Nuevas de gran gozo para la Primera y Segunda Venida de Cristo

Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes, y también los que están a través del satélite Amazonas allá en Puerto Rico y demás naciones, y también los que están a través de internet. Que las bendiciones de Cristo nuestro Salvador sean sobre todos ustedes.

Aprovecho la oportunidad para expresarles mi aprecio y agradecimiento por todo lo que están haciendo por el gran proyecto La Gran Carpa Catedral que está siendo construida allá en Puerto Rico; y también la Iglesia y todos los hermanos allá les agradecen también, y aprecian todo lo que ustedes están haciendo, ustedes que están aquí presentes y los que están a través del satélite Amazonas o de internet en diferentes naciones. También le expreso el aprecio y agradecimiento a todos los ministros que han estado con sus congregaciones brazo a brazo en este proyecto.

Para esta ocasión leemos en San Lucas, capítulo 2, versos 8 al 14. Eso fue cuando la virgen María fue con José a Belén de Judea; estaban viviendo en Nazaret y tuvieron que ir a Belén de Judea, porque fue llevado un censo por orden, por un edicto de parte de Augusto César. Y para ese tiempo Cirenio era gobernador de Siria.

Tenía que ir cada persona a la ciudad natal de ellos para ese censo[1], para ser censados, registrados, en su ciudad, y la ciudad a la cual ellos pertenecían, que era Belén de Judea, porque eran descendientes del rey David, y por lo tanto eran príncipe y princesa; aunque eran pobres (pero el título permanece en la persona aunque sea pobre); pertenecían a la casa, a la familia de David.

Y dice que cuando ella dio a luz a su hijo Jesús…, dice:

[San Lucas 2:8] “Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño.

Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor.

Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo:

que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor.

Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre.

Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían:

¡Gloria a Dios en las alturas,

Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!”.

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

El verso 10 dice: “He aquí os doy nuevas de gran gozo”. “NUEVAS DE GRAN GOZO PARA Y EN LA PRIMERA VENIDA DEL SEÑOR”; y por consiguiente, habrá nuevas noticias de gran gozo en la Segunda Venida del Señor.

Ahora, examinemos el orden para la Primera Venida del Señor. Para el tiempo de la Primera Venida del Señor se estaría viviendo en un tiempo profético, para lo cual Dios, conforme a Malaquías, capítulo 3, enviaría una señal grande sobre la Tierra, y también en el cielo. En el cielo fue la promesa de Dios dada en Números, capítulo 24, verso 17, que dice:

“Lo veré, mas no ahora;

Lo miraré, mas no de cerca;

Saldrá Estrella de Jacob,

Y se levantará cetro de Israel,

Y herirá las sienes de Moab,

Y destruirá a todos los hijos de Set”.

“Saldrá Estrella de Jacob”. Esto nos habla de la Venida del Mesías; y por esa causa estudiaban los sabios judíos y también estos sabios —llamados magos— que llegaron a Jerusalén buscando al Mesías, preguntando: “¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente”[2].

Ellos estaban viviendo allá en la tierra de Ur de los Caldeos, esa tierra por el área de allá de Babilonia; y ellos eran descendientes hebreos que esperaban la Venida del Mesías; eran de las personas que habían sido deportados, y por muchos años habían estado viviendo en esos territorios, y habían tenido sus hijos y sus nietos, y así por el estilo, pero con la esperanza de ver la Venida del Mesías, pues tenían las profecías de Daniel, que fue gobernador en la provincia de Babilonia, o sea, en el estado de Babilonia.

Y siendo un político recibió la visita de un Ser extraterrestre (diríamos), que fue llamado Gabriel, o Ángel o Arcángel Gabriel[3], el cual le trajo una profecía política: mostrándole el reino de los gentiles y su trayectoria política hasta llegar al tiempo de los pies de hierro y de barro cocido[4], los cuales serán desmenuzados, y luego toda la estatua será desmenuzada; o sea, el reino de los gentiles, con todo lo que ha quedado de esos reinos o imperios anteriores.

Y la Piedra no cortada de manos del capítulo 2 del libro del profeta Daniel, versos 30 al 45, dice que creció y se hizo un gran Reino: ese es el Reino del Mesías; y la Piedra es el Mesías en Su Segunda Venida.

Por lo tanto, será un tiempo de gran gozo para el pueblo de Dios, el tiempo de la Venida de esa Piedra en la etapa de los pies de hierro y de barro cocido de la estatua que vio el rey Nabucodonosor, que representa el reino o imperio de los gentiles.

La Primera Venida fue en la etapa de las piernas de hierro, o sea, del imperio romano de los Césares; y la Segunda Venida está señalada para la etapa de los pies de hierro y de barro cocido, que es el tiempo de los gentiles, del reino de los gentiles, en el cual estamos viviendo.

Ahora, encontramos que allá hubo un mensajero prometido que tenía que aparecer; para lo cual, por consiguiente, tenía que nacer en la Tierra.

Y ahora, vemos que el mismo Ángel que le dio las revelaciones al profeta Daniel con relación al reino de los gentiles y también con relación al Reino del Mesías, aparece al sacerdote Zacarías para hablarle acerca de la promesa de Malaquías, capítulo 3, que dice:

“He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí (¿Quién lo está enviando? Aquel al cual él le va a preparar el camino); y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos”.

¿Quién vendrá luego que sea enviado y le prepare el camino al que lo está enviando? ¿Quién vendrá? Pues el que lo está enviando, que es el Señor, el Ángel del Pacto; el Señor, Dios el Padre, y el Ángel del Pacto, que es el cuerpo angelical de Dios, en el cual Dios vendrá.

Pero ahora, para Su Venida, que traerá gran gozo a Su pueblo, Él se hará carne; o sea, creará un cuerpo de carne en el vientre de María, en el vientre de una virgen, como está prometido en Isaías, capítulo 7: “Porque la virgen concebirá, y dará a luz un Hijo, y llamará Su nombre Emanuel (que significa[5]: Dios con nosotros)”. Isaías, capítulo 7, verso 14.

Por lo tanto, para el cumplimiento de esa profecía tenía que aparecer una joven virgen descendiente del rey David, y por consiguiente de la tribu de Judá, y concebiría y daría a luz ese niño, que sería Emanuel, o sea, Dios con nosotros: Dios con el pueblo hebreo, y por consiguiente con la raza humana, visitando la raza humana, para llevar a cabo la redención del ser humano por medio del Sacrificio que Él efectuaría en la Cruz del Calvario: como el Sacrificio de Expiación por el ser humano, para reconciliar al ser humano con Dios.

Tenía que aparecer una virgen en la cual viniera esa Simiente de Dios; por eso en Génesis, capítulo 3, verso 15, la promesa es que la Simiente de la mujer herirá en la cabeza a la serpiente, o sea, al diablo.

Y ahora, apareció esa joven virgen llamada María, la cual fue visitada por el Ángel Gabriel[6], luego que ya el Ángel Gabriel hacía seis meses había visitado al sacerdote Zacarías, y le había hablado acerca de un niño que iba a tener Zacarías a través de su esposa, el cual sería grande delante de Dios: sería profeta de Dios.

Delante de Dios no hay cosa más grande que un profeta, el cual es enviado con las dos consciencias juntas; y es enviado para cierto tiempo en específico, en el cual Dios tiene que comunicarle al ser humano Su Palabra, revelarle Su Palabra; “porque no hará nada el Señor, sin que antes revele Sus secretos a Sus siervos Sus profetas”, dice Dios por medio del profeta Amós, capítulo 3, verso 7.

Y ahora, vean cómo le dice el Ángel al sacerdote Zacarías, el cual estaba ministrando en el templo. Dice:

[San Lucas 1:11] “Y se le apareció un ángel del Señor puesto en pie a la derecha del altar del incienso.

Y se turbó Zacarías al verle, y le sobrecogió temor (y si le aparece a alguno de ustedes, también le pasa lo mismo).

Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída…”.

La oración de Zacarías era tener un hijo, y su esposa era estéril y ya estaba anciana; y desde que se habían casado la oración de Zacarías era tener un hijo. Pero no importa el tiempo que transcurra luego que usted haya orado a Dios: la oración suya ha sido oída por Dios.

¿Cuánto tiempo tardará la respuesta de parte de Dios? Eso depende de Dios; pero la persona se mantiene firme, creyendo que Dios lo escuchó y le va a conceder su petición; porque Dios concederá las peticiones de nuestros corazones, siempre que son hechas en la perfecta voluntad de Dios.

“… y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan.

Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento…”.

Esta era una noticia grande que iba a traer gozo a Zacarías y a su esposa Elisabet, y también a muchas personas, familiares y amistades que vivían en ese territorio de Judea, allá en las montañas. Dice:

“… porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre”.

Cuando María fue y saludó a Elisabet, el niño saltó en el vientre de Elisabet: ahí fue lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre Elisabet[7].

“Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos.

E irá delante de él (o sea, delante del Señor) con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto”.

Vean, el niño que le está prometiendo el Arcángel Gabriel al sacerdote Zacarías es lo que fue prometido en Malaquías, capítulo 3; y Dios envía al Ángel para dar esta buena noticia, estas buenas nuevas de gran gozo para el sacerdote Zacarías y su esposa.

Y ahora, unos seis meses después…; porque cuando le aparece a la virgen María, dice la Escritura que ya hacía seis meses que su parienta Elisabet había concebido. Dice en el verso 36 de este mismo capítulo 1 de Lucas:

“Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril…”.

¿Ve? Era estéril. Ahora vean lo que le dice:

“… porque nada hay imposible para Dios”.

No hay nada imposible para Dios. No hay nada imposible para Dios cumplir la promesa de la venida del precursor, y tampoco nada hay imposible para cumplir la promesa del precursado, del Mesías.

Para el tiempo en que nació Jesús, por cuanto Herodes supo que había nacido en Belén de Judea el Salvador, el Rey de Israel, y Herodes era el rey allá en la tierra de Israel, allá en Judea: Herodes no quería otro rey que lo destronara a él. Y mandó a matar a todos los niños de dos años hacia abajo, porque él investigó con los magos, los sabios, cuánto tiempo hacía que la Estrella ya estaba apareciendo, y ellos le dijeron que hacía ya dos años[8]. O sea, conforme a esa fecha, luego él mandó a matar a todos los niños de dos años hacia abajo; y hubo grande llanto allá en Belén de Judea, “Raquel que llora por sus hijos”[9].

Siempre que aparece un personaje importante en el Programa Divino hay una señal en el cielo, en las estrellas.

Recuerden que Dios le dijo a Abraham que su simiente sería como las estrellas del cielo[10]; por lo tanto, están representados los descendientes de Abraham en las estrellas del cielo.

Y la estrella o estrellas que representan al Mesías se colocan en cierta forma, anunciando la Venida del Mesías o nacimiento del Mesías; señal que entendieron aquellos sabios, aquellos magos (llamados magos también); los cuales también se dice que eran sacerdotes allá en su territorio.

Ahora, sabemos que antes de Dios realizar algo en la Tierra Él lo muestra, lo anuncia en el cielo; y por consiguiente, las palabras de Jesús están bien acertadas cuando dice que habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas[11].

Estas señales deben ser comprendidas, porque dicen lo mismo que dice la Biblia. Porque el firmamento es la primera Biblia; y luego tenemos esta Biblia, que es la Palabra de Dios, la Palabra escrita; y dicen ambas lo mismo.

También, vean ustedes que en Apocalipsis, capítulo 2, verso 28, y Apocalipsis, capítulo 22, verso 16, el mismo Señor Jesucristo nos dice de la siguiente manera. Dice:

[Apocalipsis 22:16] “Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana”.

Aquí Cristo se identifica con la Estrella resplandeciente de la Mañana. En cada momento en que usted —si es madrugador o madrugadora— ve hacia el este, y ve esa estrella cuando está amaneciendo, eso está anunciando diariamente la Segunda Venida de Cristo; y por consiguiente es un testimonio en el cielo, de parte de Dios para los seres humanos.

Y cuando vemos saliendo el sol, luego de ver la estrella, vemos el sol saliendo, también estamos viendo ahí en tipo y figura la Venida del Señor, la Segunda Venida de Cristo. En Malaquías 4, verso 2, dice:

“Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada”.

Cuando ellos van saltando: van muy felices, muy contentos; por lo tanto, habrá gozo, regocijo, porque estarán recibiendo buenas nuevas, buenas noticias, que son buenas nuevas de gran gozo para los hijos e hijas de Dios.

Y ahora, vean cómo el mismo Cristo se representa en el sol; aquí está representada la Venida del Señor en el sol. El mismo Cristo dijo: “Yo soy la Luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, mas tendrá la Luz de la Vida”[12].

Ver a Cristo dos mil años atrás en medio del pueblo hebreo y escuchar a Sus discípulos decir que Jesús era el Mesías: era una noticia de gran gozo, de gran alegría, para los que lo veían y creían en Él; se regocijaban de estar viendo el cumplimiento de la Venida del Señor; aunque ellos no comprendían muy bien algunas cosas.

Ellos pensaban que en aquel tiempo el Mesías-Príncipe iba a sentarse en el Trono de David, porque ellos no comprendían que primero tenía —el Mesías— que morir como el Sacrificio de Expiación por el pecado del ser humano. Eso ellos no lo comprendían.

Ellos no comprendían que la Venida del Señor tiene dos partes: en Su Primera como Cordero de Dios, y en Su Segunda como el León de la tribu de Judá; en Su Primera como Sumo Sacerdote, y en Su Segunda como Rey de reyes y Señor de señores.

Ahora, ya la Primera Venida de Cristo, que trajo gran gozo para todos los que creyeron en Él, se cumplió y se realizó el Sacrificio de Expiación; y desde el Día de Pentecostés en adelante se ha estado predicando el Evangelio de Cristo, el Evangelio de la Gracia, el Evangelio de nuestra salvación, para salvación y vida eterna de todos aquellos que lo reciben como único y suficiente Salvador.

Dos mil años han transcurrido de Cristo hacia acá, dos mil años de misericordia de parte de Dios por medio de Cristo, dos mil años del amor de Dios hacia el ser humano expresado por medio de Cristo, dos mil años de oportunidad para obtener la salvación y vida eterna: toda persona que escucha la predicación del Evangelio de Cristo, nace la fe de Cristo en su alma y lo recibe como su único y suficiente Salvador; y así asegura su futuro eterno con Cristo en Su Reino eterno.

Luego del largo periodo de la Dispensación de la Gracia vendrá la Dispensación del Reino, para la cual tiene que realizarse la promesa de la Venida del Señor como Rey de reyes y Señor de señores, como León de la tribu de Judá; lo cual será primeramente la Venida del Señor a Su Iglesia, para reclamar a todos los que Él ha redimido con Su Sangre preciosa, resucitar a los que ya murieron, creyentes en Cristo, resucitarlos en cuerpos eternos y glorificados y jóvenes; y para los que están vivos ser transformados; y luego todos llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Y la Venida del Señor para el Día Postrero, que está prometida con Sus Ángeles, “porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de Su Padre con Sus Ángeles, y entonces pagará a cada uno según sus obras”[13].

Él vendrá primero a Su Iglesia-Novia, y vendrá como ladrón en la noche[14]; o sea que vendrá en forma sorpresiva. No estarán las personas (la mayoría de las personas) listas, porque para estar listo se requiere recibir primero al precursor de la Segunda Venida de Cristo, o sea, reconocer quién es el precursor de la Segunda Venida de Cristo; el cual ya vino.

Recuerden que hay un orden divino; como fue la Primera Venida de Cristo, también tiene que ser el orden para la Segunda Venida de Cristo.

Si hubo un precursor allá, tiene que haber un precursor en este tiempo final para la Segunda Venida de Cristo; el cual con su Mensaje nos estará dando a conocer cómo será la Venida del Señor en el Día Postrero.

Y tiene que haber una virgen; una virgen, la cual ya no será una virgen literal, sino que será la Iglesia-Novia, la Iglesia-Virgen del Señor Jesucristo; la cual estará esperando la Venida del Señor en el Día Postrero. Por lo tanto, tiene que ser en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo, la cual está esperando la Venida del Señor.

Y por consiguiente tendrá la visita de un ángel mensajero, el cual sería el precursor de la Segunda Venida de Cristo; el cual traería la Palabra creadora, la Palabra Simiente, y la colocaría en Ella, y Ella concebiría para dar a luz el Hijo prometido.

Y luego, si leemos en el libro de Las Edades de la Iglesia, en la página 187, dice el reverendo William Branham:

57. De un grupo pequeño de la verdadera simiente de la Palabra, Dios presentará a Cristo una Novia amada. Ella es una virgen de Su Palabra. Ella es una virgen porque no conoce ningún credo ni dogma hecho por el hombre. Por y a través de los miembros de la Novia será cumplido todo lo prometido por Dios que habría de ser manifestado en la virgen.

58. La palabra de promesa vino a la virgen María, y esa Palabra de prometida era Él mismo, Quien habría de ser manifestado. Dios fue manifestado. Él mismo actuó en ese tiempo y cumplió Su propia Palabra de promesa en la virgen. Fue un ángel quien le había traído el mensaje, y el mensaje de ese ángel fue la Palabra de Dios (Isaías 9:6). Él cumplió en ese tiempo todo lo que estaba escrito acerca de Él, porque ella aceptó Su Palabra.

59. Los miembros de la Novia–Virgen Le amarán y ellos tendrán Sus virtudes, porque Él es su cabeza y todo poder le pertenece. Ellos están sujetos a Él, así como los miembros de nuestros cuerpos están sujetos a nuestra cabeza”.

Y sigue hablando acerca de este misterio de la Iglesia-Virgen del Señor Jesucristo.

Y hemos visto que será por medio de la Iglesia-Novia del Señor Jesucristo que todo lo que Dios ha prometido va a ser cumplido. Ella es la María del Día Postrero.

Y ahora, veamos acá en la página 368 del libro de Los Sellos en español, dice en el párrafo 200…:

188. Y eso no es solamente en este país, sino que en todo el mundo. Todo está contaminado, el mundo, toda la naturaleza. ¡Dios tenga misericordia! El mundo entero está con dolores de parto. El mundo está haciendo el esfuerzo, está en angustias, como dijo Isaías. Pero ¿por qué? Es que está tratando de dar a luz un nuevo mundo (o sea, un mundo nuevo) para el Milenio, donde no existirá el pecado; está tratando de dar a luz un mundo nuevo para un pueblo nuevo que no pecará ni lo corromperá. Correcto. Todo está en angustias.

189. Por eso nosotros también estamos en angustias. La Novia está en angustia para dar a luz a Cristo Jesús. Todo está en angustia gimiendo, porque algo está a punto de acontecer. Y este Sexto Sello da lugar a todo eso. ¡Oh, hermano! Será un tiempo cuando acontecerán todos los terremotos, las estrellas caerán del cielo, habrá erupciones volcánicas, y en eso la Tierra se renovará. La lava volcánica brotará del centro de la Tierra y entonces se regará por todos lados mientras la Tierra gira”.

Todo eso corresponde a este tiempo final en donde la Tierra está en angustia.

Y ahora, la Novia, la Iglesia-Novia, la Iglesia-Virgen, está en angustia para dar a luz a Cristo. Por lo tanto, la Venida del Señor va a ser de gran gozo para todos los creyentes en Cristo, en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo.

Ahora recuerden, Su Venida será conforme a como está prometida en el Antiguo y Nuevo Testamento, y también en el Mensaje del precursor de la Segunda Venida de Cristo. Por eso es tan importante el Mensaje del precursor de la Segunda Venida de Cristo, o sea, del reverendo William Branham; Mensaje que debe estar en los hogares de todos los creyentes en Cristo.

Debe estar el libro de Los Sellos, el libro de Las Edades, el libro de Las Setenta Semanas de Daniel, y también el libro de Citas (que tiene un sinnúmero de citas de diferentes mensajes), para ustedes estar preparados, listos, conociendo todas estas cosas y esperando ver el cumplimiento de estas promesas; y también comparando todo lo que es predicado con lo que ya fue prometido; porque lo que es predicado y también lo que se esté cumpliendo y lo que se cumplirá tiene que ser de acuerdo a lo que ya fue prometido.

Así que tenemos que estar al tanto de lo que ha sido prometido, para no fallar en ver y tener gran gozo en la Venida del Señor a Su Iglesia.

Está la Venida del Señor a Su Iglesia, que será como ladrón en la noche, será para Su Iglesia; y también está la Venida del Señor para sentarse en el Trono de David.

Hay un lapso de tiempo de tres años entre la Venida del Señor a Su Iglesia, que será para darle la fe para ser transformada y raptada, o sea, llevada con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero; y luego está la Venida del Señor con Su Iglesia después de la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo, y también después de la gran tribulación; y eso tiene un lapso de tiempo de tres años y medio: de gran tribulación en la Tierra, y de la gran Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo.

Pero antes de la gran tribulación en la Tierra y Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo, Cristo, el Ángel del Pacto, se manifestará en medio de Su Iglesia, y eso será la Venida del Hijo del Hombre, la manifestación del Hijo del Hombre con Sus Ángeles. Sus Ángeles: los ministerios de los Dos Olivos, los ministerios de Moisés y Elías.

Por eso en la manifestación final de Cristo en medio de Su Iglesia, estando en medio de Su Iglesia, también va a influir todo lo que Él estará haciendo en medio de los judíos. Ahí será donde se llevará a cabo la conexión con los judíos, para los judíos entrar al Programa Divino del Mesías, ser preparados para el Reino del Mesías.

Cuando ustedes vean un acercamiento de los judíos, recuerden: abran los ojos, algo estará sucediendo en el Programa de Dios; y por consiguiente, habrá nuevas de gran gozo para los judíos, que serán también nuevas de gran gozo para la Iglesia del Señor Jesucristo.

Nuevas de gran gozo fue para la Primera Venida de Cristo y nuevas de gran gozo será para la Segunda Venida de Cristo; para el pueblo que lo espera y lo recibirá en Su Venida en el Día Postrero.

“NUEVAS DE GRAN GOZO”.

Ahora, la Primera Venida de Cristo nos trajo nuevas de gran gozo, al ver y saber que el Señor vino para redimirnos; “porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”[15]. O sea que vino a buscarme a mí y a salvarme a mí. ¿Y a quién más? A cada uno de ustedes también.

Él vino como Cordero de Dios para quitar el pecado del mundo. Él vino para efectuar con Su propio cuerpo el Sacrificio de Expiación por nuestros pecados para reconciliarnos con Dios, y por consiguiente restaurarnos a la vida eterna.

“El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida” (San Juan, capítulo 5, verso 24).

Por lo tanto, escuchar la predicación del Evangelio de Cristo y conocer a través de la predicación del Evangelio de Cristo y Su Palabra, la Biblia, Su Primera Venida conocerla, y la Obra que Él hizo, eso es una noticia que nos trae gozo, regocijo a nuestra alma.

Por lo tanto, la predicación del Evangelio de Cristo es nada menos que nuevas de gran gozo para todo ser humano; saber que el Mesías-Príncipe, el Redentor, el Salvador, vino dos mil años atrás y murió en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por nuestros pecados.

Y ahora, todos los seres humanos tienen un Sacrificio de Expiación disponible para obtener el perdón de sus pecados, ser limpiados con la Sangre de Cristo de todo pecado, y ser reconciliados con Dios, para así recibir la vida eterna.

Continúen pasando todos una noche feliz, llena de las bendiciones de Jesucristo nuestro Salvador, el cual nos ha traído nuevas de gran gozo, de salvación y vida eterna para nuestra alma.

Pasen todos muy buenas noches.

“NUEVAS DE GRAN GOZO PARA LA PRIMERA Y SEGUNDA VENIDA DE CRISTO”.

[Revisión septiembre 2023 – GS-RM-JR]

[1] San Lucas 2:1-7

[2] San Mateo 2:1-2

[3] Daniel 9:20-23

[4] Daniel 2:31-45

[5] San Mateo 1:23

[6] San Lucas 1:26-38

[7] San Lucas 1:39-45

[8] San Mateo 2:1-8, 2:13-18

[9] Jeremías 31:15

[10] Génesis 15:5, 22:17

[11] San Lucas 21:25-26

[12] San Juan 8:12

[13] San Mateo 16:27

[14] 1 Ts. 5:2, 2 P. 3:10, Ap. 16:15

[15] San Lucas 19:10

Scroll al inicio