Ministros haciendo la Voluntad de Dios hasta obtener la Promesa

Muy buenas tardes, ministros, compañeros en el Cuerpo Místico de Cristo nuestro Salvador, los que están presentes y también los que están en otras naciones. Es una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir estos momentos de compañerismo con ustedes, alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.

Dice el apóstol San Pablo en Hebreos, capítulo 10, versos 35 al 39:

“No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón;

porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.

Porque aún un poquito,

Y el que ha de venir vendrá, y no tardará.

Mas el justo vivirá por fe;

Y si retrocediere, no agradará a mi alma.

Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma”.

Que Dios nos bendiga y nos permita entender Su Palabra. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.

“MINISTROS HACIENDO LA VOLUNTAD DE DIOS HASTA OBTENER LA PROMESA”, hasta obtener lo que Dios ha prometido.

Tenemos que permanecer firmes, perseverando, sabiendo que lo que Dios ha prometido, Él lo va a cumplir, y nosotros creyendo lo que Él ha prometido y trabajando en todo el Programa Divino, para que así se haga una realidad lo que Él ha prometido.

Siempre, en toda promesa de Dios, el ser humano es socio con Dios, así ha hecho Dios para con el ser humano.

Veamos cuando Dios prometió a Abraham, en el capítulo 15 del Génesis, del verso 12 al 19, que su simiente viviría en una tierra extraña y allí sería esclava por 400 años, pero que luego Dios los libertaría con mano fuerte, y en la cuarta generación volverían a la tierra donde Abraham estaba viviendo, que es la tierra prometida para Israel, que estaba luego allá en Egipto esclavizado.

Ahora, podemos ver que, por ejemplo, cuando Dios le dijo a Abraham que su simiente sería como la arena del mar, y también en una ocasión le dijo que sería como las estrellas del cielo[1], Abraham tendría una parte para el cumplimiento de esa promesa: la parte física; por lo tanto, tendría hijos, y los hijos se multiplicarían; pero la bendición la daría Dios, por lo tanto, Dios sería el que estaría haciendo esa Obra.

Y ahora, algunas personas pueden pensar: “Pero Dios dijo que serían como las estrellas del cielo, y en Israel hay unos seis millones de judíos, y luego en el mundo, aparte, hay unos seis o siete millones más, o diez millones más; que hay por todos unos catorce millones. Pero ¿y dónde están como las estrellas del cielo?”. La Escritura dice que todos los creyentes en Cristo (Gálatas, capítulo 3) son hijos de Abraham. Por lo tanto, todos los creyentes en Cristo de todas las edades, que son millones, tenemos ahí a la descendencia de Abraham como las estrellas del cielo. Es la simiente celestial, es el grupo grande.

Y ahora, encontramos también, que siendo que son como las estrellas del cielo: son representados en las estrellas, y el mismo Cristo dice que Él es la Estrella resplandeciente de la Mañana, el Hombre Estrella de la Mañana; pero vean ustedes, en esta tipología vamos a ver algo muy importante acá en Job: Job 38, por ahí, o 37. Veamos lo que nos dice: 38, verso 6 al 7, dice…, es Dios preguntándole a Job:

“¿Sobre qué están fundadas sus bases?

(O sea, el fundamento de la Tierra)”.

Vamos a ver un poquito antes: verso 1 en adelante (para que veamos a Dios hablando con Job), capítulo 38, dice, de Job:

“Entonces respondió Jehová a Job desde un torbellino, y dijo:

¿Quién es ese que oscurece el consejo

Con palabras sin sabiduría?

Ahora ciñe como varón tus lomos;

Yo te preguntaré, y tú me contestarás.

(Piense usted: Dios preguntando y la persona contestando).

¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? (Pregunta muy difícil).

Házmelo saber, si tienes inteligencia.

¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes?

¿O quién extendió sobre ella cordel?

¿Sobre qué están fundadas sus bases?

¿O quién puso su piedra angular,

Cuando alababan todas las estrellas del alba,

Y se regocijaban todos los hijos de Dios?”.

Cuando Dios estaba creando la Tierra, vean, hubo un regocijo en el Cielo de todos los hijos de Dios.

Y ahora, encontramos que en la Escritura nos habla de hombres estrellas o estrellas hombres, estrellas personas. Por eso en el capítulo 24 de Números, aquí está Balaam…, capítulo 24, verso 17, dice…, y está profetizando. Vamos a leer un poquito antes: desde el verso 15, dice:

“Y tomó su parábola, y dijo:

Dijo Balaam hijo de Beor,

Dijo el varón de ojos abiertos;

Dijo el que oyó los dichos de Jehová,

Y el que sabe la ciencia del Altísimo,

El que vio la visión del Omnipotente;

Caído, pero abiertos los ojos:

Lo veré, mas no ahora;

Lo miraré, mas no de cerca;

Saldrá Estrella de Jacob,

Y se levantará cetro de Israel,

Y herirá las sienes de Moab,

Y destruirá a todos los hijos de Set.

Será tomada Edom,

Será también tomada Seir por sus enemigos,

E Israel se portará varonilmente.

De Jacob saldrá el dominador,

Y destruirá lo que quedare de la ciudad.

Y viendo a Amalec (o sea, al rey Amalec), tomó su parábola y dijo (o sea, viendo al pueblo, más bien, de Amalec):

Amalec, cabeza de naciones;

Mas al fin perecerá para siempre”.

Y comenzó a ver, a mirar otros pueblos, otras naciones que estaban a la vista, porque él estaba en una montaña, y comenzó a profetizar sobre ellas. Sigue diciendo:

“Y viendo al ceneo, tomó su parábola y dijo:

Fuerte es tu habitación;

Pon en la peña tu nido;

Porque el ceneo será echado,

Cuando Asiria te llevará cautivo.

Tomó su parábola otra vez, y dijo:

¡Ay! ¿quién vivirá cuando hiciere Dios estas cosas?

Vendrán naves de la costa de Quitim,

Y afligirán a Asiria, afligirán también a Heber;

Mas él también perecerá para siempre.

Entonces se levantó Balaam y se fue, y volvió a su lugar; y también Balac se fue por su camino”.

Y ahora, aquí en este pasaje que leímos, dice: “Saldrá Estrella de Jacob”, y esto está hablando del Mesías, que es la Estrella resplandeciente de la Mañana. Por eso cuando los magos llegaron a Jerusalén, porque habían visto en el cielo la señal de la Venida del Mesías, la señal de la Venida del Hijo del Hombre, entraron a la ciudad de Jerusalén preguntando: “¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente”[2].

Ellos estaban viviendo al oriente de Israel, por allá por la tierra de Ur, Ur de los Caldeos, esa área de Babilonia por allá de Ur de los Caldeos; y miraron – mirando hacia Israel… mirando de la tierra de Ur de los Caldeos hacia Israel estaban mirando de este a oeste, miraron hacia el oeste al mirar hacia Israel; y vieron la señal en el cielo porque ellos eran estudiosos de los astros, y ellos sabían que toda cosa que Dios va a hacer en la Tierra, primero la muestra en el cielo.

Y las estrellas, el sol y la luna, todo eso está puesto por señal para los tiempos y todas estas cosas que acontecen en la Tierra. Y no solamente para contar el tiempo de minutos, horas, días, meses y años, sino también, para mostrar también las etapas, las temporadas; por ejemplo, el tiempo de invierno y el tiempo de verano, el tiempo de luna llena, el tiempo de menguante también (donde la luna mengua, se pone pequeña), y así por el estilo. Muestra también entonces el tiempo para sembrar y el tiempo para cosechar. Y también todo eso muestra la parte del mundo o del campo espiritual.

Y ahora, la simiente de Abraham, siendo como las estrellas del cielo, el Mesías-Príncipe es la Estrella mayor que se ve en la Tierra o desde la Tierra, la Estrella resplandeciente de la Mañana. Y cuando está más cerca de la Tierra, entonces se ve mayor, se ve más clara; y Él dice que va a dar la Estrella resplandeciente de la Mañana, la Estrella de la Mañana, al Vencedor.

No es que le va a dar el planeta Venus; pero si se lo da, está bien también; pero lo que tipifica que le dará la Estrella de la Mañana es algo más grande, más importante que una estrella literal. ¿Saben lo que es la Estrella resplandeciente de la Mañana? Él mismo dijo… Eso está en Apocalipsis, capítulo 2, verso 28 (hablando del Vencedor): “Le daré la estrella de la mañana”.

Por lo tanto, es la estrella que sale por el este cuando va a amanecer, ahí la estamos viendo; aun cuando ya está amaneciendo todavía se ve, es la última estrella que se ve, es la más grande que se ve; y se ve aún cuando ya el sol está comenzando a alumbrar. Y si usted puede tener equipos cuando ya el sol ha salido, también la va a ver; pero tiene que tener equipos para mirar, porque si mira al sol no la va a ver y se le va a dañar la vista.

Ahora, en Apocalipsis, capítulo 22, verso 16, dice de la siguiente manera; y recuerden que esto va ligado. Apocalipsis, capítulo 22, verso 16, dice:

“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana”.

Y ahora, Cristo es la Estrella resplandeciente de la Mañana, y Él ha prometido dar la Estrella de la Mañana al Vencedor.

Cristo está aquí hablando; vean ustedes, de edad en edad Cristo ha estado hablando en medio de Su Iglesia, pues Él dijo: “Yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”[3].

Y ahora, veamos, por ejemplo, aquí en el verso 28 y 29 del capítulo 2, dice [Apocalipsis]:

“Y le daré la estrella (resplandeciente) de la mañana.

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”.

Es el Espíritu Santo el que está haciendo esa promesa. Cristo en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia ha estado todo el tiempo; y dice que estará…: “Estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. Y Él es la Estrella resplandeciente de la Mañana. Cristo en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia es la Estrella resplandeciente de la Mañana.

Y ahora, en Apocalipsis, capítulo 7, verso 2, encontramos a un personaje aquí, que sube de donde nace el sol; dice, capítulo 7, verso 2 en adelante, dice:

“Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol (o sea, es un Mensajero del Este), y tenía el sello del Dios vivo…”.

“No contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención”. Efesios, capítulo 4, verso 30, así dice San Pablo en ese pasaje. El Sello del Dios vivo es el Espíritu Santo; y aquí viene este Ángel con el Espíritu Santo, o sea, Cristo en Él obrando. Sigue diciendo:

“… y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar,

diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios.

Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel (y comienza a enumerar 12.000 de cada tribu)”.

Este Ángel viene con el Sello del Dios vivo, viene con el Espíritu Santo. Es el Ángel Mensajero que tendrá el ministerio con el cual serán llamados y juntados 144.000 hebreos, 12.000 de cada tribu. Es el Espíritu Santo en él operando los ministerios de los Dos Olivos, los ministerios de Moisés y Elías, que son los ministerios que Cristo envía en San Mateo, capítulo 24, verso 31, cuando dice: “Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos”: juntará ese grupo de 144.000 hebreos, 12.000 de cada tribu.

Y ahora, ese es el Ángel Mensajero que recibirá la Estrella resplandeciente de la Mañana en el Día Postrero; o sea que recibirá el Espíritu Santo, para por medio de ese mensajero —Cristo en Espíritu Santo— cumplir las cosas que corresponden a este tiempo final.

Y ahora, Cristo ha estado (y está todavía) en medio de Su Iglesia para cumplir (o cumpliendo) las cosas que corresponden a la Iglesia del Señor Jesucristo y para la Iglesia del Señor Jesucristo en este tiempo final, así como lo hizo de edad en edad.

De edad en edad Él envió el mensajero para cada edad, y colocó en ese mensajero la Palabra revelada; le reveló a ese mensajero Su Palabra, él la captó (aunque no la entendiera muy bien, pero la captó) y predicó esa Palabra; y ese fue el Mensaje correspondiente a la edad en que apareció cada uno de los mensajeros enviados a la Iglesia del Señor Jesucristo. Y eso fue el Espíritu Santo obrando por medio de cada uno de esos mensajeros.

Ese mensajero, ungido con el Espíritu Santo, con el Espíritu Santo en él, trabajó en la Obra del Señor, y por consiguiente fue una Obra del Espíritu Santo en cada edad. Y por eso la promesa divina para cada edad, para la Iglesia de Jesucristo, fue cumplida cuando el Espíritu Santo obró por medio del mensajero de cada edad.

Las personas vieron a un hombre haciendo la Obra, pero cuando examinamos bien podemos ver al Espíritu Santo dentro de ese hombre haciendo la Obra correspondiente a la edad en que fue enviado. Y muchos escucharon un hombre, pero otros escucharon a Dios hablando a través de un hombre; era la Voz del Espíritu Santo. Por eso dice: “El que tiene oídos, oiga lo que el Espíritu Santo dice a las iglesias”.

Era la Voz de Cristo por medio de Su Espíritu a través del mensajero de cada edad. Todos los que escucharon la voz del mensajero: estaban escuchando la Voz del Espíritu Santo en la edad que les tocó vivir. Y la Obra que fue llevada a cabo por el mensajero, no fue una obra humana, fue la Obra del Espíritu Santo, de Cristo, a través del mensajero de cada edad.

Ahora, teniendo este conocimiento como base para lo que Dios ha prometido para nuestro tiempo, sabemos que en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo, la cual está representada en la virgen María…; encontramos que a la virgen María le apareció un Ángel llamado Gabriel, y le dijo que era bienaventurada y que iba a tener un niño (iba a concebir, iba a tener un niño) y le llamaría Su nombre Jesús; y sería llamado Hijo de Dios, Hijo del Altísimo; y Dios le daría el Trono de David, y reinaría sobre Su pueblo, sobre Israel; “y su reino no tendrá fin”, dijo el Ángel Gabriel[4].

Esta Palabra es la Palabra prometida de la Venida del Mesías a Su pueblo Israel: que tenía que venir por medio de una mujer virgen; pues la promesa dada en Génesis, capítulo 3, verso 15, dice que la Simiente de la mujer herirá en la cabeza a la simiente de la serpiente.

Y luego en Isaías, capítulo 7, verso 14, dice: “Porque una virgen…”, una virgen va a concebir; dice que: “La virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y se llamará Su nombre Emanuel”, que traducido – que significa: Dios con nosotros[5]. Sería Dios visitando a Su pueblo en un cuerpo de carne que nacería a través de una joven, de una virgen judía, descendiente del rey David. Y este Hijo heriría en la cabeza al diablo, porque era el diablo en la serpiente, por lo tanto heriría a la serpiente…; dice:

“Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar”.

En los talones sería herido el Hijo, la Simiente de la mujer, y eso se cumplió en la crucifixión; pero Cristo lo hirió en la cabeza; por lo tanto, la victoria la tuvo Jesucristo.

Y ahora, el Hijo de la virgen María, vean ustedes, era nada menos que el Mesías prometido; la Palabra de la Venida del Mesías le fue dada a ella, diciéndole que a través de ella vendría el Mesías, nacería el Heredero al Trono de David, nacería el Hijo de Dios; y ella recibió esa Palabra y dijo: “Hágase conmigo conforme a tu palabra”[6].

Y ahora, es la Iglesia del Señor Jesucristo, la Iglesia-Novia, comparada a la virgen María, la cual en este tiempo final le fue dada Palabra de Dios por medio del ángel mensajero de la séptima edad: Palabra prometida de la Venida del Señor, de las promesas divinas, de la promesa de un gran edificio, una Carpa Catedral; todas esas son promesas dadas a la Iglesia del Señor Jesucristo, dadas por el Espíritu Santo a través del ángel mensajero de la séptima edad de la Iglesia.

Y esta Iglesia-Virgen de la Palabra, esta Iglesia joven, toma esa Palabra, y en la Edad de la Piedra Angular permanece creyéndola, para ver la materialización de esa y las demás promesas que Cristo ha hecho a Su Iglesia.

Y Cristo en medio de Su Iglesia en el Día Postrero, en la edad correspondiente a este tiempo, que es la Edad de la Piedra Angular, Cristo en Espíritu Santo en Su Iglesia va a estar cumpliendo esas promesas. Es Cristo el que hizo esas promesas y es Cristo el que las tiene que cumplir.

Y ahora, sabemos que es Cristo en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia el que va a estar cumpliendo estas promesas, pero tiene que usar velos de carne para cumplir todo lo que Él prometió; así como para cumplir la Venida de la Simiente de la mujer, que es el Mesías, usó a una joven virgen llamada María, que creyó esa Palabra prometida. Y para el cumplimiento de todas las promesas divinas para nuestro tiempo, tiene que tener una Iglesia-Novia tipificada en la virgen María.

Y ahora, por medio de esa Iglesia-Novia Él cumplirá, a través de Ella y en medio de Ella, todo lo que Él ha prometido a Su Iglesia. Cristo estaba, está y estará en medio de Su Iglesia, pero tiene que tener velos de carne para trabajar en el proyecto que Él tiene para este tiempo final. Y Cristo estará dirigiendo todos esos proyectos que Él tiene para nuestro tiempo; por lo tanto, será una Obra del Espíritu Santo en medio de Su Iglesia.

Y ahora, veamos cómo el Espíritu Santo va a estar obrando en el Día Postrero: por medio de carne humana; no hay otra forma para Él obrar. Por lo tanto, será el Espíritu Santo, Cristo en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia obrando.

Por lo tanto, veremos al Espíritu Santo como lo vimos en cada edad: en el mensajero de cada edad; y vimos que se unieron al mensajero, y por consiguiente se unieron a Cristo (que estaba en Espíritu Santo en el mensajero) para la Obra correspondiente al tiempo en que vivieron los hijos de Dios de cada edad del pasado.

Para nuestro tiempo tenemos la promesa de que Él va a hacer grandes cosas. Lo vamos a ver obrar todas esas cosas, y vamos a estar brazo a brazo con Él en la labor que Él esté haciendo.

Nos dice en el libro de Los Sellos, el reverendo William Branham, de la siguiente manera; página 57 del libro de Los Sellos:

“‘Y vi otro ángel fuerte descender del cielo, cercado de una nube, y el arco celeste sobre su cabeza (él está citando Apocalipsis, capítulo 10, verso 1 en adelante)…’.

17. Ahora, si usted se fija bien, notará que esta persona es Cristo, porque aun en el Antiguo Testamento Él fue llamado el Ángel del Pacto (ahora, ese personaje de Apocalipsis 10 es el Ángel del Pacto, es Cristo, el mismo que le apareció a Moisés); y Él ahora viene directamente a los judíos (lo vamos a ver con alguna relación con los judíos) porque la Iglesia ha llegado a su fin. Bien, ahora continuando:

‘… y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego’.

18. ¿Recuerdan el Ángel de Apocalipsis capítulo 1? Este es el mismo. Un ángel es un mensajero, y él es un mensajero a Israel. ¿Ve usted? La Iglesia está a punto de ser raptada…”.

O sea, antes del rapto aparece el Ángel, antes del arrebatamiento de la Iglesia aparece el Ángel, el Mensajero a Israel, el cual es Cristo, el cual es el Espíritu Santo, el Ángel del Pacto.

[18]. La Iglesia está a punto de ser raptada, Él viene por Su Iglesia”.

Y ahora, podemos ver la relación que habrá entre este Ángel del Pacto (Cristo en Espíritu Santo), el pueblo hebreo y la Iglesia del Señor Jesucristo; tendrá una labor doble para llevar a cabo.

En la página 120 y 121 dice, ya al final de la página 120: “Ahora…”, hablando de ese Ángel de Apocalipsis 10, dice:

94. Ahora, nosotros vimos la misma cosa, la cual es Cristo; y sabemos que Cristo siempre es el Mensajero a la Iglesia. Él es llamado ‘Columna de Fuego’, ‘El Ángel del Pacto’ y así por el estilo.

‘Y tenía en su mano un librito abierto (ahora, para este momento los Sellos ya habían sido abiertos. Los estamos abriendo ahorita, pero aquí donde estamos leyendo, ya están abiertos): y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra…’”.

Y si seguimos leyendo ya veremos las cosas que este Ángel habla. Está como León; habla y Su Voz son escuchadas como Siete Truenos; clama como cuando ruge un león y Siete Truenos emiten sus voces. Lo que habló… lo que hablaron los Truenos es el misterio del Séptimo Sello, el misterio de Su Venida.

Y ahora, en la página 134 dice:

142. Y noten ustedes: Cuando este Espíritu Santo que tenemos llegue a encarnarse, el que está en nuestro medio ahora mismo en la forma del Espíritu Santo, cuando Él llegue a ser encarnado en la Persona de Jesucristo, entonces nosotros le coronaremos como ‘Rey de Reyes y Señor de Señores’”.

La promesa es que se encarnará, o sea, que estará en carne humana, en un cuerpo de carne. Estuvo parcialmente en los apóstoles, como también había estado en los profetas, pero cuando estuvo en Jesús, en un cuerpo que Él creó, ahí se hizo carne y habitó en medio del pueblo hebreo, y estaba en toda Su plenitud.

Y ahora, el mismo Espíritu que estuvo en los profetas y en Jesús, ha estado en medio de Su Iglesia todo el tiempo, y ha estado en cada mensajero, y por medio de cada mensajero llevando a cabo la Obra de cada edad.

Para el Día Postrero Él estará en la edad correspondiente al Día Postrero, que es la Edad de la Piedra Angular, y la promesa es que estará en un velo de carne; eso es: estará en carne humana; porque siempre ha usado carne humana. Usó el profeta Moisés y a través de Moisés habló al pueblo.

El mismo Zacarías (capítulo 7, versos 11 al 12) dice que Dios habló a Su pueblo (¿cómo habló?) por medio de Su Espíritu a través de los profetas; esa es la forma en que Dios ha estado hablando. “Profeta como tú les levantaré de en medio del pueblo; y pondré Mis palabras en su boca. Y cualquiera que no oyere lo que él hablare en Mi Nombre, Yo le pediré cuenta”[7].

Por lo tanto, la Palabra de Dios para el pueblo, la coloca Dios en la boca de un hombre en el cual estará el Espíritu Santo, Cristo en Espíritu Santo, o sea, el Ángel del Pacto. Por eso dice en cada edad: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”[8]; eso es lo que está hablando a través del mensajero, del velo de carne correspondiente a cada edad.

Y para el tiempo final estará hablando más arriba, en la Edad de la Piedra Angular; y serán bienaventurados todos los que estarán escuchando lo que Cristo en Espíritu Santo estará hablando por medio de carne humana, del instrumento que Él tenga para ser el mensajero de esa edad. Y el Espíritu Santo estará trabajando en el proyecto que Él mostró que sería llevado a cabo en medio de Su Iglesia en el Día Postrero.

Por ejemplo, la Visión de la Carpa es un proyecto divino que Dios llevará a cabo en este tiempo final; y por consiguiente, Dios por medio de Su Espíritu, que es el Ángel del Pacto, estará llevando a cabo ese proyecto.

¿Pero cómo lo hará? A través de carne humana, colocando todo Su Programa en esa manifestación que Él tendrá en el Día Postrero. Muchas personas verán a un hombre y a un pueblo de creyentes llevando a cabo una labor; pero otros verán al Espíritu Santo llevando a cabo esa labor usando un velo de carne, juntamente con un grupo de creyentes que estarán brazo a brazo respaldando esa labor. Y se hará una realidad en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo, donde está prometida la manifestación plena de Dios.

Así que unos van a ver a un hombre, y a un grupo de personas trabajando en ese proyecto; y otros van a ver al Espíritu Santo obrando por medio de un hombre, y usando también a muchas personas, o sea, a Su Iglesia-Novia como Cuerpo Místico, trabajando en ese proyecto. Tan sencillo como eso.

Recuerden, “Dios en simplicidad”; si leen el libro de Los Sellos, recuerden bien ese mensaje, lean bien ese mensaje; y después, cuando esté hablando del Séptimo Sello, lean también ahí, y verán que él dice que no se había dado cuenta bien de ese mensaje “Dios en simplicidad”, y de lo que había sido dicho, pero ahora lo veía muy bien; cuando le tocó hablar del Séptimo Sello, él dice que será en simplicidad.

Eso está por aquí en la página 472, ya ustedes la saben de memoria; dice (vamos a ver):

[163]. … porque vemos que cuadra perfectamente con las promesas de Dios para el Mensaje del tiempo del fin”.

¿Cuál es el Mensaje del tiempo del fin? Vamos a ver:

164. Noten bien el Mensaje del tiempo del fin (este Sello) (o sea, el Séptimo Sello)… Él nos ha revelado los seis Sellos, pero no dice nada del séptimo. El Sello del tiempo del fin, cuando empiece será algo completamente secreto, según la Biblia”.

Cuando comience; o sea que va a estar, va a comenzar, pero va a ser un secreto. Como fue un secreto la Primera Venida de Cristo hasta que comenzó allá Su ministerio a los 29 años (y todavía…), 29 años y medio; y todavía era un secreto, porque la gente no creían que esa era la Venida del Mesías, excepto pocas personas. Todo era tan sencillo: un joven carpintero, pero ese era el Mesías; un joven sencillo que se había criado en Nazaret, no se había criado en Jerusalén, la capital, pero ese era el Mesías.

Lo importante no es lo que piense la gente, es lo que en realidad Dios ha determinado. Dios esconde de los ojos de los sabios y de los entendidos Su Programa; escondió de los ojos de los sabios y entendidos la Primera Venida de Cristo. ¿Qué fue eso, la Primera Venida de Cristo? La Venida del Espíritu Santo en un cuerpo de carne que Él creó en el vientre de María. Tan sencillo como eso.

Ahora, sigue diciendo:

[164]. Él nos ha revelado los seis Sellos, pero no dice nada del séptimo. El Sello del tiempo del fin, cuando empiece será algo completamente secreto, según la Biblia. Pero antes de conocer eso… Recuerden Apocalipsis 10:1-7: que al fin del Mensaje del séptimo ángel TODOS los misterios de Dios serían conocidos. Estamos en el tiempo del fin —la apertura del Séptimo Sello.

165. El domingo pasado, hace una semana hoy, cuando estaba predicando sobre: ‘Sed humildes, sed humildes, recuerden que Dios obra en cosas pequeñas’, en verdad no me daba cuenta de lo que estaba hablando, pero ahora lo veo bien. Será de una manera tan humilde. Uno pensaría que una cosa tan tremenda sería revelada allá en el Vaticano, pero más bien viene como vino Juan el Bautista…”.

¿Cómo vino Juan el Bautista? Como el Elías prometido precursando la Venida del Señor, vino como el tercer Elías. Y luego sigue diciendo:

[165]. … viene como el nacimiento de nuestro Señor, ¡allá en un (pesebre)! ¡GLORIA A DIOS! ¡La hora está a la mano! ¡Aquí estamos! ¡Oh hermano!”.

¿Viene como qué? Como el nacimiento del Señor allá en un pesebre; y recuerden que María representa la Iglesia-Novia del Señor.

Ahora, vamos a ver… Con esto ustedes van a entender. Página 368 del libro de Los Sellos, dice:

[188]. Todo está contaminado, el mundo, toda la naturaleza. ¡Dios tenga misericordia! El mundo entero está con dolores de parto. El mundo está haciendo el esfuerzo, está en angustias, como dijo Isaías. Pero ¿por qué? Es que está tratando de dar a luz un mundo nuevo para el Milenio (todos esos problemas de la naturaleza son dolores de parto, para dar a luz un mundo nuevo para el Milenio, o sea, para el Reino Milenial de Cristo), donde no existirá el pecado; está tratando de dar a luz un mundo nuevo para un pueblo nuevo que no pecará ni lo corromperá. Correcto. Todo está en angustias (o sea, todo está con dolores de parto).

189. Por eso nosotros también estamos en angustias. La Novia está en angustia para dar a luz a Cristo Jesús”.

La Novia está en angustia para dar a luz a Cristo Jesús, como estaba la virgen María. Sigue diciendo por aquí:

[189]. Todo está en angustia gimiendo, porque algo está a punto de acontecer. Y este Sexto Sello da lugar a todo eso. ¡Oh, hermano! Será un tiempo cuando acontecerán todos los terremotos, las estrellas caerán del cielo, habrá erupciones volcánicas, y en eso la Tierra se renovará”.

Miren todos los problemas que van a venir, pero son dolores de parto para dar a luz un mundo nuevo; se va a renovar, a restaurar el planeta Tierra, para un pueblo que vivirá ahí en el glorioso Reino Milenial del Mesías. Sigue diciendo:

[189]. La lava volcánica brotará del centro de la Tierra y entonces se regará por todos lados mientras la Tierra gira (vean, todo eso va a suceder).

190. Y les aseguro esto: Un amanecer de estos, cuando Jesús y Su Novia vengan de nuevo a la Tierra, encontrarán un Paraíso de Dios, tan perfecto (o sea, perfecto)”.

O sea, antes de comenzar la gran tribulación nos vamos a la Cena de las Bodas del Cordero, y cuando regresemos encontraremos una Tierra renovada, restaurada, un paraíso, para pasar la luna de miel; un paraíso, como era antes de Adán y Eva pecar.

Y ahora la Iglesia-Novia está en angustia para dar a luz a Cristo. Es que la Palabra que fue dada por el Espíritu Santo a través del ángel de la séptima edad es la Palabra creadora; es una simiente que y con la cual quedó embarazada la Iglesia-Novia, y por eso está con dolores de parto aquí, en este pasaje; con dolores de parto para dar a luz ¿a quién? A Cristo.

Y por consiguiente, será la bendición más grande que la Iglesia haya recibido, la cual recibirá en el tiempo final, en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular. Y Cristo cumplirá todo aquello que corresponde a este tiempo final.

Ahora, podemos ver que el misterio del Séptimo Sello está conectado a la Iglesia del Señor, está conectado a esa Iglesia-Novia-Virgen representada en la virgen María, que en el tiempo final, en la Edad de la Piedra Angular, va a tener la bendición de dar a luz a Cristo. Y esa Iglesia-Novia tendrá la bendición de que todos Sus hijos, los escogidos, van a ser transformados si permanecen vivos hasta la resurrección.

Y ahora, “MINISTROS HACIENDO LA VOLUNTAD DE DIOS HASTA OBTENER LA PROMESA”: sin desmayar, continuemos trabajando brazo a brazo en la Obra del Señor de acuerdo a lo que está prometido para nuestro tiempo, para que se haga una realidad todo lo que ha sido prometido.

Es en medio de la Iglesia-Novia del Señor Jesucristo que tiene que aparecer el cumplimiento de la Visión de la Carpa; de la Visión de la Carpa en este tiempo final, en la edad que corresponde a este tiempo, que es la Edad de la Piedra Angular.

Fuera de la Edad de la Piedra Angular Dios no está obrando, y por consiguiente no va a obrar para el cumplimiento de esa Visión. Tiene que ser en esa edad perfecta, la Edad de la Piedra Angular, la Edad de la Adopción, la edad que corresponde a esa Iglesia-Novia, a esa Iglesia joven que aparecería en este tiempo final.

¿Recuerdan la visión de la Iglesia que tuvo el reverendo William Branham, en donde él vio la Iglesia del comienzo en una… en cierta forma pasando? Y luego, más adelante, en esa misma visión, vio el cristianismo en sus diferentes etapas denominacionales, representada cada etapa en una mujer adulta, y luego vio la séptima edad de la Iglesia; luego que terminó esa edad, luego encontramos que hubo un cambio en la gente de esa edad; y luego estuvo llorando por lo que había visto, pero luego le fue dicho: “No llores, ahora viene, ahora va a pasar de nuevo la Novia del Señor”.

Y cuando pasó – y cuando mira – cuando escucha: escucha la música como de marcha, como en los desfiles estos de las paradas estas nacionales que se llevan a cabo, como el 4 de julio en Estados Unidos, y cosas así; y comienza a escuchar una marcha, él dice: “Algo así como: ‘Firmes y adelante’”. Y cuando mira, ve un grupo de jovencitas bien vestidas, bien hermosas, pasando frente a él; y le fue dicho: “Esa es la Novia del Señor”, representada en esas jovencitas; y él se regocijó[9].

¿Ve? La Iglesia del Señor Jesucristo en este tiempo final está representada en unas jóvenes que pasaron frente a él en la visión de la Iglesia-Novia del Señor; y solamente hay una edad donde eso puede suceder, porque ya las demás edades son edades viejas, representadas en mujeres adultas; y ahora solamente hay una edad joven: la Edad de la Piedra Angular.

Por lo tanto, en medio de Ella y por medio de esa Iglesia-Novia es que Dios estará obrando en este tiempo final, y estará trayendo a cumplimiento todo lo que Él ha prometido para Ella; y por medio de Ella, de Su Iglesia-Novia, y el ministerio que haya colocado en medio de Su Iglesia, será que Él cumplirá todo lo que Él ha prometido.

Algunas personas verán un pueblo llevando a cabo ciertas labores con un hombre, un mensajero, pero otros verán a Dios por medio de Su Espíritu Santo cumpliendo lo que Él prometió.

“MINISTROS HACIENDO LA VOLUNTAD DE DIOS HASTA OBTENER LA PROMESA”.

Y continuaremos trabajando, haciendo la voluntad de Dios, hasta obtener la promesa del cumplimiento de la Visión de la Carpa, y también la promesa de nuestra transformación; porque aunque se cumpla la promesa de la Visión de la Carpa, si no somos transformados, tendríamos que pasar por la gran tribulación.

La meta es recibir la fe para ser transformados y raptados, y ser llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero; esa es la meta. Después esa Carpa Catedral se quedará acá en la Tierra y Dios es el que va a decidir qué va a pasar con ella.

Pero los escogidos van a volar, porque tendrán cuerpos glorificados, interdimensionales, van a ir con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero; los que estamos vivos y estemos vivos en esos días, y seamos transformados, y los que han de resucitar en cuerpos glorificados.

Yo creo que con lo que hemos hablado tenemos suficiente, y creo que el Séptimo Sello ha sido bastante abierto y bastante entendido. Todo eso está dentro del Séptimo Sello. Es algo para la Iglesia-Novia del Señor; no es algo para el mundo, es algo para la Iglesia-Novia del Señor.

Bueno, vamos a dejar por aquí al reverendo Miguel Bermúdez Marín para continuar (yo creo que debe estar por aquí todavía, Miguel).

“MINISTROS HACIENDO LA VOLUNTAD DE DIOS HASTA OBTENER LA PROMESA”.

No hemos venido a Cristo y no hemos comenzado en el ministerio para después dejarlo y olvidarnos, sino hasta obtener lo que Él ha prometido: hasta llegar a la meta, que será nuestra transformación, el rapto y la gran fiesta en el Cielo de la Cena de las Bodas del Cordero; y después de tres años y medio allá, regresar a la Tierra para el establecimiento del Reino del Mesías, del Reino de Cristo, donde estaremos como reyes, como sacerdotes y también como jueces.

Ya yo creo que tenemos a Miguel por aquí. Que Dios les bendiga y les guarde; y será hasta mañana, Dios mediante, en que estaremos nuevamente reunidos para la actividad correspondiente, en donde esperamos grandes bendiciones de parte de Dios.

¿Y mañana a qué hora es, Miguel? A las 9:00. ¿9:00 hora de Monterrey o 9:00…? Pues hoy era a las 9:00, ¿verdad?, y estaban a las 9:00 aquí ya. Pero mañana, como ya llegaron de otros lugares, ya…

Ya mañana también nosotros viajamos, y vamos a viajar ¿a qué hora, Miguel? A la hora más conveniente. Así que si nos vamos temprano y hay un vuelo antes: nos vamos antes, y ya llegamos más temprano a donde tenemos que llegar para arreglar todito; para… (¿al otro día?), al otro día continuar viajando; el lunes ya continuamos viajando.

Y esperamos que ustedes oren mucho por nosotros, para que Dios continúe obrando, continúe confirmando a los creyentes en este Día Postrero en la fe y en la edad correspondiente, y continúe también abriéndonos las Escrituras, y dándonos así más y más alimento espiritual de Su Palabra.

Que Dios les bendiga y les guarde, y dejo por aquí al reverendo Miguel Bermúdez Marín.

Dios les bendiga y les guarde a todos.

“MINISTROS HACIENDO LA VOLUNTAD DE DIOS HASTA OBTENER LA PROMESA”.

[Revisión septiembre 2024]

[1] Génesis 22:15-18

[2] San Mateo 2:1-2

[3] San Mateo 28:20

[4] San Lucas 1:26-33

[5] San Mateo 1:23

[6] San Lucas 1:38

[7] Deuteronomio 18:18-19

[8] Apoc. 2:7, 2:11, 2:17, 2:29, 3:6, 3:13, 3:22

[9] 65-0429E “Escogiendo una Novia”, párrs. 198-213 en inglés

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