Que Dios les continúe bendiciendo a todos, y que Dios continúe dándonos a conocer las otras cosas que tenemos nosotros que conocer, conforme a la promesa de Jesucristo.
Dios les bendiga y les guarde a todos.
“LOS SECRETOS QUE DIOS GUARDÓ DEL MISTERIO DEL SÉPTIMO SELLO”.
[Revisión febrero 2022]
1 Daniel 10:21
2 Jeremías 1:12
3 Isaías 55:11
4 San Juan 1:27, San Mateo 3:11, San Marcos 1:7, San Lucas 3:16
5 San Juan 1:29-30
6 San Juan 8:58
7 Malaquías 3:1
8 San Mateo 24:36
9 26 millas (de altura) = 41.8 km / 30 millas (de ancho) x 50 millas (de largo) = 48.3 km (de ancho) x 80.46 km (de largo)
10 Fotos desde diferentes lugares y horas: https://bit.ly/3ureXyD / Revista LIFE: Publicación del 17 de mayo de 1963. Título del artículo “… And a High Cloud – Ring of Mistery”
11 SPN62-1230E “Señor, ¿es esta la señal del fin?”
12 Apocalipsis 2:7, 2:11, 2:17, 2:29, 3:6, 3:13, 3:22
13 Apocalipsis 22:16
14 SPN65-1128M “El único lugar provisto por Dios para la adoración”, párr. 6