Palabras de saludo a los pastores

Muy buenas tardes. Es para mí un privilegio estar con ustedes nuevamente para continuar hablando acerca del Programa Divino correspondiente a este tiempo final.

Sabemos que para este tiempo final hay promesas del ministerio de Moisés por segunda vez y el ministerio de Elías por quinta ocasión. Decimos el ministerio de Moisés por segunda vez, pero si contamos el ministerio de Moisés operado en Jesús entonces sería por tercera vez; pero eso lo dejamos quietecito.

Y ahora, sabemos que el ministerio de Jesucristo también va a estar manifestado en la Tierra; lo vimos en Jesús, lo vimos también en los diferentes mensajeros, en los apóstoles, en el reverendo William Branham; y para este tiempo final va a estar operando nuevamente el ministerio de Jesús, del Mesías; porque el que opera los ministerios es el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo, y puede operar el ministerio que sea.

Y cuando se dice “operar el ministerio que sea”, se está diciendo: puede obrar como obró a través de algún profeta del pasado; y eso sería repitiéndose aquel ministerio, repitiendo las mismas cosas, siendo manifestado el mismo poder por el mismo Ángel del Pacto, que estuvo en aquellos profetas.

Por eso cuando vieron a Jesús las personas y vieron que resucitaba a los muertos, dijeron: “Este tiene que ser Elías”, porque Elías resucitó los muertos, también Eliseo.

Otros pensaban que era Juan el Bautista, pues estaba bautizando; pues le dijeron a Juan en una ocasión: “Mira, aquel del cual tú diste testimonio, a Él le siguen más personas que a ti, y bautiza también”. Juan dijo: “A Él le conviene crecer, y a mí menguar”[1]. “No puede el hombre (o sea, Jesús), no puede el hombre hacer nada de sí mismo”[2].

Y ahora, cuando Juan murió, luego la gente pensaban que Juan había resucitado y era Jesús[3]; de seguro los que no conocían bien a Jesús y a Juan; porque cualquiera que hubiera conocido a Juan y a Jesús, y los hubiera visto a los dos al mismo tiempo, no podía estar pensando que era Juan el Bautista; a menos que pensaran que el espíritu de Juan el Bautista ahora estuviera en Jesús.

Pero en Jesús estaban todos los profetas. Todos los ministerios de todos los profetas estaban en Jesús, porque allí estaba el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo en ese velo de carne llamado Jesús; y estando Él pues estaban todos los ministerios, porque el que tiene y opera ministerios es el Espíritu Santo.

Y ahora, Cristo preguntó a Sus discípulos (eso está en San Mateo, capítulo 16): “¿Y ustedes, quién dicen que es el Hijo del Hombre?”. Era importante saber quién era ese profeta que estaba entre ellos, del cual algunos decían que era Elías, otros decían que era Juan el Bautista y otros decían que era alguno de los profetas que había resucitado. Todos concordaban que era un profeta; pero ahora, ¿qué profeta?

Pregunta: “Y ustedes, ¿quién dicen ustedes que es el Hijo del Hombre?”. Pedro dijo: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. Eso era lo importante: saber quién era aquel hombre, aquel profeta. Era nada menos que el Mesías-Príncipe, el Ángel del Pacto en Su cuerpo de carne que había creado en el vientre de María y había nacido en Belén de Judea; y por consiguiente era el descendiente de David que se sentaría en el Trono de David, como dijo el Ángel Gabriel a la virgen María en San Lucas, capítulo 1, versos 30 al 36.

Es importante conocer las Escrituras. El mismo Cristo dijo: “Escudriñad las Escrituras, porque en ellas os parece que tenéis la vida eterna, y ellas son las que dan testimonio de mí”[4]. Tenemos que escudriñar las Escrituras y ver el testimonio que Dios da acerca de lo que Él va a hacer en el tiempo en que uno está viviendo, porque de otra forma la persona no sabe ni qué es lo que Dios va a hacer en su tiempo.

Es importante saber qué Dios ha prometido para el tiempo en que uno está viviendo, y saber en qué edad está viviendo y en qué dispensación está viviendo; porque Dios siempre obra dentro de una dispensación y dentro de una edad, de una etapa de Su Programa.

Por ejemplo, no puede mandar a construir un arca en nuestro tiempo, porque eso era el Programa de Dios para el tiempo de Noé; y tenemos que ver qué es lo que está prometido para Dios hacer en este tiempo final.

También tenemos que conocer el territorio en donde se lleva a cabo el Programa de Dios para el tiempo en que uno está viviendo.

Por ejemplo, la Primera Venida de Cristo estaba prometida para ser cumplida en el territorio de Israel; no podía estar buscando la Primera Venida de Cristo en otra nación. Y tenía que nacer en Belén de Judea, y tenía que ser un descendiente del rey David[5]. ¿Ve? Todo eso estaba en la Escritura, y de acuerdo a esas promesas tenía que cumplirse la Venida del Señor.

Y tenía que aparecer un hombre preparándole el camino[6], diciendo que ya estaba en la Tierra: “Entre vosotros está uno al cual vosotros no conocéis”, y diciendo que ese sería el que vendría después de él, al cual él le estaba preparando el camino[7].

¿Ven? Juan despertó…, a la realidad de lo que Dios había prometido para ese tiempo, despertó a la gente, los estremeció, mostrándoles que ese era el tiempo, para que estuvieran apercibidos conociendo las Escrituras que hablaban de lo que Dios iba a hacer en ese tiempo.

Y ahora, la promesa era que iba a aparecer un hombre el cual iba a nacer en Belén de Judea, y ese sería el Mesías; los demás detalles las personas también, luego, tenían que conocerlos, conocer esos detalles, para que así estuvieran atentos viendo las Escrituras, la profecía bíblica siendo cumplida.

El que no escudriñó las Escrituras y no estuvo al tanto de lo que Dios haría para ese tiempo: se levantó en contra de Jesús.

Pero Dios había dicho que después de las 62 semanas…, y antes transcurrían 7, que son 69 semanas, le sería quitada la vida al Mesías[8]; y por lo tanto, eso ocurriría en la semana número setenta [70] de la profecía de Daniel, semana de años.

Y fue para comenzar esa semana de años que Jesucristo fue bautizado; y luego comenzó Su ministerio, cuarenta días después de ser bautizado; porque esos cuarenta días fueron para estar en el desierto: siendo tentado, ayunando, orando; fue tentado también por el diablo; y también allí las fieras estaban presentes (y cuando aparecen las fieras no es para buscar amistad); pero los ángeles también estaban presentes, y los ángeles le servían a Jesús, por lo tanto lo protegieron[9], como protegieron a Daniel en el foso de los leones[10].

Y ahora, podemos ver que para aquel tiempo la Escritura profética daba testimonio aun del tiempo, del tiempo conforme a años; o sea que el Mesías-Príncipe tenía que morir después de 483 años. A los 483 años comenzó Su ministerio, a los 483 años de la semana – de las setenta semanas del libro del profeta Daniel.

Y ahora, podemos ver cómo se cumplió todo al pie de la letra; y todavía quedan tres años y medio de esa semana número setenta, en donde Dios va a tratar con el pueblo hebreo como nación; y durante ese tiempo es que van a venir los juicios divinos, las plagas, sobre los gentiles. Y ya los gentiles han tenido bastantes plagas a través de la historia del reino de los gentiles, pero todavía vienen más.

En cada ocasión en que Dios enviaba un mensajero, al cual le revelaba Su Palabra, él predicaba ese Mensaje, y con ese Mensaje venía el llamado para los escogidos de su edad, de su tiempo; y después se llevaba al mensajero. Y los que habían rechazado el Mensaje, por cuanto no recibieron al mensajero, entonces recibirían las plagas que vendrían sobre la Tierra al final de ese ciclo; y luego, más adelante, Dios enviaría otro mensajero. Así vinieron plagas de enfermedades como también guerra; la guerra es una plaga, y de las malas, porque mueren muchas personas.

Y ahora, para este tiempo final vendrán en forma consecutiva esas plagas durante la gran tribulación, como vinieron sobre Egipto en el tiempo de Moisés; por eso el ministerio de Moisés, que está ligado a las plagas, se va a repetir; y el de Elías también está ligado al juicio divino, porque los profetas son el juicio divino.

Moisés daba a conocer lo que Dios le decía. En cada ocasión en que Dios iba a enviar una plaga, él lo hablaba y luego venía[11]. También Elías mandó a descender fuego del cielo[12].

Vean, y por eso en Apocalipsis nos dice que los Dos Olivos tienen poder sobre la Tierra, y pueden mandar que vengan plagas, juicios, cuantas veces ellos quieran. Apocalipsis, capítulo 11, nos muestra a los Dos Olivos, como también Zacarías, capítulo 4, versos 1 al 14.

Y por cuanto Dios estará tratando durante la Dispensación de la Gracia con la Iglesia del Nuevo Pacto, del Nuevo Testamento, tienen que surgir de en medio del cristianismo, para luego poder traer Su Mensaje en el tiempo final; y los judíos van a ver eso que estará sucediendo; y el ministerio de Cristo, pues en medio del cristianismo, en medio de la Iglesia, donde Él en Espíritu Santo ha estado todo el tiempo.

Y ahora, ¿en qué parte de la Iglesia aparecerá el ministerio de los Dos Olivos? Los Dos Olivos no aparecerán ni en la primera, segunda, tercera, cuarta, quinta, sexta o séptima edad; o sea, el ministerio de Elías por quinta ocasión no aparecerá en edades pasadas; apareció en su cuarta manifestación en la séptima edad, pero en su quinta manifestación aparecerá en la Edad de la Piedra Angular; y el de Moisés también y el de Jesús también.

Por eso la etapa o Edad de la Piedra Angular, que es eterna, tendrá grandes bendiciones Dios para manifestar en esa etapa a Su Iglesia que estará viviendo en este tiempo final. Ahí es donde recibimos la fe, la revelación, para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero; ahí es donde recibimos la revelación del Séptimo Sello, que nos da la fe para ser transformados y raptados.

Y ahora, el ministerio de Elías operado por el Dios de Elías, ya hemos visto lo que será.

El reverendo William Branham en el libro de Los Sellos, ahí en “Preguntas y Respuestas”, la pregunta número 11 de la página 399 del libro de Los Sellos (en la versión o traducción que yo tengo y que uso normalmente), dice:

[94]. Yo he pensado que será un hombre de este tiempo ungido con ese espíritu (o sea, con el espíritu de Elías)”.

Y en la página 449 del libro de Los Sellos también dice: “El espíritu de Elías, o el Elías que yo conozco…”. Vamos a… (el que tenga el libro de Los Sellos que termina en la página 484, para leerlo…) (muchas gracias) 449 del libro de Los Sellos dice:

[54]. Hay una sola persona que podría cumplir esa promesa. El único Espíritu que ha estado sobre la Tierra, que yo sepa, tendría que ser el espíritu de Elías, como fue en su tiempo; y así fue predicho que sería, porque su espíritu fue nada menos que el Espíritu de Cristo”.

Tan simple como eso.

Y ahora, podemos ver que el ministerio de Elías será operado por el Dios de Elías a través de Su Espíritu Santo, en un hombre —dice el reverendo William Branham— ungido con el Espíritu Santo; con el Sello del Dios vivo operando ese ministerio que vimos en Elías Tisbita, en Eliseo, en Juan el Bautista y en el reverendo William Branham.

Para este tiempo final, así como fue allá: el Espíritu de Dios en un hombre operando ese ministerio, será en este tiempo final: en un hombre que vendrá con el Espíritu Santo, vendrá con el Sello del Dios vivo, como dice Apocalipsis, capítulo 7, versos 1 en adelante, y que vendrá para llamar, juntar y sellar 144.000 hebreos, 12.000 de cada tribu.

¿De dónde va a surgir? Del Monte de Sion, que es la Iglesia del Señor Jesucristo; de ahí surgirá el Espíritu Santo operando el ministerio de Elías por quinta ocasión y el ministerio de Moisés por segunda ocasión; y el ministerio de Jesús también.

Por lo tanto, será el Ángel Fuerte que desciende del Cielo en Apocalipsis, capítulo 10. Ese Ángel Fuerte es el Mensajero a Israel, es el Ángel del Pacto, es el Espíritu Santo, es Cristo en Su cuerpo angelical.

Recuerden que un espíritu es un cuerpo de otra dimensión. Y el Ángel del Pacto, ese cuerpo angelical, es nada menos que el Espíritu Santo; el cual también aparece en Ezequiel, capítulo 9, verso 1 en adelante, con el tintero de escribano en su cintura, para sellar en sus frentes a los que claman a Dios.

Y el Día de Pentecostés comenzó a sellar en sus frentes a los que clamaban a Dios.

Y vean ustedes, les había dicho Cristo que cuando vieran a Jerusalén cercada de ejércitos había llegado el tiempo para su destrucción, y el que estuviera en Jerusalén se fuera de Jerusalén; el que estuviera fuera de Jerusalén no entrara a Jerusalén; porque había llegado el tiempo para su destrucción[13]. Lo cual ocurrió, ellos vieron, desde el año 68 digamos, de la era cristiana, hasta el año 70.

El general romano Tito cercó a Jerusalén por dos años, y ya en el año 70 entró a la ciudad, destruyó el templo, destruyó la ciudad y crucificó a miles de judíos, colocándolos sobre las murallas.

Lo mismo que había sucedido con Jesucristo, el cual fue crucificado; ahora Roma, la misma Roma que crucificó a Cristo, ahora estaba crucificando miles de judíos en el año 70 de la era cristiana. Pero los cristianos, los seguidores de Cristo, no fueron crucificados porque ya se habían ido de Jerusalén cuando vieron la señal del ejército del general romano Tito Vespasiano, que había cercado a Jerusalén. Estaban sellados por el Varón con el tintero de escribano en Su cintura, o sea, habían sido sellados con el Espíritu Santo, y por el Espíritu Santo, que es el Varón vestido de blanco con el tintero de escribano en Su cintura.

Y ahora, podemos ver que allí también hubo otros varones que venían para destruir. Pero vamos a ver lo que dice aquí: Ezequiel, capítulo 9:

Clamó en mis oídos con gran voz, diciendo: Los verdugos de la ciudad han llegado, y cada uno trae en su mano su instrumento para destruir.

Y he aquí que seis varones venían del camino de la puerta de arriba que mira hacia el norte, y cada uno traía en su mano su instrumento para destruir. Y entre ellos había un varón vestido de lino, el cual traía a su cintura un tintero de escribano; y entrados, se pararon junto al altar de bronce.

Y la gloria del Dios de Israel se elevó de encima del querubín, sobre el cual había estado, al umbral de la casa; y llamó Jehová al varón vestido de lino, que tenía a su cintura el tintero de escribano,

y le dijo Jehová: Pasa por en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén, y ponles una señal en la frente a los hombres que gimen y que claman a causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de ella.

Y a los otros dijo, oyéndolo yo: Pasad por la ciudad en pos de él…”.

O sea que el Varón con el tintero de escribano en Su cintura iba primero, y después, detrás de Él, iban los verdugos, los que traían el juicio.

“Y a los otros dijo, oyéndolo yo: Pasad por la ciudad en pos de él, y matad; no perdone vuestro ojo, ni tengáis misericordia.

Matad a viejos, jóvenes y vírgenes, niños y mujeres, hasta que no quede ninguno; pero a todo aquel sobre el cual hubiere señal, no os acercaréis; y comenzaréis por mi santuario” (porque el juicio comienza ¿por dónde, dice la Escritura? Por la Casa de Dios)[14].

Los que se refugiaron en el templo creyeron que allí estaban seguros porque era el templo de Dios; pero de parte de Dios estaba ya señalado el juicio que vendría sobre Jerusalén, comenzando desde el templo de Dios.

“Comenzaron, pues, desde los varones ancianos que estaban delante del templo.

Y les dijo: Contaminad la casa, y llenad los atrios de muertos; salid. Y salieron, y mataron en la ciudad.

Aconteció que cuando ellos iban matando y quedé yo solo, me postré sobre mi rostro, y clamé y dije: ¡Ah, Señor Jehová! ¿destruirás a todo el remanente de Israel derramando tu furor sobre Jerusalén?

Y me dijo: La maldad de la casa de Israel y de Judá (o sea, de los dos reinos) es…

Y me dijo: La maldad de la casa de Israel y de (la casa de) Judá es grande sobremanera, pues la tierra está llena de sangre, y la ciudad está llena de perversidad; porque han dicho: Ha abandonado Jehová la tierra, y Jehová no ve.

Así, pues, haré yo; mi ojo no perdonará, ni tendré misericordia; haré recaer el camino de ellos sobre sus propias cabezas.

Y he aquí que el varón vestido de lino, que tenía el tintero a su cintura, respondió una palabra, diciendo: He hecho conforme a todo lo que me mandaste”.

Él cumplió el mandato que recibió.

Y ahora, en Apocalipsis, capítulo 7, aparece un Varón, un Ángel que sube de donde nace el sol, con el Sello del Dios vivo, y ordena a los otros ángeles a los cuales se les había dado el poder de hacer daño sobre la tierra, sobre el mar y sobre los árboles, que no hicieran daño sobre la tierra, el mar y los árboles, hasta que hayan sido sellados en sus frentes 144.000 hebreos, 12.000 de cada tribu. Ahí vemos una repetición de lo que sucedió allá, será un tiempo paralelo.

Y ahora, podemos ver que el Ángel que venía con el tintero de escribano en Su cintura era nada menos que Cristo, el Ángel del Pacto; y en Apocalipsis, capítulo 7, podemos ver que el Ángel que viene con el Sello del Dios vivo, o sea, viene con el Espíritu Santo, viene con el Ángel del Pacto en él, es el Mensajero a Israel y también a la Iglesia del Señor Jesucristo; porque es Cristo en Su mensajero del Día Postrero, en donde estará operando los ministerios correspondientes de los Dos Olivos para llamar y juntar 144.000 hebreos, 12.000 de cada tribu, y así completar el Programa que Dios tiene con el pueblo hebreo.

Y para la Iglesia, por cuanto aparecerá el Espíritu Santo en la Iglesia manifestado —porque ha estado todo el tiempo en Su Iglesia— en la Edad de la Piedra Angular: tendrá la manifestación plena, y nos dará la fe, la revelación, para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Este es el tiempo para el cumplimiento de todas estas promesas; y todo va a llegar a su parte culminante, como ya hemos visto, en una Carpa Catedral. Dice el reverendo William Branham en la página 408, vamos a ver aquí, del libro de Los Sellos, vamos a ver lo que nos dice; le preguntan:

17. Hermano Branham, ¿es el séptimo ángel con el espíritu de Elías, el mismo Elías enviado a los 144.000 judíos durante los tres años y medio de la tribulación después del rapto? Algunos estamos enredados con esta enseñanza”.

Le preguntan si es el mismo. Dice:

138. No. No es el mismo. Son dos hombres distintos. Eliseo, que vino en la forma o lugar de Elías, no fue Elías. Y cuando el espíritu de Elías vino sobre un hombre llamado Juan el Bautista, tampoco fue Elías. Y el hombre, el séptimo ángel, el mensajero enviado al final de la Edad de Laodicea, no será Elías literal; será más bien un gentil a su pueblo.

139. Entonces, el espíritu de Elías viniendo en esta ocasión a esta gente, será un judío. Porque siempre uno es enviado a su propio pueblo. Esa es mi revelación”.

(Y ahora, si tienen… aquí lo tengo). Tenemos la promesa de que en el cumplimiento de la Visión de la Carpa va a haber predicación, y también van a llevarse a cabo llamamientos al altar, y también van a llevarse a cabo milagros. Vamos a ver en la página 136 de este libro de Citas lo que nos dice. Dice:

1208 – “[Pregunta 253]: ¿La Novia, antes de que venga Jesús, Ella tendrá todo poder del Espíritu Santo para hacer milagros, levantar muertos, y así sucesivamente, como en la lluvia tardía, y es esta lluvia tardía para los 144.000 judíos? ¿Tendrán todos los ministros esto, y estamos solo esperando la Venida? / [Respuesta]: Ahora, lluvia tardía, 144.000 judíos, no; eso es cuando Elías y Moisés… Allí es donde los milagros tienen lugar. Las cosas que la gente ha estado buscando, los pentecostales, por milagros, pero donde eso tendrá lugar será bajo Elías y Moisés. / Solo debemos de esperar la Venida del Señor”.

Y ahora, por cuanto en la Carpa Catedral gigante (que vio el reverendo William Branham) se estará predicando, se estará haciendo llamamiento al altar y se estará también orando por los enfermos, y milagros ocurriendo: todo eso será para los ministerios de Moisés y Elías. Tan simple como eso.

Por eso vamos a estar esperando que el Espíritu Santo opere esos ministerios en el cumplimiento de la Visión de la Carpa.

Por lo tanto, el Espíritu Santo con esos ministerios de Moisés, de Elías y de Jesús, es el invitado principal para y en el cumplimiento de La Gran Carpa Catedral.

Sin Él no tendría ningún significado una Carpa Catedral gigante.

Y ahora, sabemos que tiene que ser en el territorio donde se esté cumpliendo la etapa vigente del tiempo final; por lo tanto, no puede ser en los territorios donde ya se cumplieron las edades, tiene que ser en otro territorio donde se esté cumpliendo la Edad de la Piedra Angular; por lo tanto, los de ese territorio podrán decir: “¡Esa bendición es de nosotros! ¡Vamos a trabajar para que se haga realidad la Visión de la Carpa, porque eso nos toca a nosotros!; para que la gloria de Dios sea manifestada, para que Cristo, el ministerio de Cristo esté manifestado, y el de Elías y el de Moisés; y podamos ver la gloria de Dios manifestada ¡en toda Su plenitud!”.

Hasta los judíos van a ver esa manifestación gloriosa de Dios en Su Iglesia, en el cumplimiento de la Visión de la Carpa. ¿Y qué van a decir ellos? “¡Este es el que nosotros estamos esperando!”. Van a ver al Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob manifestándose en el cumplimiento de la Visión de la Carpa.

Por lo tanto, ellos van a decir que eso es lo que ellos están esperando, por consiguiente van a creer. Tan simple como eso. “Pero (dice el reverendo William Branham)… Pero Él no viene por ellos, Él viene por Su Iglesia, porque Su Iglesia está a punto de ser raptada”[15].

O sea que eso es para el tiempo en que ya la Iglesia del Señor Jesucristo esté para ser raptada: el tiempo ha llegado y entonces necesita la fe para ser transformada.

Y eso va a ser dado por la Voz de Cristo, el Ángel Fuerte, el Espíritu Santo que desciende del Cielo en Apocalipsis 10; y estará hablándonos y revelándonos, abriéndonos el Séptimo Sello, abriéndonos el misterio de Su Venida; por el cual hubo silencio en el Cielo como por media hora, en Apocalipsis, capítulo 8, verso 1 en adelante; lo cual será revelado a la Iglesia del Señor en la edad vigente en el Cuerpo Místico de Cristo, que es la Edad de la Piedra Angular.

Por lo tanto, esa será la revelación más grande que tendrá la Iglesia del Señor Jesucristo en el Día Postrero, en la etapa de la Edad de la Piedra Angular.

No hay otra etapa en donde pueda ser abierto ese misterio, no hay otra etapa de la Iglesia que esté existiendo en la actualidad.

Ya esas otras etapas terminaron su tiempo y ahora solamente queda la etapa de la Edad de la Piedra Angular.

Y por consiguiente, es ahí donde será entendible todo ese misterio del Séptimo Sello, todo ese misterio de la Venida del Señor a Su Iglesia, lo cual nos dará la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Como la revelación de la Venida del Señor dos mil años atrás en medio de Su Iglesia del Antiguo Pacto, del Antiguo Testamento, nos ha dado la fe, la revelación, la fe para recibir una transformación interior, y obtener por consiguiente así el nuevo nacimiento, la vida eterna, el cuerpo angelical, y así por el estilo; y ser confirmados en la vida eterna, en el Reino eterno de Jesucristo nuestro Salvador.

Con la revelación de la Primera Venida de Cristo, nos da la fe para una Obra espiritual que sería llevada a cabo. Con la revelación de la Venida del Señor para el Día Postrero en Su Iglesia, nos da la fe para una Obra física que va a hacer en nuestros cuerpos: una transformación física que Él ha prometido; lo cual será también un éxodo, porque vamos a salir de esta dimensión.

Eso será cuando tengamos el cuerpo nuevo: ya estaremos fuera de esta dimensión terrenal; estaremos ya como ciudadanos de otra dimensión físicamente; y estaremos (vamos a decir) dando un paseo, en donde estaremos viendo la gloria de Dios manifestada plenamente en Su Iglesia.

Algunos se preguntan: “¿Y todos tendrán el mismo poder?”. Claro que sí. “¿Cada cual podrá hacer maravillas?”. Claro que sí.

Cuando tengamos el cuerpo nuevo todos vamos a ser iguales; y por cuanto vamos a ser iguales a Cristo: tendremos el mismo poder; aunque estaremos bajo el liderazgo del Espíritu Santo a través del mensajero del Día Postrero; y los que regresen también van a estar bajo el liderazgo del mensajero del Día Postrero, en el cual estará el Espíritu Santo obrando, manifestándose, en el Día Postrero.

Y si lo apreciamos antes de llegar y seguimos la dirección del Espíritu a través de él, ¡cuánto más cuando estemos transformados!

Así que va a ser un tiempo muy importante, tiempo maravilloso, para todos los creyentes en Cristo. Todos los creyentes en Cristo nacidos de nuevo tienen la promesa de un cuerpo eterno y glorificado.

Podemos ver el motivo o parte del motivo de la Visión de la Carpa.

También para esos días estarán comenzando los dolores de parto del planeta Tierra y de los seres humanos. O sea, vamos a decir, cuando viene una tormenta, antes uno siente unos vientos recios, pero todavía no ha llegado la tormenta; son principios, un aviso.

Y así también cuando una mujer va a dar a luz, y está en el tiempo para dar a luz: le comienzan dolores, pero se va contando cada cuantos minutos, y el médico mismo sabe cuánto más o menos le falta; pero cuando llega el momento exacto para dar a luz, ahí vienen los dolores continuos.

Así será para la gran tribulación. Los principios de dolores los veremos, pero los dolores fuertes, eso corresponde a la gran tribulación.

Y ahora, en el tiempo de Moisés, Moisés hablaba la Palabra que Dios le daba y las plagas aparecían; y los imitadores Janes y Jambres también, llevaban a cabo…, hacían una imitación y venían plagas; o sea, se aumentaba el problema, lo que hacían ellos era aumentar el problema.

Vamos a ver si Miguel nos consigue esa parte dónde está, para ahí tener la base de lo que estamos diciendo. Vamos a ver si en algunas… Éxodo 7… 7, comenzando en el 10, del Éxodo; capítulo 7 dice:

“Vinieron, pues, Moisés y Aarón a Faraón, e hicieron como Jehová lo había mandado. (También, Miguel, donde dice que ellos también traían plagas). Y echó Aarón su vara delante de Faraón y de sus siervos, y se hizo culebra (o sea, serpiente).

Entonces llamó también Faraón sabios y hechiceros, e hicieron también lo mismo los hechiceros de Egipto con sus encantamientos;

pues echó cada uno su vara, las cuales se volvieron culebras; mas la vara de Aarón devoró las varas de ellos”.

Y ahora vamos a ver comenzando en el verso 20 de ese mismo capítulo 7; dice:

“Y Moisés y Aarón hicieron como Jehová lo mandó; y alzando la vara golpeó las aguas que había en el río, en presencia de Faraón y de sus siervos; y todas las aguas que había en el río se convirtieron en sangre.

Asimismo los peces que había en el río murieron; y el río se corrompió, tanto que los egipcios no podían beber de él. Y hubo sangre por toda la tierra de Egipto.

Y los hechiceros de Egipto hicieron lo mismo con sus encantamientos; y el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó; como Jehová lo había dicho”.

Ahora, vean cómo también los imitadores hicieron lo mismo que había hecho Moisés. No sé si en algún otro lugar…

[Hno. Miguel: Éxodo 8:7, también hicieron venir ranas].

Vamos a ver el 8:6 del Éxodo:

“Entonces Aarón extendió su mano sobre las aguas de Egipto, y subieron ranas que cubrieron la tierra de Egipto.

Y los hechiceros hicieron lo mismo con sus encantamientos, e hicieron venir ranas sobre la tierra de Egipto.

Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: Orad a Jehová para que quite las ranas de mí y de mi pueblo, y dejaré ir a tu pueblo para que ofrezca sacrificios a Jehová.

Y dijo Moisés a Faraón: Dígnate indicarme cuándo debo orar por ti, por tus siervos y por tu pueblo, para que las ranas sean quitadas de ti y de tus casas, y que solamente queden en el río.

Y él dijo: Mañana. Y Moisés respondió: Se hará conforme a tu palabra, para que conozcas que no hay como Jehová nuestro Dios.

Y las ranas se irán de ti, y de tus casas, de tus siervos y de tu pueblo, y solamente quedarán en el río”.

[Hno. Miguel: En el verso 18 hicieron bajar piojos, los hechiceros también].

Vamos a ver aquí: del 16 en adelante de este capítulo 8 dice…, esto fue la quinta plaga o el quinto milagro:

“Entonces Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón…”.

O sea, Aarón de sí mismo no podía hacer nada, ni Moisés tampoco; era Dios el que le hablaba a Moisés, y entonces Moisés le hablaba a Aarón; porque Moisés era Dios para Aarón.

“Entonces Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Extiende tu vara y golpea el polvo de la tierra, para que se vuelva piojos por todo el país de Egipto.

Y ellos lo hicieron así; y Aarón extendió su mano con su vara, y golpeó el polvo de la tierra, el cual se volvió piojos, así en los hombres como en las bestias; todo el polvo de la tierra se volvió piojos en todo el país de Egipto.

Y los hechiceros hicieron así también (y los hechiceros hicieron así también), para sacar piojos con sus encantamientos; pero no pudieron (aquí les falló a los encantadores). Y hubo piojos tanto en los hombres como en las bestias.

Entonces los hechiceros dijeron a Faraón: Dedo de Dios es este (¿Ve? Ahí no pudieron, ya la cosa se complicó para ellos). Mas el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó, como Jehová lo había dicho”.

Vamos a ver otro pasaje. Vamos a ver otro, Miguel, por aquí; a ver cuál… Ya parece que aquí ya…

[Hno. Miguel: Parece que de ahí en adelante ya no pudieron hacer nada los…, ya hasta ahí llegaron ellos].

Y como que cogieron miedo también, ¿verdad? “Dedo de Dios es este”, dijeron; ahí ya no se metieron más a imitar. Así que…

[Hermano: 9:10].

¿9:10? “Tomaron ceniza…”. Vamos a ver, del 8 en adelante dice…, capítulo 9, verso 8 en adelante, dice [Éxodo]:

“Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Tomad puñados de ceniza de un horno, y la esparcirá Moisés hacia el cielo delante de Faraón;

y vendrá a ser polvo sobre toda la tierra de Egipto, y producirá sarpullido con úlceras en los hombres y en las bestias, por todo el país de Egipto.

Y tomaron ceniza del horno, y se pusieron delante de Faraón, y la esparció Moisés hacia el cielo; y hubo sarpullido que produjo úlceras tanto en los hombres como en las bestias.

Y los hechiceros no podían estar delante de Moisés a causa del sarpullido (‘a causa del sarpullido’, ahí se les pegó la plaga a ellos), porque hubo sarpullido en los hechiceros y en todos los egipcios.

Pero Jehová endureció el corazón de Faraón, y no los oyó, como Jehová lo había dicho a Moisés”.

O sea que ya ahí las plagas le están cayendo a los imitadores. Eso será también juicio para los que han estado imitando por muchos años, y para los que estarán – tratarán de imitar en esos días.

Muchos han tratado de imitar y han tenido problemas.

Así que, vean, los magos no podían quitar las plagas, ni siquiera pudieron quitarse las de ellos; solamente Moisés podía hablar la Palabra creadora y venir las plagas, y Moisés podía hablar la Palabra y quitar las plagas.

Para los días del cumplimiento pleno de la Visión de la Carpa, recuerden, la humanidad va a estar con graves problemas. Para que haya cultos de salvación tienen que haber personas perdidas, que necesiten salvación. Para que haya oración por los enfermos tiene que haber enfermos; y por lo que se ve, van a haber muchos enfermos que van a necesitar sanidad.

Y con la situación del calentamiento global, el medio ambiente afectándose, los polos derritiéndose, el nivel del mar subiendo, y el peligro que tienen las costas de desaparecer, y el calentamiento global aumentando: producirá también muchos problemas en la piel de las personas, cáncer en la piel y otros problemas; y el problema económico aumentando, pues no va a haber mucho dinero para ir al médico. El dinero que puedan conseguir puede ser solamente para comer.

La situación se está poniendo cada día peor, y por eso es que queremos avanzar con el proyecto La Carpa Catedral, antes que se ponga peor la situación económica; y si se pone peor, entonces es más difícil el trabajo.

Y esperamos que pronto esté listo, y que Dios —el cual siempre está listo para hacer lo que Él prometió— lo haga, se cumpla Su Programa.

A nosotros nos toca la parte física, y a Él le toca la parte de Su manifestación. Así que queremos tener todo listo, no queremos que pase mucho tiempo, no queremos estar mucho tiempo en la Tierra tampoco, queremos ser transformados lo más pronto posible.

Y vamos a lograr la meta, porque el reverendo William Branham cuando vio esa Carpa Catedral ya estaba hecha, estaba funcionando. Así que la parte del trabajo que se hizo él no lo vio; él vio la manifestación de Dios, que es lo más importante. Tanto trabajo ¿para qué? Para Dios. Como el trabajo que hizo Moisés cuando construyó el tabernáculo y como el trabajo que hizo Salomón cuando construyó el templo.

Bueno, estamos trabajando bien fundamentados en la Palabra de Dios. Las promesas de Dios, dice el apóstol Pablo en Hebreos, acerca de las promesas de Dios dice que seamos como aquellos que por la fe conquistaron promesas[16]. Y eso es lo que estamos haciendo; es un trabajo, una obra de fe. No es una idea humana. Es algo que está en la Palabra, es algo real, lo cual creemos de todo corazón.

Y ahí va a estar el ministerio de Elías operado por el Dios de Elías, operado por el Espíritu Santo, por el Ángel del Pacto; porque para este tiempo tenemos la promesa del ministerio de Elías para ser manifestado por quinta ocasión. Y ahí es donde vamos a ver bien el ministerio de Elías y el ministerio de Moisés: en el cumplimiento de la Visión de la Carpa Catedral; y también vamos a ver el ministerio de Jesús siendo operado por el Espíritu Santo.

Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de estas cosas que están prometidas para la Iglesia del Señor Jesucristo para el Día Postrero, para este tiempo final, e identificando también el territorio correspondiente a la Edad de la Piedra Angular, y por consiguiente identificando el territorio donde deben ser cumplidas estas promesas divinas.

Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes; y nos use a todos en este esfuerzo grande para este milagro, para este super milagro que se necesita en estos días; nos use junto a las congregaciones que Cristo ha colocado bajo el ministerio que ha colocado en todos nosotros. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.

Bueno, dejo por aquí al reverendo Miguel Bermúdez Marín para continuar.

Y ya nos veremos mañana, Dios mediante, con el tema correspondiente a mañana, que…, vamos a ver, Miguel, si tiene el tema de mañana: “EL ESPÍRITU SANTO, EL MAESTRO DE LOS HIJOS DE DIOS”. Ahí vamos a ver cómo el Espíritu Santo, desde el Génesis hasta el Apocalipsis, fue, es y será eternamente nuestro Maestro; y ese es nada menos que el Ángel del Pacto. Y cuando se hizo carne dijo a Sus discípulos: “Yo, vuestro Maestro”[17]. ¿Ve? Porque era el Espíritu Santo encarnado enseñándole a Sus discípulos y a todo el pueblo.

Bueno, que Dios les bendiga y les guarde; y con nosotros ya tenemos al misionero Miguel Bermúdez Marín para continuar.

“PALABRAS DE SALUDO A LOS PASTORES”.

[Revisión agosto 2024]

[1] San Juan 3:25-30

[2] San Juan 5:19, 5:30

[3] Mt. 14:1-2, Mr. 6:14-16, Lc. 9:7-9

[4] San Juan 5:39

[5] Miqueas 5:2

[6] Malaquías 3:1

[7] San Juan 1:26-27

[8] Daniel 9:25-27

[9] San Mateo 4:1-11, Mr. 1:12-13, Lc. 4:1-13

[10] Daniel 6:16-23 / Pasaje completo: Daniel 6:1-28

[11] Éxodo 7:8-25, 8, 9, 10, 11, 12:29-36

[12] 2 Reyes 1:9-12 / Pasaje completo: 2 Reyes 1:1-16

[13] San Lucas 21:20-24

[14] 1 Pedro 4:17

[15] Los Sellos, pág. 57, párr. 18

[16] Hebreos 6:11-12

[17] San Mateo 23:8-10, San Juan 13:13-14

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