Sión, el monte de Dios

Muy buenos días, amables amigos y hermanos presentes y los que están en otras naciones; que las bendiciones de Cristo nuestro Salvador, sean sobre todos ustedes y sobre mí también, y en esta ocasión nos hable directamente a nuestra alma.

Me uno al reverendo José Benjamín Pérez reiterando las condolencias a la familia Machado por la partida de Rafael Machado, hermano de Kélita allá en Brasil. Reciban nuestras condolencias, las mías y las de todos los presentes, los padres, los hermanos y hermanas de Rafael Machado y también la esposa de Rafael y sus hijos, sabiendo también que el apóstol San Pablo nos consuela para estos momentos difíciles de la vida mostrándonos que los creyentes en Cristo van al Paraíso cuando terminan sus días aquí en la tierra, y resucitarán en la resurrección que Cristo llevará a cabo en Su Venida en el Día Postrero para regresar nuevamente a estar con su familia.

Por lo tanto, consolaos en estas palabras esposa e hijos de Rafael, sus padres, hermanos y hermanas y demás familiares de Rafael, y que Dios los bendiga y fortalezca vuestras almas y fortaleza y afirme vuestra fe en Cristo (se trata de la familia Machado allá en el Brasil); hay esperanza para los creyentes en Cristo, sabemos que nuestros familiares que han partido están vivos en otra dimensión, hay vida después de esta vida terrenal.

Para estos momentos leemos la Escritura de Isaías, capítulo 2, versos 1 en adelante, 1 al 4 que nos dice:

Lo que vio Isaías hijo de Amoz acerca de Judá y de Jerusalén.

Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones.

Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová.

Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.”

Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

La Escritura aquí nos dice: “Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová.” nos habla de Sión y de Jerusalén y nos dice también que en los postreros días, en los postreros tiempos… nos dice:

…que será confirmado el monte de la casa de Jehová (del Señor, del Eterno) como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones.

Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová (o sea, al Monte del Eterno, al Monte del Señor), a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas.”

Esta es una profecía para ser cumplida en el tiempo postrero o en los postreros tiempos en donde Israel tendrá la bendición mesiánica, tendrá la bendición de la Venida del Mesías y el establecimiento del Reino del Mesías. Jerusalén vendrá a ser la Capital de ese Reino, ahí estará el Trono del Mesías desde donde gobernará, reinará sobre Israel y sobre todas las naciones. Dice que vendrá a ser cabeza de los montes, o sea, cabeza de los reinos, y nos dice también que correrán a Él todas las naciones.

Todas las naciones van a correr hacia Jerusalén, hacia Israel, se van a unir en ese Reino del Mesías y por consiguiente cada nación tendrá su gobierno bajo la corona del Mesías; ese es el tiempo señalado como la etapa o edad de oro que vendrá para Israel, Israel será bendecido grandemente en ese Reino. Correrán al Monte de Sión, al Monte de Dios las naciones, “correrán a Él todas las naciones.” Dice que vendrán muchos pueblos y dirán:

Venid, y subamos al monte de Jehová (o sea, al Monte del Eterno, al Monte de Dios), a la casa del Dios de Jacob…”

Y dice que van a caminar en Sus caminos, en los caminos de Sión, de Jerusalén, en los caminos de la Casa del Señor, en los caminos de Dios. Ahí es donde se establecerá en el Reino del Mesías una sola fe para todas las naciones, una sola enseñanza acerca del Dios Creador de los Cielos y de la Tierra que es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob y se cumplirá también Zacarías, capítulo 14, verso 9 que nos enseña lo que sucederá para ese tiempo. Dice capítulo 14, verso 9 de Zacarías:

Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre.”

O sea, el Eterno será uno, y uno Su Nombre, no se va a creer en otra forma, sino en el Dios único de Abraham, de Isaac y de Jacob; de Jerusalén saldrá la enseñanza, la Palabra de Dios para todas las naciones.

O sea, que Jerusalén vendrá a ser el lugar donde el ministerio de enseñanza para Israel y para todas las naciones estará establecido, de ahí saldrá la enseñanza y se cumplirá la Escritura que dice en Habacuc, capítulo 2, verso 14, que “la tierra va a ser llena del conocimiento de la gloria del Señor.” Habacuc, capítulo 2, nos habla de esa gran visión que está señalada para Israel.

Por lo tanto, hay grandes bendiciones para el pueblo hebreo y de ahí saldrán bendiciones para todas las naciones. También Isaías, capítulo 9 nos habla de lo mismo, capítulo 11, verso 9 dice… está hablando del Reino milenial, del Reino del Mesías, dice:

No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar.”

Y en Habacuc dice que “la tierra será llena del conocimiento de la gloria del Señor,” la traducción dice: “De Jehová, como las aguas cubren el mar.” o sea, que la enseñanza verdadera acerca del Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob saldrá de Jerusalén para todas las naciones, saldrá esa bendición espiritual tan grande para todo ser humano.

Ahora, nos habla aquí de Sión: “De Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la Palabra de Jehová,” Sión es un monte en Israel y Jerusalén, pues la ciudad de Jerusalén. También a toda Jerusalén le llaman Sión. Allá en Jerusalén está el templo de Dios, en el tiempo de Salomón, construido por Salomón el cual fue destruido en otro tiempo.

Esa es la ciudad de Templo de Dios, la única ciudad del planeta Tierra de la cual se dice que tenía un templo donde Dios moraba y fue visto entrar a ese templo cuando dedicó Salomón ese templo tan hermoso, y en otras ocasiones también fue visto.

Ahora, Jerusalén y Sión tienen una bendición muy grande: Jerusalén y Sión son el tipo y figura de la Ciudad celestial, la Jerusalén celestial y el Monte de Sión celestial, el Reino celestial de Dios donde está Dios, Monte de Sión celestial y Jerusalén celestial, la ciudad celestial de Dios donde está el Trono celestial de Dios y donde Cristo está sentado a la diestra de Dios el Padre.

También el apóstol Pablo, conocedor de estos misterios celestiales que han sido reflejados en Jerusalén terrenal y Sión terrenal, nos dice en Hebreos, capítulo 12, versos 22 en adelante:

…sino que os habéis acercado al monte de Sión, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial…”

Así como hay una Jerusalén terrenal, hay una Jerusalén celestial, y por consiguiente así como hay un pueblo terrenal, hay un pueblo celestial también en otra dimensión. Hay más seres aparte de los seres humanos de esta tierra: la dimensión de los Ángeles está llena de seres angelicales.

En la dimensión celestial, la séptima dimensión, está Dios, está el Trono de Dios y está también Jesucristo sentado a la diestra de Dios como Él dijo que iba a suceder. Las cosas que se ven, cosas terrenales, cosas visibles y aun planetas y galaxias, sistemas solares y galaxias, todo eso que se ve, fue hecho de lo que no se veía, o sea, de otra dimensión donde existen todas esas cosas pero que son invisibles a la vista humana, así como los Ángeles son invisibles a la vista humana, pero existen en otra dimensión.

Hay otros mundos de otras dimensiones, las cuales no pueden ser vistas esas dimensiones por el ojo humano; pero miren ustedes, Elías se fue al Cielo en un carro de fuego; también la Biblia nos dice que el Arcángel Miguel luchaba por el cuerpo de Moisés, o sea, se encargó del cuerpo de Moisés el Arcángel Miguel.

Cuando la persona muere, termina sus días en esta tierra va a otra dimensión la cual es invisible a la vista humana, pero que existe, a la cual pertenece el espíritu de la persona que es otro cuerpo pero de otra dimensión.

Por lo tanto, lo que en esta tierra tenemos que es temporal, refleja que hay otra vida o hay vida en otra dimensión parecida a nuestra vida, pero que no tiene los problemas que nosotros tenemos aquí en la tierra.

Sión y Jerusalén en otra dimensión, la séptima dimensión, es la Jerusalén celestial, la que estaba buscando Abraham. Dice San Pablo que Abraham buscaba ciudad con fundamento de la cual Dios es el arquitecto y constructor; Hebreos, capítulo 11, verso 10:

…Porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.”

Y el mismo capítulo 11, verso 14 al 16 dice San Pablo en Hebreos:

Porque los que esto dicen (o sea, todos estos hombres de la fe que menciona aquí en la Biblia en este capítulo 11), claramente dan a entender que buscan una patria;

pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver.

Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad.”

Esta ciudad celestial, la Jerusalén celestial es eterna, y aquí en la tierra Dios conforme a Su Programa ha reflejado en una ciudad terrenal la Ciudad celestial; y ha reflejado el Monte y Reino celestial en el Monte de Sión (esto es como ciudad literal), y Monte allá en el Cielo, reflejado en el Monte de Sión terrenal y Jerusalén terrenal.

También Jerusalén y Sión en tipo y figura encontramos que Sión tipifica la Iglesia del Señor Jesucristo, y Jerusalén representa los elegidos, los judíos, los escogidos del pueblo hebreo, los cuales no son parte de la Iglesia pero que son descendientes de Abraham y que algún día en el Reino del Mesías no van a tener ningún problema con los creyentes en Cristo, con la Iglesia del Señor Jesucristo, porque el Mesías Príncipe unificará a todos los creyentes en Cristo y a los judíos en Su Reino, cada cual ocupando la posición que le corresponde en este Reino.

Por eso la Iglesia del Señor Jesucristo tiene grandes promesas que están representadas en el Monte de Sión, y los judíos, los ciento cuarenta y cuatro mil tienen grandes promesas que están representadas en Jerusalén; por eso es tan importante estudiar y conocer el Monte Sión, el Monte de Dios. Sión, el Monte de Dios literal, pues está en Israel; y Jerusalén terrenal, literal, pues está en la tierra de Israel, es la Capital de Israel.

Sion celestial, pues está en el Cielo en otra dimensión, y Jerusalén celestial está en el Cielo, la séptima dimensión, la Ciudad celestial de Dios, donde Dios está en Su Trono, y en tipo y figura Jerusalén representa a los judíos, y Sión representa a los creyentes en Cristo, la Iglesia del Señor Jesucristo.

Tenemos la promesa de Romanos, capítulo 11, la cual la toma San Pablo de Isaías, capítulo 59; dice San Pablo en el capítulo 11 de Romanos, verso 25 en adelante, dice:

Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio (es un misterio divino de lo que va hablar aquí San Pablo en Romanos, capítulo 11, verso 25 en adelante), para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles;

y luego todo Israel será salvo, como está escrito:

Vendrá de Sión el Libertador,

Que apartará de Jacob la impiedad.

Y este será mi pacto con ellos,

Cuando yo quite sus pecados.

Así que en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros; pero en cuanto a la elección, son amados por causa de los padres.

Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.”

Aquí San Pablo nos enseña que cuando haya entrado la plenitud de los gentiles, cuando haya entrado al Cuerpo Místico de Cristo hasta el último que será parte de ese Cuerpo Místico de creyentes, se completará entonces la Iglesia del Señor Jesucristo, y luego Dios tratará con Israel nuevamente; porque con la destrucción del templo de Jerusalén, donde moraba la presencia de Dios, salió de Jerusalén y ha estado viajando por diferentes naciones en la formación o creación de la Iglesia del Señor Jesucristo.

Por eso en Ezequiel es llamado el Espíritu para que entre a ese ejército que aparece o que es formado por aquellos huesos secos que es la casa de Israel; hasta el momento no tienen esos huesos secos que ya han formado o se ha formado una nación poderosa, les falta que regrese el Espíritu, el cual regresará en el cumplimiento de la venida de Elías precursando, preparando todo, anunciando la paz imperecedera para Israel; también la venida de Moisés, un profeta como Moisés, y por consiguiente la Venida del Mesías para Israel.

En el Mesías es que regresa el Espíritu de Dios a Israel para morar en Jerusalén y gobernar, reinar sobre Israel y sobre todas las naciones, ahí es donde Israel llegará a la edad de oro, llegará a ser cabeza de todas las naciones, vendrá a ser la Capital del mundo Jerusalén, e Israel el Distrito Federal de ese Reino del Mesías, y eso está muy cerca.

Luego del Reino del Mesías, un Reino de mil años, luego vendrá la resurrección de todas las demás personas que habían muerto y no resucitaron (la primera resurrección), se llevará a cabo el juicio final: unos obtendrán condenación y serán echados al lago de fuego, otros obtendrán misericordia de acuerdo a sus obras y entrarán a la Vida eterna, y se pasará el planeta Tierra por una etapa de purificación, de fuego, y luego vendrá la etapa donde de la tierra surgirá una montaña alta y ahí será que todos los habitantes de la Iglesia del Señor Jesucristo que están en el Cielo, todos los miembros de la Iglesia y todos los creyentes en el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, desde Adán hasta el tiempo final, regresarán a la tierra para vivir en este planeta Tierra.

Y habrá un grupo de personas que serán bienaventurados los cuales vivirán en la nueva Jerusalén que tendrá unos mil quinientas millas de ancho, mil quinientas millas de largo, y mil quinientas millas de alto; esa será la nueva Jerusalén, y por consiguiente la Capital del mundo, y no solamente del mundo, sino de todo el universo.

Por lo tanto, el planeta Tierra y ese territorio de Israel es muy importante en el Programa Divino, tiene promesas para la eternidad. ¿Dónde y cómo podemos ver que hay promesas para este planeta Tierra tan hermosas y para ese territorio de Israel? En Apocalipsis, capítulo 22 y capítulo 21 nos habla de lo que Dios tiene preparado para llevar a cabo después del Reino milenial y después del juicio final, hablando de esa nueva Jerusalén, de esa Ciudad que estará en el territorio donde está Israel en la actualidad pero que será mucho más grande: será de mil quinientas millas de ancho, mil quinientas millas de largo, y mil quinientas millas de alto.

O sea, que es una Ciudad gigante, se puede pensar que puede tener más de diez millones de habitantes esa Ciudad, y hasta cien millones; será la más importante del planeta Tierra y del universo completo. Algunos dirán: “Pero es que hay territorios que están ocupados por otras personas;” cuando la tierra pase por el juicio, después de la gran tribulación y sea purificada, ¿quién es dueño de la tierra? El único que puede marcar territorios es Dios, y ya Él marcó el territorio en la Escritura, en el cual colocará la Ciudad para toda la eternidad que será la Capital y Distrito Federal, o vamos a decir: la Capital y el Distrito Federal, el planeta Tierra, de todo el universo.

Dios desde el Cielo, desde la Jerusalén celestial y desde Su Trono, gobierna, reina sobre toda la creación, pero vean ustedes algo aquí:

Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más (o sea, habrá lagos, habrá ríos, pero mares como en la actualidad no habrá).

Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.

Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos (¿Quién va a morar con los seres humanos? Dios, es que la Ciudad celestial, Dios y Su Trono y todo, va a estar todo aquí en la tierra); y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.

Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.

Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.

Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.

El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.”

Esto es lo que Dios dice… sigue diciendo, lo que Dios dice en este pasaje:

Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.”

La muerte segunda, el lago de fuego donde serán quemados en cuerpo, espíritu y alma; pero los creyentes estarán en la nueva Jerusalén en toda la eternidad (o por toda la eternidad). Luego en ese mismo capítulo 21, verso 22 en adelante, dice… después usted ve la descripción de la ciudad cómo es en los versos anteriores, ahora el verso 22 en adelante dice:

Y no vi en ella templo (no vi en ella templo); porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero.

La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera.”

O sea, que es una Ciudad que no necesita energía eléctrica, no necesita tener cables de tendido eléctrico ni tampoco tener los servicios de autoridad de acueductos tampoco; está diseñada por Dios y Dios ha tenido en cuenta todo, y por consiguiente Él nos dice cómo será que se obtendrá el agua en esa ciudad.

Ahora, la luz de día y de noche, ahí será la presencia de Dios alumbrando en esa Ciudad lo cual fue mostrado en medio del pueblo hebreo mientras iban en el éxodo: les servía de luz durante la noche la presencia de Dios, y de día los cubría del sol; los protegía del sol, pero tenían luz. O sea, que de día y de noche podían caminar sin ningún problema en el éxodo en todo momento en que tenían que estar caminando; porque hubo momentos en que se detenían y eso lo hacían cuando la Columna de Fuego se detenía, y se colocaba luego sobre el templo allá en el santuario que construyó Moisés. Moisés decía unas palabras cuando veía que la presencia de Dios se detenía en algunos momentos.

Ahora, recuerden que eso será el Reino de Dios eterno aquí en la tierra luego del Reino milenial, o sea, que lo que hay para los creyentes es bendición sobre bendición. Israel experimentó lo que es tener la presencia de la Luz divina alumbrándoles el camino y protegiéndolos de todos los peligros; son promesas de parte de Dios para Israel y también para todos los creyentes en Cristo. Vean, Números, capítulo 9 y capítulo 10. Capítulo 9 dice:

Al mandato de Jehová acampaban, y al mandato de Jehová partían, guardando la ordenanza de Jehová como Jehová lo había dicho por medio de Moisés.”

Y en el capítulo 10, verso 33 al 36 de Números, dice:

Así partieron del monte de Jehová camino de tres días; y el arca del pacto de Jehová fue delante de ellos camino de tres días, buscándoles lugar de descanso.

Y la nube de Jehová iba sobre ellos de día, desde que salieron del campamento.

Cuando el arca se movía, Moisés decía: Levántate, oh Jehová (o sea: Levántate, oh Señor, levántate, oh Eterno)…levántate, oh Jehová, y sean dispersados tus enemigos, y huyan de tu presencia los que te aborrecen.

Y cuando ella se detenía, decía: Vuelve, oh Jehová, a los millares de millares de Israel.”

Un pueblo caminando por cuarenta años con luz durante la noche mientras caminaban y protegidos del sol durante el día por la nube de la presencia de Dios. Para el Reino del Mesías Isaías nos dice en el capítulo 4, verso 5 al 6 dice:

Y creará Jehová sobre toda la morada del monte de Sión, y sobre los lugares de sus convocaciones, nube y oscuridad de día, y de noche resplandor de fuego que eche llamas; porque sobre toda gloria habrá un dosel,

y habrá un abrigo para sombra contra el calor del día, para refugio y escondedero contra el turbión y contra el aguacero (así será en la nueva Jerusalén).

Y ahora, continuamos aquí en Apocalipsis 21, sigue diciendo, verso 24 dice:

Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella.

Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche.”

Una Ciudad donde no habrá noche, donde será la Ciudad de luz, una Ciudad, la Ciudad de luz. Así también si usted va a la Jerusalén celestial, usted no va a encontrar allí que haya noche, allí está la presencia de Dios:

Y llevarán la gloria y la honra de las naciones a ella.

No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.”

Esa es la Ciudad de los elegidos, de los escogidos, de los predestinados de Dios, de los que están escritos en el Libro de la Vida del Cordero, esa es la Ciudad del Cordero y de los que lo siguen, y esa será en la eternidad la Sión terrenal y también la Jerusalén terrenal en donde el Cielo y la Tierra se unen. Dice que en ella no habrá templo, porque el Templo de ella es Dios:

…porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero.”

Esta Ciudad será por consiguiente el Monte literal de Dios para toda la eternidad, la Ciudad de Dios, la Ciudad de luz, la cual se verá no solamente desde alguna nación, estará en forma de pirámide y estará iluminada toda, desde la parte alta, de ahí vendrá la luz sobre ella, y una ciudad iluminada de día y de noche se ve de muy lejos, desde muy lejos.

Así que aun desde cualquier otro planeta podrán mirar hacia la tierra y verán esa Ciudad iluminada todo el tiempo, será la Ciudad más importante del universo, será la Ciudad donde la dimensión de Dios y la dimensión terrenal se unen, será el Paraíso de Dios celestial donde morarán todos los escogidos de Dios escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.

Es una bendición y privilegio grande saber que todos los creyentes también escritos en ese Libro no importa de qué tiempo y en qué tiempo hayan vivido, van a estar allí; va a estar allí también Abraham, Isaac, Jacob, los patriarcas, todos ellos van a estar allí, los profetas también (los profetas de Dios), ¿y quién más va a estar allí? Yo voy a estar allí también y cada uno de ustedes también.

Por lo tanto, estaremos viviendo eternamente en Sión, el Monte de Dios que para la eternidad será el lugar donde la Jerusalén celestial con sus habitantes morarán en la tierra en esa Ciudad, y todos los escritos en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero estarán ahí. Ahí estarán, como les dije: los profetas, los patriarcas, Abraham, Isaac, Jacob, Adán también, Eva también, todos ellos estarán allí presentes.

Ellos sacrificaban esos animalitos por sus pecados para ser cubiertos y perdonados, por lo tanto, ellos también estarán allí, y los creyentes en Cristo que han nacido en el Reino de Cristo, en el Reino de Dios por medio del nuevo nacimiento, también van a estar allí, ¿en dónde? En el Monte de Dios.

Eso es el Monte de Dios en toda Su plenitud cuando tenga el Monte celestial de Dios y Jerusalén la celestial en la tierra en la eternidad; pero mientras tanto tenemos el Monte de Sión llamado también el Monte de Dios en la tierra de Israel, tenemos también Jerusalén la Capital de Israel en lo literal, y en lo espiritual tenemos el Monte de Sión que es la Iglesia del Señor Jesucristo en lo espiritual y tenemos Jerusalén, los judíos, los cuales están representados en Jerusalén, y la Iglesia está representada en el Monte de Sión.

El Monte de Dios, donde Dios en Espíritu Santo está por alrededor de dos mil años derramando Sus bendiciones y produciendo el nuevo nacimiento en millones de seres humanos que han recibido a Cristo como único y suficiente Salvador, por eso es que la Iglesia del Señor Jesucristo desde que nació en el Día de Pentecostés hacia acá, está esperando la Venida del Señor, “porque vendrá el Libertador a Sión,” y Sión tipológicamente o tipificando a la Iglesia del Señor Jesucristo.

Vendrá una bendición grande con la venida del Señor a Su Iglesia, porque la Iglesia del Señor Jesucristo es el Monte de Sión espiritual y por consiguiente la Casa de Dios espiritual, la familia de Dios, Casa de Dios, familia de Dios.

Lo mismo que vio Jacob por allá por el capítulo 28 del Génesis, versos 11 al 29, donde soñó que vio una escalera que estaba apoyada en tierra y la parte alta llegaba al Cielo, y vio Ángeles subiendo y bajando por esa escalera. Después que despierta, él dice también que en la parte alta de la escalera estaba Dios sentado, el cual se identificó con Jacob, y cuando Jacob despierta dice: “Esto no es otra cosa sino casa de Dios y puerta del cielo, y yo no lo sabía.”

Algún día Israel va a darse cuenta de la Casa de Dios bajo el nuevo Pacto, la Iglesia del Señor Jesucristo, y va a comprender, y ahí se terminarán las diferencias entre judíos y cristianos; son ambos hijos de Abraham e hijos del Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.

“SION, EL MONTE DE DIOS.”

Si hay alguna persona que todavía no está en el Monte espiritual de Dios, en Sión espiritual que es la Iglesia del Señor Jesucristo, porque no ha recibido a Cristo como Salvador y por consiguiente no tiene Vida eterna, puede recibir a Cristo como único y suficiente Salvador para que Cristo lo reciba y le dé Vida eterna y lo coloque en Su Reino, en Su Iglesia, en Su Cuerpo Místico de creyentes, en Sión o el Monte de Sión espiritual.

Para lo cual puede pasar al frente y los niños de diez años en adelante también pueden pasar al frente para recibir a Cristo como único y suficiente Salvador, y los que están en otras naciones también pueden venir a los Pies de Cristo, para que Cristo les reciba en Su Reino.

Cristo tiene mucho pueblo en esta ciudad, en todo Puerto Rico y en todas las naciones, toda la América Latina y todas las naciones, y los está llamando en este tiempo final. “Si oyes hoy Su Voz, no endurezcas tu corazón,” el nombre suyo está escrito en el Cielo en el Libro de la Vida y por eso usted está escuchando la predicación del Evangelio de Cristo, y ahora, le toca a usted si todavía no ha recibido a Cristo, recibirlo como único y suficiente Salvador.

Vamos a estar puestos en pie para orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo aquí y en otros países. Con nuestras manos levantadas a Cristo, al Cielo todos, nuestros rostros inclinados:

Padre celestial, en el Nombre del Señor Jesucristo vengo a Ti con las personas que están recibiendo a Cristo como único y suficiente Salvador. Señor, recíbelos en Tu Reino, te lo ruego en el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.

Y ahora repitan conmigo esta oración los que han venido a los Pies de Cristo en estos momentos:

Señor Jesucristo, escuché la predicación de Tu Evangelio y nació Tu fe en mi corazón, creo en Ti con toda mi alma, creo en Tu primera Venida y creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por nuestros pecados, creo en Tu Nombre como el único Nombre bajo el Cielo dado a los hombres en que podemos ser salvos.

Reconozco que soy pecador y necesito un Salvador; Señor, Dios eterno, doy testimonio público de mi fe en Ti y te recibo como mi único y suficiente Salvador, te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado y me bautices con Espíritu Santo y Fuego luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre y produzcas en mí, el nuevo nacimiento.

Quiero nacer en Tu Reino, quiero vivir eternamente contigo en Tu Reino, haz realidad en mí la salvación que ganaste para mí en la Cruz del Calvario. Te lo ruego en Tu Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén.

Y con nuestras manos levantadas a Cristo, al Cielo, todos decimos: ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén.

Los que han venido a los Pies de Cristo en estos momentos me dirán: “Quiero ser bautizado en agua en el Nombre del Señor lomas pronto posible,” Pues Él dijo: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” Es un mandamiento del Señor Jesucristo el bautismo en agua en el cual la persona se identifica con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección.

El bautismo en agua es tipológico, el agua no quita los pecados, es la Sangre de Cristo la que nos limpia de todo pecado, pero el mandamiento del bautismo en agua es de Jesucristo, el cual también fue bautizado por Juan el Bautista, y si Él fue bautizado y le dice a Juan: “Nos conviene cumplir toda justicia,” y entonces lo bautizó; también cada persona que recibe a Cristo como Salvador obedece el mandamiento de Cristo que dijo: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo.”

En el bautismo en agua nos identificamos con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección. Cuando la persona recibe a Cristo como Salvador, muere al mundo, y cuando el ministro lo sumerge en las aguas bautismales, tipológicamente está siendo sepultado, y cuando lo levanta de las aguas bautismales, está resucitando a una nueva vida, a la Vida eterna con Cristo en Su Reino eterno.

Por lo tanto, conscientes de que en el bautismo en agua nos identificamos con Cristo en Su muerta, sepultura y resurrección, bien pueden ser bautizados, y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento. Y nos continuaremos viendo eternamente en el Reino de Cristo nuestro Salvador.

Nos veremos en la nueva Jerusalén, y antes de eso, en el Reino milenial de Cristo. Por lo tanto, bien pueden ser bautizados los que faltan por ser bautizados, y que Cristo los bendiga y los afirme en la fe de Cristo para perseverar hasta ser transformados e ir con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Nos veremos Dios mediante el próximo domingo. Continúen pasando todos una tarde feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador.

SION, EL MONTE DE DIOS.”

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